«Utopía»: La omnipresente conspiración
(AVISO: Estamos ante una serie plagada de conspiraciones, planes maestros, paranoicos personajes de dudoso pasado, oscuro presente y terrible futuro. Hablar de una serie de la que el propio título ya es un spoiler en sí mismo, conlleva inevitablemente comentar cierta información reveladora para todos aquellos que no hayan disfrutado aún del segundo episodio, de la segunda temporada)
Al conocer que la cadena británica Channel4, había dado luz verde a la segunda temporada de “Utopía”, nuestros amigos de ochoquincemag, en un preciso análisis de la primera temporada, se preguntaban con aplastante lógica si era realmente necesaria una segunda entrega…y, en principio, no les faltaba razón. La serie creada por Dennis Kelly no era una serie más. Con la seguridad que aporta el saber que tienes un buen guión entre manos, los productores fueron más allá y apostaron fuerte por un estilo tremendamente arriesgado; basado en una fotografía impactante, una saturadísima paleta de colores, un estilo ciertamente violento; pero injustamente polémico (me refiero especialmente a la masacre del colegio, en el tercer episodio. Realizada fuera de campo. Dejando claro cómo se pueden tocar elementos sensibles para la sociedad, con una puesta en escena muy estudiada); dando como resultado un producto inteligente y sorprendente a partes iguales, novedoso en su contenido y, más determinante aún, en su continente. Su final, tras seis emocionantes episodios (formato británico por excelencia), dejaba muchas tramas abiertas, sí; pero la ruptura de esquemas que era esta serie en sí misma, hacía que ese cierre funcionara de forma coherente a lo que había sido toda su intriga; dando motivos para dudar que esta continuación no estuviese basada más en los resultados contables, que en la evolución de la historia.
A tenor de los dos primeros episodios de la segunda temporada, un servidor entona el ‘mea culpa’ por semejante duda y redirige el Cadillac por la autopista correcta, aquella por la que damos hoy justa entrada a una serie de merecido reconocimiento (por algo la incluimos en su día en el top 13 del 2013) y que no ha disminuido ni un ápice en su valiente propuesta, marcado estilo y única personalidad.
Utopía es una intriga con altas dosis de conspiraciones paranoicas que gira en torno a una novela gráfica titulada “The Utopia experiments”, dibujada por el científico Phillip Carvel cuando está recluído en un hospital psiquiátrico en los años 80 (tras haber ayudado en la creación de una droga denominada «Janus», que esterilizará a un 95% de la población con el fin de que la reducida población restante pueda hacer sostenible un planeta con recursos cada vez más limitados). Dicha novela es considerada en la actualidad objeto de culto por aficionados, coleccionistas, así como por «La Red», una influyente y muy poderosa organización secreta.
Carvell murió atormentado por la culpa de su malévola creación. Mientras sus dos descendientes (Jessica Hyde y Arby/Pietre) encabezarán en el futuro, cada uno por separado, la búsqueda (con fines antagónicos) del manuscrito de su progenitor que, aparentemente, contiene oculta en sus viñetas la cura para «Janus».
Así, en la primera temporada conocimos a Becky, Ian, Wilson y Grant; peculiares miembros de esa comunidad de seguidores que rinde culto al manuscrito de Carvel, y que mantienen contacto a través de foros de internet. El día que todos ellos deciden reunirse en un pub será el principio de su particular pesadilla. Desde ese momento, las persecuciones, las traiciones, las torturas, las muertes de quienes les rodean, serán sus constantes compañeros de viaje. A cada paso que se adentren en esa oscura trama de alcance planetario, (aprovechando la histeria social ante la propagación de una gripe de origen ruso, «La Red» pretende introducir a «Janus» en todas las vacunas que se están fabricando para erradicar dicha gripe), sus enemigos serán más poderosos (Lee, Arby, Letts y su asistente, Geoff, Milner…); aunque también contarán con la indispensable ayuda de Jessica Hyde, preparada durante años para acometer esta «misión».
De esta forma, la primera temporada finalizó con dispares destinos para cada personaje, siendo el binomio Jessica-Milner el que mayor expectación causó, ya que desvelaba el verdadero motivo de la existencia del manuscrito, así como el lugar donde la única muestra de «Janus» se encontraba escondida.
Y así llegamos a la segunda temporada, cuyo primer episodio no podía ser más sorprendente: Tras la cantidad de enigmas que había dejado sin responder la primera temporada, la tensión se mantiene durante un episodio más, ya que éste es íntegramente un flashback a los años 70, al origen de todos los engranajes que forman esta trama; formando sin lugar a dudas el que podemos definir como «episodio cero» de Utopía.
Dada la cantidad de años que retrocedemos, ninguno de los actores protagonistas de la serie, aparecen en este primer episodio…aunque los principales papeles ya tienen sus primeras apariciones que explicarán perfectamente el comportamiento y personalidad que demuestran en la actualidad. En este flashback conoceremos como Carvel (sumido en una profunda depresión, provocada por el convencimiento de que el futuro a medio plazo de la humanidad pasa inexorablemente por el exterminio de la misma, dada su tasa de crecimiento y la escasez de recursos energéticos; depresión que intenta ahogar en alcohol) conoció a la futura líder de La Red (Milner), interpretada en su etapa más joven por Rose Leslie (el fichaje más mediático de este segunda temporada, tras haber interpretado de forma destacada a Igritte en «Juego de Tronos«).
Mención aparte es la patética imagen que, como científico nos deja Carvel, un tipo que no duda en usar a su propio hijo (Pietre/Arby) como cobaya, para una vacuna contra la violencia ideada por él mismo. El resultado está en las antípodas de lo esperado. Su hijo se convierte en un imposible cruce entre Forrest Gump y Charles Manson.
En cuanto a Milner, en los escasos 50 minutos de episodio veremos su evolución, de esposa perfecta a fanática capaz de pasar por encima de cualquiera con tal de llevar adelante su obsesiva idea de deshacerse del 95% de la población.
Por si las teorías conspiranoicas fueran pocas, también sabremos que La Red está detrás del secuestro y posterior asesinato del primer ministro italiano Aldo Moro, del ascenso político de Margaret Thatcher y del accidente nuclear ocurrido en la central de Threre Mile Island (Pensilvania, EEUU).
No es hasta el segundo episodio cuando retomamos la historia que dejamos al final de la primera temporada, aquella protagonizada por Becky, Ian, Wilson, Grant, Jessica, Arby (interpretado nuevamente por Neil Maskell, del que casualmente también hablaba en mi anterior entrada, con motivo del estreno de «Open Windows«)
Jessica está recluida, torturada para que confiese qué cambios y ajustes realizó su padre sobre «Janus» y así poder dispersarlo por la población con total seguridad…aunque la verdadera tortura es la que sufren cada uno de sus interrogadores, ya que las artimañas entre rejas de Jessica dejan casi en pañales a las del propio Hannibal Lecter.
Arby es contactado por (¡sorpresa!) Lee y recluido nuevamente «por las buenas» para ayudar a que «La Red» lleve su particular holocausto a buen término…la insistencia de Arby en que le llamen Pietre no es casual, como veremos al final del segundo episodio.
Wilson está, de momento, atrapado en la telaraña de mentiras y amenazas que Milner ha tejido a su alrededor. Utilizándole para desarrollar una campaña benéfica que costeará la distribución de «Janus» por el tercer mundo, como tapadera para que los efectos de «Janus» se propaguen por todo el planeta de forma simultánea.
En cuanto a Becky, Ian y Grant, prácticamente acaban de retomar su camino en esta aventura tras reunirse nuevamente los tres, con la sorprendente (y eficaz) ayuda de Pietre.
En cualquier caso, este inicio de la segunda temporada sigue fiel a un estilo atractivo y diferenciador, una fotografía prodigiosa (al igual que la primera temporada, podemos pulsar el botón ‘pausa’ en cualquier momento y embelesarnos con la composición del plano), una acción hiperviolenta, unas conspiraciones gubernamentales tan bien orquestadas que uno está esperando a que aparezca el agente Fox Mulder a resolver el entuerto y una experimental banda sonora (compuesta por Cristobal Tapia de Veer) que nos coge por el cuello desde las primeras notas.
Sigamos disfrutando de las amenazas y desafíos que estos personajes (la mayoría foreros, por cierto) tienen que afrontar para sobrevivir a esta segunda temporada, sabedores de que en nuestra sociedad no hay cabida para este universo de conspiraciones… ¿verdad?
Vimos tres capítulos de la primera temporada y la dejamos. Nos daba muy mal rollo, muchísimo, y la historia no terminaba de convencernos ni de engancharnos.