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«Un golpe con estilo»: la revancha de los veteranos

11/04/2017

Un golpe con estilo Michael Caine Morgan Freeman Alan Arkin

Ya no tragamos. En una época ya lejana, no podíamos sino babear cuando nos enterábamos de un proyecto que juntaba a varios nombres legendarios en un mismo y deslumbrante reparto. No cabe duda de que la expectativa hacía que  confundieramos cantidad con calidad. Así nos lo fueron demostrando sucesivas decepciones como «Ahora o nunca» (que unía a Jack Nicholson con Morgan Freeman), «Tipos legales» (Al Pacino, Christopher Walken y Alan Arkin), «Asesinato justo» (o el esperado primer encuentro en pantalla de Robert DeNiro y Pacino) o «Plan en Las Vegas» (otra vez Freeman y otra vez DeNiro, esta vez junto a Michael Douglas y Kevin Kline) nos dejaron bien demostrado que esas conjunciones de estrellas no responden a la calidad del guión ni a la presencia de un gran director, sino que suponen la estratagema ideal de los estudios para atraer a las salas a un público veterano no demasiado exigente hacia producciones de perfil bajo y sin demasiado aliciente, que ofrecen a sus reputados actores un buen cheque y un tratamiento privilegiado en pantalla a cambio del mínimo esfuerzo. Ni siquiera un Clint Eastwood en su mejor momento pudo revertir esta tendencia en la simpática «Space Cowboys», en la que se dejó llevar por una bonhomía tan excesiva como poco habitual en su trayectoria.

Como podréis deducir fácilmente, no es que estuviéramos suspirando precisamente con el estreno de «Un golpe con estilo», una película que redobla la apuesta al acoger en su extenso elenco no sólo a dos habituales del ‘genero’ como Freeman y Arkin sino también a todo un icono como Michael Caine, que aún no se había estrenado en estas lides, y que añade, ya como secundarios, ni más ni menos que a otros ilustres como Ann-Margret y Christopher Lloyd; siempre que no consideremos -tampoco le queda tanto-  a Matt Dillon como miembro de este ‘club de veteranos’. La nota distintiva,sin embargo, la aportan una elección tan curiosa para la dirección como la de Zach Braff -el simpático protagonista de la televisiva «Scrubs» que en su faceta de director había destacado hasta ahora como cronista de la juventud actual en títulos como «Algo en común» y «Ojalá estuviera aquí»– y un libreto firmado por uno de los cineastas de moda en Hollywood, Theodore Melfi, autor de «St.Vincent» y «Figuras ocultas».

Un golpe con estilo Michael Caine Morgan Freeman Alan Arkin

‘Remake’ de «Going in Style» -filme de Martin Brest de 1979- , «Un golpe con estilo» narra la historia de tres colegas jubilados que, al sufrir la cancelación de sus pensiones por parte de la empresa en la que trabajaron toda su vida, deciden pasar a la acción y atracar un banco para aplacar sus crecientes necesidades económicas. Enmarcada claramente en el tono de comedia buenrollista, vamos conociendo las distintas situaciones sentimentales y familiares del trío protagonista con el claro fin de que vayamos empatizando con los personajes y, lógicamente, estemos de su parte a la hora de ejecutar ese osado y disparatado plan.

Como era de esperar, abundan las situaciones facilonas y el humor sencillote y bienintencionado, siempre más dispuesto a privilegiar el carisma de sus actores que la propia trama. Sin embargo, acude al rescate esa ya comentada dicotomía entre veteranía y juventud: la dirección de Braff, sin salirse de los patrones convencionales, sí emplea recursos actuales que dinamizan el ritmo, mientras que el guión de Melfi lanza un mensaje subyacente más contestatario de lo habitual, basado en los estragos del capitalismo caníbal actual en la vida personal del ciudadano de a pie y, por ende, el doloroso olvido al que es sometida la tercera edad, el relegamiento al que aboca el sistema al sector de población no productivo, aportando un agradecido toque de incorrección política e irreverencia que inyecta vitaminas al proyecto.

Un golpe con estilo Matt Dillon

 

Apoyándose en sus poco exigentes papeles, brillan sin apenas esfuerzo tanto Caine, que asume el protagonismo principal, como Arkin, ya especializado en esos cascarrabias a los que acabas cogiendo cariño, pero es Freeman el claro vencedor de la terna al gozar del rol con mayor profundidad dramática: un entrañable hombre que evita preocupar a sus amigos callando tanto la nostalgia por su alejada familia como sus graves problemas de salud. La otra gran estrella de la función es Lloyd, que borda el rol más puramente cómico de toda la película.

Un golpe con estilo Christopher Lloyd

El filme va mezclando así su predominante brocha gorda y levedad argumental con algún que otro apreciable ‘gag’ y momentos de cierta entidad dramática, transcurriendo suavemente hacia su conclusión sin que la experiencia haya resultado demasiado desagradable. Queda claro, pues, que «Un golpe con estilo» no es la mejor opción a la hora de meterse en una sala de cine en esta Semana Santa, pero, si algún allegado les acaba arrastrando hasta ella, sepan que pasarán una hora y media absolutamente intrascendental pero medianamente entretenida y que podrán disfrutar de algunos de los mejores actores de la historia reciente sin sentir demasiada vergüenza ajena. Algo hemos avanzado.

Un golpe con estilo cartel

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