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Iggy Pop sale a nuestro rescate con «Post Pop Depression»

29/04/2016

iggy-pop-josh-homme-post-pop-depression cover

No recuerdo un comienzo de año musicalmente más trágico. Las muertes de Lemmy, en plena Navidad, y de Bowie, nada más acabada, no sólo significaron las desapariciones de dos grandes ídolos en un momento aún muy apreciable de forma, sino que fueron algo más. Supusieron una especie de Apocalipsis del rock tal y cómo lo hemos entendido muchos hasta este momento. Uno podía sentir y percibir también en los demás una devastador sentimiento de orfandad, de fin de una era, de que nada volvería a ser ya igual. Pero, pasados los meses, pese a que las tristes noticias como la muerte de Prince no dejan de sucederse, ves que la vida continúa inmisericorde, que no se detiene ante nuestros lloros y, poco a poco, van naciendo brotes verdes. El movidito verano de grandes conciertos que nos espera nos ha levantado definitivamente el ánimo, pero la primera piedra en esta nuestra recuperación la puso otro de nuestros grandes iconos, otro al que sus excesos le podrían haber llevado a la tumba hace ya mucho y que, sin embargo, sigue ahí, dispuesto a continuar alegrándonos la vida: Iggy Pop, uno de los personajes que más pueden recordarnos a Lemmy de los que nos quedan vivitos y coleando. Ahí estaba, recién lamidas las heridas tras el súbito deceso de su amigo del alma Bowie, para anunciarnos por total sorpresa que había unido fuerzas con tres de los grandes músicos de la actualidad -Josh Homme y Dean Fertita (Queens of the Stone Age) y Matt Helders (Arctic Monkeys)- para volver al rock con un ‘Post Pop Depressión’ que nos hizo ansiar tenerlo en nuestras manos en cuanto supimos de su existencia y, sí, recobrar la esperanza por esta música que tanto amamos.

Habrá que entonar el ‘mea culpa’ pero la verdad es que teníamos a Iggy muy arrinconado en nuestra memoria. Concentrado en los últimos años en una reunión de los Stooges mucho más jugosa en directo que en su desigual y algo insípida plasmación en estudio, tampoco es que la Iguana hubiera hecho mucho por favorecer su carrera en solitario. Sus querencias parecían alejarse cada vez más del rock con sus respectivos experimentos con el jazz en ‘Preliminaires’ (2009) y con la ‘chanson’ francesa en ‘Aprés’ (2012), unos trabajos que podrían haber resultado interesantes pero que respiraban una autoindulgencia que nos les llevaban más allá de ser meras curiosidades, siendo, sin embargo, más famoso que nunca en países como España, surrealista aparición en ‘El Hormiguero’ incluida, por su aparición en un anuncio de tónica. En fin…

Iggy Pop 2016

La alegría por la llegada del nuevo disco no ha sido completa: Iggy se ha encargado de dejar muy claro, ya sea mediante entrevistas promocionales o a través de las propias letras del álbum, que ‘Post Pop Depression’ marca su retirada de un negocio discográfico del que afirma estar harto. Sea esto una decisión definitiva o bien unas palabras que se verá obligado a rectificar en el futuro (y ya hay unos cuantos casos), lo que nos ha enseñado este 2016 más que nunca es que hay que vivir el presente y éste se presenta muy excitante  en lo que a nuestro protagonista se refiere, tanto en disco como en una gira de presentación por la que ya estamos implorando llegue algún día a España.

Ya era hora de que Iggy se decidiera a reivindicar con potencia su trayectoria en solitario. Es inevitable glosar a los Stooges como  una de las bandas imprescindibles de nuestro cotarro, con una discografía ejemplar y harto influyente, pero en los últimos pareciera como que la carrera de Iggy posterior al «Raw Power» sólo hubiera continuado con sus dos excelsas colaboraciones con Bowie, «The Idiot» y «Lust for Life». quedando demasiado olvidadas maravillas como «New Values», el irresistible rock comercial de «Brick by Brick» o ese «American Caesar» con el que tan bien supo captar el espíritu de los 90, sin desdeñar obras tan reivindicables como ese furioso «Beat’em Up» de 2001. En todos ellos, la Iguana, un poco al modo de Ozzy Osbourne, supo rodearse de las compañías adecuadas (desde Bowie a Steve Jones, pasando por James Williamson, los Guns’N’Roses casi en pleno, John Hiatt o Glenn Matlock) para plasmar el estilo musical que quería llevar a cabo en cada momento.

Entre estos ilustres colaboradores, no cabe duda de que la alineación conseguida para «Post Pop Depression» figurará entre las más destacadas de la carrera de Pop. Pocos compañeros de viaje actuales pueden encontrarse mejores que Homme -uno de los últimos grandes héroes del rock por su virtuosa labor guitarrística en sus años mozos en los imprescindibles Kyuss y, sobre todo, por ser el cerebro de los siempre interesantes Queens of the Stone Age- , Fertita – virtuoso multiinstrumentista también miembro de los Queens y colaborador en diversos proyectos de Jack White, Brendan Benson y Karen O- y un Helders que se encarga de insuflar la fuerza necesaria desde la batería a los Arctic Monkeys. No esperen por su presencia paisajes ‘stoner’ o andanadas pop-punk, aquí todos parecen haber dejado sus egos en la puerta del estudio para dedicarse a tejer un tapiz oscuro, atmosférico, decididamente nocturno y absolutamente ‘groovy’ -muy en la línea de los últimos trabajos de los QOTSA y los Monkeys- sobre el que reina con autoridad la característica y carismática voz grave de Iggy, que se sitúa con este trabajo a medio camino entre la actualidad más rampante y los recuerdos a su trayectoria conjunta con Bowie y a su época más post punk de principios de los ochenta.

Iggy Pop Josh Homme Dan Fertita Matt Helders

Comienza la función con la sencilla pero efectiva «Break into your Heart», inmejorable pieza introductoria para sumergirnos en el paisaje sonoro que nos espera, un medio tiempo con inevitables recuerdos a QOTSA -esos juegos de guitarra, los puntuales pero adecuados aportes de piano- pero con la voz de Iggy, en absoluto primer plano, como gran protagonista y como verdadero punto distintivo de la propuesta.

A continuación irrumpe en nuestros oídos el magnífico riff de «Gardenia» -acertado primer single- , un ritmo juguetón y funky en el que las tremendas líneas de bajo de Fertita toman el protagonismo hasta que un magnífico estribillo toma el relevo y, con el apoyo de un intermedio más rockero y uno de esos monólogos que Pop sabe hacer tan bien, termina de componer un tema absolutamente adictivo (no pasa un día sin que la haya tarareados al menos una vez), un ‘grower’ de manual, que es desde ya una de las grandes canciones de 2016. Es en este tono rítmico, casi bailable, en el que «Post Pop Depression» hace sus mejores hallazgos, como es el caso de otra de las grandes estrellas del trabajo: «Sunday», en la que de nuevo Fertita nos guía virtuosamente a través del tema en el que más inconfundibles resultan las referencias a «The Idiot» y «Lust for Life», aunque también nos recuerde no por casualidad a los momentos más ‘negros’ del «AM» de los Mokeys, Un gran ‘crescendo’ final con Homme haciendo diabluras con su guitarra y unos excelentes coros culminan otra canción perfecta. Más melódica pero igualmente deliciosa es «Chocolate Drops», puro sexo hecho canción.

 

Los fanáticos del «…Like Clockwork» de las Reinas de la Edad de Piedra se sentirán como en casa con «American Valhalla» y «Vulture», dos medios tiempos sugerentes, oscuros, de amenazante calma, que habrían encajado como un  guante en ese último trabajo de Homme y cía. El primero, de aire post punk y repetitivas melodías chinescas, aderezado con un sutil y espectacular trabajo de guitarras; de ecos fronterizos la segunda, que, tras un desnudo desarrollo se fortalece en el estribillo y con un vibrante desgañite típico de Pop. Caminos muy parecidos siguen «In the Lobby» y «German Days», pero adolecen de algún elemento que las haga reconocibles y, aún siendo muy correctas, no logran escapar a la monotonía y a ser el pequeño lastre que impide a «Post Pop Depression» alcanzar la excelencia.

«Paraguay» concluye el viaje por todo lo alto en forma de medio tiempo melódico y convencional engañoso, ya que se va conviertiendo en un alargado ‘crescendo’, pleno de fuerza, gracias a un insistente compás de batería de Helders, un Homme de nuevo magistral y un Iggy desbarrando de forma superlativa, decidido a no dejarse nada antes de concluir. Excelente e intenso final de la que, esperemos, no sea la última canción de uno de los mayores iconos del rock de todos los tiempos. De todos modos, si lo acaba siendo, no cabe duda de que se ha trabajado una despedida a la altura de lo que merece; en el futuro siempre podremos contar con este elegante y atinado «Post Pop Depression» para recordarlo.

Iggy Pop Josh Homme 2016

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