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«The Smashing Pumpkins»: fundación e imperio (de Billy Corgan)

18/07/2016

portada

Mi memoria está plagada de la cultura popular de los noventa. Esa década que se ha vuelto a poner de moda en todo tipo de industrias contempló buena parte de mi infancia, mi preadolescencia y los primeros años de mi adolescencia. Crecí con esa cuestión televisiva de «¿quién mató a Laura Palmer?» de fondo, siempre acompañada por Mulder, Scully y los monstruos de Chris Carter. Mis años escolares vieron las peores coreografías de las bandas pop del momento y el slasher petardo llegó a convertirse en una forma de vida. Pero si algo agradezco a estos últimos diez años del siglo XX es el haber parido unas cuantas propuestas musicales que, si bien mi corta edad apartaba a un lado, supieron esperarme para ser apreciadas y convertirse en mi banda sonora unos añitos más tarde. Así acabaron llegando a mi vida varias bandas de rock alternativo (que a unos meses de la treintena puedo confirmar como el género que más he consumido a lo largo de mi existencia) de las que no logré desprenderme. Otras, por supuesto, se quedaron en el cajón del recuerdo en la transición a la etapa adulta.

Demos un paseo. Nos encontramos con los primeros discos de Radiohead, que con el transcurrir del tiempo han ido abandonando el género para centrarse en su amadísima electrónica (no olvidéis pasar por la crítica de su último álbum). El Britpop de Oasis, Blur o The Verve al que nunca he logrado encontrar la chispa o el Punk Pop de Placebo (a los que dedicamos un post recientemente con motivo de su veinte aniversario). Los tardíos ochenta de los Pixies que por aquel entonces seguían haciendo ruido (en el mejor de los sentidos). Por supuesto, este autobús destartalado cuenta con una parada en la estación de Seattle y el nuevo florecimiento del Grunge con Nirvana (el efímero gigante del eternamente adorado Cobain) o Pearl Jam. El Industrial de Nine Inch Nails, el movimiento Riot Grrrl, PJ Harvey, los Foo Fighters, el Punk Rock demasiado adolescente de Green Day, The Offspring, los enormes Alice in Chains, Rage Against The Machine, The White Stripes… Pero de todos ellos, hoy hemos venido a hablar de  Smashing Pumpkins, que si bien presenciaron su pico más alto en los noventa y después de unas cuantas idas y venidas (en realidad la única constante es Corgan), han visto pasar los años con una dignidad musical asombrosa. Además, este 2016 marca veinticinco años en su carrera.

Esta banda de Chicago se formó a finales de los ochenta con Billy Corgan como tótem, dando voz a la historia y jugando obscenamente con su guitarra. La formación inicial se completaba con D’arcy Wretzky al bajo, James Iha como guitarrista y Jimmy Chamberlin como batería. Puede que The Smashing Pumpkins haya cambiado de rostros a lo largo de sus años de actividad, sin embargo, y por algo insistimos en machacar un nombre, la evolución sufrida en sus trabajos, que se adapta a tiempos diferentes, no llega a chirriarnos en la mayoría de ocasiones (ya hablaremos de excepciones) porque las reminiscencias a ese período de mediados de los noventa y las épocas más prósperas siguen ahí, unas veces más a la vista (o al oído) que otras. Sí, The Smashing Pumpkins es muchas cosas pero sobre todo es Billy Corgan, que late sin cansancio más de dos décadas después.

the-smashing-pumpkins-1993

No resulta fácil, en esencia, caminar por la trayectoria musical de un conjunto que ha conseguido dividir incluso a sus más fervientes seguidores, algunos de ellos jueces absolutos que afirman que no se produjo nada bueno tras el tercer álbum de estudio mientras que para otros cualquier movimiento del líder es digno del olor a cera que se desprende del altar. Desde una posición intermedia que se inclina sin pudor hacia el optimismo, hoy vengo a explorar ese recorrido a través de veinte temas escogidos (no sin quebraderos de cabeza, en lo personal me cuesta poner filtros cuando hablamos de esta familia espiritual de Illinois) donde reinará lo mítico y absolutamente representativo sin pasar por alto algunas elecciones más subjetivas. En definitiva, los veinte temas de la banda que recomendaría a cualquier profano con interés, recorriendo desde su disco debut hasta el último trabajo publicado en 2014. Recuerdo, por supuesto (no sé cómo hemos de seguir insistiendo en ello), que esta es una elección individual y estaré encantada de leer vuestras propias aportaciones.

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1. I AM ONE (1991)

«Gish» es en general un álbum infravalorado, una contestación que no suele llegar cuando preguntamos por el favorito de la banda. Podríamos decir, sin embargo, que ha envejecido increíblemente bien y que aquel complejo de «guitar hero» de Billy Corgan que para la gran mayoría es carne de crítica, a mí me parece una carta de presentación con una garra incuestionable aunque no libre de ser algo pretenciosa. Con sus solos de guitarra y su clara influencia del hard rock, «I Am One» sería el primero de todos los singles, envuelto en una neblina de perfección sonora que a los detractores sirvió como excusa para hablar de la falta de otros elementos. Try to look for something in your city to burn, you’ll burn…

 

2. RHINOCEROS (1991)

The Smashing Pumpkins ha sido siempre una banda de contrastes y con «Rhinoceros» llegó el primer gran ejemplo. Maravillosa, pausada, con unos riffs que luchan por colarse en medio de la batalla para acrecentar el ritmo. Una canción que se baña en una suerte de neo-psicodelia y que el propio líder definiría como punto de inflexión en su trabajo. And she knows, she knows, she knows…

 

3. DAYDREAM (1991)

A menudo olvidada al no llevar por bandera la característica voz de Corgan y muy acertadamente interpretada por D’Arcy (bajista), que aporta una calidez intachable a un tema tan íntimo, «Daydream» consigue abrazarnos en una suerte de tristeza fácil de ligar a nuestras propias memorias con su toque ligeramente folk y su violín melancólico. Reconozco haber sacrificado la garra de «Tristessa» o la potente «Siva», bastante más representativas de la banda y del propio álbum, por introducirla en esta lista caprichosa.

My daydream screams bitter ‘til the end
The love i share -true- selfish to the heart
My heart, my sacred heart

 

 4. CHERUB ROCK (1993)

 Creo que todos estamos de acuerdo en que el segundo álbum de estudio es un trabajo superior de la formación. Con sus influencias del grunge e incluso del rock progresivo, «Siamese Dreams» resulta imprescindible, redondo en su producción sonora y famoso por la tiranía del líder en el proceso de grabación. «Cherub Rock» es sencillamente un estandarte dentro de un estandarte, un corte donde las guitarras suenan completamente diferentes a lo anterior, donde se ha perfeccionado hasta la deshonra. No exagero al utilizar por segunda vez el adjetivo «imprescindible». No exageraría si recurriera a él una tercera.

But beware
All those angels with their wings glued on
‘cause deep down
We are frightened and we’re scared
If you don’t stare

 

5. TODAY (1993)

Cualquiera diría que a Corgan le sangraron literalmente las manos en su enfermiza obsesión por el resultado del disco. Resulta innegable que «Today» se baña en un extraño optimismo que, aunque desemboca en una letra un tanto propicia para entonar saltando a la comba, instrumentalmente es excelente y uno de los singles más conocidos de The Smashing Pumpkins.

Today is the greatest
Day I’ve never known
Can’t wait for tomorrow
I might not have that long

 

6. DISARM (1993)

El drama de recordar llega de la mano de la preciosa «Disarm», que fácilmente se colaría en la selección de cualquiera. Su condición de melancólica balada y su fondo de arreglos de orquesta que combina a la perfección con su acústico y popero ritmo hacen de ella un tema que no se puede pasar por alto en la trayectoria de la banda.

I used to be a little boy
So old in my shoes
And what I choose is my voice
What’s a boy supposed to do?
The killer in me is the killer in you

 

7. MAYONAISE (1993)

Con sus distorsiones, su sensibilidad latente y su torrente de conciencia alternando esperanza y desesperanza tan… para todos, «Mayonaise» es sin lugar a dudas uno de los mejores cortes de «Siamese Dreams», un corte que viene a ofrecernos la eterna y ardua tarea de tratar de explicar, ser y sentir mientras nos arropa en sus acordes.

 Fool enough to almost be it
Cool enough to not quite see it
Old enough to always feel this
Always old, I’ll always feel this

 

8. TONIGHT, TONIGHT (1995)

A mediados de los noventa nos llega un álbum doble tan ambicioso como (en algunos aspectos) excesivo, el gran favorito y uno de los más representativos de Corgan y su séquito (al que al menos en esta ocasión dejó grabar). «Mellon Collie and The Infinite Sadness» es todo un tributo a las emociones que se manifiesta en dos discos («Dawn to Dusk» y «Twilight to Starlight») y veintiocho canciones, entre ellas «Tonight, Tonight», un himno maravilloso que rompe en sus cambios de ritmo con una orquesta de más de una veintena de instrumentos y que fácilmente se colaría entre mis favoritas absolutas de la banda.

Time is never time at all
You can never ever leave without leaving a piece of youth
And our lives are forever changed
We will never be the same
The more you change the less you feel
Believe, believe in me, believe
That life can change, that you’re not stuck in vain
We’re not the same, we’re different tonight
Tonight, so bright
Tonight

 

9. ZERO (1995)

Si alguien recuerda una versión Simpson de los Smashing Pumpkins tocando «Zero» mientras cientos de jóvenes se mueven con ritmo decadente es porque vive en la Tierra y no ha podido huir de la cultura popular de sobremesa. Este tercer trabajo tan preñado de esa ambición de la que hablamos es un nido de exitazos y aquí hemos ido a dar con una bandera en toda regla. Duro, con unos riffs muy representativos y toda una declaración de intenciones. Esencial.

Emptiness is loneliness, and loneliness is cleanliness
And cleanliness is godliness, and god is empty just like me
Intoxicated with the madness, I’m in love with my sadness

 

10. 1979 (1995)

Como contraste con lo anterior tenemos la parsimonia de «1979», un coqueteo con los ritmos electrónicos que más tarde utilizarían sin miedo atrayendo la controversia. Calma después de la tormenta en el segundo volúmen del álbum y segundo single. En una valoración subjetiva no la consideraría de las mejores, pero sí uno de los platos más celebres de esta orgía de cambios y juegos de estilo.

And I don’t even care to shake these zipper blues
And we don’t know just where our bones will rest
To dust I guess
Forgotten and absorbed into the earth below

 

11. BULLET WITH BUTTERFLY WINGS (1995)

Y si con «Zero» hablábamos de imprescindibles, «Bullet with Butterfly Wings» es uno de los éxitos de mayor resonancia de mediados de los noventa. La recepción de «Mellon Collie and The Infinite Sadness» fue magnífica y su colección de hits ha pasado a la posteridad, ¿cómo pasar por alto su pistoletazo de salida, sus ritmos in crescendo y su rompedora actitud?

The world is a vampire, sent to drain
Secret destroyers, hold you up to the flames
And what do I get, for my pain?
Betrayed desires, and a piece of the game

 

 12. AVA ADORE (1998)

Con «Adore» llega la época de la ruptura. Chamberlin fue despedido de la banda trayendo consigo el primer cambio importante en la formación y su cuarto álbum resultaría un producto altamente incomprendido. Atrás quedaban las enérgicas distorsiones mientras se daba la bienvenida a los tintes electrónicos con aire gótico de un trabajo que en mi opinión es magistral y no se supo (o no se quiso) acoger. Precisamente «Ava Adore», escogido de manera acertada como primer sencillo, cuenta con todas las singularidades de esta nueva era.

Lovely girl you’re the murder in my world
Dressing coffins for the souls I’ve left to die
Drinking mercury
To the mystery

13. DAPHNE DESCENDS (1998)

A menudo el público es egoísta con la evolución de los artistas a los que ha elevado a la condición de ídolos y este cambio, este recorrer pasillos densos de oscuridad en medio de la decadencia de las lágrimas provocó que las ventas descendieran en el historial del grupo. Me resulta imposible compartir esa falta de entusiasmo cuando esa oscuridad de la que hablamos resulta en esencia maravillosa y esconde tesoros como este «Daphne Descends», tan deliciosamente lánguida y fantasmal, monótona en sus ritmos, jugando a ser el escondite de su tímida distorsión.

Past sidewalk ashes
A last lovers arc
You come apart to intertwine
It was all so simple
As you watched him move
Across the darkness in your room

14. CRESTFALLEN (1998)

No es que haya olvidado el segundo y último single de este trabajo discográfico, es simplemente que «Perfect», en su corrección, nunca me ha parecido un tema representativo dentro de la dinámica de «Adore» ni de lo mejor de Smashing Pumpkins. Por el contrario, la preciosa y lúgubre balada «Crestfallen» encierra en cuatro minutos la esencia del álbum.

And you may go, but I know you won’t leave
Too many years built into memories
Your life is not your own

15. FOR MARTHA (1998)

Pero la obra maestra de «Adore» es «For Martha» lejos de toda duda. Un homenaje de más de ocho minutos de Corgan a su madre (cuyo fallecimiento se nos antoja la razón principal de toda esta neblina emocional), un tema realmente ambicioso que comienza con la desnudez del piano y va creciendo hasta romper y terminar en un eco psicodélico (o pretendido). Todo un himno para ella.

If you have to go don’t say goodbye
If you have to go don’t you cry
If you have to go I will get by
Someday I’ll follow you and see you on the other side

 

16. EYE (1996)

Como antecedente a ese «Adore» que estaba por venir, «Eye» se colaría en la banda sonora de la prodigiosa Carretera Perdida de David Lynch haciendo compañía a otros pesos pesados del rock alternativo. Una muestra de electro-gótico con la que quedarse. Is it any wonder I can’t sleep?

 

17. THE SACRED AND PROFANE (2000)

«MACHINA/ The Machines of God» no es el punto más brillante de su discografía y huele desde kilómetros a ese parón para los proyectos de Corgan que vendría después, pero en todo su conjunto funciona muy bien como catalizador en los días de lluvia, es un trabajo que en su momento escuché hasta la disolución neuronal y a nivel individual no carece de sus propias piezas clave, de nuevo bañadas en la electrónica y la nostalgia. Quizá sea «Stand Inside Your Love» el tema más representativo del álbum, pero he decidido quedarme con lo seductor de «The Sacred and The Profane». You’re all a part of me now …

 

18. THE CELESTIALS (2012)

No es que haya decidido obviar que existe «Zeitgeist» y que en 2007 Corgan y Chamberlin volvieron a hacer de las suyas resucitando a su niña mimada, pero más allá de algunos cortes resultones que tampoco deslumbran en exceso, considero éste el álbum menos destacable de la banda. «Oceania», en cambio, es un discazo que trata de volver a los viejos tiempos con la honestidad del que sabe que no se puede volver del todo porque por pasar, el tiempo ha pasado. «The Celestials», escogida con acierto como primer single, muestra a la perfección esa intención de viaje a la memoria con sus guitarras acústicas y su (de nuevo) in crescendo por bandera.

On the day that you were born
They built an empire off a scream
I cant explain
Endlessly theyll set you free
Give you reason to believe
This empty place

 

19. VIOLET RAYS (2012)

 Con «Violet Rays» vamos a jugar a nadar un poquito a contracorriente y quizá sea la elección más subjetiva de esta lista. Sintetizadores para romper el hielo en un tema sosegado que acaba columpiándose en una suerte de progressive rock que la mayoría ha pasado por alto dentro de un disco con cortes bastante más efectivos. Para mí es un highlight en «Oceania». And I’ll leave with anyone this night…

 

20. ANAISE! (2014)

Si «Oceania» confirmaba que el ego de Corgan sigue moviendo montañas y dando a luz creaciones que al menos a los acérrimos nos funcionan, «Monuments to an Elegy» no viene a ser una excepción. El último disco de estudio hasta la fecha (se espera otro que cierre al proyecto «Teargarden by Kaleidyscope») vuelve a contar con las características que un día hicieron grande a la banda sin dejar de adaptarse a una tendencia más actual. Desde la absoluta garra de «Tiberius» hasta la electrónica más descarada de «Run2me», quizá el mejor tema del álbum sea este «Anaise!» que hace alarde de una personalidad única dentro del muestrario. Y no obviemos el toque de Tommy Lee. You haunt me, Anaise…

Queda la incertidumbre de qué vendrá después del disco que pondrá fin a «Kaleidyscope», que esperamos con ganas y la confianza de que sabrá estar a la altura de sus dos últimas encierros en un estudio de grabación. Lo que algunos sí tenemos claro es que el fundador ha sabido jugar sus mejores bazas incluso en los momentos en que ha buscado salir de su zona de comfort musical y que 25 años después sigue siendo un icono importante del rock alternativo. Larga vida a Corgan.

8 comentarios leave one →
  1. 10/08/2016 9:41

    Buena selección de uno de los pocos grupos de los 90 a los que les presté atención. Se lo merecían.

    • Irene B. Trenas permalink*
      10/08/2016 10:21

      Me alegra que te guste la selección, ¡muchas gracias por pasarte!

  2. Anónimo permalink
    27/11/2016 19:12

    Buena selección de un gran grupo liderado por un genio megalómeno que se lo cargó (junto a Jimmy Chamberlin,…) Ava adore para mí fue el comienzo del declive (con alguna excepción honrosa)

    Seguid así, tenéis una gran web

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