Saltar al contenido

El futuro imperfecto de «Black Mirror»

20/06/2012

El formato de miniserie (una temporada de entre 3 y 10 capítulos de duración mayor de la habitual) posee una larga tradición que dio prestigiosos frutos en la década de los 70 (“Yo Claudio”, “Jesús de Nazareth”, “Raíces”) y,  tras una larga travesía por el desierto durante los años 80 y 90, ha revivido en la actual edad de oro de las series de TV de la mano principalmente de la HBO y la BBC con productos tan sólidos y cuidados como “Band of brothers”, “The Pacific”, “Angels in America” ,“Mildred Pierce” o “Sherlock” . Son series que si bien no alcanzan el grado de carisma ni tienen el impacto social y mediático de las producciones de varias temporadas, sí atesoran la ventaja de que no acusan el desgaste, se toman el tiempo que necesitan para contar lo que quieren contar (ni más ni menos), lucen valores de producción propios de Hollywood y a veces se permiten el lujo de contar con grandes estrellas del cine como Meryl Streep, Kate Winslet o Al Pacino que deciden tomarse un descanso de la gran pantalla y probar retos distintos.

En rigor, “Black Mirror”, emitida por el Channel 4 británico, formaría parte de este grupo, aunque por espíritu esté más cerca de aquellas añejas series de sabor fantástico y ciencia ficción como “Amazing stories (Cuentos asombrosos)” o “The twilight zone (En los límites de la realidad)”, es decir, episodios autoconclusivos que nada tiene que ver entre sí, con historias, personajes y escenarios distintos.  El único hilo conductor de los tres capítulos de que consta la miniserie del guionista, columnista y crítico de TV Charlie Brooker son las pantallas de televisión, los monitores de ordenador y los smartphones sobre los que se proyecta el mundo digital globalizado en el que vivimos, los espejos negros del título. “Black Mirror”  despacha tres radiografías de una sociedad, la nuestra, cada vez más mediatizada por las innovaciones tecnológicas  y la omnipresencia de las redes sociales, que lanzan una llamada de atención sobre el uso que les damos, más que una crítica furibunda. El hype que ha generado esta serie en la blogosfera está justificado. Estamos ante un experimento conceptual subversivo y transgresor que captura el “zeitgeist” de la generación Youtube y que está cuidadosamente diseñado para alimentar un debate necesario sobre la naturaleza humana.

En ese sentido, los cinco primeros minutos del primer episodio, “The National Anthem”, son todo un puñetazo a la mandíbula que consigue su objetivo principal limpiamente: secuestrar toda nuestra atención y mantenernos pegados a la butaca. No revelaremos aquí el macguffin del capítulo (aunque me consta que en la red se spoilea alegremente, olvidando que gran parte de la efectividad del golpe está en lo inesperado de su naturaleza), pero sí diremos que sirve para poner en pie una sátira política feroz, gamberra y, por qué no decirlo, un tanto excesiva (como si estuviera perpetrada por un George Clooney atiborrado de anfetas), que dispara a todo y contra todos (desde los medios de comunicación tradicionales al social media, pasando por la clase dirigente y la opinión pública) con el ritmo y la intensidad del mejor thriller de despachos.

Radicalmente distinto es el segundo capítulo, “15 million merits”, una distopía ambientada en un futuro quizás no muy lejano o en un presente paralelo en el que la sombra de George Orwell es demasiado alargada. El frenético ritmo de “The National Anthem” se transforma aquí en una cadencia reptante e hipnótica, muy adecuada para describir una sociedad aletargada y alienada en la que la única ocupación es pedalear sobre bicicletas estáticas para ganar créditos y conseguir bienes inmateriales, mientras se visiona sin parar programas basura y publicidad obligatoria. La vida como un reality show hipertecnificado en el que la dignidad y el espíritu de lucha es pisoteado y pervertido por el sistema, en aras de ascender un peldaño más hacia ninguna parte.

El tercer acto, “The entire history of you”, también se inscribe en un futuro que podría haber soñado Philip K.Dick. Un chip instalado detrás de la oreja de cada ciudadano le permite grabar todas sus vivencias y revisarlas mediante su proyección en una pantalla. Por supuesto, en esta sociedad el derecho a la privacidad no existe y la mentira está vetada, porque rebobinar y recordar lo que exactamente se dijo o se hizo en un determinado momento está al alcance de la mano de todos. En ese contexto es fácil que la semilla de la desconfianza se plante en el hogar de un matrimonio aparentemente feliz y degenere en una sórdida espiral de celos, obsesión y paranoia.

Las tres historias cuentan con guiones ingeniosos y bien armados, aunque a veces sacrifican verosimilitud en favor de un mayor impacto del mensaje que se pretende transmitir; la puesta en escena y el diseño de producción es siempre impecable, y el reparto -totalmente desconocido (al menos para mí)- está perfecto y ayuda hacer creíbles los continuos dilemas morales  que se proponen, que, en última instancia, siempre apuntan hacia la misma pregunta: “¿Qué harías tú en esta situación?”. Lo cierto es que estos tres episodios dejan al espectador con ganas de más, pero la buena noticia es que el formato y la propia idiosincrasia de “Black Mirror” permite seguir explorando múltiples posibilidades, por lo que no es difícil pronosticar que terminará habiendo una segunda temporada. En cualquier caso, es de agradecer que la televisión, en este caso la británica, plantee propuestas tan osadas, estimulantes e inteligentes como ésta, aunque se dé la paradoja de que la productora, Endemol, sea también la responsable de muchos de los programas que aquí se cuestionan.

14 comentarios leave one →
  1. Rodrigo Martín permalink*
    20/06/2012 12:31

    Siempre es un placer leerte, amigo, llevo un tiempo con esta serie en mi lista de ‘pendientes’ y tus excelentes reflexiones me han terminado convenciendo del todo. Ya te contaré. Además, un post sin ningún tipo de spoiler, eso se agradece y mucho. De hecho, sí sé algunas cosas que preferiría no saber sobre «Black Mirror» por otras movidas que inevitablemente he leído por ahí…

    La televisión británica tiene una gran tradición, que se mantiene en la actualidad, en miniseries o en series con temporadas cortas de entre tres o seis capítulos, algo muy atractivo, porque muchas veces hace que no te dé pereza acercarte a ver algo nuevo. ¡Si acaba decepcionándote, al menos te lo has quitado rápido de encima! Además, el grado de crudeza, osadía y gamberrismo, pero sin renunciar a la inteligencia, que alcanzan muchas de estas series es difícil encontrarlo en las producciones de otros países. Actualmente me encuentro embarcado en el visionado de «Hit & Miss», cuyo sexto y último capítulo se emite la próxima semana, así que no añadiré nada más aún porque tendréis noticias de ella en el Cadillac.

    Un abrazo!

    • Jorge Luis García permalink*
      22/06/2012 0:04

      Hi fella, pues lamento que ya hayas leído por ahí más de la cuenta. Yo tuve la suerte de ponerme con ella sin saber absolutamente nada sobre sus tramas y creo que eso ayuda mucho a multiplicar su impacto. De todas formas, la serie se puede disfrutar pese a los spoilers que circulan por ahí. Ya nos contarás por aquí qué tal la experiencia «Hit & Miss». Como muchas veces, de tu valoración dependerá que la incluya en mi lista de próximos visionados. Un abrazo man!

  2. hartmanfiction permalink
    20/06/2012 16:30

    Me parecio una serie interesante y muy original, la verdad es que todo parecía muy verosímil gracias a un gran reparto desconocido.
    Sin embargo el primer capitulo me pareció de mal gusto y un tanto desagradable, me desagrado mucho la idea que desarrollaba, el segundo fue realmente interesante, pero el mejor sin duda y el que si me gusto de verdad fue el tercero, con un actor principal muy acertado y muy carismático. Vamos que destacaría solo el ultimo y el primero muy desagradable y de creerse mas listo de lo que es

    • Jorge Luis García permalink*
      21/06/2012 23:58

      Hola hartmanfiction, a mí el primer episodio sí me moló bastante. Es cierto que la idea es muy extrema y comprendo que pueda causar rechazo, pero precisamente es su naturaleza subversiva y provocadora lo que a mí me parece todo un acierto. Difícilmente puedes encontrar en TV algo así, y yo aplaudo ese atrevimiento. Un saludo y seguimos viéndonos por aquí.

  3. Tamara de Lempicka permalink
    03/07/2012 13:33

    Hola Jorge,

    Yo, como Rodrigo, también la tengo en mi lista de «pendientes que tengo que ver ya». Se lo dije a Alberto en su reciente post de «Crematorio»: que las siguientes en caer eran áquella y ésta.

    Con «Crematorio» ya cumplí. La ví a raíz de la mención de Alberto y de que me la trajera nuevamente a la mente con su crítica – ya le dije en su post que me sorprendió muy gratamente, un excelente producto español -, y ahora tú, sorpresiva y sorprendentemente, escribes sobre «Black Mirror». Pues nada, como dicen los británicos, «no more excuses».

    Ya vive en mi disco duro, así que me pongo con ella y espero que me guste tanto como a aquellos que me la han recomendado (aunque les he pedido que nada de adelantos ni spoilers), y tanto como a ti. Siempre hemos coincidido bastante en estas cosas de la pantalla.

    Ah, otra cosa: con tantas buenas recomendaciones que nos hacéis (ahora nos sale Rodrigo con «Hit & Miss»), se me está acumulando el «trabajo», y a este paso no voy a tener tiempo para las cañitas veraniegas. ¡Ja,ja,ja.. es broma!

    Yo también os veo por aquí…

    Saludos, chicos.

    • Jorge Luis García permalink*
      03/07/2012 21:36

      Tamara, el verano no va a ser todo cañitas y rascarse la barriga. Para eso estamos nosotros, para poneros «deberes» y evitar que os relajéis demasiado :-)
      Ya nos contarás tus impresiones de «Dark mirror», pero no descarto que la premisa del primer capítulo se te atragante, por desagradable, tanto como a hartmanfiction, aunque, como ya digo, a mí me embaucó totalmente. Un saludo!

  4. Tamara de Lempicka permalink
    18/11/2012 14:20

    Hola Jorge!

    He tardado un poco, pero finalmente la vi y la definiré como transgresora, corrosiva y muy lúcida. Sinceramente me ha dejado desconcertada, quizás por lo inesperado y audaz de sus propuestas. No me la esperaba así, a pesar de los comentarios escuchados a mi alrededor, y desde luego no te deja indiferente.

    De los tres capítulos, yo también me quedo con el primero, que quizás por su planteamiento tan arriesgado, incómodo y extremo, es el que más sensaciones me provocó, tanto de empatía como de desagrado. Esta serie es un «must see», sin duda.

    Muchos saludos, nos vemos :)

    PD:¿Pero qué se ha hecho Rupert Everett en la cara? Me ha costado un rato reconocerle. ¿Alguien se atreverá a hacer un «Black Mirror» sobre el narcisismo excesivo, el culto a la apariencia externa, y el rechazo a envejecer naturalmente que se han instalado como normas en nuestra sociedad?

    • Jorge Luis García permalink*
      20/11/2012 2:10

      Hola Tamara, pues muy mal. Me traes los deberes hechos con mucho retraso, ¡que este trabajo os lo mandé en julio! :-) Ahora en serio, me alegro de que «Black Mirror» te haya desconcertado y provocado sensaciones contrapuestas. El pasado mes de agosto empezaron a grabarse los tres episodios de la segunda temporada, así que pronto comprobaremos si alguno de los temas que propones tiene cabida en la serie. En cuanto al tal Rupert Everett, pues si te soy sincero, ni le reconocí. De todas formas, a ese fulano nunca le he prestado atención; tiene (o tenía, según dices) un careto que jamás se me ha quedado en la retina. Un saludo!

  5. Ninive permalink
    13/03/2013 12:04

    Hola Jorge.
    Solo un apunto estilistico. Tu estilo ampuloso y lleno de adjetivos y oraciones subordinadas, apuntan más a tu lucimiento personal que a una comprensión de lo que quieres decir. El culteranismo y gongorismo, como juego está bien, pero no lo veo para un blog. Lo que me es inadmisible es el uso de americanimos, que de nuevo apuntan a tu saber, pero no es buen castellano. Te copio : <>

    • Jorge Luis García permalink*
      13/03/2013 13:22

      Hola Ninive, te agradezco el apunte estilístico pero no tengo intención de cambiar mi forma de escribir, principalmente porque un blog personal es eso, personal, y uno se expresa en él como buenamente puede, sabe o quiere. Si lo que lees en El Cadillac Negro te interesa lo suficiente como para seguirlo y aportar tus opiniones pues yo encantado, pero si no te gusta el estilo, o no entiendes lo que quiero decir, o te parece una banalidad absoluta, estás en tu derecho de no volver por aquí. Hay miles de blogs ahí fuera y seguro que muchos cumplen las condiciones que sí te resultarían admisibles. Y para frases cortas y sencillas te recuerdo que también está twitter. En cuanto a los «americanismos», a veces los uso para no repetir palabras («season» en lugar de temporada, y cosas así), otras porque creo que ya están suficientemente integradas en nuestro vocabulario y otras, venga te lo admito, porque quedan «cool» (ups, quería decir «molón»), como «zeitgeist», pero te doy la razón, no conviene abusar de ellos. Un saludo.

Trackbacks

  1. “Hit & Miss”, una deslumbrante rareza « El Cadillac Negro
  2. Series: nuestras 12 de 2012 « El Cadillac Negro
  3. “Black Mirror”, al filo del abismo | El Cadillac Negro
  4. “Black Mirror”: fucking user_ | El Cadillac Negro

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: