“Bag of Bones”, la espléndida madurez rockera de Europe
Me entristece, aunque en parte lo entiendo, que Europe terminen siendo recordados por la gran mayoría, únicamente, por ese clásico inmortal de los 80 que fue “The Final Countdown”, si acaso además por «Carrie», ese baladón inolvidable que vio la luz también hace más de 25 años. Y digo que lo entiendo porque, bueno, así funciona la industria, pero en este caso es a todas luces injusto. Injusto porque “The Final Countdown” (1986) es de principio a fin un disco glorioso, una hazaña de su época con al menos otros dos hitazos, “Rock The Night” y “Cherokee”, pero para entonces la banda ya había sacado dos prometedores álbumes, mucho más heavies, “Europe” (1983) y “Wings of Tomorrow” (1984) y tendría aún tiempo de lanzar el también excepcional “Out of this World” (1988) y el reivindicable “Prisoners in Paradise” (1991). Entonces la banda, quizás con buen criterio, decidió disolverse en 1992 antes de andar malviviendo en un panorama musical en el que ya no había sitio para ellos.
La historia de Europe parecía haber llegado hasta ahí, pero en 2003 la formación clásica del grupo anunció su regreso, y el resultado en forma de nuevo álbum, “Start from the Dark” (2004), dejó a todo el mundo con la boca abierta. En vez de transitar de nuevo por el camino aparentemente más fácil (aunque yo creo que hubiese sido todo lo contrario), rescatando la vieja fórmula, intentando revivir así las glorias del pasado, Europe se reinventaban con un disco crudo y cañero, oscuro, denso, moderno y muy, muy valiente. Algunos se llevaron las manos a la cabeza y les dieron la espalda, pero otros les aplaudimos y entendimos que eso precisamente, volver mirando al futuro haciendo la música que realmente les pedía el cuerpo, daba mucha más legitimidad y sentido a su reunión. Desde entonces, el grupo ha seguido reorientándose hacia un hard rock contundente de raíces clásicas y blueseras, con otros dos álbumes magníficos, “Secret Society” (2006) y “Last Look at Eden” (2009), hasta llegar a este “Bag of Bones” (2012) que dobla la apuesta y les consolida como una de las bandas más fiables y en forma del panorama actual.
Para su noveno álbum de estudio, el grupo ha confiado en uno de los productores del momento, el sudafricano Kevin Shirley (Iron Maiden, Aerosmith, Journey, The Black Crowes, Rush, Slayer…), y el resultado es su disco más sólido y compacto hasta la fecha, que suena como un cañón, gracias en gran medida a la espléndida labor de la base rítmica formada por el batería Ian Haugland y el bajista John Levén, y al definitivo “regreso” del teclista Mic Michaeli. Éste último fue el gran damnificado en aquel álbum de 2003, en donde ya no brillaba ni destacaba tanto como antaño, sino que quedaba relegado a un segundo o tercer plano. Pero el músico ha ido encontrando poco a poco de nuevo su sitio y en “Bag of Bones” vuela muy alto, al mismo nivel que sus compañeros, con un sonido clásico de Hammond que nos evoca irremediablemente a Deep Purple o a los mejores Whitesnake. Del trabajo del vocalista Joey Tempest y el guitarrista John Norum hablaremos más adelante.
La propuesta de Europe queda clara desde el primer minuto, con el soul-rock de “Riches to Rags”, que bien podría haber firmado el mismísimo Glenn Hughes, y quizás no sea casualidad, ya que Haugland, Levén y Michaeli formaron parte de la banda de acompañamiento de La Voz del Rock a mediados de los 90. El segundo tema del disco, elegido además con acierto como primer single, “Not Supposed To Sing The Blues” es un temazo con vocación de himno, que funcionará de lujo en directo y con el que la banda hace toda una declaración de intenciones. Europe, un grupo sueco por sus cinco costados (o seis, si contamos a Kee Marcello, sustituto de Norum entre 1986 y 1992), reivindica su derecho a rockear como nadie pese a haber nacido en el país de ABBA y Roxette, con una letra autobiográfica con claras referencias a Led Zeppelin, AC/DC, The Beatles y Elvis Presley. Por su parte, “Firebox” sigue encajando perfectamente en el discurso actual de la banda, y a la vez está profundamente hermanada con “Girl from Lebanon”, uno de los mejores temas de “Prisoners from Paradise”, lo que nos hace darnos cuenta de que las raíces del nuevo rumbo de la banda quizás podíamos encontrarlas ya hace más de 20 años.
“Bag of Bones” no sólo da nombre al álbum, sino que es indiscutiblemente uno de sus momentos más brillantes. Arranca con un arpegio de guitarra acústica y una slide-guitar cortesía de una estrella invitada, el gran Joe Bonamassa (otro de los chicos de Shirley), y durante más de un minuto pensamos que estamos ante una bonita y melancólica balada, hasta que un enérgico, dinámico e inspirado estribillo nos saca del engaño. El resultado es un adictivo tema que además gana con cada escucha. Tras el breve instrumental “Requiem” llegan “My Woman My Friend”, un triste y oscuro medio tiempo marcado por el piano y el Hammond de Michaeli, muy en la línea, salvando las distancias, de “Mistreated”, y el enérgico y hard-bluesero “Demon Head”, dos canciones que les emparentan definitivamente con ese supergrupo llamado Black Country Communion. De nuevo la conexión Hughes/Bonamassa/Shirley.
A partir de aquí llega una de mis partes favoritas del álbum, con “Drink and a Smile”, un breve tema acústico con fuertes ecos de Led Zeppelin y de los primeros Whitesnake (mi primera impresión, de hecho, fue que encajaría perfectamente en “Coverdale · Page”, esa joya olvidada de 1993) y, sobre todo, “Doghouse”, con el que seguimos a bordo del dirigible y a lomos de la serpiente blanca, un cañonazo con un riff tan simple como efectivo, que la banda lleva, por cierto, varios meses descargando en directo. Es sin duda el tema que más ha atronado en mi casa en los últimos días. Pero el grupo aún tiene ganas de rockear con “Mercy You Mercy Me”, con otro gran estribillo para corear con el puño en alto, antes de despedirse con la única balada del álbum, “Bring it All Home”, que quizás no sea memorable pero es un cálido, elegante y sosegado cierre para un disco rebosante de energía y electricidad.
A algunos quizás les haya llamado la atención que no haya destacado hasta ahora el solo de guitarra de ningún tema en concreto, pero es que todos, y no exagero, son realmente sublimes, como todo el trabajo de Norum a lo largo de los casi 41 minutos del disco. Y es que este sueco con cara de eterno niño es un Guitar Hero con mayúsculas y en toda la extensión del término, me atrevo a decir que de los últimos de su especie. Derrocha clase, buen gusto, eso que llamamos “feeling”, pero sobre todo poderío y garra (haceos un favor y pinchad en este enlace). Tempest, por su parte, no sólo se erige como líder indiscutible del grupo asumiendo casi todo el peso a nivel compositivo, sino que demuestra que se encuentra en la plenitud de su carrera, en un estado vocal inmejorable. Su voz siempre ha sido maravillosamente preciosa, pero nunca ha sonado tan robusta y firme como en este “Bag of Bones”, destinado desde ya a convertirse en uno de los discos rockeros del año. En esta ocasión, incluso han acertado con su portada, un excelente trabajo gráfico en el que podemos encontrar, fijándonos un poco, el título de las once canciones del álbum.
Haciendo balance, Europe han publicado desde 2003 cuatro álbumes de estudio y tres en directo, uno de ellos acústico, y prácticamente no se han bajado en estos 9 años de los escenarios, desde donde demuestran además cada noche que son una portentosa máquina perfectamente engrasada, con tanta energía como veteranía sobre las tablas. Así que podríamos decir que el peso y la relevancia de esta segunda andadura del grupo es ya tan importante a nivel artístico, si no más, que la de sus días de fama y gloria. Yo, al menos, espero ansiosamente que vuelvan a visitarnos, algo que supongo que no tardarán en hacer, y estoy deseando escuchar en directo muchos de los temas de su nuevo álbum, que seguro que encontrarán su espacio junto a lo mejor de su trabajo reciente y sus inolvidables clásicos. Y eso, si lo pienso, me pasa con pocos, poquísimos grupos.
A mí también me ha sorprendido gratamente el disco. Cualquiera que escuche el disco, se preguntará si éstos son los de The Final Countdown o una banda totalmente renovada. Me gusta mucho esa mezcolanza entre el sonido de los primeros Zeppelin y los Purple de la MK II. Lo dicho: excelente disco para una banda que nunca ha sido de mi agrado.
Hola, Alex. Pues me alegra muchísimo que un disco como «Bag of Bones», el noveno de su discografía, haya servido para que abraces la causa de un grupo que antes no te gustaba. Yo les adoro desde que tenía 6 o 7 añitos… «The Final Countdown» fue el primer disco en vinilo que compramos mi hermano y yo, y ya a esa tierna edad me lo escucharía miles de veces. Sí, me gusta mucho toda su primera etapa, pero intentar repetir eso en la actualidad podría resultar incluso paródico. Sin embargo, con el rumbo que adoptaron hace ya ocho años están consiguiendo que cada disco sea incluso mejor que el anterior, y no sé si habrá muchas bandas por ahí que se mantengan en tan buena forma y con tanta inspiración casi 30 años después de su fundación.
Sigo leyendo por ahí lo de los «nuevos Europe» o los «renovados Europe», y no es del todo exacto, pues llevan ya casi una década apostando por este nuevo camino… Seguro que, dentro de dos o tres años, cuando publiquen otro discazo de hard rock con un estilo similar a éste, habrá quien siga sorprendiéndose y dirá lo de «nuevos Europe», pero qué más da. Alex, si te gusta «Bag of Bones», te sugiero que le des alguna escucha a sus tres discos anteriores, pues en mayor o menor medida tienen muchos de los elementos que han plasmado en este último álbum. Seguro que encuentras por ahí alguna cosilla interesante y de tu agrado. Un abrazo!
Yo también reivindicaría «Prisoners in Paradise». Muchos grupos viven muy bien durante mucho tiempo con canciones menos rotundas que varias de las que hay en ese álbum. Yo me quedo con «Girl from Lebanon», una rareza maravillosa. Ya estoy deseando escuchar esa hermana que aparece en «Bag of bones».
Estos tipos están demostrando que se puede volver del Infierno y relucir nuevamente. Se marcharon por dignidad, en un mundo que ya no quería su música y han vuelto en un mundo todavía peor donde la música es solo un negocio, muy mal dirigido y muy enfermo. Sin embargo, estos tipos han encontrado su sitio, sin estridencias, sin mentir al público sobre lo que son y lo que quieren hacer y buscando la mejor fórmula para hacer lo que quieren. Sin vivir de lo que hicieron varias vidas atrás, algo que hacen la gran mayoría y que echa sacos de mierda a su legado.
Europe ha vuelto para hacer música, esta música y es lo que hay. Si te gusta bien, y si no, también. Me parece que son un ejemplo de dignidad artística.
Nowitzki, ese hombre…
Hola, Jaycee… tenía la esperanza de que nuestros admirados Europe te hiciesen regresar al ruedo!
«Prisoners in Paradise» es un discazo. «Out of this world» es una putísima obra maestra. «The Final Countdown»… por los motivos que le menciono un poco más arriba a Alex, ningún disco me hará sentir las cosas que me hace sentir ese álbum de 1986. Es ese primer amor que nunca se olvida… con la ventaja de que además no lo has perdido, y puedes recurrir a él siempre que quieras.
Y sí, sobre estos Europe de 2012 me gusta que destaques su dignidad artística, fuera de toda duda, y yo también añadiría honestidad y capacidad de trabajo, porque si algo han demostrado en estos ocho años es que son unos currantes incansables y que están orgullosos tanto de su presente como de su pasado, del que no reniegan pese a que no les guste acomodarse en él y ahora les apetezca tirar por otro lado. Les he visto tres veces en directo en los últimos años (dos contigo, por cierto) y siempre han defendido con entusiasmo los temas de todos, absolutamente todos sus discos, ya que nunca se olvidan de ninguno en su set-list. Incluso John Norum (ya sabes, tienes que situarte siempre a tu derecha…) demuestra su grandeza interpretando con convicción muchos de los temas que grabaron con Kee Marcelo («Superstitious», «Let the Good Times Roll», «Sign of the Times», «Girl from Lebanon»…), algo que puede parecer normal pero que no hace todo el mundo.
Por cierto, que Kee Marcelo, al que respeto mucho en lo musical, resulta que ahora se dedica a echar mierda sobre sus ex compañeros… Ni siquiera sé muy bien qué es lo que le molesta, es algo así como que les acusa de que se volvió un yonki por su culpa o yo qué sé, y ahora les pone a parir… Es una lástima, sobre todo porque cuando planearon la reunión en 2003, el grupo le invitó a participar en ella, conviviendo los dos guitarristas y convirtiéndose en un sexteto, pero Marcelo declinó la oferta. A lo mejor ahora se arrepiente. Que se j*da.
Un abrazo y nos veremos en la próxima, ¿no? ¿Llevamos esta vez a Matmo de las orejas?
A Europe siempre les agradeceré que gracias a ellos comencé en esto de la música. «The final countdown» fue el primer casette que me compré y siempre habrá un hueco para esas diez canciones en mi corazón. Para mí es imposible someter a análisis o crítica a un disco que te marca tanto de pequeño. Da igual que no lo hayas escuchado durante lustros, lo llevas contigo para siempre (salvo que seas un snob renegado, claro está). Recuerdo que también me compré «Out of this world» (en cinta, again, of course) y nunca entendí por qué no tuvo éxito. ¡Si eran Europe, joder! ¿Cómo se había olvidado la gente de ellos tan solo un par de años después? Para cuando salió «Prisoners in paradise» yo ya estaba en otras guerras y me pasó desapercibido, pero reconozco que «Secret society» -que me lo descubrió Rodrigo- era bastante digno. Le echaré un vistazo a este «Bag of bones», aunque solo sea por los viejos tiempos, y ya veremos si me apunto al próximo concierto.
Qué pasa, George, se me había pasado contestarte…
Pues yo, para seguir metiendo presión, creo que deberías mostrarles tu sincero agradecimiento acudiendo al próximo concierto, y coreando brazo en alto himnos que marcaron nuestra infancia y juventud como «The Final Countdown», «Rock the Night», «Cherokee», «Superstitious», «Let the Good Times Roll»… y además te garantizo que los temas de esta última etapa suena también espectacular en directo, y tengo ganas de escuchar su material nuevo porque sobre las tablas son unos músicos impecables. Así que sí, haz los deberes, escúchate ese «Bag of Bones» y ya te daremos Jaycee y yo, como de costumbre, el coñazo cuando llegue el momento…
Recomiendo que escuchen los dos primeros del grupo: «Europe» y «Wings of Tomorrow», dos discazos potentes, de puro hard rock, con algunos toques bien metaleros, tipo Iron Maiden. (Qué poco se mencionan estos dos discos!!!!)
Hola, Pablo, bienvenido y gracias por comentar. Efectivamente, sus dos primeros discos son muy buenos, yo los califiqué en mi primer párrafo como «prometedores» porque para mí, y como todo, esto es muy personal, están un peldaño por debajo de «The Final Countdown» y «Out of this World», álbumes que considero sus dos grandes obras maestras de su primera etapa. Pero no obstante, en mi entrada reciente sobre el último disco de The Cult, aprovecho para mencionar de nuevo a Europe y asegurar que no tienen ni un solo disco malo… Un saludo!
Excelente crítica y excelentes comentarios, por fin leo a personas que han sabido escudriñar el talento de estos tipos, sin caer en la comparación odiosa con el Europe de los 80s. Como alguien dijo, yo también ingresé al mundo del rock con «The Final Countdown» y hoy sigo acá, fiel a la banda tantos años después y orgullosa del reconocimiento que reciben finalmente. Te puede gustar o no, pero si estás en tu sano juicio no puedes negar que es uno de los regresos más auténticos que una banda haya podido hacer y más, cuando tuvieron que luchar contra el preconcepto y la imagen casi inamovible de haber sido mega exitosos y comerciales por aquellos años. Volviendo al álbum, tengo muchas preferidas, pero me quedo con Firebox y My Woman, My Friend… Saludos!!!
Bienvenida, Fernanda! Tengo un cariño muy especial por Europe, veo que por los mismos motivos que tú, fue nuestra entrada por la puerta grande al mundo del rock cuando muchos éramos aún unos yogurines, así que me alegra muchíííísimo que el disco esté gustando tanto. Pero claro, cómo no va a gustar, cuando hay tanto talento, tanta honestidad, tanta autenticidad detrás. Puede ser que no vendan ya nunca más millones y millones de discos, y que tengan que conformarse con tocar en salas en vez de en pabellones, pero en el fondo todo eso no importa porque cuando haces muy buena música y con el corazón, el reconocimiento sincero que recibes de tus miles de fans es mucho más fuerte que todo lo demás. Mi vida cambió cuando escuché «The Final Countdown» con 6 añitos, y lógicamente ese disco me ha seguido acompañando todo este tiempo y me sigue pareciendo maravilloso, pero de la misma forma que por supuesto yo ya no soy la misma persona que entonces, es de suponer que ellos tampoco. No quieren imitarse a sí mismos, ni se engañan intentando revivir una época que ya no existe, sino que hacen lo que ahora mismo les sale del alma, disfrutan con ello y eso les hace muy grandes. Como bien dices, es uno de los regresos más auténticos que hemos visto en los últimos años… si no el que más.
Por cierto, le he echado un vistazo a tu página y es excelente, muy currada. Aún no hay fechas dentro de esta gira para España, pero ya veo que en Argentina les tendréis por ahí en septiembre. Envidia sana. Seguro que disfrutaréis mucho, yo les he visto tres veces desde su regreso y nunca fallan. Un saludo muy fuerte desde España!