«El regalo» (Homenaje a Lou Reed)
Lou Reed murió hace un año. Aquel 27 de octubre de 2013, la noticia nos pilló tan desprevenidos, aunque supiésemos que andaba delicado de salud, que nos quedamos helados y no supimos muy bien cómo reaccionar. En El Cadillac Negro, fieles devotos del neoyorquino, sentíamos no obstante que teníamos que publicar algo, e hicimos un poco de trampa: rescatando un post, “El viejo Lou”, que le habíamos dedicado en los inicios de este blog. O quizás no hicimos trampa, sino todo lo contrario, pues no se me ocurre ahora mejor homenaje que aquél que ya le brindamos en vida, y porque sí, no sólo movidos entonces por el impacto de su pérdida.
Ahora, un año después, volvemos a hacer trampa. Recurriendo, en esta ocasión, a un guión inspirado en una de sus canciones, escrito también meses antes de su muerte. Se trata en realidad de un trabajo de clase de un servidor que, obligado a seguir unas pautas muy concretas que ahora no vienen al caso, acudió al amigo Lou para encontrar la inspiración necesaria. La canción en concreto es “The Gift”, publicada en el segundo álbum de la Velvet Underground, “White Light White Heat” (1968), basada a su vez en un relato de instituto del propio Reed. Con sus ocho minutos y pico, su machacona base instrumental, y el monótono recitado de John Cale, es sin ninguna duda una de sus piezas más indigestas. Pero es también, al menos desde el punto de vista lírico, una gamberrada genial. Podéis escuchar el tema, y leer su letra, AQUÍ, si tenéis curiosidad. Estoy convencido de que el guión no le hace justicia, incluso algunos pensaréis que es una soberana mierda, pero sólo os pido que no lo juzguéis con demasiada severidad, pues esa no es la cuestión: se trata, simplemente, de demostrar cómo Lou Reed, su obra, su arte eterno e inmortal, nos inspiró en vida y lo seguirá haciendo tras su muerte. Que hagamos cosas mejores, peores o regulares, ya es lo de menos. Yo en este caso me conformo con haber logrado capturar una pizca de la mala leche del cuento original. Como ya dijimos hace un año: gracias, amigo Lou. Y buen viaje.
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«EL REGALO»
(Inspirado en la canción «The Gift», de The Velvet Underground)
Madrid, 2005
EXT. PARQUE – DÍA
PABLO (28), pelo moreno enmarañado, barba de tres días, ojos enrojecidos, vestido con pantalones y chupa vaquera un tanto pasada de moda, camiseta negra del «London Calling» de The Clash y zapatillas Converse, está sentado solo en un banco, bebiendo de una litrona con gesto abatido.
PABLO alza la mirada cuando llega LUIS (28), rubio, media melena, lampiño, cara poco seria, vestido con una camiseta de Megadeth, bermudas y chanclas, y se sienta a su lado.
PABLO Joder, Luis, tú y tus bermudas. Que estamos en noviembre…LUIS se encoje de hombros como única respuesta.
PABLO Has tardado.
LUIS saca un paquete de tabaco del bolsillo.
LUIS No había Fortuna. He pillado Winston.LUIS se pone un cigarrillo en la boca y, mientras se lo enciende, le pasa la cajetilla a su amigo, que hace lo propio.
Ambos fuman y comparten la litrona en silencio, LUIS echando miradas furtivas a su amigo de reojo y PABLO impasible, con sus ojos perdidos en quién sabe qué cosa.
LUIS ¿Vas a estar así toda la tarde? PABLO (sin cambiar el gesto) ¿Cómo? LUIS Pablo, tío , desde que se fue eres un puto muermo. No eres ni tu sombra. PABLO La echo de menos, ¿vale? Tampoco creo que sea tan difícil de entender. Ya han pasado tres meses… ¿Cómo quieres que esté? LUIS Bueno, pero si viene en Navidades, pues… tampoco falta tanto. PABLO Ya, pero le prometí que iría a verla, y no lo he hecho. ¿Tú sabes cuánto cuesta un billete a Berlín…?
LUIS se encoge de hombros de nuevo, y los dos jóvenes vuelven a beber y fumar en silencio, aunque PABLO está visiblemente más nervioso.
PABLO El finde que viene, el sábado, es nuestro aniversario. Nuestro primer aniversario. La llamé anoche y, bueno, tampoco hablamos mucho, que últimamente parece que está deseando colgar… LUIS ¿Y? PABLO Pues nada, yo qué sé, que esperaba que me dijera algo, que me pidiera que fuera, cualquier cosa. Y nada. LUIS Eso es porque sabe que no tienes un pavo. Si te dice que vayas, pues te pone en un compromiso, y eso no mola. Y con el teléfono igual, sabe que luego te viene una factura que flipas. PABLO ¿Tú crees? LUIS Pues claro. ¿Cómo no va a querer que vayas? Lo que pasa es que… pues que las cosas son como son.
PABLO da un trago largo de la cerveza, y parece un poco más animado.
LUIS Si pudieras mandarte por correo… PABLO ¿Qué dices? LUIS Lo que oyes. Mi hermano se acaba de pillar un ampli por eBay, y hace unos meses se pilló la guitarra. Pues mira, justo, una tienda de Alemania, que le sale más barato que aquí. Y los gastos de envío, tiraos.
PABLO le mira inmóvil, petrificado, con la litrona en la mano, LUIS se da cuenta y se revuelve, incómodo.
LUIS Pero, que lo de mandarte por correo, te lo decía de coña. Lo sabes…
PABLO sigue mirándole fijamente, mientras una sonrisa se va dibujando en su rostro.
LUIS …¿no?
EXT. CALLES DE MADRID – DÍA
Un camión de mensajería aparca en frente de un edificio, y de su interior se bajan DOS HOMBRES, uno de ellos corpulento, el otro tirando a gordo, que se acercan a un portal y llaman al telefonillo.
INT. ESCALERAS/PASILLO/APARTAMENTO DE PABLO – DÍA
Los DOS HOMBRES suben por las escaleras del edificio, fatigados, especialmente el que está más entrado en carnes, que lleva un cuaderno de firmas en la mano.
HOMBRE GORDO Joder, otro quinto sin ascensor. Mierda de curro…
Los DOS HOMBRES llegan al quinto piso y miran los números de las puertas, se acercan al 5º Izquierda y llaman al timbre.
LUIS abre la puerta.
HOMBRE GORDO (fatigado) Venimos a recoger un paquete.LUIS les indica que entren, y los HOMBRES se encuentran en un pequeño salón, muy parco y sucio, en medio del cual vemos una caja de cartón, ligeramente agujereada y en la que podría entrar una persona sentada, con la palabra ‘frágil’ escrita en uno de los costados.
El HOMBRE GORDO mira a LUIS con gesto abatido, y éste le devuelve la mirada con una amplia sonrisa.
Los HOMBRES salen por la puerta con el paquete en brazos, sujetado a duras penas entre los dos.
HOMBRE GORDO ¡Su… puta madre!
Mientras los HOMBRES se alejan por el pasillo en dirección a las escaleras, LUIS se asoma por la puerta del 5º Izquierda, muerto de la risa.
LUIS ¡¡Buen viaje!!
EXT. CALLES DE MADRID – DÍA
Los DOS HOMBRES arrojan con malos modos al interior del camión el paquete, que aterriza violentamente junto a otras cajas de muy diversas formas y tamaños.
HOMBRE GORDO Joder, pesa como un muerto.CORTA A
INT. CAJA – DÍA
Dentro de la caja reina la oscuridad absoluta, hasta que SE ENCIENDE LA LUZ DE UNA LINTERNA y vemos el rostro de PABLO, con gesto divertido.
CORTA A
EXT. CALLES DE MADRID – DÍA
El camión arranca y se aleja a toda prisa del lugar, mientras COMENZAMOS A ESCUCHAR LA CANCIÓN «I LOVE YOU», DE LOU REED, QUE NOS ACOMPAÑARÁ DURANTE TODO EL TRAYECTO.
EXT. AEROPUERTO DE BARAJAS, ZONA DE DESCARGAS – DÍA
El camión se detiene, los DOS HOMBRES se bajan del vehículo, abren la puerta trasera y comienzan a descargar paquetes, uno de ellos en el que viaja PABLO.
EXT. AEROPUERTO DE BARAJAS, PISTA – DÍA
La caja de PABLO avanza por la pista en un carro de equipajes, junto a otros paquetes y varias maletas.
CORTA A
INT. CAJA – DÍA
En la caja, iluminada solamente por la luz que se filtra por los pequeños agujeros, PABLO come despreocupadamente unos ‘Doritos’.
CORTA A
EXT. AEROPUERTO DE BARAJAS, PISTA – DÍA
El paquete sube a la bodega de un avión por la cinta transportadora.
EXT. AEROPUERTO DE BARAJAS, PISTA – ATARDECER
El avión avanza a toda velocidad por la pista de despegue… y despega.
EXT. EN TRAVESÍA – NOCHE
El avión sobrevuela los cielos.
CORTA A
INT. CAJA – NOCHE
Volvemos dentro del paquete, de nuevo iluminado por el haz de una linterna, en donde PABLO lee un libro con la cabeza apoyada en una almohada, hasta que una pequeña turbulencia le da una sacudida y el muchacho parece asustarse por un momento, antes de echarse a reír.
EXT. AEROPUERTO DE BERLÍN-TEGEL, PISTA – NOCHE
El avión desciende sobre la pista de aterrizaje… y aterriza.
INT. AEROPUERTO DE BERLÍN-TEGEL, ALMACÉN – NOCHE
DOS HOMBRES dejan el paquete de PABLO en el interior de una inmensa nave, cuyas luces no tardan en apagarse.
CORTA A
INT. CAJA – NOCHE
En el interior de la caja, en penumbra, PABLO duerme como un bebé.
EXT. AEROPUERTO DE BERLÍN-TEGEL, ZONA DE CARGA – AMANECER
Vemos el paquete dentro de un camión, cuyas puertas se cierran y arranca avanzando sobre el asfalto mojado.
EXT. CALLES DE BERLÍN – DÍA
El camión aparca en frente de un edificio, y de su interior se bajan TRES HOMBRES, uno de ellos moreno y pequeño y los otros dos rubios, altos y musculosos, momento en el que DEJAMOS DE ESCUCHAR LA CANCIÓN «I LOVE YOU» DE LOU REED.
INT. APARTAMENTO DE MARTA Y CELIA – DÍA
Estamos en un pequeño saloncito, decorado de modo juvenil pero con buen gusto, Y SUENA EL TIMBRE DE LA PUERTA PRINCIPAL.
MARTA (25), muy guapa, pelo castaño recogido en una coleta, camiseta de tirantes y pantalón de chándal, avanza descalza hasta la puerta, mira brevemente por la mirilla y abre, encontrándose de frente con el HOMBRE MORENO y, detrás de él, los DOS MUSCULOSOS ARIOS que sujetan la caja.
HOMBRE MORENO (en alemán) Un paquete para la señorita Marta… Ruiz. MARTA (también en alemán, y visiblemente sorprendida) Soy yo.
El HOMBRE MORENO le tiende sonriente un cuadernito a MARTA, y mientras ella firma los DOS MUSCULOSOS ARIOS entran con el paquete, que en sus brazos parece pesar como una pluma, y lo dejan en medio del salón.
HOMBRE MORENO (en alemán) Que tenga usted un buen día.
Los TRES HOMBRES se despiden con una inclinación de cabeza, MARTA cierra la puerta y se queda mirando extrañada el paquete.
CELIA (OFF) (desde otra habitación) ¿Quién era? MARTA ¡Celia, ven, tienes que ver esto!
CELIA (25), bajita y gordita, pelo muy corto, rostro simpático y vestida con un pijama, entra en el salón y se queda mirando también muy sorprendida la caja.
CELIA ¿Y esto qué es? MARTA No tengo ni idea, tía. Un paquete para mí. CELIA ¿Y de quién es? MARTA No sé…
MARTA examina los laterales de la caja, encuentra una pequeña pegatina y la lee, frunciendo mucho el ceño.
MARTA ¡Ay, mi madre! ¡Es de Pablo!CORTA A
INT. CAJA – DÍA
Dentro del paquete, PABLO se lleva la mano a la boca para sofocar una carcajada, mientras las voces de las dos chicas se escuchan amortiguadas pero son perfectamente audibles.
CELIA (OFF) (desde fuera de la caja) ¿De Pablo? ¿Estás segura? MARTA (OFF) (desde fuera de la caja) Como lo oyes. Mira la pegatina.CORTA A
INT. APARTAMENTO DE MARTA Y CELIA – DÍA
MARTA y CELIA examinan el paquete, sin saber muy bien qué hacer, hasta que se miran y se echan a reír.
CELIA Pablo te ha mandado un regalo… MARTA Pero… ¿será gilipollas? CELIA Joder, tía, cómo te pasas, a mí me da hasta penita, el pobre hombre. MARTA Es que es lo peor. No consigo librarme de él ni marchándome a Alemania. Y mira que cuando me llama, o no se lo cojo, o me pongo borde a ver si pilla de una vez la indirecta… ¡Que paso de ti! Pero nada, que no lo pilla. CELIA ¿Y por qué te habrá mandado un paquete? MARTA Y yo qué sé… CELIA No es tu cumpleaños. ¿Es alguna fecha señalada, o algo?
MARTA trata de hacer memoria.
MARTA No. No que yo sepa. CELIA Pues no sé, tía, vamos a abrirlo, ¿no?
MARTA y CELIA examinan y palpan la caja, intentan despegar la cinta aislante pero no lo consiguen.
MARTA Joder, con la mierda del paquete. Y yo tengo prisa, que he quedado con Max.
CELIA mira a su amiga con gesto burlón, mientras ambas siguen intentando sin suerte encontrar una forma de abrir el paquete..
MARTA Para desayunar… CELIA Ya. Para desayunar. En su caso serán más bien dos o tres jarras de cerveza. Sabes que Max es un tarugo, ¿no? MARTA Sí, lo sé. Es el mayor tarugo que he conocido en mi vida. Un genuino gañán alemán. Pero para lo que lo quiero, me sirve. CELIA ¿Tú no tenías un cutter en tu habitación? MARTA Sí. En el botecito, al lado del ordenador. CELIA Voy.
CELIA sale del salón, y MARTA se queda mirando la caja con los brazos en jarras y gesto de fastidio.
CELIA (OFF) (desde otra habitación) ¿En el botecito, dices? ¡No lo veo! MARTA ¡Mira a ver en la estantería! ¡Que como te decía, que sí, que Max es medio subnormal, pero si voy a estar un año en Alemania lo último que quiero es echarme novio! ¡Que estoy cansada de gilipolleces! ¡Yo lo que quiero es un tiarrón que me eche un buen par de polvos y me deje tranquila! ¡¿Me oyes?!
CELIA aparece por la puerta con el cutter en la mano.
CELIA Sí, tía, te oigo. Yo y todos los vecinos. MARTA Da igual, si no me entienden.
CELIA levanta el cutter con gesto de fastidio.
CELIA No nos sirve. No tiene cuchilla. MARTA Mierda. Puto Pablo.
CELIA se acerca de nuevo a la caja, y las dos la miran con gesto pensativo.
CELIA No dejas pasar un día sin recordarme que tu novio es un jodido semental. MARTA No es mi novio, ya te lo he dicho. Pero sí, follando es una máquina. Sobre todo por las mañanas, cuando está sobrio. Y ya llego tarde a mi polvo mañanero de los sábados. CELIA Estás muy salida, tía. MARTA No, lo que estoy es muy necesitada. Después de unos meses con el pajillero de Pablo, creo que me merezco un poquito de caña. CELIA (señalando la caja) ¿Y con esto que hacemos? ¿Tenemos algún cuchillo en la cocina que no sea de plástico? MARTA No sé. Que le den. Me voy a la ducha y ya lo abriremos por la tarde, si eso… CELIA ¡Espera!
CELIA sale corriendo del salón, mientras MARTA amaga con liarse a patadas con la caja, aunque se contiene.
CELIA entra rauda y veloz con un gigantesco cuchillo de cocina en sus manos y se dirige con decisión hacia el paquete.
CELIA ¡A tomar por culo!
CELIA alza el cuchillo con sus dos brazos.
MARTA ¡Cuidado, pone ‘frágil’!
CELIA deja caer con fuerza el enorme cuchillo, que se clava hasta la empuñadura en el centro de la caja.
CORTA A
INT. CAJA – DÍA
En el interior del paquete, en donde reina un silencio sepulcral, el cuchillo está clavado en medio del cráneo de PABLO, cuyos ojos sin vida parecen estar a punto de salirse de sus cuencas, mientras la sangre comienza a resbalar por su frente, a deslizarse por sus mejillas, a gotear por su barbilla, y sigue fluyendo lenta pero constantemente hasta cubrir casi la totalidad de su desencajado rostro.
FUNDE A NEGRO
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Qué gran post; qué gran tipo, aunque no fuese un buen hombre y qué capacidad tenía para sacarle partido hasta al más ínfimo detalle. Desde luego, sois unos fenómenos escribiendo, me encantáis. Un abrazo y os dejo el homenaje que le dejé yo en mi blog por si os interesa. Larga vida al Cadillac. http://www.ourgodsaredead.blogspot.com.es/2014/10/primer-aniversario-de-la-muerte-de-lou.html