Soundgarden en Sonisphere 2012: mucho ruido y suficientes nueces
Gran expectación había para comprobar el estado de forma de Soundgarden tras su regreso a la actividad. Muchos años de separación y grandes incógnitas sobre su futuro inmediato. El Sonisphere de Getafe albergaba la primera cita europea de la banda, con lo que sin duda los de Seattle eran los reyes absolutos de la primera jornada del festival. Y podemos decir que Soundgarden convencieron y dejaron satisfecha a su parroquia, aunque, quizás por las enormes ganas que había por volver a presenciarlos sobre un escenario, podemos hablar de una ligera decepción al no llegar a generarse la magia que interiormente anhelaban sus segudores.
En justicia hay que reconocer que un festival masivo no es el marco ideal para disfrutar de un concierto de Soundgarden. Para empezar, como buena representante del «grunge», es una banda más bien hierática sobre el escenario, pese a los tímidos intentos de Chris Cornell por animar el cotarro y la indomable energía del batería Matt Cameron, con Kim Thayil y Ben Shepherd únicamente dedicados a tocar, con fuerza y garra, eso sí, sus respectivos instrumentos, con lo que el «no creyente» de antemano no encuentra demasiados motivos para engancharse. Otra pega inherente a un festival es el sonido. La imposibilidad de ecualizar perfectamente en un recinto al aire libre y de tan grandes dimensiones provocan que la calidad, forzosamente, sea peor, más, como si ocurrió en Getafe, sopla el viento y provoca un efecto de ida y vuelta. Por último, el hecho de que la duración estuviera constreñida a poco más de 80 minutos hace que echemos de menos muchos clásicos y posibles sorpresas que pudieran integrar en un concierto propio en una buena sala o pabellón.
De todos modos, el concierto fue perfectamente disfrutable, especialmente por los aficionados más veteranos. Los de Seattle han decidido no tomar el camino fácil en su regreso y no se dedicaron únicamente a repasar sus mayores éxitos, sino que ofrecieron un repaso por toda su discografía, incluyendo temas tan poco «populistas» como el seminal «Hunted Down» o los dos que cayeron del disco «Louder than Love», «Gun» y «Ugly Truth». Pero sin duda el rey de este regreso, hasta ahora, es «Badmotorfinger». La imagen de la portada del disco de 1991 presidía el escenario y sus canciones fueron las responsables de dar inicio y final y de llevar el peso del concierto. Cayeron asimismo los inevitables «hits» de «Superunknown» y quedó desplazado «Down on the Upside», con una única representación.
Con una base rítmica potentísima formada por Shepherd y un Cameron que cada vez que coge las baquetas demuestra ser uno de los más grandes baterías del tiempo que nos ha tocado vivir, un Thayil imponente en su guitarra (aunque es al que más se le notan los años) y un Cornell muy correcto dentro de la irregularidad, aunque volviendo a vociferar como hace tiempo que no lo hacía, Soundgarden dieron comienzo al concierto con la inesperada «Searching with my Good Eye Closed», seguida de dos de sus grandes himnos, los potentes «Spoonman» y «Jesus Christ Pose». Con «Gun» cerraron un inicio de lo más contundente, para dar paso a los medios tiempos «Blow up the Outside World) -uno de los grandes momentos del espectáculo- y «Fell on Black Days». La potencia regresó con «Ugly Truth», «Hunted Down» y «My Wave», que dieron paso al tramo final. Con «The Day I Tried to Live», el público, algo apagado hasta el momento para lo histórico del acontecimiento, comenzó a mostrarse enfervorecido. No es de extrañar, puesto que se sucedieron tres temas del calibre de «Outshined» (especialmente aplaudida), «Rusty Cage» y un mejorable «Black Hole Sun». Y seguidamente Soundgarden cometieron un error garrafal. Todos espereban su nuevo tema, «Live to Rise», pero una vez que no había sonado en la primera fase del concierto, ya se había descartado su aparición. Pues no, justo en el momento cumbre del concierto, la soltaron y el creciente entusiasmo del público conseguido se extinguió. Costó recuperarlo, pero una tremenda versión de «Slaves and Bulldozers» y una sucesión de acoples perpetrados por Shepherd dieron fin a un gran concierto, que hace albergar esperanzas sobre el futuro de la banda, pero que no logró estar a la altura de las altísimas expectativas.
Cerraron la tarde-noche de conciertos Machine Head, que se centraron en su última época, la más progresiva. La banda puso toda la carne en el asador, con un Robb Flynn especialmente motivado, pero el atronador doble bombo de la batería de Dave McClain (llegaba a retumbar el suelo como si se produjeran pequeños terremotos) tapaba tanto el resto de los instrumentos como los matices de los temas, una pena hablando de una de los mejores grupos de metal de las dos últimas décadas.
No me considero el fan nº1 de Soundgarden pero fui al festival sólo por ellos y la verdad: fue bastan te penoso. De acuerdo contigo en lo de que un festival no es el mejor sitio para ver a un grupo en su más alta expresión, pero he estado en algunos, y pocas veces ha pasado algo igual, menos en las verbenas de mi pueblo. A pesar de las complicaciones del directo al aire libre y viento (yo estaba bastante cerca) sólo se oían golpes de batería y la voz de Chris lejana en la catacumba, de la que no debieron salir, acompañada con un suave bajo. Kim perfectamente se podía haber quedado en su casa, ya que no se hubiera notado su falta, excepto en algunos riff que levemente se intuían, mas por mi memoria musical que por mi oído, y que además se acoplaban o se volvían estridentes a ratos (soportables porque, como digo, su guitarra apenas se oía).
Menos mal que se dejaron algunos temazos en el bolsillo, así por lo menos mantengo el buen recuerdo que tengo de estos.
En fin, después de 14 años supongo que se habrán oxidado, y el técnico de sonido estaba amenazado por Metallica, porque los demás bandas de ese escenario tampoco daban la impresión de estar en directo, pero por lo menos se apreciaban las canciones.
Aún así me alegro por los que lo disfrutaron.
Un saludo,
Hola! Yo estaba situado muy cerca de la torre del sonido y parece que tuve algo más de suerte con la ubicación. El sonido no era bueno ni mucho menos (sobre todo porque iba y venía a cada rato) y desde luego insuficiente para vivir un concierto memorable, pero yo al menos si pude gozar de unas canciones reconocibles. De todos modos, te invito a que si regresan a tocar en un concierto cerrado, no faltes, la experiencia debe ser muy diferente (para mejor). Un saludo.
Es posible que se mostraron todos ellos frios, sin apenas conectar con el público. Pero creo que el color rojo de la camiseta de Chris era un guiño a la roja de España. Nunca le habia visto vestir colores fuertes y creo que se la puso con esa finalidad.
Confirmo que el sonido de Soungarden fue el peor de todo el Sonisphere, no lo entiendo pues justo antes Offspring sonó de lujo. La voz de Cornell aún la estoy buscando (salvo cuando berreaba) una lástima pues es un cantante con una voz cojonuda. Un temazo como el black hole sun fue simplemente penoso, que rabia me dió joder…
Sobre la camisa roja personalmente pienso que se la podía haber ahorrado porque le quedaba fatal tanto a él como a la imagen de la banda en el escenario, aunque si el concierto hubiera estado al nivel esperado por mi se podría haber puesto una camisa hawaiana que no me importaría
A mi me gustaron mucho por que soy fan acerrima de ellos. El batería es un crack indiscutible, estuvo soberbio. Kim y el bajista también dieron la talla. El único que me decepcionó fue Chris. A veces incluso me pareció que desafinaba. Que pena! Con lo bien que cantaba ese tío. Era increíble!
Eché de menos temas como «Hands all over» «Thousand years», «Sleep tight» y otros. En general se me hizo muy corto. Al público lo encontré muy soso. Parecía que estaban allí para ver a otros grupos o no sé. Quizá es que en España no tienen ni han tenido mucho éxito. que lamentable los gustos de este país.
En cuanto a su indumentaria a mi me importa un bledo como vayan vestidos. Lo importante es la música.
Resumiendo: aunque no son lo que eran (excepto Matt Cameron),uno de los mejores grupos de rock, el que tuvo retuvo y eso todavía es mucho.
Hola, Sonia, Es cierto que faltaron ciertos temas imprescindibles, pero ten en cuenta que era un festival y eso suele conllevar un horario más reducido. Todavía espero que vengan con conciertos propios a salas o pabellones para que podamos dar un veredicto realmente fidedigno de su regreso. Yo creo que lo de Cornell fue un día no demasiado inspirado pero puntual, un cantante tan enorme supongo que habrá dado mejores versiones de él mismo en otros conciertos de la gira, aunque, como bien dices, ¡es difícil superar a un Matt Cameron en plena forma! Respecto a la frialdad del público, yo la verdad es que vi una gran expectación previa y una buena respuesta inicial, aunque si que es cierto que posteriomente se fue enfriando. Seguramente había mucho curioso no fan de Soundgarden y esperaban un grupo más comunicativo, algo que nunca han sido los de Seattle Lo dicho, Sonia, a ver si podemos seguir comentando un nuevo concierto de Soundgarden por estas tierras y espero que estés disfrutando del nuevo disco. Un saludo!