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15 discos en directo que dignificaron el rock español

09/05/2018

Los más viejos del lugar recordarán que hubo una época en la que los discos en directo representaban todo un acontecimiento tanto para el artista que los publicaba como para sus seguidores, pero también para el público mayoritario, resultando en muchas ocasiones una gran oportunidad para ampliar audiencia, a veces incluso logrando las cimas comerciales de su carrera. Hoy en día, los directos se han quedado en poco más que anécdotas o instantáneas de un momento, sin demasiado que aportar la mayoría de las veces. Es de imaginar que la facilidad para acceder al audio e imágenes de cada concierto en forma de grabación casera ha hecho perder parte del misterio, descarriándose por el camino además parte de la más romántica melomanía. Porque en su momento no se trataba únicamente de tener el audio perfectamente grabado de un concierto, lo importante era  tener la captura de un momento determinado, con el sonido que fuera, ya que ciertamente algunos de estos directos no gozaban de la mejor calidad y/o producción, con espacio incluso para los errores (y cuantos más, mejor, ya que eran esos detalles los que dotaban de misticismo a algunos de esos títulos), y con la recopilación de las piezas más importantes de un determinado repertorio, todas juntas y en vivo. Ahora esto parece un tema menor, pero entonces era un tesoro.

En un periodo que podríamos acotar entre los años 80 y la primera mitad de los 90, buena parte de los artistas que cortaban el bacalao en nuestro país dejaron plasmado en algún momento su sonido en directo en los legendarios vinilos, quedando muchos de ellos para la historia bien por su calidad, bien por lo que significaron para sus carreras o incluso por lo que representaron para el rock nacional. Acotando además en el rock más puro y dejando escaso pero merecido espacio a otros sonidos más suaves y domesticados, os proponemos una lista con los 15 álbumes en directo de rock español más importantes de aquella época (y quizás de todas las épocas), una lista cronológica tan discutible como cualquier otra y finiquitada con una lista de reproducción (aquí sin posibilidad de titubeo) imprescindible.

«En directo» (1981)
Leño

Comenzamos este repaso con uno de esos trabajos que se amoldan a la perfección a los parámetros marcados arriba para entender lo que los discos en directo supusieron en un determinado momento. Y es que «En directo», el primer live de los legendarios Leño, publicado en 1981, resultó a la postre el disco más vendido y popular de su (corta) discografía. Pero es que incluso se daba la circunstancia de que en este trabajo aparecía por primera vez su gran y eterno éxito «Maneras de vivir», una de las más importantes canciones del rock en español, un tema que no llegó a estar presente en ninguno de sus tres discos de estudio. Cifras y reconocimiento aparte, el álbum sirvió para devolver al grupo a sus sonidos netamente guitarreros tras la producción algo suave y muy cuestionada de su anterior trabajo, «Más madera», poniendo los puntos sobre las íes por si alguien se había despistado. Esta es otra de las excusas más recurrentes de los discos en directo, mostrar la verdadera naturaleza de una banda después de ciertos errores en sus discos de estudio, ya sea de producción o de cualquier otra índole, que hicieran que no se plasmara en el vinilo totalmente el espíritu que querían transmitir las canciones originalmente.

 

«Rock & Ríos» (1982)
Miguel Ríos

Posiblemente el disco en directo más importante del rock español sea «Rock & Ríos», especialmente por todo lo que significó en su época tanto el álbum como la gira en sí. Como el propio cantante definió en algún momento, «Rock & Ríos» «fue posible porque no sabían que era imposible». Y es que hasta ese momento los artistas nacionales pecaban de cierta timidez o complejos a la hora de encarar las representaciones en directo, hasta que llegó Miguel Ríos y puso todo patas arriba con un espectáculo desbordante, grandioso e incluso pretencioso (en el mejor sentido de la palabra). La locura era tal porque además de que ni banda ni repertorio estaban rodados (el concierto no era un fin de gira, como es más o menos habitual, sino que dio comienzo a la gira), las necesidades de producción tanto del espectáculo como de su grabación llegaron a niveles poco usuales en aquella época por estos lares. Si bien eran dos noches en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid las que se iban a grabar para luego de ahí sacar el álbum, una nefasta primera noche en la grabación hizo que se lo jugaran todo en una única actuación. Como la historia ha enseñado, todo salió sobre ruedas, el disco vendió como nunca lo había hecho un directo y la gira posterior de presentación resultó una de las más importantes del rock en castellano.

 

«Barón al rojo vivo» (1984)
Barón Rojo

Barón Rojo fue en un momento posiblemente la mejor banda de rock duro del país. A pesar de que hoy en día tanto el heavy nacional de los 80 como concretamente este grupo no llegan a ser tomados todo lo en serio que se debiera, en aquella época Barón Rojo fueron muy grandes, tanto dentro como fuera de España. En este caso, el disco en  directo llegó en el momento justo, con la banda en pleno apogeo de creatividad y fama. Abarrotando durante dos noches seguidas el Palacio de los Deportes de Madrid surgió «Barón al rojo vivo», unánimemente considerado como uno de los trabajos fundamentales del rock español, representando la perfecta instantánea del éxito del que gozaba la banda en ese momento, quedando marcado a fuego en buena parte de una generación. (Lamentamos que el disco no se encuentre en Spotify, por lo que nos obligamos a hacer algo de trampas al elaborar la playlist que pone sonido a este texto y tomar de un live posterior los temas de Barón Rojo).

 

«En directo» (1986)
Joaquín Sabina y Viceversa

Rebajamos un poco los decibelios para recordar a una de las figuras más grandes de la canción en castellano, Joaquín Sabina, quien posiblemente se convirtió en cantante de masas gracias a su primer disco en directo (al margen de La Mandrágora). Ya coqueteando con el gran público, fue la publicación de este disco en directo junto a la banda Viceversa el que metió al de Úbeda en las grandes ligas al hacer acopio de un repertorio ya de enjundia, por lo que quizás en esta ocasión el reclamo del álbum era más el afán recopilatorio que otra cosa. Himnos como «Princesa», «Calle Melancolía», «Cuando era más joven» o «Pongamos que hablo de Madrid» conformaron el set list de un concierto grabado en Salamanca y en el que se reunieron varios invitados como Javier Krahe, Luis Eduardo Aute o Javier Gurruchaga. El sonido del disco insistía en su equilibrismo entre la canción de autor y el pop, con ciertos coqueteos con el rock urbano, y conseguía limar algo los excesos típicos que lastraban las producciones discográficas ochenteras. A partir de este momento, la carrera de Sabina no dejó de crecer (hasta que dejó de hacerlo, lógicamente). (Nuestra opinión sobre su último lanzamiento, «Lo niego todo», la podéis leer aquí).

 

«80-88» (1988)
Nacha Pop

Manteniéndonos en sonidos más poperos aun y quizás como máximos representantes de la Movida (precisamente cuando eran el grupo más antiMovida), el disco en directo de Nacha Pop es otro de los que sirve para ejemplificar la importancia de los live en esa época. Otra de las excusas para estos discos es la de la despedida, sirviendo de reflejo de la gira del adiós de varias bandas y resultando casi siempre un acertado punto final. En esta ocasión, el grupo liderado por Antonio Vega y Nacho García Vega puso fin (en ese momento) a su carrera con dos noches en la sala Jácara de Madrid, concebiéndose ahí el disco «80-88», el cual a la postre se convertiría en el disco más vendido de su carrera, una carrera que ya había alcanzado importantes cotas de repercusión. El álbum fue toda una celebración, y es que el grupo llegaba de tocar en México ante 50.000 personas, por lo que su adiós era más por una cuestión de convivencia interna que por el final de un ciclo. Lo que sí se podría dar por finiquitado con la publicación de este trabajo es la música ochentera en nuestro país, con todo lo que representa/ba.

 

«Escueladecalor» (1989)
Radio Futura

Siguiendo con los últimos coletazos de la Movida, Radio Futura podría meterse en el mismo saco que a Nacha Pop en un inmenso error, ya que la banda de Santiago Auserón poseía infinitos más matices, aspiraciones y posiblemente interés que toda la Movida junta. Tras la publicación de (seguramente) su mejor disco, el imprescindible «La canción de Juan Perro», la gira de presentación quedó plasmada en un disco que las malas lenguas aseguran que fue obligado por la compañía para intentar compensar las pérdidas de una costosa grabación en Nueva York del reciente disco de estudio. Así se veían entonces los directos, como una cómoda y casi segura forma de recaudación. Pese a que artísticamente el disco no supuso demasiado en la carrera de la banda, sí representó un importante éxito de ventas. Nadie sospecharía en aquel momento que la banda estaba dando sus últimos coletazos, ya que posteriormente solo publicarían un disco con temas nuevos, el también muy popular «Veneno en la piel».

 

«A por ellos… que son pocos y cobardes» (1989)
Loquillo y Trogloditas

Antes hemos dicho que quizás el disco en directo más representativo para el rock español podría ser el «Rock & Ríos», siempre con el permiso de «¡A por ellos…! que son pocos y cobardes», el título con el que Loquillo y Trogloditas, después de muchos años de aplausos, se convirtieron en la mayor banda de rock del país. El álbum supuso su mayor éxito comercial hasta la fecha, de largo, y en él se encontraban todos sus éxitos, suponiendo además la última colaboración en el grupo del compositor de los principales himnos, Sabino Méndez. Sabino estuvo presente en el concierto ofrecido en la sala Zeleste de Barcelona en el que se grabó el disco, pero abandonó la formación antes incluso de su publicación, por lo que ni aparece en la portada. El álbum se divide más o menos en cuatro partes aprovechando las cuatro caras de los vinilos, acotando en ellas los temas más clásicos, los más rockers, o los más tranquilos y swing. Las versiones de «Quiero un camión», «La mataré» o, sobre todo, «Cadillac solitario» quedaron definitivamente para la posterioridad hasta el punto de llegar a considerarse popularmente como las versiones oficiales de estas legendarias canciones. (Si quieres repasar con nosotros la extensa trayectoria de Loquillo, pincha aquí).

 

«Al límite vivo y salvaje» (1990)
Ramoncín

Si bien, lamentablemente, la imagen que hoy en día se tiene de Ramoncín es mayoritariamente nefasta, resultando poco menos que un chiste cualquier reivindicación de su obra, desde aquí creemos de justicia poética recordar la importancia que para la música tuvo este cantante, centrándonos especialmente en el disco que marcaría el punto álgido de su carrera a la vez que un punto y a parte, y que desgraciadamente supuso su canto del cisne, ya que después de él se acabó buena parte del Ramoncín artista y llegó «el otro Ramoncín». Pero, ¿quién no ha bramado aquello de «litros de alcohol corren por mis venas, mujer, no tengo problemas de amor, lo que me pasas es que estoy loco por privar«?. Que sí, que Ramoncín fue uno de los tipos fundamentales en el rock de los 80 y con este directo dejó de ser el provocador punk para ser la estrella de rock de estadios. Como ya hemos dicho, a la postre el trabajo sería un inmejorable broche de oro a una carrera que, tras un largo parón, ya no sería ni por asomo la misma.

 

«Doble directo» (1990)
Barricada

Otro de los discos en directo que marcaron a toda una generación fue el «Doble directo» de Barricada, uno de esos trabajos presentes en un determinado momento en todos los cajones de los adolescentes melenudos, casi siempre en cinta de cassette grabada y quemada por el uso. De esta forma, en los primeros años de los 90, Barricada se convirtieron en el grupo favorito de «los malos de la clase» y este álbum en directo en su Biblia. Como ya hemos ejemplificado antes, el directo volvió a cumplir su función y se convirtió en el trabajo más popular de la banda. Y es que tenía todas las bazas para ganar: un grupo en estado de gracia, un repertorio ya nutrido y contundente, y unos seguidores entregados. Y el disco no tenía ni trampa ni cartón, resultando una sucesión de los temas que esperaba el fan, sin cantosos retoques en postproducción, dejando bien alto el sonido del público, sintiéndose realmente un concierto de rocanrol.

 

«En directo» (1991)
Burning

En plena efervescencia de los álbumes en directo, las compañías se apuraron en intentar dar un empujón a grupos que se movían en parámetros más o menos correctos pero a los que intuían que podían sacar mucho más. El caso de Burning era claro, una banda con un repertorio de relumbrón, con un nombre establecido y reconocido entre el gran público y con un sonido que mejoraba las canciones exponencialmente cuando se subían a un escenario. De esta forma, si con Barricada, por ejemplo, hablábamos de un disco que hizo las delicias de sus fans, en esta caso el disco parecía ir dirigido a toda esa audiencia que conocía a Burning, que disfrutaba con sus himnos más reconocidos, pero que no sabía por dónde hincar el diente a su discografía o pedía a gritos un título para salvar el expediente con ellos (este es otro de las objetivos de estos discos). Para convencer del todo a estos neófitos se incluyeron las colaboraciones de figuras como Loquillo, Antonio Vega, Rosendo, Los Secretos, Miguel Ríos y Joaquín Sabina, y caballo ganador seguro, ya que hoy en día sigue siendo su principal referencia discográfica.

 

«Senda 91» (1991)
Héroes del Silencio

Voy a permitirme saltarme la línea argumental principal de este texto para destacar un disco que se aparta de los parámetros habituales que hemos estado describiendo hasta ahora. Y es que en esta ocasión lo que hizo especialmente importante al álbum no fue su repercusión, sino su condición de rareza, además del hecho de que hablamos de Héroes del Silencio, uno de los grupos más importantes de la historia este país, por lo que todo lo que hicieron, lo poco que hicieron, resultó extraordinario. En plena eclosión masiva de la banda, en medio de una histórica gira que arrasó por donde pasó presentando los temas del multivendedor «Senderos de traición», el grupo anunció la publicación de un directo de edición limitada, un doble EP que únicamente se podría adquirir previa adquisición de unos tickets en preventa, una marcianada que no hacía sino elevar el misticismo que rodeaba a la banda en aquella época. Más allá de toda esta parafernalia tan acorde con el estatus del grupo, este breve directo reflejaba perfectamente el poderío del grupo sobre el escenario, saliéndose también de lo habitual al plagar el set list de temas muy poco conocidos e inclusos caras B, y recreándose al ilustrar el libreto con numerosas críticas de prensa negativísimas que habían recibido sus conciertos. (Conoce los grandes tesoros ocultos de Héroes del Silencio, aquí).

 

«Ante todo mucha calma» (1992)
Siniestro Total

Retomando la tesis principal de estas líneas, los gallegos Siniestro Total  alcanzaron un reconocimiento popular al que nunca se habían acercado con el disco doble en directo «Ante todo: Mucha calma». Lo de siempre, un grupo reconocido pero sin ningún disco especialmente reconocido, un buen puñado de canciones ya de consolidado calado, un buen sonido, el momento propicio, fichan por una multinacional que lo junta todo, lo agita, le da la distribución y empaque que se merece, y pelotazo. Como se estilaba en la época, el disco buscaba reflejar un típico concierto de la gira en cuestión, sin demasiado arreglos especiales o cosas raras. Así, la ristra de temas legendarios no cesaba en un largo set list que culminaba con sus éxitos más lejanos. «Ante todo: Mucha calma» fue el cénit definitivo para un grupo que ni de cerca pudo mantener a continuación ese ritmo de conciertos y ventas.

 

«A pelo» (1996)
Platero y tú

El «A pelo» de Platero y Tú puede considerarse más o menos como el «Doble Directo» de Barricada para la nueva generación de kalimotxeros. Con la peculiaridad de que fue grabado en varios conciertos a lo largo de unos cuatros meses, el disco está considerado una joya y a la vez un álbum imprescindible para conocer a unos de los reyes del rock urbano de los 90. Como curiosidad, el final de «Si tú te vas», con el que Platero y Tú terminaba sus conciertos, cerraba también el disco en directo de Extremoduro «Iros todos a tomar por culo» (que está por llegar aquí), siendo otra de las particularidades que hermanaba a ambas bandas. El disco refleja la contundencia y saber hacer de los de Fito sobre las tablas, y es que si no fuera por las anécdotas que plagan las canciones y las «entrecanciones», costaría diferenciar instrumentalmente al grupo aquí de los discos de estudio.

 

«Último concierto» (1996)
091

Como en todos los listados de este tipo, se echarán en falta títulos y se criticará la presencia de otros, por lo que, con la disparidad de criterios como elemento asegurado, me permito el capricho de incluir una elección muy personal. Si bien es un grandísimo disco en directo y tuvo mucha repercusión, es probable que no se encuentre al nivel del resto en cuanto a trascendencia popular. O sí. Me refiero al álbum en directo con el que 091 finiquitaban su carrera, títulado «Último concierto» (y es que realmente en lo que respecta a los títulos de estos álbumes en vivo la originalidad dista mucho de ser casi siempre un elemento destacable). Los granadinos se dieron un baño de masas ante su parroquia en un concierto apabullante con el que reivindicaban su extraordinario legado, un legado que se me antoja poco valorado hoy en día. Ni siquiera el regreso que vivieron en 2016 y 2017 ante aforos incluso mayores que cuando estaban «en vida» y que tuvo su reflejo en otro disco en directo creo que le hizo justicia a uno de los más imporantes grupos de rock en España en los años 80-90.

 

«Iros todos a tomar por culo» (1997)
Extremoduro

Terminamos la lista en 1997, como lo podíamos haber hecho un poco antes o no mucho después, una época en la que los discos en directo ya habían dejado atrás su etapa de máximo esplendor, pero en la que todavía eran un producto atractivo. Así, una de las bandas más importantes de las últimas décadas, Extremoduro, editó en esa fecha su única referencia un vivo, a pesar de que siempre se habían mostrado reacios a ello. Ya sea para intentar competir con las numerosas grabaciones piratas que circulaban (como ellos defendieron en su día) o simplemente porque les dio la gana (emparejando en actitud con el título del disco), lo cierto es que este «Iros todos a tomar por culo» resultaba una extraordinaria fotografía del grupo en su mejor momento, recién alcanzado el éxito masivo con «Agila», pero poseedor de un importante pasado menos popular pero igualmenbte inspirado. Sonoramente guarda similitudes (y comparte productor) con el «A pelo» de Platero y Tú en cuanto a disco a pecho descubierto pero mejorando cada una de sus versiones originales, y con el descaro de obviar una de sus canciones más representativas («So payaso») e incluir la experimental «Pedrá». (Para descubrir nuestras 10 canciones preferidas de Extremoduro, pincha aquí).

 

 

Somos conscientes de que nos hemos dejado un buen puñado de álbumes en vivo de esta época dignos de mención (las quejas, abajo en los comentarios) y nos ponemos ya la cruz nosotros mismos por ejemplo con «Tren de largo recorrido» de La Unión, «Teatro Victoria Eugenia» de Duncan Dhu, «Obras escocidas» de Los Enemigos o «¿Hay alguien ahí?» de Los Suaves, al igual que sabemos que el ceñirnos a una época muy acotada es posible que no haga justicia del todo y deje en el olvido a otros trabajos bien destacables. Sin ser totalmente certeros con las fechas, es cierto que más adelante surgieron discos en directo muy importantes, pero la mayoría de ellos, o los más importantes, fueron ya demasiado «arreglados», ya sea en forma de los dichosos acústicos (con el «Básico» de Revolver (1993) y el «Sin enchufe» (2001) de M-Clan a la cabeza) o discos que más que directos eran grabaciones en estudios grandes con público asistiendo a la actuación (me refiero por ejemplo a «En vivo mucho mejor» (2001) de Ariel Rot, «Ni jaulas ni peceras» (2003) de La Cabra Mecánica o «Ajuste de cuentas» (2006) de Quique González), proyectos en sí interesantes y que otorgaron a sus protagonistas importantes cotas de éxito pero que distaban ya una inmesidad de poder reflejar en una grabación lo vivido en un concierto al uso. Y sí, también se han publicado más o menos recientemente discos en vivo con las peculiaridades varias veces reseñadas más arriba y es posible que incluso mejores (me acuerdo a bote pronto de «Fin (de la segunda parte)» de Piratas, «El regreso» de Andrés Calamaro, «La bola extra» de Los Ronaldos o «15151» de Vestusta Morla) , pero la trascendencia que tuvieron en su día los 15 elegidos es algo que ya no volverá a repetirse.

 

 

 

 

12 comentarios leave one →
  1. 10/05/2018 5:16

    Qué buen texto. Voy a empezar a escuchar las bandas que no conocía.

    • Sergio Almendros permalink*
      10/05/2018 13:00

      un placer, ricardo. el mayor reconocimiento cuando escribimos por aquí algunas letras es que le sirvan a alguien para conocer títulos con los que nosotros ya hemos disfrutado.

  2. El Buen Salvaje permalink
    10/05/2018 19:50

    Pero, ¡Tíos locos! Mezclar Nacha pop con algunos de los rockn’grupos que ponéis, a más de uno le va a salir un sarpullido de la ira que le va a entrar. Aparte que es el anti-rock (incluso el anti-punk).
    De todas maneras, buena recolección de discos. Muy acertada.

    • Sergio Almendros permalink*
      11/05/2018 9:39

      ya avisábamos al principio del texto que nos íbamos a permitir ciertas concesiones a sonidos más domesticados. de todas formas,la provocación, aunque sea involuntaria,nunca está de más.
      Un saludo,!

  3. 11/05/2018 16:42

    En esa gira conocí yo al loco en concierto me fanaticé hasta el día de hoy

  4. 11/05/2018 16:44

    Los extremo me flipan Evaristo será un autentico Poeta pero ya he ido a dos conciertos y no repito son unos impresentables en directo

  5. 11/05/2018 16:46

    Y nada más que añadir demasiado joven para todo lo demás con un concierto de fito me conformo otra cosa era platero y tu.

  6. 22/05/2018 1:24

    Los tengo todos, comprados en cada año de edición. Incluyendo el de Héroes, que no sé ni cómo llegó a mis manos. Todos ellos indispensables. Enhorabuena por el texto y por la selección

    • Sergio Almendros permalink*
      22/05/2018 12:37

      Pues tienes una gran y, además, muy meritoria colección!
      Gracias por seguirnos y por tu comentario Alberto.

  7. miguel angel martin tapias permalink
    17/06/2018 11:55

    Todos son obras de arte en especial mis queridos Cero

    • Sergio Almendros permalink*
      17/06/2018 12:01

      celebro especialmente que el de los cero sea tu favorito,un disco al que yo también tengo un cariño especial, a pesar de ser quizás el menos popular de toda la lista.
      un saludo miguel ángel

  8. Alcantarmepuedoolvidar permalink
    25/06/2022 2:08

    Viendo un vídeo del directo de Platero en la Canciller (mi primer concierto de Platero) he acabado en este artículo y me ha encantado. Coincido mucho con la selección, me gusta cómo valoras los discos, y además puedo presumir de haber estado presente en dos de los discos (a pelo y el iros todos a tomar por culo). Y de haber visto directos de casi todos los de la lista. Me faltaron 091 (los empecé a valorar tarde), héroes (aunque reconozco su mérito, nunca me llegaron, y curiosamente, Sabina (aunque sí le he visto de invitado, por ejemplo con los burning). ¿No crees que el rock n Ríos está un pelín sobrevalorado? Su influencia es gorda, el espectáculo fue total, pero musicalmente me parece psé. No te voy a decir que falta tal o cual directo, es una buena y justa selección (incluyendo los que mencionas al final, fuera de lista). Enhorabuena y disculpa el rollo de viejo rockero. Salud!

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