«Nosotros»: el otro lado del espejo
En apenas dos años, el actor y director Jordan Peele ha pasado de protagonizar la comedia «Key & Peele«, a mostrar un enorme talento como director ya desde su primer título («Déjame salir«), triunfando entre público y crítica, recogiendo multitud de premios por todos los certámenes donde acudió y culminando un espectacular 2018 con su óscar a mejor guión original. En ese mismo plazo, le ha dado tiempo ha producir el último y exitoso título dirigido por Spike Lee, «Infiltrado en el KKKlan» (también premiado en la última gala de los óscars) y estrenar el pasado fin de semana su segundo título: «Nosotros«. Una película con la que repite en el mismo género de terror que tantas alegrías le dio el año pasado; pero con una ingente cantidad de expectativas por cumplir. Con ese objetivo, Peele se vuelve a reunir con Jason Blum y Sean McKittrick (productores de «Déjame salir») para escribir, producir y dirigir este título protagonizado por Lupita Nyong’o, Winston Duke, Elisabeth Moss y Tim Heidecker.
En una ocasión, Stephen King definió el miedo como «llegar a casa y darte cuenta de que todo lo que conoces ha sido reemplazado por una copia exacta». Para conseguir ese mismo efecto en el espectador, Peele utiliza el concepto alemán ‘Doppelgänger’ (doppel: «doble» y gänger: «andante».) que podríamos traducir como nuestro doble fantasmagórico. Una figura que condensa todo lo sombrío de nuestra persona.
Principalmente basado en el episodio «Mirror image» de la serie «The Twilight Zone» (más adelante analizaremos otras de las múltiples fuentes en las que también se inspira), «Nosotros» vuelve a realizar una deconstrucción de la sociedad americana actual pero, mientras su primer título («Déjame salir») partía de una crítica social para construir una película de terror, «Nosotros» lo realiza a la inversa, tomando como base una propuesta terrorífica a través de la cual ir componiendo una reprobación colectiva. Podría parecer lo mismo; pero el resultado se percibe claramente diferente durante su visionado.
Tras una breve reseña sobre las innumerables redes de túneles que horadan el subsuelo estadounidense y dos breves planos introductorios con cientos de conejos enjaulados y el anuncio de un evento benéfico llamado «Hands Across América» (una protesta por la situación de hambruna en África y, al mismo tiempo, un evento de solidaridad y caridad que tenía como objetivo inspirar la paz y la unidad en la que más de seis millones de estadounidenses se cogieron de la mano formando una cadena humana a lo largo de todo Estados Unidos), nos situamos en la feria de atracciones de la playa de Santa Cruz, en pleno 1986. En ese lugar, Adelaide (Madison Curry) tuvo una trágica experiencia cuando se distrajo del cuidado de sus padres y acabó perdida entre los pasillos de espejos de la atracción «El bosque de Merlín».
Esos pocos minutos fueron suficientes para provocar un trastorno post-traumático en la niña, cuyas secuelas la han acompañado toda la vida. En la actualidad, Adelaide (Lupita Nyong’o) está casada, es madre de dos hijos y, todos juntos, están a punto de iniciar sus vacaciones en Santa Cruz. La trama de «Nosotros» irá saltando paulatinamente entre esos dos momentos de su vida, para poco a poco ir desvelando lo que le ocurrió esa noche en la feria a la pequeña Adelaide y lo que le ocurrirá a toda la familia 33 años después, cuando la primera noche en la residencia vacacional se presenten cuatro desconocidos en su casa.
(AVISO SPOILERS: Desde este punto, nuestra crítica pasa a analizar detalles clave en la trama de «Nosotros». Si no has visto el film, te recomendamos acudir a las salas, disfrutar de este título y volver al Cadillac para finalizar la lectura y comentar tus impresiones).
Tanto el marido de Adelaide, Gabe Wilson (Winston Duke), como sus hijos Zora (Shahadi Wright Joseph) y Jason (Evan Alex) insisten en pasar el día en la playa con sus viejos amigos, los Tyler, formados por Kitty (Elisabeth Moss), Josh (Tim Heidecker) y las gemelas Gwen y Maggie (Cali y Noelle Sheldon). Pese a las reticencias de Adelaide, al final las dos familias acaban pasando el día en la playa (siempre bajo la atenta mirada vigilante de Adelaide) y regresando a casa para la hora de cenar.
De regreso a 1986, en el centro del laberinto de espejos (‘encuéntrate a ti mismo’ reza un cartel a la entrada de la atracción), Adelaide es sorprendida por una niña de igual edad, altura, vestuario y facciones. Mientras la sorprendida niña no puede articular palabra, su doble la aferra por el cuello hasta que Adelaide pierde el conocimiento. Lo siguiente que vemos es a la joven Adelaide en silencio, en la consulta de una pediatra, mientras sus padres intentan encontrar una solución al trastorno que sufre la niña y que la mantiene sin decir ni una palabra desde que la encontraron en la playa, apenas quince minutos después de desaparecer.
Mientras tanto, en la noche de 2019, al poco de llegar a casa, los Wilson se extrañan al ver a cuatro desconocidos vestidos con monos rojos, cogidos de la mano frente a su casa. Tras una serie de amenazas infructuosas por parte de Gabe, esos desconocidos inician el asalto de la casa. En pocos minutos, la familia descubre aterrada que los asaltantes que ha invadido su hogar por la fuerza son unos clones perfectos de ellos mismos. La madre (Red), el marido (Abraham) y los dos niños (Umbrae y Pluto) pronto se hacen con el control de la casa y mantienen maniatados a los Wilson. Es entonces cuando Red (la doble siniestra de Adelaide) comienza a contar con su repulsiva voz gutural un cuento sobre una princesa y su sombra; historia que sirve de excusa para revelar las verdaderas intenciones de los atacantes: eliminar a los Wilson y ocupar su lugar.
«Nosotros» consigue componer una más que eficiente película de terror que mantiene algunos de los clichés clásicos del género (desde la vestimenta y las enormes tijeras que portan los clones, muy al estilo de los más famosos slashers; hasta los sanguinarios métodos de «eliminación» de las víctimas). Pero, por lo que verdaderamente destaca este film es por la ingente cantidad de lecturas posibles que tiene su trama, por un casi enfermizo cuidado de los detalles y por las enormes referencias que (de forma más o menos velada) va soltando a lo largo y ancho de su metraje. Pues, junto con el capítulo de «The Twilight Zone» que mencionábamos al inicio, otra gran influencia es «La invasión de los ultracuerpos«, principalmente a la hora de representar a la sociedad (o parte de ella) como amenaza del individuo. En este sentido, podemos ver cierta combinación entre el título de Siegel y el film de George Pal «El tiempo en sus manos» (basada a su vez en la celebérrima «La máquina del tiempo» de H.G. Wells), donde Peele recupera aquella representación de lucha de clases entre los morlocks y los eloi, en la que una sociedad ataca a otra mucho más privilegiada y, obviamente, también con la Alicia de Lewis Carroll y sus mundos paralelos. Son infinidad los títulos que a lo largo de los años han jugado con el concepto de Doppelgänger y la búsqueda de nuestro gemelo más siniestro, desde «Moon» o «Enemy» hasta ejemplos más clásicos como «El hombre de la máscara de hierro» e incluso podríamos señalar con cierta licencia a «El extraño caso del doctor Jekyll y mr Hyde» de Stevenson. Pero en «Nosotros» también se combina la idea de un yo oscuro con otros elementos tan dispares como la dominante obsesión de «Cisne negro«, que las consecuencias de nuestros actos no nos afecten a nosotros sino a nuestro alter-ego (idea que nos puede rememorar a «El retrato de Dorian Gray» de Wilde), el intento de crear una sub-sociedad a merced de los deseos de unos pocos («La isla«) e incluso complejos e imposibles mecanismos para controlar naciones enteras («Destino oculto«); la combinación de todos estos elementos acaba resultando en una sociedad fantasma, en la que nuestras réplicas componen una mera simulación de nuestra vida, recreando nuestros movimientos en lo que una vez fue un intento (fallido) por controlarnos (idea a la que tampoco estaba ajena «The Matrix«), mientras son privados de las glorias de nuestros aciertos y sufren las consecuencias de nuestros errores.
En múltiples aspectos, Peele convierte a su última producción en una incómoda crítica dirigida principalmente a su país, aunque es fácilmente extensible más allá de sus fronteras. «Nosotros» ataca la forma en la que América identifica a sus enemigos, la América que teme por norma todo lo que le resulta extraño, que persigue a los que piensan diferente, que rechaza todo lo que llega de fuera y todo lo que escapa a esa doble moral que le permite dormir plácidamente con todos sus pecados. Por eso, la demoledora respuesta que Adelaide recibe cuando le pregunta a Red quienes son («somos americanos») se convierte en un torpedo directo a la línea de flotación de esa sociedad, actualmente incapaz de hacer un ejercicio de introspección, de auto-conocimiento, sin preocuparse lo más mínimo por identificar como enemigo a alguien que es idéntico a ella, creyéndose sobradamente capaz de analizar y etiquetar a los demás…cuando en realidad es incapaz de reconocerse a si misma en un espejo o concluir que ella es su peor enemigo y que los monstruos que teme tienen su misma cara. «Nosotros» rechaza esa carencia de unidad, ese aislamiento y degradación de nuestra sociedad, usando para ello a una «sociedad paralela» que, tanto al inicio del film como al final, aparecen cogidos de la mano; formando una comunidad unida, coordinada y participativa (al estilo de la América reflejada en los anuncios televisivos de 1986); mientras nuestra sociedad actual se basa cada día más en la distancia, en el miedo y en el silencio.
Es cierto que este golpe que arma lo suelta con la suficiente ambigüedad para que sea el espectador el que tenga que darle pleno sentido al mensaje final, completando los huecos dejados a propósito. De tal forma que muchos espectadores se quedarán en la primera capa del film: una terrorífica historia que nos dejará cierta sensación de título inacabado o incompleto…pero, si el espectador elige bucear hasta la suficiente profundidad, encontrará que el trasfondo social será el componente que acabará mostrando la fotografía completa, haciendo redondo un título complejo, atrevido y mucho más ambicioso en el fondo que en la forma. Entregando un título que ya nunca volveremos a poder ver con los mismos ojos; pues como todo poliedro complejo, en cada visionado que hagamos nos deleitaremos con una cara diferente del mismo, con una interpretación muy distinta a la anterior.
A día de hoy, existen algunos aspectos (alejados de la trama) que pueden hacer comparable este film con «El protegido» de M. Night Shyamalan. En ambos casos, se trata de la segunda película de un director con enormes expectativas tras un auténtico bombazo dentro del género de terror («Déjame salir» en el caso de Peele, «El sexto sentido» en el caso de Shyamalan). Un segundo título que (también en ambos casos) supera claramente a su predecesor en diversos niveles. Ambos directores comenzaron con un film de propuesta muy clara, con mensaje directo y, sobre todo, una historia tremendamente efectiva y poco dada a reinterpretaciones…muy al contrario que el segundo título de ambos, carente de un golpeo tan directo, pero repleto de múltiples capas. Posiblemente, también «Nosotros» sea criticada y minusvalorada como en su día le ocurrió a «El protegido»; aunque su suerte cambió notablemente con el paso de los años, acabando por ser un título reivindicado por sus múltiples bondades, numerosas de ellas superiores en muchos casos a las del título que le precedía.
Enviaré una calamidad de la que no podrán escapar. Por más que griten pidiéndome auxilio, no los escucharé
(Jeremías 11:11)
En un film como «Nosotros», en el que protagonistas y antagonistas están interpretados por los mismos actores, la película evidencia el gran casting realizado para todos los personajes. Aunque es Lupita la que consigue llevar sobre sus hombros el mayor peso del film y las mayores ovaciones. De todos los clones, el de Adelaida es la única capaz de hablar, la única con una vida por recuperar y, por tanto, la que mayor resentimiento muestra hacia la sociedad privilegiada. Aspectos que la convierten indiscutiblemente en la líder de la revolución. Su doble interpretación es simplemente brillante en cada plano y contraplano con los que va alternando cada personaje; repitiéndose una situación ya vivida el año pasado con Toni Collette en «Hereditary«, en la que una de las mejores interpretaciones del año fue tristemente olvidada por haberse producido en un género «menor» que, a ojos de muchos, es una mera máquina de sustos. Además, es Lupita la que carga con la responsabilidad de expresar de forma gráfica la compleja dualidad de los personajes, como en esa escena en la que Adelaide comienza a contar a su marido lo ocurrido años atrás en la feria, mientras el personaje va saliendo del plano y acaba el discurso su reflejo en la ventana. En apenas un giro de cámara, el personaje muestra un drástico cambio en su estado de ánimo, de la pausada confesión al dolor del recuerdo; una de las muchas escenas en las que Lupita se come literalmente la pantalla. Por no hablar de la enorme distancia que interpretativamente exigen la introvertida y elegante Adelaide y la salvaje y mecánica Red para convencernos de ser dos personas distintas compartiendo plano y que Lupita consigue con asombroso resultado en todas las confrontaciones que tienen ambos personajes.
Con Winston Duke, Peele compone un personaje que, sin contar con la misma presencia en pantalla que Lupita, se gana instantáneamente la empatía del espectador. Su Gabe Wilson consigue que «Nosotros» equilibre sabiamente los momentos de mayor tensión con otros verdaderamente hilarantes, llegando a simultanearlos en una misma frase del personaje en cuestión (el capricho de comprarse una lancha motora nos regalará algunos de los mejores gags del film). Muy al contrario de lo que sucede en otros títulos del género, (en los que un comentario jocoso puede acabar sacando al espectador de la escena), Peele logra en «Nosotros» que el humor brinde eficientemente al público de un momento de respiro antes de terminar de romper sus nervios (como la matanza que se produce al ritmo del «Good vibrations» de los Beach Boys). Un detalle anecdótico sobre estos dos actores es que, el año pasado, tanto Lupita como Winston ya formaron parte de un título en el que igualmente aparecía una sociedad oculta al resto de nosotros: la privilegiada Wakanda de «Black Panther«.
En cuanto a los dos hijos y sus dobles, no sólo diferencian perfectamente cada uno de sus dos personajes, dotando a sus clones de ciertos manierismos a cual más incómodo para el espectador; sino que la responsabilidad de elevar el terror recaerá en ellos en algunos de los momentos más destacados del film (especialmente en la escena de Jason y Pluto en el armario o la de Zora siendo perseguida por una atlética Umbrae). Por cierto, en lo referente a los hijos y retomando el tema de los detalles abiertos a la reinterpretación del espectador, recordemos dos detalles mostrados en el film como son los continuos intentos fallidos de Jason para realizar un truco de magia y las terribles quemaduras que Pluto oculta con su máscara. Claramente, lo que en la superficie fallaba, en las profundidades de los túneles funcionaba cada una de las veces (imaginad por un instante el trauma que debía provocar en el pequeño Pluto y que justifica también su extraño comportamiento durante el asalto). Pero lo más interesante al respecto, y que dejo abierto para que nuestros lectores desarrollen las teorías que crean oportunas, es cuando su hermana Zora comenta que el truco funcionaba siempre…o, al menos, hasta el verano pasado.
Por último, Elisabeth Moss y Heidecker acaban por completar un reparto redondo, dibujando una pareja de snobs (y sus salvajes clones) sobre los que difícilmente seremos capaces de diferenciar quién de los cuatro resulta más repulsivo.
Jodan Peele consigue con «Nosotros» un doble objetivo personal (a cual más importante): por un lado, demuestra que «Déjame salir» no fue un golpe de suerte, pues su segundo título en la plena confirmación de su talento y, por otro lado, establecer una marca propia en su filmografía, asentar su estilo. Sus dos primeras obras pertenecen al mismo género, pero son perfectamente diferenciables. La segunda producción no es consecuencia del éxito de la primera. Peele aporta personalidad plena a cada una de ellas, diferenciándolas lo suficiente pero, al mismo tiempo, consiguiendo tal nexo de unión que las hacen a ambas fácilmente atribuibles al director, formando con ambos títulos un laberinto de espejos en los que la sociedad americana contempla ineludiblemente cada uno de sus oscuros reflejos.
Cualquier tiempo pasado fue mejor…porque hacemos que así sea.