«Aliados»: amar en tiempos revueltos
Segunda Guerra Mundial, Casablanca. ¿Les suena, verdad? Pues a Hollywood también. Y ha pensado que una buena opción comercial puede ser la de reverdecer los años dorados de los grandes estudios y utilizar una estrategia infalible en aquellos tiempos: dos grandes estrellas, un escenario exótico, una trama de espionaje, la inevitable aparición del romance…No se asusten, no estamos ante un temido ‘remake’ de la mítica película de Michael Curtiz, sino ante «Aliados», la nueva obra de todo un veterano empeñado en volver a ser protagonista: Robert Zemeckis. Y esto está más cerca, salvando las distancias, de la «Encadenados» de Hithcock que del filme que encumbró para siempre a Humphrey Bogart.
Tras desperdiciar casi toda la década pasada empeñado en fomentar su amada ‘performance capture’ en cintas animadas con tan poco peso como «Polar Express» o «Beowulf», Zemeckis lleva embarcado en lo que va del presente decenio en una esforzada redención, haciendo lo que se espera de un director con tanto pasado detrás. Un cine adulto, basado en historias reales, con la espectacularidad exigible como para explotar su innegable talento visual y con la suficiente profundidad para el que parece ser su objetivo actual: volver a protagonizar una gala de los Oscar, como ya lo hiciera en 1995 con «Forrest Gump». Lo intentó sin éxito con las estimables «El vuelo» y «El desafío» y ahora redobla la apuesta con esta «Aliados».
La propuesta convence desde el principio. Una espectacular dirección artística ambienta el encuentro en Casablanca -bajo dominio de los nazis en plena época de la Francia de Vichy- en 1942 del oficial de inteligencia canadiense Max Vatan y la militante de la Resistencia Francesa Marianne Beausejour. Ambos han recibido el encargo de simular ser un matrimonio francés colaboracionista para cumplir una arriesgada misión secreta, en la que utilizarán las amistades que se han granjeado en la alta sociedad de la ciudad marroquí. El guión del muy experimentado e hiperáctivo Steven Knight -suyas son obras maestras como «Promesas del Este», excitantes aportaciones como nuestra querida serie «Peaky Blinders» o «Locke», así como libretos tan desastrosos como el de «Burnt»- se muestra exultante de gracia en las ingeniosas réplicas y contrarréplicas que se van dirigiendo dos estrellones como Brad Pitt y Marion Cotillard -no muy lejos de las que intercambiaba Cary Grant en aquellas míticas ‘screwball comedies’ con cualquiera de sus ‘partenaires’- mientras avanzan en los preparativos de la misión y, simultáneamente, van enamorándose. Poco se le puede achacar a un primer acto en el que la trama sabe hacer congeniar perfectamente los aromas clásicos del Hollywood dorado con la franqueza y el descreimiento del cine actual, avanza firmemente con un ritmo implacable y permite a un equilibrado Zemeckis rodar con tanto rigor como sentido del espectáculo. Únicamente emborrona este estimulante arranque una torpe secuencia amorosa deudora directa, además de «Titanic», de esos aparatosos anuncios de colonia navideños que nos invadirán en próximas fechas.
«Aliados» vira radicalmente en un segundo acto en el que la acción se traslada de la soleada Casablanca a una neblinosa Londres en estado de shock, que vive, por un lado, atemorizada por los constantes bombardeos alemanes y, por el otro, con una inusitada relajación de costumbres ante la ‘anarquía’ reinante en la ciudad. Alli se asienta nuestra pareja, ya convertida en matrimonio, tomando el protagonismo Max en su nuevo cargo de oficina dentro de la inteligencia británica. La trama se estanca entonces para ir derivando, poco a poco, en un ‘thriller’, mutando el alegre tono anterior a uno mucho más apesadumbrado y sombrío, pese a que los acertados secundarios (Jared Harris, Lizzy Caplan, Anton Lesser) sigan añadiendo agradecidos toques de socarrón humor. El filme se mantiene siempre dentro de una grata corrección, pero no le benefician en nada ni la reducción del ritmo -un recorte de minutos le habría sentado muy bien- ni el palpable desequilibrio entre secuencias que un más dubitativo Zemeckis no sabe remediar -excelente la tensísima espera en una tienda muy a lo Hitchcok; desconcertante ese aparatoso parto y perfectamente evitable la excursión francesa- .
En ello influye la descompensada pareja protagonista. Si bien Pitt -excelente, por otra parte, en títulos como «Seven», «Doce Monos», «El club de la lucha», «Babel» o «Quemar antes de leer»- aguanta bien el tipo gracias a su innegable carisma en su difícil duelo con Cotillard -que mantiene su sobresaliente estado de forma de siempre e ilumina cada escena en la que aparece- en la chispeante primera parte, flaquea demasiado cuando pasa a centrar la segunda. Pitt sigue fomentando su síndrome ‘Benjamin Button’ y cada año parece más joven, pero también, más inexpresivo, lo que le impide hacer lo suficientemente creíble la angustia y las crecientes dudas de su Max Vatan. Resultado final: la Cotillard acaba venciendo por fulminante K.O. en este segundo asalto.
Pese a sus evidentes flaquezas -aquí añadiremos la de una lacrimógena coda excesivamente subrayada por la desfasada música de Alan Silvestri– , «Aliados» sale finalmente triunfante en su ambición de revivir la magia del cine clásico con aires actualizados. Como ya ocurriera a principios de año con la superior «Brooklyn» -comentada aquí por mi compañero Rodrigo- , se trata de un filme que pueden disfrutar tanto los más jóvenes de la casa como tu abuela, ella que añora el ‘bonito cine de antes’. Un perfecto ejemplo para Hollywood de cómo facturar cine perfectamente comercial sin que el sector más adulto de la audiencia, como ocurre con demasiada frecuencia en la actualidad, tenga que quedar marginado. En tiempos pasados más previsibles, «Aliados» contaría con muchas opciones de protagonizar la gala de los Oscar; en estos indescifrables tiempos actuales…cualquiera sabe.
Mucha oferta nos traes en pocos días, y cada vez más apetecibles; va a tocar sacar tiempo de donde no lo haya para visitar unas cuantas salas…
Vas a hacer muy bien, este fin de año se presenta muy interesante, con éstas y otras muchas películas con mucho potencial. ¡A disfrutarlas!