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La (hinchada) reinvención de Scorsese

28/02/2012

Recuerdo el arqueo de cejas que me provocaron las primeras informaciones que afirmaban que Martin Scorsese había retrasado varios interesantes proyectos para centrarse en dirigir la adaptación de un libro juvenil llamado «La invención de Hugo» y que iba a ser filmada en tres dimensiones. ¿Scorsese? ¿Libro juvenil? ¿3D? ¿¿¿!!!Todo ello en la misma frase!!!??? ¿¿WTF?? Nunca me hubiera imaginado que uno de mis cineastas fetiche, el creador de algunas de las mejores películas de la historia («Taxi Driver», «Toro Salvaje», «Uno de los nuestros») acabaría haciendo filmes juveniles y con la última golosina inflataquillas de Hollywood. En fin, los meses pasaron, el estreno se iba acercando y, poco a poco pero en un goteo imparable, el filme comenzó a ser premiado en el tradicional maratón de galardones estadounidenses. Esa primera andanada concluyó con el Globo de Oro a Mejor Director. Vaya, empezaba a pensar que quizás había sido demasiado inflexible y que, ¿por qué no?, nuestro italoamericano favorito podría haber realizado un interesante filme. La curiosidad comenzaba a hacer de las suyas. De repente, sin solución de continuidad, llegaron sus once nominaciones a los Oscar y unas  primeras críticas de lo más entusiastas. Ahí ya me rendí. ¿Cómo había podido dudar de Marty ahora que estaba de nuevo en una racha creativa de verdadera altura tras «Infiltrados» y «Shutter Island»? ¿Scorsese haciendo verdadero buen uso del 3D en el mágico París de los años 20 en un homenaje al cine en general y a George Melies en concreto? ¡Eso suena pero que muy bien! Y ahí me teníais el día del estreno, ansioso ante la inminente proyección, dispuesto a volver a soñar tras haber dejado en consigna el equipaje de adulto.

¿Y bien? Bueno, pues un salí un tanto decepcionado y, pese a que disfruté moderadamente de la función, me reafirmé en aquello de que la primera impresión es la que cuenta. Veámos, el argumento está protagonizado por Hugo, un niño obligado a vivir escondido en el interior de un reloj de una gran estación ferroviaria parisina y a robar para comer, empecinado en concluir el autómata que le regaló su padre fallecido, para lo que roba piezas al dueño de la tienda de juguetes del establecimiento, de cuya ahijada se convierte en cómplice para desentrañar el misterio que conecta el legado del padre del protagonista con el gruñón tendero.

De ésto se vale Scorsese para pergeñar una ambiciosa y muy lograda reconstrucción de época en una estación en la que, recordando poderosamente en ocasiones a «Amelie», escoge a unos pocos y entrañables personajes (con el guardia interpretado por ese gran «clown» que es siempre Sacha Baron Cohen al frente) para construir subtramas que añadan humor  y romanticismo a un relato que, tras una lograda secuencia inicial, llega a su cumbre cuando el autómata (dichosa la magia del cine que hace que parezca que el dichoso aparatejo tenga sentimientos) revela su secreto. A partir de aquí, cuando el filme se centra en la figura de Melies, se suceden los altibajos y ,mientras que el relato brilla con luz propia en los «flashbacks» que narran la época dorada del grandioso pionero, se va poniendo de manifiesto que el guión es insuficiente para hacer aparecer la magia que se le suponía a la película y que Scorsese tampoco añade ningún elemento extra que logre matizar esta impresión (como podría haber hecho en este tipo de filme, pongámonos tópicos, un Tim Burton). ¿Lo de París? Bien, se la intuye en cuatro planos generales. ¿Y el 3D? Bueno, sigo pensando que «Avatar» es el único filme con el que me ha merecido la pena pasar dos horas  ataviado con tan antiestéticas gafas.

Con todo, pese a que no pasará a los anales de la Historia,  «La invención de Hugo» compensa el importe de la entrada con un buen trabajo actoral, con esa estrella en ciernes que parece Asa Butterfield (¿recuerdan la sensación que tuvieron al presenciar a Leonardo di Caprio en «¿A quién ama Gilbert Grape?» o a River Phoenix en «Cuenta conmigo»?, pues eso) al frente; los esmerados aspectos técnicos, que le han valido el honor de empatar como película más galardonada de los Oscar 2012; y, sobre todo, la voluntad de Scorsese de homenajear al que ha sido su gran motor vital: el cine. Curioso tiempo éste en el que los máximos honores de la industria actual van a parar a tributos al cine de hace muchas décadas. Curiosa época ésta en la que coinciden los éxitos del  homenaje de un estadounidense al cine francés y del de un realizador galo (el oscarizado Michel Hazanavicius de «The Artist») al cine norteamericano.

11 comentarios leave one →
  1. Antiloo permalink
    28/02/2012 11:04

    No he visto esta película pero leyendo tú crítica se me hace atractiva. Ya sé que menos mal que está Jaycee, porque si no me terminarías odiando.

    Sólo decir que Shutter Island (y no eres el único, he visto mucho más gente que dice que le flipa) no puede ser más realmente mala, pesada y poco original. Yo me hubiera ido del cine en l minuto 10 y estoy seguro que algo malo le pasará a Martin en la otra vida por esa película.

    No sólo porque la historia sea una vulgar copia de Los renglones torcidos de Dios (que se ve que los yankees no leen nada que no ande por allí), sino porque nadie en su sano juicio se cree a Leonardo di Caprio como jefe de policía, no puede ser más enclenque el tio.

    Nada que ver con el estilo vibrante que el tio empezó a desarrollar con el Aviador y que culminó con éxito en Infiltrados (dicho lo cuál no he visto la película original).

    Saludos y insisto que el blog es una maravilla. Lo bonito que es discrepar de vez en cuando.

    • Alberto Loriente permalink*
      28/02/2012 15:40

      Una vez más, Antiloo, gracias por los elogios y, sobre todo, ¡por discrepar! ¡Para eso estámos aquí!, para discutir, para comentar, para dar nuestro punto de vista y disfrutar mientras de todo eso. Coincidimos en lo de «Infiltrados», no en lo de «El aviador» (a mí me pareció una gran oportunidad desaprovechada) y en «Shutter Island», que, a mi parecer, ronda la obra maestra. De todos modos, tomo nota de tu comentario sobre su parecido con «Los renglones torcidos de Dios» (hace tanto que la leí que, francamente, no me acuerdo lo suficiente del argumento), porque, toma ya casualidad, ahora mismo estoy leyendo la obra original de Denis Lehane en la que se basó Scorsese. Y lo estoy gozando… ¡Un saludo!

      • Antiloo permalink
        29/02/2012 18:01

        A lo que me refiero con el Aviador, no es tanto a la redondez de la película, sino como a la factura técnica.

        Las escenas son rapidísimas y transcurren aceleradamente una tras otras algo que confiere a la película un dinamismo especial.

        Se ve que le cogió el tranquillo, porque en Infiltrados, Martinin desarrolla esa técnica hasta la esquizofrenia.

  2. Jorge Luis García permalink*
    28/02/2012 13:19

    Discrepo con Alberto .A mí me entusiasmó «La invención de Hugo». Visualmente me dejó saciado con sus gigantescos mecanismos de relojes, su estación de tren, sus entrañables habitantes y ese autómata a la espera de una llave que reactive la magia de la ilusión. La puesta en escena de Scorsese es absolutamente perfecta y funciona con total precisión. El argumento es sencillo (al fin y al cabo tiene el aroma y el sabor de las fábulas) pero desprende tanto amor por el cine en cada uno de sus fotogramas que a mí me parece maravillosa. El segmento del flashback de Ben Kingsley rememorando sus viejas batallas es prodigioso. ¿Y el 3-D? Pues puede que no añada gran cosa a la experiencia, pero estoy seguro de que el auténtico Melies la habría querido así.

    • Alberto Loriente permalink*
      28/02/2012 15:44

      Celebro que te gustara tanto, Jorge, y, francamente, siento envidia por ello, porque era a lo que aspiraba (y lo que preveía) cuando iba a empezar la sesión. Y como menciono en el post, comparto algunas de las virtudes que nombras, como las escenas con el autómata, los «flashbacks» sobre Melies y gran parte de los apartados técnicos. Pero no recibí la magia que esperaba encontrar y el guión me pareció mejorable, un tanto plano.

  3. Jaycee permalink
    29/02/2012 13:42

    Ya sabéis que no comparto vuestra insana admiración por Scorsese. Le reconozco extraordinarias obras pero las mediocridades pueblan su filmografía. A pesar de ello, mantengo una firme ilusión por ver La invención de Hugo. La época, el estilo y el perfil de historia me parecen material para lograr una película fantástica. Espero poder verla en pantalla grande aunque creo que va a ser difícil :)
    Si me enzarzo con vosotros en una estéril discusión sobre los últimos 20 años de Scorsese no acabamos nunca. ¿Shutter Island? ¿Como es posible que un mindundi como DiCaprio le dé lecciones de supervivencia policial a un tipo como Mark Ruffalo? No solo DiCaprio no da la talla para ese personaje sino que le han puesto a un partenaire masculino demasiado duro. Infiltrados me parece una obra fantástica a la que le sobra la última media hora. No hay quien levante un guion cuyo clímax está escrito treinta páginas antes del final. Imposible.

    • Antiloo permalink
      29/02/2012 17:53

      Joder Macho, no puedo estar más deacuerdo contigo en que a Infiltrados le sobra media hora, justo después del tiroteo en que Jack Nicholson casca.

      Es injusto que el oscar se lo llevara por Infiltrados y no por Casino… pero… así son las cosas.

  4. Arzu permalink
    20/03/2012 20:41

    Por fin la he visto, este fin de semana pasado, eso sí, en 2D. Y me ha gustado. Dicho ésto, Albertos, comparto lo que escribes sobre ella. Maravillosa puesta en escena, ambientación y demás, no obstante, con un guión muy flojo. No me importa que la historia sea sencilla, al contrario, cuanto más se hace uso de la tecnología más echo de menos la sencillez del argumento, pero creo que en el caso de «Hugo», cojean ciertas cosas. Por ejemplo, las reacciones de algunos de los personajes en algunos momentos de la cinta, tan pronto amargados, tristes o desesperados como, de repente y sin ningún motivo realmente verosímil, ilusionados, entusiasmados o felices. El niño lo hace muy bien, pero la dirección actoral no le hace reir o llorar cuando toca, más bien, siempre a destiempo. kingsley suele gustarme, a pesar de mostrar un rostro siempre tan hierático, sin embargo, en esta ocasión, su interpretación de Meliés es totalmente plana, por ser generoso. Y el personaje del gendarme está metido a cuchillo con el fin de provocar alguna que otra sonrisa ante tanto momento deprimente pero, la verdad, a mí tampoco me ha hecho mucha gracia.
    Resumiendo, suspenso en guión y dirección de actores, aprobado en interpretación y realizacción y un notable alto en todo lo demás.

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