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Jason Reitman: un cineasta adulto pero joven

23/02/2012

Gran momento para la comedia dramática estadounidense. Si uno de sus reyes indiscutibles, Alexander Payne, está cosechando con «Los descendientes» un gran éxito tanto de crítica como de público (sorprendentes sus tremendos números en España), el otro gran aspirante al cetro del género, Jason Reitman, acaba de estrenar su nuevo filme, «Young Adult».

Con apenas 35 años y cuatro películas en su haber, Reitman (hijo aventajado de Ivan Reitman, ese hombre que tantas tardes de domingo nos ha alegrado con su «Los Cazafantasmas») se ha  convertido por derecho en uno de los grandes directores del Hollywood actual, de esos a los que las grandes estrellas buscan durante las galas para que les dé un papel. No es de extrañar, puesto que todos sus filmes han catapultado a sus protagonistas a la terna de favoritos en la temporada de premios.

Reitman ya estaba haciendo cortometrajes a los 23 añitos y poco  después ya supo tener una madurez impropia para su edad para no precipitarse en su salto al largometraje y a Hollywood, rechazando el encargo de «Colega, ¿dónde está mi coche?», ya que, como ahora es obvio, aquella no era su tipo de comedia. Su concepto del género no es el de encadenar unos cuantos gags para echarse unas risas, Reitman entiende el humor más como una herramienta que nos permite ironizar y tomar distancia frente a los dramas cotidianos que a todos se nos presentan, porque sí, otra de sus grandes virtudes es que, pese a ser un cineasta inequívocamente  estadounidense, afronta temas universales y los trata de tal manera que siempre nos parecen cercanos, con los que conseguimos identificarnos, en suma.

Nuestro protagonista cayó de pie en Hollywood con su debut, «Gracias por fumar», una sátira sobre el funcionamiento de las multinacionales que obtuvo una notable repercusión, especialmente en cuanto a crítica, lo que le situó inmediatamente en la categoría de «director a seguir». Sin embargo, ¿cuántos exitosos primerizos se nos han quedado en el camino? Muchos, ¿verdad? La lista sería larga y daría para todo un post (¡mira!, ¡que gran idea!). Pero Reitman nos iba a dejar claro pronto que  él no seguiría ese camino. Se alió con la guionista Diablo Cody (otra de las revelaciones del último lustro) para firmar su primer éxito en la industria, «Juno», que pronto se convirtió en uno de los «sleepers» del año. El modo de tratar el relato es paradigmático de la carrera del joven director. El embarazo inesperado de una chica de 16 años, algo ideal para armar un lacrimógeno telefilm de sobremesa, es el «mcguffin» de una cinta que, mediante unos personajes directamente adorables (quizás demasiado), nos muestra cómo se pueden solucionar los problemas cuando se apuesta por el respeto, la tolerancia y la cooperación entre las personas. Una película ágil, divertida, tremendamente agradable, que reveló a dos de los mejores actores jóvenes de la actualidad (la impagable Ellen Page y ese genio en potencia que es Michael Cera) y que sólo adolecía de tener de algunos de los tópicos más manidos del cine «indie», lo que le hacía perder originalidad.

Tras asentarse como un valor sólido en la industria, ahora le tocaba volar alto y, perdón por el facilón juego de palabras, a fe que lo hizo en «Up in the Air», una obra mayor, su mejor película y uno de los filmes imprescindibles de los últimos cinco años. Reitman, un cineasta siempre apegado a su tiempo, retrataba la incipiente crisis mundial, tanto económica como de valores, a través de un experto en despidos laborales, de soledad autoimpuesta, cuya vida gira en torno a trabajo, aviones, aeropuertos, hoteles y alguna aventurilla ocasional. Esta opción vital se va resquebrajando a raíz tanto de una compañera de trabajo que pretende cambiar toda su rutina laboral como de otra solitaria adicta a los aviones, con la que se plantea llegar a más que una simple noche de pasión. Este argumento le sirve a Reitman para reflexionar sobre las distintas maneras de vivir la vida, de la validez de los diferentes proyectos personales, profundizando en sus virtudes y defectos, pero , como ya es una imagen de marca en su cine, sin decidirse por ninguna opción en concreto. Como uno de sus presumibles maestros, Woody Allen, nuestro joven cineasta no está interesado en imponer una opinión sobre un tema determinado sino en mover a la reflexión sobre diferentes opciones. Aparte de lograr unas excelentes interpretaciones de sus actores (con el George Clooney de las grandes ocasiones y una Vera Farmiga en el mejor papel de su carrera), la virtud que hace al filme verdaderamente grande es el perfecto ritmo que le proporcionan tanto Reitman como su perfecto guión. El filme fluye suave, cadencioso pero imparable, en el mejor estilo de los grandes maestros del Hollywood clásico, con Billy Wilder guiñando un ojo desde el cielo.

Y llegamos a la más rabiosa actualidad. Al difícil momento que supone regresar tras haber entregado un clásico. A muchos el temblor de manos les hubiera impedido ni tan siquiera sujetar la cámara, pero Reitman, con la serenidad que se le intuye, ha pasado de presiones y simplemente se ha limitado a filmar un guión de su gusto. Sin más. Regresa la alianza con Diablo Cody en «Young Adult», una vuelta de tuerca al subgénero de «urbanita regresa al pueblo» (del que es referente «Beautiful Girls», ese clásico moderno). Una gran Charlize Theron interpreta a una escritora treintañera, aunque eterna adolescente, que, en plena crisis vital, vuelve al pueblo de su juventud, del que huyó en busca de las embriagadoras luces de la ciudad, para intentar reconquistar a su novio de la veintena, un hombre ya casado y que acaba de tener un hijo. Con una actitud prepotente y terriblemente inmadura, que da pie a tantos momentos cómicos como trágicos, causa un efecto no deseado: la pena de sus mucho más asentados exvecinos. Reitman sale airoso del reto que supone cargar con un personaje principal que causa profunda antipatía al público y reflexiona sobre la felicidad, el distinto concepto que tiene cada persona sobre ella y la dificultad para hallarla, utilizando sus armas habituales: personajes complejos y ricos aunque perfectamente definidos en apenas cuatro  pinceladas, un tono siempre bien equilibrado entre la comedia y los momentos dramáticos y una eficacia narrativa de verdadera altura. A destacar la nostálgica banda sonora noventera y su bonito homenaje a las cintas de casette que marcaron la adolescencia de más de uno (Jason, ¡nunca te perdonaré lo viejo que me has hecho sentir!), y el secundario inolvidable que interpreta Patton Oswalt en una cinta que, estando un escalón o dos por debajo de «Up in the Air», especialmente por su menor ambición,  sigue demostrando lo gran cineasta es aquel chico que una vez soñó con emular a su papá.

8 comentarios leave one →
  1. 23/02/2012 23:07

    Me ha gustado este repaso a la carrera de uno del os directores que masa promete. Esperemos que no se quede en eso. Up in the air. Su mejor obra en eso coincidimos. Aunque la que mas me gusta, que no la mejor. Sea Gracias por no fumar. SAludos

  2. Jaycee permalink
    23/02/2012 23:59

    Siento discrepar. De hecho no lo siento. Simplemente discrepo. Reitman es muy blandito. Tiene una buena filmografía para tener 35 años. Si tuviese 50 nadie repararía en él. Esos títulos me dicen más bien poco. Perdidos con el pasar del tiempo. Crees recordarlos pero tampoco estás seguro.
    Con 35 años Fincher ya había rodado «Se7en»; Bryan Singer , «Sospechosos habituales»; Shyamalan ,»El sexto sentido» y Amenábar, «Abre los ojos». Todas ellas no solo muy superiores a cualquiera de las de Reitman sino más reconocibles, enérgicas, poderosas y arriesgadas cintas. Solo por hablar de directores relativamente cercanos.
    No he visto Young Adult pero si quiere ser algo debe arriesgar más. Dejar la buena educación y la tibieza en casa. No vale con un guión bien perfilado y una dirección inteligente. Hay que ir un poco más allá. Hay que ser Keyser Söze o John Doe.
    No comparto ese entusiasmo por este chico. Cuatro películas y sigue con el cartel de «director a seguir».

    • 24/02/2012 10:59

      Me parece que es un muy buen repaso del hombrecillo este que igual que Jaycee no me importaría nada obviar para el resto de sus días. Pero el artículo es cojonudo todo hay que decirlo.

      Solamente discrepo gravemente en clasificar Up in the Air como una una película fundamental de los últimos 5 años… películas fundamentales, puff…

      • Alberto Loriente permalink*
        24/02/2012 14:01

        Gracias por los elogios, Antiloo. Y sobre el resto no voy a ser original, ya sabes que sobre gustos… A mi, personalmente, me parece que hay muy pocas películas en el último lustro que me hayan dejado tan buen sabor de boca como la de Clooney y cía, especialmente dentro de su género, pero, como todo, puede ser discutible. Un saludo.

    • Alberto Loriente permalink*
      24/02/2012 13:56

      ¡Saludos, Jaycee! Me encanta que nos des juego con tu vehemencia habitual. Respeto tu opinión y la comparto en lo que dices sobre Fincher (ahora mismo es bastante incómodo comparar a casi cualquier cineasta con él) y Synger (aunque, para mi gusto, nunca ha vuelto a ese nivel), aunque no tanto en lo de Shyamalan y Amenábar, dos grandes directores pero que en las películas que mencionas (y sé que estoy en contra de una amplia mayoría en este asunto) me parecen inferiores a «Up in the Air», por ejemplo. De todos modos, los cuatro cineastas que mencionas trabajan en campos muy diversos a los de Reitman, no es fácil compararlos. Sí que tengo que dar la razón con lo del riesgo, es cierto que Reitman probablemente no vaya a desbordar los límites del cine con ninguna película, pero creo que tampoco es su intención. No creo que piense en planos revolucionarios, guiones intrincados o en revolucionar el cine, simplemente, como he mencionado en el post, rueda un guión con el que se siente a gusto. A mi, particularmente, me gusta que haya cineastas de las dos vertientes, la más arriesgada y otra, si quieres, más artesanal. Un placer volver a discutir contigo, aunque sea virtualmente. Un saludo.

      • Jaycee permalink
        24/02/2012 17:24

        Ya conocéis mu vehemencia. Os voy a vigilar. No voy a permitir que engañéis a la gente que lee este blog con vuestros gustos discutibles :) Seré el gatekeeper de este blog.
        Me parece razonable que te guste Reitman. Es muy joven y entiende bien el oficio pero lo de Fincher o Singer fue asombroso. Es cierto que después solo Fincher ha encontrado la verdadera madurez artística. Los demás se ha disuelto como un azucarillo.
        Escribe algo sobre el Atleti. A este blog le falta algo de deporte.
        Jorge, una oda a Balaverde.

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