“Justified”: cría cuervos…
(ALERTA SPOILER: Revela detalles de la trama de la serie, hasta el decimotercer y último capítulo de la quinta temporada, “Restitution”)
Cuando me enteré a comienzos de año, vía Twitter, de que “Justified” terminaría con su sexta temporada, entré en pánico, pero más que nada porque la noticia me pilló tan despistado que por un segundo creí que la serie en ese momento estaba ya transitando por su sexto año en antena. Cuando caí en la cuenta de que la temporada entonces en emisión era en realidad la quinta, fui encajando mejor el golpe y, una vez pasado el susto inicial, incluso acogí el anuncio de buen grado. Sí, puede que a los más habituales de este blog os sorprenda porque he reiterado en múltiples ocasiones que “Justified” es una de mis mayores debilidades, e incluso en mi anterior post, “Un hombre con un sombrero”, llegué a afirmar que no me importaría que «durase 12 ó 15 temporadas, y que su emisión se prolongase durante seis u ocho meses al año». Honestamente, con aquella contundente sentencia no quería más que expresar lo mucho, lo muchísimo que me hace disfrutar cada minuto de una de las dos grandes joyas con las que nos ha obsequiado el canal FX en los últimos tiempos (la otra es “Sons of Anarchy”, que también nos dejará este año). Pero, lo cierto es que “Los Soprano” duró seis temporadas, y “The Wire”, “A dos metros bajo tierra” y “Breaking Bad” se quedaron en cinco, y si un servidor y otros muchos millones de personas las tenemos en el Olimpo de las Series también es porque nunca llegaron a decaer, o dijeron adiós en lo más alto. Y no es casualidad que sus finales, anunciados y planificados con calma y coherencia, estén entre los mejor considerados por la inmensa parroquia seriéfila, aunque siempre haya alguna voz discordante. Despedirse en plena forma, sin dar síntomas de agotamiento y entregando un desenlace satisfactorio que deje más o menos conforme a todo el mundo, todas las series deberían aspirar a eso, aunque no todas lo consiguen, y ahí están muy recientes los casos de “Dexter” o “Cómo conocí a vuestra madre”. Pero sí es algo que aún está al alcance de “Mad Men”, “Boardwalk Empire”, “Sons of Anarchy” y ahora “Justified”.
Si algo nos ha demostrado la historia televisiva reciente es que alargar una serie, estirar su premisa aún a riesgo de acabar desvirtuándola o de ser incapaces de mantener el nivel, cegados únicamente por los buenos datos de audiencia y por la rentabilidad que aún pueda reportarle a una cadena, nunca acaba dando buenos resultados (más allá de los económicos, que eso a nosotros nos la bufa). No voy a ignorar que la quinta temporada de “Justified” ha sufrido un ligero descenso en número de espectadores, aunque en todo caso no de modo alarmante, y menos aún en un canal por cable como FX. Por eso, tengo el convencimiento de que la decisión de echar el cierre en 2015, tomada e impuesta a la cadena por su ‘showrunner’, Graham Yost, y su protagonista y también productor ejecutivo, Timothy Olyphant, responde exclusivamente al deseo de hacer las cosas bien. Y tienen, al menos, toda mi confianza, más aún después de una quinta entrega de nuevo espléndida, y que ha dejado además todo encauzado de cara a una traca final que promete ser de órdago.
HOT ROD: Sólo porque conocía a tu padre no pienses que no puedo hacer que te maten ahora mismo. Verás, Arlo sabía cuándo retirarse. ¿No aprendiste nada de él?
RAYLAN: Aprendí un poco. Cuando era niño, Arlo se dedicaba a sisar equipamiento de las minas, a llevarlo al sur y a intercambiarlo por cocaína. Un par de hombres de la empresa descubrieron quién les estaba robando y fueron a por Arlo y su banda. Dispararon contra un par de sitios, incluyendo nuestra casa. Mataron a Casper Johns, que no era de la banda y sólo estaba allí viviendo en ese momento… Y luego a ese otro tipo con el que Arlo andaba desde el instituto. ¿Pillas lo que estoy diciendo? Incluso antes de ir a Glynco y entrenar para portar una pistola, he visto a gente matar a otra y he aprendido a estar preparado en caso de que vinieran a hacerme daño. En otras palabras, puedo matar a cuatro de los tuyos antes de que saquéis vuestras armas y me la jugaré con los otros dos. ¿Y ves esta estrella? Eso lo convertiría en legal. Bien, ¿nos entendemos ahora?
Joder, Raylan, cómo vamos a echarte de menos. Y por eso, precisamente, siempre serás un grande. “Justified”, en España (sí, alguna temporada, por increíble que ahora parezca, llegó a emitirse en Calle 13 y Nitro en nuestro país), llevaba el subtítulo de “La ley de Raylan”. Aunque resulte algo simple, manido y facilón, no deja de tener algo de sentido. Todo en “Justified” gira en torno a este marshal (con una sola L, ¿te enteras, T.C.?) cowboy de Kentucky que, en la mayoría de los casos, se rige únicamente por su propio código, que en ocasiones bordea o directamente se pasa por el forro la legalidad. Por eso es un puto dolor de huevos para sus superiores pero también, tú y yo lo sabemos, el mejor agente de la ley que ha pisado jamás el estado del bluegrass. Supongo que el ser hijo de un delincuente incorregible te convierte en un excepcional luchador contra el crimen, pero también en uno muy poco ortodoxo. Pero, lejos de ser un superhombre invencible, aunque a veces lo parezca, Raylan acumula ya muchos golpes y cada vez son más evidentes sus cicatrices, y algunas de sus temeridades amenazan además con pasarle factura. De momento, de uno de sus actos más cuestionables, su decisiva participación en la ejecución de Nicky Augustine, se ha librado (¿se ha librado?) por los pelos, aunque sí haya propiciado la traumática y definitiva (¿definitiva?) ruptura con su jefe Art Mullen.
Una de las heridas más visibles de Raylan es su incapacidad para estar al lado de su familia, o lo que es lo mismo, de la madre de su hija y de esa preciosa niña recién nacida a la que apenas conoce a través de una pantalla de ordenador. Y no es que no las quiera, sino todo lo contrario. Raylan ama con todo su ser a Winona, y se le nota perdidamente conmovido con la visión de su retoño, pero quizás porque sabe que la historia con su ex mujer y después amante es imposible, también porque teme poner en riesgo (una vez más) al amor de su vida y a la cosa más maravillosa que ha sido capaz de crear, y porque la sombra de Arlo es alargada, elude descaradamente cada oportunidad que tiene de estar junto a ellas. Y justo cuando al final parece que los astros se han alineado para devolverle a esa Florida de la que salió en el primer episodio de la serie, se cruza en su camino la oportunidad de tumbar a su mayor antagonista, por lo que sabemos que en el mejor de los casos ese destino soñado aún tendrá que esperar un poco más. Quiero creer que Raylan acabará abandonando Kentucky y reuniéndose con su familia, después de haber metido entre rejas a Boyd Crowder con la ayuda de Ava, su primera amante en su regreso a Harlan, lo que sería una forma perfecta de cerrar el círculo… Pero no puede ser tan fácil, y hay un par de detalles que hacen que me tema lo peor: el primero, esa conversación que cierra el último episodio de la temporada, “Restitution”.
AVA: Tengo miedo, Raylan.
RAYLAN: No lo tengas. Todo va a salir bien.
Y el segundo, esa “You’ll never leave Harlan alive” (“Nunca saldrás vivo de Harlan”) que ha sonado en todas las season finales de la serie con excepción de la tercera, esta vez en una magistral versión a cargo de Ruby Friedman (antes escuchamos la original de Darrell Scott y los covers de Brad Paisley y Dave Alvin). Raylan y Boyd, Boyd y Raylan, algo me dice que ambos pueden acabar mal al final de “Justified”, y que al menos uno de los dos saldrá con los pies por delante.
Y es que si decía que todo en “Justified” gira en torno a Raylan, no es menos cierto que ni la serie ni su protagonista serían lo que son sin Boyd. Y yo que llegué a creer que palmaría en el primer episodio, aquel fundamental “Fire in the hole”… Pero no, Boyd no sólo sobrevivió sino que fue siempre en todo momento una pieza fundamental en una historia que sólo puede cerrarse con el choque definitivo entre sus dos figuras más emblemáticas. En “Justified” los villanos vienen y van, pero Boyd siempre permanece. No pocas veces me he preguntado por qué narices no van a saco a por él, y cómo es posible que siempre logre salir indemne de sus encontronazos con la ley, y también con las docenas de delincuentes con los que ha acabado a hostia limpia, por muy acorralado que haya llegado a estar… Boyd tiene más vidas que un gato, y aquéllos que osan cruzarse en su camino generalmente no viven para contarlo. Pero parece que ya le ha llegado su hora, una vez que el fiscal David Vasquez ha puesto las cartas sobre la mesa:
VASQUEZ: Wynn Duffy, Katherine Hale, quien, a propósito, hizo que asesinaran a mi jefe para hacer descarrilar el juicio a su marido…
RAYLAN: Un poco capullo pero mejor que el último con el que he tratado.
VASQUEZ: ¿Qué más? Robert Quarles, los cadáveres en México, el tráfico de drogas…
RAYLAN: Todos casos cerrados.
VASQUEZ: Los Crowe…
RAYLAN: Incluyendo a los Crowe. Mi informe está justo ahí sobre esa mesa.
VASQUEZ: Wendy actuó en defensa propia.
RAYLAN: Eso es lo que dice el informe, sí.
VASQUEZ: No lo ves, ¿verdad? ¿El factor común que los relaciona?
RAYLAN: Con el debido respeto, si no tiene que ver con cielos soleados y playas, no tengo nada que ver.
VASQUEZ: El hombre en el centro de todo.
RAYLAN: ¿Quién? ¿Yo?
VASQUEZ: Boyd Crowder.
Boyd se ha involucrado en muchísimos asuntos turbios esta temporada, y ha estado muy cerca de salir escaldado, pero siempre ha encontrado la forma de salvar el culo. Lee Paxton, el sheriff Nick Mooney (definitivamente, este cargo está maldito en Harlan), su primo Johnny, su ex colega nazi Gunnar, Detroit, los canadienses, los mexicanos, los Crowe, Wynn Duffy, el señor Picker… Todo poco a poco parecía ir volviéndose en su contra, pero él acababa encontrando la forma de darle la vuelta a la tortilla. Y si no, que se lo pregunten a este último.
BOYD: Bien, puede que no sepa mucho de muchos temas, pero sí sé cómo volar cosas.
Pero hay algo con lo que Boyd no ha podido lidiar esta vez, y ha sido con la estancia entre rejas de su amada Ava. Su cuñada y prometida (¿o ex prometida?) ha tenido uno de los arcos de temporada más ingratos este año, condenada a padecer su particular versión, aunque mucho más peligrosa, amarga y ni por asomo divertida, de “Orange is the New Black”. Y si la chica ha conseguido salvar el cuello, de milagro, no ha sido gracias a Boyd, sino a un trato in extremis con Raylan. ¿Acabará traicionando finalmente a su hombre? Probablemente no le quede más remedio, una vez que la alternativa es volver a prisión, lo que le supondría una muerte casi segura, y considerando también que si tiene dos dedos de frente se dará cuenta de que Boyd es el origen de todos sus males. Y que, a la hora de la verdad, fue incapaz de salvarla. Pero hace bien en tenerle miedo.
Y sí, como decía, en “Justified” los villanos vienen y van, pero nunca decepcionan. En la serie hay además dos tipos de villanos, los verdaderamente peligrosos y los rematadamente gilipollas. Y de ambos hemos andado bien servidos en esta quinta temporada. Al primer grupo pertenecerían por supuesto Boyd, ese memorable Wynn Duffy que también lleva acompañándonos desde la primera temporada, los ya caídos Mags Bennett, Robert Quarles o Nicky Augustine, el de momento perdido Ellstin Limehouse… Y el segundo, demasiado numeroso como para andar ahora enumerándolos a todos, está comandado sin ninguna duda por Dewey Crowe, que es tan condenadamente imbécil que resulta entrañable.
DEWEY: ¿Esto es todo, Raylan? ¿Sin unas palabras finales, poniendo a Dewey Crowe en su lugar?
RAYLAN: Mi consejo, deja de hablar de ti mismo en tercera persona. Hace que parezcas tonto.
DEWEY: ¿Tercera persona? ¿Quién? ¿Este tío de aquí? Joder, no te entiendo.
Dewey, al que yo eché una barbaridad de menos en la anterior temporada, ha regresado este año por todo lo alto protagonizando un sinfín de peripecias a cual más absurda y surrealista. El auténtico Pierre Nodoyuna de “Justified” ha sido martirizado hasta tal punto por los guionistas de la serie que ha acabado dando muchísima pena… aunque nos hayamos reído, a mandíbula batiente, a su costa. Y todo lo malo que le ha sucedido, ha sido propiciado por esos primos, los Crowe de Florida, a los que él temía más que nadie desde el principio y no quería ver ni en pintura. Cuando todo parecía irle medianamente bien por primera vez en su vida. Cuervos. Cuervos y más cuervos. Los magníficos, como siempre, teasers de esta temporada (“Tracks”, “Roadkill”, “Peck”, “Death Wish”) se centraban en estos negros pajarracos, y el hashtag con el que la cadena promocionaba los nuevos capítulos (#TheCrowesAreComing) también dejaba bien claro por dónde iban a ir los tiros. Fue en el primer capítulo del año, titulado precisamente “A Murder of Crowes”, cuando conocimos a Daryl Jr. (un tremendo Michael Rapaport), Danny (ese A. J. Buckley tan hinchado que tardé semanas en identificarle como el ‘ghostfacer’ Ed Zeddmore de “Supernatural”), Dilly (Jason Grey-Stanford), Wendy (la cada vez más atractiva Alicia Witt) y Kendall (el joven Jacob Lofland, que ya nos deslumbró en su debut en “Mud”). Todos ellos, con la excepción de Dilly, que es asesinado en ese episodio por sus propios hermanos, acaban mudándose a Kentucky, para desgracia del pobre Dewey. Los Crowe nos han brindado algunos momentos excepcionales y han dejado una huella muy profunda en “Justified”, empezando por ese Daryl Jr. que pronto se alineó en el primer grupo de villanos, y terminando por Danny, que entró con todos los honores en el segundo grupo al obsequiarmos con la que ha sido, sin duda, la muerte más ridícula en lo que llevamos de serie. Y eso es decir mucho.
DANNY: ¿Nunca has oído hablar de la regla de los seis metros?
A diferencia de la cuarta temporada, cuya gran baza fue precisamente su absoluta libertad y anarquía narrativa, esta quinta ha estado mucho más encauzada desde el principio y ha terminado, por primera vez, con algo parecido a un ‘cliffhanger’, pues ahora sí que podemos al menos vaticinar lo que se nos viene encima en el que será su último año. Ya hemos oído retumbar los tambores que presagian esa batalla final que intuimos épica. Y muy sucia. “Justified”, en el año en el que además nos tocó despedirnos de su ‘creador’, Elmore Leonard, ha vuelto a dejar, en su penúltimo envite, el listón muy alto. Altísimo. Se ha mantenido fiel a sí misma, no ha perdido ni un ápice de reflejos y ‘punch’, nos ha obsequiado con guiños a sus fans más fieles (esas apariciones, aunque breves, de Loretta, Theo Thonin o Dickie Bennett) y, si acaso, sólo podemos reprocharle que ha seguido sufriendo alguno de sus males endémicos: un nuevo interés amoroso, encarnado esta vez en la trabajadora social Alison Brander, que a pesar del buen hacer de la encantadora Amy Smart no ha conseguido que nos olvidemos ni un segundo de esa Winona a la que echamos mucho de menos, y que apenas hemos divisado un par de veces a través de una pantalla de ordenador; y de nuevo que nos hemos quedado con ganas de haber visto mucho más a esos pedazo de personajes que son Rachel Brooks y Tim Gutterson. Pero hasta en eso la última temporada nos hace ser optimistas, pues la activa participación de los dos fieles compañeros de Raylan en la caza de Boyd se antoja imprescindible. Las pistolas ya están cargadas, la hora del duelo decisivo ya está marcada en el calendario (enero de 2015) y el resultado es incierto, aunque sí sabemos una cosa: hay alguien que no saldrá vivo de Harlan.
Buenas tardes,
Tampoco es nueva mi debilidad por Justified y SOA, explicada en anterioridad.
Prefiero que terminen la serie con dignidad por muy bien que nos lo pasemos.
Será muy dolorosa la marcha de estas dos series.
Qué voy a hacer?
Aunque los diálogos, algunos inteligentemente escritos en el post, son para masticarlos y degustarlos a cámara lenta, tengo la impresión que la temporada ha sido mucho más floja que las anteriores. O, mejor dicho, menos tensa. Se vislumbra además un Raylan un poco más cabrón, con más mala leche, seguramente porque está hasta el sombrero de todos los problemas.
Apostaría por Boyd como el que al final va a morder el polvo, pero me tienta la idea que el malo consiga salirse con la suya.
Muy bien por el chaval de Mud, que sin duda hay que seguir a partir de ahora, y el (casi) desaparecido Rapaport, que confirma el gran acierto de casting que han tenido siempre durante estas temporadas. Por cierto, no sería fantástico un crossover con SOA?
jaja.
Saludos!
¿Ha terminado ya la quinta temporada? Voy al ritmo de los dvd y aún no ha salido la cuarta.