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Antonio Vega: corazón latiendo canciones

12/05/2017

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El 12 de mayo de 2009 nos dejó una de las voces más importantes del pop nacional y una de las manos más sensibles de la escritura española. Antonio Vega es uno de los nombres grandes de la cultura patria, por lo que no podemos dejar pasar ni un día más sin dedicarle unas letras. Para tal empresa nos servimos de la prosa de Marcus Versus, escritor, editor de poesía y amante de Antonio Vega, cuyo último libro ya os recomendamos en estas líneas, quien nos retrata algunos de los rasgos que conformaron una personalidad tan genial como atormentada. Marcus Versus nos regala un torrente de palabras e imágenes, unas píldoras sobre su discografía y una colección de canciones a flor de piel. Porque Antonio Vega fue mucho más que «La chica de ayer» y «El sitio de mi recreo», pero no lo olvidemos, Antonio Vega creó «La chica de ayer» y «El sitio de mi recreo».

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·Al volante: MARCUS VERSUS

El hombre inmortal

Una frágil mirada se arrastra por el escenario. Agarra con consistencia el mástil de la guitarra. Nadie sabe qué pasa por su mente, qué pasaba*. La última montaña voló un día soleado, y vacío**.

La exactitud de las canciones era consecuencia del trabajo artesanal, de tejer las palabras en Sol mayor. Todos sabíamos que se acabaría muriendo el hombre inmortal. El hombre de manos grandes, de corazón abierto.

Los comienzos suelen ser tan ilusionantes como imprecisos, y Nacha Pop no fue distinto. Ilusionante por el talento propio de los grandes maestros***, impreciso por el vertiginoso ritmo de vida y éxito que acumulaban a tan temprana edad.

Nacha Pop era un mar sin olas lleno de islas brillantes**** en el que Antonio Vega encontraba la diversión propia de un momento lleno de libertinajes, carpe diem, pensando que la intensidad vital se recibía. Pero llegó el momento de vivir su propio universo, de amar más al mundo que le rodeaba que a sí mismo.

Desde entonces vivió mirando el silencio de las estrellas******, obsesionado, entusiasmado, escuchando su brillo, sintiéndose pequeño para hacer canciones grandes, sintiéndose frágil para hacer canciones sólidas.

La humildad es el camino de los buenos valientes.

Coherente, brillante, emocional y absolutamente trascendental. Canciones generosas de amor. Una hipersensibilidad musical arropada por la mirada poética en las letras de sus canciones, ensambladas como un beso, como si al vuelo se tratara********, y esa es la complejidad creativa.

Un nómada sin casa con raíces que vivió alguna vez en hoteles en momentos complicados, otras a las afueras de Madrid compartiendo con más de 30 gatos. Tuvo que correr cuando la vida dijo «ve». Alguna vez vivió fuera. Pero siempre vivió rodeado de los suyos (con los que destapaba su irónico humor), dos sólidas mujeres que se fueron. Teresa huyendo de las drogas y Marga víctima de ellas*********.

Él sabía lo gigante que es para nosotros, los amantes de la música precisa, pero nunca saltó gritó. Sobrevivió a sí mismo, al maldito fantasma que arrastraba**********. Siguen sus manos grandes en las canciones que nos dejó, y esto es lo único que debe interesar de un músico.

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Notas a pie de blog:

*Antonio Vega era una persona tímida e introvertida, su adición a las drogas tampoco le ayudaron a sociabilizarse. En los conciertos apenas tenía relación con el público, y cada gesto o mirada que les dedicara era respondido por un aplauso por parte de su fiel público que le admira y respeta.

**Murió el miércoles 12 de mayo de 2009.

***La primera canción que compuso Antonio Vega fue «La chica de ayer», una de las más representativas de la movida madrileña y que escribió en la playa de la Malvarrosa, Valencia, mientras cumplía el servicio militar.

****»Lucha de gigantes»*****, «La chica de ayer» o «Una décima de segundo» compartían momento con otros éxitos mucho más básicos como «Grité una noche» o «Vístete», de Nacho García Vega, primo y co-compositor de Nacha pop y, cuyas canciones eran un pop más directo e intrascendente.

*****Publicada por primera vez en el disco «El momento» (1987) y sigue siendo uno de los imprescindibles temas de la historia de la música en castellano. Apareció en la bso de la película mexicana «Amores perros» y que el grupo se vio obligado, por insistencia del público, a tocarla de nuevo al terminar de interpretarla en su concierto de la plaza de toros de México DF. En esta composición se descubre una gran complicación armónica que le abre nuevas puertas creativas a Antonio Vega.

******Uno de sus entusiasmos******* fue la astrología, a la que se refiere en muchas de sus canciones.

*******Antonio Vega era una persona que se entusiasmaba intensamente hasta que conociera algo que nuevo que le interesara.

********Y algunas veces era así; por ejemplo, entró al estudio para grabar “De un lugar perdido» con únicamente 5 canciones compuestas de las 9 que acabaron componiendo el disco.

*********La muerte de Marga, “Mujer hecha de algodón”, le dejó hundido en una depresión de la que salió con la grabación de su último disco, «3.000 noches con Marga».

**********En 1993 se publicó “Ese chico triste y solitario”, un disco homenaje con la participación de importantes músicos. Además, en numerosas ocasiones se rumoreaba sobre su muerte.

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Soliloquios en el estudio

No me iré mañana (1991)
Su primer single, “Esperando nada”, es una evolución del sonido fresco desarrollado por Nacha Pop aunque no es la más representativa de un disco lleno de temas claves en su carrera, “Tesoros”, “Se dejaba llevar por ti”, «Lo mejor de nuestra vida» o “La última montaña” (una de sus canciones predilectas).

Océano de sol (1994)
Este es el único disco de Antonio Vega con una producción fallida, el abuso del sonido atmosférico se aleja de la coherencia de su carrera. Entre la colección de canciones, ya que no se percibe de forma conjunta, destacan “Óceano de sol”, “Elixir de juventud” y una nueva versión de “El sitio de mi recreo” (ya apareció en un recopilatorio, grabada de una forma más básica/pura, que publicó la discográfica con canciones de Nacha Pop + dos temas de su primer disco en solitario + una maravillosa versión de “Ansiedad”, grabada para la bso de la película «Boom boom» + la inédita “El sitio de mi recreo” que daba título al recopilatorio).

Anatomía de una ola (1998)
Tras cuatro años sin publicar este disco disco llegó con maravillosas complejidades armónicas y delicadas letras. Es difícil destacar canciones de este disco, pero las canciones que me han acompañado durante toda la vida (con toda la inexactitud) son “Tuve que correr”,  “Mi hogar en cualquier sitio” y “Ángel caído”.

De un lugar perdido (2001)
Su disco más optimista a pesar de (o, precisamente, por) versos como “Nada dura para siempre / y para siempre dije adiós ayer”. Un sonido de guitarras limpias y voces puras. Imprescindibles “Seda y hierro”, “Estaciones” y “Para bien o para mal”.

3000 noches con Marga (2005)
Su último disco es absolutamente redondo y coherente. Antonio Vega en estado puro. Por destacar alguna, “Ángel de Orión”, “Pasa el otoño” y el colofón instrumental que nos traslada hasta el infinito, “Tres mil noches con Marga”.

Antonio-Vega

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Donde con los ojos cerrados

 

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