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Por fin liberados de «True Blood»

27/08/2014

True Blood Season 7

(ALERTA SPOILER: Este artículo está dirigido a los y las valientes que hayan llegado a “Thank You”, el último episodio de “True Blood”, aunque si alguna vez seguiste la serie pero te bajaste del barco a tiempo y no te importa enterarte de qué pasó al final también estás invitado a leer)

En el particular universo de “True Blood” el vampiro mantiene un curioso vínculo emocional con el chupasangre que le convirtió, de modo que éste puede sentir la muerte o el dolor de su descendencia y también puede darle órdenes que tienen que ser rigurosamente acatadas. Básicamente un vampiro vive sometido a la voluntad de su progenitor, aunque no esté de acuerdo ni con él ni con sus métodos, y esas ataduras sólo se rompen cuando el vampiro original pronuncia las palabras “como tu creador, yo te libero”. Y así es como nos sentimos muchos espectadores tras siete largas temporadas en Bon Temps, liberados por fin de un yugo que habíamos soportado demasiado tiempo, aunque con la diferencia de que nosotros no estábamos obligados a nada y podíamos habernos bajado del barco cuando hubiésemos querido. Muchos lo hicieron y otros nos quedamos, bajo nuestra propia responsabilidad.

La realidad es que “True Blood” dejó de ser ella misma hace mucho tiempo, tanto que casi ni recordamos que en sus comienzos, en 2008, su explosivo cóctel de supersticiones sureñas, grotesco sentido del humor, atmósferas turbias, sangre y sexo a borbotones supuso una fresca vuelta de tuerca a los mitos vampíricos, dejando en evidencia a la saga cinematográfica “Crepúsculo”, que también comenzó ese mismo año. Pero desde hace ya varias temporadas (¿desde la tercera, quizás incluso desde la segunda?) a “True Blood” no había que tomársela en serio. Su juego era el “todo vale” y no se avergonzaba en absoluto de traspasar con frecuencia la línea de lo ridículo porque también en ocasiones caía del lado de lo genial(oide). De serie de culto pasó a placer culpable, y de ahí, con la acumulación de temporadas cada vez menos inspiradas y más estúpidas, a mala costumbre que uno mantiene por inercia y no sabe quitarse de encima. A “True Blood” siempre le ha ayudado que se emite en plena canícula, cuando los sentidos están más atontados y la competencia seriéfila es menor, pero en mi caso estaba decidido a dar carpetazo al asunto tras la conclusión de la sexta temporada (reseñada aquí) y solo el comunicado posterior de la HBO  anunciando que la séptima sería la última (consciente de que, aunque las audiencias aún seguían acompañando, el invento estaba más que exprimido) me hizo recular. No habíamos llegado hasta aquí para abandonar tan cerca de la orilla, así que decidí asumir cristianamente la penitencia por mis pecados y remar hasta el final. La realidad es que mis expectativas eran bajísimas de cara a estos últimos diez capítulos y juro que tras visionar “Jesus Gonna Be Here”, el primer episodio de la tanda, estuve cerca de abandonar. Se adueñó de mí una mezcla de pánico y pereza infinita. Quizás no estaba preparado para semejante via crucis, quizás no debía perder mi tiempo en las patéticas andanzas de los habitantes de Bon Temps mientras otras series prometedoras descansaban en el banquillo de mi ocio personal esperando a salir al campo. Pero una promesa es una promesa, y finalmente he llegado a “Thank You” con una impagable sensación de expiación y liberación. Y ni rastro de nostalgia, algo bastante grave cuando se trata de una serie que has seguido durante seis años.

True Blood-season7

Es inevitable acordarse de “Dexter”, otra serie popular que fue grande (en sus mejores momentos bastante más grande que “True Blood”) pero que debió terminar mucho antes de cuando lo hizo. La diferencia es que con la serie de Showtime había una posibilidad de marcharse por la puerta grande. Existían opciones para que los guionistas escribieran una gran temporada de despedida, pero terminaron miserablemente pisoteadas, una tras otra. Sin embargo, con “True Blood” la tarea era más complicada. Francamente, no me hubiera gustado estar en la piel de los responsables de la serie. Sencillamente era imposible revivir a un muerto. La galería de personajes, tanto los principales como sobre todo los secundarios, estaba extenuada casi al completo. No se les podía sacar ya ni un solo pase. Sinceramente, creo que la única forma de haber acabado por todo lo alto habría sido liarse la manta a la cabeza, volverse completamente locos y haber llegado lo más lejos posible en cuanto a delirio y absurdo. No sé, cosas como Alcide devorando a Sookie presa de los celos, o Jason y Hoyt acabando juntos en la cama. Lo más cerca que estuvieron de esa línea fue el inenarrable polvo entre Eric y la paciente y entregadísima Ginger, y quizás fue lo mejor de la temporada. En lugar de eso, “True Blood” ha querido mantener la cordura, ponerse seria y reconciliarse con (casi) todas sus criaturas, ofreciéndoles melosas y azucaradas despedidas a modo de homenaje, trufándolas de autoreferencias. Todo como mandan los cánones, y claro, ha sido aburrido, muy aburrido. Es muy difícil emocionarte con unos personajes que llevan años malviviendo en subtramas de serie Z y con los que apenas existe algo de empatía.

“True Blood” sabía dónde quería llegar pero diez episodios volvían a ser demasiados y había que rellenar, de modo que la temporada se dividió en dos bloques. En los primeros cuatro capítulos –hasta “Death is no the end”– se desarrolló el argumento legado por el cliffhanger del final de la sexta temporada, con la llegada a Bon Temps de los vampiros infectados por la hepatitis V. Una pesadez de trama, fofa, cutre y sin gracia con Arlene, Holly y la embarazada Nicole apresadas en el sótano del Fangtasia (escenario sobre-explotado durante toda la season) que nos dejó como highlights la esperadísima y tempranera muerte de Tara –aunque todavía tuvimos que soportarla durante el resto de la temporada como aparición fantasmal- y la inesperada de Alcide, el macho alfa, tan triste y lamentable como en realidad fue todo su paso por la serie (y que me perdone el lector femenino y homosexual).

True Blood-Eric-Pam

A partir de “Lost Cause” la historia se focalizó, por un lado, en la infección de Bill Compton, apuntando claramente a cerrar el círculo volviendo al origen del romance con Sookie, y por el otro, en la caza de Sarah Newlin, que insospechadamente albergaba en su sangre la cura a la enfermedad vampírica, por parte del dúo formado por Eric y Pam, sin duda alguna los dos personajes más rescatables del show, especialmente en su faceta cómica –los flashbacks sobre el origen del Fangtasia, o su infiltración en una convención republicana-, aunque su asociación con los yakuzas de la corporación Yakanomo fue siempre un sinsentido total. Los materiales de derribo que acompañaron a estas dos líneas argumentales navegaron desde lo absolutamente infumable –Tara comunicándose desde el más allá con su cargante madre, Lettie Mae, en busca de una redención mutua que nos la pelaba a todos; Sam Merlotte optando por largarse del pueblo, ¿alguien le echó de menos?- a lo potencialmente emotivo –el regreso de Hoyt a los brazos de Jessica en realidad era innecesario, pero los responsables de la serie buscaron su propio “Eternal Sunshine of the Spotless Mind”, quedándose obviamente bastante lejos de semejante obra maestra- , pasando por lo estúpidamente intrascendente –la venganza de Violet a costa de la idiota pareja adolescente, los enamoramientos con vampiros de los antaño descreídos Lafayette y Arlene- , corroborando que en realidad el oficio de guionista de “True Blood” es de los más duros y menos agradecidos del mundo.

True Blood-Bill-Jessica

Y así llegamos a “Thank You”, una season finale que pretendía apelar a las emociones del espectador con una explosión sentimental que a estas alturas ya era casi imposible de tragar. “True Blood” alcanzaba su final con el mismo cansancio vital que el vampiro Bill, pero con la necesidad de cerrar la vieja historia entre sus dos protagonistas principales. El problema es que después de tantas vueltas, tantas idas y venidas, tantos dimes y diretes, Bill y Sookie se habían terminado convirtiendo en dos caricaturas de sí mismos, dos personajes prescindibles, quizás no para el show, pero sí para el disfrute del espectador. Que la serie tenía que terminar volviendo a ellos dos es algo que figura en el manual básico de cómo fabricar historias románticas, pero su relación hacía tiempo que se había convertido en un lastre y por ello los responsables de la sería decidieron hace un par de temporadas, con buen criterio, dejarla a un lado. Volver a ella resultaba forzado, pero no tanto como las razones que esgrime Bill para querer morir y permitir que con su marcha Sookie tenga la oportunidad de vivir una vida normal. ¿En serio? ¿En Bon Temps? Veamos. En el flashforward de la escena final del capítulo (al son del “Thank You” de Led Zeppelin, sin ninguna vergüenza) contamos al menos seis parejas humano/ser sobrenatural que parecen comer perdices y vivir felices para siempre (Lafayette y el vampiro James, la vampira Jessica y Hoyt, el cambiaformas Sam y Nicole, el hada Adylin y Wade, Arlene y un vampiro majete que pasaba por ahí; diablos, incluso la propia Sookie y un señor con barba). No parece que ninguna de esas radiantes parejas se coma la cabeza con tormentos sobre qué les deparará el futuro ¿Qué problema había con que Sookie y Bill hubieran sido una de ellas? ¿El sueño de un bebé sin rostro? Venga ya… El suicidio de Bill casi traiciona la esencia interracial de la serie, si es que eso importa algo, y es más un recurso melodramático extremo y facilón que una opción creíble y coherente con el universo de Bon Temps. Más verosímil habría sido explotar la vía del hastío vital del vampiro, agotado tras haber navegado durante centurias por océanos de tiempo, algo que insinúan levemente esos flashbacks de época tan acartonados diseminados por toda la temporada, pero si “True Blood” tuvo intención de ahondar en esa sugerente veta desde luego que no lo hizo bien. Tampoco tuvo ningún sentido que Bill impusiera a Sookie que fuese ella quien acabase con su vida (¿no podía salir simplemente a la luz del sol y dejar una nota de despedida?) y que además renunciara a seguir siendo un hada, es decir, a su propia identidad. Al menos en eso ella no le hizo caso. La escena de la muerte de Bill resultó tan solemne como afectada y, al menos a mí, me dejó bastante frío, no por la actuación de Anna Paquin y Stephen Moyer, sino porque la forma de llegar a ese punto, el clímax de la serie, fue artificial y caprichosa.

True Blood-Eric-Japanese tecno

Al menos los guionistas sí salvaron la papeleta con Eric y Pam, concediéndoles un futuro coherente con sus propias personalidades de la mano de la New Blood. Ellos, que tanto han tirado del carro durante esta temporada (lo más memorable de la finale quizás fue ese plano del vampiro vikingo al volante moviendo la cabeza al ritmo de tecno japonés con una pila de cadáveres en el asiento trasero) quedan como el último reducto del espíritu gamberro, irónico y temerario de la serie, los únicos que justificarían un futuro spin off, por mucho que Joe Manganiello haya avanzado su interés en seguir explorando las “posibilidades” de Alcide.

“Thank You” despidió a “True Blood” con el mejor dato de audiencia de la temporada, por encima de los 4 millones de espectadores en EE.UU, lejos de sus mejores tiempos pero por encima de cualquier episodio de “True Detective” o de la flamante “The Leftovers”. No estoy seguro, pero probablemente solo “Juego de Tronos” le funciona mejor a la HBO a nivel de audiencia. Personalmente, no echaré de menos aquello en lo que se había convertido “True Blood” pero sí sería saludable que la emblemática cadena de cable encontrara pronto un producto que exhibiera características semejantes a las que el invento de Alan Ball tenía en sus primeras temporadas porque, para bien o para mal, “True Blood” deja un hueco en la parrilla televisiva difícil de llenar.

TrueBlood Season 7 promo

9 comentarios leave one →
  1. Lamu permalink
    28/08/2014 2:02

    Buenas! Me ha gustado tu post, Jorge. Me ha sorprendido que no lo escribiese Rodrax, no sé si es que él es uno de los que abandonaron la serie (aunque no le pega nada). En fin, a lo que iba: me ha gustado tu post y no me meteré mucho contigo (salvo por el hecho de que el bar de Eric y Pam se llama Vamptasia, no Fangtasia), pero creo que le has dedicado demasiadas letras a una temporada que no ha sido más que un epílogo largo, aburrido y muy diplomático.

    Esta temporada se ha hecho para dar un final cerrado y feliz a toda la serie y dejar «colocados» a sus personajes. Me extraña que con el único que no lo han hecho sea Bill. Supongo que pensaron «para que esto mole tienen que morir un puñado de protagonistas», lo echaron a suertes y salieron los nombres de Alcide, Tara y Bill. Muy mal que Bill haga que Sookie lo mate (estoy contigo): ¿no se puede clavar él una puta estaca? ¿O contemplar con Sookie un romántico amanecer? En Buffy hay una escena de mucho llorar en la que Ángel quiere morir por el mismo motivo (para que Buffy siga su vida) y se queda tranquilamente esperando la salida del sol, sin molestar a nadie. En fin, las comparaciones son odiosas…

    El caso es que ya se ha acabado el culebrón de los vampiros, y no creo que lo eche de menos, Pero no estuvo mal. Nos hizo pasar el rato y, al principio, incluso disfrutar de algo realmente bueno.

    • Jorge Luis García permalink*
      29/08/2014 1:08

      Hola Lamu, bienvenida de nuevo a esta tu casa. Celebro que te haya gustado el post, que no podría haber escrito Rodrax porque él únicamente vio la primera temporada y nunca continuó (probablemente desanimado por mis advertencias). En cuanto al bar de Eric, no sé si es que en la versión doblada al castellano lo llaman Vamptasia, pero en la versión original siempre ha sido Fangtasia, y así me lo aprendí yo.

      • Lamu permalink
        06/09/2014 0:16

        Ah, pues hubiese jurado que Rodrax era el que seguía la serie! En cuanto al Vamptasia/Fangtasia… pues debieron ser mis subtítulos, porque ahí sí que juro que lo traducen como Vamptasia. Besotes.

  2. Anónimo permalink
    28/08/2014 19:06

    Gracias por la review resumen de la temporada. Yo también la he seguido a regañadientes, más bien porque era la última de la serie y como tú mis expectativas eran bajísimas. Pam y Eric son los dos mejores personajes y no podían faltar, aunque he sentido la desconexión con lo que le estaba pasando al resto de los personajes salvo uno o dos acercamientos puntales de Eric y Sookie, y eso no me ha gustado. Tampoco he entendido porque Bill ha pedido a Sookie que lo matará y que renunciará a su identidad, porque si quería protegerla principalmente de si mismo podía haberse ido sin tanto drama, pero entonces no seria él pesado que no ve más allá de sus narices que siempre ha sido. También tengo esa sensación rara de que siendo una de mis series favoritas he vivido el ultimo capitulo sin emocionarme con nada de lo que he visto, salvo que la continua sensación de sorpresa e incredulidad cuente. Pese a las malas ultimas temporadas que ha tenido la serie creo que es merecido decir: thank you true blood.

    • Jorge Luis García permalink*
      29/08/2014 1:13

      Gracias a tí, Anónimo, por tu comentario. Coincidimos en la apreciación de que el capítulo quiere emocionar pero a estas alturas no lo consigue, ni con la muerte de Bill, ni con el bodorrio de Jessica ni con la happy reunion del final. Un saludo.

  3. Anabel permalink
    29/08/2014 18:58

    Por fin termino, la seguia viendo por saber como terminaba y que final le darian a Eric y Pam porque fueron lo mejor de todo y con lo malo que fue todo temia que los mataran o dejaran vivo a Eric pero con Sookie y mataran a Pam. El final de ellos fue el mas adecuado (Sookie no se merecía quedar con Eric y Pam no merecía ser abandonada), quedaron juntos siendo quienes son. Esa imagen de Eric en el auto moviendo la cabeza fue fabulosa y ni decir que la ultima vez que apareció fue sentado en su trono.

  4. Alvin permalink
    02/09/2014 18:42

    Gran post, subscribo cada línea del mismo.

    Hay personajes que me cargan desde hace varias temporadas: Lafayette, Tara, su madre… desde la pasada temporada directamente le he dado forward a su parte. Sookie también me resulta cargante, pero claro, ya si me salto su parte me pierdo la historia, creo que en la serie eran conscientes de ello por los comentarios que dice Pam de ella en algunas ocasiones.

    En fin, nos acordaremos de ella el siguiente verano cuando no tengamos nada en que entretenernos.

  5. 05/09/2014 16:09

    Muy, muy decepcionante final para una serie que se estaba metiendo en un fregao del que claramente no sabía salir. Aún así os dejo el post que le dediqué a esta serie donde canto sus momentos de gloria, porque en el pasado también los ha tenido, por si tenéis curiosidad y/o nostalgia ;)

    http://seriesanatomy.blogspot.com.es/2014/09/true-happy-ending.html

    Saludos!

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