Chris Cornell: sus 10 temas imprescindibles
Hay días malos, otros horrorosos y luego… este 18 de mayo. Mirando el póster colgado en la habitación de la casa de mis padres que tantas veces presencié mientras agitaba el cuello al ritmo de los clásicos de Soundgarden, veo su pose mesiánica a la vez que sensible, cerrando los ojos, cantando al micrófono como si éste fuera el último que quedara en el mundo y se acrecienta mi estupefacción al cerciorarme de que ese ser aparentemente todopoderoso, indestructible, ya no está con nosotros. Sí, todos los sabéis ya, Chris Cornell ha muerto y el mundo pasa a ser un hábitat mucho más inhóspito sin su gloriosa voz.
Los lectores veteranos del Cadillac ya sabéis nuestra admiración hacia Soundgarden -no en vano les hemos dedicado hasta tres posts en estos pocos años- , por lo que en esta ocasión vamos a evitar adentrarnos en profundos análisis sobre la obra de Cornell y nos centraremos en aquello que nos pide el cuerpo ahora mismo: celebrar su existencia y su genialidad a través de las que, modestamente creemos, son las canciones que mejor captan su exquisito legado. El cuerpo principal lo constituye, obviamente, su trayectoria con Soundgarden- sin duda, una de las mejores bandas de la historia del rock- pero tampoco dejaremos de lado su carrera en solitario, su glorioso proyecto Temple of the Dog y su paso por Audioslave. Seguramente echaréis de menos algunos de sus mayores éxitos («Black Hole Sun», «The Day I Tried to Live», «Spoonman», «Hunger Strike», «You Know my Name»), pero hemos optado por dar cancha a nuestro corazoncito en un día tan emotivo y glosar nuestros favoritos personales. Va por ti, Chris, say hello to heaven.
SOUNDGARDEN- «LOUD LOVE» (1989)
Soundgarden ya habían dado muestras de ser una de las grandes promesas del ‘underground’ estadounidense de mediados de los ochenta con sus iniciales EP’s «Screaming Life» y «Fopp» y, sobre todo, con su gran álbum de debut, «Ultramega OK» (1988), pero su confirmación absoluta como una realidad a tener muy en cuenta llegó en 1989 con «Louder than Love», cuyos mayores medios depuraban su sórdida propuesta y lograban sacar a relucir su sonido característico: fuertes y tenebrosos riffs guitarreros muy en la onda Black Sabbath que eran matizados tanto por ensoñadoras melodías como la angelical voz de barítono de Cornell. Podrían representar a este álbum perfectamente otros grandes clásicos iniciales como «Hands All Over» o «Big Dumb Sex», pero nos hemos decidido por ese formidable tiempo que es «Loud Love».
TEMPLE OF THE DOG- «SAY HELLO 2 HEAVEN» (1991)
Resulta paradójico que el propio Cornell escribiera en 1991 la canción que parece más adecuada para el día de su fallecimiento. Sin embargo, el tema distaba mucho de estar hecho para sí mismo, En pleno estallido de la fama de Soundgarden, su cantante decidió aplazar levemente los planes de su banda para conquistar el mundo y dedicar un sentido homenaje a su amigo recién fallecido Andrew Wood, el carismático vocalista de Mother Love Bone, otro grande caído antes de tiempo. Cornell montó una banda de ensueño junto a su compañero Matt Cameron y los excamaradas de Wood Stone Gossard, Jeff Ament y Mike McCready -enfrascados en esos momentos en la creación de Pearl Jam– para dar rienda suelta a su dolor y crear una de las mayores obras maestras de los 90. «Temple of the Dog» se alejaba de los gigantescos riffs y la contundencia de Soundgarden -exceptuando la fabulosa «Pushin’ Forward Back»– para dar a luz un fastuoso conjunto de baladas y medios tiempos que demostraban que Cornell era mucho más que un gran gritador. «Hunger Strike» -el famoso dueto que presentó al mundo a Eddie Vedder-, «Wooden Jesus», «All Night Thing»… Hay tantas maravillas que podrían aparecer aquí, pero coincidireis conmigo en que hoy «Say Hello 2 Heaven» suena especialmente estremecedora.
SOUNDGARDEN- «OUTSHINED» (1991)
La tremenda producción de Terry Date y un conjunto de canciones avasallador convirtió a «Badmotorfinger» en la primera gran obra maestra de Soundgarden -el cénit de su faceta mas agresiva- y la confirmación de la banda como una de las mejores formaciones de la década. Cornell, además de sus incuestionables dotes vocales, era también un gran letrista. La muestra palmaria es esa ya mítica frase «I’m looking California, but I’m feeling Minnesota» incluida en uno de los grandes tótems del disco, «Outshined», un medio tiempo agresivo, oscuro, denso que contrasta con maestría con la voz prodigiosa de Cornell.
SOUNDGARDEN- «JESUS CHRIST POSE» (1991)
¡Qué grandes son esos momentos en los que compruebas que una banda irrepetible está exprimiendo el límite de sus posibilidades! Nada menos que eso es «Jesus Christ Pose», una salvajada, un tema único, en el que la originalidad, la contundencia y el virtuosismo instrumental es prácticamente inalcanzable. Pero Cornell no se quedó atrás, de hecho, seguramente su voz nunca volvió a sonar tan absolutamente vigorosa. La ‘creme de la creme’, eso es «Jesus Christ Pose».
SOUNDGARDEN «FELL ON BLACK DAYS» (1994)
Parecía imposible igualar «Badmotorfinger», pero Soundgarden lo hicieron casi sin inmutarse en 1994 con «Superunknown», que optaba inteligentemente por abrir el abanico de sonidos del grupo, reducir un tanto la agresividad y experimentar con nuevos ritmos percusivos, influencias étnicas y sonando más a Led Zeppelin que nunca. Todas y cada una de las canciones de esta obra magna son imprescindbles, pero, puestos a elegir, uno se queda con «Fell on Black Days», que inauguraba un tipo de canción muy característico de la formación desde ese momento: un medio tiempo más melódico que en anteriores obras, con una instrumentación menos presente pero igualmente oscura y dejando en un gran primer plano la voz de un Cornell en plenitud de matices.
SOUNDGARDEN- «SUPERUNKNOWN» (1994)
Puede resultar curiosa esta elección, habiendo numerosos y exitosos singles de «Superunknown» susceptibles de ser tenidos en cuenta, pero un servidor es un enamorado de su tema título y piensa que es el que mejor ejemplifica la evolución experimentada por el grupo entre «Badmotorfinger» y su disco de 1994. Su comienzo, con aires orientales, está claramente inscrito en su nueva etapa y es enormemente disfrutable pero cuando realmente toma el camino de la leyenda es en ese vertiginoso ‘crescendo’ final en el que se recupera la agresividad de 1991, cada uno de los instrumentos hace auténticas virguerías y Cornell…bueno, lo de Cornell aquí es devastador.
SOUNDGARDEN- «BURDEN IN MY HAND» (1996)
Los fans de Soundgarden tenemos un especial cariño a «Down on the Upside», el último disco de la primera etapa del grupo, por ser injustamente infravalorado en su época. Editado en las postrimerías del reinado del ‘grunge’, «Down on the Upside» supuso un descenso de ventas y hay que reconocer que no es una obra tan absolutamente redonda como las dos anteriores. Sin embargo, la banda pareció querer hacer una antología de toda su carrera en una obra variadísima y de gran calado, con recuerdos a su primerísima época («Never the Machine Forever»), nuevos experimentos (ese punk con banjo que es «Ty Cobb») y afianzando el sonido característico de «Superunknown» en nuevos temazos como «Blow up the Outside World» y, sobre todo, este mágico «Burden in my Hand», un medio tiempo precioso con, posiblemente, el mejor estribillo de toda su carrera. Estos versos siempre me volvieron loco:
I shot my love today would you cry for me
I lost my head again would you lie for me
I left her in the sand just a burden in my hand
I lost my head again would you cry for me
CHRIS CORNELL- «SUNSHOWER» (1998)
Tras la dolorosa separación de Soundgarden en 1997, Cornell salió pronto al rescate de los fans con el comienzo de su carrera en solitario. Ya había mostrado su capacidad para apañárselas por sí mismo en la preciosa «Seasons», tema incluido en la banda sonora del filme «Singles» (1992), pero las esperanzas se multiplicaron cuando publicó en 1998 otro tema de banda sonora, en este caso de aquella versión de «Grandes Esperanzas» que dirigió Alfonso Cuarón. «Sunshower» era la responsable de nuestra dicha, un tema bellísimo, sustentado por acústicas, pero que poco a poco va creciendo hasta convertirse en inmortal. Para un servidor, la mejor de toda la trayectoria en solitario de Cornell. Aquí te la ofrecemos en una bonita versión en directo de 2007.
CHRIS CORNELL- «PILLOW OF YOUR BONES» (1999)
El ansiado primer en disco en solitario de Cornell llegó en 1999 y las desatadas expectativas quedaron un tanto decepcionadas. Cierto es que «Euphoria Morning» es un disco muy estimable, en el que el exSoundgarden se deja influir notoriamente por su buen amigo -también fallecido y adorado en este Cadillac- Jeff Buckley y se introduje en paisajes mayormente acústicos y ambientales. Sin embargo, ni la producción -un tanto excesiva- deja respirar demasiado a las canciones ni éstas llegan a los altos estándares de Soundgarden. Aún así, hay bastante material a reivindicar, como la preciosa «Steel Rain» o esta «Pillow of your Bones» (vaya título magnífico, por cierto), que es la que más puede recordar a la que fuera su banda.
AUDIOSLAVE- «SHOW ME HOW TO LIVE» (2002)
Aún recuerdo la tremenda sorpresa que me llevé cuando se confirmó que Cornell se había unido, a modo de clásico supergrupo, a los miembros de los recientemente disueltos Rage Against de Machine, que acababan de partir peras con el cantante Zack de la Rocha. ¿Cornell rapeando? No way!!! Sin embargo, llegó «Show me How to Live», adelanto del primer disco del proyecto, y me tuve que callar la boca. Cornell se mostraba en plena forma en su regreso al rock contundente y la conjunción de su voz con los sólidos Tom Morello, Tim Commerford y Brad Wilk parecía mucho más consistente de lo que algunos nunca hubiéramos imaginado. El resto del irregular disco de debut nos dejó unos cuantos grandes momentos más, pero también la evidencia de que sus compañeros de grupo eran demasiado monolíticos para poder aprovechar las infinitas posibilidades de la voz de Cornell. Con sus restantes dos discos, «Out of Exile (2005) y «Revelations» (2006), Audioslave se mostró como un grupo muy correcto, pero también incapacitado para llegar a las altas cotas que habían alcanzado sus componentes en el pasado, resultando en una posterior disolución que no deparó demasiadas lágrimas.
Tras el final de Audioslave, Cornell regresó a su carrera en solitario con el objetivo de convertirse en un artista masivo. Así lo atestiguan su correcta y famosísima aportación a la saga James Bond, «You Know my Name», también incluida en el apreciable «»Carry On», disco que pareció mucho mejor de lo que era a partir de 2009, cuando Cornell sufrió su época de mayor confusión mental y se propuso competir con Justin Timberlake en su propio terreno, en aquel fallido y desconcertante «Scream», producido por Timbaland. Consciente de la necesidad de hacer olvidar esta ominosa etapa, nuestro protagonista fue reconstituyendo poco a poco su prestigio con el directo «Songbook» (2011) y con el último disco de su trayectoria, «Higher Truth», aunque lo más atractivo para los fans fue la resurrección de Soundgarden, noticia a la que ya dedicamos aquí unas cuantas líneas. Su cristalización en una gira de reunión, aquí comentada ateniéndonos a su actuación en el Sonisphere madrileño, y en el disco «King Animal», también analizado aquí, satisfizo la nostalgia, aunque todos esperábamos un poco, bastante más. En esas estábamos, en plena campaña de reedición de sus discos clásicos, la sentida y corta reunificación de Temple of the Dog del pasado año y con el nuevo álbum del cuarteto ya grabándose, cuando, de pronto, hace unas horas todo dejó de tener sentido. Cornell ha pasado engrosar la extensa nómina de grandes vocalistas de los años 90 desaparecidos demasiado pronto -Buckley, Layne Staley, Shannon Hoon, Elliott Smith, Scott Weiland, Kurt Cobain- . Aún nos quedan Eddie Vedder, Billy Corgan, Trent Reznor, Maynard James Keenan, Mark Lanegan y Mike Patton. Toca cuidarlos.
Buen homenaje. Mucho ánimo, amigo.
Me encantaban Soundgarden y adoraba a Chris Cornell, gran cantante, compositor y letrista. Ninguno de los discos de la primera etapa de Soundgarden tiene desperdicio.
Yo en la lista de grandes vocalistas a cuidar de los noventa incluiría a Josh Homme, otro gran compositor y letrista.
De acuerdo en todo, Jose. Justamente, estuve a punto de incluir a Josh Homme en la lista, pero bueno, como cantante, su fama llegó a partir de los 2000. Pese a que ya debutó en los 90 con Queens of the Stone Age, de esa década el gran recuerdo que tengo de Homme es, sobre todo, como (tremendo) guitarrista de Kyuss. Ahora que lo pienso, tendría que haber incluido también a John Garcia.
Un saludo y mil gracias por comentar!
La verdad es que el día de ayer fue.. a ver. Es difícil para alguien que no siente la música de pleno entender como se te pueden saltar las lágrimas por un cantante de un grupo de rock.
Creo que no me llevaba un shock asi en mucho tiempo.
Su voz, su presencia escénica. Todo.
Los recuerdos de Sevilla 92, dejando muestra de su carisma bestial en 30 minutos o poco mas.. Su sobrio concierto en el 96 con Metallica, donde abría la boca y te hacía adorar más que nunca el rock…
palazo de dimensiones estratosféricas.
Hola, Xavi, te diría que solo lo puedo equiparar con el mal día que nos dio Bowie cuando desveló su ‘truco final’, pero mentiría. Adoro a Bowie, pero llegué a él después y tras mil recomendaciones de todo el mundo. Sin embargo, a Cornell le descubrí por mi mismo tras ser atraído por la portada de ‘Superunknown’ y ya me acompañó durante toda mi adolescencia y me hizo sentir orgulloso y diferente por esa elección. Yo creo que realmente no me llevaba un palo así desde que falleciera también inesperadamente Philip Seymour Hoffman.
Yo también estuve en La Peineta aquel 1996 (vaya cartelon) y siempre me pareció que no estuvieron demasiado a gusto -pese a un gran comienzo- con un público tan metalero.
Ánimo y gracias por comentar.
Siento discrepar en lo de Audioslave. El primer disco fue un soplo de aire fresco impresionante y para mi todos los temas que lo forman parten del notable para arriba, una lastima que el resto de discos que llegaron despues quedaran muy por debajo. Pero creo que se puede decir que ese primer disco es uno de los mejores de lo que llevamos de milenio sin ninguna duda
Ya sabes, son opiniones, a mi «Audioslave» me gustó bastante, sin matarme; en mi opinión era demasiado largo y había algún que otro tema que bajaba la nota final. Los otros dos no los veo tan inferiores al primero, pero es verdad que no eran lo mismo.
Un saludo
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