El apabullante cartel del Primavera Sound
Hay pocas cosas más ciertas que la máxima que reza que a lo bueno se acostumbra uno pronto. Puede que estemos esperando algo durante años, llegue en un momento determinado y, en vez de disfrutar de lo conseguido, comencemos inmediatamente a intentar mejorarlo, a pedirle cada vez más. El eterno carácter insaciable del ser humano. Durante años los fanáticos de la música de este país que ya tenemos una edad mirábamos con envidia los carteles de los festivales ingleses (Reading, Glastonbury y, los mas heavies, Donington) y ya suponía un alivio, recordad que era la era pre-Internet, el poder leer una crónica en alguna de nuestras revistas favoritas. Por lo que ahora, cuando España se ha convertido en una referencia y en un lugar de peregrinación para los festivaleros europeos, sorprenden las mil y una pegas que anónimos internautas ponen a los carteles que presentan anualmente unos eventos que hace poco más de quince años eran una verdadera utopía. Me imagino a uno de esos criticones por vocación en 1969, despotricando sobre Woodstock, arguyendo que no estaban nuevos valores como Led Zeppelin o Grand Funk Railroad y sí «antiguallas» como Jimi Hendrix o The Who. Es por todo ello que es de justicia valorar en su verdadera medida el trabajo que hace un festival como el Primavera Sound para confeccionar un listado de grupos tan apabullante como el de la edición de este 2012.
Con el paso de los años, el Primavera ,un festival ya bastante abierto de miras de por sí, ha ido sumando estilos hasta llegar al momento actual, en el que se ha convertido en un referente ineludible para cualquier amante de la música independiente. Pero la magia de este evento se basa en no centrar toda su atención en conseguir unos impactantes cabezas de cartel para animar el movimiento de entradas. Va por otro lado y, aunque no renuncie a tener unos cuantos nombres de relumbrón y tiron mediático, lo importante del festival barcelonés es su abundante clase media, la cantidad de alicientes que hay dispersos por el cartel y en letra pequeña para cualquier melómano que le guste investigar y vaya más allá de unos cuantos referentes.
De esta manera, cuatro nombres nada desdeñables aunque algo trillados se encuentran en lo alto de un cartel que abarca desde el 30 de mayo al 3 de junio: unos veteranos insignes ya en estas lides como The Cure, los siempre magníficos Wilco (aunque la cercanía de su anterior gira española resta atractivo a su presencia) y, seguramente lo más esperado del festival, el regreso de los británicos Franz Ferdinand tras un largo hiato y canciones nuevas en su zurrón. No faltarán tampoco clásicos del evento como los garajeros Black Lips, que actuarán por partida doble; los atmosféricos Saint Ettiene, The Wedding Present, Spiritualized, Shellac, Kings of Convenience o Yo La Tengo, todos ellos nombres poco menos que intocables para el seguidor indie. No se vayan, aún hay más grandes alicientes, ¿por qué quién se resiste a un concierto de la legendaria Marianne Faithfull?, ¿quién podrá dejar de bailar con los franceses Justice atronando en el escenario?, ¿quién no se dejará mecer por el barroquismo preciosista de Rufus Wainwright?, ¿o asistir a la consolidación de The Rapture?, ¿o esperar hasta el domingo y no perderse las actuaciones de tipos tan interesantes como Richard Hawley o Yann Tiersen?. No olviden otros nombres de largo recorrido como Beirut, Death Cab for Cutie, el Sonic Youth en solitario Lee Ranaldo, los incombustibles «padrinos del grunge» Mudhoney, los instrumentales de culto Dirty Three, el francés Dominique A, los clásicos industriales Godflesh, un eterno hombre de culto como Nick Garrie o un trio de ases del «americana» de nuestros días: la británica Laura Marling, The War on Drugs y Josh T.Pearson.
Como en pasadas ediciones, el festival satisface el deseo de muchos fans que, por razones de edad, no pudieron ver en directo a algunos grandes nombres del pasado. Los regresos más esperados son los de los nunca suficientemente valorados The Afghan Whigs (cuanta elegancia y clase tenía esta banda y ¡qué canciones!) y los británicos Codeine, sin desdeñar los de otros clásicos como The Chameleons, leyendas del underground americano como Archers of Loaf y The Olivia Tremor Control, el sludge de Sleep y dos grandes nombres del hardcore: los suecos Refused y los españoles No More Lies.
Pero el Primavera también sabe como pocos estar al día y siempre trae a algunos de los nombres que están en boca de todos, ya sean bandas en plena ebullición como M83 (que vuelven a España poco después de llenar grandes salas hace poco) y los vascos Lisabo o nombres tan nuevos como Grimes, Obits, The Men, el proyecto hardcoreta OFF!, Sharon van Etten o The Weeknd. Asimismo, podemos seguir la evolución que siguen grupos que antes de ayer eran la última sensación; es el caso de The xx, The Drums, Wavves o Beach House.
No olviden tampoco la nutrida representación nacional con La Estrella de David, Sr. Chinarro, Bigott, Christina Rosenvinge, Cuchillo, Grupo de Expertos Solynieve, Animic, Mujeres, Refree, The Right Ons, Orthodox, Joe Crepúsculo y Nacho Vegas, y lo que supone la gran novedad, y lo más discutido, de esta nueva edición: la inclusión de grandes nombres del metal más extremo, con dos leyendas como Napalm Death y Mayhem y los ahora muy en boga Wolves in the Throne Room. Una decisión, en mi opinión, de lo más acertada y que contribuye a acabar con estúpidos prejuicios y a derribar uno de los pocos muros que limitaban al festival: la presencia del heavy metal. Si ya para el año que viene, tuviéramos a unos Iron Maiden de cabeza de cartel ya sería la leche. Pero para esto todavía hay muchas «mentes abiertas» que no están preparadas para ello.
Suena agotador, ¿no? Tamaño número de alicientes requiere de una concienzuda planificación para ver lo máximo posible. Y esto es el mayor defecto del Primavera, un cartel agotador que impone un ritmo casi sobrehumano. Pero no empecemos a quejarnos, presumamos hasta que podamos de tener tan cerquita un evento que es la envidia de tantos países.
¿Marianne Faithfull? ¿En serio? Joder, si está casi cadáver. No sé, me parece bien que intenten sincretizar varios estilos, pero muchas veces estos festivales no dejan contentos a nadie precisamente por eso: por las mezclas imposibles. Todavía me acuerdo cuando en el Download del año 2007 los fanáticos de Slayer le lanzaron botellas con orín dentro al cantante de My Chemical Romance. Inconvenientes del eclecticísmo. Excelente entrada caballero. Un abrazo bien fuerte.
Yo creo que todo depende del perfil que tenga cada festival. Y, aunque es cierto que defiendo siempre la variedad y el aperturismo, sí que todos esos múltiples estilos quedan bien en un Primavera, pero es más arriesgado meter a unos My Chemical Romance en un Download junto a Slayer…aunque a mi me gustan ambos grupos!
¿Qué se reunen Afghan Whigs? Ay madre, y yo con ésto pelos!
Por cierto, no había visto nunca el video de Gentlemen y me pregunto, ¿que hacía Greg Dulli disfrazado del cantante de Spandau Ballet?
Bienvenido, peter673! Pues sí, se nos reunen los Afghan, una gran noticia para cualquiera que le guste la música. Hasta donde yo sé, van a hacer unos cuantos conciertos pero parece que no se ha hablado de una reunión formal, con planes de grabar disco, ni nada de eso. Pero, por ahora, me conformo con los discos. Y, sí, je, je, hacia mucho tiempo que no veía el vídeo y me hizo gracia esa pinta del Dulli, tan estiloso él en años posterioes.