The Cranberries o el instinto animal de Dolores O’Riordan
(Hace solo unos días publicábamos este artículo haciendo repaso a la carrera de The Cranberries. Lamentamos profundamente que estas líneas se hayan convertido súbitamente en un homenaje a Dolores O’Riordan, la voz que acompañó durante muchos años a muchos de nosotros, una de las voces de toda una generación).
Creo haber escrito las mismas palabras más de una vez en el Cadillac, pero la idea sigue siendo relevante. Los referentes musicales que más acaban por marcarnos y quedarse con nosotros (y esto no deja de ser aplicable a otras manifestaciones artísticas) a menudo no son escogidos, sino que llegan de manera circunstancial a nuestras vidas. Yo tenía ocho años en 1994, cuando una canción llamada «Zombie» (aunque en aquel momento no lo supiera) empezó a sonar en las cadenas que tenía sintonizadas en mi radio-casette. Una canción que chillaba sin piedad todo el día (emitiendo un sonido similar a «iaheeeeeee») y que desde el principio me dejó prendada de la voz de la cantante. «No Need to Argue» fue una de las primeras cintas que mi madre me regalara, aunque no la primera, y The Cranberries es una banda que logró quedarse conmigo para siempre.
Fundada en Limerick por los hermanos Hogan, la banda irlandesa no firmaría con una pequeña discográfica hasta la llegada de Dolores O’Riordan, quien, le pese a quien le pese, se convertiría prácticamente en la protagonista de esta historia siendo responsable de la mayor parte de las composiciones. Es difícil definir la música de The Cranberries en un sólo género, pues desde sus inicios se han movido con comodidad en el folk, en los ritmos celtas, el pop rock, el pop, el rock, el grunge y las melodías más acústicas. Tienen, en cambio, un sonido realmente propio al que la maravillosa voz y los gorgoritos de O’Riordan han otorgado una personalidad incuestionable. No serán los mejores, ni su rock alternativo sería el más determinante de aquella década de los noventa, pero en lo personal se antojan tan especiales y me han acompañado durante tantísimo tiempo, que no podía dejar pasar la ocasión de dedicarles el post que nunca les había dedicado. Repasemos hoy, brevemente, su discografía y demos un paseo por las canciones que durante más de veinte años han aportado al panorama musical.
Everybody Else Is Doing It, So Why Can’t We? (1993)
El álbum debut de la banda irlandesa tiene ese olor característico, esos colores y sabores que le son propios a un producto iniciático. Con unas técnicas instrumentales menos pulidas y menos bañadas en corrección y una voz más animal (aún) y menos controlada de la vocalista, «Everybody Else Is Doing It, So Why Can’t We?» se presentó con tres singles: el a día de hoy archiconocido «Dreams», «Linger» y «Sunday». Temas que, curiosamente, nadan en un tono inocentón (aunque no más optimista) que contrasta con el rock lánguido y de corte más depresivo de cortes como el «I Still Do» que abre el disco, la magnífica «Waltzing Back» , «Not Sorry» o el desgarre creciente de «How». Es casi un concepto, este puñado de canciones. Un discurso sobre amor y desamor propio de bandas jóvenes al que, sin embargo, no le debo reproches.
Es este primer trabajo un inicio con todos los matices más reconocibles que luego configurarían a The Cranberries, una oda al pop rock que sueña con ser un poquito grunge y a la vez no deja atrás su elegancia. Puede que en aquel momento nadie los conociera más allá de las fronteras británicas, pero «Wanted» sigue siendo entonada en masa.
No Need to Argue (1994)
«No Need to Argue» no es cualquier disco de los Cranberries, es EL DISCO. El trabajo que los catapultó a la cima y los convirtió en uno de los grupos imprescindibles de los noventa, el álbum del que más copias vendieron. El primero, en realidad, para muchos de nosotros, porque tal y como comento en la introducción de este post, todos los conocimos con «Zombie», cada uno a su edad, en su contexto y circunstancias. En 1994 todos entonamos aquel primer single con fuerza (in your heeeeeeeead, in your heeeeeeeaaaaaaad), una canción que siempre será símbolo y estandarte, un discurso sobre el terrorismo y la violencia que en la edad de su temprano descubrimiento a mí se me escapaba, evidentemente, por completo. Un paso más cerca del rock alternativo y una inmersión en el grunge.
Este segundo disco, más maduro, pulido y oscuro que el anterior, con más protagonismo en las composiciones, esta vez, de O’Riordan que de Hogan, vuelve a hablar del amor y la decepción, pero también de la guerra, de la muerte, incluyendo la denuncia social en sus letras o el homenaje al poeta Yeats que es «Yeats’ Grave». Cuatro singles más llegaron a ver la luz: la emocionante balada «Ode to My Family», «I Can’t Be With You», la gran «Ridiculous Thoughts» que siempre ha sido de mis favoritas y la parsimoniosa «Dreamings My Dreams». De los sonidos más rockeros al folk más bucólico, son numerosos los grandes temas de «No Need to Argue». Desde el magnífico «Empty» con un clímax de cuerda, pasando por el dolor de «The Icicle Melts» en el que se preguntan qué le está pasando al mundo hasta esa vuelta al origen que supone «Disappointment».
To the Faithful Departed (1996)
«To The Faithful Departed» era casi una prueba de fuego para la formación después del bombazo del éxito del álbum previo. Un trabajo que obtuvo respuestas encontradas por parte de la crítica (aunque el número de ventas fue más que positivo) debido a su carácter más experimental aunque la mezcla de géneros fuera la misma que convivía en sus discos anteriores. Una heterogeneidad patente en los seis singles que salieron de esta tercera producción: el hard rock con tintes de grunge de «Hollywood», el punk rock rítmico de «Salvation», esa balada tan irlandesa y delicada incluso en sus arreglos vocales dedicada a los que ya no están (el álbum está dedicado a la memoria del abuelo de Dolores O’Riordan y a Denny Cordell) que es «When You’re Gone», la frescura de «Free to Decide», los toques celtas inyectados en el rock de «I Just Shot John Lenon» y la sensación de desnudez emocional de «I’m Still Remembering».
Drogas, muerte, decepciones, guerra, experiencias mundanas. The Cranberries seguía teniendo claro de qué hablar en sus canciones mientras jugaba, como decía, con sonidos más experimentales. Temazos como «The Rebels» se dan la mano con el toque fúnebre de «Electric Blue» o con las melodías circenses de «Will You Remember?» en lo que para muchos, aunque no logre entenderlo ni pueda estar de acuerdo, sería uno de los álbumes más flojos del año.
Bury the Hatchet (1999)
«Bury the Hatchet» es uno de los discos más redondos del grupo y mi predilecto junto a «No Need to Argue», llegando tras una crisis personal y de salud de O’Riordan e inspirado (mucho) en su maternidad, algo que queda patente en sus composiciones. Es, además, un nido de grandes éxitos del que surgirían cinco singles que cualquier lector podría entonar con fuerza en este mismo instante: «Promises», magnífica en la estridencia de sus guitarras y en ese hard rock que a veces se les da tan bien; «Animal Instinct«, una de mis favoritas en todo su recorrido, apoyada en ese acústico tan propio; «You and Me», en honor a su hijo, popera, ligeramente folkera e irlandesa a más no poder; la archiconocida «Just my Imagination» y «Copycat» con su rollo funkero.
Pero no sólo en sus greatest hits se apoya este álbum. La contundencia de «Loud and Clear», lo intimísima que resulta la maravillosa «Shattered», el desparpajo rockero y tan de pub de «Desperate Andy» o la desgarradora balada sobre el abuso infantil «Fee Fi Fo» hacen que este cuarto trabajo merezca a día de hoy nuestras mejores críticas y un lugar privilegiado entre los partos de The Cranberries.
Wake up and Smell the Coffee (2001)
«Wake up and Smell the Coffee» es el último álbum de la banda antes de su temporal separación y se nota. Es un trabajo falto de ambición donde lo preocupante no es que la convicción no llegue a la primera escucha, sino que a la segunda y tercera sólo se resaltan sus carencias. Casi da la impresión de que los cuatro integrantes se sentaron a la mesa a escoger los temas que más habían roto las listas a lo largo de los años y decidir caer en el autoplagio. Así, el single «Analyse» suena igual que «Dreams», «This Is the Day» suena como «Zombie» en algunas de sus estrofas y acordes y «Wake up and Smell the Coffee» nos lleva automáticamente a pensar en una versión descafeinada de «Promises». A pesar del tema de apertura, «Never Grow Old», que no funciona del todo mal como arranque, o el sencillo «Time Is Ticking out», el resto del disco se mueve en una suerte de desorientación que no nos encaja. Si hasta «Every Morning» parece cantado por un coro setentero en pantalones de campana…
En 2003, The Cranberries anunciarían su separación, que ya estaba más que cantada (literalmente), para que Hogan y O’Riordan emprendieran otros proyectos. De la segunda se publicarían dos álbumes en solitario, de los cuales el primero, «Are You Listening?», resultaría un compendio de temas más que digno, destacando ese «Ordinary Day» que llegó a ser número uno en las listas de algunos países.
Roses (2012)
En 2009 la líder de la formación confirmaría la vuelta en activo y una gira de reunión esperadísima por sus seguidores. Dicho retorno traería consigo un nuevo álbum, «Roses», tres años después. Un trabajo que si bien no es al completo el álbum de madurez que muchos anhelaban, se acerca a la idea. Casi despojado de los ritmos más eléctricos y mucho más cohesivo en sus formas que todo lo anterior, «Roses» se abraza a esas guitarras acústicas que siempre fueron su llave maestra y se aleja (casi, reitero) de los arrebatos duros y gruncheros (que defendieron muy bien en otro tiempo) para recostarse sobre el pop rock y el folk sin pudor.
Sólo un sencillo, «Tomorrow», vio la luz durante la promoción de este nuevo disco, un tema lleno de frescura que se asoma a otros días mientras mira hacia adelante. No obstante, este compendio de canciones cuenta con varios picos altos que no sería de justicia olvidar: la añoranza de «Raining in my Heart», «Losing my Mind», «Astral Projection» , la garra de «Show Me the Way» o mi favorito, «Schizophrenic Playboy», que recuerda a los sonidos que la banda utilizaría en el pasado.
Something Else (2017)
«Something Else» se coló hace unos días en nuestro top de discos favoritos de 2017 de manera dignísima y, a todas luces, apelando a la nostalgia. Este último álbum de The Cranberries bien podría ser considerado un cruce entre el «grandes éxitos» y el unplugged sin ser del todo ni lo uno ni lo otro. Como una manta calentita en tiempos invernales, «Something Else» viene con diez versiones acústicas de estudio de algunos de los temas más importantes de su carrera y tres nuevos temas que harán las delicias de los que han estado siempre con ellos, en las duras y en las maduras: «Glory», «Rupture» y «Why», un corte maravilloso dedicado a la memoria del padre de Dolores.
Cada cual marcará sus prioridades y preferencias en esta existencia nuestra tan esperpéntica, pero, en lo personal, volver a escuchar canciones como «Linger», «Zombie», «Ridiculous Thoughts», «When You’re Gone» o «Animal Instict» en un acústico tan cuidado me supuso un viaje por la ruta de la memoria con lagrimita incluida que me obligó a abrazar de manera inevitable lo último que nos han dado.
Es un misterio si tras la última gira terminada en octubre The Cranberries tiene algún plan futuro. De ser así, algunos siempre los acogeremos en casa. Larga vida al gritado «in your head».
La gira se suspendió en Mayo, por problema físico de Dolores
No entiendo por qué se infravalora tanto el Wake Up And Smell the Coffee, que personalmente me parece el mejor y más maduro disco de la banda, y dio paso a una de las mejores giras.
Tampoco acabo de ver similitudes notables entre This is the Day y Zombie aparte que ambos son temas rock, o de Analyse con Dreams que no tienen semejanza alguna (la primera es pura energía con ese inicio a batería viva, mientras Dreams es bastante onírica). Y ya decir que Wake Up And Smell the Coffee se parezca a Promises en lo más mínimo… es bastante curioso. Sería entonces acertado decir que todos los álbumes de Red Hot Chilli Peppers, Roxette, Dido, Adelle o U2 son copias de los anteriores, porque estos si que siempre han sonado igual en sus escasos registros; The Cranberries, desde luego, no; ¿algún otro grupo se marca temas tan diferentes entre sí a lo largo de su discografía sin salirse de la coherencia y acabando por sonar directamente mal? Muy pocos.
The Cranberries ha tocado desde su primer disco a Roses y Something Else diferentes palos sonando muy diferente, pero nunca sonando mal, sino todo lo contrario.
El resto de canciones del WUASTC son excelentes, como Time is Ticking Out, Never Grow Old, Every Morning (encantadora), Carry On, Do You Know, Chocolate Brown… B-Sides como Cape Town… la versión de In The Ghetto. En fin, un discazo.
También curioso no mentar No Baggage de la carrera en solitario de O’Riordan (otro discazo) o sus colaboraciones con Negramaro, Angelo Badalamenti…
Un artículo muy escaso y me parece que te has basado simplemente en lo que has leído de otras fuentes sin un criterio en realidad.
Cualquiera diría que lo de «breve repaso por la discografía de LA BANDA» se entendería a la primera. Cualquiera diría. De todos modos, estoy deseando leer tu sesudo trabajo sobre todo esto. Como poco, será un trabajo con criterio, ya que repartes los carnets. Un saludo.
Estoy bastante de acuerdo en casi todo lo que comenta Irene. Coincido en destacar Ridiculous thoughts y también me gusta mucho que te acuerdes de Shattered. Además también tengo la misma sensación respecto al quinto disco: hay varias canciones que me suenan como ya escuchadas, pero de otra forma, no sé, es algo raro, como que quedaron atrapados en unas melodías anteriores o algo así (cierto, una especie de autoplagio no sé si voluntario o no, no sé si consciente o no).
Yo me quedo con los 2 primeros discos (a los que daría un 10) y luego los 2 siguientes son geniales también pero sin llegar al excelente. El quinto…, algunas canciones buenas, pero… ya se quedarían entorno al 9 (un fan no puede bajar de ahí!!!, jaja).
Respecto a las últimas cosas, bueno, Tomorrow está bien y del 7º me gusta mucho The glory, trae algún recuerdo de su música inicial a mi parecer.
Me encanta el primer disco y entiendo que en este «breve repaso»… pues te has referido sobre todo a singles y tal. Pero es que ese primer disco…, ya pueden acusarles de pastoriles (la basura de la prensa inglesa como siempre), adolescentes, gorgoritos (a algunos les parece mal explotar al máximo tus mejores talentos, será envidia porque si no no lo entiendo) y demás, pa mi pa siempre, es espectacular, con sus 2 mejores canciones para mi gusto: Dreams y Linger, más la primera I still do, Sunday, How, Waltzing back, Wanted… y sin olvidar otras 2 maravillas: Still can’t y Pretty. Por cierto, sobre Pretty, no sé si habéis visto que el productor Stephen Street la colgó en su twitter el día 15…, el día que desgraciadamente se quedó (nos quedamos todxs) sin su «irish songbird» (así la define él). AH, juego con ventaja porque este artículo se publicó pocos días antes de su muerte…, no sabías lo que luego iba a pasar o lo que iba a poner Street, pero fijaros eh, pudiendo poner muchas otras, muchas, va y elige Pretty, magnífica canción sin duda.
Supongo que todo va por barrios y por gustos, como tenían varios registros (en general 2: suavidad-dulzura o rock), pues a unxs les gustará más un estilo de canciones y a otrxs otro, yo prefiero Dreams y el primer disco, será que soy un sensiblero…
Ah, por último, hablando del séptimo disco y de sus canciones acústicas ahí os dejo a la gran Dolores cantando en el programa de Jools Holland en junio de 1994, insuperable!!:
Bono tras la muerte de Lola les catalogó de «Limerick bel canto», como no podía ser de otra forma.
La seguiré llorando mucho mucho tiempo. Un ángel pasó por la Tierra, DEP Dolores O’Riordan
y bueno, solo añadir que me ha gustado mucho mucho tu artículo y que vaya casualidad que a los pocos días… :(
Otra curiosidad, hace poco se dio otra coincidencia por las redes. El dibujante The hand hace un mes presentó un dibujo que ahora casi parece una triste premonición… https://twitter.com/Cran_Press/status/939538576060100608
Solo otra cosa más, ahí van las 2 versiones del videoclip de RT en un mismo video (con Elijah Wood jovencito por ahí con su radio danzando… y una Dolores que subía y subía y subía y cuando parecía que ya iba a bajar de potencia aún exigía más a sus cuerdas vocales, qué bestia!):
Me ha parecido realmente bueno este análisis por la discografía de uno de los grupos para mí, son determinantes en la historia del pop-rock mundial de todos los tiempos. Aún sin ser una banda que esté marcada como leyenda (todavía), creo que ha aportado unos matices únicos y muy propios al rock, y como grupo, me parece de los más completos y experimentales del mundo. Huelga decir que la ya eterna e inimitable voz de Dolores O´Riordan supone ya un hito histórico, y un referente para muchos.
Con respecto al recorrido de las diferentes canciones, cierto es que eché de menos temas como «Forever Yellow Skies», «Dellilah» o «Daffodil Lament». También «Apple of my eye», que fue también uno de los principales temas del disco en solitario de Dolores, y que luego repitió en su siguiente trabajo «No Bagagge», también muy bueno pero no tanto como el anterior, desde mi punto de vista, ya que lo vi más cargado de efectos y más comercial.
En general, aunque no acabo de encontrar ciertas similitudes entre algunos temas que nombras, coincido casi al 100% en la sensación que me ha causado cada uno de los trabajos. Para mí el mejor es el Bury the Hatched, sin desmerecer, ese encanto que tiene su primer trabajo, más inocente y puro, pero que ya se intuía como un grupo puntero y emprendedor. Adoro el rollo acústico de Something Else, es sencillamente brillante.
En fin, que como vocalista que tributa a la inimitable Dolores O´Riordan en un grupo tributo a esta gran banda, te agradezco este post y que hayas sido tan detallista y respetuoso. Me ha gustado mucho. Un saludo!