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«The Affair»: a la tercera fue vencida

08/02/2017

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Creo no equivocarme si afirmo que «The Affair» ha estado desde siempre en entredicho, o al menos en el alambre, incluso en sus mejores momentos. No deja de sorprenderme este hecho porque en otros títulos más radicales sí es fácil encontrar opiniones totalmente contrapuestas debido precisamente a ese planteamiento al límite que te hace amar u odiar la propuesta, pero «The Affair» no creo que lleve a ese extremo su ideario, por lo que no me explico muy bien el porqué había un sector de la audiencia tan marcado que denostaba la serie. Hasta ahora, porque, dejo ya el titular, después de dos grandes temporadas, en la tercera se ha caído con todo el equipo. No voy a volver a analizar aquellas dos primeras temporadas en las que «The Affair» se convirtió en una de las series importantes del momento, os remito al post en el que ya las despaché en su día : (De océanos y tormentas), pero es de justicia recordar que aquellas dos primeras tandas sí que me sedujeron, por lo que era yo de los que no estaban con el cuchillo entre los dientes esperando cualquier tropezón, me sedujeron y las disfruté, con sus fallos e irregularidades, pero sí fui defensor de ellas. Pero lamentablemente en la tercera temporada se ha desmoronado el castillo de naipes.

Los diferentes puntos de vista desde los que la serie contaba su historia en un principio resultaron especialmente un artefacto de novedad, algo que la hacía original y ponía en entredicho la verdad del narrador. Cuando esos ángulos pasaron de dos a cuatro en la segunda temporada, la serie adquirió más matices y perspectivas, enriqueciéndola y dándole nuevas excusas para no caer en la monotonía, y además dio un salto de calidad sobre todo porque el personaje de Helen adquiría más protagonismo, resultando una portentosa interpretación la de Maura Tierney, quien se adueñaba de algunos de los pasajes más memorables. Además, la intriga que envolvía aquellas dos temporadas, aunque era una trama paralela y dejaba el protagonismo principal en la historia sentimental de la pareja protagonista, ahora se entiende que fue fundamental para mantener el hilo de aquella narración, sirviendo como cable conductor de unos acontecimientos que desembocarían en un clímax final en el que tanto las historias de los cuatro protagonistas como la trama policial se unían, atando todos los cabos, dando sentido a todo lo contado. Pues bien, todo eso es lo que le ha faltado a esta tercera temporada: sentido, una dirección en la que caminar y un equilibrio entre sus protagonistas.

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(A partir de ahora se desvelarán elementos de la trama de la tercera temporada, por lo que si aún no la has visto y tienes pensado hacerlo, mejor que vuelvas entonces, quizás en medio de la decepción).

La acción de esta tercera temporada se sitúa tres años después de que Noah se declarara culpable de la muerte de Scotty en un intento por encubrir a las verdaderas responsables, Helen y Alison, y de que esta última le revelara que el hijo de ambos era en realidad fruto de un escarceo con Cole. Cómo se van llenando huecos, es decir, cómo vamos descubriendo por determinadas frases, acciones o flashbacks lo que sucedió en esos tres años es lo más interesante del comienzo de esta tanda, alternándose con una nueva línea de misterio, en este caso el acoso e intento de asesinato hacia Noah. Hasta ahí todo bien. El primer bajón, y muy importante, se produce con la irrupción de una quinta arista al poliedro, Juliette (Irène Jacob), una profesora francesa que se convertirá en la nueva amante de Noah, y que llegará a tener el protagonismo absoluto en el tercer episodio, algo no muy bien encajado por los seguidores de la serie, y con razón. Con los puntos de vista de cuatro personajes y la multitud de frentes abiertos entre ellos era innecesario otro foco de atención, y más cuando este resulta muy poco interesante y lleno de tópicos. Además, comienza a tener una envergadura simbólica la hija mejor del matrimonio Solloway, Whitney, sin duda un personaje detestable y poco llamativo.

Otro de los problemas que ha tenido la temporada ha sido el enorme y ya absoluto protagonismo que ha adquirido Noah. Si hasta ahora la relación entre Noah y Alison vertebraba todas las tramas, muy bien secundados y a veces incluso eclipsados en la segunda temporada por los puntos de vista de Helen y Cole, en esta ocasión es Noah quien ya se convierte en centro de todo el espectáculo, con todo lo que eso conlleva. Y lo que conlleva es un astío y pereza brutal, ya que el tipo este, además de poco deseable e irritante, no facilita ningún tipo de empatía. El recuerdo y descubrimiento de su terrible pasado nos da una pereza inmensa, por muy tortuoso que sea. Además, el crecimiento en líneas de su personaje hace que el resto de diluya, especialmente Alison, que ya no es ni la sombra de lo que fue. Su deambular por estos 10 episodios ha sido lamentable y sus reencuentros en la cama con Cole y Noah se me antojan lo más desafortunado e incoherente de todo su recorrido por la serie. Además, Helen, la gran revelación de la segunda temporada, también sufre las consecuencias del inusitado protagonismo de su exmarido, siendo testigos de cómo se arrastra y pierde toda su fuerza. Aunque creo que Cole era ya lado más flojo del cuadrado, en esta ocasión no tiene ni media oportunidad para intentar asomar un poco la cabeza.

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Además de Juliette, el segundo nuevo personaje que aporta esta tercera temporada es el de John Gunther, interpretado por un casi irreconocible Brendan Fraser, el carcelero que le hará la vida imposible a Noah en la cárcel y se convertirá en su pesadilla al salir de ella. Su trama sí podría ser interesante, pero después de una importancia considerable en la primera parte de los nuevos episodios, sorprendentemente desaparece hasta regresar ya casi al final para convertirse en un fantasma, para que olvidemos de un plumazo la novedad más emocionante que se nos había planteado. Y es que creo que el principal error de esta tercera entrega de «The Affair» ha sido que no ha sabido hacia dónde tirar. En un principio optaron por resituar los acontecimientos, y me parece bien ya que el sorprendente final de la segunda temporada no podía tener su continuación tres años después como si nada, sin saber qué sucedió en ese periodo. Pero una vez conocidos los vaivenes de los personajes durante ese tiempo, se terminó la emoción y la intriga, porque a la vez que recomponíamos la situación éramos testigos del nuevo drama de Noah, pero todo se fue esfumando y las nuevas propuestas no son a la postre más que nuevos rodeos sobre situaciones ya vividas y finiquitadas.

En la recta final, en concreto en el penúltimo episodio, pudimos retomar algo de emoción con el regreso a la palestra de John Hunter y el desenlace del misterio de Noah. Desenlace frustrante, ya que se nos tiró por tierra lo poco bueno que había aportado la temporada, y porque echaba más madera sobre el personaje de Noah, odioso ya a estas alturas (para quien no lo fuera ya). Pero el episodio tuvo su cosa, porque lo peor estaba por venir. Después de comprobar cómo Noah descendía por enésima vez a los infiernos, de golpe en el último capítulo, una suerte de epílogo (sonrojante), nos le encontramos más feliz que nunca en París viviendo una idílica historia de amor con Juliette, quien también reaparecía después de una (en este caso agradecida) larga ausencia. La cara de gilipollas alelado que se gasta Noah en todo el episodio, unido a la esperpéntica trama, con la «impagable» e increíble presencia también de Whitney, otra a la que no se le había echado en falta y que, oh! casualidad, también estaba en la capital gala, nos hace replantear de nuevo toda la red de sentimientos de los protagonistas, si bien de una buena parte de ellos no tenemos ninguna noticia desde hace tiempo, especialmente con su pasmosa escena final (pasmosa, que no sorprendente ni emocionante ni increíble ni creíble), pero ya por mero capricho, sin alicientes y sin demasiadas ganas por nuestra parte.

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15 comentarios leave one →
  1. Mercedes permalink
    08/02/2017 9:21

    Totalmente de acuerdo con tus apreciaciones. Las dos primeras temporadas tuvieron una trama coherente, unos personajes sólidos y una intriga de fondo muy bien resuelta en un final sorprendente. Podría muy bien haber terminado ahí, con el cierre redondo del ingreso en prisión de Noah. La tercera temporada no tiene ni coherencia ni interés… Los personajes se diluyen, y la nueva trama sobre el «penoso pasado de Noah» como una suerte de justificación freudiana del Noah actual, en lugar de profundizar en el personaje lo caricaturiza. En cambio veo al personaje de Allison mejor estructurado; es de sobra conocido el terrible trauma que arrastra, que explica muy bien en lo que se ha convertido: una mujer insegura y llena de culpabilidad, ansiosa de ser, esta vez, «una buena madre». Sus escarceos sexuales con sus ex parejas no hacen más que confirmar sus inseguridades y ambivalencias; no me sobran, creo que se ajustan al perfil del personaje. Pero el conjunto de la temporada tan centrada en las torturas internas de Noah desequilibra el delicado entramado a cuatro bandas tan bien estructurado en la segunda temporada. Espero que no se les ocurra ir a por la cuarta!

    • Sergio Almendros permalink*
      08/02/2017 9:22

      gracias por tu comentario mercedes. siento decirte que la cuarta temporada ya está confirmada.

  2. Julián permalink
    08/02/2017 16:39

    A mí ya la segunda temporada me pareció mucho peor que la primera, y tras leer tu comentario, me ahorro ver la tercera (y, por supuesto, la cuarta) porque veo que el derrotero era el que no me gustaba…

    Muchas gracias por ahorrarme tiempo y sentimiento de culpa (por estar dándole largas).

    • Sergio Almendros permalink*
      08/02/2017 17:02

      aunque me haces sentir culpable y demasiado responsable eh

  3. chavelis permalink
    09/02/2017 10:02

    A mi me encanto la serie y deseo continúe para gusto los colores

    • Sergio Almendros permalink*
      09/02/2017 10:59

      pero es innegable que esta temporada ha sido la más floja de las tres, no? al menos eso

  4. Verania permalink
    09/02/2017 18:03

    Bastante de acuerdo con tus apreciaciones .
    La tercera temporada prescindible totalmente … los personajes no crecen y el protagonismo de Noah se hace Insufrible. El episodio 10 el peor de casi todos . Noah -al que le había cogido aprecio por su fragilidad , egoísmo y odiosa humanidad- en este último ( y en el episodio 9 con esos flash back carcelarios deja vues ) termina pareciendo un esperpento, la aparición de la hija ñoña prodiga y caprichosa -Witney -no aporta nada y el personaje de Irene Jacob resulta irritante ( por poco creíble ) , hay actrices francesas que conservan leur charme en parlant en français, dejémoslo en que no es el caso de Mme Jacob.
    Si se trataba de hacer una oda o tributo a la vieja Europa bien podían haberse ahorrado ese tour Americano por Paris .
    Creo que lo salvable en esta temporada 3 son Helen ( magnífica como siempre ) y Allison ( más oscura y poliedrica ) .
    La serie peca como muchas otras de alargarse sin necesidad . Veré la temporada 4 pero no me puedo imaginar mayores tribulaciones en el personaje de Noah …claramente oxidado .

    • Sergio Almendros permalink*
      11/02/2017 20:39

      Muy de acuerdo contigo Verania, menos en lo de Alison y Helen, a mí me parece que no son ni rastro de lo que fueron. Un saludo!

  5. Edu permalink
    13/02/2017 13:48

    Claramente la tercera temporada ha sido la más floja, el listón quedó muy alto en el final de la segunda. Demasiado. Pero seguiré viendo la cuarta, igual que le di otra oportunidad a Homeland tras la muerte de Brody, y no lo lamento. Personalmente me gusta tanto el cuarteto protagonista, son personajes tan perfilados, tan de carne y hueso (podemos añadir incluso a las dos mujeres ajenas al affair inicial, Luisa y, sí, también, Juliette) que podría sentarme a verles envejecer sin importarme si la acción es construir una casa, celebrar un cumpleaños o rebuscar en una librería. Helen es para mí el personaje más interesante, pero Noah no me parece detestable, en absoluto. Es un tipo que se equivoca, mucho, muchísimo. Pero tampoco siempre. Ya le pasó a Dominic West con McNulty en The Wire, nunca recibió ningún elogio ni como actor ni por su personaje, que también era bastante «desagradable». Creo que en ambos casos merece mayor reconocimiento.

    • Sergio Almendros permalink*
      13/02/2017 16:54

      en mi caso el desapego no es por el actor, sino por el personaje, que lo toleraba bastante bien a pesar de las críticas que ya sufría, pero ciertamente ya en esta T3 me ha superado.
      gracias por tu comentario Edu

  6. demian permalink
    13/02/2017 15:39

    Ni la termine de ver para el olvidoy van varias.. , la segunda temporada tuvo momentos altisimos y capitulos jump the shark como el de la tormenta que algunos les parecio brillante, consejo vas a ver the affair mira solo la primera a lo sumo la segunda tbm

    • Sergio Almendros permalink*
      13/02/2017 16:55

      gracias por tu comentario (y por tu método de redacción tan curioso) demian

  7. Joel permalink
    06/05/2018 15:01

    Excelentes comentarios Sergio, estoy tratando de terminar la tercera temporada pero cada vez se me hace mas difícil, no entendí por que desarrollar el personaje de Juliette justo en el capitulo nueve. Esta temporada se torna pesada, aburrida y no despierta interés, quisieron castigar demasiado al personaje de Noah con sus traumas internos, aunque entiendo que es una manera de castigo para el personaje en un intento de llevar al espectador a pensar que el haber tenido un romance fuera del matrimonio es lo mas condenable del mundo, un intento fallido de la doble moral que existe hoy día.

    • Sergio Almendros permalink*
      06/05/2018 22:21

      gracias por tu comentario Joel.
      A pesar de que ya hace tiempo que escribí esas líneas, la pereza por la cuarta temporada, de estreno inminente, sigue siendo importante.

  8. Anónimo permalink
    10/02/2024 11:02

    Sinceramente creo que, estando totalmente de acuerdo con su análisis, la serie, a cada capítulo que pasa, deja un poso incoherente que nada tiene que ver con la trama. A mi juicio, la calidad artística de Ruth Wilson está a años luz de la del resto del elenco. Parece como que, tras cada escena vista en la que ella toma parte, aparece un precipicio colosal del que uno se repone a duras penas. Creo, también, que esta historia ha sido tratada por gente poco competente. Un saludo.

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