Paul McCartney y «New»: vivo y coleando
En El Cadillac Negro respetamos las canas. Nos gusta honrar y reverenciar a aquellos artistas que a lo largo de nuestra vida nos han proporcionado instantes mágicos, únicos e inolvidables. Y aunque nos encanta descubrir músicos nuevos y seguir a aquellos que están definiendo el signo de nuestro tiempo, nunca olvidamos a los clásicos, a aquellos que se ganaron nuestra gratitud y admiración eternas porque a ellos les debemos en primer jugar nuestra pasión por la música. Basta echar un vistazo a nuestro archivo histórico para comprobar que, sí, somos mitómanos y casi siempre lo celebramos cuando “uno de los nuestros” vuelve al ruedo o publica nuevo trabajo. Y si resulta que no hay nada que celebrar porque la razón de ese retorno no está a la altura de lo que se puede esperar, o porque directamente es una bazofia, nosotros casi preferimos callar y obviarlo. Echar mierda contra “uno de los nuestros” es el equivalente a pegar a un padre. Está muy feo. Pero no es el caso de Paul McCartney porque “New” es un buen disco, incluso por momentos un gran disco, que podemos defender con orgullo todos los que pensamos que el bueno de Macca es quizás el mito del rock más infravalorado de todos los tiempos. No insistiremos hoy sobre un tema del que ya hablamos por aquí el año pasado (en nuestro post “¿Por qué McCartney no mola?”), ni tampoco caeremos en la tentación fácil de proclamar que “New” es el mejor trabajo del ex Beatle desde… -y pongan aquí el título que prefieran, aunque muchos coincidirían en señalar “Flaming Pie” (1997)-, porque eso significaría, por ejemplo, dejar de reconocer esa pequeña maravilla que es “Chaos and Creation in the Backyard” (2005), u olvidarnos de ese “Electric Arguments” (2008) junto con Youth en el que se arriesgaba como poquísimos artistas de su generación se atreverían.
No podemos negar que la larguísima carrera de McCartney tras The Beatles es irregular y en algunos momentos hasta dudosa, pero también es cierto que hace muchos años que no entrega un mal disco. No hay un“Back to the Egg” (1979) ni un “Press top lay” (1986) en su discografía de los últimos quince años y sí, en cambio, obras tan reivindicables como aquel tributo al rock’n’roll primigenio que era “Run Devil run” (1999). De hecho, el propio McCartney ha puesto mucho de su parte para que su trayectoria reciente no sea todo lo reconocida que merecería debido a su frecuente renuncia a defender el material más reciente en sus presentaciones en directo. Desde hace muchas giras Macca ha preferido ser complaciente con el público y darle lo que pide (es decir, Beatles a porrillo) reduciendo su temario en solitario a alguna canción del último disco publicado, alguna otra de “Flaming Pie” y a los cuatro o cinco clásicos de los 70 que no fallan nunca (“Band on the Run”, “Jet”, “Live and let die”, “My love”). El resultado son conciertos incuestionables desde el punto de vista emocional (y, para qué negarlo, bien que nos gusta que así sea), pero a costa de sacrificar su talla como artista con trascendencia en el aquí y el ahora. Con “New” bajo el brazo McCartney podría (o debería) hacer una excepción en su modus operandi habitual y darle cancha en directo porque estamos ante un trabajo muy disfrutable que corrobora el viejo dicho de “quien tuvo retuvo” y nos presenta al septuagenario Macca bien vivo y coleando.
Paul se ha rodeado en esta ocasión de un cuarteto de jóvenes productores estrella –Mark Ronson, célebre por su trabajo para Amy Winehouse; Paul Epworth (que ha colaborado con Adele y Rihanna, pero también con Primal Scream); Ethan Johns (Kings of Leon y, muy especialmente, Laura Marling) y Giles Martin, vástago del legendario George Martin y asistente en muchos de los proyectos más recientes relacionados con el legado de The Beatles. Los cuatro aportan distintos grados de cocción al material servido por McCartney, una colección de canciones frescas y espontáneas que ponen de manifiesto el oficio del que, para un servidor, es el mayor talento melódico de la historia de la música pop. Al resultado quizás le falte un punto de unidad y cohesión, pero a cambio ofrece un gozoso conjunto de sabores diversos en el que particularmente solo echo de menos alguna pieza con el registro más gutural y abrasivo de Macca como vocalista de rock.
Giles Martin es quien más destaca entre la cuadrilla de productores, por la cantidad de temas aportados y por la calidad de los mismos. De hecho, la gran joya de la corona del album es obra suya. No será un hit mundial (de hecho, Macca lleva eones sin un éxito en la radio y eso no va a cambiar ahora), pero “Appreciate” es una exquisitez sonora que supura clase e inventiva, con su melodía circular, su programación y texturas de electrónica urbana y sus postreras ráfagas de guitarras industriales. Muchos grupos jóvenes que presumen de modernos deberían tomar nota del viejo maestro. También pertenecen al lote de Martin “Everybody out there”, quizás el tema con el desarrollo melódico mejor cuadrado de todo el álbum, arropado por un manto de guitarras acústicas e imbuido de un espíritu comunal que le emparenta con los Arcade Fire más expansivos, y “On my way to work”, una nada desdeñable pieza de artesanía pop de esas que Paul parece manufacturar sin el menor esfuerzo. Martin remata su aportación con la resultona y simpática “I can bet”, que podría pasar por un hit perdido de la época de Wings, y “Looking at her”, un pastelito soft-pop marca de la casa envuelto en cajas de ritmos sedosas y unos sintetizadores que se las arreglan para inyectar unas gotas de acidez a la clásica repostería McCartniana.
Por su parte, Ethan Johns confirma su talento para extraer verdadera emoción de la desnudez sonora (como ya demostró en uno de los grandes discos de este año, el “Once I was an Eagle” de Laura Marling) en el otro tema sobresaliente del disco, la folkie “Early days”. Probablemente la sempiterna jovialidad burguesa de McCartney no case muy bien con el tono elegíaco y crepuscular de las “American Recordings” de Johnny Cash, pero a tenor de lo visto en este tema no puedo evitar pensar que Paul aún tiene en su interior un disco en ese estilo. Su voz, envejecida y sin maquillaje de ningún tipo, le sienta maravillosamente a una conmovedora postal en tonos sepia de los viejos tiempos, cuando se pateaba las calles y los antros de Liverpool con la guitarra a cuestas en compañía de su amigo John cantando para cualquiera que estuviera dispuesto a escuchar. En comparación, el otro tema con Johns en los créditos, la introspectiva “Hossana”, suena un tanto opaca.
Mark Ronson aplica su cacareada habilidad para darle una pátina de modernidad a estructuras retro al tema homónimo, una agradable tonada pop adornada con clavicordio, sección de vientos y coda-homenaje a Brian Wilson que remite inevitablemente a “Penny Lane” y a las canciones más uptempo que Macca aportó a “Revolver” (1966), aunque palidezca al lado de los originales. Más sugerente es su trabajo en “Alligator”, una pieza de art-pop contemporáneo que no habría desentonado en el ya mencionado “Chaos and Creation in the Backyard”. El cuarto en discordia, Paul Epworth, es el encargado de abrir el disco con el power-pop nervudo de “Save us”, que si me juraran que cuenta con The Strokes como banda de apoyo y Brian May + Roger Taylor en los coros del estribillo yo me lo creería. Pese a ser el tema más vigoroso del lote a mí se me antoja uno de los momentos menos convincentes de “New”, y desde luego queda por debajo del que sería su homólogo en el disco anterior, “Memory Almost Full” (2007), la muy briosa “Only Mama Knows”. Más satisfactoria es la pegadiza “Queenie Eye”, lo más parecido que McCartney puede hacer hoy por hoy a un himno para estadios, y en la que no es difícil identificar ecos de la etapa Beatle post-1967, concretamente de “I’m the Walrus”. Epworth cierra el disco oficialmente con “Road”, una pieza tensa, de atmósfera nocturna y misteriosa, que se cuenta también entre los momentos más brillantes del plástico. La edición deluxe se completa con el correcto soft-rock “Turned out”, que recuerda a los Wilco más luminosos de “The Whole Love”, y el folk-blues-gospel de “Get me Out of Here”, más el corte oculto “Scared”, una doliente balada al piano.
A mí me sigue maravillando que un tipo que podría llevar décadas viviendo de las gloriosas rentas del pasado, que podría no haber vuelto a dar un palo al agua desde hace lustros y aún así garantizaría que sus tataranietos serán asquerosamente ricos, siga creyéndose en la obligación constante de demostrarse algo. Es conmovedor ese ímpetu que le obliga a acometer proyectos tan distintos como sus álbumes de música clásica (ya tiene cinco registrados), sus aventuras experimentales con The Fireman, su personal tributo al jazz pre-rock’n’roll –“Kisses from the bottom” (2012)- o sus discos de pop-rock para todos los públicos. Y si además es todavía capaz de sacarse de la manga un trabajo tan digno y disfrutable como “New”, pues la admiración es doble. Aunque algunos parece que solo están esperando a que la diñe para concederle entonces, y solo entonces, el estatus de leyenda absoluta que ahora se resisten a reconocerle, otros preferimos a Macca vivo y coleando, ofreciéndonos lo que mejor ha sabido hacer siempre: esas tontas canciones de amor, de amor al pop, por supuesto.
La gran sorpresa de este segundo semestre la ha terminado dando un tipo de 71 años del que quizás muchos ya no esperaban nada. «New» es un discazo y si, probablemente no descubra nada nuevo pero funciona tanto en su cuidada producción como en lo más importante: las canciones.
El tono nostálgico en «On my way to work» o «Early days», el rock de «Everybody out there» o «I can bet «, los ganchos melódicos en «New» o «Alligator» y los exquisitos ambientes electrónicos de «Appreciatte» o «Road» transforman este trabajo en una joya, exponente de un McCartney que aún increíblemente es capaz de volarnos la cabeza con sus canciones.
Sus últimos dos discos ya eran buenos, este no se si es mejor (porque es muy diferente) pero de que anda muy bien, lo anda. Muy buena tu reseña por cierto, comparto casi todo lo que comentas.
Saludos.
Esteban
http://politomusica.blogspot.com
Comparto vuestra opinión, muy buena crítica.Después de todo, estamos en «bonus time», y todo lo que Macca siga haciendo és de propina. Rilke, el gran poeta alemán decía que el arte viene de la necesidad. Y Paul ya no tiene ninguna necesidad de fama, dinero ni de impresionar a nadie. Porque al único con el que quería competir o impresionar,Lennon, está muerto. Así que «thank you Paul for all those silly love songs»! Sigue activo, por favor!
Muchas gracias, Esteban y Karlus, por vuestros comentarios. Estoy de acuerdo, Esteban, en que el gran tapado en las quinielas para este segundo semestre era McCartney, y «New» aprieta fuerte en la pugna por ser el disco de artista veterano del año. Sobre el arte como necesidad, yo creo que Macca ya solo compite contra sí mismo. Su motor creativo es darse el placer de demostrarse que puede seguir haciendo lo que se proponga. A los 71 años no es poca cosa. Un saludo.
Extraña graciacion con el espiritu de John Lennon
tambien habla del reemplazo de Paul MacCartney
Me ha gustado mucho el enfoque de la crítica. Paul McCartney siempre se ha llevado palos cuando tiene grandes canciones en la época post-beatles (cierto que también algunas infumables).
Solo quería hacer una pequeña apreciación bajo mi punto de vista. Jorge, en el artículo mencionas que «lo que mejor ha sabido hacer siempre: esas tontas canciones de amor, de amor al pop,», creo que no se puede limitar solo a ese espectro, en el que más destaca como gran melodista que es, puesto que tiene temas como Jet, Maybe I’m Amazed, Helter Skelter, Why don’t we do in the road, Oh Darlin’ (tema que casi nadie se ha atravido a cantar en directo por su agresividad vocal, de hecho ni el mismo ya que se dice que lo grabó un día recién levantado con la carraspera mañanera).
Hola Saúl, celebro que te haya gustado la crítica. Sobre la apreciación que planteas, bueno, se trata de una manera de cerrar el artículo jugando un poco con el título de aquella canción «Silly love songs», y ateniéndome a que «New» es básicamente un disco de pop, pero en modo alguno pretendo olvidarme de que McCartney es bastante más que eso. De hecho, en un post anterior (¿Por qué McCartney no mola?) le reivindicaba como uno de los más grandes intérpretes de rock’n’roll de todos los tiempos, y me remitía a varios de los temas que apuntas, y a otros tan incendiarios como «I’m down» o la desatada versión de «Long Tall Sally». Es probable que el estado vocal de Macca ya no dé para tanto (y es algo que sí se percibe en «New»), aunque eso habría de comprobarse en directo. Un saludo.
Celebramos la excelencia del album «New» y es cierto que Paul
ya no tiene nada que demostrar. Ha dado las mayores joyas del pop y el rock mundial,
es la leyenda mas importante de la mùsica y tenemos que cuidarlo y
homenajearlo en forma permanente. Sus conciertos son verdaderas fiestas
de emociòn y arte y esperamos que vuelva a Argentina una vez màs al menos !
Me gustó mucho la crítica. Sólo quiero decir que el «genio» sigue de pie y fuerte. Disfrutemos de estas obras que tienen la característica de hacer las cosas por el «solo gusto de hacerlas» Ya no hay nada que demostrar. En mi cabeza revolotean temas como «Apprecciate», «Everybody out there», «Looking at her», «Scared», «Quennie eye» a cada momento del día. De acuerdo en homenajearlo de manera permanente¡¡¡
Buena crítica. Tal vez es lo que queremos leer los incondicionales del Macca. New wa un álbum tranajado en la composición y los acabados de estos superproductores que ha fichado. El álbum está a la altura de su trayectoria mítica: gracias Paul por los buenos momentos que nos has dado desde hace 50 años. y por seguir en el candelero, a tu edad pese a lo forrado que estas lo que nos demuestra que vives y amas la música, como nosotros. .
Simplemente maravilloso, este trabajo lo escuché por curiosidad, y me conquistó… una leyenda llena de talento que ama lo que hace y que logra hacernos sentir ese amor por su arte.
jejeje… como gastan palabras para idolatrar otro discucho de «faul mccartney» averiguen bien, ya ni siquiera es dificil dar con las pistas necesarias para saber que ese señor no es el unico y verdadero Paul Mccartney
averiguen porque como melomano puedo saber que tienen un ego que les va a doler demasiado despues de saber el ridiculo que estan haciendo jeje
y es en serio.. pq miran.. al verdadero Paul… ni una florecita en su tumba :( ESE SI ERA UN GRANDE!