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«Battle born», la gramola ochentera de The Killers

24/09/2012

The Killers nunca me han vuelto loco pero me caen bien. Me gusta la falta de prejuicios y el descaro con el que siempre buscan los grandes estribillos y el sonido más épico y grandilocuente posible. Me encanta lo fácil que se lo pone a la crítica especializada más trendy, que les desprecia o directamente les ignora por su indisimulado afán comercial, mientras que ellos siguen a lo suyo. Que inventen otros, nosotros nos dedicamos a hacer hitazos para corear en estadios, parecen proclamar  orgullosamente con cada nueva referencia discográfica. Ajenos a toda pretensión intelectual o vanguardista, The Killers asumen que en la música todo está inventado, así que puestos a copiar, copian de los mejores, o de los que ellos consideran los mejores. Muchas bandas pueden citar entre sus influencias a U2, Bruce Springsteen, Echo & The Bunnymen, New Order o The Cure, pero son muchas menos las que reconocen también sin ningún rubor la huella de Duran Duran, A-Ha, Ultravox o Alphaville. The Killers reivindican el impacto inmediato del single de estribillo pegajoso y melodía memorable desde la primera escucha, al estilo ochentero, el de la edad de oro de las FMs. Nunca me han parecido grupo de álbumes, formato que deja más al descubierto sus limitaciones y la diferencia que hay entre sus temazos (siempre al menos cuatro o cinco por disco) y la morralla, aunque hay que agradecerles que normalmente pongan  casi todas las cartas ganadoras  juntas. Con solo tres discos ya tenían material más que suficiente para un “Best of” más apañado que el de la mayoría de sus contemporáneos. Los de Nevada no son ningún referente creativo de los tiempos que vivimos, pero entre tanta impostura, farsa y hype desmedido, a ellos no se les puede acusar de dar gato por liebre y, además, fabrican canciones más redondas que las de muchos presuntos “salvadores” del rock y el pop. Todo mi respeto hacia ellos.

Así que con una mirada nada fiscalizadora me enfrento al nuevo disco de la banda de Brandon Flowers, “Battle born”, un trabajo para el que han contado hasta con cinco productores, Daniel Lanois, Steve Lyllywhite, Stuart Price, Damian Taylor y Brendan O’Brien, para que no quede duda de que en esta ocasión buscan una variedad de estilos que remite, en sus  intenciones, al eclecticismo de las obras de Queen de los 80. Lo primero que me sorprende del disco en una primera escucha es que el grupo parece haber perdido “punch”, los hits no se dejan ver a la primera y eso no es bueno. Si eres un púgil de técnica escasa y poco fajador que basa todo su boxeo en un puño de hierro lo único que no puedes permitirte es perder tu pegada. Afortunadamente, esa impresión inicial se difumina con las sucesivas escuchas y las buenas melodías empiezan a lucir. Sí, puede que The Killers ya no tengan tanta dinamita en los guantes, pero lo compensan con más experiencia y dominio del ring. Lo segundo que constato es que quien se acerque a “Battle born” con la esperanza de un regreso al sonido de “Hot fuzz” puede irse olvidando. El nuevo trabajo es una especie de “jukebox” ochentera en la que cabe de todo, pero  también funciona como resumen de la trayectoria del grupo, del rock semi-alternativo con sabor británico de su debut al hedonismo bailable de “Day and age”, pasando por la épica americana de “Sam’s Town”.

 

Los sintentizadores y teclados desatados de “Flesh and bone” son el andamiaje sobre el que se levanta un tema de apertura épico y con vocación de himno que fácilmente se erige  como uno de los “highlights” de “Battle born”. El single “Runaways” supone un cambio de tercio que nos introduce por terrenos más rockeros, deudores del Springsteen más radiable, pero aún más de Bonnie Tayler o Bryan Adams. Un tema que habría triunfado indudablemente en 1985 pero que no ha terminado de despegar en las listas pese a su innegable voluntad “revientaestadios”. El tiempo dirá si puede alinearse con clásicos de la banda como “Mr.Brightside”, “When you were Young” o “Human”.  El AOR puro y duro sin conservantes de “The way it was”  recuerda a “one hit wonders” como John Waite y su “Missing you” o Starship y “Nothing’s gonna stop us now”. El tipo de canción que haría vomitar a un gafapasta integrista y que a otros nos parece una horterada entrañable.  “Here with me” dobla la apuesta y nos lleva al territorio de la power ballad, pero aquí la jugada sale rana. Aspira a la grandiosidad del inmortal “I want to know what love is” de Foreigner pero se queda cerca del nivel de Enrique Iglesias. Líricamente, Flowers nunca ha destacado por poseer una pluma afilada ni por su inspiración poética -pese a chispazos puntuales como el famoso «I got soul but I’m not a soldier»- y las letras de este trabajo siguen con el piloto automático puesto (“Don’t want you picture in my cellphone, I want you here with me” parece sacado directamente del cuaderno de un estudiante de bachillerato en babia), pero sí  es justo reconocer que como vocalista ha mejorado mucho desde 2004. Ahora grita menos y canta mejor que nunca, posee un timbre bellísimo y llega a notas muy complicadas, como demuestra “Deadlines and commitments”, otra de las grandes canciones del CD, imbuida de la melancolía propia del synthpop  ochentero y con cierta influencia del mítico italo-disco que reinaba en los chiringuitos y coches de choque en la temporada 85-86. Solo le faltan unos falsetes a lo Modern Talking, y no lo digo en plan jocoso.

“A matter of time”, otra de las destacadas, recupera el rock épico y vigoroso de “Sam’s town”, aunque se pasa de vueltas en un tramo final que parece una desbocada parodia de Meat Loaf, mientras que “Miss Atomic Bomb”, que se baraja como próximo single, exhibe maneras de hit a lo “Human” aunque no termina de estallar en la apoteosis esperada. “The rising tide” sube las revoluciones pero es poco memorable en todos los sentidos, en tanto que “Heart of a girl” es una resultona balada que comienza como el “Walk on the wild side” de Lou Reed, continúa como una lenta de Springsteen y termina como si Bono se hubiese colado en una ceremonia pseudogóspel.  La trotona “From here on out”, que recuerda a las livianas excursiones country de Dire Straits, es tan intrascendente como deliciosamente pegadiza, mucho más disfrutable que “Be still”, una balada que habría encantado a Phil Collins (de hecho, la batería parece programada por él), aunque el viejo tío Phil jamás habría llegado al registro de Flowers. El disco se cierra con el tema homónimo, posiblemente mi favorito. Las guitarras de Dave Keuning conducen una pieza de rock enorme, grandilocuente y majestuoso, como si  The Who uniese fuerzas con los Queen más épicos en una canción de Jim Steinman.  Los bonus tracks de “Carry me home”, “Prize fighter” y un remix de “Flesh and bone” no añaden nada especialmente reseñable al conjunto.

“Battle  born” debería gustar a los seguidores de The Killers que aceptaron de buen  grado el aperturismo de “Day and age” hacia sonoridades más propias del pop sintético con querencia AOR, y quizás les sepa a poco a los amantes de las guitarras de sus dos primeros discos que confiaban en un regreso a sus raíces. Los críticos que siempre les han atacado por su pomposidad y rimbombancia  encontrarán motivos para seguir haciéndolo, mientras que los que solo les pedimos un puñado de buenas canciones estamos conformes. The Killers me siguen cayendo bien.

7 comentarios leave one →
  1. JUANCAR76 permalink
    24/09/2012 22:58

    He leido tu analisis Matmo. Es un analisis razonable y hecho con mesura. Las comparaciones y metaforas acerca del boxeo y THE KILLERS me parecen acertadas.
    “Battle Born” no es una obra maestra, todos lo sabemos, pero no por ello debes lanzarte a criticarlo por criticar como ha hecho JNSPOP.
    Mis respetos Matmo.

    • Jorge Luis García permalink*
      25/09/2012 0:17

      Juancar76, muchas gracias por tu comentario. Respecto a la crítica de JNSP, se ve que a su autor le gustó mucho el primer disco y cada vez menos los siguientes, por lo que no es de extrañar que no trague este «Battle born». Además, JNSP y AOR no creo que casen muy bien. De todas formas, y no digo que sea éste el caso, hay que tener cuidado con las críticas hechas deprisa y corriendo para publicarlas lo antes posible. A veces no son justas. Si yo hubiera escrito sobre «Battle born» con solo dos escuchas probablemente mi impresión habría sido algo distinta. Lo ideal sería convivir con un disco durante un cierto tiempo, darle margen para que se asiente y dejar que tus sensaciones cambien con las sucesivas escuchas antes de emitir una opinión definitiva, pero reconozco que eso es mucho pedir y hay muchas obras que no dan para tanto. En cualquier caso, personalmente (y salvo contadas excepciones) nunca doy por buena la impresión de la primera escucha. Un saludo.

  2. Jaycee permalink
    25/09/2012 15:10

    Los que me conocéis sabéis que me gustan The Killers desde antes de que le gustara a todo el mundo. No me considero mejor ni más listo (bueno igual sí pero no solo por ésto…) pero está bien que quede claro. Los descubrí con el videoclip de Mr. Brightside en MTV y desde la primera escucha supe que estos tipos me gustaban. Me desagrada su éxito arrollador. No me gusta compartir lo que me gusta con tanta gente. Pero hay que reconocer que lo tienen todo para triunfar como lo han hecho.
    Creo que su mejor trabajo es «Sam’s Town». Es el más maduro, el más arriesgado y el más completo. Matmo acierta. No son un grupo de álbumes sino de hits. Sin embargo sus álbumes entran bien. No son tan irregulares como los de un grupo de radioformula puro. Parece que ellos se sienten más cómodos en el perfil de grupo ligero y la senda que abrieron en Sam’s Town parece cerrada.
    Además The Killers cuentan con un factor que les convierten en únicos: Brandon Flowers. Es el mejor frontman de la actualidad. De lejos. Tiene carisma, es atractivo y tiene una voz espectacular. Tiene ese algo que solo tienen las estrellas.
    Matmo ha estado acertado y mesurado. Como siempre que escribe (salvo que estén Raúl o Casillas de por medio)

    • Jorge Luis García permalink*
      26/09/2012 0:53

      Muchas gracias, Jaycee, por tu aportación, la de uno de los más antiguos seguidores de la banda que recuerdo. Tampoco me olvido de que fuiste tú quien me pasó el «Sam’s town». Puede que ese sea su mejor disco en conjunto, aunque, por algún motivo irracional, le tengo más cariño al «Day and age». Recuerdo que tenía la duración exacta del recorrido en metro que hacía por aquel entonces y lo escuché más de lo que habría sido normal. Quedamos a la espera de tus impresiones sobre «Battle born», que serán muy bien recibidas por aquí. ¡Un saludo!

  3. Laura permalink
    29/06/2015 18:45

    Yo descubrí el grupo allá por 2009, creo recordar, por una chica que los mencionó en un foro, y me picó la curiosidad… así que me hice con todos los álbumes y me encantaron desde el principio. Luego no sé si en 2010 o por ahí leí que se disolvió el grupo y dejé de seguirles la pista, hasta que hace un mes y pico me enteré de que en 2012 habían sacado otro disco y allá que fui con ansias a escucharlo. Y es como dices, la primera escucha no suele quedarse muy grabada, me pasa con casi todas las canciones de cualquier grupo. Pero en cambio, sí noté, y eso ya desde la primera, que no me parecían ni el mismo grupo, los otros álbumes anteriores todos tenían un «algo» en común. Es como cuando escuchas la discografía entera de Oasis, todos son muy similares, pues con este grupo no eran tan uniformes sus álbumes pero tenían un toque muy grande que los identificaba, y en Battle born yo no encuentro ese toque. Canciones que me gusten realmente del álbum son The rising tide (estoy enganchada a esa canción por algún misterioso motivo absurdo xD), Prize fighter, Runaways, Battle born, Flesh and bone (la versión «normal», no la de Jacques Lu Cont), y… el resto son simples canciones para escuchar de fondo, pero no me transmiten nada. No puedo evitar compararlas por ejemplo con el famoso «grito» de «help me out I need iiiiiiiiitueooohhh» del final de «All the pretty faces» xDDD. La de veces que me he vuelto loca (y despeinada y afónica) con esa canción, y otras similares que tenían. A mi me gustaban más cuando «gritaban». En Battle born son como más sosegados, era como que sus otros discos tenían más fuerza, más entusiasmo. Aún así, hay algunas canciones salvables y el resto del álbum tampoco es que me parezca una porquería, pero para mi, no está al nivel de otros anteriores.
    Por cierto, populares son como a nivel global, pero en mi entorno aún no he encontrado a nadie que los conozca. Les hablas de algo que no sea Shakira o Rihanna y ni saben de lo que les hablas XD Aunque eso no me pasa sólo con The killers, creo que es con todos los grupos de mi repertorio, ains xD

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