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‘La trama’: La pereza como pecado capital

04/03/2013

La trama reunión

Soy un ferviente defensor de la variedad en el cine y comprendo la necesidad de entretenimiento fácil que tiene cualquier aficionado. No todo tienen que ser obras sesudas, grandes epopeyas o desgarradores dramas, hay un agradecido hueco en nuestros cerebros para relajar las meninges y dejarnos llevar por una historia convencional, sin demasiadas complicaciones, sobre todo a determinadas horas en las que uno no está para según qué películas. Sin embargo, en estos tiempos de delirante crisis económica resulta sorprendente la inexistencia de un filtro más exigente y los productores se gastan su buen dinero en financiar obras absolutamente inanes, perfectamente olvidables, de las que pocos serán capaces de sacar algo provechoso apenas unos minutos después de que concluyan los créditos. Esta situación es más sangrante todavía cuando en un filme de este tipo se enrola un grupo de intérpretes llamados a cotas mucho mayores y que desperdician su tiempo alegremente. Nunca comprenderé los motivos por los cuales se alían con este tipo de historias….bueno, sí, supongo que mantener su villa de Beverly Hills no debe ser algo precisamente barato.

Este rollo inicial viene a colación del reciente estreno de ‘La trama’, un filme producido por Mark Wahlberg (un tipo últimamente bastante fiable en esta faceta, con títulos como ‘The Fighter’ o ‘Contraband’) que ha sido vendido como un ‘thriller’ que recupera la esencia del cine negro clásico, basado en un guión que ocupaba los primeros puestos en esa lista tan curiosa de mejores libretos aún no filmados de Hollywood, y que cuenta con un reparto de campanillas encabezado por el exrapero y completado con estrellas del nivel de Russell Crowe y Catherine Zeta-Jones y secundarios tan eficaces como Barry Pepper, Jeffrey Wright y Kyle Chandler. Un conjunto de alicientes realmente prometedor pese a las opiniones para todos los gustos que llegaban desde tierras estadounidenses.

Incluso el dolorosamente actual argumento sobre la corrupción política hacía más pertinente el visionado. Un detective privado en apuros económicos es contratado por el alcalde de Nueva York, el mismo que siete años atrás tapó el asesinato que cometió aquel, para investigar la posible infidelidad de su esposa en plena campaña electoral, a tan solo unos pocos días de que se celebren unos comicios que se presentan más reñidos que nunca.

DSC_7551.NEF

Pues bien, ya me gustaría saber quién hace ese tipo de listas. Me gustaría decirle unas cuantas cosas a aquel que ha elegido este guión como uno de los más prometedores, me pregunto qué demonios vería en una imparable sucesión de tópicos que no recuerda en forma alguna al cine negro clásico (¿por qué se empeñan en nombrar en vano constantemente ese sagrado género?) y sí a numerosos ‘thrillers’ de saldo que podemos ver, ya sea en formato de teleserie o de largometraje sin ambiciones, en cualquier hueco poco atractivo de nuestra parrilla televisiva. Una constante búsqueda de sorpresas perfectamente previsibles, tramas que se abren para cerrarse en falso poco después, situaciones mil veces vistas… Por no hablar de los personajes, atados  a arquetipos perfectamente reconocibles, sin aire para resipirar, sin un mínima base sobre la que ser desarrollados con cordura. Y para una vez que el guión trata de dar una cierta dimensión psicológica al protagonista, Billy Taggart (Wahlberg), nos enoontramos una de las escenas más burdas y peor desarrolladas de los últimos tiempos, una ridícula riña con su novia actriz durante una noche de estreno.

La pereza que se evidencia en el título español de la cinta (mucho más sugerente es el original ‘Broken City’) parece haber contagiado, cual maldición faraónica, a todo aquel que ha intervenido en ella. Allen Hughes firma su primera película en solitario después de independizarse de su hermano Albert, una dupla de fulgurante éxito crítico en sus inicios que ha visto mermar su prestigio en progresión geométrica en los últimos años, aunque, todo sea dicho, su criticado debut en una ‘major’, ‘Desde el infierno’, a mi me resultó bien entretenida.  El innegable brío visual del dúo apenas aparece -lo único salvable en este sentido es el correcto prólogo- y Hughes ni siquiera filma con el oficio exigible, se deja llevar por una apatía incomprensible en un género que en gran parte se sustenta sobre la creación de una atmósfera atractiva. Pero más delito tiene aún el reparto. Jeffrey Wright, con su elegancia y eficacia acostumbradas, es de lo poco salvable en un elenco en el que ni siquiera brilla Barry Pepper, uno de los mejores secundarios jóvenes de Hollywood (no olviden sus muy estimables aportaciones a ‘Los tres entierros de Melquiades Estrada’, ‘Salvar al soldado Ryan’ o ‘Banderas de nuestros padres’). Mientras, Whalberg retrocede varios escalones de golpe y llega a recordar la exasperante inexpresividad de sus comienzos. Un actor mayúsculo como Crowe (no tienen más que ver su feliz reciente aparición en ‘Los Miserables’) interpreta a un personaje con potencial, como es el  alcalde, con el mismo arrojo con el que haría un crucigrama y Zeta-Jones no ha podido tener un regreso más tibio al cine tras una difícil época a nivel personal, con un personaje tan poco atractivo como mal desarrollado, que no hace más que ahondar en su encasillamiento como atractivo adorno, lejos de las grandes posibilidades que dejó ver en las ya demasiado lejanas ‘Chicago’, ‘Traffic’ o ‘Crueldad intolerable’.

la-trama_Crowe y Zeta-Jones

Algunos escasos momentos de tensión suponen demasiado pcco andamiaje para un castillo de lujosos naipes que se derrumba al menor soplido. Y ya saben lo que le pasó al cerdito menos trabajador… que vino el lobo y se lo comió.

2 comentarios leave one →
  1. Tamara de Lempicka permalink
    26/05/2013 17:59

    Hola Alberto!

    Os saludo después de mucho tiempo para dejar un breve comentario sobre esta película:
    Aburrida, aburrida y aburrida… ¿He dicho ya aburrida? Pues eso, que coincido con tu visión de la película: descafeinada, previsible e rápidamente olvidable. Un producto de consumo rápido hollywoodiense, como hay miles al año..

    Una pena que Russell Crowe tenga que hacer estas pelis para pasar el rato y pagarse las facturas (coincido en que es uno de los grandes, uno de mis favoritos); la pobre Zeta-Jones después de salir a flote de todos sus infortunios en lo personal, ha entrado en la galería de las ‘cuarentonas’ y según esto parece fácil adivinar lo que le espera mientras esté aún de buen ver; y Wahlberg es alguien que me deja fría, no sé si está contento o triste, o si tiene frío o calor, una esfinge interpretativa, aunque hay que reconocer que ha mejorado con los años. Y de los secundarios destaca Jeffrey Wright, que le roba todos los planos al bueno de Mark.

    Sirve para pasar el rato, pero poco más. Lo que sí me ha gustado es la BSO de Atticus Ross.

    Saludos chicos, no me olvido de vosotros…Hasta pronto!

    • Alberto Loriente permalink*
      26/05/2013 23:37

      Un placer tenerte de nuevo por aquí, Tamara, Como no podía ser de otra manera, coincido contigo casi al 100%, exceptuando el que yo tengo una extraña simpatía por Whalberg, a pesar de que admito de que no es un actorazo.

      Un saludo

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