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‘De óxido y hueso’: la bella y el bestia

21/12/2012

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Nunca se ha visto Jacques Audiard en una de éstas. El estimable realizador francés de títulos como ‘Lee mis labios’ o ‘De latir mi corazón se ha parado’ saltó a la palestra mundial en 2009, con esa tremendamente sólida visión de la mafia marsellesa que es ‘Un profeta’, un multipremiado filme que hizo que su nombre fuera apuntado en numerosas agendas de aficionados y de miembros de la industria. De ahí que el estreno de su nueva película haya sido recibido con una gran expectación: ‘De óxido y hueso’ supone su intento de consolidación entre la élite del mundillo cinematográfico.

No ha optado Audiard por el camino fácil. Cogiendo personajes y fragmentos dispersos de un libro de relatos de uno de los ‘enfants terribles’ de las letras canadienses, Craig Davidson, para unirlos de forma totalmente personal, el director galo ha montado un melodrama romántico que tiene la virtud de no parecerlo en absoluto. No esperen mujeres vestidas de época, ni elegantes dandys, ‘De óxido y hueso’ está ambientado en la Francia menos acogedora, en esa Costa Azul (Antibes alberga el grueso de la acción) que no ven, o procuran no ver, los turistas y que tanto parece interesar a Audiard y nos presenta un degradado mundo de parcelas de viviendas apiñadas y compartidas, de trenes grises, de personas más pendientes de sobrevivir que de intentar buscar un pequeño atisbo de paraíso. Esta claro que el director galo sabe que no es tiempo de boatos.

Ali, un ‘gorila’ de discoteca deshace una pelea en el interior del local en la que una atractiva mujer, de nombre Stephanie, ha resultado herida en la nariz. Tras curarla y tener una pequeña discusión, acuden a la casa de la mujer para que el ‘gorila’ se aplique hielo en una mano que ha sido dañada en el tumulto, aunque la visita no dura mucho ante los malos modos con que los recibe el novio de la mujer. Este hecho une el destino de  un corpulento joven sin perspectiva alguna que ha llegado a Antibes con un hijo a cargo para alojarse en la casa de una hermana a la que no ha visto en años para empezar a ganarse la vida y el de una preciosa e inestable domadora de orcas, que actúa cada día en un  espectáculo acuático. Es a partir de este momento inicial cuando el filme toma su ruta definitiva: dos caminos paralelos y plenos de contrastes que siguen la vida de unos personajes destinados a reencontrarse. Algo que ocurrirá tras el desgraciado accidente que sufre Stephanie en su espectáculo, en el que resultan parcialmente amputadas sus dos piernas.

De oxido y hueso. Tras la pelea

Audiard retrata con su habitual estilo seco, despojado pero sutil (llegando a recordar a los hermanos Dardenne, especialmente en las escenas con niño), el choque entre dos personas en principio antagónicas. Ali (un contenido Matthias Schoenaerts en el que es su bautismo de fuego a escala internacional) trabaja en la seguridad pero donde pone realmente el foco es en los combates callejeros ilegales en los que se saca un importante sobresueldo y con los que enaltece su orgullo. El gimnasio y el sexo ocasional con sus clientas son su gran horizonte vital, descuidando sin escrúpulos a su hijo, que es criado por su hermana. Stephanie (una Marion Cotillard que regresa por todo lo alto al cine francés), por su parte, ve como su inestabilidad e inseguridad habituales se acrecientan tras su accidente, en un tiempo en el que solo cuenta con una compañera de trabajo como compañía y en el que el suicidio parece el horizonte más saludable.

De oxido y hueso pelea

Será en el bello reencuentro entre los dos cuando Stephanie se dé cuenta de que la rudeza de Alí le sirve más para salir adelante que la  compasión y la pena que siente en las demás personas. Será el comienzo de una serie de encuentros en los que Stephanie intentará arrancar el más mínimo sentimiento de ese despreocupado saco de músculos que es Ali. Audiard privilegia, y se equivoca en cuanto a tiempo, los avatares de Ali, en los que logra insertar la vertiente más social de la historia en subtramas como la de su colaboración en la colocación de cámaras de vigilancia de los propios empleados en grandes superficies. Sin embargo, es cuando aparece Stephanie  en pantalla cuando el filme alza el vuelo. Cotillard, que en el último año había visto discutido el fervor mundial prácticamente unánime que generó su irrupción en la gran industria, tendrá la oportunidad de callar muchas bocas con un personaje al límite, tan complejo como entrañable, agradecidamente apartado de los tópicos, al que la francesa le saca todo el juego con una interpretación comedida pero poderosa, basada más en sus expresivas miradas que en sus escasas palabras. La emoción, tan desigual a lo largo del metraje, se dispara cuando sufrimos con ella al toparse con el infantil comportamiento de Ali, especialmente en una secuencia tan redonda como la que tiene lugar en una discoteca o en la hábil progresión de las escenas de sexo entre la pareja.

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El filme se presenta así, irregular pero con grandes momentos, siempre formalmente brillante, a una discutible parte final en la que se extrema lo arriesgado del argumento con una secuencia de lo más improbable, pese a la poderosa imagen de esos puños ensangrentados contra el hielo, que rompe el tono del filme, algo que se acrecienta con la redentora coda, y que dejó a un servidor aún más confundido en cuanto al juicio final sobre una película que no es fácil de explicar: no tuve la sensación de estar ante un gran filme, ni mucho menos ante uno redondo; sin embargo, algunos de sus más poderosos momentos aún retumban en mi cerebro.

Audiard queda de esta manera en una situación imprevisible. Las altas expectativas sobre aquel irreprochable director de ‘Un profeta’ se verán un tanto matizadas -no estamos ante una película a esa altura- pero el haber salido vivo de una empresa tan complicada como era ‘De óxido y hueso’ y el haber logrado «resucitar» la devoción por Cotillard le aseguran que no va a pasar desapercibido precisamente. De hecho, dos nominaciones a los Globos de Oro (Mejor Película de Habla no Inglesa y Mejor Interpretación femenina)  ya están en su bolsillo. El tiempo, como siempre, acabará dictando sentencia.

6 comentarios leave one →
  1. 21/12/2012 22:49

    Cotillard está brillante y el film en sí es bastante potente, aunque mejorable. Saludos.

  2. Tamara de Lempicka permalink
    09/01/2013 15:16

    Altas expectativas, es la frase que para mí mejor define a esta película. Cuando supe de ella, ya quise verla. Empieza poderosa, tiene argumento y maneras para ser un gran drama, pero a lo largo del metraje, la historia se diluye, se desperdiga -quizás por querer buscar demasiadas facetas, multihistorias, al argumento-, adoleciendo de una falta de emoción y profundidad que en mi caso me hicieron muy difícil empatizar con los protagonistas y entender sus situaciones.

    Es cierto que la película tiene momentos brillantes pero esa distancia, esa frialdad que imprime el director a la narración, contándonos lo que nos cuenta, te hace harto difícil adentrarte en una historia que se resuelve a trompicones, de forma irregular, hasta llegar aceleradamente a un final conveniente y redentor. Es innegable la calidad de la película, pero a mi juicio está lejos de ser tan buena como para optar a los premios para los que ha sido nominada porque se queda en una promesa de lo que pudo y nunca llegó a ser.

    Mención aparte merecen los protagonistas, una Marion Cotillard esplendorosa, que no malgasta ni un gesto ni una mirada para transmitirnos su sufrimiento y la mujer herida que es – ella sí se merece los premios-, y un estimable Matthias Schoenaerts, perfecto en su encarnación del tipo con sobreexceso de testosterona, con pocas luces y bastante inmaduro, y con no demasiada suerte y si muchas responsabilidades que no sabe cómo asumir, Ellos son lo mejor de la película.

    Muchos saludos, Alberto.

    • Alberto Loriente permalink*
      09/01/2013 23:59

      Sin duda, Tamara, Cotillard es lo mejor de una película, como bien dices, demasiado irregular para ser brillante pese a sus buenos momentos. Yo creo que el origen del filme (la mezcla libre y con muchas aportaciones de cosecha propia de un libro de relatos) es su gran talón de Aquiles. Se ven demasiados remiendos forzados. Un saludo, Tamara.

  3. Ana permalink
    14/06/2013 18:29

    Imposible enfatir con semejantes personajes, especialmente Cotillard, basa su interpretacion en mostrarse borde de continuo, desangelados, no me gusto.

    • Alberto Loriente permalink*
      14/06/2013 19:26

      Hola, Ana

      Gracias por comentar. Lamento que no te gustara la película. Comprendo perfectamente que no conectaras con los personajes, es verdad que es difícil empatizar con ellos. Aunque, seguramente, era la intención del director. partir del reto de dos personajes tan poco atractivos en principio e ir ligándolos al espectador poco a poco. A mi, como ya sabrás tras leer el post, me gustó el filme bastante más que a ti, aunque, como ya especifiqué, con reservas.

      Un saludo

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