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“Perdidos”: 20 capítulos para celebrar 20 años

13/09/2024

Si Oasis han sido capaces de regresar, ¿por qué no habría de hacerlo El Cadillac Negro? Más allá de la broma, en el caso de este blog en realidad no se trataría de un regreso, primero porque este nuevo post no significa que vaya a haber o no más o menos continuidad a partir de ahora, y segundo y más importante, porque no podemos regresar cuando en realidad nunca nos fuimos. Evidentemente, la inactividad prolongada lleva como consecuencia lógica e inevitable que hayamos ido cayendo para muchos en el olvido, pero como señalamos en la entrada en la que celebramos nuestros 10 años y un día en la carretera, este Cadillac nunca ha estado (oficialmente) muerto, sino que lo dejamos «aparcado y cubierto con una mantita en un garaje, con mucho kilometraje ya en sus ruedas y algunas de sus piezas un poquito oxidadas, pero aún listo y a punto por si a alguno de sus conductores le da de vez en cuando por sacarlo a pasear. Siempre que a cualquiera de nosotros le apetezca darse el gustazo de sentarse en el asiento del conductor y acariciar su volante, el Cadillac seguirá ahí para nosotros». Desde que publicamos esas líneas, en el ya lejano febrero de 2022, sólo ha salido para un par de excursiones, la más reciente en octubre de 2023, pero ésta, que será la tercera, definitivamente era una oportunidad que no podíamos dejar pasar. Cuando fundamos este blog en febrero de 2012 teníamos claro que nuestros pilares serían la música, el cine y por supuesto las series, que entonces eran lo más de lo más y, qué cosas, lejos de pincharse la burbuja casi 13 años después lo siguen siendo. Y si teníamos pensado escribir sobre series, cómo no íbamos a acabar escribiendo en algún momento sobre «Perdidos» (o «Lost», indistintamente), cuando fue la que para nosotros lo empezó todo, siendo seguramente en muchos sentidos y en determinados aspectos la serie más importante de la historia (ojo, no digo la mejor, porque eso es debatible y además nunca nos ha gustado pronunciarnos en esos términos). El caso es que fueron pasando los años, fuimos escribiendo sobre tropecientas series, es cierto que casi siempre muy apegados a la actualidad, pero aunque también abordamos en no pocas ocasiones algunos de nuestros shows favoritos ya finalizados, de forma retrospectiva, «Perdidos» nunca llegó a asomarse por este blog. ¿Cómo fue eso posible? ¿Por qué cometimos semejante «traición»? ¿Puede ser que nos dejáramos influir por esa corriente negativa (y, luego lo abordaremos, a mi parecer muy injusta) que acabó rodeando la serie tras su finalización? ¿O quizás «Lost» siempre nos impuso demasiado y nunca tuvimos el coraje de homenajearla temiendo no estar a la altura? ¿Es posible que no supiéramos muy bien cómo hacerlo, qué enfoque darle? ¿Se nos antojó una tarea demasiado ardua, demasiado vasta, demasiado compleja, y no encontramos las fuerzas necesarias para acometer semejante empresa? Fuera por lo que fuera, sirva este post para saldar de una vez por todas la mayor deuda que este blog siempre tuvo desde sus inicios, iría más allá, que sirva para intentar reparar la mayor injusticia cometida durante los más de 12 años y medio de andadura del Cadillac.

¿Qué ha cambiado ahora? El momento es inmejorable, cuando este 22 de septiembre de 2024 se cumplen justo 20 años (20 AÑOS, DIOS MÍO) de la emisión de su legendario primer capítulo. Pero si este post existe en más bien fruto de una casualidad, si es que se puede considerar así que hace unos meses a unos padres insensatos se les ocurriera la locura de ponerles el episodio piloto a sus hijos de, por entonces, 8 años. Más allá de que el capítulo fuera más o menos adecuado para su edad, lo cierto es que los críos se engancharon tantísimo a la serie desde el primer minuto que ya no hubo vuelta atrás. Comenzó así el primer revisionado completo de «Perdidos» para un servidor y su esposa (nosotros estamos entre aquellos que se engancharon tras devorar en un fin de semana sus primeras dos temporadas en DVD y, a partir de la tercera, ya la fuimos siguiendo pirateada semana a semana, como medio planeta), mientras nuestros vástagos la descubrían por primera vez. Fue entonces cuando caí en la cuenta, de ahí que hablara antes de casualidad, de que el 20 aniversario estaba más o menos próximo en el tiempo y empecé a fantasear ligeramente con la idea de escribir algo en el Cadillac si para entonces habíamos terminado de verla al completo, aunque parecía poco probable que fuera a dar tiempo. Pues no sólo ha dado tiempo sino que han sobrado semanas, ya que los Martín Fernández se acabaron tragando sus seis temporadas y 121 capítulos en un tiempo récord (el enganche fue tal que este año la tradicional gymkana familiar con motivo del noveno cumpleaños de los pequeños giró enteramente en torno a «Lost»… y aquí me toca presumir un poco porque la «Lostkana» que organizó un servidor estuvo tan currada que fue casi casi profesional). Sobra decir que la experiencia ha sido apasionante, inolvidable. Con todo esto, y con la serie tan fresquita en la memoria, no había excusa para no acabar trayendo por fin «Perdidos» al Cadillac, y qué mejor forma de hacerlo que rememorando sus 20 mejores capítulos, o los más relevantes, o aquellos que por un motivo u otro, una secuencia memorable, un giro de guión asombroso, uno de esos cliffhangers para la historia, se quedaron y quedarán para siempre en nuestra memoria. Ya iremos desgranando más cuestiones según vayamos pasando por estos 20 capítulos cuya elección, cómo no, el autor de este post acometió con la ayuda de sus hijos. Así que dejamos aparcado nuestro Cadillac Negro en el parking del aeropuerto, nos montamos en el vuelo 815 de Oceanic y despegamos:

1×01-1×02 Pilot (Piloto)

No podíamos empezar de otra forma, ¿verdad? Decir que con el legendario capítulo piloto de «Perdidos», cuya primera parte se emitió en la noche del 22 de septiembre de 2004 en la cadena ABC, comenzó todo puede parecer una perogrullada. Pero es que aquel primer episodio no sólo significaba el arranque de una nueva serie, sino que más allá de su espectacularidad, ritmo endiablado y brillante factura (costó 14 millones de dólares) marcaba perfectamente cuál iba a ser su originalísima propuesta narrativa (con esos flashbacks alternándose continuamente con la acción principal), presentaba de forma modélica a los personajes principales e introducía ya las necesarias dosis de misterio para que muy pronto nos diéramos cuenta de que estábamos ante una serie única y muy muy especial. Quizás aún no imaginábamos cuánto, pero ya se intuía. Su secuencia inicial es historia del audiovisual. Su cierre nos cogía por las tripas con un tremendo cliffhanger («Guys… where are we?»), el primero de muchos, pues no tardarían en convertirse en una de las más reconocibles marcas de la casa. De hecho, viéndolo ahora dos décadas después, es fácil distinguir ya en aquellos 83 primeros minutos dirigidos por J.J. Abrams todos los ingredientes que hicieron tan maravillosa la serie. Si aquel piloto hubiera fracasado, iría más allá, si no hubiera sido tan redondo como fue y tenido el impacto que tuvo (y sigue teniendo 20 años después, ojo, y así lo atestiguan mis hijos) «Lost» no habría sido tan enorme como acabó siendo, las formas de hacer pero sobre todo de consumir televisión no habrían cambiado tanto como cambiaron a nivel planetario, y el panorama seriéfilo sería hoy muy distinto. Y este blog, a pesar de haberla ignorado durante tantos años, probablemente ni existiría.

1×04 Walkabout (Expedición)

No tardó mucho la serie, tras su vertiginoso doble capítulo piloto, en dar otro sonoro golpe en la mesa para vencer la débil resistencia de los pocos espectadores descreídos que pudieran quedar aún por ahí. El cuarto capítulo de «Perdidos» fue el primero centrado en John Locke, el personaje más enigmático de la isla por aquel entonces. Locke era un tipo extrañísimo, el más veterano del grupo principal de supervivientes pero por otra parte el que parecía más preparado para enfrentarse a un entorno hostil. Una especie de Rambo calvo y cincuentón que además tenía su primer encuentro cara a cara con el «monstruo» que, tras observarle detenidamente, por algún motivo decidía no atacarle. Locke por su parte parecía esconder muchas cosas pero el mayor de sus secretos lo conocimos al final de «Walkabout», cuando descubrimos (qué inteligentemente supieron esconderlo durante todos los flashbacks del episodio) que fuera de la isla era paralítico y se movía en una silla de ruedas. El cierre del episodio en el que, tras aquella revelación, regresábamos al momento del accidente y le veíamos mover las piernas y ponerse de pie, fue cuando supe, lo recuerdo perfectamente, que la serie me había atrapado irremediablemente. Porque aquella isla con tantos enigmas y propiedades tan incomprensibles se me antojó entonces como el lugar más fascinante al que había «viajado» nunca. 20 años después, así lo sigo creyendo. 

1×10 Raised by Another (Criado por otro)

En el décimo capítulo de la primera temporada tuvimos el primer flashback dedicado a Claire, o como casi todos la conocíamos entonces, la embarazada. «Raised by Another» tenía suficientes elementos para ser considerado un buen episodio, al estar protagonizado por uno de los personajes más queridos en el arranque de la serie (lástima que se diluyera tanto en el tramo final) y tener las suficientes dosis de misterio con ese médium que, entre predicciones y contradicciones, parecía que acababa «enviando» a Claire a la isla, dándonos a entender que conocía el destino del vuelo Oceanic 815 antes de que despegara del aeropuerto de Sydney. Todo eso estaba muy bien, pero lo que convirtió el capítulo en algo más, y merecedor de estar en este ránking, fue esa secuencia final en la que descubrimos que uno de los supuestos supervivientes, Ethan, nunca viajó con ellos en el avión. Ya teníamos sospechas pero aquello era la confirmación de que, a parte de la francesa, vivía alguien más en la isla, y ese alguien no parecía tener buenas intenciones y podía tener un aspecto tan aparentemente civilizado y al mismo tiempo tan acojonantemente siniestro como el personaje interpretado por William Mapother. Menuda cara de psicópata. Fue quizás el primer instante de genuino terror en «Perdidos» y también el primer indicio de la existencia de Los Otros, algo que prometía dar mucho juego. Y vaya si lo dio.

1×18 Numbers (Números)

4, 8, 15, 16, 23. 42. Todo seguidor de la serie conoce la secuencia a la perfección. Los números de «Lost» están ahí, continuamente y por todos lados, desde el principio y hasta el final. No se nos revelará nunca su origen, ni su verdadera función (si es que existe), pero sabemos que unos tales Leonard Simms y Sam Toomey, así como Danielle Rousseau, los captaron en una transmisión en los años 80 (siendo el principio de sus respectivas desgracias), Hurley, compañero en el psiquiátrico de Leonard, los utiliza para ganar la lotería, convertirse en millonario y al mismo tiempo en el tío con la peor suerte del mundo (que es lo que se nos revela precisamente en este episodio), están asimismo grabados en la escotilla de El Cisne, en esta misma estación deben ser introducidos en un ordenador cada 108 minutos (la suma total de los números) para evitar que algo malísimo suceda, son también los números asignados por Jacob a los supuestos candidatos a sucederle como protector de la isla, y bueno, hay decenas y decenas de apariciones más. El juego es apasionante, y cuando se puso verdaderamente en marcha fue tras la emisión de «Numbers», otro capítulo imborrable para cualquier fan.

1×20 Do No Harm (No hacer daño)

A la altura de su vigésimo episodio el misterio más misterioso en torno al que giraba «Perdidos», y mira qué había muchísimos, era esa escotilla metálica encontrada en plena selva por Locke y Boone. El primero se obsesionó pronto y de forma casi enfermiza con aquella escotilla y el segundo, pobre, acabó siendo arrastrado por esa obsesión y, como víctima colateral, sufriendo un accidente de fatales consecuencias en el final del también extraordinario 1×19, «Deus Ex Machina». En «Do No Harm» no sólo presenciamos la primera muerte de un personaje principal de la serie, la del propio Boone, sino que en un montaje magistral al mismo tiempo asistimos al nacimiento del hijo de Claire. Añádenle a esto que escuchamos por vez primera uno de los temas principales de la serie, probablemente el más hermoso compuesto por Michael Giacchino y titulado precisamente «Life and Death», y el resultado es uno de los cierres de capítulo más conmovedores de toda la serie. 

1×25 Exodus: Part 3 (Éxodo: Parte 3)

La conclusión de la primera temporada de «Perdidos» tenía que estar a la altura pero creo que no me equivoco si afirmo que estuvo por encima incluso de todas las expectativas. «Lost» fue de todo menos una serie previsible, y muy pocas veces, por no decir ninguna, las decenas, cientos de cábalas que nos montábamos los fans, se cumplieron. En la mayoría de los casos, sobre todo durante sus primeras temporadas, se las ingeniaban incluso para entregarnos algo mucho mejor que cualquiera de nuestras teorías y predicciones. Durante el triple episodio «Exodus» (1×23, 1×24 y 1×25) ocurrieron muchas cosas y todas aparentemente muy importantes, pero como solía suceder lo magro estaba en su entrega final. Y si por algo fue y será recordada siempre su primera season finale fue por endosarnos uno de los cliffhangers más alucinantes (y puñeteros) de la historia de la pequeña pantalla. No hace falta que explique mucho más, ¿verdad?

2×01 Man of Science, Man of Faith (Hombre de ciencia, hombre de fe)

La cuestión con los cliffhangers en televisión es que, tradicionalmente, solían resolverse en el arranque del capítulo siguiente de forma apresurada y no pocas veces burda y tramposa, para pasar rápidamente a la siguiente cosa. Pero «Perdidos» fue siempre lo opuesto a esto, sobre todo en sus cierres y arranques de temporada. Si un cliffhanger te había dejado sin palabras, agárrate porque su resolución te dejará con la mandíbula en el piso. No tuvieron que aguardar mucho los espectadores que llevaran entonces la serie al día para descubrir qué había dentro de esa maldita escotilla (desde el 25 mayo de 2005 hasta el 21 de septiembre de ese mismo año), pero esos apenas cuatro meses de espera tuvieron que ser un suplicio. En nuestro caso la incertidumbre duró lo que tardamos en sacar un dvd del reproductor e introducir el siguiente. El arranque de «Man of Science, Man of Faith», con el «Make Your Own Kind Of Music» de Mama Cass como banda sonora, es otro de los momentos más icónicos de la televisión reciente. Un pequeño enigma nos introducía en otro muchísimo mayor y así descubríamos que, durante toda la temporada anterior, apenas habíamos vislumbrado más que la punta del iceberg y todo lo que estaba por venir era muy muy gordo. Entrábamos así en la estación Cisne (primer contacto directo con el mundo de Dharma), en donde pasaríamos buena parte de la temporada introduciendo la famosa secuencia de números cada 108 minutos, y más importante aún entraba en escena Desmond, ese personajazo que acabaría siendo clave para el desarrollo de la serie y habría de regalarnos en el futuro algunos de los momentos más recordados por todos los fans. 

2×07 The Other 48 Days (Los otros 48 días)

Durante sus primeras temporadas «Perdidos» es una serie que no deja de crecer y crecer, que sigue abriendo cada vez más el foco para que vayamos descubriendo, como decíamos antes, que había muchas más cosas que contar de lo que parecía en un principio. Otra de las revoluciones que sufrió la serie en su segunda temporada fue la introducción de más personajes supervivientes del accidente del vuelo Oceanic 815. Los de la cola del avión. Sugerida su existencia desde finales de la temporada anterior y vistos por primera vez en el cierre del 2×02, es en el 2×07, «The Other 48 Days», cuando se nos narran, en un capítulo atípico de esos que excepcionalmente se salían del molde, todas sus aventuras y en su mayoría desventuras desde el mismo momento del accidente hasta que acaban reuniéndose, de forma muy dramática, con el grupo de supervivientes principal. Llegaron para dar mucha guerra pero lástima que, por cuestiones en su mayoría relacionadas más con conflictos con los actores que con las intenciones iniciales de los guionistas, de este grupo en no demasiado tiempo acabara sobreviviendo sólo Bernard. Ah, bueno, y Cindy, pero quién se acuerda de Cindy.

2×24 Live Together, Die Alone: Part 2 (Vivir juntos o morir solos: Parte 2)

Los Otros fueron ganando cada vez más y más presencia en la serie según fue avanzando su segunda temporada, y quizás la gran revelación del doble final de temporada con «Live Together, Die Alone» fuera que el tal Henry Gale no sólo no era Henry Gale, algo que ya teníamos asumido, sino que era nada más y nada menos que el maldito líder de los malos malísimos de la serie, algo que sí nos pilló totalmente por sorpresa. Lo único negativo que se puede decir de esta segunda season finale es que no es tan buena como la primera, pero cumplía con creces cerrando por todo lo alto de la trama de la estación Cisne y dejando una vez más la serie muy bien encaminada para explorar nuevos escenarios y desconocidas amenazas en futuras entregas. Puede que ese «I think we found it» no nos marcara tanto como el momento escotilla de la temporada anterior, pero también tuvo lo suyo e igualmente funcionó como potente cliffhanger. 

3×01 A Tale of Two Cities (Historia de dos ciudades)

Da igual que repitieran casi paso a paso la jugada maestra del arranque de la temporada anterior, sustituyendo en esta ocasión a Mama Cass por Petula Clark y su clásico «Downtown». El engaño es el mismo pero aquí vuelve a funcionar de maravilla. Lo que parece una secuencia ambientada fuera de la isla no es más que otro instante vivido, esta vez, en el campamento de Los Otros, un campamento mucho más civilizado de lo que jamás hubiéramos imaginado. Pero no es un instante cualquiera, sino que regresamos de nuevo al momento del accidente y esta vez podemos observarlo desde la isla, en una imagen absolutamente espectacular. Empezamos así a conocer mejor a Los Otros, con el foco especialmente centrado en Juliet (mucho ojo con ella), y nuevas localizaciones como la estación Hydra (aunque aún tardaríamos un tiempo en descubrir su sorprendente emplazamiento). Y con un Benjamin Linus ya sin disfraces, aunque con mil engaños aún tras los que escudarse, «Perdidos» encuentra por fin a su mayor y mejor villano.

3×20 The Man Behind the Curtain (El hombre tras la cortina)

Duele tener que pasar por alto capítulos verdaderamente extraordinarios en la que, por otra parte, podría ser además mi temporada favorita de «Perdidos», pero es que la exigencia es máxima y la lista limitada. El 3×07, «Not in Portland», con el primer flashback centrado en Juliet y su «reclutamiento» por Los Otros, el 3×08, «Flashes Before Your Eyes», que sirve como perfecto prolegómeno del mítico «The Constant» que nos llegaría al año siguiente, o el 3×13, «The Man from Tallahassee», con uno de los mejores cliffhangers de esta tanda de episodios, tendrían méritos más que de sobra para haber entrado en esta lista, pero no caben todos. Eso sí, como la tercera temporada es la temporada de Ben Linus (con el permiso de Charlie), se nos antoja imprescindible destacar el que sería su primer flashback de la serie, aquel en el que le conocemos desde el mismo día de su nacimiento, vamos recorriendo su dolorosa niñez en la isla, como hijo de un miembro de la iniciativa Dharma, y acabamos presenciando su crimen más aterrador: su colaboración necesaria en la Purga que acabó con todo el personal de la iniciativa, incluido su propio padre, y su paso definitivo a las filas de los Otros. Ben culminaba el capítulo metiéndole ya en el presente un balazo a Locke y abandonándole en la misma fosa a la que fueron arrojados sus antiguos compañeros. Qué malo más fantástico, sí señor.

3×23 Through the Looking Glass: Part 2 (A través del espejo: Parte 2)

Cuesta hablar de «Through the Looking Glass» y ser justo porque para mí marca, sencillamente, el momento cumbre de «Perdidos». La doble season finale llega precedida de otro capítulo magnífico y precioso, el 3×21, «Greatest Hits», que además enraiza directamente con la que, ya en los minutos finales de la temporada, sería sin duda la muerte más épica y uno de los momentos más imborrables que nos dejaría la serie: el sacrificio de Charlie y su «Not Penny’s Boat». Debería ser éste, sin ningún tipo de dudas, el highlight más destacado de un doble capítulo por otra parte de nuevo perfecto de principio a fin… si no fuera porque éste se cerró con mi momento televisivo favorito de todos los tiempos. Con el final de su tercera temporada «Lost» lanzaba su mayor bombazo (ya nunca consiguieron superarlo) con la revelación de que los flashbacks que habíamos visto durante todo el episodio eran en realidad flashforwards, o sea acontecimientos que habrían de suceder en el futuro, un futuro con un muerto misterioso y en el que al menos Kate y Jack habían conseguido salir de la isla. Y lo que nos terminó volando aún más la cabeza fue saber que este último, totalmente hecho mierda, estuviera arrepentido por haberse marchado y aún más desesperado por volver a ella. Podré ver y escuchar decenas de veces el «We have to go back» gritado por Jack y siempre se me pondrá la piel de gallina, aunque aún recuerde, como si fuera ayer, cómo me golpeó aquella escena por vez primera en mayo de 2007. Lo peor es que aquí sí que tuvimos que esperar casi un año, hasta abril de 2008, para ver qué demonios sucedía a partir de ahí. 

4×05 The Constant (La constante)

La cuarta temporada de «Lost» supuso un cambio de paradigma brutal a muchísimos niveles en el momento en el que probablemente más lo necesitaba. La serie abrazó el nuevo invento de los flashforwards, sacándole muchísimo partido, justo cuando el viejo invento de los flashbacks ya estaba más que agotado y amortizado. Así, no tardaron en contarnos que hasta seis protagonistas lograrían salir en algún momento de la isla (los Oceanic Six) y a partir de ahí el juego consistió en ir descubriendo quiénes eran a la vez que, en los acontecimientos ambientados en la isla, nos revelaban cómo lo habían conseguido y por qué otros en cambio tuvieron que quedarse. Teníamos además personajes nuevos procedentes de ese barco del que sólo sabíamos que no era de Penny, como Daniel Faraday, Miles Straume, Charlotte Lewis o Frank Lapidus, que acabarían teniendo muchísima relevancia en el futuro de la serie. Charles Widmore, que ya había asomado brevemente en las dos temporadas anteriores, aquí ya se posicionaba como otro gran villano dispuesto a competir, tanto en villanía como en el plano personal, con Benjamin Linus. Con todo esto, la serie fue entregando muy buenos capítulos pero todos quedarían eclipsados por «The Constant», el considerado por la inmensa mayoría como el mejor capítulo de «Perdidos» (yo confieso que, analizándolo globalmente, me decanto por el final de la temporada 3): Desmond, saltos descontrolados en el tiempo, Faraday intentando echar una mano entre el Oxford de 1996 y la isla en 2004… y Penny, la constante de Desmond. Y esa llamada telefónica que nos zarandeó a todos el corazón. Si aún existía alguna duda de que Desmond y Penny conformaban la mejor pareja de la serie, y la más querida por todo el mundo, tras este episodio ya no quedaba ninguna. 

4×14 There’s No Place Like Home: Part 3 (Como en casa en ningún sitio: Parte 3)

La cuarta de «Perdidos» también fue la temporada «de la huelga», pues en 2008 un paro de guionistas similar al vivido recientemente afectó a un sin fin de series que vieron acortadas, en la mayoría de los casos, sus entregas anuales por unas con menos episodios de los habituales. «Lost» se vio afectada pero menos que otras competidoras, pues si bien se había anunciado que la serie concluiría con tres últimas temporadas, cuarta, quinta y sexta, de 16 capítulos cada una, en esta ocasión sólo se pudieron escribir y filmar 14 episodios (esto llevaría a ampliar las dos últimas temporadas hasta los 17 capítulos). Con «There’s No Place Like Home» volvíamos a tener una triple season finale aunque lo más potente volvía a concentrarse en la tercera y última entrega: el rescate de los seis de Oceanic, la explosión de la embarcación de Widmore en la que presumiblemente moría algún protagonista, y momentos anheladísimos por todos como el reencuentro entre Penny y Desmond, con los otros seis supervivientes como testigos, y la gran revelación de la identidad del muerto en el ataúd, un enigma que lograron mantener durante más de un año. Pero claro, es que antes habíamos visto como Ben conseguía mover la isla y cambiarla de sitio, teletransportándose fuera de ella. Cómo no quedarse con eso como el gran momentazo de este cierre de temporada.       

5×08 LaFleur

Con los Seis de Oceanic encaminados a regresar más pronto que tarde a la isla (algunos por convicción propia y otros movidos por los acontecimientos), y los supervivientes que se quedaron saltando continuamente en el tiempo de forma aleatoria e incontrolable (lo que muy convenientemente nos serviría para explorar algunos acontecimientos históricos importantes en distintas épocas en la isla), arrancaba la temporada más compleja y arriesgada de la serie hasta la fecha. Capítulos tan interesantes como el 5×03, «Jughead», en el que conocíamos a unos jovencísimos Charles Widmore y Eloise Hawking, el 5×06, «316», con el vuelo Ajira 316 llevando a Jack, Kate, Hugo, Sayid, Sun, Ben, Lapidus y ¿Locke? de vuelta a la isla, o el 5×07, «The Life and Death of Jeremy Bentham», en el que se nos revelaban las andanzas de John desde que salió de la isla hasta su, ejem, fallecimiento, desembocaban en este primer tramo de temporada en un genial octavo episodio en el que, atrapados Sawyer y compañía parece que definitivamente en 1977, por fin empezamos a explorar y conocer desde dentro a la iniciativa Dharma. Para entonces Sawyer, aka LaFleur, había realizado ya el tránsito completo desde el antihéroe con el que arrancó la serie hasta el héroe admirable y sin fisuras con el que la concluyó. Si la temporada 3 fue la temporada de Ben y la cuarta probablemente la de Desmond, la quinta se la lleva de calle Sawyer. El capítulo terminaba con el reencuentro, un tanto inoportuno aunque sí muy emotivo, entre éste y Kate, Jack y Hurley.

5×16 The Incident: Part 1 (El incidente: Parte 1)

La temporada 5 volvía a cerrarse con un capítulo doble, «The Incident», y como solía ser costumbre la segunda entrega era en el cómputo global mejor que la primera, con escenas tan trascendentales como el asesinato de Jacob a manos de Ben o ese final cargado de adrenalina que culminaba con la pobre Juliet haciendo detonar la bomba y causando aparentemente el Incidente del título. Sin embargo, en esta ocasión vamos a quedarnos con la Parte 1 por ese inolvidable arranque con el que nos presentaban por primera vez a Jacob y a su hermano y gran antagonista, el Hombre de Negro, a los pies de una inmensa estatua. Una escena brillantísima que dejaba bien claro que su enemistad, que venía de siglos atrás, estaba en el núcleo mismo de la serie y ya marcaría a partir de ese momento el devenir de la misma como eje primordial. 

6×09 Ab Aeterno

No comparto en absoluto que «Perdidos» tuviera un mal final, aunque ya me extenderé un poco más en esto cuando toque, pero más allá de que se acabaran resolviendo mejor o peor todos sus misterios, o se cumplieran todas las expectativas que habían ido generando, cuestiones que a mí francamente siempre me dieron un poco igual, sí reconozco que la última temporada me parece la más floja, o la menos potente, de las seis. Y también es la más tramposa, como efecto directo de la introducción de los llamados «flash sideways», algo que también comentaré más adelante. Pero sigue siendo en términos generales una temporada notable y además entregó algunos capítulos que se situaron casi de inmediato entre lo más top jamás hecho por la serie. Como el 6×09, «Ab Aeterno», que arrancó en 1867 en la isla canaria de Tenerife para conocer por fin la historia de Richard Alpert, o mejor dicho Ricardo, su llegada a la isla tras el naufragio del navío la Roca Negra, y su primer encuentro, por ese orden, con el Hombre de Negro y Jacob. Y se nos revelaba, en relación con esto último, el motivo por el que jamás parecía envejecer, uno de los mayores enigmas de la serie desde su tercera temporada.

6×14 The Candidate (El candidato)

Es probable que no mucha gente identifique «The Candidate» como uno de los capítulos más importantes de la serie, pero si digo que es aquel en el que mueren nada más y nada menos que tres personajes principales, tres tan relevantes como Sayid, Sun y Jin, ya es más probable que os vayáis acordando. Tras caer en la trampa de ese Hombre de Negro que, desde la temporada anterior, había usurpado el aspecto físico de John Locke, los protagonistas que para entonces seguían con vida se ven atrapados a bordo de un submarino a punto de estallar. Sayid se sacrifica por los demás y se inmola con la bomba… y básicamente eso fue lo único bueno que llegó a hacer en toda la temporada. Qué personaje más confuso y desaprovechado en este tramo final, muy en la línea de esa Claire a la que, tras su prolongada ausencia y posterior reaparición, nunca volvimos a pillar el punto. Aunque tampoco es que el sacrificio de Sayid sirviera de mucho, pues aunque salvó a sus amigos de la explosión, prácticamente les condenó a morir ahogados. Jack, Kate, Sawyer y Hugo consiguieron milagrosamente salir con vida, y más tarde descubrimos que Lapidus también, pero los coreanos no lo lograron. La suya fue una muerte tristísima y muy dolorosa, más aún cuando dejaban huérfana a la pequeña Ji Yeon, a la que su padre nunca llegó a conocer. Sun quedó atrapada tras una enorme viga, sin esperanza ninguna para ella, pero Jin, que tuvo la oportunidad de salvarse, prefirió morir sujetando las manos de su amada esposa. Una de las secuencias más dramáticas y hermosamente filmadas de toda la serie.   

6×15 Across the Sea (Al otro lado del mar)

Tras su breve pero inmejorable introducción en la primera parte de «The Incident» y la aparición de ambos en el «Ab Aeterno» de Richard, y ya con sólo un par de episodios más por delante para cerrar definitivamente la serie, llegaba el turno de dedicarle un capítulo entero a Jacob y al Hombre de Negro. Hermanos y a partir de un determinado momento rivales irreconciliables, «Across the Sea» nos cuenta su historia desde el mismo momento de su nacimiento, siglos o quién sabe si milenios antes del arranque de la serie. El capítulo culmina con Jacob asumiendo el papel de protector de la isla, cargo que hereda de su «Madre» (Allison Janney), pero cometiendo el mayor error de su existencia, pues él es el único responsable de la conversión de su hermano en el Humo Negro y, como tal, en la mayor amenaza posible para la propia isla… y para el mundo exterior, pues descubrimos que el mayor anhelo del «monstruo» no es otro que salir de ese lugar en el que, mientras exista Jacob, estará siempre atrapado. Para los que aún insisten en que «Lost» nunca revelaba sus misterios, los cadáveres de «Madre» y el Hombre de Negro acabarían siglos después siendo descubiertos en las cuevas de la primera temporada por los supervivientes, que les bautizarían como Adán y Eva. Ningún capítulo profundizó tanto en el lore de la isla como «Across the Sea», que a la vez lo dejó todo dispuesto para una batalla final que ya se antojaba inevitable. 

6×17 The End (Fin)

Bien, lo voy a decir ya: a mí no sólo me gusta el final de «Perdidos», sino que estoy seguro de que a la mayoría de la gente también, y lo que pasa es que los descontentos (muchos de los cuales dejaron bien claro que no habían entendido nada) simplemente han hecho siempre más ruido. Como los detractores de los Ewoks, que también estoy convencido de que son minoría. Ya sé que las notas de IMDb no son una ciencia exacta, y menos aún hoy en día con el auge del «review bombing», pero nos pueden servir en este caso como una buena referencia. Cuando a alguien le da por citar por enésima vez los peores finales de la historia de la televisión, siempre aparecen series como «Dexter» (4,8 de nota media su último capítulo), «Cómo conocí a vuestra madre» (5,5), «Juego de tronos» (4,0), «Killing Eve» (3,4), «True Blood» (5,4) y por supuesto «Lost»… pero lo cierto es que «The End», emitido el 23 de mayo de 2010 y que en IMDb figura como un capítulo en dos partes, tiene un 8,3 y un 9 de nota media. Aún hoy en día se sigue escuchando o leyendo que «es que estaban todos muertos», cuando no es así. No voy a explicarlo porque es bastante obvio que no era así, tampoco hace falta ser un lince y bastaba con haber prestado un poco de atención. Pero aún admitiendo que la sexta temporada no fue la mejor, y que los flash sideways fueron tramposos porque intentaron hacernos creer en todo momento que estábamos ante una realidad alternativa (¿esa isla sumergida en el primer episodio qué sentido tenía?), para mí el final sí fue satisfactorio y no estuvo falto de emoción ni de buenísimos momentos. También es cierto que sus guionistas tenían planeado algo mucho más espectacular para la isla y que, por motivos de presupuesto, no lo pudieron llevar a cabo. Y la idea de esa especie de purgatorio en el que, DESPUÉS de la muerte de cada personaje, todos se reencontraban, si hubiera estado contada de forma un poco más honesta habría sido maravillosa, pues era una concepto muy valiente, bonito y muy fiel en su esencia al espíritu de la serie. Una serie que arrancó con el ojo de Jack abriéndose en la isla y concluyó seis años después en el mismo sitio con el ojo de Jack, ya por fin y definitivamente convertido en un héroe, cerrándose. Perfecto.

Otro de los grandes palos que los creadores y responsables de «Perdidos» han venido recibiendo desde la emisión de su final es que dejaron demasiados misterios en el aire, que fueron lanzando ganchos por ahí sin intención ninguna de que finalmente tuvieran sentido y de que improvisaron demasiado sin tener realmente un plan en su cabeza. Lo cierto es que un revisionado ayuda muchísimo a darse cuenta de que todo aparenta estar mucho más atado y tiene más coherencia de la que recordamos, de que no son tantos los misterios que quedan por resolver y de que no todo tiene por qué tener necesariamente una explicación razonada, menos aún cuando el centro de la serie no deja de ser una isla MÁGICA. Los que hayan seguido la carrera posterior de (mi adorado) Damon Lindelof, con esas dos obras maestras que son «The Leftovers» y «Watchmen», me entenderán.  Pero recogiendo en parte el guante de aquellos que demandaban más respuestas, pero también burlándose descaradamente de ellos, los responsables de la serie lanzaron meses después una especie de epílogo en el que trataban de atar los principales flecos que habían quedado por ahí sueltos, y que como digo no eran tantos. Sirva por tanto como Bonus Track y bonita despedida de este post: 

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20 años. 20 AÑOS. Aún cuesta creerlo. Qué viejos somos. Cómo pasa el tiempo. Cuando «Lost» arrancó, aún faltaban 11 años para que nacieran mis pequeños, que han terminado de verla ahora enterita recién cumplidos los 9. Al menos desde su final «sólo» han pasado 14 años. Y en estos 14 años desde su adiós nadie ha hablado nunca de revivir la serie, ni de realizar algún tipo de spin off o, peor aún, un reboot o una secuela. En los tiempos que corren es extrañísimo pero confiemos en que por una vez impere el sentido común. Eso sí, ¿cuántas series han querido en todos estos años asemejarse a ella, recoger su testigo o se han autoproclamado directamente como sus sucesoras espirituales? Ahí sí que hemos perdido la cuenta. Pero «Perdidos» es irrepetible y está muy bien como está. Animo a todos aquellos que la vieron en su momento (de no ser así entiendo que no estaríais leyendo esto) a revisitarla, no sé, como poco cada 20 años, pues aguanta fenomenal el paso del tiempo. Namaste y quién sabe, ¿nos vemos en 2044?

 

 

 

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  1. Avatar de Desconocido
    Anónimo permalink
    01/10/2024 11:23

    Sigo tu blog desde el día 1 y me dio mucha pena el «cierre», un gusto verte escribir de nuevo. Justo este verano hice mi primer rewatch de Lost, una de la series de mi vida, para ver si aguantaba el pulso ya sabiendo todos sus misterios, y tengo que decir que la he gozado y que para mi sorpresa, la temporada 6 no me ha parecido tan mala como en su momento, una vez quitado de encima lo del templo la cosa mejora y el final me sigue emocionando. Aunque si, es la peor temporada y le cascaría un 6,5/10. La volveré a ver por tercera vez dentro de unos años. Por cierto los bluray son de las mejores ediciones que tengo, además de que la imagen de los exteriores lucen increible (obvio, es una isla bellisima), los menus y los extras son muy top. Ahora estoy entre empezar el rewatch de Mad Men o de Twin Peaks. Un saludo.

  2. Avatar de xavidiazg
    07/10/2024 11:08

    Tres veces que la he visto y me sigue fascinando. ME encanta todo, incluso el final, que me pareció precioso.
    Genial que volváis, no os hagáis esperar demasiado ☺️

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