“Justified”: para quitarse el sombrero
(AVISO SPOILERS: Prohibido leer sin haber visto hasta el último capítulo de la serie, “The Promise”)
No somos muchos los que hemos seguido fielmente “Justified” a lo largo de sus seis temporadas en antena. Unos dos millones de espectadores en EE.UU. (2,24 en su despedida) y unos pocos miles, quizás, en España. Pero todos los que lo hemos hecho, la hemos puesto en un altar. “Justified” es una de esas series que o no sabes de su existencia o, irremediablemente, la adoras. Somos menos aún los que en algún momento hemos escrito sobre ella, pero me congratula ver que casi todos coincidimos a la hora de destacar sus mayores virtudes: su perfecta y explosiva mezcla de ‘cine’ negro, drama policial y western; sus personajes, algunos adorables, otros despreciables, todos ellos inolvidables; el sombrío encanto de esa Harlan, Kentucky, en donde está ambientada; y sus excelsos guiones, sus espléndidos diálogos, sus réplicas y contrarréplicas más afiladas que un cuchillo, y lanzadas más rápido que una bala. Éste es el cuarto post que le dedico en el Cadillac y en todos ellos no he dejado de repetir insistentemente que “Justified” es (era) la serie mejor escrita de la última década. Me llena de alegría leer a otros compañeros y seguidores y darme cuenta de que no soy el único que lo piensa, ni que lo dice.
Dentro de esa categoría de series ignoradas por el gran público y las principales entregas de premios, “Justified” es una de las mejores, si no la mejor. Pero hasta esto, lo de no tener todos los focos sobre ella ni a medio planeta pendiente de sus movimientos, ha acabado jugando a su favor y le ha dotado incluso de más encanto. Liberados de presiones, sobrados de talento, con el fantasma del gran Elmore Leonard guiándoles y las cosas muy claras, su creador y showrunner, Graham Yost, y su equipo de guionistas, han llevado a la serie siempre por donde han querido, como han querido y hasta donde han querido. “Justified” concluyó la semana pasada tras seis temporadas en antena porque así lo quisieron Yost y su máxima estrella, el también productor ejecutivo Timothy Olyphant. Y lo hizo con 13 últimos episodios magistrales, cerrando el círculo de manera perfecta y corroborando que no hay mejor forma de decir adiós que hacerlo en el momento justo, superando todas las expectativas, por muy altas que fuesen, y sin haber desfallecido, nunca, en lo más mínimo.
La pasión exacerbada por las series y el pánico desmedido (aunque justificado) hacia los spoilers, son fenómenos de nuestro siglo. Ninguna de ambas cosas existirían, por mucho que la oferta sea muy vasta, variada y, felicitémonos, de buenísima calidad, si no fuese por Internet. Cualquier cosa que se emita en cualquier país del mundo puede descargarse en cualquier rincón del planeta al minuto siguiente de su emisión. Y al minuto siguiente, ya está siendo comentado, debatido, examinado hasta el más mínimo detalle, criticado o alabado en las redes sociales. Por eso a veces resulta un alivio ser seguidor de series como “Justified”, que no es que no tengan incidencia en la red de redes, pero al menos no someten al personal a un bombardeo continuo e inmisericorde del que es imposible escapar, y del que al final todos acabamos siendo partícipes. Yo al menos tengo la sensación de que, en más de una ocasión, esto ha acabado jugando en contra de muchas series y pesando demasiado sobre los hombros de algún guionista. Algo mucho más alarmante, por supuesto, cuando llega la hora de los temibles finales. Que pesan como una losa. Una conclusión satisfactoria hará que una serie se nos quede gratamente grabada en la memoria, y eso ya es para toda la vida, mientras que un desenlace desastroso es capaz de enterrar, y también para siempre, los muchísimos aciertos que pudieran haberse ido acumulando por el camino. Probablemente no sea justo, pero sí es inevitable y, hasta cierto punto, comprensible. En este blog nos hemos enfrentado ya a unas cuantas finales, y con resultados bastante desiguales, pero yo con ninguna otra serie he tenido tanta confianza (y no lo digo ahora, que juego con ventaja) como con “Justified”. Terminase como terminase, sabía que estaría a la altura.
Qué duro es tener que despedirse de una de tus series favoritas. Cuando, encima, perteneces a esa (numerosa) raza de fanáticos que están cada vez más enganchados a este rollo, uno podría llegar a pensar que es un sufrimiento continuo. Pero ni siquiera un mal sabor de boca podrá quitarnos las horas y horas de placer que muchas de estas series nos han proporcionado. Si, además, un desenlace te deja extasiado, la sensación de plenitud es absoluta y la recompensa recibida es incuantificable, lo que te ayuda, y mucho, a sobrellevar la pérdida. Esto es lo que me ha sucedido con “Justified”, lo cual no quita que vaya a echarla muchísimo de menos. Más aún cuando hace sólo unos meses también tuvimos que despedirnos de “Sons of Anarchy”. Para mí, estas dos series siempre han estado emparentadas de algún modo, y las he considerado algo así como primas no demasiado lejanas. Emitidas ambas por el canal FX, Raylan Givens y compañía se encargaban de tomar el relevo cuando los moteros de Charming desaparecían hasta el año siguiente. Y aunque no compartiesen el mismo ‘universo’, como sí hacían “SoA” y “The Shield”, sí tenían en común algunos intérpretes (un fenómeno curioso es que el 90% del reparto de “Deadwood” se dejó caer, en algún momento, por una u otra serie), y también coincidían con frecuencia en tono, contundencia, crudeza y en su oscuro y retorcido sentido del humor. Cuánto no habremos fantaseado los seguidores de ambas, que seremos unos cuantos, con un hipotético ‘crossover’, por mucho que supiésemos que nunca sería posible. La resolución de “SoA” me dejó notablemente satisfecho, pero la grandeza de “Justified” es aún mayor por un motivo muy concreto. Si pienso en “SoA”, o incluso en otro final reciente, y francamente insuperable, como el de “Breaking Bad”, me doy cuenta de que el camino podía haber ido por aquí o por allí, las cosas podían haber sido de una u otra manera, pero el desenlace, entendiendo por ello el destino final de sus personajes principales, no podía haber sido otro que el que finalmente fue. Con “Justified”, en cambio, a falta de 40 minutos para su conclusión las opciones estaban totalmente abiertas, y ahora, mirando por el espejo retrovisor, sigo pensando que podría haber habido muchas formas de cerrar la historia, y unas cuantas muy válidas y con sentido. Y, sin embargo, soy incapaz de fantasear con nada mejor que lo que, rompiéndonos incluso los esquemas, Yost y su gente nos tenían preparados.
Está comúnmente aceptado que la segunda temporada de “Justified” es, de largo, la mejor de la serie. No seré yo quien lleve la contraria. Pero a mí no ha habido una sola temporada que no me haya parecido maravillosa (tengo especial debilidad por la tercera, y su antológico último episodio), aunque creo que esta sexta y última, y no sólo por eso, por ser la última, tenerla tan reciente y habernos regalado momentos tan definitivos, roza por momentos cotas inalcanzables. Y eso que (o precisamente por eso) comienza con un doloroso puñetazo en pleno estómago, con una tragedia para todos los seguidores de la serie desde su primer capítulo: la muerte de Dewey Crowe (Damon Herriman). Y aun así, ahora veo que se antoja necesaria, porque quizás ya no hay sitio para el pobre Dewey en la guerra que está por desatarse en el condado de Harlan, y porque sirve para ahondar aún más en la maldad, ya sin límites, excusas ni paliativos de Boyd Crowder. Cuando tienes un personaje tan carismático y magnético como el que ha bordado durante estos seis años Walton Goggins, a veces viene bien recordar que es un grandísimo hijo de puta. Después de, entre otras muchas fechorías, las frías ejecuciones de Dewey, su fiel escudero Carl y ese desgraciado conductor con el familiar rostro de Shea Whigham, ya no debe quedarnos la más mínima duda. Raylan y Boyd han sido el epicentro de la serie desde el primer minuto y esta vez nos dan lo mejor (o peor) de sí mismos, con la siempre tercera en discordia, una acorralada Ava Crowder (Joelle Carter), cobrando felizmente más protagonismo y trascendencia que nunca. Pero aunque este año el eje central sea la guerra sin cuartel, y ya inaplazable, entre el Marshal y su mayor antagonista, “Justified” se ha distinguido siempre por regalarnos cada temporada otros cuantos impagables villanos, y 2015 no ha sido la excepción. ¿Cómo es posible que Sam Elliott, Garret Dilahunt o Jeff Fahey hayan tardado tanto en fichar por esta serie, cuando está clarísimo que nacieron para interpretar algún papel en ella? A Avery Markham, Ty Walker y Zachariah Randolph les bastan unos pocos episodios para hacerse un hueco de honor en la historia de “Justified”. La pérfida Katherine Hale (Mary Steenburgen) ya asomó la patita en la quinta temporada, pero es este año cuando se dedica a dar dentelladas de verdad. A falta de Dewey, durante los primeros capítulos cubrimos su cuota con Choo-Choo (Duke David Roberts), probablemente el tipo más entrañablemente imbécil, y ya es decir, que haya pisado jamás el estado de Kentucky. Y por supuesto tenemos a Boon (Jonathan Tucker), que llega al rescate de Markham cuando Ty Walker y compañía se caen con todo el equipo.
TY: This is bullshit! You shot me in the back!
RAYLAN: You wanted to get hit in the front, you should have run toward me.
– – – – – – –
TY: ¡Vaya mierda! ¡Me has disparado por la espalda!
RAYLAN: Si querías que te disparara delante, deberías haber huido de espaldas.
No podían faltar Wynn Duffy, con Jere Burns elevado ya a la categoría de intérprete principal, ni su fiel Mike (Jonathan Kowalsky). El primero se desmarca como el gran triunfador en el desenlace de la serie, desapareciendo según todos los indicios con los 9 millones de dólares del premio gordo (espero no ser el único que se alegrara), mientras que el segundo se despide por todo lo alto… con su brutal duelo a muerte con Katherine Hale, una de las escenas más salvajes y sangrientas que “Justified” nos ha endiñado en sus seis años de historia.
Siempre le hemos echado en cara a la serie el escaso (o no suficiente) protagonismo del que han gozado Rachel Brooks (Erica Tazel) y Tim Gutterson (Jacob Pitts), y este año la cosa no mejora y se suma la poca presencia, aunque acabe siendo determinante, del jefe Art Mullen (Nick Searcy). En cambio, los guionistas nos lo compensan devolviéndonos, ya sea en varios episodios o en forma de breves cameos, a nuestra querida Loretta McCready (por aquí muy fans de Kaitlyn Dever), Ellstin Limehouse (Mykelti Williamson), Constable Bob Sweeney (Patton Oswalt) e incluso Dickie Bennet (Jeremy Davies), Ellen May (Abby Miller) o el fantasma de Arlo (Raymond J. Barry). “Justified” logra así dejar prácticamente todo atado y bien atado, a la vez que se homenajea a sí misma mientras va tomando velocidad y acercándose inexorablemente al final del camino, entregándonos un capitulazo detrás de otro hasta llegar a un alargado y muy gozoso clímax que abarcaría sus tres últimos episodios, “Fugitive Number One”, “Collateral” y por supuesto “The Promise”.
La promesa a la que se alude en el título de su series finale sería, de forma más evidente, ésa que Ava le obliga a hacer a Raylan en su última conversación: que Boyd jamás podrá enterarse de la existencia de su hijo Zachariah. Pero, yendo más al hueso de la serie, también apuntaría al momento en el que el Marshal le dice que no piensa detenerla:
RAYLAN: I said you’d be fine.
– – – – – – –
RAYLAN: Te dije que estarías bien.
Recordamos así la frase con la que Raylan cerró la quinta temporada, «Everything’s gonna be fine» («Todo irá bien»), pero también la de Ava en el primer episodio del show, “Fire In The Hole”, en el momento de su reencuentro: «Raylan, the minute you walked in, I knew everything was gonna be all right» («Raylan, en el mismo momento en que entraste, supe que todo estaría bien»). Y es que, en una última temporada y, en especial, una finale plagada de tantos guiños y autorreferencias, éste es sólo uno de muchos ejemplos. De hecho, la visita de Raylan a la fugitiva Ava en California (propiciada por el envío de un recorte de periódico de Rachel desde su nuevo destino, en Seattle) sirve como un espejo deformado a esa primera escena que compartieron juntos, aunque esta vez sin Coca Cola ni RC. Pero, como decía, aún hay más.
En ese inesperado salto temporal de cuatro años que damos en “The Promise”, y que ocupará los últimos 15 minutos de la serie, nos encontramos a un Raylan mucho más tranquilo y relajado que de costumbre en su regreso a Florida, en donde está viendo crecer a su hija Willa, aunque no nos sorprende descubrir que Winona (Natalie Zea) y él, por enésima vez, han roto y ya no son pareja. A pesar de todo, se les ve más próximos que nunca, tal vez todo lo próximos que podrán llegar a estar nunca:
WINONA: My god. You’re the most stubborn man I have ever known.
RAYLAN: Beats angry.
– – – – – – –
WINONA: Dios mío. Eres el hombre más cabezota que jamás haya conocido.
RAYLAN: Mejor que cabreado.
Una alusión clara y directa a aquel mucho más amargo encuentro con el que se cerró “Fire In The Hole”. Antes, Rachel y el Marshal, que ha tenido que sustituir su Stenson por el sombrero de Boon, intercambian una parca despedida cargada, no obstante, de muchísima complicidad:
RACHEL: Nice hat.
RAYLAN: I tried it on, and it fit.
– – – – – – –
RACHEL: Bonito sombrero.
RAYLAN: Me lo probé, y me quedaba bien.
De nuevo un calco a su conversación en “Riverbrook”, segundo episodio de la serie… Pero aún antes de eso, Art felicita a Raylan por su gran éxito, retrotrayéndonos una vez más a los inicios de todo:
ART: I asked you, “come to Kentucky and help us get Boyd Crowder”. Now, it took a little longer than I originally anticipated, but you did it. You got Boyd Crowder. And you got him right.
– – – – – – –
ART: Te pedí que vinieras a Kentucky y nos ayudaras a encerrar a Boyd Crowder. Bueno, ha llevado más tiempo del previsto en un principio, pero lo has conseguido. Has atrapado a Boyd Crowder. Y lo has hecho como es debido.
Y antes aún… el gran clímax de “Justified”, el momento decisivo, la escena que todos llevamos seis años esperando, se produce, con un par, cuando no llevamos ni 20 minutos de “The Promise”. Vuelve a recordarnos a la escena clave de “Fire In The Hole” en la que Raylan, Boyd y Ava se reunieron en la cocina de ésta última, y el primero acabó descerrajándole un tiro en el pecho al segundo. Un disparo que no fue mortal porque Raylan no quiso, ya que, ya sabes, ambos extrajeron carbón juntos. Hay por tanto muchas cuentas pendientes, e innumerables alusiones a frases y situaciones del pasado, en poco más de un par de minutos:
BOYD: Goddamn, Raylan! Your timing sucks!
RAYLAN: So I’ve been told.
BOYD: I’d ask you the number for a couples’ therapist, Raylan, but I don’t think you’re any better at this than I am.
RAYLAN: I don’t suppose that’s your blood on you, there.
BOYD: That please you? Somebody show up, do your dirty work for you?
RAYLAN: Well, Boyd, I don’t care how it gets done as long as it gets done.
BOYD: Well, I guess in that case, you ought to pick up where we left off in the woods, Raylan.
RAYLAN: There is another way.
BOYD: What’s that? I pull, you put me down?
RAYLAN: Either way, I am gonna put you down.
BOYD: Well, Raylan, here’s the problem. See… I don’t have any more bullets in my gun.
RAYLAN: Try that one. Ava, now would be a good time to get out of the way.
BOYD: Raylan, you mind if I ask Ava a question before we do this?
RAYLAN: Knock yourself out.
BOYD: Why? We had the money. We were home free.
AVA: Honestly, Boyd? I put myself in your shoes. I did what I thought you would do.
BOYD: I ain’t doin’ it, Raylan.
RAYLAN: Yeah, you are.
BOYD: No, I ain’t.
RAYLAN: You are gonna raise that gun, and we are gonna end this.
AVA: Raylan!
BOYD: You stay out of this.
BOYD: I ain’t gonna pull on you, Raylan. So you go and do whatever it is you’re meant to do. ‘Course, someday, I am gonna get out. And when I do, I’m gonna kill her, Raylan. And then I’m gonna come and I’m gonna kill you. So what’s it gonna be, Raylan?
– – – – – – –
BOYD: ¡Joder, Raylan! ¡Tu sentido de la oportunidad apesta!
RAYLAN: Eso me han dicho.
BOYD: Te pediría el número de un asesor de parejas, Raylan, pero creo que esto no se te da mucho mejor que a mí.
RAYLAN: Supongo que esa no será tu sangre.
BOYD: ¿Eso te hubiera complacido? ¿Que alguien hubiera aparecido para hacer el trabajo sucio por ti?
RAYLAN: Bueno, Boyd, no me importa cómo se haga, mientras se haga.
BOYD: Pues, supongo que en ese caso deberíamos retomarlo donde lo dejamos en el bosque, Raylan.
RAYLAN: Hay otro modo.
BOYD: ¿Cuál? ¿Yo te apunto y tú me matas?
RAYLAN: En cualquier caso, voy a matarte.
BOYD: Bueno, Raylan, tenemos un problema. Verás… No me quedan balas en el arma.
RAYLAN: Prueba con esa. Ava, ahora sería un buen momento para que te hicieras a un lado.
BOYD: Raylan, ¿te importa que le haga una pregunta a Ava antes de seguir con esto?
RAYLAN: Date el gusto.
BOYD: ¿Por qué? Teníamos el dinero. Nos marchábamos de aquí.
AVA: ¿Sinceramente, Boyd? Me puse en tu piel. Hice lo que pensé que harías tú.
BOYD: No lo voy a hacer, Raylan.
RAYLAN: Sí, lo harás.
BOYD: No.
RAYLAN: Vas a alzar esa pistola y vamos a acabar con esto.
AVA: ¡Raylan!
BOYD: Tú mantente al margen.
BOYD: No te voy a apuntar con ella, Raylan. Así que haz lo que tengas que hacer. Por supuesto, algún día, saldré en libertad. Y cuando lo haga, voy a matarla, Raylan. Y luego iré a por ti y te mataré. Así que, ¿qué vas a hacer, Raylan?
Muy pocos de nosotros esperábamos que el duelo definitivo entre los dos pilares fundamentales de “Justified” se resolviese con ambos saliendo vivos del envite. Mucho menos al terminar la temporada anterior, y así lo dije en su momento: «el resultado es incierto, aunque sí sabemos una cosa: hay alguien que no saldrá vivo de Harlan». Aunque yo, con el paso de los últimos capítulos, cada vez tenía más claro que Raylan sobreviviría y que Boyd podía tener también sus opciones, no concebía una series finale sin ningún gran sacrificio, y todas mis apuestas estaban depositadas en las muertes de Ava y Art (parece ser que los guionistas sí llegaron a plantearse la de Tim, pero felizmente la descartaron). Raylan no mata a Boyd, y no lo hace porque éste no le apunta y, por lo tanto, esta vez no estaría “justificado”. Pero al no hacerlo evidencia asimismo la evolución de su personaje, y es que en muchos aspectos no deja de ser un tipo muy distinto a aquél que conocimos seis años atrás. Aunque también, en el fondo, sabemos que podría tener los mismos motivos para dejarle vivo que ya esgrimió en “Fire In The Hole”.
Pero llevamos seis años escuchando, al final de casi todas sus temporadas y en diferentes versiones, el tema “You’ll Never Leave Harlan Alive”, y esa es una profecía que creíamos que de algún modo tendría que cumplirse. ¿Para quién? Una vez que todos sus personajes principales parecen estar a salvo, y de nuevo más pronto de lo esperado (a los 23 minutos), volvemos a oír el tema de Darrell Scott y una polvorienta y solitaria carretera es el escenario perfecto para otro de los momentos decisivos, en realidad la única deuda pendiente que nos queda ya por saldar: el duelo entre Raylan y Boon, que lleva fraguándose (y antojándose como inevitable) desde la aparición de este último en el noveno episodio de la tanda, “Burned”. Boon llega a última hora, sí, pero enseguida vemos en él a un rival a la altura de nuestro héroe, algo así como un Raylan oscuro y 20 años más joven, incluso aún más chulesco y con un punto más temerario, algo que acabará siendo su perdición. Dos hombres con sendos sombreros, pistolas enfundadas en sus costados, tensas sonrisas, miradas desafiantes. Western en estado puro. Y dos iconos de “Justified” terminan salvando la vida de Raylan: Loretta y su legendario Stenson. La chica, impidiendo un posible contraataque de su rival. El sombrero… bueno, la regla de Boon de “siempre apunta a la cabeza” esta vez le juega una última (y fatal) mala pasada, pues debería haber sabido que un Stenson siempre te hace parecer unos centímetros más alto.
Y después de ese duelo del que Raylan sale seriamente magullado, después de su despedida, sentida pero sin un ápice de sentimentalismo, como era de esperar, con Art, Tim y Rachel, después de ver cómo le van las cosas por Miami, después de su reencuentro (y reconciliación con Ava), a nuestro héroe le queda un último gesto, que hará que le amemos ya de forma incondicional y definitiva. Raylan visita a Boyd en la cárcel, en donde éste ha vuelto a retomar su segunda mayor afición, por detrás de delinquir: predicar y soltarle la chapa a sus compañeros de presidio.
RAYLAN: You know you’re repeating yourself, right?
– – – – – – –
RAYLAN: Sabes que te estás repitiendo, ¿verdad?
Raylan informa a Boyd de la muerte de Ava, y le presenta unas pruebas falseadas bastante convincentes. Una mentira con la que el Marshal cumple su promesa y salva la vida de la chica, la de su hijo y, también, la del propio Boyd. O al menos le otorga la posibilidad de pasar página y dar algún tipo de cierre a su amarga historia. Porque de toda la basura que Boyd ha soltado por su boca durante toda su vida, sólo hay una cosa que Raylan ha sabido que era cierta:
RAYLAN: I do believe you loved Ava.
– – – – – – –
RAYLAN: Sí creo que amabas a Ava.
No. La última escena de “Justified” no podía tener otros protagonistas. Es un cara a cara muy distinto al que ambos mantienen 20 minutos (o cuatro años) antes, pero en muchos sentidos igual de intenso. O más. Una conversación que no le dirá absolutamente nada a nadie que no haya seguido nunca la serie, pero a los que sí lo hemos hecho, nos llega directamente al corazón. Jamás hubiésemos imaginado una mejor despedida, ni un broche más perfecto. Me permito tomar prestadas unas líneas de la fantástica review de tv.com de su series finale, porque creo que es imposible expresarlo mejor: «“The Promise” podría no ser el final que todos estábamos esperando, pero sí es el final que no sabíamos todos que queríamos, hasta ahora».
BOYD: Can I ask you one question before you go?
RAYLAN: As long as you understand if it annoys me, I’m just gonna hang up.
BOYD: Scout’s honor. Tramble penitentiary is a long way from Miami, Raylan. Now, you could have called the warden. Could have sent word through my lawyer.
RAYLAN: You asking why I came? Thought it was news that should be delivered in person.
BOYD: That the only reason? After all these long years, Raylan Givens, that’s the only reason?
RAYLAN: Well, I suppose if I allow myself to be sentimental, despite all that has occurred, there is one thing I wander back to.
BOYD: We dug coal together.
RAYLAN: That’s right.
– – – – – – –
BOYD: ¿Puedo hacerte una última pregunta antes de irte?
RAYLAN: Mientras comprendas que si me hace enfadar, cuelgo.
BOYD: Palabra de boy scout. La cárcel de Tramble está muy lejos de Miami, Raylan. Podrías haber llamado al alcaide. Podrías habérmelo dicho a través de mi abogado.
RAYLAN: ¿Preguntas por qué he venido? Pensé que eran noticias que tenía que trasladar en persona.
BOYD: ¿Es la única razón? Tras todos estos años, Raylan Givens, ¿esa es la única razón?
RAYLAN: Bueno, supongo que si me permito el lujo de ponerme sentimental, a pesar de todo lo que ha ocurrido, hay una cosa que me retrotrae en el tiempo.
BOYD: Extrajimos carbón juntos.
RAYLAN: Es cierto.
Elegante. Redondo. Precioso. Perfecto. Para quitarse el sombrero.
Fantástica reseña de una de las mejores series que se han emitido. Un placer haberla disfrutado y saber que somos pocos pero convencidos,
Genial review y un placer leer siempre sobre series que hemos gozado, aun más si son minoritarias.
Comparto también esa curiosa sensación de connexión con SoA, también de FX; pero ni por asomo me parece el final de esa tan sublime como el de Justified, simplemente magistral, a la altura de otra grande de perfecta clausura para mi gusto, com es The Shield.
Se van yendo grandes SoA (con cierto hastío para mi), Boardwalk Empire,… Hubiera firmado de inicio para cada una de ellas un final tan emotivamente perfecto como el que nos ocupa; el final de un sensacional viaje serial que vivirá en la memoria de aquellos que hemos llegado hasta él.
«You’ll never leave Harlan alive».
Completamente de acuerdo con todo lo que dices, yo no podría haberlo escrito mejor. Esos guiños a temporadas anteriores, ese duelo final entre Raylan y Boon (tremenda aportación a esta última temporada) y sobre todo esa emotiva última escena entre Raylan y Boyd, ha sido un final redondo para una serie perfecta. ¡Cómo la echaré de menos!
Saludos.
Una perla de serie.
Estupenda valoración. Coincido con que la segunda fue la mejor season vista en mucho tiempo, siendo el 90% de ello debido a la estupenda matriarca Margo Martindale. Pero hay que remarcar que ello no desmerece para nada el resto de temporadas.
Un desfile de estupendos secundarios y el personaje adicional que ha sido Harlan. Otro pueblo para el recuerdo, como el Baltimore de Wire o el Alburquerque de Breaking Bad.
Para la posteridad queda la frase lapidaria de Rayland:
Next One’s Commin’ Faster!
Justified ha sido literal y absolutamente, un placer.
Mis felicitaciones por este excelente artículo que expresa maravillosamente los sentimientos de todos los que hemos amado, y seguimos amando, Justified.