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«Dexter»: Hermanos de sangre

18/12/2012

Dexter_season 7

(ALERTA SPOILER: Revela detalles importantes de la trama de la serie, hasta el último capítulo de la séptima temporada)

Hace poco más de dos meses, en “Dexter, el asesino dentro de mí”, nos felicitábamos por las promesas que nos hacía “Are you…?”, el primer episodio de una séptima temporada en la que los responsables de la serie de Showtime se la jugaban tras una tanda anterior que no convenció a casi nadie y en la que los síntomas de agotamiento tras cinco años en antena eran más que evidentes. Confirmada ya la noticia de que “Dexter” no seguiría más allá de la octava temporada, los guionistas tenían tiempo de sobra para urdir una trama que sirviera para despedir con dignidad a nuestro asesino en serie favorito e incluso tratar de retomar la mejor versión de la serie, aquella que exhibió en las temporadas 1, 2 y 4. Once capítulos después, los fans tenemos motivos para estar más que satisfechos. Posiblemente espoleados por las furibundas críticas vertidas hacia el torpe y desangelado arco argumental del “Doomsday Killer”, los responsables de “Dexter” han puesto toda la carne en el asador para devolver a la serie su antiguo esplendor, sin miedo a renovar la fórmula, crear expectativas al espectador, quebrarlas con ingenio, y explorar las múltiples posibilidades que abría el impactante final de “This is the way the world ends”, único camino para evitar el anquilosamiento creativo hacia el que se estaban conduciendo. Como un viejo tiburón, “Dexter” necesitaba imperiosamente moverse hacia delante para no dejarse morir, y lo cierto es que esta tanda de capítulos ha traspasado líneas que muchos pensábamos que ya nunca llegaría a alcanzar.

Tras “Surprise, Motherfucker!” nos queda la sensación de haber asistido no solo a una de las temporadas mejor construidas de la serie, sino a la que quizás más y mejor ha indagado en las pulsiones, temores y deseos de sus dos personajes principales.  Porque definitivamente “Dexter” ya no es solo la crónica de las correrías de un psicópata asesino disfrazado de forense del Departamento de Homicidios de Miami amarrado a un código paterno que justifique y canalice su sed de sangre, también es la historia de Debra Morgan, una policía transparente, visceral, indomable y vehemente defensora de la Justicia que, por un amor inquebrantable hacia su hermano adoptivo, va dejando atrás los principios y valores que orgullosamente predicaba para convertirse en aquello que más odia, una hipócrita con las manos sucias y la cabeza baja. En una temporada atiborrada de diversas tramas y subtramas con distintos pesos y alcance pero mucho mejor hiladas y gestionadas que en los últimos tiempos, el epicentro emocional ha sido la relación entre los dos hermanos Morgan. No negaremos que teníamos cierto temor a que no se supiesen negociar con verosimilitud y delicadeza los pliegues y dobleces que conllevaba la vital revelación del primer capítulo de la tanda, pero debemos reconocer que los guionistas han sabido manejar muy bien los diversos estadios que siguen a un descubrimiento como el que hizo Debra al final de “Are you…?”.

Dexter_Debra

No es solo mérito de los guionistas, pues Michael C.Hall y, sobre todo, una espectacular Jennifer Carpenter (a la que ya va siendo hora de reconocerle como se merece su infinito talento para sentir, rabiar, llorar y sufrir) hacen creíble, lógico y dolorosamente real el torbellino de emociones que arrastra a sus personajes durante toda la temporada. Debra pasa de la estupefacción inicial a la rabia, de ahí al rechazo, y más adelante a la aceptación y al intento de controlar al “Oscuro pasajero” de su hermano, para después sumirse en la duda y el miedo, ceder a la tentación y los bajos instintos y abandonarse más tarde a la frustración y la resignación. Se convierte en encubridora, cómplice y ejecutora. Dexter, por su parte, trata inicialmente de reprimir sin éxito su naturaleza homicida, después intenta que su hermana entienda su insaciable necesidad y las bondades de un método que es capaz de llegar allí donde la Justicia no puede y, en última instancia, comprende que compartir sus demonios con la persona que más  quiere sólo ha servido para que ella se traicione a sí misma, a todo aquello en lo que siempre ha creído y por lo que tanto ha luchado. Y es que en  esa sobrecogedora escena final en el muelle Debra destruye su misma esencia y completa su viaje al “lado oscuro” que comenzó en aquella otra secuencia en la iglesia, espejo de ésta. Y Dexter, muy a su pesar,  lo sabe.

Este intensísimo viaje emocional de dos almas perdidas y unidas por un lazo más fuerte que la sangre ha estado perfectamente secuenciado durante toda la temporada, atravesado por personajes episódicos y  líneas argumentales que, lejos de molestar y desviar la atención, en esta ocasión no han hecho sino reforzar el eje central y la progresión del drama.  Tramas como la del convicto asesino Wayne Randall o el minotauro Ray Spelzer se han integrado bien en las necesidades puntuales del guión, pero las que han brillado especialmente, dotando a esta tanda de una personalidad especial y renovada, son las de Hannah McKay y Isaak Sirko. Ambas se fueron cociendo a fuego lento, quizás sin demasiadas expectativas iniciales, pero terminaron siendo relevantes y reveladoras. Hannah, la bella y sexy florista que logra encadilar a Dexter, corría el riesgo de quedarse en una variante de Lila o Lumen, las dos mujeres que anteriormente vieron al monstruo detrás de la máscara y no huyeron despavoridas, pero ha terminado siendo mucho más que ellas, y probablemente haya tenido mucho que ve en ello la seductora interpretación de Yvonne Strahovski, cuya química con C.Hall es indudable (y no solo por la caliente escena que comparten ambos sobre la mesa de ajusticiamiento).  Hannah es apasionada pero calculadora, acogedora pero peligrosamente letal, y en unos cuantos episodios logra volver del revés el mundo de Mr.Morgan. ¿Amor, quizás?  Ella representa un futuro posible para Dexter, uno en el que no habría necesidad de esconderse ni de fingir. Pero es que además Hannah llega hasta donde nunca nadie ha llegado antes con Dexter, pone en entredicho el Código de Harry y cuestiona la existencia real del “Oscuro pasajero”. Dexter se pregunta, por primera vez en toda la serie, si no se ha pasado toda la vida justificando sus impulsos homicidas para no asumir la responsabilidad sobre sus actos. No es poca cosa, tratándose de él. Sin embargo, todo empieza y termina en Debra, y en ese choque de trenes Hannah no tiene ninguna posibilidad ¿o sí? Su historia puede considerarse cerrada, pero un personaje tan jugoso bien podría reaparecer de alguna forma en la última temporada.

Dexter_Hannah

El otro gran antagonista de la season ha sido el capo de la hermandad Koshka, una trama de la que algunos sospechamos en un primer momento que por su aparente carácter accesorio podía distraernos sin llegar a ningún lado productivo. Bien, puede que la trama ucraniana en sí en realidad no haya sido importante para el desarrollo de la serie (salvo quizás porque permitió deshacerse sin contemplaciones del becario Louis Greene, uno de los pesados lastres que se arrastraban de la sexta temporada), pero Isaak Sirko, encarnado por un imponente Ray Stevenson, sí que lo ha sido. Sirko ha sido un tipo de villano inédito hasta ahora en esa galería en la que brillan Brian Moser aka  “El asesino del hielo” o Arthur Mitchell aka Trinity. Cuando descubrimos que lo que movía a Isaak no era el ajuste de cuentas por el asesinato de uno de los suyos sino la venganza por la pérdida del amante, el frío e implacable ejecutor (véase la sobrecogedora escena en la que incita al suicidio a un simple empleado para cargarle el muerto  -sí, Mike, aquel policía estrella de la 6ª-, o su escabechina en el bar de los colombianos) se convirtió en un personaje de dimensión profundamente trágica y romántica, un individuo que hace replantearse a Dexter su relación con Hannah, un tipo que, en otro lugar y en otras circunstancias, podría haber sido un amigo. Sus cara a cara con Dexter fueron tan grandiosos -especialmente memorable la conversación que acontece en el local gay- que la temprana (y, admitámoslo, un tanto tosca) resolución de su línea argumental nos dejó con ganas de más.

Dexter_Isaak Sirko

Otro corriente dramática que ha ido recorriendo la temporada de forma más o menos subterránea hasta emerger y monopolizar la atención en el tramo final ha sido la protagonizada por la investigación de la capitana María LaGuerta, un personaje que parecía deshauciado en los últimos tiempos pero a la que se le ha dado una motivación coherente y que entronca con la propia mitología de la serie, la de resolver la auténtica identidad del “Carnicero de la Bahía” y limpiar así el buen nombre de su querido sargento Doakes. Poco a poco, sin prisa pero sin pausa, LaGuerta, acompañada circunstancialmente por el jefe Matthews, ha ido recapitulando pistas y uniendo los puntos de una línea que llevaba directamente a Dexter Morgan. El juego de trampas con el que ha desafiado al analista de sangre en los últimos dos episodios ha sido brillante y nos ha dejado escenas memorables como la detención y posterior interrogatorio, o el callejón sin salida en el que acorraló a Deb. Probablemente todos intuíamos (y, pese a todo, deseábamos) que su fatal destino estaba escrito, aunque suponíamos que llegaría en la última temporada y, desde luego, no de esta forma.

También es cierto que pese a tratarse de una  de las mejores temporadas de la serie, no todo ha brillado al mismo nivel. No entraremos en ciertas cuestiones de verosimilitud que al fin y al cabo la serie siempre se ha pasado por la entrepierna, pero las historias de algunos personajes secundarios siguen sin importarnos lo más mínimo. Es el caso de Quinn, cuya trama con la stripper del club de la mafia ucraniana parecía que podía tener una proyección más ambiciosa y terminó en agua de borrajas, ni siquiera con la muerte del demacradísimo policía (en serio, ¿qué le pasa a este actor?). Batista y su proyecto de abrir un restaurante quizás sea una idea apasionante para otra serie pero en ésta directamente es morralla, y el exceso de horas extra que su hermana Jamie echa como niñera de Harrison solo puede interpretarse como un gran cachondeo de los guionistas, incapaces de compaginar la apretadísima agenda diaria de Dexter con sus obligaciones paternales. Tampoco aportó gran cosa –ni se esperaba-  el breve regreso de Astor y Cody, y el tramo en el que el «Oscuro Pasajero» actúa como un vulgar matón al servicio de Isaak fue, como mínimo, bastante raro. En todo caso, son pequeños detalles que no empañan el satisfactorio balance final.

Dexter-Harry

Quedan doce episodios para la conclusión de la serie y “Surprise, Motherfucker!” no deja una idea clara de por dónde irán los tiros, pero la muerte de LaGuerta y sus sospechosísimas circunstancias deberían estrechar el círculo sobre Dexter, y ahora también sobre Debra. Y tal vez Batista y Quinn terminen demostrándonos que los guionistas los mantienen en la serie por una buena razón.  No parece que las cosas vayan a terminar bien para los hermanos Morgan, pero si alguien es capaz de salir indemne de las situaciones más complicadas ese siempre ha sido Dexter. Quizás termine en su Argentina particular con Hannah. O quizás no, porque Dexter ya no quiere huir. En el conmovedor diálogo que mantiene con Harry justo antes de decidir eliminar a LaGuerta, Dexter da con la clave que define su evolución durante toda la serie: “En algún punto de la línea, la vida falsa que creé como tapadera para asesinar se convirtió en real. Ya no es de mentira. No quiero perderla, voy a mantenerme firme”.

6 comentarios leave one →
  1. Xoloitzcuintles permalink
    18/12/2012 19:26

    Buen artículo. Los guionistas se la jugaban tras la decepcionante sexta temporada, han ido con todo y les ha salido bien.

    Para mí ha sido la temporada con más nivel desde la cuarta. Los personajes nuevos han dado nuevos matices a la serie, además de estar imperiosamente interpretados (Isaak y Hannah), la evolución del personaje de Debra y sobre todo el trabajo de Jeniffer Carpenter es digno de aplauso y espero que de algún premio, porque ha protagonizado alguno de los mejores momentos de la temporada.

    Como pegas pondría que la verosilimitud del guión queda en entredicho demasiadas veces, y no coincido en que la serie siempre haya pasado de ese tema, porque yo creo que con el paso de las temporadas ha ido perdiendo cierta credibilidad que sí tenía al principio. Es lógico que con la humanización del personaje de Dexter sus facultades como psicópata se vean afectadas, pero de ahí a asesinar a plena luz del día, en sitios como un campo de tiro o un parque lleno de niños… sólo se explica por pereza o incapacidad de los guionistas en hacer esos momentos creíbles, y la verdad es que deberían trabajar más ese aspecto porque baja la calidad general de la serie.

    Lo cierto es que tiene mérito haber llegado hasta aquí teniendo como protagonista a un asesino en serie, pero creo que si la serie hubiese sido más corta (de 3 o 4 temporadas) podría haberse ganado un hueco en la historia como una de las grandes. A ver qué es lo que ocurre en la última tanda.

    • Jorge Luis García permalink*
      19/12/2012 1:45

      Hola, Xoloitzcuintles. Muchas gracias por tu comentario. Es posible que al principio la serie se aplicara más en guardar las formas en lo concerniente a la verosimilitud, pero hace mucho tiempo que ocurren cosas completamente increíbles y, en mi opinión, eso ya forma parte de su personalidad. Por ejemplo, en la idolatrada temporada de Trinity cantaba mucho aquel momento en el que Dexter llegaba a la casa de los Mitchell poco antes que la Policía, se escondía en el garaje y después aparecía ante los agentes sin levantar apenas suspicacias. Bien es cierto que escenas como la de Estrada en el parque y los niños demuestran cierta pereza creativa y son mejorables, pero a mí eso no me importa demasiado a condición de que los guionistas se esfuercen en otros aspectos más importantes, y creo que en esta temporada han cumplido con creces. ¡Un saludo!

  2. 19/12/2012 1:29

    Muy buena crítica, tratas todos los puntos de la temporada y eso es un acierto. Yo estoy de acuerdo en que no creo que sea la mejor temporada de todas (para mí la cuarta sigue siendo insuperable), pero esta séptima se ha posicionado como una de las grandes, que podría haber sido mejor si se hubieran cuidado algunos detalles en cuanto a verosimilitud o tramas que terminan en nada como la de Quinn. Con su permiso y a quien guste leer, dejo mi crítica a la temporada donde hablo más de esto y sobre otras cosas: http://www.esodecimostodos.com/2012/12/18/critica-dexter-septima-temporada/#.UNEJKG8UmSo
    Saludos, me encanta el blog!

    • Jorge Luis García permalink*
      19/12/2012 1:55

      Hola Elihú, muchas gracias por tu aportación y por dejarnos tu magnífico y recomendable balance de la temporada. La verdad es que coincidimos en muchas cosas. ¡Un saludo!

  3. xiscogg permalink
    01/07/2013 21:36

    Desde la excelente primera temporada todo ha ido a peor, excepto el espejismo de la cuarta, claro. Un declive se puede esperar, sobre todo partiendo de un comienzo tan bueno, pero lo que han hecho con Dexter es lamentable. Y además se han ido quedando con el único final posible y previsible.

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