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La extraordinaria e injusta historia de Los Piratas

22/09/2016

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Los Piratas aparecieron una década antes de lo que se les esperaba. Con esta afirmación se podría resumir la trayectoria de uno de los más interesantes grupos que surgieron en nuestro país entre finales del siglo XX y los primeros coletazos del XXI. Y es que Los Piratas fueron una extraordinaria banda de rock que no llegó a encontrar un espacio en el que ver reconocido su verdadero potencial. Hagamos memoria. En los años 90 eso de la escena independiente era algo muy muy minoritario, y en el pequeño segmento de nombres ‘indies’ con una repercusión más o menos importante lograron colarse Los Planetas y poco más, ya que la explosión de Dover fue una especie de milagro irrepetible. En una época sin la difusión masiva que supone internet, los altavoces de los grupos se limitaban a los medios de comunicación convencionales, por lo que si te separabas mínimamente de los sonidos establecidos corrías el peligro de quedarte fuera. Y eso es lo que en parte sucedió con Los Piratas, una banda que vivió en continuo equilibrio entre el mainstream y la escena alternativa, un alambre por el que en la actualidad caminan sin problemas numerosos nombres como Vetusta Morla o Love of Lesbian, pero que en su momento era una misión casi imposible. Y así resultó. Y de forma paradójica pero también casi lógica, desde el mismo momento de su desaparición, allá por 2004, con la irrupción de las redes sociales y la eclosión de la escena independiente, la banda fue ocupando el prestigio y el lugar que en vida se le había negado.

Por resumir un poco su trayectoria, Los Piratas fue un grupo de Vigo liderado por el carismático Iván Ferreiro, que evolucionó a pasos acelerados del pop-rock más convencional a juguetear poco a poco con la electrónica, siendo esta la que finalmente envolvió buena parte de su sonido. Y ese gusto por experimentar fue seguramente su mayor tesoro pero también su cruz, ya que, volviendo a insistir, no estaba en aquel momento el público mayoritario ni acostumbrado ni dispuesto a asumir riesgos. Pero por el camino la banda dejó un buen número de increíbles canciones, algunas convertidas casi en himnos, que por su indudable calidad lograron escapar a cualquier moda o etiqueta, siendo hoy consideradas parte fundamental de la historia de la música en España. De ellas vamos a valernos para recordar un poco más a fondo la trayectoria de uno de los nombres que fue, pero que pudo y debió haber sido mucho más.

«Quiero hacerte gritar»
Quiero hacerte gritar (1993)

Ya desde sus inicios Los Piratas no fueron una banda al uso. Después de mostrar sus maquetas a todas las discográficas del país, su primer contrato lo firmaron con una supermultinacional como Warner, y su primer disco fue un directo, «Disco Pirata». En su Vigo natal ya eran muy conocidos y tenían numerosos seguidores (ya bautizados como «fieles»), pero no deja de sorprender escuchar en su primera grabación cómo el público corea las canciones. Dejando de un lado esta curiosidad, tanto ese directo como el posterior disco en estudio, que básicamente recogía la mayoría de los temas del directo regrabados y adornados bajo el título de «Quiero hacerte gritar», eran una demasiado típica colección de canciones entre el pop y el rock más tímido e inocente. La peculiar voz de Iván Ferreiro era prácticamente lo único que llamaba la atención en un grupo que, de no haber tenido ese afán por evolucionar, se hubiera quedado en la nadería más absoluta (al menos artísticamente).

De aquellos temas podría destacarse tal vez «Quiero hacerte gritar», por lo descarado de la letra, totalmente descriptiva del momento que vivía los integrantes la banda, un momento de exclusiva búsqueda del divertimento, por otro lado propio de su juventud, con un vídeo muy a lo «Smell like teen spirit». Ya llegarían momentos más trascendentales, oscuros y pesimistas.

«Promesas que no valen nada»
Poligamia (1995)

El siguiente trabajo de Los Piratas, «Poligamia», ya comenzó a mostrar la verdadera personalidad de la banda. A los mandos de la producción se puso Juan Luis Giménez, el guitarrista modernete de Presuntos Implicados, quien se convertiría en una figura clave en la fase de explosión del grupo. En general, aunque el disco se movía más o menos en los mismos parámetros de su debut, sí que se notaba algo más de pericia en los arreglos, más rabia en las interpretaciones y sobre todo un salto de calidad en la composición de las canciones, destacando cortes como «El mundo de Wayne», «Mi tercer pie», «Tu perro guardián» (con la colaboración de Mikel Erentxun y Diego Vasallo) o «Condenado».

Pero sin duda «Poligamia» será recordado por incluir «Promesas que no valen nada», uno de los grandes himnos del grupo y me atrevo a decir que del rock en castellano. El tema era sin duda su canción más madura hasta la fecha, llena de dudas y contrariedades, con una instrumentación más trabajada, con las guitarras más distorsionadas y con un estribillo legendario, y con ese final enlazando con unos versos de «Insurrección», que en los directos se convertía en un karaoke estremecedor casi completando la canción de El Último de la Fila. El tema resultó el puente óptimo para el salto de calidad que se les suponía.

«Mi matadero clandestino»
Manual para los fieles (1997)

Para su próximo disco, «Manual para los fieles», Los Piratas se decidieron a dar el paso a otro nivel, y a buen seguro que lo lograron. Poco quedaba ya del pop juvenil y liviano que inundaba buena parte de sus anteriores trabajos, aquí ya hay una banda asentada, ambiciosa y con un puñado de canciones irresistibles, me atrevo a decir que las mejores de toda su carrera (si bien no incluye ninguno de sus dos o tres mayores éxitos). El sonido se ha musculado definitivamente, empiezan a aparecer bases electrónicas y algunas canciones están adornadas por toques del folk gallego, nada que deba espantar, siendo únicamente detalles que ejemplifican la inquietud de la banda.

La canción más impactante y directa del disco era «Mi matadero clandestino», tema que Warner metió en la versión española de la película «Batman y Robin», que no es mucho decir, pero que al menos evidencia la confianza que la compañía aún tenía en la apuesta. «Mi matadero clandestino» está llena de guitarras poderosas, dobles voces y versos que se entrelazan y atropellan, con una enigmática letra y un estribillo que marca el momento más ‘hard’ del grupo hasta la fecha (y posiblemente también hasta su separación).

«Mi coco»
Manual para los fieles (1997)

En un tono más relajado pero igual de intenso, «Mi coco» se convirtió rápidamente en una de las favoritas de sus seguidores (y me permito decir que también del arriba firmante). Con toda la euforia juvenil olvidada definitivamente, las dudas existenciales, el dolor y la trascendencia marcaban el tono de esta emocionante canción que ya evidenciaba definitivamente la madurez compositiva del grupo y su fuerza en la interpretación, haciendo además acopio de una buena colección de versos inolvidables. Como muestra el vídeo, era costumbre en los conciertos dejar el estribillo final al público, con Iván Ferreiro gritándolo sin micro, resultando uno de los momentos más emotivos de sus actuaciones.

«M»
Manual para los fieles (1997)

Y otra de las favoritas de sus «fieles» seguramente fuera «M», posiblemente la canción más redonda de su repertorio. Un medio tiempo tirando en esta ocasión más al pop, asentada en un riff distorsionado, y cuya letra desnuda, dramática y totalmente identificable llega con facilidad a cualquiera que le dé una escucha. Musicalmente es casi un ejercicio de equilibrista que distorsiones, acústicas, teclados e incluso violines encuentren su hueco perfectamente definido, sin quitar aire ni naturalidad a la canción, llenándola de destellos.

«My way»
Fin (de la primera parte) (1998)

Como suele ser habitual, la llegada de la popularidad les sorprendió de la forma más inesperada, e incluso injusta. Con «Manual para los fieles» habían logrado aumentar algo su número de seguidores, si bien su repercusión quedaba todavía muy lejos de lo que realmente merecían. En un nuevo intento de Warner por impulsar la carrera de la banda, editaron un recopilatorio bajo el título «Fin (de la primera parte)» con un par de canciones nuevas, la correcta «Vacío» y la espectacular «Hoy por ayer», además de incluir una revisión de «Promesas que no valen nada», arropándola de nuevos pasajes eléctricos. Y en una nueva pirueta se lanzó una nueva edición del disco con el añadido de una versión del legendario «My way» que apareció en un anunció de cierta compañía telefónica ya desaparecida. Y ese fue el pelotazo, una versión incluida en un recopilatorio a última hora por salir en un anuncio de televisión. La antítesis de lo romántico.

El tema resulta una versión molona, plena de guitarrazos, con continuas subidas y bajadas. Vamos, una revisión espectacular pero que ni mucho menos debió ser el detonante del éxito de la banda. Pero así fue. Prueba de ello es que el grupo rara vez interpretó el tema en directo.

«Años 80»
Ultrasónica (2001)

Llegados a este punto, el siguiente álbum de la banda marcaría el devenir de su carrera. Y aquí volvieron a surgir las dudas y contrariedades derivadas de su peculiar equidistancia entre lo comercial y lo alternativo. Las inquietudes artísticas llevaron a Los Piratas a distanciarse levemente del rock más puro, aunque sin llegar a domesticar las guitarras, para introducir la electrónica en su sonido, virando de forma clara a grupos como Radiohead. Con el nuevo material entre las manos, «Ultrasónica», la compañía no llegó a saber cómo venderlo, sugiriéndoles que se trataba de una colección de canciones demasiado comercial para lo ‘indie’, pero sin ningún gancho definitivo para poder radiarse en las radiofórmulas.

En este punto, imagino que con una mezcla de decepción e incitación, se plantearon el hit definitivo, quizás de forma totalmente artificial. Y así fue la respuesta a la compañía, queréis un pelotazo, pues tomad pelotazo: «Años 80». De esta forma el grupo despachó su single más inmediato y su mayor éxito, llegando a audiencias inéditas hasta entonces (y también perdidas rápidamente).

«El equilibrio es imposible»
Ultrasónica (2001)

Pero la joya de «Ultrasónica» no era, categóricamente, «Años 80», sino «El equilibrio es imposible», una delicia de balada, de nuevo insistiendo en las contradicciones de pareja. Musicalmente las acústicas más orgánicas conjugan de forma totalmente natural con la electrónica más industrial, envolviendo a una melodía deliciosa, en uno de los puntos álgidos de toda la carrera de la banda.

«Teching»
Ultrasónica (2001)

Por otro lado, el tema más arriesgado del disco se encontraba en su apertura. «Teching» es una puta maravilla repleta de samplers, electrónica industrial, loops y duros guitarrazos en un corte lleno de depresión, oscuridad y un «corazón lleno de moscas que se mueren, guardado en un cajón con una llave y un cepillo. 420 pisos, 2 hospitales y un camión guardan esta caja que flota en el mar». El vídeo incrustado, perteneciente al concierto de despedida que realizaran pocos años después en La Riviera, es un acojonante y maravilloso caos sonoro, al que se une un Enrique Bunbury en su fase también quizás más oscura y/o decadente. Realmente, escuchando esta canción y otras como«Filofobia», «Inevitable» o «Caótico neutral», se me hace difícil entender que la compañía pretendiera vender el trabajo como un disco comercial. Por otro lado, temazos como los tres destacados aquí, más otros como «Jugar con los coches», «El cielo de lo nuestro» o «Disimular», confirmaban que Los Piratas era uno de los mejores grupos de su generación.

Pocos meses después lanzarían una reedición del disco completándolo con «Sesiones perdidas», un cd extra donde la experimentación iba más allá, mostrando nuevas versiones, maquetas, directos y un buen puñado de caprichos sónicos cuya categoría de canción casi es difícil de mantener. No obstante, entre los descartes rescatados destacaban la espectacular «Antinatural» y la preciosa «Sondear».

«Inerte»
Relax (2003)

El último salto mortal de Los Piratas (rebautizados como únicamente Piratas desde «Ultrasónica») llegaría de la mano de la producción de Suso Saiz, por entonces sinónimo de vanguardia, abrazando ya completamente la instrumentación electrónica, olvidando definitivamente las guitarras en su sentido más rock y, a ritmo bajo y fuego lento, llenando las canciones de atmósferas, y haciendo de ellas una atmósfera propia. Así, el arriesgado «Relax» recibió una tibia acogida por buena parte de sus seguidores, lo que unido a su temerario cambio de rumbo, les hizo perder definitivamente el status de grupo popular que habían logrado fugazmente.

El primer sencillo del disco sería «Inerte», (para mí) una deliciosa canción pop llena de clima, repleta de detalles, con un Iván Ferreiro casi siempre en tonos muy bajos, muy sugerente y, definitivamente, adelantando lo que sería un álbum muy Radiohead. En él, una de mis favoritas sería el ‘electro-blues’ «Audrey», puro erotismo en un homenaje a uno de los más célebres e inolvidables personajes de «Twin Peaks». Pronto el grupo dio muestras de frustración al no haber sido entendida (o aceptada) su nueva propuesta.

«Respuestas»
Relax (2003)

Como segundo sencillo, casi testimonial, se lanzó «Respuestas», un tema aun más anticomercial, repleto de programaciones, que sirvió para dar rienda suelta a un buen puñado de grabaciones que se quedaron en el tintero durante la grabación de «Relax», haciendo del single prácticamente un nuevo disco, al igual que sucedería con el tercer sencillo, «Dinero». Realmente estas canciones sí que son el súmmun de la experimentación y su accesibilidad es casi nula. No obstante, la presencia de una joya oculta como «Santadrenalina» ya hace que merezca la pena.

«El viaje sideral del pequeño saltamontes»
Fin (de la segunda parte) (2004)

Así, pocos meses después de la publicación de «Relax» la banda anunció su separación, un adiós que tendría forma de concierto en octubre de 20o3 en La Riviera y que se publicaría meses después en un cd+dvd bajo el título de «Fin (de la segunda parte)». Fue esta sin duda una agria despedida para los seguidores de la banda, que habían recibido su último álbum de estudio con cierta decepción y que poco después se encontraban con la sorpresiva noticia de la ruptura definitiva.

El concierto del adiós fue lo que tenía que ser, una celebración, contando además con la presencia de Amaral, Bunbury y El Drogas. También es cierto que dado el reciente lanzamiento de «Relax» los temas de este disco seguían tenían un peso especial en el show, pero la banda no escatimó en rescatar todos y cada uno de sus éxitos, algunos olvidados en sus últimas giras, como «My way», «El mundo de Wayne» o «Mi tercer pie». Como último tema del set list dejaron, a modo de regalo para sus fans más acérrimos, «El viaje sideral del pequeño saltamontes», un lisérgico recuerdo de los tiempos del «Manual para los fieles».

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Poco después, algunos de los miembros de la banda emprendieron carreras en solitario, como el guitarrista Fon Román o, lógicamente, Iván Ferreiro, quien a día de hoy tiene ya una más que consolidada trayectoria, con altibajos, pero con un puñado de grandes canciones y un estilo muy personal. Del resto de componentes de la banda poco más se llegó a saber, y lo que se supo, como en el caso del batería, conocido como Hal 9000, fue triste (que descanse en paz, y rodeado de música, por supuesto).

La paradoja y la injusticia (o la justicia poética) hizo que casi desde el mismo momento de su separación el grupo comenzara a adquirir un status de culto, y me atrevería a asegurar que a día de hoy cuenta con más simpatizantes que en su época de mayor popularidad. Cómo resultaría una reunión de la banda en estos momentos es difícil de saber y muy poco probable de comprobar, pero sí creo intuir que, si el grupo hubiera surgido ahora mismo, no hubiera tenido muchos problemas para convertirse en uno de los nombres de referencia de la peculiar escena rock nacional. Se adelantaron 10 años.

lospiratas

 

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8 comentarios leave one →
  1. XandreRL permalink
    23/09/2016 15:19

    Teniendo algunas apreciaciones, a nivel personal («Vacio» correcta? ; «Poligamía» no se movía en los parametros de su 1er. disco, solo «Mi tercer pie» vale más que todo el resto de su discografía anterior, es «El mundo de Wayne..» la única rémora de aquellos primero tiempos..- ; la brutal «Antinatural» ya se había editado como cara B de «Hoy por ayer» ; Canciones como «Fecha caducada», «Te echaré de menos», «Tan fácil» o «Comarcal al infierno», verdaderos himnos y columna vertebral de su discografía, debían ser mencionadas ; «My Way» fue interpretada en bastantes ocasiones hasta «Relax», donde si que desapareció hasta que la tocaron en el «Fin de la 2ª parte» ; La canción más redonde de «Ultrasonica» no sería «El equilibrio..», siendo una maravilla, sino «Disimular», quizás la cumbre de la «canción pirata estandar» con sus guitarrazos, su voz salvaje y esas melodias, puentes y estribillos marca de la casa) que no deja de ser cuestión de gustos, la argumentación no deja de ser perfecta y lo que muchos fieles hemos pensado desde hace mas de una década que se separaron. Los ejemplos de LoL o, sobre todo, Vetusta, son los que siempre hemos manejado en un «y si…» de la hipotesis de unos Piratas en el S.XXI

    C’est la vie. Siempre nos quedará el recuerdo de lo vivido y lo privilegiados que pudimos ser

    • Sergio Almendros permalink*
      25/09/2016 13:07

      Gracias por tu aportación XandreRL.
      Respecto a tus puntualizaciones, realmente no sabía que ‘Antinatural’ estuvo en la cara B de ‘Hoy por ayer’. Y respecto a los demás matices,tú lo has dicho, cuestión de gustos (aunque creo recordar que ‘My way’ tampoco se tocó ya en la gira de ‘Ultrasónica’.

  2. Andres D. permalink
    02/11/2017 23:52

    He llegado hasta aquí por casualidad y me ha encantado el artículo. Es más mis felicitaciones por la web, gran y buen detallada información sobre grandes bandas, películas, y libros. Sin duda le echaré un vistazo a otros artículos.

    Como gran seguidor de Piratas, me ha encantado encontrar a más gente que los sigue y que tiene un conocimiento amplio de su discografía como se muestra aquí. Por lo que he podido ver en comentarios de YouTube en muchas de sus canciones, todavía hay una buena comunidad de “fieles”. Es sin duda un grupo muy especial, sus letras y composiciones me han marcado y lo siguen haciendo. Concuerdo plenamente con la entrada, es un poco injusto que la información incluso online acerca de este grupo se limite a unas pocas noticias de alguna hemeroteca de algún periódico o alguna referencia a la vieja banda de Iván Ferreiro. Creo que su lugar en la música debería ser más grande, pero bueno de alguna manera es un tesoro escondido para aquellos que lo buscan. Son tantas las canciones… El equilibrio es Imposible es simplemente un himno, Paciencia, Inevitable… Incluso las sesiones perdidas, siempre soñé con encontrar una versión extendida de Sondear. Hay tanto que podría hablar de este grupo que me faltan las palabras para recopilar tantas emociones en forma de canción. En definitiva, gracias por redactar este artículo y enhorabuena por el blog.

    • Sergio Almendros permalink*
      03/11/2017 14:07

      Gracias por tus palabras, Andrés. Celebramos tanto tu llegada como tu gusto por Los Piratas. Un saludo!

  3. 05/04/2018 0:31

    Buenas tardes, alguien sabe a que canción de los años 80, se refiere la cancion (Años 80)??
    Gracias,

  4. Cesc permalink
    14/03/2022 10:32

    3 conciertos pude presenciar en directo cuando nadie les conocia. Y te diria que junto a los planetas y según el dia son mi grupo favorito.Larga vida a los fieles

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