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Los grandes de hoy en día (I): Paul Giamatti

10/03/2012

Cuando hacemos recuento de nuestros actores o actrices favoritos nombres como los de Robert de Niro, Al Pacino, Harrison Ford, Jack Nicholson o Meryl Streep son de los más habituales. Perfecto, todos ellos son grandes intérpretes. Pero…¡todos ellos superan los 60 años! ¡algunos muy holgadamente! Parece como si no existieran en la actualidad actores lo suficientemente válidos para inspirarnos, para hacernos apostarnos en la puerta de un cine nada más ver su nombre en los créditos de una película. Pues bien, no estoy de acuerdo. Puede que por simple nostalgia u otro tipo de condicionamientos sigamos teniendo devoción por aquellos intérpretes que nos hicieron vibrar hace 20 o 30 años, pero desde El Cadillac Negro queremos dar el reconocimiento que se merecen los actores que están dejando huella en la actualidad, más allá de su mayor o menor fama, aquellos que recordaremos con fervor en las próximas decadas. Y para ello, iniciamos aquí una serie de posts dedicados a los grandes de hoy en día. Y para empezar, no se nos ocurre nadie mejor que el gran Paul Giamatti. ¡Arrancamos!

Giamatti es de esos actores condicionados por su físico. De esta manera, el siempre demasiado previsible Hollywood pocos papeles principales puede darle, siendo éstos predominantemente galanes o héroes de acción. Pero su cara de hombre común, de bonachón, además de, por supuesto, su inmensa capacidad interpretativa, le ha valido para posicionarse tanto como uno de los secundarios más codiciados en grandes producciones como para ejercer como protagonista en filmes «indies» o series televisivas de prestigio.

Nuestro protagonista, un aclamado actor de teatro en sus inicios, no tuvo ninguna prisa en incorporarse al cine, en el que debutó con un papel de cierto peso con 30 años en «Private Parts» en 1997. El final de la década de los noventa y el comienzo del nuevo siglo se los pasó ejerciendo de secundario, aunque sus roles iban aumentando en importancia progresivamente, y, pese a que se mantuvo en una discreta posición en el negocio, puede decir con orgullo que ha estado presente en películas del prestigio de «La boda de mi mejor amiga», «Desmontando a Harry», «El show de Truman», «Salvar al soldado Ryan» o «Man on the Moon».

Pero esto había sido un simple entrenamiento. Lo bueno de verdad comenzó en 2003, cuando fue elegido para protagonizar la excelente «American Splendor», una adaptación modélica de la serie de cómic homónima, en la que Harvey Pekar reflejaba sin ninguna piedad su vida. Giamatti encontró un papel a su medida y le sacó todo el partido posible. Su Pekar consigue, a un tiempo, retratar a un perdedor huraño, maniático y asocial y dotarle de la humanidad suficiente para que los espectadores simpaticemos con su ácida visión de la vida, con esa torpeza en la que muchos nos reconocemos y, como no, en su necesidad de amar y ser amado.Las nominaciones a los premios de los críticos no se hicieron esperar. Giamatti estaba en el disparadero.

El título «American Splendor» no pudo ser más profético, puesto que este filme es el que dio origen a la época dorada de nuestro  protagonista. En 2004 volvió a vivir la vorágine de los galardones, ésta vez para ganar muchos de ellos, por otro de los grandes papeles de su carrera: el Miles Raymond de «Entre copas». Giamatti volvía a encarnar al antihéroe, al hombre común, que ya cuarentón y deprimido decide lanzarse a por la vida en compañía de un amigo. Nuestro actor se antojó fundamental para forjar el logrado equilibrio entre comedia y drama que consiguió el director Alexander Payne. La racha siguió al año siguiente con una de sus incursiones en el cine de los grandes estudios, el «Cinderella Man» de Ron Howard. En un vehículo interesante aunque muy irregular al servicio de Russell Crowe y su papel de boxeador, Giamatti, en su rol de mánager y amigo íntimo del protagonista, robaba escenas con una facilidad pasmosa y se erigía en uno de los grandes alicientes de la cinta. Primeras nominaciones a los Oscar y a los Globos de Oro y multitud de premios críticos consagraron a nuestro gran actor. A partir de aquí, encadenó un papel tras otro en cintas como «El ilusionista» o «Shoot’em Up», aunque los que quedarán en la memoria son el de Cleveland Heep, otra oda al hombre común materializada en el encargado de mantenimiento de una urbanización que, tras hallar a una ninfa en la piscina, se embarca en una «épica» aventura en la controvertida «La joven del agua» de M. Night Shyamalan, preciosa y precisa metáfora política para unos pocos, entre los que me encuentro; gran empanada mental de director para muchos otros, y el del histórico presidente de EE.UU John Adams en la miniserie televisiva homónima de la HBO, rol no sin cierta polémica, ya que generó debate la idoneidad de que Giamatti lo interpretara.No obstante, gracias a este papel, obtuvo sus primeros grandes galardones: el Emmy y el Globo de Oro en 2008.

Giamatti ha relajado un tanto su ritmo de trabajo en los últimos años, aunque ello no le ha impedido brillar en cintas como «La última estación», «El mundo según Barney» (por la que obtuvo otro Globo de Oro), «Win, Win, ganamos todos» (en la que, pese a   su buena labor, ya empezaba a encasillarse demasiado, con otro papel de hombre promedio) u otra premiada miniserie televisiva, «Too Big To Fall», en la que encarnaba al actual presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke.

Sin embargo, este relax parece próximo a acabar y ya se avecinan proyectos muy interesantes para su futura trayectoria. Ya podemos verle en «Los idus de marzo», la nueva gran película de George Clooney como director, y este año estrenará la versión cinematográfica del exitoso musical rockero «Rock of ages» y la esperadísima adaptación de la novela de Don DeLillo «Cosmopolis», a cargo de uno de los grandes maestros del cine actual, David Cronenberg. Tres buenas excusas para disfrutar de uno de los actores que, sin duda, marcan para bien el cine actual.

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8 comentarios leave one →
  1. Arzu permalink
    15/03/2012 10:20

    He de reconocer que me percaté tarde del gran talento de Giamatti, y fue gracias a su papel en la maravilla que es «El ilusionista», pero desde entonces le he prestado mucha más atención y se ha colocado entre mis actores favoritos. Por ello, comparto casi todo lo que dices de él en tu artículo, especialmente cuando haces referencia al aspecto político de «La joven del agua», la cual me sorprendió y encantó a partes iguales; no obstante, he de ponerte una pega importante: has pasado por alto la que para mí es su interpretación más brillante, la del desaprensivo consejero delegado de una multinacional Dick Garsik, en «Duplicity», con la que eclipsa a todos sus compañeros de reparto. Una vez más, ¡buen artículo!

    • Alberto Loriente permalink*
      15/03/2012 11:36

      Como bien dices, Giamatti también ha estado fenomenal en muchas otras películas, de hecho, como menciono en el artículo, cuando cogió fama, tuvo una racha de encadenar un proyecto tras otro y siempre deja algún detalle, ya sea su papel más extenso o menos. Sin ir más lejos, en su breve rol en «Los idus de marzo» consigue dar entidad a su personaje en tan sólo ¿10 minutos? Algo que no está al alcance de cualquiera. Simplemente me he centrado en los papeles que creo que han marcado más su carrera, pero por supuesto que vale la pena revisar toda su filmografía. Un saludo gordo, Arzu, uno de los mejores seguidores de nuestro/vuestro Cadillac.

      • Arzu permalink
        15/03/2012 12:26

        Me voy a poner «colorao».

      • Arzu permalink
        15/03/2012 12:34

        Por cierto, hoy se cumple un mes desde que vuestro vehículo fuera matriculado. Os felicito por ello y por el buen mantenimiento que lleváis a cabo.

      • Alberto Loriente permalink*
        15/03/2012 14:08

        Muchas gracias por el detalle. Ya estuvimos ayer celebrándolo (encima coincidió con la visita número 3.000). Espero que sigáis disfrutándolo tanto como lo estamos haciendo nosotros por mucho tiempo.

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