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«The Walking Dead»: De vuelta (de entre los muertos)

15/10/2013

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(ALERTA SPOILER: Prohibido leer sin haber visto el primer episodio de la cuarta temporada de la serie “The Walking Dead”. También hablamos, sin revelar demasiado, de los cómics “Los muertos vivientes” de Robert Kirkman)

“The Walking Dead” está de vuelta, y con ella regresarán inevitablemente los ardorosos debates en la red entre los que la defienden y los muchísimos que la critican, bien porque se pasa por el forro cuando le conviene la fidelidad al cómic original de Robert Kirkman, bien porque los zombis salen poco, bien porque los protagonistas hablan demasiado o bien porque no pasa nada. Y lo que también volverán son las audiencias millonarias que han convertido a la serie de la AMC en la ficción más vista de la historia de la televisión por cable, porque, como bien pronosticaba mi compañero Rodrigo en su análisis de la tercera temporada, por muchas pestes que se viertan sobre la serie al final (casi) nadie termina faltando a la cita anual con los muertos vivientes. Y es que ni sus propios detractores saben explicar qué misteriosa adicción les obliga a seguir las andanzas de Rick Grimes y compañía,  así que algo tendrá el agua cuando la bendicen. En El Cadillac Negro, ya lo sabéis, siempre hemos creído en “TWD”. Admitimos que su mayor problema es su incapacidad para sostener el mismo nivel durante todo una temporada (hasta ahora, en las tres tandas anteriores, no lo ha conseguido), pero cuando exhibe su mejor forma, cuando logra combinar la intensidad emocional, el drama de supervivencia postapocalíptico en su versión más cruda y deshumanizada, la acción frenética y las dosis justas y necesarias de truculencia gore, la serie vuela alto de verdad.

Así que, en el inicio de su cuarta temporada, el primer y principal reto del nuevo showrunner, Scott M.Gimple (guionista de episodios tan estimables como “Pretty much dead already”, “Clear” o “This sorrowful life”) es lograr que la calidad del show sea constante y no se produzcan las bajadas de tensión que impiden que “TWD” sea todo lo que podría (o debería) ser, aunque somos conscientes de que no facilita la tarea el hecho de tener que armar largas temporadas de 16 episodios. Por ello, celebramos que, tras la un tanto decepcionante season finale de la tanda anterior, “30 days without an accident” cumpla perfectamente con lo que se espera de una season premiere y señale con tanta confianza el rumbo a seguir en las próximas entregas. Como ya sabíamos, Gimple no iba a renunciar, al menos en un principio, al escenario de la prisión, aquel en el que se desarrolló el mejor arco argumental de las páginas de Kirkman, aunque también ha sido lo suficientemente astuto como para, tras dar un conveniente salto temporal de seis meses, remodelarlo y convertirlo en el centro neurálgico de una comunidad más grande (debido a la llegada de los supervivientes de Woodbury y a otros que se han agregado después) y mejor organizada, en la que existe un reparto de tareas, rutinas de supervivencia, un consejo de “sabios” que toma las decisiones importantes y, en definitiva, algo parecido a un brote de civilización (lo que entronca veladamente con el arco argumental de Alexandria en los cómics). El planteamiento nos parece prometedor, aunque habrá que observar cómo gestiona el incremento de personajes una serie que en el pasado ha tenido problemas para dibujar correctamente a sus secundarios (un saludo a T-Dog, allá donde esté). Un mayor número de personajes debería equivaler a un mayor número de conflictos y problemas entre ellos. En manos de Gimple y su equipo de guionistas está el no repetir los errores de la segunda temporada y evitar los diálogos intrascendentes y los sucesos que no llevan a ninguna parte.

the-walking-dead-Bob Stookey

De entre los nuevos, y teniendo en cuenta que de momento apenas se ha profundizado en ellos,  nos quedamos con Bob Stookey (interpretado por Laurence Gilliard Jr., el inolvidable D’Angelo Barksdale de “The Wire”), un personaje que ya aparecía en el cómic aunque se le ha modificado lo bastante como para no parecer el mismo. Médico del ejército, recientemente integrado en la comunidad, supuestamente aquejado de un problema de alcoholismo y que parece esconder algún oscuro secreto que le debería alejar del estereotipo “buenrollista” que aparenta. Karen, la única superviviente de la masacre que perpetró el Gobernador contra los suyos en “Welcome to the tombs”, promete tener un rol más protagonista en esta tanda, especialmente porque la han emparejado con Tyreese, otro personaje del que deberíamos esperar todo esta temporada tras el chasco que nos llevamos con él durante la season anterior. Los guionistas tienen a su disposición a uno de los individuos más carismáticos que pasaron por las viñetas de Kirkman y también tienen a un actor, Chad Coleman, perfecto para darle vida, así que convendría que se pusieran las pilas y empezasen a trabajar en serio con él porque la serie se lo agradecería. Además, los responsables del show han confirmado que en algún momento de la temporada aparecerán otros dos caracteres icónicos del cómic, Abraham Ford y Eugene Porter, con los rasgos de Michael Cudlitz y Josh McDermitt respectivamente. El advenimiento de tantas caras nuevas solo puede significar que habrá bajas notables entre las viejas, así que prepárense para cualquier cosa en los próximos capítulos.

The Walking Dead-Carl

Los personajes ya conocidos también han experimentado algunos cambios notables. Tras los sucesos traumáticos acontecidos en el pasado curso, Rick ha dejado de ser, aparentemente de manera voluntaria, el líder del grupo para volver a encontrarse a sí mismo, principalmente como padre pero también como un simple miembro de la comunidad. Ahora se dedica principalmente a los cuidados de la pequeña granja que han levantado y no se inmiscuye en las misiones más peligrosas. Pero Rick nunca, ni en la serie ni mucho menos en el cómic, ha dejado de ser el referente de la historia, así que es de esperar que en el futuro próximo vuelva a tener que tomar decisiones delicadas. Quien también ha sufrido un evidente cambio de tono ha sido el pequeño Carl, quien la temporada pasada evolucionó hacia una versión sombría, fría y despiadada del inocente chaval de los primeros tiempos. Gimple parece, al menos de momento, no querer seguir incidiendo en esa línea y nos ha presentado a un Carl más luminoso y reconciliado con su padre tras la enorme brecha que se había abierto entre ellos. Y, sin embargo, no podemos evitar pensar que un Carl cada vez más parecido al añorado Shane es el desarrollo lógico del personaje para el futuro.

Por su parte, Daryl, es ahora mismo lo más parecido al nuevo líder del grupo. Respetado e incluso admirado por una comunidad que le agradece sus esfuerzos por alimentarles y reclutar nuevos miembros, el lacónico outsider no parece muy cómodo en su nuevo rol, pero más por su falta de costumbre que porque realmente le disguste la situación. Michonne, revitalizada en el segundo tramo de la season anterior tras unos inicios un tanto dubitativos, se mantiene como el músculo de la banda, efectiva y siempre dispuesta a acometer las misiones más peligrosas, y parece tener entre ceja y ceja la búsqueda del Gobernador, hasta ahora infructuosa, mientras que Hershel, uno de los miembros de más peso en el “consejo”, sigue siendo la brújula moral del clan, Glenn y Maggie continúan siendo la perfecta pareja de enamorados, Sasha (la hermana de Tyreese) es una soldado de campo más que eficiente, Carol se preocupa a su manera de la seguridad de los más pequeños del grupo y a Beth el paso del tiempo le ha impregnado de una dura capa de frío pragmatismo y, quién sabe, incluso a lo mejor termina teniendo algún interés.

The Walking Dead_Daryl & Michonne

En la recámara queda de momento Philip Blake, sin duda alguna el mejor personaje de la temporada pasada, y un activo al que la serie no podía renunciar fácilmente, aunque ello incidiera muy negativamente en la resolución de la última season finale. Y Gimple no podía desprenderse del Gobernador porque sencillamente es difícil, muy difícil, dar con un villano tan magnético y carismático en una serie de TV de vocación mayoritaria. Al mismísimo cómic le ha costado mucho tiempo dar con otro antagonista de ese nivel, aunque a tenor de lo que hemos visto en los últimos álbumes publicados en España por fin lo ha encontrado. Así que sí, a David Morrissey se le espera en algún momento de la temporada, esperemos que más pronto que tarde, y cuando llegue confiamos en que vuelva a incendiar la pantalla. Pero, ante su momentánea ausencia, los responsables de “TWD” se las han ingeniado para dar con otro contrincante inesperado, que, a nuestro parecer, y a falta de ver cómo se desarrolla, nos parece todo un acierto: el brote de una epidemia, plaga, virus o enfermedad, que de momento ha afectado mortalmente a uno de los cerdos de la granja de Rick y a uno de los jóvenes, el desdichado Patrick, quien no ha tardado en “volver” a la vida en el cliffhanger final. Esta apuesta argumental que, que yo recuerde, no se ha explorado en los cómics, abre múltiples y sugerentes posibilidades para las tramas cotidianas de la prisión, que puede volver a convertirse en una auténtica e imprevista ratonera.

The Walking Dead_Zombi

Gimple ha prometido que la nueva entrega de “TWD” será “más grande, más terrorífica y con más acción” que las anteriores, lo que viene a significar que los muertos tendrán más protagonismo y serán más peligrosos, en un claro guiño a todos los fans que demandan sobre todo matanzas, mordeduras y desmembramientos.  En ese sentido “30 days without an accident” cumple el expediente con una secuencia en un supermercado, que si bien no sorprende precisamente por lo original del emplazamiento sí lo hace desde el aspecto visual al presentar una lluvia de zombis (uno de ellos quedando colgado de las tripas) que no puede resultar más efectiva. En paralelo hemos asistido a una de esas pequeñas historias accesorias pero reveladoras protagonizada por Rick y una perturbadora forastera en el bosque que en el fondo son las que crean ese clima pesimista y desolador que definen a la serie, como aquel segmento del autoestopista en “Clear”. “TWD” viene a decirnos ahí (a nosotros y a Rick) que, en el mundo que propone la serie, sin un espíritu de grupo o comunidad al que aferrarse la línea entre la cordura y la locura puede volverse excesivamente borrosa.

the-walking-dead-Rick & the lady in the woods

En el momento de escribir estas líneas recibo el dato de que “30 days without an accident” ha reunido a 16.10 millones de espectadores delante de las pantallas de TV de EE.UU, unos números que pulverizan el ya de por sí increíble record de 12.42 millones establecido por la última season-finale y que vienen a ratificar lo que decíamos en el primer párrafo. “TWD”, más allá de sus virtudes y defectos, es un fenómeno sociológico que, lejos de acusar el desgaste de tantas y ruidosas críticas negativas, parece retroalimentarse con ellas. Y esa capacidad de mantener enganchados incluso a los mayores detractores merece algún tipo de crédito. Dentro de siete episodios, cuando llegue el parón de midseason, daremos cuenta por aquí de cómo ha resultado la apuesta del señor Gimple, aunque de algo sí que estamos seguros: seguirá habiendo debate.

4 comentarios leave one →
  1. Asier permalink
    15/10/2013 23:32

    Hay una razón por la que The Walking Dead funciona: es ligera, sencilla, sin falta de pretensiones más allá de entretener. No se ha perdido en la búsqueda de explicaciones o en el enrevesamiento (recordemos que hubo un conato de ello al final de la primera temporada), sino que se ha centrado en el drama humano y en la lucha por la supervivencia. No es la mejor serie que nunca se haya hecho, pero funciona lo suficientemente bien como para hacerte pasar un rato entretenido.
    Esta temporada promete dar lo que se espera de ella, y tiene pinta de que lo logrará.

  2. 16/10/2013 7:59

    A éstas alturas, espero un nivel parecido a la primera mitad de la temporada anterior. Ya no sé si es por la exigencia en la que miro/miramos las series, cada vez cuesta más seleccionar un buen entretenimiento. Al fin y al cabo, es lo que esperamos. Así que podría decir que me gusto el primer episodio aunque no termino de fiarme del todo. Ahora que andamos un poco más cojos sin Breaking Bad y Dexter, TWD y GOT se perfilan como las series de referencia para el gran público, con el permiso de Justified y los amiguetes de Sons of Anarchy.
    Y si TWD no mantiene la tensión, estoy por dejarla unas semanas apartada, que seguir más de diez series no es fácil para nadie y eso sin contar con las películas. No damos para más. Un saludo a todos.

  3. Jorge Luis García permalink*
    22/10/2013 12:05

    Muchas gracias, Asier y GuillemGuasch, por vuestras aportaciones. Suscribo lo que dice Asier. Uno de los grandes aciertos de «TWD» es no haber buscado explicaciones a la infección y centrarse en lo que importa, el drama humano y la lucha por la supervivencia. Y al igual que GuillemGuasch, yo también creo que el nivel óptimo de la serie es el que vimos en la primera mitad de la tercera temporada y en el tramo final de la segunda. De momento, tras los dos primeros capítulos de la cuerta, la cosa pinta bien. Un saludo!

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