No es televisión, es «Juego de Tronos»
(ALERTA SPOILER: Prohibido leer –y cuidado con las fotos– sin haber visto hasta el último episodio de la quinta temporada de la serie, “Mother’s Mercy”)
Los lectores de los libros de la saga “Canción de Hielo y Fuego” ya nos tenían avisados a los que nos mantenemos profanos en la obra literaria de George R.R.Martin de que “Festín de Cuervos” y “Danza de Dragones”, los dos volúmenes posteriores al celebrado “Tormenta de espadas” que sirvió de base a las excelentes tercera y cuarta temporada de “Juego de Tronos”, suponían un indisimulable bajón en el interés de la historia de Poniente, así que los seguidores de la serie de televisión teníamos ciertas dudas sobre si esta quinta temporada iba a poder mantener el nivel exhibido hasta ahora, sobre todo en sus dos últimos años, el que le ha permitido consolidarse como uno de los entretenimiento mainstream más respetados y respetables de la actualidad. Más allá de las protestas más o menos justificadas de los guardianes de la fidelidad a la letra escrita, el show de David Benioff y D.B. Weiss se ha convertido en estandarte de esa televisión de qualité con vocación comercial que es capaz de mirar de tú a tú al cine e incluso superarlo. “Juego de Tronos” participa de muchas de las virtudes que caracterizan a las más insignes representantes de la Edad Dorada de la Televisión –tratamiento ambiguo y complejo de sus personajes, temáticas universales como la violencia, la traición, el honor o la pasión negociadas desde un prisma eminentemente adulto, sobresaliente realización que deja muy atrás las viejas limitaciones del medio-, pero además de eso cuenta con un presupuesto inalcanzable para cualquier ficción televisiva (y aún así restringido si lo comparamos con los grandes blockbusters de Hollywood) que, exprimido con sentido e inteligencia, le permite que su universo de fantasía medieval luzca como probablemente jamás lo haya hecho en la pantalla pequeña un producto de sus características. Y, sobre todo, posee una habilidad aparentemente inagotable para quebrar las expectativas del público, para romper inmisericorde y sádicamente la baraja cada poco tiempo ante la estupefacción y la frustración de unos espectadores que, sencillamente, tenemos que terminar admitiendo que no sabemos nada. No es televisión, es “Juego de Tronos”, podríamos resumir parafraseando el lema de la HBO.
Así, esta quinta temporada se había mantenido hasta su último capítulo en la media de calidad de la serie, disipando esas dudas sobre el material de base a las que aludíamos más arriba, fiel a ese ritmo pausado tan característico puntuado por las interacciones y afilados diálogos entre sus personajes (que muchos identifican con esa cantinela de “pasan pocas cosas”), con sus necesarios highlights, en esta ocasión representados por la espeluznante batalla en Casa Austera de “Hardhome” y la llegada de Drogon a la arena de Meereen en “Dance of Dragons”, pero sin haber llegado a mostrar tantos momentos WTF! como los de la ya mítica Boda Roja o muertes tan celebradas como la de Joffrey Baratheon, sorprendentes como la de Oberyn Martell o inesperadas como la de Tywin Lannister. Para los que miden su grado de entretenimiento bajo ese prisma está claro que las de Mance Ryder, ser Barristan Selmy, el Maestre Aemon o la princesa Shireen no habían sido bajas suficientes. Algunos no necesitábamos más porque una serie es, o debe ser, algo más que el número de personajes protagonistas que pasan a mejor vida y, aunque “Juego de Tronos” ha llevado el lema “cualquiera puede morir” mucho más allá que cualquier otra ficción televisiva, tampoco era cuestión de repetir el truco una y otra vez hasta que pierda todo su sentido… ¿O sí?
Porque “Mother’s Mercy” nos volvió a pillar por enésima vez con la guardia baja y asistimos en la season finale a un capítulo impactante y desolador que va a volver a poner a prueba la capacidad de la serie para sobrevivir a la desaparición de algunos de sus principales baluartes. Personalmente soy de los que sí creía con total convicción que hay personajes que no pueden morir en “Juego de Tronos”, al menos no mientras no hubiesen completado su arco evolutivo. Daenerys Targaryen era uno de ellos. Jon Nieve, lo más parecido al “héroe” de la historia que quedaba en Poniente, era otro. Por eso ese sanguinario motín de sus compañeros de la Guardia de la Noche me causó un estupor que casi colinda con el desencanto. Ignoro si Nieve será resucitado en el futuro (aunque la presencia de Melissandre en el Castillo Negro y el hecho de que tan solo una secuencia antes hayamos visto a quien parece ser “La Montaña” de vuelta de entre los muertos podría dar qué pensar), pero su, al menos momentánea, desaparición abre una incógnita. ¿Está yendo demasiado lejos “Juego de Tronos” en su afán por conseguir que se le caigan las pelotas al espectador una y otra vez? Repito que no soy lector de la obra de Martin, así que ignoro el destino de Nieve en los libros, pero su muerte es un atrevimiento narrativo difícilmente asumible. Creo que todos aceptamos que la mecánica de la serie está indisimulablemente emparentada con la del clásico culebrón cuyas tramas se dilatan y ramifican hasta el límite sin que se atisbe una conclusión, y aquí lo aprobamos porque disfrutamos enormemente de ese intrincado y adictivo juego de poder sustentado en maquinaciones, confabulaciones, intrigas palaciegas y alianzas tornadizas, y también, claro está, de la eliminación inesperada de algunos de los más ilustres jugadores, pero el sentido de todo viaje es llevarnos a algún sitio, o al menos tener la sensación de que avanzamos hacia alguna parte, y para eso hay ciertas líneas rojas que hay que cuidarse de no traspasar. En cualquier caso, esa es una incógnita cuya resolución aplazaremos al menos hasta la sexta temporada.
Hablábamos antes del emplazamiento preferencial que ocupa “Juego de Tronos” en el panorama seriéfilo contemporáneo, pero también hay que reconocer que no es un show perfecto. La serie siempre ha tenido demasiados personajes, tramas y frentes abiertos, no todos con el mismo interés, y pocos capítulos por temporada para desarrollarlos. En algunos de ellos no se profundiza todo lo que sería deseable, otros quedan en el limbo durante demasiado tiempo y otros acaparan más tiempo en pantalla del que nos gustaría. Con el paso de las temporadas David Benioff y D.B. Weiss han ajustado el complicadísimo equilibrio de la serie, precisado su pulso narrativo y enlazado mejor sus distintas piezas, pero esas debilidades congénitas siguen a la vista en esta quinta temporada. Con todo, uno de los aciertos de los guionistas ha sido conectar a algunos personajes (Daenerys con Tyrion; Jon Nieve con Stannis Baratheon) para que los vínculos entre las distintas tramas del universo de Poniente sean más sólidos y para que algunas de ellas dejen de sentirse tan aisladas del resto.
Cómo obtener el poder y cómo conservarlo, cómo utilizarlo y cómo perderlo han sido siempre los elementos clave de “Juego de Tronos”, y este año hemos tenido una buena ración de todas estas variantes. Por ejemplo, Cersei Lannister, decidida a tomar las riendas de la situación en Desembarco del Rey tras la desaparición de su padre, creyó que podría derrotar a sus enemigos apoyando el extremismo religioso de los incipientes Gorriones, pero no supo calibrar el alcance de esa maniobra tan audaz y terminó siendo víctima de sus propios tejemanejes. No se me ocurre un castigo peor para la orgullosa Cersei que ese vía crucis por las calles de la ciudad, humillada y lapidada por la muchedumbre, despojada de su melena, su ropa y su dignidad. La impresionante (e incómodamente larga) secuencia prueba que en esta serie incluso cuando los villanos reciben su merecido uno no puede evitar sentir cierto desasosiego culpable. El Gorrión Supremo, interpretado por un gran Jonathan Pryce, ha sido todo un hallazgo de esta tanda, un modelo de autoridad, al servicio divino y del pueblo, distinto al que estábamos acostumbrados y que esperamos que todavía tenga recorrido. Por cierto, ha sido un tanto desconcertante la ausencia del cándido rey Tommen, su pérfida reina Margaery y la maravillosa Olenna Tyrell en el tramo final de la temporada. A eso nos referimos cuando lamentamos que en esta serie haya tantos personajes y tan pocos capítulos.
La Rompedora de Cadenas y Madre de Dragones también ha tenido que enfrentarse a otro tipo de fanatismo, el de los Hijos de la Arpía, en su complicado gobierno en Meereen. Tenemos ejemplos en la historia reciente de que entrar por las bravas en un país extranjero del que desconoces sus costumbres, derribar sus símbolos e imponer tu idea de la civilización quizás no sea el plan más brillante del mundo, y la Khaleesi ha tenido que lidiar con una tarea nada sencilla que además le impide acometer el principal de sus objetivos, “romper la rueda” que lleva haciendo girar Poniente desde hace siglos. En su proceso de aprendizaje para convertirse en una gobernante justa a Daenerys le viene muy bien la llegada a sus dominios de Tyrion Lannister, otro superviviente nato, con el que mantiene unos pocos pero impagables diálogos dignos de tan explosivo binomio. Con la llegada del pequeño parricida esta trama por primera vez no se ha sentido como una historia ajena al resto de Poniente, por eso es una pena que la season finale volviera a separar los caminos de dos de los personajes más carismáticos del show. A Dany, ahora de regreso con los Dothraki, todavía le esperan más peripecias que nada tienen que ver con asaltar el Trono de Hierro.
Esta también ha sido la temporada de Jon Nieve y en la que todo lo concerniente al Muro ha cobrado especial relevancia. Le había costado varios años de tibiezas y titubeos (el escaso carisma de Kit Harington tampoco ayudaba precisamente), pero el bastardo Stark por fin mató al chico y dejó nacer al hombre… para terminar muriendo a manos de aquellos a los que había intentado liderar de la mejor manera posible, a sabiendas de que las decisiones que había tenido que tomar como Comandante de la Guardia de la Noche por el bien común de todo Poniente estaban granjeándole demasiadas antipatías entre los suyos. No me reiteraré en lo arriesgadísimo de la conclusión en el plano argumental para el futuro de la serie, a pesar de que la escena, con la puntilla del pequeño Olly, es tan descorazonadora como efectiva. La trama del Norte también nos ha traído el momento televisivo más espectacular del año, y de toda la serie, esos increíbles 20 últimos minutos de “Hardhome”, de una escala, una intensidad y un dramatismo creciente que, por planificación e impacto visual, igualan o superan a lo que se puede ver en las mayores superproducciones cinematográficas. Además, el show ya necesitaba que esos Caminantes Blancos que al final de la segunda temporada parecían estar a pocos metros del Muro nos mostraran de verdad cuál es el verdadero peligro que acecha a los habitantes de Poniente.
Otro personaje trágico de la temporada ha sido Stannis Baratheon, un tipo que en la serie nunca ha terminado de caer bien, quizás por el aspecto hosco de Stephen Dillane, quizás por su ciego fanatismo, a pesar de que sus aspiraciones al Trono del Hierro eran más legítimas que las de otros pretendientes. En estos capítulos vimos su faceta más humana al mostrar verdadero afecto por su joven hija, pero también nos mostró la cara más atroz del ser humano al ordenar quemarla viva para satisfacer las demandas de sangre de un Dios genocida (más referencias bíblicas). Su descalabro a las puertas de Invernalia y su ejecución (¿verdad?) a manos de la gran Brienne de Tarth no podían ser más justos. Y, sin embargo, hay algo parecido al honor en la forma de encarar su derrota definitiva de un hombre que realmente creía que su destino no podía ser otro que reinar. Respecto a la muerte de la niña Shireen, muchos fans de la obra de Martin pusieron el grito en el cielo porque tamaña salvajada nunca ocurrió en los libros y es impropia del Stannis literario y, sin embargo, a un servidor esa decisión, por muy aterradora que sea, no le parece nada incoherente con el Stannis que hemos visto todos estos años. En cualquier caso, a mí me parece bien que a Benioff y Weiss no les tiemble la mano a la hora de traicionar a Martin (como también hacen los responsables de “The Walking Dead” respecto de los cómics de Robert Kirkman), siempre que sea en beneficio del programa y se respete el espíritu de la obra, puesto que nunca debemos olvidar que las necesidades de una serie de televisión no son las mismas que las de la literatura.
La serie favorita de las redes sociales también causó bastante revuelo por la secuencia con la que terminaba “Unbowed, Unbent, Unbroken”, en la que el psicópata de Ramsay Bolton violaba a Sansa Stark haciendo uso de su matrimonio mientras obligaba a Theon a mirar, como si fuese extraño que semejante hijo de mala madre pudiese atreverse a tener semejante comportamiento. La cosa en twitter y foros se salió un tanto de madre, algo incomprensible en una serie que ha tenido durante toda su historia instantes igual de crueles o más (¿ya no nos acordamos de las perrerías a las que fue sometido el propio Theon?), pero sobre todo sirvió para que aún le tomáramos más odio al tal Ramsay, un personaje al que realmente, a este sí, nos gustaría ver morir entre terribles sufrimientos porque la verdad es que su sádica demencia unidimensional empieza a ser un tanto cansina. Sin embargo, la gran decepción de la temporada fue la trama de Dorne, máxime cuando era el emplazamiento para el que se rodaron las cacareadas secuencias en España, reducida a una aventurilla de rescate para dar algo que hacer a Jaime Lannister y a Bronn pero que siempre estuvo mal armada y construida. La muerte Myrcella justo segundos después de confesarle a Jaime que sabía que era su padre sirvió para justificar en parte aquellos interminables minutos de una de las Serpientes de Arena enseñándole las tetas al bueno de Bronn, pero no alcanzaron para justificar una subtrama claramente deficitaria a la que harían bien en no darle más continuidad.
Por su parte, Arya ha quedado en una especie de tierra de nadie difícil de definir. La pequeña Stark siempre ha sido uno de los personajes favoritos del show, especialmente cuando hizo pareja con Sandor “El Perro” Clegane, pero sus peripecias en la Casa de Blanco y Negro junto a Jaquen H’ghar, aunque en ciertos momentos han desprendido un misterio intangible también han caído con frecuencia en el tedio. Es otro personaje que no ha terminado la temporada en una buena situación (¿ciega?) y su futuro es impredecible, aunque todo apunta a que seguirá jugando el rol de verso libre de la serie.
En conclusión, “Juego de Tronos” ha rubricado otra temporada en la que ha vuelto a hacer maravillosamente bien lo que mejor sabe hacer (en el apartado visual diría que esta vez se han superado, y es el que el incremento del presupuesto se nota) y nos ha servido placeres para todos los paladares, aunque siempre habrá quienes opinen que sólo los tres últimos capítulos han valido la pena, como si fuera innecesario ir tejiendo las tramas con mimo, pausa, atmósfera y diálogos para que los momentos impactantes lo sean de verdad. Personalmente me queda la duda de si la serie no estará explotando más de la cuenta su truco más célebre y efectivo y no se les terminará volviendo en contra, aunque admito que si el objetivo era volver a desencajarme la mandíbula lo han vuelto a conseguir. En cualquier caso, si algo he aprendido durante todas estas temporadas es que no sabemos nada, así que les concedo a Weiss, Benioff y Martin el beneficio de la duda.
Vi el enlace al blog en un comentario del país y creo que voy a quedarme un tiempo por aquí. Tiene mucho para leer.
Ahora a Juego de Tronos. (tampoco leí los libros)
A mi del último episodio me queda la sensación de que mueren muchos «importantes» y a la vez no muere nadie. No se ve morir a nadie y el que más parece que muere que es Jon Nieve deja cierto tufillo a resurrección.
No creo que Cersei se vengue sino que igual comienza un camino religioso. Religión y Política casan tan bien que no me resultaría extraño.
Saludos
De todos los análisis del final de la serie, es el que más me ha gustado porque hace un análisis puro de la serie, sin contaminación de los libros. Soy lector de Juego de tronos y al saber que la serie iba a adelantar a los libros me quedé en la 5ª temporada, pero siempre me gusta analizar las diferencias entre libro y serie y sobre todo las reacciones que genera, que son bastante graciosas.
Dicho esto… me imagino a Martin ahora mismo riendose en su sillón de casa porque todas las cosas que hacen tan rompedora la serie han salido de sus libros, y se va viendo que el pozo se secando… ahora es cuando se verá si la serie es una gran serie o simplemente una copia barata de los libros.
Yo aunque no he leído las Novelas, les atribuyo el bajón que ha tenido esta temporada. Todas las quejas de los lectores que he visto me han parecido infundadas, excepto lo de la trama de Dorne, que ciertamente es muy floja.
Los episodio de intrigas y diálogos me gustan mucho pero si conducen a algo, y pienso que no ha sido así, los grandes capítulos han sido el 8 y el 9, y la conclusión ha sido muy insatisfactoria para mi gusto,: El Destino de Sansa queda «en el aire»(jeje) ,de Stannis no tenemos confirmada la muerte y de Myrcella tampoco aunque lo más probable es que hayan muerto, lo que nos llevaría a:el dominio del Norte por los Bolton sin ninguna oposición y a una guerra Westeron-Dorne que liarían las tramas ya hasta lo ridículo.
A Jon tristemente le doy por muerto, la posibilidad de resurrección está ahí pero me parece muy, muy pequeña y la basaría únicamente en que aún no han jugado esa carta en la serie. Su muerte si está en los libros, (aunque le apuñalan un poco menos).La Guardia de la Noche ha resultado ser finalmente un refugio de delincuentes y abusones, auténtica escoria con uniforme que sólo tienen el honor en sus falsos juramentos, espero que los Walkers se los coman a todos empezando por Thorne. Jon ha cometido los mismos errores de su padre querer actuar con honor en un nido de víboras y ha acabado igual.
En resumen, ha sido una conclusión pobre que lo deja todo en el aire, aunque como dices la serie es culebronesca otros años al menos hemos visto un cambio de situación o de escenario aunque las tramas no se resolvieran. Ahora nos adentramos en territorio desconocido, ya sin el paraguas de los libros y puede pasar cualquier cosa. Pese a la decepción estaremos aquí como tontos el año que viene…….y yo el primero ;-)
Muy buen análisis, como todos los que hacéis sobre series.
El próximo libro saldrá este año, por lo que los lectores irán de nuevo adelantados a la serie cuando salga la temporada 6, además RR Martin les contará cosas a los showrunners sobre por donde irán las tramas.
Como bien sabemos esta temporada ha pegado un bajón, muy tediosos los capitulos 1-6, pero tampoco es para alarmarse, las temporadas 1-4 han sido sobresalientes y los dos últimos libros también son más flojos que los anteriores, por lo que no veo tanta culpa a los creadores y guionistas. Eso si, creo que no deberían alargar la serie más allá de la temporada 7 porque se diluiría su calidad. Pero es que da la sensación que quedan tantas cosas por contar que no me extrañaría que llegase hasta una 8ª temporada. Lo importante es como termine y que las próximas temporadas recuperen un nivel al menos notable, confío en que Juego de Tronos pasará al Olimpo de la series y que en un futuro no hablaremos de que solo fueron grandes sus cuatro primeras temporadas.
Sobre lo de Jon Nieve: me ha dejado con un mal cuerpo brutal, aunque me esperaba que muriese tarde o temprano. A todos nos hubiese molado que fuese el héroe contra los White Walkers, pero esto no es TV, es Juego de Tronos jaja. Creo que resucitarlo sería una concesión para quinceañeras, sería algo muy obvio y muy en contra del espíritu de la serie y de la creación de Martin. No soy lector pero soy conocedor de las teorías sobre quien puede ser su madre, sobre que puede ser » ese personaje mítico reencarnado», se que en los libros han resucitado personajes y se que hablan de que es un cambiapieles ( algo que no se menciona en la serie para nada y me alegra que no incluyan tanta fantasía ). Se que hay mucho misterio en torno a su figura, en torno a lo de su espada etc, pero vería forzado que resucitase, casi prefiero que lo dejen muerto que ver una resurreción chichinabesca y sin epicidad ( como la aparición de Drogon en el 5×09, que me dio igual ). No se si me gustaría verlo volver en plan Dios o que se quede muerto y la trama avance sin él….aunque como bien dices era el «protagonista» últimamente, esta temporada ha girado en torno a él y parecía que la serie lo iba a hacer y que su lucha contra los White Walkers fuese el eje central….veremos como gestionan semejante pérdida y semejante giro..la muerte de Ned Stark no fue un problema. Llevamos esperando desde el final de la temporada 1 que Daeneris coja a los dragones y la líe en modo super épico y conquiste el trono, pero han dado señales de que eso nunca va a pasar, como ha pasado ahora con lo de Jon Nieve, que ni va a ser héroe ni nada, esto es así.
Las tramas de los personajes están en la incertidumbre total, parece que dan un paso atrás y están más perdidas y más lejos de una conclusión final que nunca. Lo de Arya me ha parecido un WTF brutal, ¿ sale en los libros ?
PD: El puto Ollyn jaja
Hola, Doc Jota, y gracias por comentar. Coincido contigo en que siete temporadas es un número suficiente. Más allá de ahí correrían el riesgo de alargar demasiado el chicle. También tengo mis dudas sobre si una «resurrección» de Nieve sería adecuada. No me gusta su desaparición, pero si se han atrevido a llegar ahí tal vez lo suyo sería apechugar con la decisión. Veremos qué hacen y cómo lo hacen. Un saludo!
Mi mas sincera enhorabuena por la extraordinaria review de la 5ª Temporada de JdT. Coincido con un comentario anterior que es, con diferencia, la mejor de todas las que he leído y esto me anima a convertirme en un fiel seguidor de este blog (que ya conocía esporádicamente).
Volviendo a JdT… Coincido plenamente en el 90 % de los comentarios respecto a esta temporada, y destacaría la sensación común de que JdT ofrece pocos capítulos por temporada para la enorme complejidad de tramas y que por eso alguna de ellas quedan «cogidas con pinzas» (a veces ni eso). Creo que en HBO (o mejor dicho los guionistas Weiss, Benioff y Martin) deberían plantearse seriamente utilizar el formato tradicional de 13 capítulos por temporada, siempre y cuando los presupuestos lo permitan (aunque con el éxito asegurado de la serie es fácil adivinar que así sería)
Lo peor será sin duda alguna, los 10 meses de eterna espera que nos quedan hasta que se resuelvan (o no) las dudas que nos ha generado esta temporada.
Un saludo,
Como siempre, una reseña estupenda. En líneas generales, estoy bastante de acuerdo con todo. Dorne está claro que ha sido la pata más endeble de la mesa de la 5ª temporada, la de Arya queda un poco demasiado en el aire, como casi todas las otras tramas al final. Habrá que esperar a la sexta hacia dónde tiran todas esas putadas sin resolver…
Muchas gracias, Pablo, Labuk Coop, Salva, Alejandro y Julián, por vuestras valiosas aportaciones y por vuestros halagos. Yo no creo que la serie se la juegue más a partir de ahora porque ya no vaya a tener el amparo de los libros; al contrario, liberados de las molestas comparaciones y de la presión de los lectores, Benioff y Weiss tendrán más libertad para llevar el show por donde estimen conveniente. Y en todo caso Martin va a seguir chivándoles las tramas. Otra cosa es que el barbudo en realidad no tenga muy claro a estas alturas por dónde va a tirar la historia; pero todo eso, como bien decís, lo tendremos que comprobar el próximo año. Un saludo a todos.
Cuesta encontrar críticas inteligentes sobre juego de tronos y menos aún críticas cinematográficas. La mayoría de comentarios son un vaivén de emociones adolescentes con odios y adhesiones exacerbadas.
Juego de tronos es una serie lujosa, bien producida, dirigida, ambientada e interpretada. Su gran fallo es el guión. Y es un fallo insalvable. Se ha querido hacer un producto de calidad para adultos basándose en una saga de novelas para público juvenil y de ahí salen todos los males de la serie.
Cuando el padre Lannister se destacó como el gran arquitecto del poder pensé que por fin se iba revelar el verdadero «juego de tronos» en toda su complejidad pero una vez más la historia se interrumpe cuando empezaba a desarrollarse.
La serie si que gira en torno al tema del poder pero desde una perspectiva juvenil. Se incide en las injusticias de los poderosos y en la impotencia y la rabia que generan. En la legitimidad del poder de jóvenes y adolescentes básandose en el linaje. Y en unas cualidades especiales de los aparentemente débiles. La serie tiene predilección por los tullidos, torpes y niños, pero que tienen: inteligencia y conocimientos como Sam, capacidad de liderazgo como Tyrion, visiones y magia como Brand, Daeneris y sus dragones o Arya y su iniciación a los mil rostros Quizá sea esa la única pauta de la serie, la única dirección a la que se encamina la historia. Que un grupo de todos estos personajes désheredados sean los que se acaben enfrentando al Invierno.
En cualquier caso se trata de disfrutar el espectáculo de la producción pero no espero ya, después de cinco temporadas que la serie vaya a ningún lado.
Gracias por tu reflexión, Jose Juan. Es muy interesante lo que apuntas sobre la predilección de la serie por los débiles, aunque no estoy muy de acuerdo en que la perspectiva de la historia sea juvenil o que el guión sea flojo. Manejar tantísimos personajes, tramas y subtramas en una serie de TV y que el tinglado, aun con sus debilidades, no se te venga abajo es algo encomiable. Un saludo!
Un saludo Jorge Luis.
No digo que el guión sea flojo, pero si que tiende a dejar las historias a medias, por decirlo de alguna manera. El caso de Daenerys puede ser un buen ejemplo de lo que quiero apuntar. El dragón la devuelve con los dothrakis. Algo así como volver a la casilla de salida cuando las cosas se complican. Con John Snow pasa algo parecido. Cuando se requería un paso más en el manejo del poder los guionistas rompen la baraja. A mi me queda la sensación que ni George Martin tiene claro como dar ese paso en los libros ni la serie tiene claro cual es la historia de fondo. Por eso Intentaba responder a tu pregunta de si el viaje tiene algún destino.
La verdad es que no es una serie que me entusiasme y por eso la trato con un poco de dureza. Y quizá la comparo, sin deber, a la gran Boardwalk Empire. Otra serie que reflexiona sobre el poder con una inteligencia inigualable.
Yo creo que Martin sí que sabe cómo quiere terminar su obra. La cuestión es si tiene claro cuántas vueltas debe dar hasta llegar ahí, y si no se pasará de frenada en el camino. La comparación que haces con «Boardwalk Empire», serie que en El Cadillac Negro siempre hemos amado incondicionalmente, no me parece nada desacertada, independientemente de que una pueda gustar más que la otra. Son géneros muy distintos, sí, pero ambas reflexionan sobre el poder y sobre cómo éste cambia de manos. También comparten ese gusto HBO por contar despacio y mimando todos los detalles, para golpear cuando menos te lo esperas con fogonazos de violencia seca. Ambas fueron acusadas muchas veces de ser lentas y avanzar poco. Cosas del espectador medio. Un saludo.
(Aquellos que no se han leído los libros pero piensan hacerlo algún día, mejor que no lean lo que sigue)
Antes que nada, enhorabuena al autor del blog, tus análisis son de lo mejor que he leído en cuanto a crítica de ficciones seriadas se refiere. Dicho lo cual me gustaría hacer una pequeña aportación sobre las muertes -o no- de Jon Snow tanto en los libros como en la serie.
Con respecto a la muerte de Jon Snow, me da la impresión de que en la serie lo van a tener más complicado para «resucitarlo» de lo que lo va a tener George Martin en los libros, pues, a pesar de que el final del personaje es muy parecido en ambos formatos, hay diferencias ostensibles entre la muerte televisiva y la literaria. En el libro, para empezar, el personaje tiene una característica de la que carece en la serie -y que ya se ha citado en un comentario anterior-: es un cambiapieles que puede migrar de su cuerpo humano al cuerpo de Fantasma, su huargo.
Esa diferencia es fundamental pues, en el libro, además de que el ataque que recibe es mucho menos «juliocesaresco», después de recibir la tercera puñalada -la primera de las cuales sólo es un arañazo en el cuello-, Jon cae de rodillas y pronuncia el nombre de su huargo «Fantasma», y lo siguiente que añade el narrador -y que es la última frase en lo que a este personaje se refiere- es «La cuarta ya no la sintió». Dejando la puerta abierta a la posibilidad de que su identidad haya migrado al cuerpo del lobo, lo que me hace pensar -y esto es sólo una opinión- que en las próximas entregas volveremos a contar con la presencia del personaje. En la serie me parece que mantener con vida al personaje les resultaría más difícil, pero no sería el primer caso de resurrección que se da en ella.
Hola Raúl, muchas gracias por tu aportación y por los elogios. Para los que no hemos leído a Martin ni probablemente lo hagamos es interesante comprobar que en el libro la muerte de Nieve es mucho menos concluyente, aunque en la serie la teoría de la posible migración al cuerpo de Fantasma no tendría ni pies ni cabeza. Si nos remitimos a lo visto hasta ahora en la serie, las opciones más factibles son que está muerto y bien muerto o que le resucita Melissandre. El resto de teorías que se manejan me parecen un tanto peregrinas. Un saludo!
Bueno, en atención a lo que ocurre en los libros, quizá existiría otra posibilidad derivada de una de las tramas que en esta temporada han dejado de lado pero que tienen que recuperar en la próxima temporada. Porque no es cierto que los guionistas se hayan quedado sin material y ahora tengan que empezar a volar solos. La trama de Brandon, por ejemplo, en el libro está bastante más avanzada.
En cualquier caso, tampoco me parecería tan extraño que prescindiesen del personaje. He leído un comentario un poco más abajo -y abundan comentarios de este tipo en los foros y comentarios- en la línea de ¿quién va a continuar la lucha en el norte si él no está?
A mí, puestos a especular, me gusta pensar en el título de la saga de libros -Canción de hielo y fuego- y decirme que, en el fondo, lo que nos están contando es la clásica lucha entre el bien y el mal, la luz y las sombras, el invierno contra los dragones y lo que ellos significan -si el acero valyrio hace lo que hace con los caminantes, ¿te imaginas lo que podría hacer el fuego valyrio?-, y no me extrañaría que la batalla sucediese a este lado del muro. Pero todo esto son meras especulaciones sin ningún fundamento.
Un saludo
Hola, Alexitimio, muchas gracias por pasarte y comentar. Comparto tu idea de que el título de la saga ofrece la clave del enfrentamiento final entre las fuerzas del invierno y el fuego de los dragones. En ese sentido, Daenerys sería en última instancia la heroína de la historia, el estandarte definitivo de las fuerzas del bien, pero hasta que llegue ese momento la trama del Norte necesita un contrapeso a la amenaza de los Caminantes Blancos. Si ya no está Nieve, por ahí queda todavía Bran para ejercer ese rol, como digo más arriba. Un saludo.
Aunque es mi primera intervención, quiero agradecer las aportaciones y comentarios que he leído muy interesantes …
Pero no olvidemos amigos que la trama del muro no se sostiene sin un líder…..
Que Melíssandre, ha aparecido en el muro y es un personaje que necesita una figura que la encumbre en el poder………. Quien sera la figura que continué la lucha en el norte?
Es una reflexión, que tiene su respuesta con apellido…
En espera de la sexta temporada que se nos hará eterna, solo reseñar que el invierno se acerca y el invierno necesita un líder….
Bienvenido, anónimo amig@, y gracias por intervenir. La trama del muro, efectivamente, necesita un líder. Con Sam (que no encaja precisamente con ese rol) apartado de la acción momentáneamente, a mí solo se me ocurre el pequeño Bran (que ya habrá pegado otro estirón cuando vuelva a la serie) como alternativa a liderar el frente anti-Walkers (aunque como desconozco por dónde va su trama en los libros lo mismo me estoy colando). Un saludo.
En el libro la cosa queda igual. Lo apuñalan pero no dicen que esté muerto, y ahí acaba la historia. A mí no me extrañaría que no muriera, así de primeras se me ocurren tres personajes que se dan por muertos y luego aparecen en otros capítulos.
En el castillo negro precisamente Melissandre hace lo propio para que Mance no muera y muera otro en su lugar «disfrazado» de él, aunque en la serie ese detalle se lo han saltado bien… Por eso la teoría de que Melissandre hará algo me parece de las más sólidas, además que en la serie han recalcado el interés que Jon le suscita, por no hablar del detalle del octavo capítulo de su espada, como hace desaparecer a un caminante blanco, hay teorías de que podría ser el elegido, la «espada de luz».
Hola, Alicia, muchas gracias por participar. Como bien apuntas, la serie ha dejado detalles que darían coherencia a una intervención de Melissandre en el asunto Jon Nieve. Ahora bien, en el libro puede que no digan que esté muerto, pero en la serie no cabe ninguna duda de que en ESTE momento lo está. Un saludo.
Muy buena esta reseña, como de costumbre! A quienes se sienten aliviados de que la serie no tenga «tanta magia» como los libros, les comento que esto,más que «Juego de Tronos», es ante todo «Canción de hielo y fuego» y tanto en la serie como en los libros, se dice en varias ocasiones, que la verdadera guerra a librar, no es la del Trono de Hierro, sino la guerra contra los Caminantes. Por lo tanto, hacen muy mal los guionistas, en omitir la magia necesaria para que el eje de la trama se justifique. Han llegado al punto, que por omitir la resurrección de un personaje importante, como era Catelyn Stark convertida en Lady Corazón de Piedra, los caminos de Brienne y Jamie rozaran la ridiculez (especialmente el de éste último que terminó convertido en una payaso dentro de la absurda Dorne). Me parece que la historia se queda sin pies ni cabeza, si en el libro regresa de la muerte Jon (cosa que es más que evidente) y no lo hace en la serie por considerarlo «muy mágico». Si querían una historia de intriga palaciega más realista, se hubieran dedicado a rescatar cualquier historia de familias reales de la Europa Medieval y con eso, estaban hechos. Pero ellos, Benioff, Weiss y HBO, compraron una historia en donde esas intrigas, son una excusa para enfrenar a dragones con zombies congelados. De qué se sorprenden ante una resurección dentro de un contexto así?? Ojalá la próxima temporada, levante el nivel guionístico de una serie, que con todos sus defectos, nos encanta a tantos!
Hola, chicos. Me parece curioso que haya tan pocos lectores por aquí, pero los dos o tres que hay, lo tienen (lo tenemos) claro: no es que Jon sea el protagonista, es que es el Héroe (sí, con mayúsculas) y no puede morir. Que resucite en su cuerpo, en el de Fantasma o como Azor Ahai (poco mencionado en la serie, pero es el elegido del que habla Melisandre) es otra historia. También es verdad que eso no supone ningún problema en el libro, pero sí en la serie, y no sé cómo lo solucionarán.
Yo digo una cosa: lo último que dice Jon en el libro es «Fantasma» (lo que hace pensar que pueda meterse en el lobo para seguir viviendo), y en la serie es «Olly» (creo que se llama así), el chavalín que le asesta la última puñalada. Ahí lo dejo.
A mi la verdad es que el «truco» de cargarse a personajes importantes empieza a cansarme. De hecho esta temporada me lo esperaba, lo que no tenia claro es si era Jon o la Targarian. Como habeis comentado corren el riesgo de pasarse de frenada y conmigo lo han conseguido. Cada temporada se cargaban a alguien importante y con ello su trama y en esta igual.
Las tramas que quedan, por lo menos a mi, cada vez me parecen menos interesantes. De las que quedan ahora mismo la unica que me llamaba la atención era la de la Targarian y ya me resulta cansina y repetitiva.
Es una serie que en las primeras temporadas esperaba como loco a que llegara el día en que la emitian con palomitas y todo. Este año era una serie más de la que veo y algunos episodios los he visto el fin de semana por tener mas tiempo (algo impensable antes jeje)
Como siga así la proxima ya veremos si no la dejo a mitad.
En esta última temporada una cosa queda muy clara y es que LIBRO Y SERIE TV no tienen nada que ver, hay mil cosas distintas y no exagero.
Creo que han tomado esa decisión, desde mi punto de vista acertada, porque es imposible llevar la novela a la TV, y debido a eso se produce el bajón y situaciones que rozan el cine patatero. Y creo que también es espectador deja de entender muchos detalles.
A ver como reconocen ahora toda esta trama con propios guiones, porque como sigan el paralelismo que desean mantener con los libros volverá a caer de nuevo.
EN cuanto a aportar mas a que sucede con Jon Nieve, la sacerdotisa Melisandre que se queda en el castillo, le comenta a Jon que en las llamas ve entre otras cosas que no vienen al caso porque no van a pasar en la serie, que veía a jon con cabeza de lobo y que lo vea apuñalado. y también cuando intentaba hablar con Azor se le aparecía Jon.
Jon no va a desaparecer en el Libro y creo que en la serie tampoco. Alguna magia inventaran para hacerlo revivir