Regreso a «Twin Peaks» (25 años después)
«Twin Peaks» regresa con una tercera temporada de 18 capítulos escritos por sus creadores David Lynch y Mark Frost, dirigidos por el primero y emitidos en la cadena Showtime. Se cumple así la promesa que Laura Palmer le hizo al Agente Especial Dale Cooper en los últimos minutos de su hasta ahora último episodio («I’ll see you again in 25 years»), emitido el 10 de junio de 1991. Vale, al final han sido 26 años –pero que la realidad no nos estropee un buen titular–, pues tras algunos retrasos hemos tenido que esperar hasta 2017 para comprobar si la resurrección de una de las mejores series de todos los tiempos es una buena idea o acaba resultando una decepción total. Eso sí, de momento es complicado no sentirse terriblemente entusiasmados ante la que podría ser la noticia televisiva de la década. En El Cadillac Negro tampoco queremos dejar pasar la oportunidad de rescatar el post/homenaje que le dedicamos a la serie hace unos añitos, pues ahora tiene más sentido y vigencia que nunca. Regresamos así a ese tan precioso como terrorífico pueblo de Washington de 51.201 (¿o 51.200?) habitantes, con la certeza de que, pase lo que pase o venga lo que venga, siempre lo guardaremos en la memoria.
(«Regreso a Twin Peaks». Publicado originalmente el 30/05/2012)
“Dios mío, es Laura… Laura Palmer”. El sheriff Harry S. Truman y el doctor William Hayward, observados de cerca por un atemorizado Pete Martell, acababan de descubrir la identidad de la joven aparecida muerta y envuelta en plástico, una fría mañana de febrero de 1989, en Twin Peaks, una localidad de 51.201 habitantes situada a unos 8 kilómetros de la frontera con Canadá, en el estado de Washington. El mundo escuchó ese nombre, Laura Palmer, por primera vez el 8 de abril de 1990. Ese día, cambió el curso de la historia de la televisión, aunque en España aún tuvimos que esperar hasta noviembre de ese mismo año para su desembarco en la recién nacida Tele 5. Ahora, con la perspectiva que nos da el paso del tiempo, somos mucho más conscientes del legado que nos ha dejado la serie creada por David Lynch y Mark Frost, pero no es menos cierto que el éxito de “Twin Peaks” fue tan rotundo y fulgurante, a nivel mundial, que se convirtió indiscutiblemente y por derecho propio en uno de los mayores iconos de los primeros años 90.
De hecho, me atrevo a afirmar que las dos series que, en dos momentos muy distintos, cambiaron para siempre la forma de hacer televisión son “Twin Peaks” y “Perdidos”, curiosamente ambas de la cadena ABC. No hablamos de si son o no las mejores de la historia, pues ese sería un debate eterno en el que ni siquiera yo tengo clara mi postura. Hablamos de dos series que se atrevieron a hacer algo totalmente distinto a lo ya visto hasta entonces, o que tomaron elementos y referentes ya existentes para darles un enfoque revolucionario y presentarlos de una forma totalmente innovadora. La mejor forma de medir su enorme impacto es ver la gran cantidad de imitaciones surgidas a rebufo de su éxito, y la aparición de nuevos productos empeñados en seguir sus pasos, por supuesto, sin conseguirlo. Aún hoy en día se sigue hablando de que tal o cual serie es la nueva “Twin Peaks”, por no mencionar que, a estas alturas, ya nos han querido vender la nueva “Perdidos” demasiadas veces. En ese sentido, estas dos series serían al mundo de la televisión lo que fueron en su momento Jimi Hendrix y Eddie Van Halen al mundo de la guitarra. Sí, algunos diréis que todo lo que he dicho también podría aplicársele a “Expediente X”, “Doctor en Alaska”, “24” o lo que se os ocurra… Y yo respondería que puede ser, pero no al mismo nivel. No le quito el mérito a ninguna ellas, como tampoco niego, por seguir con el símil, la existencia de otros guitarristas trascendentales como Eric Clapton, Jimmy Page o Randy Rhoads. Dicho esto, algún día nos atreveremos a escribir en El Cadillac Negro sobre “Perdidos”, una de nuestras vacas sagradas, pero ahora sentimos que ha llegado el momento de repasar las claves que convirtieron a “Twin Peaks” hace más de dos décadas en una serie imprescindible e inolvidable.
En 1990, David Lynch ya había estrenado “Cabeza borradora”, “El hombre elefante”, “Dune” y “Terciopelo azul”, y se encontraba dando los últimos retoques a “Corazón salvaje”, por lo que todo el mundo sabía lo que podía esperarse de él. Mark Frost, por su parte, se había ganado un respeto como guionista con su trabajo, entre otras series, en “Canción triste de Hill Street”, y así era presuntamente el encargado de meter en vereda al director, evitando que se desmadrase demasiado. Lo cierto es que la combinación de fuerzas entre ambos fue perfecta, y la creación que surgió de ella es, como decimos, una serie rompedora y fascinante. Ellos firman los mejores capítulos sin duda de “Twin Peaks”, que por otra parte se resentía, y bastante, cuando no estaban al mando.
¿Los mejores 90 minutos de la historia de la televisión? Si no lo son, están muy cerca de serlo. En su momento, algunos críticos norteamericanos dijeron, tras ver este ya legendario primer capítulo, que la serie jamás triunfaría, porque era demasiado rara, demasiado diferente. Pasaron por alto que eso era precisamente lo que dotaba a “Twin Peaks” de su mayor atractivo, y la convertía en algo casi irresistible. La presentación de personajes es ejemplar. Los momentos en que van enterándose de la muerte de Laura Palmer son tan desgarradores, nos conmocionan de tal manera, que es difícil creer que unos minutos antes ni siquiera conociésemos la existencia de esa joven. En nuestro primer paseo por el pueblo, nos maravillamos con unos parajes bellísimos, pero ya hay algo que nos dice que tenemos que tener cuidado. Sus creadores nos van enseñando sus primeras cartas pero aún no sabemos muy bien realmente a qué juego estamos jugando. Y la irrupción del Agente Cooper, derrochando carisma, es tan meteórica que inmediatamente nos ha ganado para su causa. El capítulo piloto aún no deja del todo claro cuánto querrá abarcar la serie, ni por dónde irán precisamente los tiros, pero es un comienzo inmejorable.
Ésta fue una de las preguntas más repetidas en todo el planeta en los primeros años 90. En España, recuerdo que las revistas de la época, las televisivas (que entonces había unas cuantas) y las más generalistas, hacían sus quinielas y predicciones. Los que siguieron con atención la serie pronto descubrieron que, si bien ese misterio era el eje central sobre el que giraba la acción, no era ni mucho menos lo único importante, y sí era en cambio la inesperada puerta de entrada a algo mucho más perturbador y emocionante: un mundo con personajes fascinantes, secretos inconfesables, preciosos e inquietantes parajes… un espacio en el que todo cabía, tanto los múltiples misterios que acechaban en cada esquina como aquellos que nos amenazaban desde el más allá.
En definitiva, lo más importante de “Twin Peaks” son sus personajes. Habrá quien diga que eso sucede en todas las series y, efectivamente, así debería ser, pero no siempre se cumple. En este caso, tenemos ante nosotros una galería de personajes amplísima y muy variada, tanto en cantidad como en calidad. En un pueblo en el que el adulterio y las infidelidades parecen el deporte nacional, y en donde se cocinan en la sombra todo tipo de engaños, traiciones y conspiraciones, ir descubriendo los secretos de sus habitantes, y de algunos foráneos que irán llegando, se convierte en un proceso tremendamente adictivo. Todo comienza con Laura Palmer pero pronto queremos saber mucho más del Agente Cooper, el sheriff Truman, los Palmer, ese trío de jovencitas que compiten por llevarse el título oficial de ‘Belleza de la Serie’, Audrey Horne, Donna Hayward y Shelly Johnson, el malvado marido de esta última, Leo Johnson, el oscuro Benjamin Horne, Josie Packard, Catherine Martell, los Jennings, los Hurley… Citar aquí a todos los que merecen la pena terminaría haciendo de este post algo demasiado extenso, pero aún así no nos hemos podido contener y hemos hecho un (creemos) interesante resumen en este espacio aparte, que os animamos a visitar: Twin Peaks: Sus habitantes (y algunos célebres visitantes).
Su capítulo piloto ya dejó algunas pistas, y en el segundo episodio nos llevamos un buen susto con la aparición del acojonante BOB… pero fue en el tercero, con el primer viaje onírico del Agente Cooper a la Habitación Roja, cuando entendimos que lo sobrenatural tendría una importancia capital en el desarrollo de la serie. A los seguidores más acérrimos de la obra de Lynch, no obstante, no les debió pillar por sorpresa. Muchos se sintieron hechizados por ese universo y otros huyeron espantados, pero ahí fue cuando “Twin Peaks” adquirió definitivamente el estatus de obra única e inigualable. Así, durante los 30 capítulos que duró la serie, terminamos acostumbrándonos a las apariciones de personajes como el asesino BOB, el enigmático MIKE, el Hombre de Otro Lugar, más conocido como el enano bailarín, o el Gigante. Seres que no eran de este mundo, y que procedían de unos lugares conocidos como la Logia Blanca y la Logia Negra, algo así como el Cielo y el Infierno, con buenas, malas o malísimas intenciones, según. Si queréis leer algo más sobre estas entidades, os invitamos a hacerlo aquí: Twin Peaks: Esos tipos tan raros que también rondaban por ahí.
Viejas glorias, como Piper Laurie, Richard Beymer o Russ Tamblyn (estos dos últimos famosos tras haber coincidido en la mítica “West Side Story”), nuevas estrellas internacionales como Joan Chen, popular por su reciente participación en “El último emperador”, el actor fetiche de David Lynch por aquel entonces, Kyle MacLachlan, y una buena hornada de nuevos valores encabezados por Sherilyn Fenn, Lara Flynn Boyle, Mädchen Amick, Sheryl Lee, James Marshall y Dana Ashbrook, convivían en el reparto de una serie que convirtió a muchos de sus actores, de la noche a la mañana, en auténticas estrellas. En los últimos capítulos, además, desembarcaron los entonces completamente desconocidos David Duchovny y Heather Graham. Con la excepción de estos dos últimos, lo cierto es que muy pocos, aún más flagrante en el caso de los más jóvenes, aprovecharon el impulso de la serie para consolidarse como intérpretes de éxito. Incapaces quizás de superar que, algunos con apenas 20 años, habían tenido ya en sus manos el papel de sus vidas, muchos no tardaron en desaparecer y cayeron en el olvido. Lara Flynn Boyle sí llegó a trabajar un poco más, antes de destrozarse la cara a golpe de bisturí, pero más doloroso fue el caso de Sherilyn Fenn, quien vio como Jennifer Lynch, la jovencísima hija del director, hundió estrepitosamente su carrera apenas dos años después, con la aberrante “Mi obsesión por Helena”.
“Twin Peaks” fue rodada a caballo entre dos localidades reales en el estado de Washington, Snoqualmie y North Bend, aunque también tenía algunas localizaciones en California. Los responsables de la serie aprovecharon de forma extraordinaria estos preciosos escenarios naturales para embelesarnos ya desde sus títulos de crédito. Además, los poblados bosques de este Estado fronterizo con Canadá eran perfectos para una historia desbordante de misterio, intriga y misticismo. Así, nunca nos cansamos de visitar el Gran Hotel del Norte, con su inconfundible cascada, ni la comisaría del sheriff, ni la serrería, ni el casino/burdel Jack el Tuerto y sus peligrosos alrededores… De nuevo, si quieres revisitar todos estos lugares, te lo ponemos fácil: Welcome to Twin Peaks.
Todas las entidades sobrenaturales, en algún momento, pasaron por la Habitación Roja, que venía a ser algo así como el centro de operaciones de las fuerzas del más allá de la serie. Pero no siempre era así, y si algo distinguió también a “Twin Peaks”, fue su tendencia a cortar muchas de sus mundanas tramas, algunas incluso cargadas de mucho humor, con inesperados y brutales golpes de terror en estado puro, que podían sacudirnos en el momento y el lugar menos pensado. Cómo olvidar el cierre del primer capítulo de la segunda temporada, o la escena en el que se desvela la identidad del asesino y, además, vuelve a hacer de las suyas, o el terrible destino de algún personaje, o los instantes de pesadilla vividos en su último episodio, o incluso la escena que ponía punto y final a todo. Aunque a algunos se les ocurrió un desenlace sin duda aún mucho más terrorífico. Por supuesto, si pincháis en alguno de estos vídeos es sólo y exclusivamente bajo vuestra responsabilidad.
Angelo Badalamenti, quien trabajó por primera vez para David Lynch en “Terciopelo azul” y fue desde entonces su colaborador habitual, fue el encargado de componer su banda sonora, y el resultado fue una absoluta obra maestra, un clásico instantáneo. Badalamenti y Lynch rescataron además algunos de los temas escritos conjuntamente en “Floating into the Night” (1989), el álbum de debut de la cantante Julee Cruise, quien además aparecía en la serie actuando en el club The Roadhouse. Una de estas canciones, “Falling”, se convirtió en su versión instrumental en el tema de apertura de la serie, una pieza minimalista y sencilla pero terriblemente cautivadora. Otras piezas excepcionales fueron sin duda “Laura Palmer’s Theme”, un tema tan misterioso como trágico, o las jazzísticas “Audrey’s Dance” y “Dance of the Dream Man”. Una vez más, os animamos a que nos acompañéis en un apasionante viaje musical: Twin Peaks: Galería musical.
El éxito de “Twin Peaks” fue tan inmediato y rotundo como fulminante y sonora fue su caída. Tras una primera temporada de ocho capítulos, contando el piloto, casi perfecta, la segunda conseguía sumar 22 episodios más, pero se fue dejando la audiencia por el camino y no logró la renovación por un tercer año. En una apuesta muy arriesgada, los responsables de la serie desvelaban definitivamente, incluso antes de llegar al ecuador de la nueva temporada, la verdadera identidad del asesino, cerrando en cierto modo ese arco argumental un par de capítulos después, aunque también dejándolo de alguna manera abierto… cosas de “Twin Peaks”, que podía permitirse muchas licencias, pero esta vez la jugada no obtuvo los resultados esperados. Los propios David Lynch y Mark Frost han confesado que se centraron en otros proyectos y dejaron un poco de lado la serie en su segundo año, y que los guionistas que quedaron al mando introduciendo nuevas tramas, personajes y conflictos no acertaron y la serie se fue desinflando. El regreso de ambos en el tramo final hizo que se levantase un poco el vuelo, pero ya sólo quedaba intentar obsequiar a sus seguidores con un desenlace digno. Lo cierto es que esta conclusión fue razonablemente satisfactoria, en lo que incumbía al Agente Cooper, los espíritus y la Logia Negra, pero otros muchos personajes vieron como sus tramas y destinos quedaron totalmente en el aire. Quizás un tanto arrepentido, o simplemente porque vio que aún podía rentabilizar un poco el invento, Lynch filmó y estrenó en 1992 una precuela, pero que a su modo también serviría como cierre de la historia, titulada “Twin Peaks: Fuego camina conmigo”. La cinta arrancaba un año antes que la serie, con el primer asesinato conocido de BOB, el de Teresa Banks, para después centrarse en los últimos siete días de vida de Laura Palmer. Algo que, sinceramente, casi hubiésemos preferido no ver. El film, además de innecesario, fue un rotundo fracaso en taquilla y también fue vapuleado por la crítica. Aún así, se llegó a mencionar incluso la posibilidad de rodar dos películas más pero, me inclino a pensar que por suerte, 1992 acabó siendo el año de la defunción definitiva de “Twin Peaks”. (EDITO: La serie, para bien o para mal, que eso está por ver, regresará en 2016 en la cadena Showtime).
Cuando “Twin Peaks” se emitió por primera vez en España, yo tenía sólo once años, por lo que lógicamente no pude seguir la serie como lo hubiese hecho en la actualidad. Pero cuando por fin pude revisitarla en la primera edición (muy mejorable) que salió editada en DVD en nuestro país, descubrí que recordaba muchísimas cosas, incluido ese tremendo desenlace que no tuvo que ser muy apropiado entonces para mi edad. Varias veces he vuelto a ver, si no todos, sí muchos de sus capítulos, y de hecho he vuelto a hacerlo con la excusa de la redacción de este post. Y sí, es cierto que la serie fue perdiendo parte de su encanto, y que muchas de las tramas que da la sensación que fueron improvisando en la segunda temporada no estuvieron a la altura… pero sus momentos estelares son una auténtica oda a la excelencia, e incluso más adelante, una “Twin Peaks” en baja forma seguía siendo bastante más disfrutable que otras muchas series que he visto años después. Es posible que la nostalgia me nuble, pero aún así intento juzgarla como creo que haría con cualquier producto televisivo de la actualidad, y mi sensación es que “Twin Peaks” no ha perdido apenas su vigencia y que sigue siendo, un cuarto de siglo después, un apasionante lugar al que regresar cada cierto tiempo. Y si alguno de vosotros aún no la ha visto y, por algún motivo, ha llegado hasta aquí, sólo puedo decirle que espero no haberle desvelado ni arruinado demasiadas cosas, y que le animo a que lo haga. Y le confieso, también, lo mucho que le envidio.
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Adoro Twin Peaks por encima de mis posibilidades, y para mí no hay series más importantes en la historia, teniendo en cuenta que son las verdaderas madres (de lo que es la TV ahora), que ésta y Expediente X. En cuanto a cambiar la TV, TP llegó antes, pero quizá el modo de ver series lo cambió X-Files, con sus frikis y sus foros y su merchandising cuando aún no estaba tan extendido ni avanzado como ahora, e incluso gran parte de la terminología seriéfila que se utiliza hoy día, sin saberlo muchos, nació de ella. Para mí, David Lynch y Chris Carter son los verdaderos magos, los padres televisivos de los noventa, y eso es innegable. Gracias, Rodrigo, por este artículo tan absolutamente maravilloso y completo, sé lo que es perderse escribiendo sobre el producto que más te ha movido. Un trabajo magnífico, de verdad. Y ya sabes que cuando quieras me tienes como gurú para iniciarte en la senda de Chris Carter ;)
Through the darkness of future’s past, the magician longs to see. One chants out between two worlds… «Fire… walk with me.
Tremendo, yo tb le dedique un post a su vuelta.
Es una maravilla. Es Lynch…
Ellos tienen una excusa perfecta para que se descubra el asesino a la mitad de la temporada. Pero bueno, igual es una jugada que no funciono.
DIgamos que todo el mundo creia q el argumento 0 de la serie era quien mato a laura y segun ellos, era otra cosa. Por lo tanto descubrir quien fue es un tipico, punto de res aparente. Igual, me suena a chamuyo jaja
Me ha gustado tu post. Vi Twin Peaks hará un año y la llegada de la nueva temporada me tiene en ascuas. Tengo la corazonada de que Lynch se va a salir.