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Cartas con Andrés Calamaro por, sobre y gracias a «Cargar la suerte»

14/11/2018

calamaro-cargarlasuerte
Tengo que comenzar estas líneas reconociendo que desde hace meses tenía cierto respeto a enfrentarme a este artículo. Es más, desde hace unos dos años era una especie de recelo lo que sentía al pensar en el momento en el que Andrés Calamaro sacara un nuevo disco. Esto se debía a dos motivos, que podían ser casi el mismo: su anterior trabajo, «Volumen 11», supuso un ligero chasco, lo que plasmé en una crítica algo tibia, lo que a su vez me ocasionó (he aquí el quid de la cuestión) un enfrentamiento con el propio Calamaro que derivó en feas palabras y comentarios. Que uno de los ídolos de toda tu vida, un artista al que sigues y admiras desde hace casi 30 años, te ataque personalmente fue, no lo voy a negar, un incómodo momento, si bien nunca conllevó ningún tipo de reniego o arrepentimiento por mi parte. Tras este episodio, sentía que mi respuesta al nuevo álbum podría ser vista como un despecho (en el caso de una reacción negativa) o como una claudicación (en caso de una reacción positiva).

La fase más inmediata a la llegada del disco, viendo que la actitud de Calamaro, al menos en las entrevistas y las redes sociales, distaba una inmensidad de la mostrada dos años atrás, para bien, se me ocurrió asomar la patita y dirigirme a él para intentar un encuentro, una colaboración, un «algo» que hiciera de esta crítica un evento especial. Desde un primer momento su disposición, amabilidad y altruismo fueron dignos de mención, mostrándose presto a cualquier tipo de participación para con este humilde medio. Finalmente decidimos que una especie de intercambio epistolar podría ser interesante, quedando reflejado en él la visión de la obra del propio artista y la del seguidor (para no obviar la crítica que no podía obviar), dejando casi totalmente al margen cualquier asunto que no fuera el disco en cuestión. De esta forma, a continuación os brindamos las cartas que por la publicación de «Cargar la suerte», sobre la publicación de «Cargar la suerte» y gracias a la publicación de «Cargar la suerte» intercambiamos con Andrés Calamaro. Un lujo, un placer y un regalo. O cómo el artículo más temido se convirtió en el más gratificante.

calamaro_espejo

31/10/18
Querido Andrés, a dos días de que se ponga a la venta y (casi mejor dicho) de que esté disponible «Cargar la suerte», tengo por primera vez en muchos años la sensación de que tu nuevo disco va a ser un gran disfrute.
No te niego que algunos de tus últimos álbumes los recibí sin la emoción de antaño, ya fuera porque apreciaba en ellos ciertas irregularidades («On the rocks» o «Volumen 11») o porque, teniendo todo en principio bien dispuesto y sin grietas, les faltaba algo que no llego a saber qué es («Bohemio»). Pero esta vez, escuchado el adelanto, «Verdades afiladas», y algún tema más en alguna entrevista, creo que lo que nos ofreces es muy «buena mierda», con permiso de la expresión. No me he querido recrear en estos avances ya que me gusta degustar el disco casi virgen, no quiero que el álbum me llegue mitad ya resabido y mitad inédito; lo quiero disfrutar en su unidad. Eso no quita que lo que he escuchado hasta ahora me guste, y mucho, y que en ello intuya a un artista de nuevo en plena forma. Se habla de que «Cargar la suerte» no desmerece a tu dupla mágica («Alta suciedad» – «Honestidad brutal»); para mí eso son palabras mayores (quizás en cierto modo por un importante calado emocional en mi persona), pero es que creo que puede ser así.
Además, celebro y mucho el regreso del Calamaro afable, amable en las entrevistas y agradecido. Que sí, que el trabajo de un artista no es caer bien, pero qué duda cabe que siempre se recibe mejor un manjar cuando te lo brindan con esmero y afán.
¿Percibes que la gente vuelve a respetar y tratar este trabajo como se hizo años atrás?
De lo que casi estoy seguro es de que el viernes quizás pueda confirmar que has grabado una nueva obra grande.
Un saludo.
S.A.
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03/11/18
Estimado amigo.
Veinte años atrás vivíamos en un mundo diferente …
En estos últimos diez años los cambios culturales fueron muy marcados, la tecnología de masas propone un profundo cambio en las comunicaciones y en la forma de consumir ocio … y música. La música a la carta, disponible en casi cada teléfono, es un verdadero cambio de paradigmas. Ya no sabemos en qué consiste el «éxito» de un disco porque casi nadie compra discos. Apenas una minoría, una élite de privilegiados.
Tampoco me consta que haya más expectativas que antes. No sé si las expectativas son demasiadas o demasiado pocas.
Es verdad que tengo buenas sensaciones con este disco, me gustaban las maquetas y disfrutamos mucho grabando. Pero también tuve buenas sensaciones con discos que no resultaron exitosos o bendecidos con el favor del público y la crítica. Lógicamente, siempre hacemos discos que consideramos interesantes. Bob Dylan dice que «algunos discos tienen más suerte que otros», es posible.
La opinión está un poco devaluada en tanto demasiada gente opina en internet.
Supongo que el público quedará retratado cuando hagamos una gira y toquemos estas canciones.
Desafortunadamente, casi no se leen criticas de discos en los periódicos. Ni en la radio ni en la televisión.
«Honestidad brutal» debutó con una crítica muy severa de la «Rolling Stone» en Argentina, venía a decir que era un disco poco menos que ridículo y «Te quiero igual» irritó al público, que entendía que era una canción tonta.
Hay que resignarse a la absolución histórica … El problema es que no está claro que vayamos a estar aquí, vivitos y coleando, cuando la historia llegue a sus conclusiones.
Sé que soy un artista popular «desconocido» … Porque grabé mil canciones y mucha gente conoce algunas pocas.
«Cargar la suerte» es un disco para aquellos que me escuchan. Mis más fieles simpatizantes. Lo hicimos pensando en el público genuino y entendido.
A.C.
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calamaro_famous
04/11/18
Querido Andrés, qué satisfacción me da poder confirmarte que las expectativas se han cumplido. ¡Qué gran disco has parido!
Aún en las primeras escuchas, no cabe duda de que «Cargar la suerte» quedará entre tus obras grandes, y eso es mucho decir. Todo lo que se le puede pedir a un disco, lo tiene: buenas canciones, una producción de enjundia, unos músicos inmensos e inspirados, una interpretación sobresaliente y un concepto de álbum medido y ajustado.
Cuando decías en entrevistas previas que si tuvieras que emparentar este «Cargar la suerte» con algún disco tuyo anterior lo harías con «Alta suciedad» me parecía que ponías el listón muy alto, pero es cierto que es con aquel legendario trabajo con el que más puede entroncar.
Creo que es en este álbum en el que mejor has dejado plasmado lo que abstractamente se llama ‘rock adulto’. No hace falta refugiarse en terrenos añejos o en estilos propios de veteranos para hacer un disco de rock no juvenil. A ello creo que contribuye de forma formidable el tratamiento de las guitarras, omnipresentes, poderosas, pero sin necesidad de sonar atronadoras o veloces.
Además, ¡qué sutileza con los vientos y qué deliciosamente suenan! Bien es cierto que los metales pueden solapar o eclipsar un trabajo si no se les ata en corto, y en esta ocasión tienen el protagonismo justo para adornar, enmarcar y envolver sin llevar la canción a ningún terreno que no sea al que le pertenece.
Tengo que darle más escuchas, obviamente, ya te contaré en unos días cómo va el calado, pero a día de hoy me tienen muy enganchado «Las rimas», «Tránsito lento», «Cuarteles de invierno», «Mi ranchera» y «Siete vidas», cada una a su manera (el riesgo y descaro, la delicadeza, la emoción y el rock calamariense más reconocible).
¿Puedo preguntarte cuáles son a día de hoy tus temas preferidos del disco? Más que los temas a los que más cariño tengas, los que realmente crees que son mejores composiciones e interpretaciones.
Quizás desgraciadamente, yo soy uno de esos que van salpicando internet de opiniones que la mayoría de las veces no le importan a demasiada gente. Incluso cierta crítica causó en ti un rechazo, y así me lo hiciste saber, a tu manera. Posiblemente en ella entró en juego el tema de las expectativas de las que hablas, quizás los tiempos eran otros, para todos. No obstante, celebro el disco que has grabado porque no quería que mi humilde nombre estuviera relacionado con una visión negativa de tu obra, e indiscutiblemente esta va a ser una ocasión perfecta para limpiar un poco aquel encontronazo. Espero en una próxima misiva poder profundizar más en el contenido de «Cargar la suerte» y darle la crítica que se merece, quizás completada con tu punto de vista, lo que sería algo glorioso, una crítica compartida entre oyente y artista.
Sigo dándole vueltas al long play.
Un saludo.
S.A.
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07/11/18
Muchas gracias Sergio …
Caramba, no pasa una semana desde que estrenamos el disco y las sensaciones son muy buenas …
Advierto, sin embargo, que no he vuelto a escucharlo … También por mis tareas en la radio independiente y en la promoción de «Cargar la suerte». Pero la semana pasado grabamos con Ara Makilian, con Kase O … y una canción para el cine … dos sesiones, con Ricky Falkner y Arcángel  … Una formidable semana.
En cuanto a las canciones, «Verdades afiladas» fue al sacrificio de la promoción previa al corte comercial. Fue una elección un tanto previsible … Me costó aguantar las semanas previas a la liberación del álbum pero ahora las sensaciones son muy buenas.
A mí me gusta «Las rimas», aunque no es la construcción armónica mas interesante del álbum ni lucen las guitarras solistas.
Todavía me duran las sensaciones de la grabación y de las escuchas anteriores al vídeo.
Algo pasa cuando terminamos la portada y rodamos un vídeoclip … «abandonamos el barco».
«Mi ranchera» tiene el detalle instrumental orquestal y un punteo rebelde.
Pero «Tránsito lento» tiene clase, es bailable, brown sugar  … y un muy elegante solo de saxo tenor, es Brandon Fields con su técnica insólita de boquilla. Consigue sobre agudos y ‘bendings’ notables. No sé si es mi texto preferido, mi letra favorita. El canto es formal al ‘groove’ y al sonido de los músicos, y me gustan estas canciones que escuchamos como si estuvieran cantadas en ingles.
Un abrazo.
A.C.
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calamaro_gafas
08/11/18
Saludos Andrés.
Por tercera vez en una semana me dirijo a ti pero en esta ocasión con un buen puñado de nuevas canciones ya impregnadas en mí. Rápidamente las canciones de «Cargar la suerte» se han hecho mías, cada una a un nivel, pero sin duda este trabajo me ha llevado a situar tu actual estado musical (y personal, si se me permite añadir) entre los más inspirados de tu carrera.
En algunas de nuestras conversaciones durante los últimos días me pediste una crítica «épica» al disco. No sé si puedo recoger ese guante, pero desde luego sí quiero dejar constancia de las impresiones que me ha causado el álbum.
Creo que se trata de un disco, sobre todo, equilibrado. Por equilibrado me refiero a que tiene la nostalgia justa, el riesgo necesario y el presente obligatorio. Hay letras que miran al retrovisor, hay letras íntimas y hay miradas al exterior. Pero sin embargo, musicalmente, es uno de tus trabajos más compactos y homogéneos (quizás a la par con «Bohemio»). «Cargar la suerte» huye del abanico estilístico que muchas veces formaban tus discos para centrarse en el rock, un rock sin grietas, maduro y elegante, interpretado por una banda de ensueño (incómodo asunto va a ser llevar estos temas a las tablas si no puedes contar con este mismo grupo).
Me permito ir tema a tema:
«Verdades afiladas» abre el disco con una deliciosa melodía, con un punteo de guitarra que acompaña durante todo el tema y con unas sonoridades típicamente americanas, con abundancia de acústicas. Que fuera la elegida a pesar de ser una canción sin estribillo dice mucho bueno de ella, de su carácter instantáneo.
«Tránsito lento» tiene un ‘groove’ bestial y un Hammond protagonista que hace que me recuerde mucho y bien a «Loco». Sin duda es el corte más elegante del lote. Me encanta esa definición que haces de ella como «canciones que escuchamos como si estuvieran cantadas en inglés».
«Cuarteles de invierno» presenta a las cuerdas, dando cuenta ya de lo potente de la producción, de la envergadura del disco y de lo rotundidad de la apuesta. Desde la apertura con «Tengo planes musicales» la canción ya se me coló bien dentro, siendo una de las más sentidas. En algunas partes de la letra hay espacio para los ripios tan marca de la casa. Se entronca con el tema anterior al continuar con la fotografía del movimiento, en este caso en un nuevo (y habitual) salto oceánico.
«Diego Armando Canciones» ha sido una de las que más han ido ganando con el paso de las escuchas. A lomos de una guitarra steel, se trata de una tonada pequeña en intenciones y en pretensiones, y todo hace de ello una delicia, con una estructura narrativa casi naif en esa repetición de los versos, que en el fondo la hacen entrañable, una reivindicación casi en voz baja, celebrando la cotidianidad de tu nuevo modo de vida.
«Las rimas» representa conceptualmente lo opuesto. Aquí estamos ante el tema más arriesgado, aunque sea únicamente por el acercamiento vocal al hip hop; pero no es solo eso, es una interpretación vocal extraordinaria que juega con los tonos mientras de fondo ruge una guitarra cercana a la distorsionada de «Paloma». El tiroteo de rimas es muestra más o menos afortunado en según qué línea, pero funciona como metralleta de ideas.
«Siete vidas» es el primero y creo que mejor de los tres rocks potentes, siendo este el más «de estadio», con ecos incluso a «Los chicos». Un típico rock calamariense, con todo su bueno y ningún reproche para una nueva reivindicación personal, esta vez sacando algo de pecho.
«Mi ranchera» es quizás el momento más emotivo y emocionante, con el piano más protagonista que nunca y con una de las letras más desnudas, una de las más cercanas a la lírica de «Honestidad brutal», con un punteo épico y brutal para hacer sangre.
«Falso LV» retoma las guitarras más afiladas y la mirada al exterior, cambiando totalmente de tercio para pasar de la intimidad más personal a la ironía al retratar determinadas posturas (o postureos), con los saxos vibrando y gritando entre solos de guitarra para levantar una de las más potentes.
«My mafia» vuelve a las distancias cortas para brindar por los amigos presentes (después de haberlo hecho muchas veces por los amigos ausentes), con las guitarras acústicas como dueñas de la canción.
«Adán rechaza» supone el último fogonazo del álbum, quizás la más pesada rítmicamente, recordándome a la «Gomontonera» de «On the rocks». Me hizo gracia cómo en una de las entrevistas de promoción le quitaste hierro a algunas de tus letras diciendo que son «análisis Netflix». Creo que esta canción tiene una «letra Netflix». Relajémonos.
«Egoístas» vuelve a apoyarse en un pedal steel para una de las melodías más frescas del disco,con unos coros maravillosos, por lo que la sitúo como deudora de los más inspiradas cortes americanos de Los Rodríguez. A pesar de la luminosidad, se trata de una letra muy seria y sincera, que se muestra en las antípodas de algunos cabreados textos que aparecían en discos como «El salmón» o «Volumen 11»; imagino que los respectivos estados personales de cada momento quedan plasmados en los discos, y esta canción debe ser reflejo de tu (buen y mesurado) estado actual.
«Voy a volver» supone un epílogo de nueva reafirmación, de nuevo sin gritar pero levantando la cabeza, con unos deliciosos coros y unos punteos de altura.
Y como cada uno hace suyo el disco a su manera, es posible que no estés de acuerdo en ninguna de mis afirmaciones e incluso que quieras puntualizar alguna de ellas. Espero tus comentarios (incluso a mis comentarios).
Un abrazo.
S.A.
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09/11/18
Caramba Sergio, sobre «Verdades afiladas», preferiría liberar el disco entero .. pensar otra clase de publicidad que no sea una canción separada del disco y sonando primero. Es complicado encontrar una canción ideal para desprender de un álbum. Es verdad que este método funcionó, en alguna época o con alguna canción en particular. Pero es complicado alinear los planetas …  «Carácter instantáneo» y «previsible» es casi la misma cosa. A mí me gustaba «Tránsito lento» … creo que era la canción apropiada para anticipar un disco. Y creo que hubiera gustado mas. En esos términos me resultó incómodo ofrecer esta única canción sin mostrar el disco entero.
«Tránsito lento» es una grabación extraordinaria. Lógicamente, aprendimos a escuchar música en ingles antes de aprender ingles. Es más cómodo escuchar una canción sin entender la letra, más sensorial.  En este idioma el canto puede despegarse de los instrumentos para hacer presión con una letra, o mantenerse en un plano de sonido discreto, fundido con el track … El saxo es Brandon Fields y su técnica de boquilla, lo que permite esos agudos no habituales en el saxo tenor.
«Cuarteles de invierno»: y se presentan las cuerdas. Grabamos con cuerdas el cuarto día …  Si la creación fue cosa de siete días, este disco lo grabamos en cuatro días. Si lo comparamos con la creación de todo no parece mucho. Pero grabar todos los instrumentos en cuatro días es una ciencia y una muy buena experiencia. Hay que querer, hay que saber cómo y hay que poder. Grabamos todos juntos con las cuerdas, éramos once músicos. Hay voces grabadas en aquellos primeros días «en vivo en el estudio» … Algunas las distingo por detalles en la grabación.
«Diego Armando Canciones»: No estaba tan seguro de esta canción. Sin embargo se escucha entre las primeras canciones del disco. Por lo visto, Gustavo le veía cualidades que a mí se me presentaban como dúo. No sabía si esta letra podía gustar. A veces abandonamos el barco pero podríamos seguir corrigiendo y mejorando una letra … Y este es el caso. Pero fundamentalmente es lo que quise decir, al espontáneo … La repetición de los primeros versos es una forma folklórica argentina normal. También ocurre en el blues. Celebra el mate y el cannabis, irrenunciables para tantos ciudadanos del mundo. Pero también propone una forma más leve de participar en el dialogo (de sordos) permanente que es la realidad virtual.
«Las rimas»: Como casi todas las canciones, tenía más letra … En algunos casos utilizamos mucho menos versos de los que había escrito en el texto. Estas rimas fueron bien elegidas de un texto más largo y ancho. Rimas consonantes de a cuatro pero cantadas sobre un ciclo impar de acordes. Entonces no siempre los versos terminan rimando … las series de cuatro versos de fracturan y solo en algunos casos las rimas cierran las estrofas. Aunque tiene un grado mas de complejidad armónica que «Paloma» … Tiene coincidencias. «Paloma» trasciende la canción, es un momento importante en los conciertos. Ojalá que «Las rimas» tenga tanta suerte. Creo que es una de mis mejores canciones.
«Siete vidas»: Se percibe el «estadio» pero no es típico. Está inspirada en el rock de Los Redondos … Y la letra forma parte de la próxima «obra linyera» de Daniel Melingo. Siete Vidas es un personaje que Daniel escribió para mí. Un hombre condenado a recordar sus vidas anteriores… Va a liberarse cuando se encuentre, cara a cara, con alguno de sus asesinados previos. Tiene doble solo de guitarra, uno por cada guitarrista bueno.
«Mi ranchera» la grabamos, y la canté, en el estudio con diez músicos tocando conmigo. La orquesta incluida. La grabamos con violines, chelo y cornos franceses. Es la última canción que grabamos. Abre el lado B del disco. Es una letra que podría cantarse con los acordes de las rancheras de José Alfredo Jimenez … Germán pensó en estas armonías … El alarde orquestal es francamente bueno.
«Falso LV»: Esta letra la escribí dos o tres veces. Al principio era críptica aunque en España se hubiera podido entender. Quise abrir un poco la horma ideológica para hacerla apta para otros público en otras poblaciones y generaciones. Vuelven los bronces de Tower Of Power, la guitarra solista está genial.
«My mafia»: Una canción a los amigos presentes y a los ausentes. Las dos cosas. Esta también está cantada en las sesiones grupales. Estoy cantando con la guitarra que tocaba conmigo, no volví para grabar ni corregir esta cantada. Tiene muchos detalles musicales instrumentales como todo el disco.
«Adán rechaza»: Es un rock en acordes menores (no tan habituales en el rock y en el blues, sí habituales en el flamenco y el tango) con un estribillo en acordes mayores. Una construcción propia del tango antiguo. Es verdad que nunca leí la Biblia … Son mis divagues cristianos … La flaqueza del ateo mortal .. o quizás todo lo contrario.
«Egoístas»: A mí no me resulta un compendio de «frescura» … La letra parece una serie de slogan para vender antidepresivos. Una letra sincera pero no tan despegadas de los textos de fin de siglo. Egoísmo, inseguridad .. Hay un verso que rescaté de aquellas grabaciones de principio de siglo y define la canción: «Perdón por mi egoísmo y mi falta de interés por los demás» … Descarado.
«Voy a volver»: Todos los coros los hice yo, después de las sesiones con los músicos. «Pertenecer es un lugar sin dirección». Resulta entonces la declaración de principios del disco. A tiempo.
A.C.
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10/11/18
Querido Andrés, en este caso las letras y la forma epistolar se me van a quedar cortas para expresarte mi agradecimiento por el cariño y dedicación que has mostrado en estos días.
Celebro el disco que has grabado pero casi celebro más tu predisposición y amabilidad para con este escribiente. Espero que tu buen momento continúe por mucho tiempo y podamos seguir disfrutándote.
Por mi parte, me pongo a pensar cómo maquetar y presentar estas cartas a nuestros lectores, intentando que quede plasmado lo mejor posible lo que hemos querido perpetrar.
Mucha suerte en todos tus proyectos, musicales y vitales.
Recibe un muy cordial abrazo y agradecimiento de todo el equipo de El Cadillac Negro.
Con cariño, Sergio.
S.A.
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11/11/18
Para eso estamos Sergio.
Lo que haga falta.
Saludos a los Cadillac.
A.C.
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14 comentarios leave one →
  1. 14/11/2018 11:41

    Esta entrevista denota un gran pilotaje por tu parte.

    • Sergio Almendros permalink*
      14/11/2018 12:06

      caramba! muchas gracias. ha sido un placer.
      Un saludo!

  2. A.C que no Andrés Calamaro permalink
    14/11/2018 21:12

    Desde que me enteré de esta colaboración entre S.A Y A.C me entraron ganas de escuchar más Andrés Calamaro y eso es mucho como mi amigo sabe,escuche bastante y bastante me gustó(no escarmiento con mis algunos complejos musicales)estoy de acuerdo cuando A.C dice(soy un artista popular desconocido grabe mil canciones y mucha gente conoce solo algunas pocas,si yo soy uno de ellos…en lo que no estoy de acuerdo es en lo que dice A.C(es un disco para aquellos que me escuchan.Mis más fieles simpatizantes.Lo hicimos pensando en el público genuino y entendido)cualquier disco es para cualquier amante de la música y no solo para unos fieles seguidores,bueno al menos ahora podré escuchar este disco sabiendo que también es para mi… gran trabajo S.A

    • Sergio Almendros permalink*
      14/11/2018 21:14

      pues muchas gracias por tu comentario. un saludo fuerte

  3. Palo Cortao permalink
    15/11/2018 20:58

    Un gran disco: elegante, bello, con letras muy trabajadas y con varias lecturas. Andrés cantando de maravilla. Invito a todos a disfrutarlo con la capacidad de admiración intacta. Ahora sólo espero que vuelva a reunir a la super banda con la que giró en Bohemio y consigan ese sonido que empata con la banda de la gira de HB (Guille, Bruno, Candy, Ciro, Gringui).

  4. Sergio panqueque Almendros permalink
    16/11/2018 16:59

    Sergio «panqueque» Almendros, te diste vuelta como los mejores. Te felicito.
    Volviste como un cachorrito. Das ternura

    • Sergio Almendros permalink*
      16/11/2018 20:32

      ay amigo anónimo, no hay más ciego que el que no quiere ver. si de verdad crees que yo he vuelto a algún sitio, pues así será. aunque nunca me fui.

  5. RAUL IBAÑEZ CANTON permalink
    19/11/2018 23:39

    Sublime el artículo!!!

  6. pablo cuervo permalink
    20/11/2018 11:13

    hola. excelente lo tuyo. con altura y sabiduria para escuchar el disco… donde se le puede escribir a andres?

    • Sergio Almendros permalink*
      20/11/2018 11:19

      muchas gracias por tu comentario pablo. sin embargo, permite que vele por su derecho a la privacidad. espero que lo entiendas.
      un saludo.

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