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«Breaking Bad» y el precio del poder

04/09/2012

(ALERTA SPOILER: Prohibido leer sin haber visto hasta el octavo capítulo de la quinta temporada de la serie)

“Breaking Bad” nos deja hasta 2013 tras haber desplegado una primera mitad de la quinta temporada majestuosa, a la altura de su mito, lanzada en tromba a traspasar las barreras morales más delicadas, riquísima en situaciones de una tensión física y psicológica cercanas al paroxismo, pero que a la altura del minuto 42 del muy autorreferencial “Gliding over all”, el último episodio de la tanda, se la juega en una decisión arriesgadísima al hacer pronunciar a Walter White las palabras “I’m out”, una sentencia que pone en entredicho la evolución de toda la temporada, e incluso de la serie. Y es que estos ocho episodios habían terminado de redondear la metamorfosis de Walter en Heisenberg de una forma tan perfectamente hilvanada y creíble que cuesta creer que finalmente haya prevalecido el apocado profesor de química sobre su megalomaníaco alter-ego. Porque aquel “I won” con el que se cerraba la cuarta temporada no era todavía, a tenor de lo visto en esta tanda, palabra del  Heisenberg definitivo. Desde el “I forgive you” con el que despachaba a Skyler en “Live free or die” (ya comentado en nuestro post “El juego de Heisenberg”)  hasta el ya legendario “Say my name”  hemos asistido a la transformación progresiva y rotunda de un monstruo soberbio y orgulloso, implacablemente calculador, rebosante de delirios de grandeza y borracho de sí mismo, con muy poco margen para la ambigüedad moral de temporadas anteriores, hasta el punto de que hemos creído que Heisenberg  estuvo siempre ahí y Walter siempre fue una incómoda máscara. El bienestar de la familia fue siempre la prioridad de nuestro antihéroe, la razón legítima por la que ha hecho todo lo que ha hecho, pero en “Fifty-one” admite que el negocio, el “empire business”al que aspira, es todo lo que le queda y abandonarlo sería renunciar a la única cosa en la que es el mejor, y, además, no está dispuesto a que vuelva a repetirse un “Gray matter” en su vida.

Vince Gilligan, el showrunner responsable de esta maravilla, había anunciado que en esta temporada el espectador terminaría odiando a Mr.White, y doy fe de que tras “Say my name” lo había conseguido. La empatía con el personaje, siempre turbulenta y complicada, había quedado prácticamente rota en estos siete episodios y medio, pero el último sprint  de la finale (con ese nostálgico reencuentro con Jesse incluido) ha vuelto a poner nuestros sentimientos en “stand by”.  Nunca está de más destacar la soberbia actuación de Bryan Cranston, absolutamente brillante y demoledor en su encuentro en campo abierto con Declan, el capo de la droga en Arizona (“do you really want  to live in a world without Coca-Cola?”). Al menos, Gilligan ha sido lo suficientemente ambiguo como para no explicitar si Heisenberg ha dejado realmente el negocio y en verdad no ha vuelto a engañar a Skyler ante la tentadora posibilidad de volver a recuperar a su familia y seguir siendo el capo en la sombra. Es cierto que esto supondría un paso atrás, después de una temporada en la que Walter ha hecho y deshecho ante su esposa sin importarle ya lo más mínimo sus reacciones (¡qué lejos quedan ya las mentiras y las excusas de las primeras temporadas!), pero sería una situación más lógica que aceptar que Heisenberg ha abandonado  justo cuando estaba “at the top of his game”, llevando su célebre 99,1% de pureza a ¡la República Checa! y por fin comportándose como “el jefe de todo esto”. Sin embargo, el “all in” de los guionistas también puede interpretarse como una jugada magistral con la que han destrozado todas las expectativas que nos habíamos creado para el destino del protagonista, un arrebato de imprevisibilidad que quizás (sólo ellos lo saben) nos conduzca por senderos inimaginables en los últimos ocho episodios. Lo que tengo claro es que no es lo mismo ver a Hank persiguiendo a un Heisenberg perverso, amoral y desatado que a un Walter “retirado”, reconciliado con los suyos, acosado de nuevo por el cáncer y condenado a pagar por los pecados del pasado.

Y es que para antihéroes crepusculares “atrapados por su pasado” ya teníamos a Mike Ehrmantraut, sin duda alguna, el otro gran protagonista de la temporada. Un secundario “robaescenas” en cursos anteriores que este año se ha consolidado como “el puto amo”. Mike, el fiel y superprofesional lugarteniente de Gustavo Fringg,  está viejo, cansado y dispuesto a dejar su rol de asesino despiadado e implacable para disfrutar sin preocupaciones de su papel de dulce y entrañable abuelito, pero las circunstancias (ese bloqueo de las cuentas de las islas Caimán) le obligan a su pesar a seguir en el juego para asegurarse el futuro de su nieta y el silencio y bienestar de los hombres a su cargo detenidos en la operación de la DEA. Mike sabe los riesgos que corre y que Heisenberg no es precisamente Fring, sino una bomba de relojería que puede estallar en cualquier momento (“just because you shot Jesse James, don’t make you Jesse James”), por eso cuando se le presenta la oportunidad de vender la metilamina y agarrar un buen pellizco de cinco millones de dólares no se lo piensa. Sin embargo, como el Carlito Brigante de Al Pacino, su trágico destino está ya escrito y su final llega de la mano del único cabo suelto que nunca tuvo el coraje de atar, el propio Walter y su desmedido ego. Fantástico Jonathan Banks, memorable la secuencia del parque en la que tiene que abandonar a su nieta y preciosa la despedida a la orilla del río ante la puesta de sol para un personaje inolvidable.

No menos brillante ha estado Anna Gun en la piel de una Skyler intimidada y aterrada por la frialdad implacable de su casi desconocido marido. Su mayor prioridad durante estos episodios ha sido salvaguardar la integridad de sus hijos y su intensísimo cara a cara con un Walter más Heisenberg que nunca, precedido de otra escalofriante escena en la piscina, desprende una tensión máxima que culmina con ese espeluznante “I’ll wait for the cancer to come back”, definitivamente uno de los highlights de la temporada y, por qué no decirlo, de la serie. Por ese instante que no admitía vuelta atrás, y por el comportamiento de Skyler durante los siguientes episodios, chirría más, y siento insistir, la aparente reconciliación y cierre de filas de “Gliding over all”.

Por su parte, Jesse Pinkman ha tenido un rol quizás más secundario, pero no ha dejado de ser la brújula moral de la serie, y más desde que su admirado/odiado Mr.White empieza a perder todo los escrúpulos, incluso ante sus propios ojos (esos silbidos felices…). En los primeros episodios de la tanda Walter sigue ejerciendo su influencia sobre Pinkman, que incluso abandona su relación con Andrea y el pequeño Brock  sibilinamente manipulado por su mentor. Pero la muerte de un niño inocente en el brutal final de “Dead freight” es la gota que colma el vaso, la última frontera de la decencia traspasada. Jesse se replantea todo y ni siquiera una delirante cena junto a los White le hará cambiar de opinión. Está fuera del negocio. Para siempre. Y  al final del último episodio incluso en paz con Walter. ¿Cuál será su papel en los últimos ocho episodios?

La respuesta a esa pregunta nos lleva directamente a Hank Schrader. El tenaz cuñado de Walter ha sido ascendido en la DEA y su margen para dar con Heisenberg cada vez se estrecha más, presionado por sus superiores para que deje de dedicarse al caso. Durante toda la temporada ha estado muy lejos de su objetivo – pese la advertencia que le hizo su ex jefe Merket, (“right in front of me, right under my nose”) y a la ostentación (relojes, coches nuevos) de la que últimamente hace gala Walter-, y siempre ha andado dos pasos por detrás de W.W., hasta el final del último episodio, en el momento más insospechado. No por esperado es menos impactante ese instante en el que un retrete y una dedicatoria sobre un libro de Walt Whitman (una referencia constante durante toda la serie) le abren definitivamente los ojos, demostrando una vez más que en “Breaking Bad” todas las piezas terminan encajando.

Por lo demás, la serie nos ha presentado a algunos personajes nuevos que han cumplido con creces, como Lydia Rodarte, la ejecutiva de Madrigal Electromotive, experta en salvar la vida en situaciones límite y sacar tajada en el envite, o el desconcertante y entusiasta Todd, el empleado de Vamonos Pest (por cierto, ¿no es genial la idea de cocinar en casas que están siendo desinfectadas?) que termina siendo pieza esencial en el entramado de Heisenberg. Saul Goodman, por el contrario, ha dispuesto de muy poco tiempo en pantalla aunque los minutos que ha tenido los ha aprovechado; Marie sigue sin contar gran cosa, al igual que Junior, al que tampoco se echa mucho de menos pero que seguramente recobrará protagonismo más adelante.

Se ha hablado, a raíz de la larga y tensa secuencia del robo al tren de la metilamina en “Dead Fright” o de aquella en la que Walter se libera de sus ataduras en “Buyout” , de la presunta pérdida de verosimilitud de “Breaking Bad”, como si esta serie hubiese pretendido alguna vez ser “The Wire”. La creación de Gilligan nunca ha sido plenamente realista, por mucho que aborde emociones y conflictos desde una perspectiva  sórdida y deprimente. Casualidades, resoluciones improbables en el último momento y golpes efectistas ha tenido siempre, y siempre perfectamente integrados en la narración. En esta temporada ha seguido siendo así. Para mí no hay debate al respecto. Sí podemos hablar de esos cold open (escenas de apertura) epatantes (fantástica la del niño de la motocicleta y cómo enlaza con el sobrecogedor final del episodio), de esos montajes musicales impagables (enorme el de los asesinatos en las cárceles a ritmo de “Pick yourself up and start all over again”, digno de Scorsese o Coppola), de la clarividencia con la que cada capítulo se enfoca sobre un determinado asunto o de la cantidad de diálogos endiabladamente perfectos que caben en 47 minutos. En su quinta temporada “Breaking Bad” sigue siendo oro puro, caviar exquisito, televisión de altos vuelos.

Ahora sí que no hay vuelta atrás y nos quedan ocho episodios taquicárdicos en los que la mayoría de las cartas estarán encima de la mesa, Hank ya está listo (¿o no?) para la caza, una ampolla de ricino sigue esperando oculta tras la mesilla de noche de Walter y el “flashforward” inicial de “Live free or die”, aquel en el que un desmejorado Mr.White aparecía con pelo, barba, cansado y con una sospechosa tos, todavía tiene que encontrar su lugar en el rompecabezas. Ya sea con o sin Walter en modo Heisenberg, seguimos manteniendo nuestra confianza en Gilligan y en que sabrá resolver la serie como se merece. En unos (interminables) meses tendremos la respuesta.

19 comentarios leave one →
  1. rooger permalink
    04/09/2012 2:44

    excelente analisis de esta serie de antologia cinematografica …excelente forma de ver la serie gracias

  2. Txarly permalink
    04/09/2012 9:07

    Estoy contigo: no me cuadra que Walter/Heinsenberg deje el negocio que tanto trabajo, sangre, sudor y lágrimas le ha costado construir (y controlar) así, de repente, porque sí, porque le apetece reconciliarse con su mujer y volver a llevar una vida normal. Contradice la esencia misma de la serie y su (impecable) evolución como personaje a lo largo de estas cuatro temporadas y media. Puestos a elucubrar sobre esto o lo otro, me gustaría subrayar el diálogo que mantienen Walter y Jesse sobre la caravana «Teníamos un montón de pasta ¿por qué la seguimos manteniendo?» se pregunta Jesse cuando recuerdan el estado calamitoso del vehículo y los problemas que les daba «No sé, será la inercia» le responde Walter. Este diálogo nos lleva a la escena en la que Skyler le enseña todo el dinero que tiene, «más del que podría gastar en 10 vidas», y parece preguntarle «¿por qué seguir con el negocio si ya has conseguido más de lo que querías?» Quizá la respuesta también sea «por la inercia». No sé, espero que los siguientes capítulos aclaren más todo esto. No sólo qué va a hacer Hank a partir de ahora, sino también qué es lo que ha ocurrido en la clínica oncológica (¿ha vuelto el cáncer o no?), en el negocio (¿lo ha dejado realmente o es una mentira más?) o si esa visita a Jesse guardaba alguna intención oculta. Viendo el capítulo me dio la impresión de que se produce una ruptura clara con todo lo que hemos visto hasta ahora, un parón (¿retroceso?) en la propia historia que puede que no lo sea tanto. Creo que esos últimos 10 o 15 minutos de capítulo tienen muchos huecos por cubrir (no me extrañaría nada que en los próximos veamos flash backs que nos hagan comprenderlo todo de otra manera). Entiendo que los guionistas quisieron terminar con, no un cliffhanger, sino el cliffhanger por antonomasia, el momento que todos los seguidores de la serie estábamos esperando desde la primera temporada, y que para eso necesitaban que la historia avanzase en una dirección concreta (complicado que Hank terminase sentado en retrete de Walter sin una reconciliación previa con su esposa, una aparente vuelta a la normalidad), pero que, en el fondo, nada es lo que parece. Además esa última escena funciona a la perfección como golpe de efecto si todo lo que hemos visto antes parece echar el freno al ritmo y evolución (¿la inercia otra vez?) de estos últimos ocho capítulos. Por cierto, genial la menera que tiene Hank de empezar a atar cabos. Ya en las dos últimas escenas del tercer capítulo de la cuarta temporada (el que pueda que las vuelva a ver) se anticipa una cosa así: Walter y Skyler brindan con champán en la cocina por la apertura del negocio que les va a permitir lavar el dinero. Ella le recuerda a su marido la importancia de no descuidar nada, de estar atento hasta en los más pequeños detalles («El demonio está en los detalles» le dice), habla de la caída de Nixon, iniciada por un descuido tonto, para luego aparecer Hank, en la cama, leyendo los documentos que su compañero le ha dado para intentar resolver el asesinato de Gale. Ahí ya te lo dejan claro: el agente de la DEA va a descubrir a su cuñado de manera casual, por una tontería, un descuido estúpido que recordará el resto de su vida. Geniales los guionistas, nuevamente.

  3. Jordi permalink
    04/09/2012 10:06

    Prescindiendo por un momento de la psicología de Walter (tal vez sea un engaño a Skyler, o el cáncer ha vuelto y se replantea que no puede mantener un imperio) para que Walter deje el asunto debe atar tres cabos sueltos por ahora (dejo de lado a Saul Goodman, a él las cosas no le salpican). Me refiero a Declan, Todd y Lydia. Declan no va a renunciar a su parte del pastel con la meta 99.1%. Todd tiene una libreta donde apunta todo el proceso. Lydia es la provisión de materia prima y la distribución internacional. Deberíamos haber visto cómo une estos tres elementos, y le doy especial importancia a la libreta de Todd: contiene lo importante, el proceso, «la fórmula de la Coca-Cola».
    Sólo hay tres elementos a partir de los cuales se pueda cocinar la meta de calidad: Walter, la libreta de Todd, y Jesse. Si alguien quiere conseguirla, debe hacerse con uno de los tres elementos. Esto puede llevar a una línea argumental que dé más protagonismo a Jesse: apoderarse de él.
    Si Walter ha engañado a Skyler y quiere seguir con el imperio no lo hará por el beneficio, sino por motivos egocéntricos o ¿por darle un sentido a su vida? La cantidad de dinero almacenada «sirve para vivir diez vidas» y es imposible de blanquear de forma convincente. Supongamos que la egomanía de Walter le traicione a sí mismo y, consciente o no, desea que le echen el guante para ser conocido de forma amplia como la persona que fundó un imperio que logró engañar a la DEA, pero al mismo tiempo lucha contra ello, debatiéndose entre dos tensiones contrapuestas. Por mucho análisis psicológico que queramos echar ahí los actos de Walter no pueden interpretarse lógicamente sino aleatoriamente: en cada momento no sabemos delante de quién estamos, si de Walter o de Heisenberg.
    El nombre de Heisenberg lo dice todo de la serie. No podemos ajustar la medida de dos cantidades correlacionables, de la misma forma que no podemos controlar todas las acciones, ni tampoco las reacciones de los demás, ni a nosotros mismos. Me temo que el final no agradará a los que demandan altas dosis de verosimilitud, pero esto no es un documental. Por cierto, ¿qué considera cada uno que és la verosimilitud?.

  4. 04/09/2012 22:43

    *****Al igual que este post, mi comentario está repleto de SPOILERS y de conjeturas sobre el futuro de la serie, avisados estáis. *****

    En primer lugar, excelente resumen de esta mitad de temporada, Jorge.
    Una vez más, el listón lo dejas un centímetro más alto (al estilo del mejor Sergey Bubka).
    Ocho episodios que, en mi opinión, han sido oro puro desde el primer minuto del primer episodio.

    Sin querer volver a recapitular lo visto esta temporada, sí quiero destacar el maravilloso momento de lucidez en el que Hank pone cara a «W.W.». ¿Es posible imaginar una situación más incómoda que descubrir que tu cuñado es el mayor narcotraficante del país, mientras estás en SU casa, cagando en SU cuarto de baño?. Puro momento «Breaking Bad».

    Sobre la pregunta que nos estamos haciendo la mayoría, ¿realmente Heisenberg está fuera del negocio?…rotundamente, NO.
    Para empezar, ya ha conseguido eliminar de la ecuación a todo el mundo que conoció la doble identidad «Walter/Heisenberg». Todo aquel que sabe que Heisenberg tiene una mitad «humana» (padre de familia, temeroso, enfermo terminal) está fuera. Bien porque están bajo tierra (el caso de Gus, Mike, Gale, Tuco, etc), o bien porque él se ha encargado de echarles fuera del negocio (Jesse, Skyler…). Todos aquellos con los que ahora se relaciona en el mundo de la droga, le trata de «señor» (Todd), o respetuosamente como «Heissenberg».

    Seguramente, buscará una posición más alejada del negocio, vivir en la sombra, con un escaparate que le permita llevar una vida tranquila y anodina, lejos de cualquier sospecha…busca ser un nuevo Gus Fring; donde un «ser inferior» oculta la verdadera identidad de un alguien muy poderoso. Y, para eso, ha tenido que desempolvar «la máscara de Walter White» (comidas familiares en el jardín, recordar viejos tiempos con Jesse, etc…).

    El segundo motivo por el que no creo que abandone el tráfico de cristal es que, del negocio en el que Heisenberg se mueve como pez en el agua sólo se sale con los pies por delante. En sus manos, reposa una actividad «suficientemente grande para cotizar en el Nasdaq». Sus socios no le permitirían dejarlo…al menos, vivo.
    La escena en la que Skyler le muestra la montaña de dinero que le es imposible blanquear y hasta contar, no es más que la confirmación de que se encuentra cerca de superar uno de sus mayores traumas: La mala venta del 50% de la empresa «Gray Matter» que él mismo ayudó a crear…y que en la actualidad vale miles de millones.
    La visión de tanto dinero junto en un almacén alquilado tendrá el efecto contrario al que Skyler buscaba. Para Walter, será la confirmación de que su ‘Emporio’ está haciéndose realidad.

    ¿Qué nos depara la serie en su último sprint?…aquí hay varios deseos por mi parte.
    Vamos con la carta de los Reyes Magos:

    – El terrible dilema en el que Hank se encuentra. ¿Perseguir al hombre que le ha salvado la vida (financió su tratamiento con dinero procedente de la droga), destruyendo su matrimonio, su familia, la vida de sus sobrinos?, ¿conseguir el mayor logro de toda su carrera a cambio de arruinar su vida personal?. Ese recuerdo de un antiguo trabajo en mitad de la naturaleza, que comparte con Walter y que este termina con un «me encantaba ir de camping» puede ser un indicativo de que Hank está harto de su trabajo.

    – Si el último duelo dialéctico entre Mike y Walter, lanzándose a la cara todo el rencor mutuo que se guardaban, ha sido épico…no espero menos del que Jesse y Walter deberían tener para «ajustar cuentas» y revelar terribles verdades que permanecen bajo la alfombra.

    – ¿El final de Walter/Heisenberg?. Lo mejor es que Gilligan y el resto de guionistas ya nos han demostrado que pueden llegar a hilar muy, muy fino…relacionando con asombrosa lógica e inteligencia hechos actuales con pequeños detalles acontecidos en temporadas pasadas. Sin duda, ese flashforward al inicio de la presente temporada, con Walter comprando armamento pesado será clave. Como también podría ser clave aquel conocido de Saul Goodman especializado en cambiar la identidad de una persona, y al que Walter estuvo a punto de comprar sus servicios en el frenético final de la cuarta temporada. Quizás Ted Beneke tenga algo más que decir…

    Solo hay una cosa sobre «Breaking Bad» que puedo gritar desde hace mucho tiempo a los cuatro vientos: YOU GOT ME.

    Un saludo a todos.
    Alfa.

  5. hartmanfiction permalink
    05/09/2012 1:25

    pues si, ya puedo decir que es la mejor serie que he visto nunca, ni Los Soprano, ni The Wire, ni Lost…
    Cada minuto es de calidad, todo es perfecto: las interpretaciones; a diferencia de otros dramas aqui participan muy pocos personajes que consiguen tu simpatía con sus verosímiles actuaciones, la calidad tecnica que se muestra en cada imagen, el guión con unas historias originales y unos dialogos perfectos.
    Simplemente de 10
    Para mi esta ha sido la mejor temporada porqué ha sido más efectista que ninguna sin renunciar a la originalidad, entiendo que haya gente que se haya quejado de que la escena del tren o la de Walt atado al radidor son un poco ‘fantásticas’ y que no van en la linea de verosimilitud de la serie pero son escenas que debido al buen hacer del equipo lo parecen, además es la serie con un rigor argumental mas serio que hay.
    En definitiva esperando la última temporada (yo me lo tomo como dos distintas pues han dejado un último capitulo muy de final de temporada) con mas ganas que ninguna otra serie.
    Un saludo, gran repaso a la temporada y a sus puntos clave, me ha ayudado a recordar momentos muy importantes

  6. Jorge Luis García permalink*
    06/09/2012 0:50

    Muchas gracias, Rooger, Txarly, Jordi, Estación Alfa y Harmanfiction, por vuestros comentarios. Sinceramente, sigo teniendo muchas dudas sobre la permanencia de Heisenberg en el negocio. Es cierto que podría engañar a Skyler, pero ¿por cuánto tiempo? Recordemos que Walter es el «cocinero», sólo él es capaz de garantizar el 99,1 por ciento de pureza, y dudo mucho de que Todd en solitario o su libreta puedan alcanzar las mismas prestaciones, además de que la expansión del imperio conlleva echarle más horas a la producción (amén de organizar el reparto de la pasta, la búsqueda de las casas para cocinar y otras menudencias). Que Walter siguiera en el negocio implicaría muchas ausencias inexplicables que obligatoriamente harían que Skyler volviese a sospechar. También es cierto que, en buena lógica, sus socios no le permitirían abandonar el juego tan alegremente, así que no sé con qué carta quedarme… Probablemente sigo confuso por la rapidez con la que hemos asistido a la repentina involución de Heisenberg a Walter en unos pocos minutos (sí, ya sé que el montaje a ritmo de «Crystal blue persuasion» implica paso del tiempo). Habrá que esperar a julio para salir de dudas.
    Estoy con vosotros en que el descubrimiento de Hank en el retrete y por una simple dedicatoria es genial. Heisenberg termina siendo víctima de su propio ego de la manera más inopinada. Ahora, también es cierto que el cuñadísimo se enfrenta a un dilema moral con el que no le será fácil lidiar. De todas formas, corregidme si me equivoco, Hank no estaba al tanto de que Walt había pagado su tratamiento, o sí? Y, porsupuesto, sigue pendiente ese «round» final entre Jesse y su mentor, que posiblemente sea el cénit de la temporada y de la serie (o no, porque Gilligan ya nos ha demostrado que nunca hay que dar nada por sentado).
    Un saludo a todos!

  7. 06/09/2012 10:24

    Es probable que me equivoque, pero creo que tanto a Marie, como a Hank, les dijeron que la fuente que pagaría el tratamiento era el dinero conseguido mediante el juego (recuerdo aquel divertido momento en el que Walter debía pasar como un experto jugador, sin tener ni idea).
    Al igual que todos, suspiro por ese duelo final al ponerse el Sol entre Jesse y Walter, en el que se destapen los secretos más dolorosos, (la muerte de Jane, de Mike, el lirio del valle…). Jesse es de los pocos que se merece una oportunidad de redención. Aunque, como comenta Jorge, existe la posibilidad de que Gilligan opte por una solución no tan evidente.
    Sin lugar a dudas, mi mayor signo de interrogación lo pongo sobre Hank.
    Atrapar a Heisenberg es el ‘leitmotiv’ de su carrera profesional, lo que daría sentido a todo el sufrimiento que ha pasado y le colocaría muy alto ante sus superiores…pero, como ya se ha dicho, aquí ya se mezcla lo personal y lo profesional en dosis altamente perjudiciales.
    A Hank le sobran los motivos para crucificar a Heisenberg pero, en gran medida, le debe a su cuñado Walter la vida que tiene en la actualidad.
    Una situación, literalmente, para cagarse…¿verdad?. :-)

    En mi opinión, los dos mayores enemigos de Walter siguen vivos y son los que mejor conocen sus debilidades: Orgullo y Cáncer.
    El primero acaba de demostrarnos sus poderosas armas, con algo tan sencillo como la dedicatoria de un libro de poemas. El segundo, o bien se mostrará cuando menos lo esperemos, o bien será la amenaza en la sombra que le perseguirá durante el resto de su vida, incapaz de olvidarse de él, no pudiendo darle la espalda, incontrolable. El único que a estas alturas te puede gritar a la cara que, en el fondo, sigues siendo un simple «Walter».

    A esta serie tan _______________ (ponga su adjetivo superlativo favorito) le quedan 450 minutos. Preparémonos durante estos meses…

    Un saludo.
    Alfa.

  8. XTc_Forever permalink
    06/09/2012 12:49

    Jorge, gracias por tu excelente análisis, lo mismo a los ávidos comentaristas que me preceden. Supongo que el equipo de guionistas y su capitán Gilligan no habrán puesto sin intención posterior en poder de Todd la tarántula cazada por el niño motorista diluído en ácido. Extraordinaria en todos los sentidos Breaking Bad. Espero que la sociedad tal y como la conocemos no se colapse antes del verano de 2013, y podamos conocer como encajan los inquietantes cabos sueltos.

  9. 08/09/2012 12:16

    Excelente reseña, Jorge Luis.
    Yo estoy convencido de que el cancer ha vuelto… porque qué casualidad que diga «I’m out» justo después de la revisión médica donde se mira tranquilamente reflejado en el mismo dispensador de toallas que abolló de un puñetazo en el episodio T02E09 titulado 4 Days Out (donde le anuncian que el cáncer ha remitido en un 80%).

    • Jorge Luis García permalink*
      10/09/2012 21:03

      XTC_Forever y dirhector, muchas gracias por vuestros comentarios. La tarántula de Todd bien podría tener una intención posterior o no. Yo no me atrevo a imaginar cómo podrían encajarlo en la trama, pero con estos guionistas nunca se sabe. Y sobre el cáncer, tampoco tengo claro si ha vuelto ya (es decir, si Walter lo sabe y por eso decide dar por concluida su carrera criminal), pero, como dice Alfa, es uno de sus dos grandes enemigos y seguro que regresará. Un saludo a todos!

  10. Dark permalink
    16/09/2012 1:43

    Breaking Bad es la mejor serie que he visto… con respecto a la segunda parte de esta ultima temporada solo queda esperar y especular… pero confio que por mucho que especulemos esta serie nos va a sorprender con algo que no habiamos ni imaginado…
    Lo que hace grande a esta serie es que nos muestra el CAMBIO, el cual es su tema principal… Aquel cambio (o transformacion) de un personaje patético a un malvado genio… Y que hace cosas que jamas nos habriamos imaginado que haria…
    Breaking Bad Rules!!!

  11. Lamu permalink
    29/09/2012 4:08

    Perdón que vaya con un poco de retraso, pero ser madre me tiene un poco liada… En fin, que ya he terminado con estos ocho capítulos y me he lanzado a leer tu comentario, esperando que no fuese tan decepcionante como el que siguió al final de la cuarta temporada.

    Afortunadamente, no ha sido así, aunque he vuelto a echar de menos un poco más de atención al personaje de Jesse, al q nadie parece querer pero al que todos necesitan. Se merece mucha más suerte, eso está claro, y probablemente sea el único q acabe bien parado al final de la serie.

    Sobre la «jubilación» de W.W., que genera tanto debate, yo no tengo dudas. Espero no tener q tragarme mis palabras, pero me parece q Walter lo tiene claro cuando decide salir del negocio. El discurso sobre la inercia va de eso, no? De cómo se ha dejado llevar… Simplemente, se da cuenta de q ha perdido el norte.

    Para mi, fueron claves las palabras de Fringe en la temporada pasada sobra que un hombre provee a la familia aunque ésta no vea bien los métodos (o algo así), pero de pronto se da cuenta de q su mujer e hijos están ya más q servidos. Más increíble me pareció q se embarcase en la creación de un imperio de la meta q el q dé marcha atrás… Si bien es cierto q creo q no lo aguantará.

    Bueno, hay muchas más cosas q comentar, pero pierdo el hilo, y tampoco quiero q me dejes de leer a la mitad del texto como hacemos con las peroratas de Jaycee… Ah, que tú no lo haces? No, no, yo tampoco… ¡ejem! Muchos saludos. Seguid así!

    • Lamu permalink
      29/09/2012 4:12

      Ay, las palabras de «Fringe»… Evidentemente, son las de Gus Fring a las que me refiero, y no a las de Olivia Dunham o las de algún Bishop :)

      • Jorge Luis García permalink*
        30/09/2012 13:50

        Hola Lamu, así me gusta, metiendo caña al blogger desde el primer párrafo :-) La verdad es que me sorprende que ya hayas llegado hasta el octavo episodio de la 5ª temporada. Te felicito por lo bien que estás combinando tus obligaciones maternales con la seriéfilas, sigue así.
        En cuanto a la «jubilación» de W.W, ya hemos debatido mucho por aquí. A mí, sencillamente me parece un poco incoherente dada la dirección y evolución del personaje durante toda la temporada. Aunque su motivación inicial y principal fuese proveer a la familia, todos hemos visto que había otras fuerzas (orgullo, ego, ambición) tirando poderosamente de él. A mí no me vale el discurso de la inercia para W.W. Me cuesta imaginarle parando porque sí después de todo lo que hemos visto, incluso en ese mismo episodio.
        En cuanto a Jesse, yo creo que todos le queremos y deseamos que salga bien parado (aunque no tengo tan claro que vaya a resultar así), pero hay que reconocer que en esta tanda de episodios se ha visto un tanto relegado, principalmente por la arrolladora presencia de Mike.
        Un saludo, amiga, y gracias por participar!

  12. Anónimo permalink
    08/10/2012 10:17

    Es un hecho que «alguien» se tiene que quedar con el negocio…¿?

  13. Anónimo permalink
    26/11/2012 9:26

    Excelente análisis. Si se me permite yo apuntaría algo que en ninguno de los otros tres se ha escrito. A lo largo de las primeras cuatro temporadas Walter/Heisenberg se ha enfrentado al cáncer, a sí mismo, a camellos, al cártel mexicano, a Skyler, al capo local de la meta, a Mike, a Jessie… pero hay un personaje con el que aún no se las ha visto y que siempre ha estado ahí: la DEA; esta vez está más cerca que nunca y me temo que ya toca.
    Estoy de acuerdo con los que afirman que no encaja la retirada de Heisenberg y el retorno de Walter. Como muy bien apunta algún comentario, contradice la esencia misma de la serie (tal vez el título pueda traducirse como «volviéndose malo»).
    Apuesto a que en el primer episodio de la segunda mitad, y en medio de la idílica reunión familiar, Hank sale del baño con el libro, pregunta a Walter, y es Heisenberg quien contesta tranquilamente sin ni siquiera negarlo con evasivas. Creo que en realidad es él, no Walter, quien está ahí, y está justo donde quería: en casa, con la familia, «pater protector», poderoso, con el riñón bien cubierto y el negocio viento en popa. Ese momento es justo por el que ha peleado durante todo lo que llevamos de serie. En cualquier caso será apasionante y yo ya estoy con el «mono» de la meta azul.
    Saludos

    • Jorge Luis García permalink*
      27/11/2012 1:44

      Hola Anónimo, muchas gracias por tu comentario. Creo que todos estamos deseando saber si cuando Hank salga del cuarto de baño se encontrará a Heisenberg o a Walter. Sea como sea, nos espera un tramo final apoteósico. La única pena es la decisión de AMC de dejar pasar un año. Los fans no nos merecemos este castigo :-) Un saludo.

  14. 10/08/2013 13:40

    Alguien puede decirme en que canal se podrá ver BREAKING BAD? Gracias

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