«Treme»: Nueva Orleans 2.0
Reconozco que comencé a ver “Treme” por el mismo motivo que, imagino, la mayoría de la gente: “The Wire”. Si te has sumergido en la obra maestra suprema de David Simon (a la que algún día rendiremos el homenaje que se merece en este blog) posiblemente estés de acuerdo conmigo en que esas 60 horas que te hace pasar delante del televisor son algunas de las más maravillosas, y seguro que también mejor aprovechadas, que podrás disfrutar en toda tu vida. Tanto es así que, tras ese último plano de los rascacielos de Baltimore y su posterior fundido en negro, es inevitable sentir una tremenda sensación de plenitud pero también de vacío, mientras piensas: «No volveré a ver una cosa así en la vida». Admitámoslo, es probable que así sea, pero entonces llega una nueva serie de Simon, de nuevo en la HBO, y cómo va a ignorar uno algo así. Vale, entre medias tenemos a “Generation Kill”, pero ésta no deja de ser una miniserie de siete capítulos. “Treme” no sólo comparte creador y cadena con la legendaria serie emitida entre 2002 y 2008, sino algunos de sus intérpretes (Wendell Pierce, Clarke Peters o Jim True-Frost), guionistas (George Pelecanos) y equipo creativo (Eric Overmyer o el fallecido David Mills), y además su premisa es lo suficientemente atractiva por sí misma, por lo que su desembarco en 2010 no hizo otra cosa que llenarnos de ilusión y esperanza a los fanáticos de este rollo.
No debemos pensar, no obstante, que “Treme” es un “The Wire 2”, porque no es así, aunque resulte un tanto obvio tener que remarcarlo. Podría decirse que comparten el mismo ADN, pero la serie ambientada en la Nueva Orleans inminentemente posterior al huracán Katrina tiene su propia personalidad, su propia alma, sus propias virtudes y sus propias reglas. Si hay algo en lo que innegablemente coinciden es en que ambas son, a la hora de abordar sus correspondientes temáticas, honestas, atrevidas, insobornables. Cada personaje, cada línea de diálogo, cada fotograma desprende verosimilitud, naturalidad y autenticidad en “Treme”, y sí, ahí es cuando más se nota que ésta viene de donde viene. Porque si hay algo a lo que sabemos que no renunciará jamás Simon, ese tipo empeñado en velar únicamente por SUS series y al que no nos imaginamos los lunes ojeando los ‘ratings’ de audiencias, es a su célebre premisa de «que se joda el espectador medio». Lo llevó (felizmente) hasta las últimas consecuencias en “The Wire” y aquí sucede lo mismo. Así, no hay espacio para las concesiones gratuitas ni para los efectismos tramposos, y esto ya le llevó a lograr el milagro de que una serie que nunca tuvo audiencias millonarias ni se llevó grandes galardones sea la más venerada por la crítica y considerada, por legiones de entendidos, como la mejor de la historia.
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Por supuesto, al estar ambientada en Nueva Orleans hay un elemento que no sólo está muy presente, sino que lo impregna absolutamente todo: LA MÚSICA. ¿Es “Treme” una serie musical? No, pero por supuesto que escucharás música durante buena parte de los cincuenta y tantos minutos que dura cada episodio, salpicados siempre con innumerables números y actuaciones en directo. ¿Debe eso tirarte para atrás a la hora de darle una oportunidad? En mi opinión, rotundamente no. “Treme” es, en definitiva, un intenso drama que se desarrolla en la ciudad más musical del planeta, y así la música está presente en las casas, en los bares y en los clubes, en las calles, en las escuelas, en las grandes celebraciones e incluso en los funerales. Adentrarte en sus garitos, visitar los locales de ensayo, entrar en los estudios de grabación o simplemente unirte a una ‘second line’ para bailar alegremente por las calles de la ciudad, ya sea con motivo de los desfiles del carnaval o acompañando a un difunto hasta el cementerio, eso es lo que te propone “Treme”. Simon no se limita únicamente a enseñarnos unas cuantas postales, acompañadas de un puñado de videoclips, pues ya ha demostrado sobradamente que nadie como él es capaz de radiografiarnos a la perfección una ciudad, de descubrirnos cada rincón de ésta, de abrírnosla en canal para mostrarnos sus entrañas.
Generalizar sobre Estados Unidos (ese inmenso continente) siempre es un error, pues cada estado y cada localidad, ya sea una gigantesca metrópoli o un pequeño pueblecito, tiene sus singularidades y sus rasgos distintivos, pero esto va mucho más allá si hablamos de Nueva Orleans, una ciudad única en su especie, incomparable en muchos aspectos a ninguna otra en el planeta. Una ciudad que, además, sufrió hace sólo siete años una de las mayores catástrofes naturales de la historia en suelo norteamericano. El huracán Katrina, que devastó las costas del golfo de México desde Florida a Texas en agosto de 2005, azotó con especial virulencia el estado de Luisiana, sumergiendo bajo las aguas el 80% de Nueva Orleans, en donde casi 1.500 personas perdieron la vida. Su población, de casi medio millón de habitantes antes de la tragedia (en torno a un 70% de raza negra), apenas llegaba un año después a las 200.000 personas y actualmente se calcula que asciende a unas 344.000. Pocas almas se atrevieron a quedarse o a regresar a sus calles y a sus hogares arrasados sólo tres meses después del desastre, y en torno a estos seres humanos gira, precisamente, “Treme”, pues ese es el momento exacto en el que arranca la serie.
Así, como no, tenemos muchísimos músicos, de muy diversa índole y condición, como Antoine Batiste (Wendell Pierce), Delmond Lambreaux (Rob Brown), Annie Tee (Lucia Micarelli) o Sonny (Michiel Huisman), pero también al combativo DJ Davis McAlary (Steve Zahn), al jefe ‘indio’ Albert Lambreaux (Clarke Peters), a la propietaria de un bar, LaDonna Batiste-Williams (Khandi Alexander), a la abogada Toni Bernette (Melissa Leo), a su marido, profesor universitario y escritor, Creighton Bernette (John Goodman), a la hija adolescente de ambos, Sofia Bernette (India Ennenga), a la chef Janette Desautel (Kim Dickens), al policía Terry Colson (David Morse), o al especulador inmobiliario Nelson Hidalgo (Jon Seda), por citar sólo a los personajes más relevantes. Todos ellos han sufrido en sus carnes, con mayor o menor contundencia, la tragedia (con la excepción del personaje interpretado por Seda, quien precisamente quiere aprovecharse de ésta), y a través de ellos Simon nos muestra sin concesiones la enorme magnitud del desastre. La feroz acción de la naturaleza hizo su parte, pero la negligente construcción de los diques de contención y la pésima gestión de la crisis, así como la ola de vandalismo y violencia que asoló la ciudad, consecuencia directa de todo lo anterior, multiplicaron las dimensiones de la catástrofe. Y, como bien vemos en “Treme”, las cosas se han seguido haciendo rematadamente mal desde entonces.
Los habitantes de Nueva Orleans parecen estar hechos de otra pasta, y son seres admirables, cada uno con sus circunstancias pero todos ellos con algo en común: su espíritu inquebrantable de lucha. Los protagonistas de “Treme” pelean por sacar adelante sus vidas y son muchas las adversidades que se ciernen sobre ellos, incluidas, y eso es lo más doloroso de todo, las injusticias de la Administración, la incomprensión por parte de un sistema que debería velar por ellos pero no lo hace, en absoluto. Ante eso, unos optan por la beligerancia y la rebelión más encarnizada, otros por el sacrificio, la tenacidad y la constancia, unos pocos se dejan vencer por la desesperanza o la depresión, y algunos simplemente intentan hacer lo correcto en un mundo en el que parece que eso, precisamente, es lo más complicado. Pero hay algo que ninguno de ellos está dispuesto a dejarse pisotear: su dignidad. Y si hay otra cosa de la que todos están, y con razón, tremendamente orgullosos, esa es su cultura. Asistimos, por tanto, a la inevitable refundación de una Nueva Orleans que ya nunca podrá volver a ser la misma, pero cuyo futuro sólo tiene sentido cuidando y manteniendo intactas las raíces y el espíritu que la convierten en ese sitio tan especial.
La HBO en general, y Simon en particular, siempre han mostrado un gusto exquisito a la hora de elegir actores, y “Treme” no es la excepción. Su elenco es, sencillamente, inmejorable. Los ‘veteranos’ de “The Wire” no se limitan a repetir sus roles en la serie que les dio la gloria, aunque es cierto que en el ‘Gran Jefe’ Lambreaux interpretado por Peters podemos reconocer la valentía y terquedad que también caracterizaban a Lester Freamon, o que el Antoine Batiste de Pierce (nativo de Nueva Orleans, por cierto) es casi tan golfo y entrañable como el detective Bunk. Steve Zahn lidia con el personaje quizás más irritante de la función, aunque también tiene sus momentos, mientras que especialmente brillantes están dos animales televisivos como Kim Dickens o Khandi Alexander, la oscarizada Melissa Leo, simplemente soberbia, y los otros dos rostros más conocidos por el gran público, John Goodman y David Morse. La violinista profesional Lucia Micarelli, que no tenía experiencia previa como actriz, borda por su parte a la adorable Annie Tee, y como auténtico lujazo tenemos la participación, en menos episodios de los que querríamos, de mi admiradísimo Steve Earle. Si en “The Wire” ya hizo, en cierto modo, de sí mismo al interpretar a un ex yonki, aquí repite la jugada dando vida al músico callejero Harley Watt. Además, decenas de leyendas locales como Irma Thomas, Kermit Ruffins, Dr. John, Coco Robicheaux, Allen Toussaint, Deacon John (no confundir con nuestro idolatrado John Deacon), Donald Harrison o John Boutté (autor además del tema central de la serie), y otras estrellas consagradas como John Hiatt (otro artista fetiche de El Cadillac Negro), Elvis Costello o Shawn Colvin, por citar sólo unos pocos, han ido desfilando por la pantalla en sus dos primeros años de vida. Y la fiesta, como no puede ser de otro modo, continúa.
Con el ejemplo de “The Wire” tan presente, poco importa que “Treme” sea una de las grandes olvidadas por los grandes premios. De hecho, mientras en la noche de este domingo se celebraba en Los Angeles la 64ª edición de los Emmy, la serie estrenaba su tercera temporada como si la cosa no fuese con ella. Y así es, en realidad. Simon, que desde el principio cuenta con el apoyo incondicional de la HBO para llevar su serie hasta donde quiera y como quiera, ya anunció hace un año que “Tremé” durará cuatro temporadas, ni una más, ni una menos. El hombre tiene un plan y no hay nada ni nadie que pueda alterárselo, así que sólo queda ser conscientes de que estamos exactamente a mitad de camino y aprovechar que aún tenemos una veintena de episodios por delante, un par de Mardi Gras que celebrar y unas cuantas ‘second lines’ a las que podremos unirnos. Y si no sabes muy bien de qué te estoy hablando… ¡demonios, ya estás tardando!
Down in the Treme, just me and my baby, we’re all going crazy while jamming and having fun!!!
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Qué pinta más cojonuda. ¿The Wire 2? Habrá que verla!!
había oido ya hablar de ella, y la verdad es que The Wire, pese a no ser mi favorita, me encantó
La dare una oportunidad
He visto las dos primeras temporadas de Sons of Anarchy y me esta gustando, no entra dentro del grupo de las mejores pero es muy digna
Gracias por las recomendaciones que hacéis todas las semanas
Hola, Alex y hartmanfiction, dos de los lectores más fieles del Cadillac! Pues no es exactamente «The Wire 2», pero es bastante probable que si te gusta ésta te guste «Treme», mientras que si no te moló la serie ambientada en Baltimore (que hay gente pa tó…) debes alejarte de esta oda a Nueva Orleans como de la peste. Eso sí, la (buena) música es a «Treme» lo que el mundo de la droga a «The Wire»… no sé si la comparación es muy exacta, pero hay que estar avisados.
Por otra parte, me alegro de que hartmanfiction le haya dado una oportunidad a «Sons of Anarchy». Eso sí, aviso de que la tercera temporada, pese a que a mí me gustó mucho, no convenció a todo el mundo, pero hay que seguir con el pie en el acelerador porque la cuarta es escandalosamente buena y la quinta, con sólo tres capítulos hasta ahora, parece que lleva el mismo camino. Seguiremos compartiendo por aquí nuestras pasiones, es muy gratificante ver que a veces somos capaces de llamaros la atención y sumaros a nuestra causa. ¡Un abrazo!
Pues a mí, aunque me encanta The Wire (estoy viendo ahora la cuarta temporada), Treme me echa para atrás, y creo que es por el tema de la música.
Hola, Minnie, gracias por detenerte a leernos y a dejarnos tus impresiones por aquí. La verdad es que “Treme” tiene muchísimas cosas que aportar aparte de la música, pero es cierto que ésta es importantísima (si no no estaría reflejando algo vital y esencial en una ciudad como Nueva Orleans) y que si no te seduce, o al menos la toleras, se hará muy difícil que puedas disfrutar plenamente de la serie. Me imagino que pasará algo parecido con “Nashville”, a la que tengo muchísimas ganas y que se estrenó ayer, aunque aún no he podido verla. De momento, sigue disfrutando con “The Wire”, que aún tienes muchísima suerte de que te quede temporada y pico por delante. ¡Un saludo!
Hola!
Ayer vi el último capítulo de The Wire y me acordé de esta frase tuya que se me quedó en la memoria:
«Tras ese último plano de los rascacielos de Baltimore y su posterior fundido en negro, es inevitable sentir una tremenda sensación de plenitud pero también de vacío, mientras piensas: «No volveré a ver una cosa así en la vida».»
Estoy totalmente de acuerdo. No puedo decir que sea mi serie favorita ya que es verdad que hay otras con las que quizás conecto más con los personajes, pero desde luego está entre las mejores que he visto, y es una obra maestra. Todo está perfectamente entrelazado y estudiado y queda muy realista. Ahora que la tengo reciente, solo me queda la duda de si encontraré palabras para describir de verdad lo que me ha parecido para poder escribir sobre ella en mi blog. Tengo la sospecha de que no lo lograré.
Desde que la anunciaron estuve ansiosa por verla, es una gran serie. Actualmente ya está por concluir con Treme última temporada en donde se busca darle fin a una magnifica serie que sin duda cautivó al público.