Regreso a «Twin Peaks»
“Dios mío, es Laura… Laura Palmer”. El sheriff Harry S. Truman y el doctor William Hayward, observados de cerca por un atemorizado Pete Martell, acababan de descubrir la identidad de la joven aparecida muerta y envuelta en plástico, una fría mañana de febrero de 1989, en Twin Peaks, una localidad de 51.201 habitantes situada a unos 8 kilómetros de la frontera con Canadá, en el estado de Washington. El mundo escuchó ese nombre, Laura Palmer, por primera vez el 8 de abril de 1990. Ese día, cambió el curso de la historia de la televisión, aunque en España aún tuvimos que esperar hasta noviembre de ese mismo año para su desembarco en la recién nacida Tele 5. Ahora, con la perspectiva que nos da el paso del tiempo, somos mucho más conscientes del legado que nos ha dejado la serie creada por David Lynch y Mark Frost, pero no es menos cierto que el éxito de “Twin Peaks” fue tan rotundo y fulgurante, a nivel mundial, que se convirtió indiscutiblemente y por derecho propio en uno de los mayores iconos de los primeros años 90.
De hecho, me atrevo a afirmar que las dos series que, en dos momentos muy distintos, cambiaron para siempre la forma de hacer televisión son “Twin Peaks” y “Perdidos”, curiosamente ambas de la cadena ABC. No hablamos de si son o no las mejores de la historia, pues ese sería un debate eterno en el que ni siquiera yo tengo clara mi postura. Hablamos de dos series que se atrevieron a hacer algo totalmente distinto a lo ya visto hasta entonces, o que tomaron elementos y referentes ya existentes para darles un enfoque revolucionario y presentarlos de una forma totalmente innovadora. La mejor forma de medir su enorme impacto es ver la gran cantidad de imitaciones surgidas a rebufo de su éxito, y la aparición de nuevos productos empeñados en seguir sus pasos, por supuesto, sin conseguirlo. Aún hoy en día se sigue hablando de que tal o cual serie es la nueva “Twin Peaks”, por no mencionar que, a estas alturas, ya nos han querido vender la nueva “Perdidos” demasiadas veces. En ese sentido, estas dos series serían al mundo de la televisión lo que fueron en su momento Jimi Hendrix y Eddie Van Halen al mundo de la guitarra. Sí, algunos diréis que todo lo que he dicho también podría aplicársele a “Expediente X”, “Doctor en Alaska”, “24” o lo que se os ocurra… Y yo respondería que puede ser, pero no al mismo nivel. No le quito el mérito a ninguna ellas, como tampoco niego, por seguir con el símil, la existencia de otros guitarristas trascendentales como Eric Clapton, Jimmy Page o Randy Rhoads. Dicho esto, algún día nos atreveremos a escribir en El Cadillac Negro sobre “Perdidos”, una de nuestras vacas sagradas, pero ahora sentimos que ha llegado el momento de repasar las claves que convirtieron, hace 22 años, a “Twin Peaks” en una serie imprescindible e inolvidable.
En 1990, David Lynch ya había estrenado “Cabeza borradora”, “El hombre elefante”, “Dune” y “Terciopelo azul”, y se encontraba dando los últimos retoques a “Corazón salvaje”, por lo que todo el mundo sabía lo que podía esperarse de él. Mark Frost, por su parte, se había ganado un respeto como guionista con su trabajo, entre otras series, en “Canción triste de Hill Street”, y así era presuntamente el encargado de meter en vereda al director, evitando que se desmadrase demasiado. Lo cierto es que la combinación de fuerzas entre ambos fue perfecta, y la creación que surgió de ella es, como decimos, una serie rompedora y fascinante. Ellos firman los mejores capítulos sin duda de “Twin Peaks”, que por otra parte se resentía, y bastante, cuando no estaban al mando.
¿Los mejores 90 minutos de la historia de la televisión? Si no lo son, están muy cerca de serlo. En su momento, algunos críticos norteamericanos dijeron, tras ver este ya legendario primer capítulo, que la serie jamás triunfaría, porque era demasiado rara, demasiado diferente. Pasaron por alto que eso era precisamente lo que dotaba a “Twin Peaks” de su mayor atractivo, y la convertía en algo casi irresistible. La presentación de personajes es ejemplar. Los momentos en que van enterándose de la muerte de Laura Palmer son tan desgarradores, nos conmocionan de tal manera, que es difícil creer que unos minutos antes ni siquiera conociésemos la existencia de esa joven. En nuestro primer paseo por el pueblo, nos maravillamos con unos parajes bellísimos, pero ya hay algo que nos dice que tenemos que tener cuidado. Sus creadores nos van enseñando sus primeras cartas pero aún no sabemos muy bien realmente a qué juego estamos jugando. Y la irrupción del Agente Cooper, derrochando carisma, es tan meteórica que inmediatamente nos ha ganado para su causa. El capítulo piloto aún no deja del todo claro cuánto querrá abarcar la serie, ni por dónde irán precisamente los tiros, pero es un comienzo inmejorable.
Ésta fue una de las preguntas más repetidas en todo el planeta en los primeros años 90. En España, recuerdo que las revistas de la época, las televisivas (que entonces había unas cuantas) y las más generalistas, hacían sus quinielas y predicciones. Los que siguieron con atención la serie pronto descubrieron que, si bien ese misterio era el eje central sobre el que giraba la acción, no era ni mucho menos lo único importante, y sí era en cambio la inesperada puerta de entrada a algo mucho más perturbador y emocionante: un mundo con personajes fascinantes, secretos inconfesables, preciosos e inquietantes parajes… un espacio en el que todo cabía, tanto los múltiples misterios que acechaban en cada esquina como aquellos que nos amenazaban desde el más allá.
En definitiva, lo más importante de “Twin Peaks” son sus personajes. Habrá quien diga que eso sucede en todas las series y, efectivamente, así debería ser, pero no siempre se cumple. En este caso, tenemos ante nosotros una galería de personajes amplísima y muy variada, tanto en cantidad como en calidad. En un pueblo en el que el adulterio y las infidelidades parecen el deporte nacional, y en donde se cocinan en la sombra todo tipo de engaños, traiciones y conspiraciones, ir descubriendo los secretos de sus habitantes, y de algunos foráneos que irán llegando, se convierte en un proceso tremendamente adictivo. Todo comienza con Laura Palmer pero pronto queremos saber mucho más del Agente Cooper, el sheriff Truman, los Palmer, ese trío de jovencitas que compiten por llevarse el título oficial de ‘Belleza de la Serie’, Audrey Horne, Donna Hayward y Shelly Johnson, el malvado marido de esta última, Leo Johnson, el oscuro Benjamin Horne, Josie Packard, Catherine Martell, los Jennings, los Hurley… Citar aquí a todos los que merecen la pena terminaría haciendo de este post algo demasiado extenso, pero aún así no nos hemos podido contener y hemos hecho un (creemos) interesante resumen en este espacio aparte, que os animamos a visitar: Twin Peaks: Sus habitantes (y algunos célebres visitantes).
Su capítulo piloto ya dejó algunas pistas, y en el segundo episodio nos llevamos un buen susto con la aparición del acojonante BOB… pero fue en el tercero, con el primer viaje onírico del Agente Cooper a la Habitación Roja, cuando entendimos que lo sobrenatural tendría una importancia capital en el desarrollo de la serie. A los seguidores más acérrimos de la obra de Lynch, no obstante, no les debió pillar por sorpresa. Muchos se sintieron hechizados por ese universo y otros huyeron espantados, pero ahí fue cuando “Twin Peaks” adquirió definitivamente el estatus de obra única e inigualable. Así, durante los 30 capítulos que duró la serie, terminamos acostumbrándonos a las apariciones de personajes como el asesino BOB, el enigmático MIKE, el Hombre de Otro Lugar, más conocido como el enano bailarín, o el Gigante. Seres que no eran de este mundo, y que procedían de unos lugares conocidos como la Logia Blanca y la Logia Negra, algo así como el Cielo y el Infierno, con buenas, malas o malísimas intenciones, según. Si queréis leer algo más sobre estas entidades, os invitamos a hacerlo aquí: Twin Peaks: Esos tipos tan raros que también rondaban por ahí.
Viejas glorias, como Piper Laurie, Richard Beymer o Russ Tamblyn (estos dos últimos famosos tras haber coincidido en la mítica “West Side Story”), nuevas estrellas internacionales como Joan Chen, popular por su reciente participación en “El último emperador”, el actor fetiche de David Lynch por aquel entonces, Kyle MacLachlan, y una buena hornada de nuevos valores encabezados por Sherilyn Fenn, Lara Flynn Boyle, Mädchen Amick, Sheryl Lee, James Marshall y Dana Ashbrook, convivían en el reparto de una serie que convirtió a muchos de sus actores, de la noche a la mañana, en auténticas estrellas. En los últimos capítulos, además, desembarcaron los entonces completamente desconocidos David Duchovny y Heather Graham. Con la excepción de estos dos últimos, lo cierto es que muy pocos, aún más flagrante en el caso de los más jóvenes, aprovecharon el impulso de la serie para consolidarse como intérpretes de éxito. Incapaces quizás de superar que, algunos con apenas 20 años, habían tenido ya en sus manos el papel de sus vidas, muchos no tardaron en desaparecer y cayeron en el olvido. Lara Flynn Boyle sí llegó a trabajar un poco más, antes de destrozarse la cara a golpe de bisturí, pero más doloroso fue el caso de Sherilyn Fenn, quien vio como Jennifer Lynch, la jovencísima hija del director, hundió estrepitosamente su carrera apenas dos años después, con la aberrante “Mi obsesión por Helena”.
“Twin Peaks” fue rodada a caballo entre dos localidades reales en el estado de Washington, Snoqualmie y North Bend, aunque también tenía algunas localizaciones en California. Los responsables de la serie aprovecharon de forma extraordinaria estos preciosos escenarios naturales para embelesarnos ya desde sus títulos de crédito. Además, los poblados bosques de este Estado fronterizo con Canadá eran perfectos para una historia desbordante de misterio, intriga y misticismo. Así, nunca nos cansamos de visitar el Gran Hotel del Norte, con su inconfundible cascada, ni la comisaría del sheriff, ni la serrería, ni el casino/burdel Jack el Tuerto y sus peligrosos alrededores… De nuevo, si quieres revisitar todos estos lugares, te lo ponemos fácil: Welcome to Twin Peaks.
Todas las entidades sobrenaturales, en algún momento, pasaron por la Habitación Roja, que venía a ser algo así como el centro de operaciones de las fuerzas del más allá de la serie. Pero no siempre era así, y si algo distinguió también a “Twin Peaks”, fue su tendencia a cortar muchas de sus mundanas tramas, algunas incluso cargadas de mucho humor, con inesperados y brutales golpes de terror en estado puro, que podían sacudirnos en el momento y el lugar menos pensado. Cómo olvidar el cierre del primer capítulo de la segunda temporada, o la escena en el que se desvela la identidad del asesino y, además, vuelve a hacer de las suyas, o el terrible destino de algún personaje, o los instantes de pesadilla vividos en su último episodio, o incluso la escena que ponía punto y final a todo. Aunque a algunos se les ocurrió un desenlace sin duda aún mucho más terrorífico. Por supuesto, si pincháis en alguno de estos vídeos es sólo y exclusivamente bajo vuestra responsabilidad.
Angelo Badalamenti, quien trabajó por primera vez para David Lynch en “Terciopelo azul” y fue desde entonces su colaborador habitual, fue el encargado de componer su banda sonora, y el resultado fue una absoluta obra maestra, un clásico instantáneo. Badalamenti y Lynch rescataron además algunos de los temas escritos conjuntamente en “Floating into the Night” (1989), el álbum de debut de la cantante Julee Cruise, quien además aparecía en la serie actuando en el club The Roadhouse. Una de estas canciones, “Falling”, se convirtió en su versión instrumental en el tema de apertura de la serie, una pieza minimalista y sencilla pero terriblemente cautivadora. Otras piezas excepcionales fueron sin duda “Laura Palmer’s Theme”, un tema tan misterioso como trágico, o las jazzísticas “Audrey’s Dance” y “Dance of the Dream Man”. Una vez más, os animamos a que nos acompañéis en un apasionante viaje musical: Twin Peaks: Galería musical.
El éxito de “Twin Peaks” fue tan inmediato y rotundo como fulminante y sonora fue su caída. Tras una primera temporada de ocho capítulos, contando el piloto, casi perfecta, la segunda conseguía sumar 22 episodios más, pero se fue dejando la audiencia por el camino y no logró la renovación por un tercer año. En una apuesta muy arriesgada, los responsables de la serie desvelaban definitivamente, incluso antes de llegar al ecuador de la nueva temporada, la verdadera identidad del asesino, cerrando en cierto modo ese arco argumental un par de capítulos después, aunque también dejándolo de alguna manera abierto… cosas de “Twin Peaks”, que podía permitirse muchas licencias, pero esta vez la jugada no obtuvo los resultados esperados. Los propios David Lynch y Mark Frost han confesado que se centraron en otros proyectos y dejaron un poco de lado la serie en su segundo año, y que los guionistas que quedaron al mando introduciendo nuevas tramas, personajes y conflictos no acertaron y la serie se fue desinflando. El regreso de ambos en el tramo final hizo que se levantase un poco el vuelo, pero ya sólo quedaba intentar obsequiar a sus seguidores con un desenlace digno. Lo cierto es que esta conclusión fue razonablemente satisfactoria, en lo que incumbía al Agente Cooper, los espíritus y la Logia Negra, pero otros muchos personajes vieron como sus tramas y destinos quedaron totalmente en el aire. Quizás un tanto arrepentido, o simplemente porque vio que aún podía rentabilizar un poco el invento, Lynch filmó y estrenó en 1992 una precuela, pero que a su modo también serviría como cierre de la historia, titulada “Twin Peaks: Fuego camina conmigo”. La cinta arrancaba un año antes que la serie, con el primer asesinato conocido de BOB, el de Teresa Banks, para después centrarse en los últimos siete días de vida de Laura Palmer. Algo que, sinceramente, casi hubiésemos preferido no ver. El film, además de innecesario, fue un rotundo fracaso en taquilla y también fue vapuleado por la crítica. Aún así, se llegó a mencionar incluso la posibilidad de rodar dos películas más pero, me inclino a pensar que por suerte, 1992 acabó siendo el año de la defunción definitiva de “Twin Peaks”.
Cuando “Twin Peaks” se emitió por primera vez en España, yo tenía sólo once años, por lo que lógicamente no pude seguir la serie como lo hubiese hecho en la actualidad. Pero cuando por fin pude revisitarla en la primera edición (muy mejorable) que salió editada en DVD en nuestro país, descubrí que recordaba muchísimas cosas, incluido ese tremendo desenlace que no tuvo que ser muy apropiado entonces para mi edad. Varias veces he vuelto a ver, si no todos, sí muchos de sus capítulos, y de hecho he vuelto a hacerlo con la excusa de la redacción de este post. Y sí, es cierto que la serie fue perdiendo parte de su encanto, y que muchas de las tramas que da la sensación que fueron improvisando en la segunda temporada no estuvieron a la altura… pero sus momentos estelares son una auténtica oda a la excelencia, e incluso más adelante, una “Twin Peaks” en baja forma seguía siendo bastante más disfrutable que otras muchas series que he visto años después. Es posible que la nostalgia me nuble, pero aún así intento juzgarla como creo que haría con cualquier producto televisivo de la actualidad, y mi sensación es que “Twin Peaks” no ha perdido apenas su vigencia y que sigue siendo, 22 años después, un apasionante lugar al que regresar cada cierto tiempo. Y si alguno de vosotros aún no la ha visto y, por algún motivo, ha llegado hasta aquí, sólo puedo decirle que espero no haberle desvelado ni arruinado demasiadas cosas, y que le animo a que lo haga. Y le confieso, también, lo mucho que le envidio.
perfecto! coincido en todo (y mucho) lo bueno que has destacado de la serie, e incluso en sus (pocos) defectos.
ese maldito bob me dejó alguna que otra noche sin dormir (yo tampoco tenía quizás una edad apropiada para la serie en su estreno)
Bueno, señor Almendros, me da mucha alegría tenerle por aquí, y aún más que le haya gustado el post y que le haya traído buenos (e inquietantes) recuerdos. Es cierto, a ese jodido Bob le bastaba con mirarnos casi inexpresivo a través de los barrotes de una cama, durante apenas un segundo, para ponernos los huevos de corbata… y encima luego se desató, nos ‘regalándonos’ momentos de terror en estado puro. Entiendo sus desvelos nocturnos, y eso que, si me salen las cuentas, yo era un niño pero usted ya tenía que estar casi en plena adolescencia por aquel entonces… Es coña, el hijoputa me sigue dando miedo hoy en día. Un abrazo!
Sencillamente apabullante el post. Felicidades, man. Dan ganas de volver a aquel lugar que tanto marcó a toda una generación. Lo cierto es que cuando hablamos de la edad de oro actual de la series nos olvidamos de que «Twin Peaks» ya se anticipó a todo y a todos muchos años antes. Por cierto, merece la pena detenerse en esas galerías adicionales que ha preparado Rodrigo (y en las que tiene que haber invertido un curro extraordinario).
Gracias por los elogios, brother, y sobre todo por ir cubriéndome las espaldas al haber tardado más de la cuenta en tenerlo listo, pero como bien dices, esas galerías adicionales y las fichas de los personajes me han tenido bastante entretenido, pero por «Twin Peaks» merece la pena. Gracias también por animar a la gente a que las visite. Están hechas con mucho cariño… Ya nos hemos quitado una vaca sagrada, ya nos iremos atreviendo con todas las que nos faltan!
He dado al botón «me gusta», Rodrigo, pero hubiera preferido que el enunciado fuera «me apasiona» o «me chifla». Simplemente perfecto el post. Ni te imaginas los recuerdos que me han venido a la cabeza. Yo también fui uno de esos pre-adolescentes a los que el visionado de la serie nos abrió la mente a nuevas posibilidades (o, más bien, nos corrompió de por vida). Recuerdo ver el piloto y pensar que iba a ser un apasionante thriller (con esa misteriosa y sobrecogedora belleza natural, esos tremendos personajes), pero a partir de la primera visión de Bob (aún me acuerdo de lo mal que lo pasé esa noche) y de las apariciones del enano y del gigante en los sueños de Cooper cuando me dí cuenta de que eso distaba mucho de ser algo convencional y sí se acercaba a algo único e histórico. ¡Qué grande esa galería de personajes que has incluido! Cómo no recordar al agente Brennan, a su «insoportable» amada, la riqueza de un rol como el de Donna, a la Mujer del Leño, a la obsesa de las cortinas. Pero a los que más recuerdo son a ese cabrón de Leo, que osaba pegar a Shelly (sí, yo también estaba enamorado de ella), y a la misteriosa Diane, a quien siempre intentaba poner en imágenes en mi cabeza. Y cómo no recordar esa tremenda e inquietante música de Badalamenti (siempre me inquietó el pájaro que aparecía en los créditos iniciales).
Y sobre todo le agradezco a la serie suponer mi puerta de entrada al mundo de ese entrañable genio que es David Lynch. Por todo ello, gracias y enhorabuena, Rodrax.
Como ya le he comentado a Jorge, mil gracias por los elogios, y por haberme dejado este bocado tan apetitoso que era «Twin Peaks». Creo que todos odiamos a Leo por las múltiples maldades que cometía a lo largo de la serie, pero sin ninguna duda la mayor de ellas era maltratar a esa preciosa Shelly, que a pesar de estar liada también con un tío tan dudoso como Bobby, seguía siendo adorable. Un detalle, la actriz, Mädchen Amick, sale, aunque en papeles breves, en la segunda temporada de «Californication» y en la última de «Mad Men», y a pesar de que sospechosamente está «muy cambiada», casi que cuesta reconocerla, sigue siendo un pivón. Me gustaba mucho Shelly, ciertamente, y también Donna, pero mi debilidad era Audrey… y la Mujer del Leño (ésta sólo como personaje, ojo), curiosa combinación.
Y fíjate que estuve a puntísimo de poner una foto de ese pájaro que mencionas, ahora casi me arrepiento de no haberlo hecho. También tienes razón en lo de Lynch. Con motivo de este post me forcé a ver la olvidable «Twin Peaks: Fuego camina conmigo», pero ahora me están entrando ganas de ver las pelis de él que áun no he visto, que vienen a ser «El hombre elefante», «Corazón salvaje», «Carretera perdida» e «Inland Empire». También me falta «Cabeza borradora», pero creo que de esa paso. Y a lo mejor también paso de «Inland», si me fío de Jorge… En fin, que viva «Twin Peaks» y que viva el loco David Lynch!
De las que dices, me faltan «El hombre elefante», «Carretera perdida» y «Cabeza borradora». Sin duda, tienes que ver «Corazón salvaje», «Inland Empire» lo dejo a tu elección…tiene cosas que me gustan mucho, pero se hace muuy larga. Y eso, que viva Lynch!
Pues mira, precisamente «Corazón salvaje» es la que más me apetece ver, por aquello de estar hecha casi a la vez que «Twin Peaks»… Después de tu consejo, ya no hay más que hablar. Lo de «Inland Empire» lo iré retrasando… Igual me meto un empachito de Lynch y se me quitan definitivamente las ganas!
Gracias por haberme hecho disfrutar con este magnífico trabajo que has hecho de la todavía aún mejor serie de televisión que fue Twin Peaks. Nunca había escuchado hablar de esta serie hasta hace unos meses, cosas del destino, acabó en mis manos esa «maldita» Caja Dorada que, aparte de la serie, incluye un montón de extras. Cada capítulo que veía era todavía mejor que el anterior, se superaba por momentos. Sus personajes eran maravillosos pero si tengo que quedarme con uno, me quedo con Audrey. Las tramas de los habitantes con lo paranormal era la unión perfecta de como una serie debe hacerse. Todos dicen que la serie baja el nivel a partir del descubrimiento del asesino de Laura, pero para mí no, simplemente cambia el giro argumental y no aburre para nada. El capítulo que le sigue al descubrimiento es una delicia para todo aquel que vio aquellos primeros momentos en los que el cuerpo de Laura Palmer estaba en ese plástico de aquel «Piloto» del que aclamarlo no hace ninguna falta. La serie es prácticamente perfecta con un error, yo diría que imperdonable… ¿por qué no tiene final? ¿qué tiene de bonito un final tan absurdo y que te deja con el desconocimiento total de la vida de los personajes? Esta serie es irrepetible y la volveré a ver algún día, pero ese final todavía hace que me de miedo, por así decirlo, a ver series de televisión de calidad alta. Ahora eso sí, como Twin Peaks no hay ninguna, aunque no sea mi favorita, ya que ese hueco lo ocupa Breaking Bad con el mejor actor Bryan Cranston…
Hola, Juan Jesús, bienvenido y sobre todo gracias por pararte un ratillo a comentar! A mí «Twin Peaks» me encanta de principio a fin, pero para mí sí hay un pequeño bache mediada la segunda temporada… Creo que, en esos capítulos, la serie simplemente pasa de ser excelente a ser muy buena, pero al fin y al cabo como bien dices los personajes siguen ahí, la dinámica del pueblo sigue ahí y eso es lo que hacía grande a la serie. Sí creo que había algunas tramas, como ese triángulo amoroso entre Andy, Lucy y el tipo ese que me daba mucha grima, o las peripecias de James fuera de Twin Peaks, que no tenían el ‘punch’ de las historias que nos contaban en los inicios de la serie. Eso sí, para mí el tramo final, y ese último capítulo de pesadilla, volvieron a recuperar el tono. A mí si me gustó cómo resuelven lo del Agente Cooper, Bob… sí, queda abierto, pero da tanto miedo el punto en el que lo dejan que creo que merece la pena. Sí estoy de acuerdo en que jode muchísimo no saber qué pasa con Leo, Benjamin… y sobre todo Audrey. Coincido plenamente contigo, sin ningún tipo de dudas mi personaje favorito, como insinúo en ‘ Twin Peaks: Sus habitantes (y algunos célebres visitantes)’. Y mira, otra cosa en la que coincidimos: «Breaking Bad» es colosal. Al nivel de «Los Soprano», «The Wire», etc, y con eso está todo dicho. Un saludo!
Qué afortunado me siento al leer esta magnífica crónica pues resulta que tengo la serie completa en DVD y aún no la he visto!
Resulta que me enganché tarde a las series lo que me ha permitido ver las más recomendadas de un tirón. Empecé por Los Soprano y The Wire y he ido avanzando en el tiempo pero dejando atrás Deadwood y Twin Peaks que espera a la semana siguiente. Este fin de semana terminaré The Shadow Line y después le tocara en turno a Twin Peaks en versión original subtitulada. Antiguo cinéfilo ahora el cine convencional me sabe a poco.
Saludos
Hola, Josep María, bienvenido al Cadillac! Pues sí, eres muy afortunado y te envidio, pero sólo espero que no hayas pinchado en ninguna galería ni en ningún vídeo, para que no haya podido desvelarte demasiado y puedas disfrutar de la serie en su plenitud… Madre mía, mencionas «Los Soprano», «The Wire» y «Deadwood»… absolutas obras maestras, las tres estarían sin duda entre mis cinco o seis series favoritas de siempre. Normal que después de paladear estas maravillas, casi todo el cine que podamos ver en la actualidad nos sepa a poco… Me suena haber leído algo de «The Shadow Line», aunque no sé mucho, pero creo que como casi todas las series británicas tiene pocos episodios por temporada, algo que últimamente me anima bastante a la hora de empezar a ver una serie. Ya nos dirás si es recomendable. Un saludo y que disfrute usted de «Twin Peaks»!
Twin Peaks es la madre de todas las series. Es cierto lo de Lost, también supuso un antes y un después pero siendo mucho más efectista.
Muy de acuerdo en lo del capítulo piloto, es una de las mejores «películas» de Lynch. La música es impresionante. Resaltar también que «El enano» es uno de los protagonistas de otra gran rareza de la televisón, Carnivale. Muy Twin Peaks en ciertos aspectos. La importancia de los sueños, avatares, etc.
Lo mejor de la precuela de la serie era la aparición de Bowie.
AHora hay ser que tratan de imitar a Twin Peaks. The Killing y la original, Forbrydelsen. La segunda, la original es magnífica aunque mucho más terrenal que la obra de Lynh y Frost.
http://planetamancha.blogspot.com.es/search/label/Twin%20Peaks
Efectivamente, amigo Nomeko, sin «Twin Peaks» la historia de la televisión hubiese sido muy distinta, y me atrevo a decir que peor, pero por suerte existió y su influencia se ha dejado ver para bien en muchas series posteriores. En mi comentario más extenso sobre los personajes, en los ‘especiales’ que he incluido, sí he podido destacar que el pequeño Michael J. Anderson participa (y es uno de los mejores personajes) en “Carnivàle”, otra enorme serie que bebe muchísimo de «Twin Peaks», en todo eso que mencionas pero además en que por momentos es igual de terrorífica y también, por desgracia, se vio cancelada tras su segunda temporada. En este caso, no se debió a una pérdida de calidad (todo lo contrario), sino a que era una serie muy cara y no lo petaba entre la audiencia. Para mí es uno de los grandes errores de la casi infalible HBO, junto con las cancelaciones de «Deadwood» (la mayor cagada, reconocida incluso por la cadena) y de «Roma».
Muy buena reflexión sobre «Carnivàle», por cierto, en tu blog… Sobre «The Killing» he preferido en cambio no leer tus reflexiones, para no enterarme de nada porque es una deuda pendiente que pretendo saldar. Eso sí, sí me ha llegado que la versión americana está, a la larga, decepcionando un poco, por lo que a lo mejor me decanto por la versión original danesa, que además veo que es la que más recomiendas.
Un saludo y nos leemos!
Saludos marinos Rodrigo,
Acabo de terminar de volver a ver «Twin Peaks» y sus 28 capítulos. Es mi segundo regreso completo desde aquella primera vez a inicios de los 90 en los que irrumpió con tanta fuerza en aquella ‘la cadena amiga’.
Ahí estoy seguro que no la vi completa y que me perdería mucho de lo que contaba, pues también yo era un chaval preadolescente, pero me quedó la marca, la cicatriz: aquella pregunta sobre la muerte de Laura, los parajes bucólicos, esa música bella e inquietante, ese olor a miedo.
La primera vez que la vi como adulto, hará ocho o diez años, me quedé sobre todo con tres (amplísimas) cosas: la maravillosa galería de personajes que habitan ese pueblo, el fino sentido del humor de la serie y toda la trama sobrenatural, que no me cansaba de esperar a que apareciera por sorpresa.
En esta segunda vez que la completo, adulto pureta de treinta y tantos, estas son mis tres conclusiones:
– Los 16 primeros capítulos me parecen sencillamente tremendos, espectaculares, de lo mejor que jamás vi en TV.
Luego se viene el bajón, consecuencia de esa apuesta por resolver el misterio principal, lo cual me parece valiente y muy correcto para no alargarlo en demasía, pero es verdad que pasa factura a la hora de remontar la historia y de definirse un nuevo hilo principal. Además, hay tramas secundarias que me resultan algo cansinas y hay personajes que a mi juicio se estancan o parecen no dar más de sí. Al final, es cierto, se consigue recuperar el pulso.
– Mi segunda conclusión a la contra de muchas opiniones es que el final me parece bueno. Me parece que SÍ hay final y que es realmente bueno. Además me parece que aunque queden flecos secundarios por cerrarse en realidad no son muy importantes. Quiero decir: la vida sigue en Twin Peaks. Y habrá seguido. Pero la serie sí tiene un final. No abundo para no fastidiar a nadie.
– Mi tercera conclusión es que cuando la vi por primera vez la que más me gustaba era Donna, seguida de Audrey y Shelly. La segunda vez fue desbancada claramente por Audrey, seguida a distancia por Shelly. Sorprendentemente en esta tercera ocasión mi número uno ha sido Norma Jennings, irrupción arrolladora, a la que sólo ha plantado cara Audrey.
Rodrigo, gran trabajo que he buscado a propósito y he disfrutado para poner epílogo a estas semanas de revisitar Twin Peaks. Thanks man!
Y ahora la pregunta: ¿Qué habrá pasado todos estos 25 años? Ya estoy preparado para la respuesta. Miedo y emoción.
El Olonés