The Rolling Stones: 50 años, 50 canciones (I) – It’s only rock‘n’roll
El 12 de julio de 1962, el mundo escuchó por primera vez a los Rolling Stones. Bueno, en realidad fueron poco más de un centenar de personas las que asistieron al concierto de debut en el Marquee londinense de una banda de mocosos obsesionados con el blues de Chicago, formada aquella noche por Mick Jagger, Keith Richards, Brian Jones, Ian Stewart, Dick Taylor y Mick Avory. Aún tardarían un tiempo en tener su primera formación estable con las llegadas de Bill Wyman y Charlie Watts, y aún más en publicar su primer single (junio de 1963) y su primer álbum (abril de 1964), pero esa emblemática fecha es la que marca, de forma oficial, el nacimiento de los Stones. Nadie, y muchos menos ellos mismos, habrían vaticinado entonces que esos muchachos hambrientos e inexpertos acabarían convirtiéndose, como ellos se autoproclamaron en 1969, en «la banda de rock‘n’roll más grande del mundo». Y en la más longeva, eso nadie puede discutírselo.
Llevamos décadas llamándoles dinosaurios, unas veces como un halago, otras como un insulto, y a ellos lleva también décadas importándoles un carajo. Los Stones han pasado en estos 50 años por todo lo imaginable e inimaginable por lo que pueden pasar los miembros de una banda tanto a nivel individual como colectivo, pero han conseguido llegar hasta nuestros días gracias a una receta única e infalible: toneladas de rock‘n’roll. Sí, también ha habido mucho de ese blues primigenio, R&B, folk, country, psicodelia, pop, funk, música disco… pero ha sido esencialmente el rock ‘n’ roll lo que les ha mantenido siempre a flote y les ha llevado a lo más alto. Por eso iniciamos la serie “The Rolling Stones: 50 años, 50 canciones” rememorando diez de sus himnos rockeros por excelencia, aquéllos que nunca, o casi nunca, podrían faltar en el repertorio de cualquiera de sus conciertos. Y empezamos, como no podía ser de otra forma, con uno de los riffs de guitarra más famosos de la historia…
(I CAN’T GET NO) SATISFACTION – 1965
La canción que les lanzó el estrellato internacional, y la más emblemática de su carrera. Quizás también la más simple y básica, y probablemente ese sea su mayor encanto. Su cuarto número 1 en Reino Unido pero el primero en EE.UU, Alemania, Holanda, Australia… En su autobiografía Richards confirma la leyenda: compuso el riff principal mientras dormía en su piso de St. John’s Wood, y sólo fue consciente a la mañana siguiente de puro milagro cuando se fijó en que, aunque el día antes había puesto una cinta nueva en la grabadora, ésta estaba entonces al final. La rebobinó y se encontró con el bosquejo básico del tema tocado con una guitarra acústica… y 40 minutos de ronquidos. También desvela que la compañía lanzó “Satisfaction” como single sin informar al grupo, que aún no estaba ‘satisfecho’ con lo que había grabado y no consideraba como definitiva la versión que finalmente vio la luz. El cabreo de Richards y compañía fue monumental, pero pronto lo superaron cuando el tema fue un éxito rotundo e inmediato.
PAINT IT, BLACK – 1966
Justo un año después de “Satisfaction” los Stones lanzaron como sencillo “Paint It, Black”, pero entre medias ya habían logrado colar en las listas de medio mundo otros tres singles de éxito. Se encontraban en estado de gracia, y así lo confirmaron con otro de sus temas más populares, que tiene un punto de psicodelia (ese sitar cortesía de Brian Jones) pero no deja de ser otro bocado de rock crudo y visceral. El tema está, como de costumbre, acreditado a Jagger y Richards, pero Wyman defiende que tanto él como Watts y, sobre todo, Jones, colaboraron activamente en su composición. Jagger asegura que la letra habla del funeral de una chica, otros interpretan que lo hace sobre un mal viaje de LSD y muchos, por su aparición en las bandas sonoras de “La chaqueta metálica” o la serie “Camino al infierno”, la asociamos irremediablemente con la guerra de Vietnam. Aunque es, en realidad, probablemente uno de sus temas más versionados y con mayor presencia en todo tipo de películas, series y videojuegos. Otra anécdota: la coma del título es de nuevo cortesía de su casa de discos, esta vez por error.
JUMPIN’ JACK FLASH – 1968
Tras «Satisfaction», probablemente la canción más representativa de los Stones. Richards asegura que, si sólo pudiese tocar uno de sus temas desde ahora hasta el día de su muerte, se quedaría con «Jumpin’ Jack Flash». También reconoce que su archiconocido riff «básicamente es «Satisfaction» al revés», lo que, de ser cierto, para mí engrandece aún más la genialidad compositiva del inigualable guitarrista. Aunque de nuevo Wyman pone la nota polémica y reclama para sí mismo la autoría de la música de la canción, aunque nunca fuese acreditado. En cualquier caso, «Jumpin’ Jack Flash» marcó el inicio de la colaboración de la banda con el productor Jimmy Miller, que duraría hasta 1973, y su regreso al rock ‘n’ roll tras el experimental y psicodélico “Their Satanic Majesties Request”. El jardinero de la casa de campo de Richards en Redlands, Jack Dyer, sirvió de inspiración a su letra.
SYMPATHY FOR THE DEVIL – 1969
El tema encargado de abrir el álbum “Beggars Banquet” sólo fue lanzado como single en Japón y Europa (salvo el Reino Unido), pero con el paso de los años (y las décadas) fue ganando peso en su repertorio hasta acabar convirtiéndose en una de las piezas indispensables, y más espectaculares, de sus shows más recientes. La versión que realizó Guns N’ Roses en 1994 para la banda sonora de “Entrevista con el vampiro” también pudo contribuir a aumentar su popularidad entre las generaciones más jóvenes. Inspirada en la novela “El maestro y Margarita”, de Mijaíl Bulgákov, les sirvió para ensuciar aún más su imagen a ojos de los sectores más conservadores de los 60. Aunque, en contra de lo comúnmente aceptado, no fue “Sympathy For The Devil” el tema que la banda interpretaba en el festival de Altamont cuando Meredith Hunter fue asesinado, y ese dudoso honor correspondería en realidad a “Under My Thumb”, la canción adquirió tan mala fama que apenas volvió a ser interpretada en directo en los ocho años siguientes.
HONKY TONK WOMEN – 1969
La primera grabación de Mick Taylor con los Stones, sustituyendo al defenestrado Brian Jones, salió publicada como single en el Reino Unido precisamente al día siguiente de la muerte del guitarrista fundador de la banda, alcanzando inmediatamente el número 1, en donde se mantuvo durante cinco semanas. Inicialmente fue concebida como una canción country y de hecho su hermana melliza “Country Honk”, que acabaría en el álbum “Let It Bleed”, fue grabada con anterioridad. La versión rockera, rebautizada “Honky Tonk Women”, sólo vería la luz como single, pero quedó en cambio como la más exitosa de las dos, y como la quintaesencia del sonido (y el ritmo) stoniano.. Según Richards, «era funky, era sucia, tenía todo el blues y la música negra asimilados desde Dartford en adelante», y añade que «fue una de esas cabronas que, en cuanto las terminas, ya sabes que van a ser número uno».
GIMME SHELTER – 1969
El corte de apertura de “Let It Bleed” tampoco fue editado nunca como single, pero pronto se ganó, con todo merecimiento, el honor de ser uno de los temas favoritos de sus fans. Y del director Martin Scorsese, que lo ha utilizado en las bandas sonoras de “Uno de los nuestros”, “Casino” e “Infiltrados”. Su letra, esta vez sí, está influida directamente por los horrores de la guerra de Vietnam, y por el clima violento que se respiraba en aquellos años. No todos los asistentes a sus conciertos en sus últimas giras han tenido la suerte de verla interpretada en directo, pero los afortunados que sí han podido hacerlo habrán podido contemplar a la majestuosa Lisa Fisher, esa Diosa de Ébano, zampándose sin piedad a un Mick Jagger totalmente empequeñecido a su lado. Apoteósico.
BROWN SUGAR – 1971
Aunque, como siempre, Richards aparece como coautor de la canción, el guitarrista reconoce sin tapujos que todo el mérito compositivo recae en esta ocasión en los hombros de Jagger. El primer single y tema de apertura de “Sticky Fingers” fue grabado, ya con Taylor completamente integrado en la banda, a finales de 1969, pero tardaría casi dos años en ver la luz y en convertirse en otro éxito rotundo del grupo. Siempre se ha dicho que ese “Brown Sugar” del título alude a la heroína, pero lo cierto es que la letra, de un altísimo voltaje sexual, aún va más allá y mezcla todo tipo de temas a cual más escandaloso. Por eso no deja de resultar curioso ver cómo, aún con su ‘lírica’ algo rebajada, ha acabado décadas después siendo disfrutada de lo lindo en directo (he aquí un ejemplo) por todo tipo de público, incluidos niños y abuelos. Quién se lo hubiese imaginado, hace más de 40 años…
IT’S ONLY ROCK ‘N’ ROLL (BUT I LIKE IT) – 1974
Con Mick Taylor aún en la banda, pero con los meses contados, Ronnie Wood aparece en el horizonte, participando en la composición de este tema cuya primera versión fue grabada precisamente en el sótano del aún por entonces guitarrista de The Faces, que se encontraba trabajando en su primer álbum en solitario. Jagger y Richards se ofrecieron a ayudarle, siendo aquél el primer paso de la larga colaboración que estaba por venir. En realidad, el cantante pretendía trabajar en “It’s Only Rock ‘n’ Roll (But I Like It)” con David Bowie, pero Richards escuchó lo que habían grabado y decidió que era demasiado bueno para dejarlo escapar. «Joder, Mick, ¿por qué la estás haciendo con Bowie? Venga, vamos a quitársela a ese hijo de puta», reconoce que le dijo a Jagger el guitarrista, que se salió con la suya. «Ya el título en sí era sencillamente hermoso», asegura. El bueno de Keith, una vez más, estaba en lo cierto.
START ME UP – 1981
Los 80 no fueron, ni mucho menos, una década fácil para los Stones, especialmente en lo relativo a la convivencia en el seno del grupo. “Tattoo You”, el álbum que abrió esa complicada época, fue todo un éxito a nivel de crítica y público, pero no deja de estar elaborado a base de descartes de discos anteriores. De hecho, “Start Me Up” llevaba años rulando por ahí. La banda, empeñada en darle un enfoque ‘reggae’, había llegado a grabar hasta 50 tomas distintas del tema entre 1978 y 1979, aunque ninguna recibió el visto bueno definitivo. Ya durante las sesiones de “Some Girls”, en concreto la misma tarde en que se grabó “Miss You”, Richards la había cambiado dándole un enfoque rockero y aquello quedó registrado en una toma que gustó a todo el mundo, menos al guitarrista, que ordenó al ingeniero Chris Kimsey que la borrase. Por suerte éste no le hizo caso, pero todos se olvidaron del asunto hasta que, tres años después, alguien encontró la cinta en un cajón y se dio cuenta de que estaba ante un diamante en bruto. El resto, como se dice, es historia.
YOU GOT ME ROCKING – 1994
Aún hay quien piensa que los últimos tres trabajos de estudio de The Rolling Stones tras la salida de Bill Wyman, “Voodoo Lounge” (1994), “Bridges to Babylon” (1997) y “A Bigger Bang” (2005), no fueron grabados más que como una excusa para emprender giras cada vez más fastuosas y monumentales. En realidad, y aún reconociendo que la mejor época creativa del grupo llegó hasta mediados los años 70, estos álbumes atesoran muy buen material y, cómo no, más de un cañonazo rockero, por los buenos y viejos tiempos. “Rough Justice” (2005) podría ser un buen ejemplo reciente, pero nosotros tenemos que quedarnos con “You Got Me Rocking”, un temazo que, además, se ha mantenido más o menos con asiduidad en el repertorio de la banda hasta su última gira, “A Bigger Bang Tour”. Su última gira de momento, claro….
lo mas autentico y valioso de los stones sera siempre su fundador,su creador,el que le puso el nombre a la banda,el que ya era un musico virtuoso cuando los otros era unos aficcionados,el que los llevo de la mano cuando no eran nadie,esa persona es BRIAN JONES,el verdadero stone