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El día que David Fincher gane un Oscar

28/02/2012

Reflexiona mi compañero Jorge Luis García sobre el efecto “The Artist” en la pasada ceremonia de los Oscar, un reconocimiento que, como siempre, puede ser debatible, pero que al menos despierta menos sospechas que los resultados que hemos podido encontrarnos en muchas de las ediciones recientes. Aunque Alberto Loriente opina, no sin cierta razón, que no debemos dar tanta importancia a la justicia o injusticia de estos galardones, y que al fin y al cabo es una fiesta del cine de la que no siempre saldrán elegidas las mejores películas, no podemos dejar pasar que en los últimos tiempos algunas incomprensibles decisiones de la Academia han hecho que ésta haya perdido muchísima credibilidad.

Que los Oscar ninguneen año tras año a los dos mejores cineastas de la actualidad, David Fincher y Christopher Nolan, sin ir más lejos, es para hacérselo mirar. Unos premios que no hayan tenido el valor de reconocer como realmente se merecían a los últimos films del director de “Seven”, o a esa absoluta obra maestra que fue “El Caballero Oscuro”, si no con más galardones al menos con más candidaturas, no pueden ser tan serios ni trascendentes como pretenden. Tampoco se atreverán jamás (y estoy dispuesto a apostarme algo) a elegir una película de Pixar como la mejor del año, como si no hubiesen hecho ya unas cuantas méritos más que suficientes para conseguirlo.

Las razones por las que una cinta de repente cae en gracia y arrasa en todos los premios de la temporada son, a veces, inexplicables. Últimamente, da la sensación de que basta con ponerse de moda (aunque nunca sabremos muy bien quién decide esas cosas) unas semanas antes de los galardones para llevárselo todo de calle. El año pasado, nadie hubiese vaticinado tres meses antes de los Oscar que “La red social” no iba a ser la gran triunfadora. Pero llegó “El discurso del Rey” y fue ganando enteros, según se acercaba la fecha de la ceremonia, hasta el punto de que Fincher llegó a pisar la alfombra roja sabiendo ya que esa, una vez más, no sería su gran noche. “La red social” no sólo era un film excepcional, moderno y audaz, sino que era hijo de su tiempo, símbolo de una época, mientras que la Academia se decidió por una película que estaba bien, sin más, ideal para echarla por la tele en Navidad, si eso, y que hubiese sido exactamente igual filmada quince años antes que quince años después. Pero en lo relativo a los premios, parece que “La red social”, estrenada apenas un par de meses antes que su rival, se había quedado vieja.

Fincher, no obstante, ya estaba curado de espanto. Sólo dos años antes había tenido que presenciar como la pirotecnia de “Slumdog Millionaire” barría a su portentosa “El curioso caso de Benjamin Button”, que se iba a casa con sólo tres premios menores, pese a contar con trece nominaciones. Pero el “rollo Bollywood” se había puesto de moda y ya no había quién lo parase. Ese mismo año, para redondear el esperpento, “El Caballero Oscuro” se había quedado fuera de las grandes categorías, exceptuando el merecido pero oportunista premio a Heath Ledger. Sin embargo, el escarnio para Fincher había sido aún mayor en la anterior edición de los Oscar, que él tuvo que ver por la tele porque un thriller tan impecable como “Zodiac” fue totalmente olvidado y no recibió una sola candidatura. Su gran pecado: haber sido estrenado en marzo, casi once meses antes de la ceremonia. ¿Significa eso que las películas que llegan a los cines en otoño/invierno son majestuosas y siempre mejores que las que lo hacen en primavera, que deben ser todas un truño? Al parecer, para los académicos, sí. En realidad es lógico, pues todos los premios se basan en definitiva en meros intereses comerciales y reconocer a una cinta que ya está en DVD no tiene sentido (salvo en los Goya, que aquí nos encanta eso de darle a un film “una segunda oportunidad”). Pero no deja de resultar injusto. Es como si fueses a una entrevista de trabajo y te dijeran: “Eres el mejor de todos con los que hemos hablado, la persona ideal para el puesto que buscamos, pero vamos a contratar a este tipo que es peor que tú porque es el primo del jefe, o porque nos consigue entradas gratis para el Bernabéu”.

Este año, en cambio, David Fincher sabía de antemano que su revisión de “Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres” no le serviría para saldar su deuda con los galardones. Sin embargo, al final se ha llevado una grata sorpresa en la categoría de montaje, con un premio tan justo como imprevisto. También le tuvo que saber a gloria la nominación para Rooney Mara, una actriz que ha logrado el milagro de que su Lisbeth Salander pueda mirar de tú a tú a la de Noomi Rapace (en realidad lo único memorable de la versión sueca). El “Millennium” de Fincher, no obstante, también hubiese merecido más suerte. Contaba con el claro hándicap de ser un “remake”, pero hasta ese punto débil puede convertirse en virtud, porque es inmensamente superior al film de Niels Arden Oplev. Aún así, sabemos que la gente tiene sus prejuicios ante este tipo de productos, y piensa eso de “ya están aquí estos americanos sin inspiración fusilando las ideas de otros”, metiendo en el mismo saco a todo lo “americano”, como si Paul Thomas Anderson o Michael Bay pudiesen ser lo mismo.

Pero la cinta de Fincher, desde su apabullante inicio, con los mejores títulos de crédito que un servidor ha visto en una sala de cine (y que hacen que te alegres de haber pagado los 9 euros de la entrada) es la versión definitiva de la historia de Stieg Larsson. El cineasta norteamericano es el director ideal para dotar al relato del sueco de una atmósfera fría, malsana, retorcida y siniestra, estructura y sintetiza el argumento mucho mejor que la versión de 2009 y nos mantiene pegados a la butaca, en permanente tensión, pese a sabernos la trama de memoria. Qué más podríamos decir del montaje, que hasta ha ganado un Oscar con todo el viento en contra, y de la enfermiza música de Trent Reznor y Atticus Ross (antológica su versión del “Immigrant Song” de Led Zeppelin), que se llevaron la dorada estatuilla el año pasado por “La red social” y es difícil que vuelvan a pasarse por allí. Fincher consigue incluso, y creo que es la primera vez que lo veo, que Daniel Craig parezca humano (¡incluso vulnerable!) y Rooney Mara acojona. Si existiese en Hollywood un premio a la actriz revelación, no habría tenido rival. La película se palpa, se siente y se respira como una película de Fincher, que ha impregnado con su personalidad cada fotograma, y eso, tratándose de un encargo y habiendo llevado a cabo el proyecto en menos de un año, tiene un mérito bestial.

La sensación que uno tiene viendo “Millennium”, por otra parte, es que el director no está pensando en ningún momento en lo que pueda pasar a finales de febrero en el Kodak Theatre, y al final los que salimos ganando con eso somos los espectadores. No me parece Fincher, aunque quizás me equivoque, uno de esos tipos especialmente obsesionados con obtener el reconocimiento de la Academia, aunque a nadie le amarga un dulce (salvo quizás a Woody Allen, que parece que le resbala bastante). Y en realidad tampoco lo necesita. Pero el día que gane un Oscar, y podría darse el caso de que no sea por su mejor película, como ha pasado otras veces, los que sí nos rayamos con estas cuestiones nos iremos a la cama sabiendo que, al menos por una vez, se ha saldado una injusticia histórica.

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15 comentarios leave one →
  1. Jaycee permalink
    29/02/2012 22:30

    Los que me conocéis sabéis que suscribo palabra por palabra este post. Soy de los que creen que David Fincher es el mejor director de lo que llevamos de siglo XXI y lo mejor que le ha sucedido al cine estadounidense en los últimos veinte años.
    El cine de Fincher es en sí mismo una enorme paradoja. Educado en el mundo del videoclip, donde es uno de los directores más reputados, es el abanderado del clasicismo cinematográfi o americano en los albores del siglo XXI. Si los clásicos vivieran hoy lo harían como David Fincher. Sus últimas cuatro películas suponen en sí mismas el más bello legado de la década. A pesar de la insistencia de Nolan en parir obras maestras creo que Fincher (algo mayor) ha alcanzado una madurez artística que Nolan sigue afianzando (cuestión de tiempo)
    Su historia de desamor con los Oscars no son tanto por su cine como por la espiral autodestructiva en la que se encuentran estos premios que yo un día adoré. La derrota de Button ante Slumdog es la prueba más evidente del proceso degenerarivo de la Academia. Si ha habido esta década una película con las características más puras que siempre han caracterizado a las ganadoras de los Oscars (para bien o para mal) esa es Button. Y no sólo no fue derrotada por un semejante sino por una cinta radicalmente diferente. Un trabajo que habría sido ignorado tan solo quince años antes.
    En algún momento de finales de los ’90 la Academia decidió hacer concesiones artísticas como guiño a la audiencia más joven. Empezaron con un premio menor, la mejor canción a la que optaron gente como Aerosmith, Madonna o últimamente Beyoncé. Un claro recurso para acercarse a los más jóvenes. Y a todo esto le siguió un aperturismo hacia otras formas de hacer cine. Esta última década es un bochorno sonrojante en ganadores y nominados. Mediocridades absolutas como Slumdog o En tierra hostil han vencido y bien en sus respectivas galas. Otras películas de oficio, como El discurso del Rey, triunfaron con una solvencia difícil de ver en ceremonias de otras décadas donde acumular cuatro o cinco galardones era ya un triunfo.
    Las audiencias han respondido. Eso es evidente. Y los productores están contentos porque son ellos quienes deciden qué películas triunfan y que películas quedan en el olvido. Me acuerdo de los inefables hermanos Weinstein.
    Ron Howard, Tom Hooper, Michel Hazanavicius, Kathryn Bigelow o Danny Boyle se han llevado su Oscar a casa. Todas sus respectivas filmografías tienen menos cine que la de Fincher. C’est la vie!
    No hace mucho el Oscar lo ganaban Sin Perdón o El silencio de los corderos, referentes absolutos hoy del cine contemporáneo. Ninguna, y digo bien, ninguna de las cintas premiadas esta década tendrán ese reconocimiento. Y han tenido varias. Fincher les ofreció unas cuantas.
    Y sí, creo que Fincher debió ser nominado este año. Su dirección es soberbia, su estilo pulido y fino y su dirección de actores es, sencillamente, de manual. Sobre la puesta en escena no es necesario hablar. Ya sabéis que considero a Fincher el mejor en esa faceta. En décadas. Quizá el maestro Francis Ford…
    Enhorabuena Rodrax. Enooorme y necesario post.

  2. Jaycee permalink
    29/02/2012 22:58

    Estoy revisando los premios de los ’90 y dan ganas de llorar. El paciente inglés y La Lista de Schindler. Al menos cuatro obras maestras absolutas (Sin perdón y El silencio de los corderos) fueron galardonadas con el Oscar a la mejor película. También ganaron Forrest Gump, Titanic o Braveheart, más discutibles pero grandiosas en comparación con la mediocridad actual y que deben considerarse referentes del cine contemporáneo.
    Creo que alguien debería escribir un detallado post sobre cómo ha cambiado el cine en apenas diez años. De una década fértil en obras imperecederas a un década instalada en la vulgaridad más absoluta.

    • Rodrigo Martín permalink*
      01/03/2012 0:45

      Jaycee, hombre, ya me preocupaba que tardases en entrar por aquí, con el anzuelazo bien gordo que te había puesto… Pero Jorge tenía razón, tu respuesta iba a ser casi más larga que el post!

      Sobre Fincher ya está todo dicho, y sobre lo que hablas de la «vulgaridad más absoluta» de la década (por cierto, coincides con lo que opina nuestro amigo Antiloo en http://www.lospgb.com/2012/02/26/las-peliculas-del-2000-2010-no-molan/), yo creo que sí que se ha hecho gran cine en estos años, todo lo que ha firmado Fincher, Nolan,Tarantino, el puto vago de Paul Thomas Anderson, cosas de Spielberg, Eastwood, Mendes, Cronenberg… Y la trilogía de «El Señor de los Anillos», el «Star Wars» de nuestra década! Otra cosa es que la Academia no haya sabido reconocérselo a la mayoría de ellos, sobre todo a los primeros mencionados. Pero sí, en comparación con la década anterior, sale perdiendo, y creo que no iremos a mejor. Ahora mismo, el mejor cine está muchas veces en la pequeña pantalla, algo es algo…

      Yo también me acordé de «Titanic» porque joder, uno hasta añora ya esas ediciones en los que films así arrasaban con todo, porque lo sabías, era la puta película del año y punto. Mejor o peor, pero estaba hecha de la hostia, todo el mundo la había visto y todos hablaban de ella, así que no se hable más, once Oscars y pa casa. Ahora no, ahora hubiese arrasado «El indomable Will Hunting» y se habrían quedado tan anchos. Ahí está el caso de «Avatar» y «En tierra hostil». ¿Que a la gente no le gusta «Avatar» (que a mí tampoco me entusiasma, salvo como espectáculo que me parece colosal)? Pues a joderse, porque dentro de varias décadas aún se seguirá hablando de sus inalcanzables 2.700 millones de dólares de recaudación, y nadie se acordará de quién le derrotó en los Oscar.

  3. Jorge Luis García permalink*
    01/03/2012 2:01

    Independientemente del cuestionable criterio de los Oscar y de que, como dice Antiloo en su blog, haya pocas películas verdaderamente emblemáticas (El señor de los anillos, Kill Bill, el Batman de Nolan), los dosmiles no me parece ni mucho menos una mala década para el cine. Hablamos de la época del Spielberg de madurez (A.I, Atrápame si puedes, Munich), de las dos últimas master pieces de Eastwood (Mystic river y Million Dollar Baby), del Cronenberg más centrado (Una historia de violencia, Promesas del Este), de la explosión del cine latinoamericano (Alfonso Cuarón, González Iñárritu, Fernando Meirelles), de los guionistas «cool» (Charlie Kauffman, Alexander Payne), de las mejores películas de animación de la historia de la mano de Pixar, del Lynch más libérrimo (Mullholand drive) del mejor Von Trier (Dogville), del No es país para viejos de los Coen, el Traffic de Soderberg, el Collateral de Michael Mann, Match Point de Woody Allen, La última noche de Spike Lee, Master and Commander, casi todas las de Nolan… Joder, ha habido cine grandioso durante estos años. No me engañas, Jaycee.

    • Jaycee permalink
      01/03/2012 10:24

      Me circunscribía a los premiados, no al cine en general. He debido explicarme mal. A bote pronto habría que reflexionar mucho para comparar décadas. Algo por otro lado siempre complicado. Los ’90 tuvieron películas maravillosas pero el cine se estancó desde un punto de vista artístico. Los ’00 han sido desde la perspectiva de «obras maestras» menos fértiles pero creo que ha habido movimientos interesantes que no se dieron en los ’90. Me refiero a la madurez de Pixar, la consolidación de los jóvenes talentos americanos o la asimilación conceptual por parte del cine europeo del clasicismo americano. Por supuesto que los ’00 tienen grandes películas. ¡Faltaría más! Películas grandiosas de hecho.
      Mi reflexión era que la Academia no fue capaz de verlas. Se me ocurren varias: Master and Commander, Mullholland Drive, Las dos torres, Zodiac, Wall-e, Munich, La red social, Malditos bastardos, Button, El caballero oscuro…La comparación con las que luego vencieron es terrible.
      Creo que ambas décadas tienen una calidad similar aunque a los ’00 le ha faltado las obras grandielocuentes que siempre tuvo Hollywood, que de hecho solo pueden hacer ellos, y que no han existido salvo «El señor de los anillos». Me refiero a esfuerzos colosales como La lista de Schindler, Titanic, El paciente inglés, Salvar al soldado Ryan o Braveheart. Ese cine del que habla Rodrax. La película del año. Esa que no se puede discutir. Ese cine que es exclusivo de las colinas de Hollywood.

      • Jorge Luis García permalink*
        01/03/2012 12:14

        OK, Jaycee. Había entendido mal la frase «de una década fértil en obras imperecederas a un década instalada en la vulgaridad más absoluta». En cualquier caso vuelvo a discrepar en que los 90 supusieran un estancamiento artístico. Son los años de «Pulp fiction», «Uno de los nuestros», «Matrix», «El silencio de los corderos», «Seven», «Fargo», «Toy Story», «Sin perdón», «Ed Wood», «El show de Truman» o «T-2». Muchas de estas películas hubieran sido inimaginables diez años antes y otras abrieron nuevos caminos narrativos y conceptuales para el cine. En realidad, artísticamente los 90 me parecen muy superiores a los 80 (Spielberg al margen). Sí que estoy de acuerdo en que en los ’00 hay escasez de esas películas-acontecimiento indiscutibles. La última fue «Avatar», y no cumple la condición de indiscutible.

  4. Jaycee permalink
    01/03/2012 15:42

    Eso no lo veo en los 90 salvo en las películas de género que se modernizan notablemente. Todo lo demás se debe a un salto técnico como nunca antes se había logrado. Es evidente que hoy se pueden contar historias que hace veinte añis ni siquiera se planteaban por cuestiones puramente técnicas.
    Los ’80 palidecen ante cualquier cosa. Aquello fue un socavón como nunca antes había sucedido (bueno, salvo los ’60) pero debi reconocer que me encantan muchas de las películas de esa época. Era todo tan inocente, tan sencillo que solo pueden verse con ternura.

    • Jaycee permalink
      01/03/2012 15:44

      Vuestro blog se ha comido parte de mi reflexión. La actualizaré posteriormente. Jorge merece una respuesta.

  5. Arzu permalink
    02/03/2012 13:35

    «La red social», «Zodiac», «Seven», «El curioso caso de Benjamin Button», «La habitación del pánico»… Si Fincher no es el mejor director de las últimas dos décadas y uno de los diez mejores de todos los tiempos, mi criterio cinematográfico no vale nada. No he visto a nadie elegir tan bien dónde situar la cámara en cada plano, imprimir el tempo adecuado para cada escena ni seleccionar con tan buen criterio los guiones que rueda y el reparto, si es que ésto último se le puede atribuir completamente a él (lo ignoro), desde maestros de la talla de David Lean.
    Directores como Fincher consiguen que, en éstos días de decadencia global del arte en general, el cine siga siendo tan grande como siempre. Y quizás no tenga tantos amigos en la Academia como otros, claro que con el tiempo acabarán reconociendo sus méritos aunque sea simplemente por premiar sus éxitos de taquilla, pero eso es algo que a los que amamos el mundo del celuloide no debiera importarnos demasiado.
    Rodrigo, compruebo que el volante del Cadillac está en buenas manos, puesto que los tres pilotos conducís de maravilla. Por favor, seguid así.

    • Rodrigo Martín permalink*
      02/03/2012 15:44

      Hola, Arzu, creo que es una pena que Fincher no sepa castellano y nunca vaya a pasarse por aquí, porque su ego se inflaría de manera descomunal, aunque debe estar acostumbrado a los elogios. Creo que todos en el Cadillac hemos dejado demostrado con creces la admiración que despierta en nosotros, y eso que yo confieso que, tras «Seven», y reconociéndole cosas buenas en sus años posteriores, no volvió a entusiasmarme hasta «Zodiac» y todo lo que ha venido después.

      Un abrazo muy fuerte, muchísimas gracias por los elogios, los ánimos y tu devota participación y espero que te subas a bordo las veces que quieras!

      • Arzu permalink
        02/03/2012 16:19

        Me subiré, me subiré… Vais a tener que hacer una caravana de cadillacs para que quepamos todos.

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