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«The Walking Dead», o cómo zurrar al espectador con un bate

05/04/2016

The Walking Dead_Negan

(ALERTA SPOILER: Prohibido leer sin haber visto hasta el decimosexto y último episodio de la sexta temporada de “The Walking Dead”)

En El Cadillac Negro siempre hemos defendido a “The Walking Dead”, y ahí está nuestro archivo para constatarlo. En esa interminable contienda entre defensores y haters nos hemos alineado continuamente con los primeros, pese a ser muy conscientes de que ésta nunca ha sido una serie perfecta. A estas alturas tenemos muy asumido que éste es un show de subidas y bajadas, de grandes aciertos combinados con incómodas torpezas, que a momentos sobrecogedores de intensidad máxima le siguen invariablemente lapsos de desesperante vacío. Esto es así. Hace tiempo que renunciamos a pedirle que reduzca al mínimo la distancia entre lo que es y lo que nos gustaría que fuese siempre y nos limitamos a disfrutar de lo que nos ofrece, que a veces es mucho, sin mayores perspectivas. Si hemos llegado hasta aquí es porque, después de todo, el saldo final nos sigue compensando el tiempo invertido. De no ser así, ya habríamos abandonado el barco, en vez de amenazar constantemente con hacerlo para seguir volviendo al redil una y otra vez.

Es lógico que una serie con seis años en antena, obligada a armar largas temporadas de 16 capítulos, transmita por momentos síntomas de agotamiento, que se repitan temas, conceptos y fórmulas, pues es algo que también le ha ocurrido al cómic de Robert Kirkman, pero desde hace algún tiempo “TWD” parece decidida a maquillar esas flaquezas comprensibles fruto del desgaste jugando de mala manera con las expectativas del espectador, haciéndole trampas y, en definitiva, tomándole el pelo. Porque la no-muerte de Glenn en la primera tanda de esta sexta temporada fue sencillamente eso. Una tomadura de pelo. Esta serie nunca había necesitado de trucos sucios hasta ese momento.  Sencillamente “TWD” no iba de eso, pero  en “Last Day on Earth”, la season finale, lo han vuelto a hacer, con premeditación y alevosía. Como ya demostraba el cliffhanger con el que concluía “Start to Finish”, el octavo capítulo con el que la serie llegó al parón invernal, o el más reciente de “East”, “TWD” está hoy por hoy más preocupada por asegurarse de que el espectador siga enganchado al show que de construir arcos argumentales bien cerrados, sólidos y satisfactorios. No hay otra forma de entender que una temporada articulada como un constante crescendo en dirección a un clímax largamente anticipado y publicitado decida cerrarse en modo coitus interruptus aplazando gratuitamente la resolución del ‘misterio’. No es de extrañar el mosqueo, esta vez con toda la razón, de miles de fieles seguidores en las redes sociales que se sintieron como si Lucille cayera directamente sobre sus cabezas.

The Walking Dead_Lucille

Como el grupo de supervivientes de Rick Grimes, Scott M. Grimple, Greg Nicotero, Robert Kirkman y el resto de responsables de “TWD” han caído en un exceso de confianza, confianza en que cualquier cosa que se les ocurra va a ser tragada alegremente por los seguidores. El solo hecho de plantear la muerte de un personaje protagonista como un cliffhanger con el que tener al fandom haciendo cábalas durante meses es un efectismo intolerable, más propio de una serie pequeña y trilera que de una que siempre ha reflexionado seca y crudamente sobre el valor de la vida y la muerte en un mundo al filo de la locura. La sensación que queda es que ni los guionistas han decidido todavía quién será el peón sacrificado, pero es que en realidad saber quién ha muerto es lo de menos, lo grave es la innecesaria y decepcionante falta de respeto al espectador que supone escamotearle una conclusión apropiada. Es el abuso más nauseabundo de un recurso narrativo que cuando se efectúa correctamente puede ser maravilloso (me vienen a la mente los respectivos finales de las terceras temporadas de “Breaking Bad” y “Lost”). Y sí, puede que la jugada hasta termine resultándoles positiva y cuando la serie retorne en octubre caiga otro record de audiencia, pero, en mi opinión, la credibilidad del show queda mucho más comprometida que cuando un puñado de haters pataleaba porque «aquí nunca pasa nada».

The Walking Dead_Last day on earth

Es una lástima que la descorazonadora conclusión oscurezca la brillantez de toda la secuencia de presentación de Negan, interpretado espléndidamente por Jeffrey Dean Morgan, un badass imponente y aterrador que con su monólogo, extraído prácticamente en su totalidad del cómic aunque sin las líneas más controvertidas –lenguaje excesivamente malsonante, alusiones a las razas de sus potenciales víctimas-, imprime un tipo de tensión y desasosiego que no veíamos en la serie desde el Gobernador. A esa sensación de inevitabilidad trágica también contribuye la actuación de Andrew Lincoln como un Rick impotente que por primera vez en mucho tiempo carece de control alguno sobre la situación, totalmente desbordado por las circunstancias, desesperadamente consciente por fin de que siempre hay un pez más grande. La fuerza de esos diez minutos no logra enmascarar que la duración de  “Last Day on Earth” es excesiva para lo que se cuenta. El capítulo da demasiadas vueltas sobre sí mismo, con todos esos deambuleos en la furgoneta que, si bien tratan de reforzar la idea de que la confiada mosca ha caído en la telaraña, terminan resultando un tanto redundantes.

The Walking Dead_Rick and Daryl

Por lo demás, en esta segunda mitad de su sexta temporada “TWD” ha sido perfectamente fiel a sí misma. Nos ha vuelto a recordar por qué seguimos viéndola, pero también por qué ya no la incluimos en nuestros rankings de lo mejor del año. La tanda comenzó con “No way out”, que en realidad debería haber sido el final de aquel primer bloque de ocho capítulos que fueron de más a menos, y supuso un cierre convincente a la etapa de Alexandría bajo la dirección de Deanna, con la escalofriante desaparición de la familia Anderson como highlight más destacado (aunque Rick no lo haga, nosotros extrañaremos a Alexandra Breckenridge, pero de ningún modo a los dos chavales). Curiosamente, después de la épica batalla contra los zombis de ese capítulo, los walkers pasaron definitivamente a un segundo plano, como también ocurría en las páginas de Kirkman, y su presencia constante no es algo que definitivamente hayamos echado de menos. La tanda después fue preparando el terreno lentamente para la esperada llegada de Negan. En el camino nos encontramos con descubrimientos tan sugerentes como esa Cima (o Hilltop), que insinúa un futuro esperanzador para un mundo postapocalíptico en el que encontrar razones concretas para seguir adelante es fundamental para la supervivencia. También se arrojaron interesantes reflexiones sobre lo que significa ser el héroe en una historia tan despiadada como la que cuenta “TWD”. Capítulos tan sólidos como “Not Tomorrow Yet” o “The Same Boat” hicieron cuestionarse a nuestros protagonistas qué líneas estaban dispuestos a cruzar con tal de subsistir, difuminando las fronteras entre “buenos” y “malos” hasta restringirlas a una mera cuestión de punto de vista. Matar o morir no es un tema que no haya sido tratado antes en la serie –los caníbales de Terminus, los “Lobos”-, pero sí ha sido la primera vez en que los supuestos “héroes” asesinaban a sangre fría como medida preventiva y no como reacción a un ataque.

The Walking Dead_Zombie window

En una sabia decisión, “TWD” también ha vuelto a traer a un primer plano al que quizás sea su personaje mejor definido, la Carol de Melissa McBride, aquella indefensa y maltratada ama de casa que se convirtió en una implacable Terminatrix. Sin embargo, la evolución que ha tenido en estos episodios ha sido un tanto desconcertante y apresurada, como si se nos hubiera escamoteado algún episodio relevante que diese sentido orgánico a su transformación. De un día para otro, Carol, la más letal e implacable luchadora del grupo de Rick, cae en la cuenta de que ya ha tenido bastante sangre en sus manos y no está dispuesta a seguir matando, es más, sufre dolorosamente cuando se ve forzada a hacerlo. No es un mal concepto para explorar, pero tal y como lo han presentado da la sensación de que surge de ninguna parte, como simple excusa para cimentar un antagonismo con la filosofía ‘pacifista’ de Morgan. Como siempre, McBride consigue que su personaje se eleve por encima del guión y que, pese a la fragilidad de base de sus actos, las secuencias de Carol generalmente hayan valido la pena (fantástica en sus convincentes ataques de pánico).

The Walking Dead-Carol

Más inconsistente ha sido la visión –o, mejor dicho, las distintas visiones- que la serie ha ofrecido de Los Salvadores durante toda la tanda. A veces se nos han presentado como típicos villanos unidimensionales que pese a su apariencia de motherfuckers no terminaban de suponer una amenaza real para nuestros protagonistas, en otras ocasiones (el grupo de Paula en “The Same Boat”) se han preocupado de dotarles de cierta entidad y sustancia, y en otras han exhibido una incompetencia extrema (Dwight), pero invariablemente siempre han terminado derrotados con relativa facilidad por Rick y los suyos, lo que sin duda buscaba construir una falsa sensación de confianza en el grupo, pero quizás por eso sea más chocante que los Salvadores de “Last Day on Earth” tengan un plan laboriosamente urdido y sean capaces de ejecutarlo a la perfección. A estas alturas sabemos que Negan es un bastardo que puede hacer que te mees en los pantalones, pero no nos queda claro si sus acompañantes son unos genios de la estrategia que han tardado en ponerse a trabajar en serio o unos simples mastuerzos que sencillamente han pillado a Rick con la guardia baja. Eso sí, silban tan bien como Katniss Everdeen.

Dentro del buen nivel medio general de la tanda, “TWD” también ha dado margen a las típicas estupideces de sus personajes, como dejar Alexandría casi desprotegida mientras que sus mejores efectivos se dedican a dudosas incursiones en los campos, permitir que una mujer embarazada participe en misiones de alto riesgo, forzar relaciones sentimentales entre personajes sin venir a cuento (lo de Carol con el tal Tobe es de traca) u olvidarse de ciertos secundarios durante una pila de capítulos (¿alguien sabe qué ha sido de Tara?) y traerlos de vuelta sin más explicación (Aaron en la finale). De los supervivientes de Alexandría solo Denise se ha destacado como una figura de carne y hueso, y fue una relativa lástima que acabara como acabó, mientras que Jesús prometió bastante en su presentación y después no ha vuelto a saberse de él.

The Walking Dead_Jesus

Respecto al futuro, y desde nuestra condición de lectores del cómic, desde aquí no entraremos en el cuestionable juego que proponen los responsables del show de la AMC y nos reservamos nuestras apuestas sobre quién ha muerto. Simplemente esperaremos a que se decidan en su propio pinto, pinto, gorgorito. A tenor de la deriva de la serie, la perspectiva de la secuencia final bien podría ser la de un zombi que se coló en la escena y que Negan revienta antes de seguir con lo suyo. Realmente no sería nada extraño. Sí confiamos en que la entrada del nuevo villano y su nuevo orden, más la previsible llegada de los hombres del Reino, aporten una bocanada de aire fresco al programa, aunque tampoco esperamos que cambie radicalmente su dinámica. Lo que sí imploramos es que Grimple y los suyos desistan en ese mal vicio de abusar de la paciencia del espectador. Está comprobado que 16 capítulos son más que suficientes para contar una historia, cualquier historia. Aprovéchenlos.

5 comentarios leave one →
  1. 07/04/2016 6:59

    La actriz de Tara estába embarazada durante el rodaje (eso presupone su desaparición temporal) pero de resto estoy MUY deacuerdo.

    • Jorge Luis García permalink*
      08/04/2016 19:36

      Gracias por el dato, Eli. Explica la desaparición de Tara pero el espectador no tiene por qué saberlo. Un saludo

  2. Jose Juan permalink
    07/04/2016 18:16

    Esta serie va a la deriva hace ya mucho…entiendo que la disputa entre fieles y haters ayuda a sostenerla…y lo saben. «Que hablen de mí aunque sea mal»
    Para mí lo más odioso de la serie es la cantidad de planos innecesarios, de diálogos absurdos a la espera del golpe de efecto, de giros sólo destinados a sorprender…en definitiva, mal cine. Y las escenas de acción merecen estudio aparte…un grupo scout planificaría mejor las intervenciones «militares» del grupo de protagonistas. es una pena porque el planteamiento es glorioso. Se merecía alguién mejor al mando.

    • Jorge Luis García permalink*
      08/04/2016 13:55

      Hola Jose Juan, ya ha habido tres showrunners al mando, y en conjunto puede que Grimple sea el que mejor ha entendido la esencia de los cómics de Kirkman, pero es cierto que a los defectos congénitos de la serie que todos conocemos y (en nuestro caso) perdonamos también le está sumando últimamente esos efectismos baratos que no hacen ningún bien. Yo espero que no sigan por ese camino. Un saludo.

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  1. “The Walking Dead”: aquí huele a muerto… | El Cadillac Negro

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