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Terence Trent D’Arby, el hombre que pudo reinar

29/03/2012

Hay grandes olvidados en el mundo de la música que lo son porque están destinados a ello. Su estilo puede ser demasiado retorcido, su actitud puede no ser la correcta o, simplemente, pasan de ello. Hay otros, sin embargo, con los que es inexplicable discernir por qué han quedado relegados a un recuerdo lejano, pues lo tenían todo para marcar una época. Así es el caso que nos ocupa. Terence Trent D’Arby lo tuvo todo y en cantidad pero, poco a poco, fue desvaneciéndose, en parte por culpa de la jungla de las compañías discográficas, en parte por su propio talante, y, aunque ahora siga en activo, sólo unos pocos nostálgicos nos acordamos de él.

D’Arby llegó como un meteorito a la escena musical de 1987 con un histórico disco de debut, «Introducing the Hardline According to…», después de tener una extensa experiencia anterior como cantante y tras haber estado ya a sus veintipocos años en la órbita de las grandes discográficas. Estas no se equivocaban. En una estrategia inusual, el álbum fue lanzado primero en Europa, obteniendo un suceso inusitado. Basta decir que llegó al millón de discos vendidos (sí, definitivamente, eran otros tiempos) en apenas tres días. Su irrupción en el mercado estadounidense llegó unos meses después y, aunque no obtuvo el mismo histerismo de ventas, sí colocó inmediatamente a nuestro protagonista en la primera división, llegando el álbum hasta la actualidad con nada menos que 14 millones de copias despachadas. Michael Jackson y Prince, las dos grandes estrellas negras del momento y en una de sus épocas de mayor apogeo tras publicar, respectivamente,  «Bad» y «Sign o’the Times», miraban de reojo al debutante, que opositaba con fuerza para acceder a su trono. No es de extrañar. Terence, que, a diferencia de muchos otros artistas de su estilo componía todas sus canciones, tocaba la mayor parte de los instrumentos y ejercía labores de producción, acababa de sacar toda una obra maestra. Adornados con una voz privilegiada, de ángel, potentísima a ratos, tierna en otras ocasiones, los bombazos se sucedían uno tras otro. Desde éxitos a la primera escucha como los enérgicos «If you let me Stay»  y «Dance Little Sister» y la atmosférica «Sign your Name» a maravillas menos evidentes como la inicial «If you All Get to Heaven», «Wishing Well» o la versión de Smokey Robinson «Who’s Lovin’ you», que cerraba de forma estremecedora el disco.

La nueva «maravilla negra» estaba «on fire», que dirían los angloparlantes. Mimado por la crítica, consolidado como artista de éxito y, además, luciendo orgulloso en las carpetas de numerosas adolescentes por su evidente atractivo físico, no parecía que hubiera nada que pudiera parar a D’Arby. Pero, una vez más, el destino demostró cuan retorcido puede llegar a ser. Llegaba el otoño, plena temporada alta en el mercado discográfica, de 1989 con el nuevo álbum de Terence como uno de los grandes alicientes. Pero, de repente, todo falló. En «Neither Fish nor Flesh», nuestro protagonista se dejó llevar por su instinto artístico (algo muy loable) y lanzó un álbum reflexivo, intimista, claramente «down tempo», que, si bien esconde algunas grandes canciones (disfruten si todavía no lo han hecho con temas como «I Have Faith in these Desolated Times», «It Feels so Good to Love Someone Like you» o «To Know Someone Deeply is to Know Someone Softly»), resultó en un disco claramente inferior a su debut y, sobre todo, un suicidio como artista de éxito. CBS tampoco contribuyó en nada para paliar el fracaso (imaginen el rebote que tenían los señores directivos al ver como su gallina de los huevos de oro se había quedado clueca de repente). Las malas lenguas también aducen que el surgimiento en esa época de otro superventas como Lenny Kravitz agotó el supuesto cupo reservado para estrellas negras.  Pero, en definitiva, todo el asunto quedó en una decepción general y el comienzo de los problemas con la industria del artista.

Pero no olvidemos que estamos hablando de un grande. Y como un grande, se lamió las heridas y, pese a que tardó lo suyo, resurgió por todo lo alto en 1993 con «Symphony or Damn», un maravilloso álbum de largo recorrido, en el que D’Arby mostraba de manera magistral todas sus posibilidades. Desde el rock potente de «She Kissed me» (siempre he fantaseado con lo bien que hubiera encajado nuestro protagonista en una gran banda de hard rock) al precioso final con «Let her down Easy» se despliega una pasmosa variedad de ritmos, desde su regreso a «hits» incontestables como «Do you Love me Like you Say?» o «Delicate» (su famoso dueto con Des’ree) al imaginativo funk de «Baby Let me Share my Love», «Neon Messiah» y «Succumb to Me», del pop clásico de «Penelope Please» a la complejidad de «Turn the Page», de la riqueza instrumental de «Castillian Blue» a la desnudez de la preciosa «I Still Love you». Su segunda obra maestra, compitiendo en dura pugna por ser su mejor disco con «Introducing the Hardline…»; recuperación del fervor crítico prácticamente unánime y un moderado resurgir en ventas (especialmente en su «patria chica» del Reino Unido). Un saldo más que positivo.

Sin embargo, las malas relaciones con Columbia continuaban y se hicieron definitivamente insostenibles en 1995, cuando D’Arby lanzó su último disco con la compañía, «Vibrator», un buen álbum, aunque de nuevo muy inferior a su antecesor, que apenas fue promocionado, acabando con la salida de nuestro artista de la compañía. En medio de una gran crisis personal, decidió cambiar su nombre al actual de Sainanda Maitreya y firmó contrato al año siguiente con Java Records para su siguiente lanzamiento, «Terence Trent D’Arby’s Solar Return», que no llegó a ser editado en medio, nuevamente, de un gran conflicto con la discográfica, de la que salió inmediatamente. Tras años sin noticias de él, Sainanda se mudó a Europa, más concretamente a Italia, en 2001 y lanzó, a través de sellos independientes, las canciones que habían quedado inéditas cinco años antes bajo el nuevo nombre de «Wildcard», otro buen disco, aunque demasiado irregular, con alguna canción brillante y demasiado material de relleno. Esta sería su última colaboración con sellos discográficos, continuando su carrera hasta la actualidad lanzando sus siguientes discos y canciones únicamente a través de su página web. De esta época es mi único concierto con D’Arby/Maitreya. En un evento organizado por una poderosa radiofórmula en las madrileñas fiestas de San Isidro de 2003, nuestro insigne cantante compartió un extraño cartel con un aún no consolidado Quique González y con el malogrado Antonio Vega. Pese a lo precario de su horario y las limitaciones de unos músicos de acompañamiento transalpinos que claramente no estaban a su altura, dio todo un recital de clase y voz que me hizo maldecir, como tantas otras veces, a la inopia musical de las grandes masas, entretenidas con tantos fantoches que, entre todos, no suman ni un 1% del talento del olvidado Terence. Todo un rey sin corona.

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18 comentarios leave one →
  1. Jorge Luis García permalink*
    30/03/2012 10:50

    Gran artículo, Albert. Admito que yo fui de los que se compraron el casette de «Introducing the hardline…» y después le perdieron la pista. Tenía el talento, las canciones, la voz y la imagen. ¿Qué cojones falló? Pues no sé, pero con el segundo disco yo casi no le escuché en la radio ni llegué a ver sus vídeos en televisión. Creo que hubo un grave problema promocional por parte de CBS, pero es que, por mucho que le defiendas, él tampoco volvió a crear otro «If you let me stay», otro «Wishing well» ni otro «Sign your name».

    • Alberto Loriente permalink*
      30/03/2012 12:16

      Entre unos y otros su carrera comercial se fue por la borda. Pero Jorge, te invito a escuchar atentamente «Simphony or Damn». Creo que ahí hay un pedazo de disco que no tiene nada que envidiar al primero.

    • 07/06/2012 19:44

      Ni falta que le hacía crear, eso es ya la guinda, encima compone, arregla y escribe…. Le basta con interpretar, porque este señor tiene una forma de cantar y una voz (o como dicen los que van de entendidos, un color de voz) que te envuelve. A mi aún me deja alucinada su versión de A change is gonna come, de Sam Cooke. D’Arby me parece un músico con un talento impresionante.

      Alberto, me ha encantado que escribieras sobre el. Aunque también te digo, que no puedo con Sign your name, reconozco su calidad, etc… pero no puedo con ella jajaja.

      Un saludo a todos.

      • Alberto Loriente permalink*
        07/06/2012 20:51

        Estoy de acuerdo, rubia, en que lo de que el hecho de que componga y toque todos los instrumentos es la guinda con ese vozarrón. Pero eso da muestra de su magnitud como artistazo. Y tienes que vencer esa manía con «Sign your Name»…¡es maravillosa! Muchas gracias y un saludo!

  2. joaquin graña martin permalink
    29/04/2013 23:32

    Yo desde mi ignorancia , creo que como no me dedico a valorar discos ni ventas ni compañias para mi con solo haber creado una sola de esas canciones que uno roza esa mezcla de fuerza debilidad ternura rudeza ese idioma universal que no sabes que cojones dice la cancion pero es que prefieres ni saberlo ya merecio la pena , quizas simplemente es que dar todo es eso vaciarte y se acabo solo pido que la gente joven un dia que esten tranquilos relajados en su casa y de repente en casa del vecino por casualidad se oiga una camcion de el se quede de piedra y su mente perpleja piense que se habar sido un sueño

    • Alberto Loriente permalink*
      30/04/2013 12:02

      No lo has podido decir mejor, Joaquín. Ojalá muchos vecinos ‘veteranos’ instruyan a los jovencitos y éstos puedan disfrutar de alguien tan grande como Terence Trent D’arby. Por desgracia, dudo que de otra manera puedan descubrirlo, ante lo (injustamente) olvidado que está en la actualidad.
      Un saludo

  3. martin permalink
    26/09/2013 17:31

    Terence trent d arby es un genio. Aun hoy no perdio su voz y su encanto. El tema es que hizo un cambio radical absoluto. Si te fijas en su canal de youtube. SANANDA ya no hace ningun hit que tantos frutos le dio por mediados de los ochenta y principios de los noventa. Creo que su disco es Simphony or Dawn el otro dia fui a la casa de un amigo y lo escuchamos entero dos veces seguida. Es uno de mis artistas favoritos junto a Stevie Wonder y Prince. Larga vida a Terence! Excelente articulo men.un abrazo desde argentina. Martin

    • Alberto Loriente permalink*
      29/09/2013 23:41

      Muchas gracias, Martín. Me alegro de que te haya gustado el artículo y de que Terence tenga fans en Argentina. Coincidimos en ‘Simphony or Damn’. Pese a que ‘Introducing…’ es una obra maestra indiscutible y su disco más popular, la exuberancia y la variedad de ‘Simphony…’ le hacen uno de esos discos que me arreglan el día. Una maravilla.

      Un saludo

  4. 07/04/2014 14:24

    Gracias por la reseña Alberto. Después de varios años en los que había dejado a TTD/Sananda en el tintero, estos días estoy rescatando su música. Ha sido curioso encontrar esta entrada relativamente reciente hablando sobre su progreso y su talento.

    Este hombre ha llegado a hacer discos buenísimos, cuyos contenidos escapan a toda clasificación o etiquetado. Una mezcla de estilos que deja de ser mera mezcla y se convierte en “otra cosa”, en música viva, atemporal, llena de energía y sensibilidad, que te transporta mentalmente a otras esferas de la conciencia. Permitiéndome disentir contigo, “Vibrator”, uno de sus álbumes más desconocidos (el último que publicó con Sony Music, en 1995), es para mí una obra maestra tan grande, que se ha llegado a convertir en mi álbum favorito de toda época o artista. Es una andanada de creatividad alucinante. “WildCard”, por su parte, el primer álbum que compuso después de cambiar de nombre, lo considero una auténtica delicatessen para los oídos. Lo que caracteriza en mi opinión a este disco es el cuidado tan exquisito en la producción instrumental, suena todo con una elegancia inusitada.

    Por lo que a mí respecta allí me quedé, hasta que ahora he vuelto a retomarle la pista. Ha compuesto un largo puñado de álbumes desde aquel lejano 2001. He escuchado varios temas y parece que ha evolucionado hacia un estilo pop/rock más convencional, teñido inevitablemente, eso sí, de sus característica seña personal. Pero por ahora no he encontrado nada tan interesante como los fabulosos 5 primeros discos de estudio, que figuran como joyas privilegiadas en mi colección. Animo a todo amante de la música pura y auténtica a que descubra a este canalizador. Le sorprenderá.

    Por cierto que yo también estuve en el concierto gratuito que ofreció en Madrid (no fue en 2003, sino en 2002). Fue una actuación memorable, y tras la misma Terence/Sananda se dedicó a atender a los seguidores tras las bambalinas durante más de una hora, pese a sentirse visiblemente cansado. Yo tenía ese concierto completo grabado en un dvd, pues lo emitieron a través de 40tv o un canal similar. Lamentablemente lo perdí, y la única copia que había circulando en YouTube, ha desaparecido. Si lo tienes o hay alguien que lea esto y conserve todavía una copia, le agradecería enormemente que nos lo hiciera saber y lo colgara de nuevo en YouTube o lo dejara disponible de alguna forma para descargar.

    Afortunadamente hay mucho material de él en video para ir disfrutando por internet.

    ¡Saludos!

    • Alberto Loriente permalink*
      07/04/2014 20:31

      Hola, El LIbrero Callejero!

      Me encanta que hayas llegado a mi querida entrada del gran Terence.

      Siento no poder ayudarte en tu búsqueda. No tengo ese material y, de hecho, creo que nunca me dio por visionarlo en YouTube, pero desde aquí insto a quien lea estas líneas a que te ayude en el cometido.
      No comparto el estatus de obra maestra que le otorgas a ‘Vibrator’, pero sí que estoy de acuerdo es que es un álbum totalmente a recuperar, paso injustamente desapercibido para estar seguramente entre lo mejor que nos dio su año.
      Algún día tengo que imitarte y recuperar al Terence (esto…Sainanda) más actual, algo que he pensado alguna vez y con lo que nunca me he puesto al final (ya sabes, ¡hay taaantos discos que escuchar!).
      Me encanta que gracias a mi modesto post hayan podido aflorar algunos fans de Terence. Hoy en día parece alguien totalmente olvidado, pero mira tú por donde su post se ha convertido en uno de los ‘sleepers’ de este blog, recibiendo aún un apreciable número de visitas diarias que muchos otros más ‘populares’ ya querrían.

      Un saludo y viva Terence Trent D’Arby!

  5. 27/08/2014 6:38

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  6. emi permalink
    22/01/2015 2:18

    cuando era jovencita(vamos,una cria)me encanto el dance little sister(tengo 37 años)y lo estoy volviendo a redescubrir,una joyita de funk y soul……..nada mejor para relajarte que delicate con una copa de vino fria y buena compañia…..brutal,que conste que soy heavy!

    • Alberto Loriente permalink*
      22/01/2015 12:05

      Hola, Emi.
      Sin duda, has hecho muy bien redescubriendo a Terence: un grande es un grande sea el género que sea y Terence para mi lo es. No me extraña que te gustará ‘Dance Little Sister’, yo recuerdo el exitazo de Terence en los 80 y , sobre todo, su éxito en las carpetas de las adolescentes, pero no fue hasta años después que me metí de lleno en su música siguiendo los sabios consejos de la Popular 1.
      Y no creo que haya ningún problema en compatibilizar hard rodk/heavy con Terences. Yo lo hago sin problemas y muchos de sus fans españoles son rockeros de pro. De hecho, siempre he pensado que será un estupendo cantante de hard rock, en la onda Whitesnake 70’s o los Deep Purple de Glenn Hughes. Escucha ‘She Kissed me’ y verás.

      Un saludo y gracias por comentar!

  7. 05/04/2015 11:28

    Para «Introducing» fué algo que no olvidaré , el segundo me llego de lleno también en plena crisis existencial , por lo encajó completamente en mi mundo en ese momento… No entendía esa desafección del mercado por él , ahora, después de este artículo, todo me cuadra.

    • Alberto Loriente permalink*
      05/04/2015 15:16

      Hola, Miguel Ángel,

      Lo cierto es que fue comprensible cierto rechazo a su segundo disco, la verdad es que Terence no lo dejó fácil y entregó un álbum de todo menos comercial después del exitazo de ‘Introducing…’. Aunque su calidad debería haber bastado para que su carrera no se hubiera visto tan afectada. Y es una obra que no me extraña que encajara perfectamente en tus momentos bajos, es absolutamente ‘down’. A mi me supusieron vitalmente más tanto su primer disco como el tercero, éste lo viví de una manera más ‘objetiva’.
      Un saludo y gracias por comentar!

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