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My Morning Jacket y «The Waterfall»: Música desde el trono

12/06/2015

My Morning Jacket The Waterfall cover

No conozco a ninguna banda, quizás Wilco, que se encuentre en una posición tan envidiable como My Morning Jacket. Logrado el ascenso a la élite del ‘americana’ más abierto de miras en sus excitantes primeros años, la formación de Kentucky tuvo su disco de exitosa reconversión, su ‘Yankee Hotel Foxtrot’ particular, en ‘Z’ y, a partir de ese momento y con sus siguientes discos, My Morning Jacket se convirtieron en una de las grandes bandas de la escena alternativa de nuestro tiempo. No son un grupo multiventas, por lo que no tienen la presión para salvar las cuentas anuales de su discográfica en cada lanzamiento, pero sí cuentan con una inmensa minoría de incondicionales que compran sin pestañear sus respectivas novedades y, sobre todo, con un prestigio bien ganado que les permite colaboraciones tan excitantes como la de Jim James en Masters of Folk o la Preservation Hall Jazz Band o incluso salir de gira conjunta con Bob Dylan y que su nombre ocupe el mismo tamaño en los carteles que el del bardo de Minnesota.

My Morning Jacket llegan, de este modo, a ‘The Waterfall’, con otro disco en la recámara grabado en las mismas sesiones y que se publicará en 2016, sin apenas nada que demostrar, si acaso aliviar un tanto la ligera decepción que supuso su anterior álbum, ‘Circuital’ (2011), que entre numerosos experimentos con nuevas texturas y ritmos olvidó por el camino emocionarnos con unas composiciones mejorables. Por lo tanto, el planteamiento es el mejor posible: hacer música por el mero placer de hacer música, de concretar en canciones lo que quiere expresar el alma, sin preocupaciones de tener que sonar más moderno que nadie o, por el contrario, tener que volver a las raíces de la banda tras un descalabro anterior.

My morning jacket deslumbrados

Y ‘The Waterfall’ suena así, absolutamente libre, absolutamente atemporal: el trabajo de una banda absolutamente virtuosa en saber mezclar las más variadas influencias recorriendo plácidamente todas sus múltiples caras.  Al comienzo parecen saldar las deudas con el intrincado ‘Circuital’ con dos temas accesibles desde la primera escucha. ‘Believe (Nobody Knows)’ inicia el recorrido sorprendiendo por su sencillez y amabilidad, un pequeño himno de tono absolutamente optimista que no muestra ni con mucho las posibilidades de la formación pero que no deja de ser una agradable toma de contacto. Tampoco presenta grandes complicaciones ‘Compound Fracture’, un single más que claro. De nuevo, todo suena suave y bonito (¡esos preciosos coros!), pero la exigencia sube un punto y My Morning Jacket terminan embelesando con un tema que tiene algo de pop, algo de rock, otra porción de ‘americana’ y unos dejes de soul; una amalgama que deja bien claro el mayúsculo talento de sus hacedores.

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No por ello reniegan de sus discos inmediatamente anteriores. ‘Spring (Among the Living)’ es la más moderna del lote: enrevesada, repetitiva y con un fantástico trabajo rítmico de la batería de Patrick Hallahan, resulta ser un buen tema, al nivel de ‘Tropics (Erase Traces)’, una canción que sabe aunar aires psicodélicos clásicos a lo Grateful Dead con la sofisticación más innovadora de ‘Circuital’. Poca cosa, sin embargo, si se comparan con uno de los grandes alicientes de ‘The Waterfall’: ‘Big Decisions’, una síntesis perfecta de todo lo que puede dar de sí un grupo inmerso en su etapa de madurez. Enmarcada por unos exquisitos arreglos de teclado, el que fuera el primer adelanto del disco aúna un estribillo de lo más pegadizo, una suavidad exquisita y aderezos modernos para acabar en un todo absolutamente sensacional, que bien podría haber entrado en el ‘track list’ de aquel venerado ‘Z’.

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Sin duda, la noticia más reseñable del álbum es el regreso de la banda a los sonidos folkies que abundaban en sus comienzos, aunque, eso sí, en su vertiente más bucólica y lánguida. El mejor ejemplo es la espléndida ‘Like a River’, una preciosidad acústica y ensoñadora que comienza recordando a los clásicos Fairport Convention para irse recargando, envolverse en coros celestiales y acabar muy cerca de los parámetros de unos Fleet Foxes. El viaje al pasado, concretamente a los últimos 60’s, continúa con la breve ‘Get the Point’, una pequeña gema que te hace tener que corroborar que no se te ha colado en la reproducción algo de la era dorada de Harry Nilsson. Algo más dinámica y cambiante es ‘In its Infancy (The Waterfall)’,que añade más mordiente rockera pero permanece en coordenadas decididamente retro con esa oportuna slide guitar y algunos arreglos de teclado que casi remiten al prog rock de los 70.

Pero, para un humilde servidor, lo más grato que ha recibido de ‘The Waterfall’ es reencontrarse con esa vertiente soul que tan excelsos resultados dio a My Morning Jacket en dos piezas de ‘Evil Urges’: los maravillosas ‘Thank you Too!’ y ‘Sec Walkin‘. Su más honrosa sucesora es ‘Thin Line’, el tema estrella del disco. Una obra maestra que retrotrae a los sensaciones que nos proporcionaron los mejores Otis Redding o Sam Cooke, aunque sin tener que recurrir a sus exhuberantes secciones de viento y haciéndolo de la manera más sutil posible, con el virtuoso falsete de James planeando por encima de delicadísimos arreglos de guitarra y teclado. Si ‘Thin Line’ es de matrícula de honor, ronda el sobresaliente ‘Only Memories Remain’, que se muestra aún más fiel al género que engrandecieron Stax y Motown y cierra el trabajo con la sexy delicadeza de un Marvin Gaye o un Al Green.

My Morning Jacket live 2015

La edición ‘deluxe’ se completa con habituales intrascendencias como una mezcla alternativa de ‘Compound Fracture’ y una versión demo de ‘Only Memories Remain’, aunque guarda dos interesantes golosinas inéditas como la muy country ‘Hillside Song’ y ‘I Can’t Wait’, con The Band sonando en la distancia, en las que el grupo se muestra mucho más tradicionalista de lo habitual.

‘The Waterfall’ no es el mejor disco de My Morning Jacket, sus seguidores más longevos aún seguimos añorando la intensidad guitarrera a lo Crazy Horse de su cuasi obra maestra ‘It Still Moves’, ni sorprende tanto como lo hicieran los giros estilísticos de ‘Z’ o ‘Evil Urges’, pero sí se sitúa por encima de ‘Circuital’ y nos devuelve a una banda inspirada y fresca, que hace parecer que crear uno de los discos del año y ser una de las mejores bandas del mundo es tan fácil como enchufar los instrumentos y dejarse llevar. Solo los maestros tienen esa varita mágica.

[spotify https://open.spotify.com/album/3W1PbjmhdQ79OlN6ovK6cF ]

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