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«AM», de Arctic Monkeys: la noche es nuestra

09/09/2013

Arctic-Monkeys-AM

Hace unas semanas repasábamos en este post la carrera de Arctic Monkeys y concluíamos que la banda de Alex Turner, Jamie Cock, Matt Helders y Nick O’Malley es de las pocas de su generación que ha sabido sortear los peligros que se ciernen sobre un debut arrollador y emblemático, de esos que marcan a fuego a un artista hasta el punto de convertirse en una maldición que esclaviza el resto de su trayectoria. No sabíamos en 2005 que Arctic Monkeys podrían ser especiales, ni tampoco importaba porque pasara lo que pasara con ellos siempre nos quedaría “Whatever people say I am, that’s what I’m not”. Ahora, en 2013, no nos queda ninguna duda de que el grupo de Sheffield es una de las tres o cuatro grandes referencias del rock del siglo XXI. Y lo es porque con cada nueva entrega discográfica han dado un valiente paso al frente, sin miedo a perder fans o a que la coyuntura no fuese favorable, construyendo una personalidad única a la que van añadiendo nuevos matices con cada mutación sin que se resienta su identidad. Nada habría sido posible sin “Humbug” (2009), el disco con el que dejaron de ser una banda indie para empezar a convertirse en otra cosa. Allí, en el desierto de Joshua Tree y bajo la supervisión de Josh Homme, esculpieron una musculatura pedregosa y ganaron seguridad en sí mismos. La suficiente como para no temer sonar gloriosamente atemporales y directos en su siguiente y magistral largo, “Suck it and see” (2011), con el que definitivamente reclamaban la corona de gran banda de nuestro tiempo. Un estatus que confirman con el flamante “AM”, nueva demostración de que Arctic Monkeys ya juega en su propia liga y bajo sus propias reglas, y que, albricias, insisten en seguir a su bola, en seguir probándose disfraces que en la percha de otros quedarían ridículos y ordinarios pero que a ellos les sientan jodidamente cool.

Homme definió “AM” semanas antes de su aparición como un disco “moderno, bailable y sexy”, y hay que reconocer que el tipo lo clavó. El quinto álbum de los Monkeys suena sofisticado y nocturno, clásico y al mismo tiempo rabiosamente contemporáneo. Pocas obras escucharemos en 2013 (y en años venideros) que suenen tan arrogantemente seguras de su propio magnetismo. Es el sonido de una banda de rock consciente de su mojo, de que este es SU momento y de que ahora mismo son los putos amos.  Es también una obra que JAMÁS habría podido hacer el imberbe cuarteto que golpeó los cimientos de la moribunda industria musical en 2005.  Y es que para llegar aquí Turner y compañía han deglutido y digerido todo lo aprendido en los pasos previos y se las han ingeniado para encontrar un nuevo desvío hacia territorios que todavía no habían explorado. Por tanto, “AM” no es ni una secuela de “Suck it and see”, ni tampoco un retorno a la hosquedad de “Humbug”, sino una nueva versión, corregida y mejorada (atentos a la producción del habitual James Ford, un tiro) de una banda en constante evolución. Descuiden si le pegan un par de pasadas al disco y concluyen apresuradamente que no hay para tanto. “AM” es un grower que se crece con las escuchas y que termina atrapando irremediablemente en su hechizo.

Arctic Monkeys_AM_Band

El álbum arranca con los dos temas que ya conocíamos y que aquí colocados amplifican su impacto.  El beat sintético y el riff doblado de Cook de “Do I Wanna Know?” nos sumergen en una letanía hipnótica y sensual cocida a fuego lento en la que Turner escupe versos cáusticos de palpable carga sexual en lo que será la tónica lírica del disco. “R U Mine?”, amarrada a un pegajoso riff que en realidad no es sino una variación del del tema anterior,  acelera el tempo en el número más rockero y agresivo del lote. Quizás también el que más recuerda a tiempos pasados, aunque los dinámicos falsetes de Helders apuntan hacia nueva direcciones, las que descubrimos en los dos cortes siguientes, que simulan dos caras de una misma moneda. “One for the Road” y “Arabella” son medios tiempos que se sostienen sobre una base rítmica con un groove inédito hasta ahora en la banda, cercano en espíritu al hip hop (no extrañan las cacareadas referencias a Dr.Dre o Aaliyah), con mucho espacio entre la contundencia de la batería y la sinuosidad del bajo, que por otra parte suenan tremendos, y ambas calcan estructura, soltándose el pelo en unos finales rebosantes de clase y vigor. En la primera colabora Homme, ayudando a Helders en unos coros robados a “Sympathy for the Devil”, mientras que en la segunda lo que piden prestado es uno de los eternos riffs que inventó Tony Iommi en el paleolítico del hard rock para resituarlo en el siglo XXI.  Homme debía estar sonriendo en una esquina mientras la grababan, porque el resultado no dista mucho del conseguido por él con Queens of the Stone Age en ciertos pasajes de “…Like Clockwork”, otro de los imprescindibles de 2013, reseñado por aquí por mi compañero Alberto.

“I Want It All” también le debe mucho más a las actuales Reinas de la Edad de Piedra que al tema de mismo título de la otra Reina, la de Freddie Mercury.  Se trata de un glam-rock cantado enteramente en falsete por Turner en el que lo más destacado es el bajo trepidante de O’Malley y el espacial solo de guitarra final de Cook. No mata pero se agradece la subida de revoluciones antes de entrar en el segmento más tranquilo de “AM”, más emparentado con el brillo melódico de “Suck it and see”.  “No.1 Party Anthem” es una monumental balada de emotivo regusto soul armada sobre un piano con mucho reverb que parece una gema perdida del John Lennon más dulce, aquel que miraba con nostalgia a los años 50. Como viene ocurriendo desde “Cornerstone”, Turner demuestra que el traje de crooner romántico le queda tan bien como el de rockero rebelde con tupé. En “Mad Sounds” la referencia obvia e ineludible -y por eso lo decimos todos- es Lou Reed, y más concretamente el Reed de “Sunday Morning”. Todo en el comienzo de la canción, arpegios de guitarra,  batería perezosa –a cargo aquí de Pete Thomas, habitual de Elvis Costello-, el fraseo vocal, el plácido manto de órgano, remite a las lentas del mítico “The Velvet Underground & Nico”, aunque después el tema emprende un suave crescendo coronado por unos “oh la la la” que posiblemente habrían hecho carcajear al joven Turner. Bendita madurez. “Fireside” cambia de registro y nos adentra por una senda misteriosa y onírica, empujados por un atractivo traqueteo rítmico, guitarras acústicas y neblinosas (aquí colabora Bill Ryder Jones, de The Coral, por cierto ¿qué fue de esa gente?) y un órgano ingrávido que arropan una melodía fantástica interpretada maravillosamente. No es de las que más destacan en una primera escucha pero termina siendo de las mejores. Lo dicho, un grower.

Después de “Fireside” acometemos la sección más controvertida de “AM”, aquella en la que se tienden puentes con la pista de baile, primando los falsetes por doquier y un tono estilizado y hedonista que, sin embargo, no supone un trauma de ningún tipo para el oyente desacomplejado que no viva anclado en los tiempos de “Whatever people say I am…”. Para entendernos, “Why’d You Only Call Me When You’re High?” está en las antípodas de la horterada ochentera del “One Way Trigger” de The Strokes. Aquí hay un elegante groove gordo con rebordes funky que lleva el moderno R&B a su terreno, guitarras que prefieren el pellizco sutil al mamporro limpio y una línea melódica juguetona y lúdica que nunca resbala por el barranco de la vulgaridad. En mi opinión, un temazo. Otra cosa es que funcione en directo tan bien como en estudio. Si a “Snap Out of It” le metiésemos una producción de garrafón, le amputáramos todas las sutilezas sonoras y le añadiésemos un efectito de autotune nos quedaría una canción por la que mataría toda boy-band que se precie. En manos de los Monkeys, en cambio, es el tema que envidiaría el amigo Miles Kane. También es lo más comercial que han hecho nunca, con un estribillo pop tan perfecto e instantáneo que es imposible quitárselo de la cabeza. Al menos hasta que llega “Knee Socks”, que dobla el envite apostando por un efectivo ritmo trotón y otro estribillo en falsete viscosamente pegadizo. En su parte final se atreven a contraponer una melodía que parece parodiar a cualquier estrella R&B con los fantasmagóricos aullidos de Homme (sí, otra vez). A esta categoría voluptuosa también pertenecería “Stop the World I Wanna Get Off with You”, que se ha quedado en cara B de single aunque por calidad podría haber estado perfectamente en el álbum. La obra cambia dramáticamente de registro para el cierre con “I Wanna Be Yours”, obsesiva y bella balada noctámbula apoyada en una esquelética caja de ritmos y vestida con guitarras nebulosas que adapta o reinventa el tema de John Cooper Clarke, uno de los ídolos de Turner.

“AM” incita a revivirse una y otra vez, a volver a explorar los recovecos de unas canciones en apariencia sencillas y transparentes pero con muchos rincones a medio iluminar. No había mucho temor a la decepción, al menos por mi parte, pero “AM” confirma que en el Reino Unido no hay otra banda como ellos, y lo mejor es que dan la sensación de que la próxima vez ¿dentro de un par de años? tampoco fallarán. De momento, los conciertos en España del próximo mes de noviembre son una cita ineludible.

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21 comentarios leave one →
  1. afilmjunkie permalink
    09/09/2013 14:12

    Lo que me encanta de los Arctic Monkeys es que cada disco es su mundo, creo que no puedo decidir cual es mi disco favorito de ellos, hoy tal vez sea «Suck it and see» pero mañana, quién sabe. Estoy totalmente de acuerdo en que con Humbug dejaron de ser una banda indie y fue una de las mejores decisiones que tomaron. Sabían que perderían muchos seguidores enamorados de los dos primeros discos pero yendo por ese rumbo encontraron su propio sonido.
    Con «AM» me está pasando lo mismo que con «Humbug» y «Suck it and see», cada vez que lo escucho, me gusta más y como dices, más cosas nuevas encuentras en cada canción.
    El sonido de los Arctic como he dicho anteriormente es siempre refrescante y las letras idiosincrásticas de Turner no paran de sorprenderme.
    No puedo esperar a ver a los Arctic Monkeys otra vez por segunda vez en noviembre.

  2. Carlos permalink
    10/09/2013 0:36

    Jorge una crítica buenísima, 100% de acuerdo contigo, el único fallito que hay es que el bajista actualmente es Nick O’Malley.
    PD: Mucho mejor tu crítica que la de la Rollingstone, sigue así

  3. Jorge Luis García permalink*
    10/09/2013 1:00

    Muchas gracias, afilmjunkie y Carlos, por vuestros comentarios. Celebro que estéis disfrutando «AM» tanto como yo. Corregido lo de O’Malley. Un saludo!

  4. Anónimo permalink
    10/09/2013 5:26

    Esperaba menos y me callaron la boca..progreso y frescura asboluta…what’s next??
    excelente reseña…

  5. 11/09/2013 17:43

    Está la actitud, el sonido, la producción. Está la evolución, la inquietud constante. Está todo …pero algo no funciona entre los Arctic Monkeys y yo. Supongo que es un asunto personal porque todo el mundo los alaba. Y no es que este «AM» no me haya gustado a ratos (es un buen disco) pero si definitivamente a momentos se me hizo espeso y no me dijo nada de nada. Me pareció un disco muy irregular, dos buenas y dos intrascendentes.

    Pero bueno, opinión personal simplemente.
    Saludos!
    http://politomusica.blogspot.com

  6. Mike permalink
    12/09/2013 20:53

    Grandísima crítica. Leo a algunas personas por Internet diciendo que ya no son ellos, que han cambiado, seguramente los mismos que los habrían criticado si hubieran continuado toda su vida con el sonido de ‘Whatever’ o ‘Favourite Worst Nightmare’ diciendo que siempre suenan igual. Pero si hay algo que los Arctic han demostrado es que son una pedazo de banda, que sabe mantener su toque pero evolucionar (y evolucionar bien). Ojalá sigan trayendonos cada vez algo nuevo, porque los cambios de esta banda son benditos. Enorme disco.

  7. Liam Gallagher permalink
    13/09/2013 18:27

    Ni Muse ni Coldplay ni pollas. Arctic Monkeys lleva demostrando desde el cuarto álbum que son LA banda, de esas que había a porrillo en los 60 y 70. Y digo cuarto porque el primero era obra maestra pero era solo el primero, el segundo confirmó que este grupo se le daba muy bien hacer hits y buenos discos. Y el tercero fué el puente que los catapultó a banda seria que no quiere ser llamada mocosos que deja atras su sonido postpunkarrilla para meterse en el Rock musculoso con buen gusto de la mano del genio Homme. El cuarto fué la asentación de gran banda y encima con más cambios, para bien, encima con chulería. Y AM amigos, AM, sin ser obra maestra (ese fué el primero) es su álbum más redondo. Un disco con canciones y un sonido PUTOAMISTA como ningún otro. 5 discos buenísimos de 5, ni uno malo o regular. Espectacular. Bravo.

    P.D. A espera por tanto del disco de la otra gran banda del siglo XXI: Arcade Fire, aguantará el pulso a los monos?

  8. Jorge Luis García permalink*
    13/09/2013 22:27

    Muchas gracias por vuestras aportaciones, Anónimo, Esteban, Mike y Liam.
    Veo que el disco nos está gustando mucho a la mayoría, aunque está bien que haya voces menos entregadas, como la de Esteban, pero en su caso parece ser que la falta de conexión con la banda viene de largo. Seguro que algún día llegará ese disco con el que salte el «click» entre tú y ellos.
    Evolución bien entendida, esa es la clave de los Arctic Monkeys. Podrían haberse limitado a reproducir la fórmula del primer disco una y otra vez, y a lo mejor hasta les habría salido bien, pero no habrían llegado a ser la banda que son ahora. Me apunto esa expresión de Liam, «putoamista». Es cojonuda. Y es exactamente lo que pienso cada vez que escucho los últimos 50 segundos de «Arabella». Un saludo a todos!
    P.D. Tras escuchar los casi 8 minutos de «Reflektor», puedo decir que hay partido.

  9. 18/09/2013 9:33

    Que tal, oye la verdad no he encontrado ningun lugar donde no les guste el nuevo disco de los arctic monkeys, y no entiendo porque realmente no lo entiendo.
    Arctic monkeys tenian un sonido propio, a veces explosivo, a veces nostalgico, y ahora me aburrieron tanto, que decepcion.
    Pasaron las canciones sin pena ni gloria, y claro que hay muchas reminiscencias… sin embargo hay cosas MUY buenas dentro de lo que clasifican como stoner rock… no todo es qotsa, o las otras bandas de josh homme de tiempos recientes como eagles of death metal o them crooked vultures,

    Aunque tambien tiene algo del led zepp 2 y black sabath solo que black sabbath y led zeppellin 2 son infinitamente mas inspirados, juro que ninguna cancion me provoco nada todo suena tan pero tan chafa.

    Se que es evolucion, pero viendolo desde mi punto de vista, siento que Homme los esta llevando a sus dominios del rock.

    Sonara raro pero ayudenme a recuperar la Fe en los arctic jaja los escuchaba desde la secundaria y ahora con RAM de daft punk que tampoco me gusto, estoy temiendo que Arcade Fire siga este hilo que ha llegado a mis gustos.

    • Jorge Luis García permalink*
      19/09/2013 14:09

      Hola Daniel, muchas gracias por tu aportación. Para recuperar la fe en los Arctic Monkeys yo te recomendaría que aprovecharas cualquier oportunidad que tengas de verlos en directo. Creo que esa medida no fallaría. También te sugeriría que le concedieses más escuchas a AM, tratando de olvidarte un poco de los primeros discos. Como bien dices, Arctic Monkeys tenían un sonido propio, pero también lo tienen ahora, solo que lo han hecho evolucionar, y ya sabemos que los cambios, en cualquier banda, no siempre son bien recibidos por los fans. Un saludo.

  10. 19/09/2013 19:46

    Coincido con Daniel. Reflektor me dejó un poco preocupada.. y siento que falta un poco de sustancia en AM. de verdad que lamento decir esto, pero tal vez esto cambie más adelante. me pasó lo mismo con Suburbs- pero amé Suck it and see instantáneamente. ese sí que fue un disco perfecto.

    • Jorge Luis García permalink*
      20/09/2013 11:38

      Hola Nebulae Anna, muchas gracias por pasarte a comentar, aunque solo coincido contigo en tu amor por «Suck it and see». De hecho, ese es mi disco favorito de los Monkeys; para mí una obra maestra, aunque a muchos acérrimos de «Whatever people…» ya les pareciera un mal paso. Ahora mismo no sabría decir si «AM» lo mejora o se queda por detrás (al fin y al cabo solo tiene unas semanas de vida, y el otro dos años), pero sí creo que tras una obra del calibre de «Suck it and see» este nuevo disco supone una jugada brillante y valiente, otro decidido paso adelante. Como encargado de suceder a una obra maestra me parece modélico y difícilmente mejorable.
      Y ya puestos, si a tí «Reflektor» te dejó un poco preocupada a mí me ha demostrado que Arcade Fire tienen unas pelotas de adamantium. No me extraña que Bowie bromeara con quedársela para él. En serio, es un pepinazo del 15.

  11. Anónimo permalink
    22/09/2013 5:34

    Estoy totalmente de acuerdo, si siguieran en la misma linea de suck it and see el disco no hubiera revolucionado… tenemos el suck it and see … no necesitamos un «suck it and see 2 » es lo bueno de arctic monkeys, cada disco algo nuevo y diferente.Mañana me llega el vinilo de este maravilloso AM … <3… Muy buena critica, la que realmente merece este disco. Un saludo

  12. Bianca permalink
    23/09/2013 16:30

    Muy parecidos muchos puntos a esta: http://www.clashmusic.com/reviews/arctic-monkeys-am
    Pero aun así, gran trabajo, gran review.

  13. Fluorescent Adolescent permalink
    27/12/2015 4:20

    Por favor, que te enamores de Turner se puede entender, pero que defiendas este disco, junto con los pseudofans que te glorifican, es sin ningun lugar a dudas para pegarte una paliza con jeringuillas usadas en la puerta de una discoteca. En serio has intentado argumentar, porque sinceramente lo que haces es contraer el esfinter mientras le das cabezazos al teclado esperando que salga algo coherente, a favor ya no solo del disco en si, que es el reflejo de la etiqueta que le metieron al grupo cuando se vendieron hace ya 6 años, si no a la trayectoria que ha tomado, poniendolo de ejemplo para referirse a una banda referente del rock del siglo pasado, perdona? The strokes? Que es eso? Se come? Tu hype por que te viole Turner en un baño de sus conciertos casi se paladea pero no. Dices que cada disco es un «valiente paso al frente, sin miedo a perder fans o a que la coyuntura no fuese favorable, construyendo una personalidad única a la que van añadiendo nuevos matices con cada mutación sin que se resienta su identidad.»

    Si quieres te lo digo claro, una polla que te comas amigo.

    Que son pasos al frente? El unico paso real que daron fue de Whatever a Favourite y de este a Humbug, siendo el ultimo mas un tropiezo que un paso…

    Sin miedo a perder fans? Los fans de Arctic Monkeys han pasado de ser fans del grupo a ser niñatos veinteañeros que se creen indies por escuchar AM y blogueras (en este punto de cabreo me la suda las gilipollezes americanas) super hipster con tatuajes de la maldita portada del truñoejem disco, realmente patetico.

    Que no se resiente su personalidad? Solo tienes que escuchar Riot Van y Do I Wanna Know, pero sin que te corras escuchando el ultimo por favor.

    Para despedirme, espero que aprendas que mainstream no es lo mismo que evolucion o mejora.

    Pd: eres un puto scummy man y lo sabes.

    • Jorge Luis García permalink*
      27/12/2015 11:06

      Llegas con un par de años de retraso, pero has conseguido levantarme de la cama con una sonora carcajada; demonio de crío…

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