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“Los juegos del hambre”, un digno y disfrutable placer juvenil

23/04/2012

Llevamos muchos meses oyendo hablar de la adaptación cinematográfica de “Los juegos del hambre”, y de cómo parecía estar llamada a convertirse en uno de los acontecimientos fílmicos del año, destinada además a tomar el testigo, como presunta primera parte de una trilogía, de la saga “Crepúsculo”, al estar también basada en una popular serie de libros juveniles. La cinta, que se estrenó por fin este fin de semana en España, parece al menos haber cumplido con creces su primer objetivo, ocupando durante cuatro semanas el primer puesto de la taquilla en Estados Unidos. 155 millones de dólares en su primer fin de semana (rentabilizando sobradamente sus poco más de 70 millones de presupuesto) la han convertido en el tercer mejor estreno de la historia allende los mares, superada sólo por la última entrega de “Harry Potter” y “El caballero oscuro”.  A la hora de escribir esto, la cinta se aproxima ya a los 600 millones de dólares de recaudación total, y la recepción del público y de buena parte de la crítica está resultando además bastante entusiasta. Así que, con los números y las primeras impresiones en la mano, podemos confirmar que estamos ante la gran película de la temporada en lo que llevamos de 2012. Lo tendrá muy difícil para mantener el trono, en un año con una competencia brutal, ya que en pocos días llegará a las pantallas la esperada “Los Vengadores”, y lo que se avecina este verano es de órdago, con “Prometheus”, “The Amazing Spider-Man” y “The Dark Knight Rises”. Y no nos olvidemos de la primera parte de “El Hobbit”, aunque no llegará hasta mediados de diciembre… De cualquier modo, pase lo que pase la película dirigida por Gary Ross ha encontrado ya su brillante hueco en la historia.

Más nos preocupaba, no nos engañemos, la segunda afirmación con la que empezábamos este post. ¿Es realmente “Los juegos del hambre” la sucesora de “Crepúsculo”? Rotundamente NO. Las películas basadas en las novelas de Stephenie Meyer tienen un target clarísimo y exclusivo: el público adolescente en general, y femenino en particular. Y tampoco es criticable, si este tipo de audiencia disfruta con un producto hecho a su medida, pues bien por ellos. Pero, tanto la película de Ross como los libros de Suzanne Collins, aunque estén sobre todo destinados a un perfil juvenil, por suerte aspiran a ir más allá y a poder satisfacer a una audiencia más amplia. Y en este sentido, se asemejaría más al fenómeno “Harry Potter” que al de los célebres vampiros que brillan (WTF!) cuando les da el sol.

Si hablamos de “Los juegos del hambre”, muchos son los referentes que enseguida nos vienen a la memoria. Los más claros, y no me linchéis todavía porque lo matizaré más adelante, son “1984” de George Orwell o “V de Vendetta” de Alan Moore y, en el plano exclusivamente cinematográfico, son más que evidentes sobre todo sus semejanzas con “Battle Royale” (2000, Kinji Fukasaku), aunque yo también añadiría a “Perseguido” (1987, Paul Michael Glaser) y, a nivel estético, “El quinto elemento” (1997, Luc Besson). En realidad, novela y película cuentan una historia tratada mil y una veces, con diferentes variaciones, planteamientos, puntos de vista e intenciones, en ambos medios expresivos. Así, nos situamos en un futuro distópico, en un año indeterminado, en el que los antiguos Estados Unidos están divididos ahora en 12 distritos, controlados por el llamado Capitolio. Éste es un Gobierno dictatorial, que se enfrentó en el pasado a una rebelión que pudo ser sofocada y desde entonces instauró, como represalia, los “Juegos del hambre”, en los que un chico y una chica de cada distrito son elegidos cada año para enfrentarse entre ellos en un espectáculo televisado… y sólo uno de los 24 podrá sobrevivir, logrando, eso sí, la gloria y todo tipo de riquezas.

Los temas que la historia encara, de frente y con relativa osadía, son las injusticias que originan la opresión, el totalitarismo, la sumisión, en definitiva, la falta de libertades, y cómo esto lleva a la esclavitud, a la pobreza, al miedo… Ahora es cuando llega la hora de matizar, y es que, insistimos, estamos ante un producto pensado para todas las audiencias, por lo que no encontraremos el nivel de crítica, la profundidad o la valentía con la que afrontan estas cuestiones las citadas “1984” o “V de Vendetta”, eso ya serían palabras mayores. Pero es un comienzo, y es tremendamente positivo que la chavalada, además de pasar un buen rato, comience a cuestionarse la importancia de estos temas. Porque sí, es tragiquísimo y totalmente injusto que una tontaina de pueblo no pueda vivir su amor abierta y libremente con un guapo vampiro, mientras un fornido muchacho-lobo no deja de intentar torpedear su relación… pero es bueno pensar también un poquito y darse cuenta de que oye, igual hay cosas más importantes y trascendentes en este mundo por las que preocuparse.

En este sentido, “Los juegos del hambre” es cruda, violenta y tolerablemente sangrienta. Porque volvemos a lo mismo: los productores tienen el respetable propósito de ganar dinero con esto, de lograr un éxito que además les lleve a poder completar la saga con otras dos películas, por lo que los más exigentes echaremos en falta algo más de brutalidad en la pantalla, que se nos muestre la barbarie de forma más evidente (sí, como en “Battle Royale”), algo que sin duda enriquecería el resultado final pero que hubiese llevado al film a obtener, como mínimo, la calificación PG-13, vaciando las salas de buena parte de su público objetivo. La crudeza, la violencia y la sangre, por tanto, están ahí, pero Ross opta por rápidos movimientos de cámara, imágenes a modo de fogonazos y cierta confusión en el montaje para que nada de esto resulte demasiado explícito. En ocasiones funciona muy bien, como en el impactante momento en el que comienzan los Juegos, y en otras debemos ser comprensivos y resignarnos. El director, conocido únicamente por sus dos trabajos previos, “Pleasantville” (1998) y “Seabiscuit” (2003), se limita a ser profesional y a cumplir lo que se espera de él, aunque hay que reconocerle que sabe administrar la tensión de la cinta cuando lo necesita. No faltan sus necesarios momentos más o menos emotivos, logrando, creo yo, esquivar la ñoñería, y la pertinente historia de amor… aunque en esta ocasión no carente de cierta (obligada) impostura. En el aspecto estético, sobre todo en las escenas del Capitolio, recuerda como ya he dicho a “El quinto elemento”, sin llegar a resultar tan cargante, y en el plano técnico es más que correcta, aunque hay momentos en los que puede no brillar tanto como debería, pero entendemos que su secuela, presumiblemente con un mayor presupuesto, subsanará los problemas. La mayor decepción sea quizás su música, pues de James Newton Howard esperábamos algo más memorable.

Dejamos casi para el final, y no por casualidad, su rico apartado artístico. Donald Sutherland, Elizabeth Banks, Tobey Jones o Wes Bentley consiguen no resultar excesivamente ridículos tras sus disfraces, mientras Stanley Tucci saca brillo a un papel más jugoso. Woody Harrelson, por suerte, logra estar más contenido y menos histriónico que de costumbre, mi admirada Paula Malcomson es perfecta para un papel de pocas palabras pero intensas y expresivas miradas, Lenny Kravitz aporta lo que se espera de él, presencia, y de Liam Hemsworth, en realidad, no hemos tenido demasiadas noticias… En lo que respecta a su pareja protagonista, sus responsables vuelven a dejar claras sus intenciones, huyendo de esos guapos intérpretes de cartón piedra destinados únicamente a forrar las carpetas de los/las adolescentes (¿debo mencionar de nuevo a qué me refiero?). De hecho, Josh Hutcherson ya demostró su valía en la estimable “Los chicos están bien”, pero “Los juegos del hambre” es, definitivamente, la película de Jennifer Lawrence. Nos encontramos ante la que será, sin ninguna duda, una de las más rutilantes estrellas de los próximos años. Lo tiene todo: belleza, presencia, fuerza, magnetismo, frescura y, sobre todo, muchísimo talento. Ya lo dejó claro con sólo 20 años, deslumbrando con su papel en la correcta “Winter’s Bone” (2010), logrando una merecidísima nominación al Oscar a la mejor actriz, y colándose al año siguiente en la muy satisfactoria y mucho más comercial “X-Men: Primera generación”. “Los juegos del hambre” es su confirmación definitiva, y curiosamente su Katniss Everdeen no está tan alejada de esa aún más heroica Ree con la que se situó en el mapa mundial hace un par de años; ambas son dos jóvenes obligadas, por sus desgraciadas circunstancias, a luchar por mantener y sacar a flote a sus familias, ante la ausencia del padre y con una madre incapacitada, por lo que sea, para ejercer sus funciones.

En definitiva, “Los juegos del hambre” es un entretenimiento muy digno, apto para todos los públicos, en el mejor sentido posible del término, y el inicio muy prometedor de una saga que esperamos que no sólo mantenga el nivel, sino que crezca y sea capaz de ir llegando un poquito más lejos en futuras entregas. Aunque quizás forme parte más de mi propio anecdotario personal, no puedo dejar de mencionar que asistí a ver la película, por motivos logísticos (y futbolísticos), a la tranquila sesión de las 12 del mediodía. Con el pertinente bol de palomitas delante, por supuesto. Y no pude evitar recordar aquellas luminosas mañanas de fin de semana en las que mi abuelo nos llevaba al cine a mi hermano y a mí, en días ya muy lejanos, pero nunca olvidados y, sobre todo, eternamente felices. Fueron tantas y tantas películas (entre ellas la citada «Perseguido»), que él inevitablemente se perdía porque siempre acababa durmiéndose… Me sorprendí a mí mismo evocando, en parte, todas aquellas bonitas sensaciones, y quizás todo ello contribuyó también a que “Los juegos del hambre” me pareciese una experiencia felizmente disfrutable. Y a que pasase el resto del sábado en un estado de apacible alegría… hasta la maldita hora del fútbol. Pero qué necesidad hay de empañar una bonita historia…

8 comentarios leave one →
  1. 23/04/2012 13:48

    Excelente post, sinceramente no me he leído ningún libro de la trilogía. Tengo una animadversión bastante grande hacia este tipo de literatura y en general hacia los best-seller masivos, pero bueno, tiene que haber de todo. Pero es lo que tú dices: si hay gente que disfruta, adelante. Desde luego conmigo no van a hacer caja, eso seguro. Inmenso post, en vuestra linea, claro.

    • Rodrigo Martín permalink*
      26/04/2012 18:04

      Gracias, Alex, y sí, tiene que haber de todo, y para todo tipo de público… en este caso, me parece que se trata de una peli bienintencionada. Con el objetivo de llenar los cines y hacer caja, por supuesto, pero creo que hay cosas peores y más ofensivas. Un saludo!

  2. Tamara de Lempicka permalink
    25/04/2012 0:41

    Hola Rodrigo,

    Pues me paso por aquí para dejar mi comentario sobre esta película, que ahora mismo está dando vueltas en mi cabecita.

    La he visto esta tarde, convencida por una persona que estaba deseando verla y yo, que no ha hubiera elegido por mí misma, después de leer tu crítica y animada por tu colocón nostálgico (Advertencia: no hay nada más peligroso en la vida que los entrañables recuerdos de la niñez que, por memorables e irrepetibles, nos disparan la serotonina cual droga dura), me he dicho: «pues el amigo Rodrigo la pone en bastante buen lugar». Y para allá que me he ido.

    Insensata de mí, no sabía a lo que me estaba enfrentando, o sí: a la misma agonía que Katniss Everdeen cuando se fue voluntaria a Panem.

    Te tengo que dar la razón en algunas cosas, y discutirte otras:

    A favor:
    – Lo mejor de la película es Jennifer Lawrence, que compone una más que creíble heroína y tiene futuro como estrella, y un plantel de secundarios veteranos que salva la parte actoral. El resto hacen lo que pueden con la escasa expresividad que tienen.
    – Es superior a la saga ‘Crepúsculo’, pero eso en sí mismo no es demasiado difícil por lo que tampoco tiene mucho mérito.
    – Me fascinan los ‘mundos fantásticos’ que son capaces de crear con la tecnología digital.

    En contra:
    – La película es una bonita cáscara con contenido hueco, vacía; el guión hace aguas por todas partes y no profundiza en nada; nos quieren vender una pseudofilosofía vital y adonarla con valores y crítica social para tratar de darle a la historia un barniz de calidad y de hondura que en realidad no tiene, o yo no se la encuentro. Por lo menos eso ‘Crepúsculo’ ni lo intenta, se vende como lo que es: un ‘blockbuster’ para adolescentes.
    – ‘Los juegos del hambre’ me han dejado irónicamente hambrienta de alguna emoción, no he conseguido empatizar con nada ni con nadie: ni he derramado una lágrima o me he emocionado y se supone que había varias situaciones creadas para ello, ni he sentido miedo o tan siquiera angustia (otras tantas situaciones para ello), y menos me he reído.

    O sí, miento: me he reído hacia dentro (porque no estaba el cine como para partime a carcajadas, me hubieran lapidado) con las caracterizaciones de los personajes éstos que pululaban por la ciudad daltónica de Panem que parecía más bien un anuncio de Titancolor, o el paraíso natural de Suzy Menkes, Zara Rhodes, Rosemary Ponzo, Anna Piaggi y demás ‘freaks’ del mundo de la moda (os juro que esa gente existe en la realidad y en nuestros días). De estos comentarios se deduce que no he leído los libros, ni ganas tengo.

    Lo peor ha sido que antes de que empezara ésta han puesto el trailer de la próxima de Tim Burton, ‘Dark Shadows’, y aunque no son el mismo tipo de película (únicamente las une lo fantástico, punto), sólo esos 142 segundos me han parecido a millones de años luz de los 142 minutos de ‘Hunger Games’ (Dios, qué odiosas son las comparaciones!).

    Rodrigo, muchos saludos aunque no estemos de acuerdo ;-)

  3. Tamara de Lempicka permalink
    25/04/2012 1:00

    Perdón, a donde se iba la Everdeen era al Capitolio, el paraíso de los freakis, no a Panem, que parece que no he estado atenta, pero sí; he puesto todo de mi parte,pero sin demasiado éxito.

    • Rodrigo Martín permalink*
      26/04/2012 18:33

      Hola, Tamara. Ante todo, mis disculpas ;-) por haber colaborado, junto con la persona que te arrastró al cine (no nos has dicho que le pareció, por cierto) a crearte unas expectativas que no se han cumplido. Y es que en el cine, bueno, en realidad en la vida en general, casi todo depende de eso, de las expectativas que tengas.

      Como ya le he dicho a Alex más arriba, a mí me parece una película bienintencionada y digna… Yo fui a verla sobre todo por dos razones: porque mi mujer se está leyendo los libros en inglés, y aproveché la jugada para arrastrarla al cine (cada vez me cuesta más, ni siquiera recordaba la última vez que fuimos juntos, y además, aunque lo sigo haciendo, cada vez me da más pereza ir solo…) y porque creíamos conveniente analizar este fenómeno cinematográfico en el Cadillac, que siempre nos decantamos por las pelis más rarunas o minoritarias de la cartelera (a veces las mejores, es cierto), como «Tyranosaur», «Take Shelter», «Cumbres borrascosas», «Shame»… Con esto no me estoy justificando, que tampoco creo que deba hacerlo y ya he dicho lo que me parecía «Los juegos del hambre» en el post, pero sí lo expongo para confirmar que estaba predispuesto a pasar un ratejo agradable, pero a la vez sin un nivel de exigencia excesivamente alto, más el colocón nostálgico que mencionas en tu comentario, sí. Y todo eso contribuiría, porque disfruté con la peli, sin elevarla al Olimpo del Cine, eso sí. Además, si aún con todo ese background, me hubiese encontrado con una p***ísima mierda de film, pues ya está, tampoco me hubiese sentido traicionado ni defraudado, porque estoy totalmente ajeno al fenómeno literario. Eso sí, el nivel de exigencia y expectativas que tendré cuando vaya al cine a ver «The Dark Knight Rises», «Prometheus», «Django Unchained» o «The Hobbit» será bestial, y todo lo que baje del sobresaliente supondrá una decepción total.

      Y no pasa nada porque no estemos de acuerdo, que eso es lo que mola. Sin ir más lejos, aquí en el Cadillac somos solamente tres y coincidimos en muchísimas cosas, mientras que en otras tantas tenemos opiniones e impresiones radicalmente opuestas… Además, qué bonito y cuánto me alegro de que hayas encontrado en el Cadillac un sitio en el que puedas soltar todo aquello que está dando vueltas en tu cabecita. Ya lo sabes pero te lo digo, que estás en tu casa.

      Un abrazo!

  4. Tamara de Lempicka permalink
    27/04/2012 11:49

    Joé Rodrigo, ya me has ganado con tu buen rollo, con el último párrafo que me dedicas y con lo sentimental que te has puesto con lo de ir al al cine con tu mujer y los recuerdos de infancia con tu abuelo. Touché!

    Y si me permites (permitís) un mínimo consejo -es para ti, Alberto y Jorge-, dejad cualquier opinión o juicio de lado porque es imposible satisfacer a todo el mundo: sed vosotros mismos; continúad haciendo lo que hasta ahora, las críticas o revisiones de todo lo que os apetezca, sea comercial o minoritario, porque a mi personalmente me encanta vuestro estilo (muchas veces es difícil mostrar lo que uno sabe sin parecer pedante o sabelotodo; que se lo digan a Garci!), y me lo paso genial con vuestras ocurrencias y comentarios. Al fin y al cabo, el Cadillac tiene las puertas abiertas para subir o bajar ;-)

    Nos vemos, chicos. Abrazos de vuelta.

    PD: A tu pregunta, a la persona con la que fuí a ver la película le encantó, asi que tienes razón en lo de los gustos: no cuestiono los de nadie si no cuestionan los míos. A mi encanta ver cine comercial muchas veces como forma de pasar simplemente el rato, sin comeduras de coco, y salir con la cabeza ‘vacía’ del cine. :-))

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