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M. Ward y Damien Jurado, retorno al pasado

17/04/2012

En estos tiempos de mp3 furtivos, ipods petados con canciones sueltas, culto al hit instantáneo y ediciones especiales que llenan con metralla los 80 minutos del CD, es reconfortante encontrar a artistas que aún creen en el formato álbum, que se preocupan de que sus obras tengan una coherencia interna, una concisión y una duración ajustada. En definitiva, que pulses al play y 40 minutos después tengas la sensación de que has vivido un viaje en el que el todo es más que la suma de las partes y cada canción se siente importante. Los grandes clásicos eran así (salvo honrosas excepciones), pero cada vez estamos más acostumbrados a las 16 o 17 temas, a los inevitables rellenos y a la imposibilidad de escuchar un disco del tirón porque ni te da tiempo ni merece la pena. Surge esta pequeña reflexión de la escucha de dos trabajos recientes que reivindican el formato largo y que, al mismo tiempo, nos sumergen en un pasado musical ideal o soñado, que alguna vez existió pero que parece no tener sitio en estos tiempos vertiginosos: “A wasteland companion”, de M.Ward, y “Maraqopa”, de Damien Jurado, dos de los más cualificados representantes de esa etiqueta llamada “Americana” en la que caben muchas cosas distintas pero que al contrario que otras corrientes más efímeras lleva años gozando de una buenísima salud.

Matt Ward, oriundo de Newbury Park (California), ya es una pequeña leyenda en el panorama indie sección cantautor de raíces, merced a una discografía que desde “Transfiguration of Vincent” (2003) no tiene fisuras y a su mediática colaboración con la también actriz Zooey Deschanel en el dúo She and him. La música de M.Ward parte de un pasado que habría que situar en el rock’n’roll primigenio de Buddy Holly, se expande hacia el folk, el country, el blues y el góspel , y desde ahí traza puntos de fuga hacia el glam de T.Rex y  el pop adhesivo y glorioso de Phil Spector.  La producción analógica, como a medio cocer, ni muy lo-fi ni muy recargada, y una fascinante capacidad para encontrar el requiebro inesperado dentro de fórmula canónica terminan de dar sabor a su cóctel de clasicismo atemporal y casi siempre emocionante.

En este sentido “A wasteland companion” es otra muesca más en su revólver, acaso inferior a su obra cumbre, “Post-war” (2006), pero ciertamente al mismo nivel que su anterior, “Hold time” (2009). El disco se abre con la delicadeza de “Clean slate” antes de abordar un bloque de temas rápidos y luminosos en el que destaca el irresistible balazo pop-rock de “Primitive girl”, la bailable “Sweetheart”, versión de Daniel Johnston (otra más para el catálogo) con la participación de Deschanel, y el standard “I get ideas”, popularizado por Louis Armstrong, a ritmo de rockabilly.

«The first time I ran away» inaugura una segunda parte más contemplativa, despojada y atmosférica, pero profundamente melancólica y ensoñadora, únicamente rota por “Watch the show”, o cómo sonaría el traqueteo del tren de mercancías de Johnny Cash irrumpiendo en una película de David Lynch. Escuchando estas canciones tan frágiles parece mentira que el disco se haya grabado en ocho estudios distintos y haya tenido numerosos invitados (John Parish, Howe Gelb, Steve Shelley) metiendo mano, tal es la atmósfera de intimidad etérea que las impregna. Aunque menos presente que en entregas anteriores, aquí también hay espacio para el exquisito fingerpicking acústico de Ward, quizás más interesado en este disco en afianzarse como vocalista, siempre con ese personal  tono entre somnoliento y vaporoso. En definitiva, otro gran disco de un artista que demuestra saberse al dedillo el abecé de la música tradicional norteamericana y que sabe presentar lo antiguo como si fuese nuevo.

Lo de Damien Jurado es parecido, pero no es igual. Dueño también de una larga carrera que comenzó a finales de los 90 bajo el amparo del sello Subpop, el de Seattle ha ido forjando su prestigio en discos de songwritter espartano, aunque su encuentro con el productor Richard Swift en “Saint Bartlett” (2010) sirvió para ampliar su paleta estilística y dejar entrar la luz en su cancionero habitualmente taciturno y espectral. “Maraqopa”, su decimoprimera referencia en estudio (también junto a Swift), es su obra más redonda y un clásico instantáneo de 2012. Con la vista puesta en el Neil Young de “After the gold rush”, Jurado extiende como una mullida alfombra al calor de la chimenea su folk-rock de regusto setentero, enriquecido por enigmáticos arreglos y confortables colchones de órgano que contribuyen a crear una atmósfera onírica y ligeramente irreal. “Nothing  is the news” nos introduce en ese universo fantasmal a través de guitarras blueseras entrelazadas y efluvios psicodélicos servidos desde un Hammond pletórico. “Life away from the garden” vuelve a recordar a Young, esta vez al que se rodeaba de coros infantiles en “Living with war”, y “Reel  to reel” le hermana con Spector pero sin muro de sonido.

La diversidad de coros, armonías, voces dobladas y falsetes –memorable el de «Museum of flight», lo más parecido a un hit que Jurado ha escrito nunca- aporta tonalidades y texturas a unas canciones sutiles que huelen a madera y humedad y que reclaman para sí la sabiduría de la sencillez. Así, se suceden la sensibilidad extrema de “Working titles”, la placidez a media luz de “Everyone a star” o la belleza eufórica de “So on Nevada”. Para cuando “Mountains still asleep” llega a su final uno tiene la certeza de haber escuchado una de esas obras que desafían a la urgencia y el vértigo del presente y que nos recuerdan que todavía merece la pena, incluso es necesario, sentarse en el sillón o tumbarse en la cama y dedicarle una pequeña parte del día a viajar a otro tiempo a través de la música.

5 comentarios leave one →
  1. 17/04/2012 13:27

    Interesantísimo post. A decir verdad, no tenía ni idea de la existencia de ambos. Los detalles concisos y la estupenda redacción ayudarán a que me sumerja en esos dos. Muy buena entrada, como siempre. Da gusto leeros. Un abrazo bien fuerte y seguid así.

    PD: ¿Alguno de vosotros me puede decir dónde ver la serie «Justified» en internet? Es que con vuestra entrada me picó la curiosidad.

    • Rodrigo Martín permalink*
      17/04/2012 17:03

      Hola, Alex. La verdad es que, en lo que a mí respecta, Jorge y Alberto acostumbran a descubrirme brillantes joyas musicales continuamente… habrá que darle un bocado a estas dos jugosas propuestas!

      Y en cuanto a «Justified»… te lo digo en privado, que esas cosas quedan feas airearlas en público ;-).

  2. Jorge Luis García permalink*
    17/04/2012 19:44

    Alex, muchas gracias por las alabanzas y por comentar. Aprovecho para felicitarte por la gran labor (y exhaustiva, joer, vaya pedazo de posts que os marcais) que haceis en vuestro arrollador http://apettite-for-prostitution.blogspot.com.es/
    En cuanto a los discos de M.Ward y Damien Jurado, son dos pequeñas joyas que demandan paciencia y posiblemente no descubran en la primera escucha todos sus secretos, pero si entrais en su propuesta no creo que os defrauden.
    Sobre lo de «Justified», que te aconseje Rodrigo, nuestro experto seriéfago.
    Un abrazo.

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  1. “Brothers and Sisters of the Eternal Son”: la América soñada de Damien Jurado | El Cadillac Negro

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