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Mötley Crüe: el fin de la juerga eterna

11/09/2015

Motley-Crue-Farewell-Tour-Maybe

No podemos dar nada por sentado, más aún después de haber sufrido las últimas y engañosas ‘despedidas’ de clásicos como Judas Priest o Scorpions, pero muy probablemente este 2015 sea el último año en el que podamos ver en activo a una de las más grandes bandas de la historia del hard rock: los únicos e inimitables Mötley Crüe. El grupo posiblemente más salvaje y polémico de la historia concluirá su trayectoria, al menos en directo como reza el contrato firmado y publicitado en una comparecencia de prensa, la próxima Nochevieja en Los Angeles, en lo que se prevé como una cita absolutamente histórica. Acabarán así 35 años de ‘party all time’, sexo por doquier, extremas adicciones, noches sin fin, dinero a destajo y, sí, también buena, excelente música.

Habitantes casi desde sus comienzos, y obviamente compartiéndolo con Guns N’Roses, del trono del ‘sleazy’ angelino de los años 80, por delante de otros grandes grupos de la época como Poison, Rock City Angels, Pretty Boy Floyd, L.A.Guns o Warrant, gracias a una discografía inmejorable, todo su prestigio y éxito pareció irse por la borda en esos años 90 que despedazaron en un instante las largas carreras de un buen número de bandas clásicas. Menos mal que una serie de paulatinas acertadas decisiones desde comienzos de siglo, especialmente ese ya mítico libro autobiográfico llamado ‘The Dirt’, les han vuelto a colocar en el puesto que les corresponde y puedan afrontar su final desde la mejor de las posiciones posible.

motley-crue Live

 

El Cadillac Negro no podía dejar de tributar un merecido homenaje a una banda que ha marcado nuestra existencia y aquí os ofrecemos 20 temas que, en nuestra modesta opinión, resumen suficientemente tan fructífera trayectoria. Podrían estar muchas otras, pero no nos cabe duda de que esta veintena de canciones es absolutamente imprescindible para entender la labor conjunta de Vince Neil, Mick Mars, Nikki Sixx y Tommy Lee (ok, añadamos a John Corabi y a Randy Castillo), los cuatro mosqueteros de la juerga eterna.

1-LIVE WIRE (1981)

‘Too Fast for Love’ no es de esos discos de debut definitivos como puedan ser ‘Appetite for Destruction’ o ‘Van Halen’, pero sí es uno de esos que deja bien claro que estamos ante una banda que va a ser grande. Pese a la espartana producción y la bisoñez de la ejecución instrumental, ya se puede percibir un gran talento compositivo y una actitud salvaje que ponía el éxito al alcance de la mano. Como ejemplo, el primer single de su carrera, una frenética ‘Live Wire’ que ya nos muestra varias de las claves de la posterior carrera de los Crüe: esos riffs vertiginosos que aúnan la sencillez del punk y la potencia del heavy metal, unos coros que saben realzar el estribillo y la poco virtuosa pero muy personal voz de Neil, que hacía inconfundible al grupo. Conseguir todo eso en una primera canción es solo de grandes.

 

2-TOO FAST FOR LOVE (1981)

Otra perfecta muestra de la encantadora magia en bruto de los primerizos Mötley Crüe con el tema-título de su debut discográfico. De nuevo, un sencillo pero vibrante riff impulsa un tema emblemático que logra su mejor momento en ese magnífico puente hacia un estribillo simple y resultón. Un clásico que, como podréis comprobar a continuación, sigue enervando a los fans de la banda en la interpretación en directo recogida en el mejor lanzamiento visual de su trayectoria: el ‘Carnival of Sins’ de 2005.

3-SHOUT AT THE DEVIL (1983)

 El bebé crecía rápido y tan solo dos años después de su debut ya nos ofrecía una de sus cumbres, el disco que les dio el espaldarazo definitivo hacia la élite: ‘Shout at the Devil’.  Poco había cambiado, simplemente el potencial de la banda cristalizó en composiciones más concretas y brillantes, mostrando su faceta más cercana al heavy, y la producción ya estaba en consonancia con su calidad como grupo. Empezamos el repaso de tan magna obra con el tema que le daba título: un himno con un toque marcial gracias a esos míticos coros en el estribillo, que ralentiza el vertiginoso ritmo de las canciones de ‘Too Fast for Love’ para sonar más profundos y contundentes. El clásico riff que vertebra el tema, sencillamente perfecto en su efectividad. Aquí te ofrecemos en uno de los grandes momentos del despegue de los primerizos Crüe: el mastodóntico US Festival de 1983, con la canción recién salida del horno.

4-LOOKS THAT KILL (1983)

Síntoma absoluto de la confirmación de su talento, ‘Looks that Kill’ ya supone una de las canciones definitivas de toda la carrera de los angelinos. Todo es perfecto: desde ese pedazo de riff que se saca Mars hasta uno de los primeros estribillos realmente mágicos de su repertorio pasando por el vertiginoso crecimiento sufrido por una voz ya tan carismática como la de Neil y de esa batería de Lee que ya impulsa a los temas como una locomotora. Absolutamente brillante.

5-TOO YOUNG TO FALL IN LOVE (1983)

La madurez que había alcanzado la banda queda perfectamente demostrada en ‘Too Young to Fall in Love’, un tema absolutamente ‘radio friendly’, capaz de competir cara a cara con todos esos himnos de los gigantes del hard rock de la epoca: los Whitesnake, Def Leppard y demás. La tremenda potencia de otro de los grandes riffs de su carrera es matizada por unas estrofas a medio tiempo que culminan, ¡ohh, esos tremendos coros!!!, en un estribillo melódico absolutamente demoledor, mientras que el estilo del solo de guitarra retrotrae a los grandes clásicos de los 70, concretamente (y salvando las distancias de virtuosismo) al maestro Ritchie Blackmore.

6-SMOKIN’ IN THE BOYS ROOM (1985)

Con Mötley Crüe ya instalados en el estrellato, llega la primera ligera decepción para sus fans. El ritmo de crucero que ha tomado tanto su carrera como sus excesos deja estragos en la banda y ello lo acusa ‘Theatre of Pain’, su siguiente disco. Con un sonido más dulcificado, tirando bastante más del glam que del heavy metal y quedando bastante cerca por momentos de los grandes hits de los Twisted Sister de la época, la banda nos ofrece la obra más deslucida de su época clásica, lejos del bombazo que supuso ‘Shout at the Devil’. Entre un agradable conjunto de buenas canciones destacan sobremanera las dos únicas que se elevan hasta el sobresaliente. La primera, ‘Smokin’ in the Boys Room’, es una perfecta traslación a los ochenta del clásico rock-glam de los setenteros Brownsville Station, un tema absolutamente desenfadado y vacilón al que el añadido de algo tan ignorado por los Crüe hasta ese momento como era la harmónica le queda de fábula.

7-HOME SWEET HOME (1985)

Si alguien dudaba de la pretensión de los Crüe de insertarse en las radiofórmulas (y, aún más importante en la época, la todopoderosa MTV), ‘Home Sweet Home’ debería ser la prueba definitiva. Una ‘power ballad’ en toda regla, situada en la zona noble de todas aquellas que inundaron las ondas por parte de bandas hard rockeras en los 80. Lee se encargaba de una preciosa melodía de piano que daba lugar a una preciosa tonada, con un Neil pletórico a la voz y en el punto justo entre sensibilidad y fuerza para resultar absolutamente irresistible. ¿Su mejor pieza lenta? Puede, aunque con una muy dura competidora que desvelaremos más adelante.

8-WILD SIDE (1987)

El pequeño traspiés de ‘Theatre of Pain’ fue pronto olvidado…porque dos años después nos esperaba ‘Girls, Girls, Girls’, un regreso por todo lo alto con uno de los discos quintaesenciales de la banda. Vuelve la inspiración, vuelve el hard rock frenético, vuelven los Crüe en su mejor versión. Y el pistoletazo de salida del álbum dejaba las cosas muy claras. Si algún neófito me preguntara cuál es la canción que mejor representa a la banda, e incluso cuál es la que mejor representa al ‘sleazy’, yo lo tengo claro, es verdad que hay muchas, pero para mí es, sin duda, ‘Wild Side’. Esa moto rugiendo en el comienzo, ese poderosísimo, fantástico riff y Neil cantando como la verdadera rata callejera que es cristalizan en un tema sublime con un cambio de ritmo en el estribillo que potencia los fantásticos coros. Pasando la mitad, otro cambio nos adentra en parámetros que recuerdan más al blues rock e incide en el carácter hímnico de una canción que trata la dura vida en la calle de las bandas de Los Angeles. No se puede ser más ‘sleazy’.

9-GIRLS, GIRLS, GIRLS (1987)

Y si decíamos que ‘Wild Side’ es la canción más representativa de Motley Crüe, seguramente su máxima rival sea su compañera de álbum, ‘Girls, Girls, Girls’, exitoso primer sencillo del mismo. Himno oficioso de todos los bares de striptease del mundo, la canción deja absolutamente de lado el cariz social de su predecesora en este post y explota la faceta más lúdica y lujuriosa de la banda. De nuevo, el tema se monta desde el principio en un carismático riff, pero esta vez se reduce la velocidad y la complejidad para adentrarnos en un terreno más glam y amable, siendo tan simple como tremendamente efectiva con ese ‘girls, girls, girls’ repitiéndose constantemente.

10-YOU’RE ALL I NEED (1987)

Jon Bon Jovi dijo en el momento de su salida que ‘You’re all I Need’ era la mejor balada que Mötley Crüe habían escrito nunca. No sería tan categórico, pero desde luego el de New Jersey no iba nada desencaminado. Desgarrada canción de ruptura sentimental, es una de las composiciones más desnudas y suaves de la banda, con un precioso piano dando el aderezo justo a las sentidas líneas vocales y un exaltado estribillo que va directo al alma. Hasta los más salvajes pueden ponerse tiernos…e incluso hacerlo bien, rematadamente bien.

11-DR.FEELGOOD (1989)

Si ya glosábamos a ‘Girls, Girls, Girls’ como la recuperación de Motley Crüe, no podemos hablar de su sucesor de 1989, ‘Dr.Feelgood’, en otros términos que como la reválida absoluta de la banda, su obra maestra definitiva. Rehabilitado de una carrera de excesos que casi lleva a sus miembros a la tumba, el grupo no pudo tener mejor idea que llamar al productor del momento, Bob Rock, para registrar una serie de composiciones estratosféricas. Los Crüe no renuncian para nada a su estilo directo característico, pero lo refuerzan con nuevos matices y temas más trabajados y complejos y, sobre todo, con un sonido que tira de espaldas (‘Dr.Feelgood’ forma parte de la trilogía mítica de Bob Rock junto al ‘Sonic Temple’ de The Cult y el ‘Black Album’ de Metallica), dando como resultado su obra de mayor éxito. Buena parte de culpa la tiene su tema título y primer sencillo, un balazo que exalta todas las virtudes de Sixx y cía (tremendo riff, coros perfectos, estribillo apoteósico) y lo mezcla con un ritmo más ralentizado, con reminiscencias del rock 70’s, cierto aire funky y una labor a la guitarra de Mars apoteósica. ¿Uno de los grandes clásicos de los Crüe? No solo eso, uno de los mejores temas de hard rock de la historia…y punto.

12-KICKSTART MY HEART (1989)

Crónica de la legendaria resurrección de Sixx tras estar clínicamente muerto tras una sobredosis en 1987, cuando compartían gira con Guns’N’Roses (de hecho, fue la novia de Slash por aquel entonces la que nos devolvió a la vida al vicioso bajista), ‘Kickstart my Heart’ es otro clásico de nuestro tiempo. Se cuentan por decenas sus apariciones en series, películas, videojuegos y cualquier otra manifestación popular. Y no es de extrañar, inmejorable muestra de lo que es ‘Dr.Feelgood’, el tema es puro Crüe 100%, pero mejorado. Desde esa adrenalítica introducción de Mars hasta el ritmo frenético que impone la batería de Lee pasando por otro riff denitivo, otro estribillo para enmarcar y la aparición estelar del ‘talkbox’ al final estamos, simplemente, ante una canción inmejorable.

13-WITHOUT YOU (1989)

Ya hemos glosado anteriormente ‘Home Sweet Home’ y ‘ You’re All I Need’, pero, para un servidor y por un estrecho margen, ‘Without You’ es la ‘power ballad’ definitiva de los Crüe y una de las mejores de la época dorada del hard rock ochentero. Con la banda en su total madurez y una producción de lujo, todos los detalles empujan en este sentido. Desde una base musical comedida pero llena de sutiles ‘inputs’ hasta una guitarra espectacular de Mars, jugando con la ‘steel’ en determinados momentos, y un Neil que, simplemente, nunca ha cantado mejor. Elegante, desgarrada, adictiva…simplemente magistral.

14-SAME OL’ SITUATION (S.O.S.) (1989)

Si anteriores sencillos de ‘Dr.Feelgood’ incidían en el perfeccionamiento de la fórmula tradicional de la banda, la vacilona y alegre ‘Same Ol’ Situation (S.O.S.)’ es una muestra de la apertura experimentada por el grupo californiano en su obra maestra. Basada en unas guitarras de blues trotón, el tema pasa por ser el resultado que daría una combinación de los mejores Cinderella con los Aerosmith más lúdicos de la época (recuerden maravillas como ‘Love in a Elevator’ o ‘F.I.N.E.’ ) y con los propios Crüe. La suma de las partes, como pueden imaginar, da origen a una maravilla, un tema enganchón como pocos.

15-DON’T GO AWAY MAD (JUST GO AWAY) (1989)

Nos despedimos de este extenso repaso a ‘Dr.Feelgood’ con ‘Don’t Go Away Mad (Just Go Away)’, un delicioso medio tiempo acústico absolutamente inédito en su carrera -‘Home Sweet Home’ es lo más similar que habían hecho antes- que engarza perfectamente con esa tendencia a los momentos ‘desenchufados’ que tanto se prodigó en la época en bandas de hard rock como Tesla, Mr.Big, Thunder o los propios Bon Jovi y Extreme. Pegajoso, entrañable, fresco, el tema se vuelve más reconocible en su segunda mitad, cuando un poderoso ‘in crescendo’ la circunscribe en coordenadas más puramente rockeras. Es lo que tiene una banda en estado de gracia, que todo lo que toca se convierte en oro.

16-HOOLIGAN’S HOLIDAY (1994)

Dejamos a los Crüe en 1989 en plena cúspide del negocio musical. Cinco años más tarde la situación ha cambiado radicalmente: tras el éxito de las giras posteriores a ‘Dr.Feelgood, la banda se reunió en 1992 para componer su nuevo disco en plena escabechina de grandes bandas de hard rock 80’s a cargo de la invasión del trono por parte del ‘grunge’ y el rock alternativo. Si afirmar su nombre en condiciones tan desfavorables ya era todo un reto, el hecho de que la tensión en esas sesiones desembocara en la expulsión de Neil lo convirtió en titánico. Fue en 1994, ya con el sustituto John Corabi a las voces y a la segunda guitarra en sus filas, cuando lanzaron su controvertido ‘Motley Crüe’. Perfectamente inscrito en la revolución que sufrió el sonido de las bandas de su época (desde Kiss a Extreme pasando por The Cult y muchas más), el grupo extremó la dureza de las canciones (sonando por momentos muy cerca del heavy y el trash metal), alargó la duración de los temas con desarrollos musicales mucho más complejos de los usados hasta el momento y redujo drásticamente las melodías y los estribillos pegadizos. ¿El resultado? Un buen disco, muy digno y superior a los muchos fiascos de formaciones de su entorno, con un Corabi cantando espectacularmente. Aún así, muy por debajo de su magna producción interior, de la que prácticamente parecían renegar. Un buen ejemplo es esta potente ‘Hooligan’s Holiday’.

 

17-‘AFRAID’ (1997)

Tras el fracaso de su álbum homónimo, los Crüe se vieron forzados para enderezar su rumbo a escenificar una reunificación y un regreso por todo lo alto con la vuelta de Neil a las voces y el despido de Corabi. La promoción previa del disco resultante, ‘Generation Swine’, fue tan rutilante que parecía que el mundo estaba de nuevo listo para ponerse a los pies del grupo. Muy al contrario, y en un modo muy similar a lo sucedido con ‘Motley Crüe’, más allá de la buena entrada en listas en la primera semana, las ventas del álbum cayeron en picado estrepitosamente, al igual que las de tickets de una gira que comenzó en grandes arenas y pabellones y concluyó en bares de mala muerte. ¿La razón? Una obra realmente confusa, en la que el grupo quiere regresar a la efectividad de sus mejores tiempos, pero barnizando de artificiosa modernidad su propuesta, con ritmos pregrabados, sintetizadores y efectos tan llamativos como vacíos de contenido. El que es, sin duda, el peor disco de los angelinos combina auténticos desastres como esa mostrenca ‘Let us Prey’ y la noña balada de Lee ‘Brandon’ con temas muy salvables como ‘A Rat Like Me’, ‘Find Myself’ y, sobre todo, esta pegadiza ‘Afraid’.

18-‘HELL ON HIGH HEELS’ (2000)

Lo que son las cosas: la formación posiblemente más excesiva de la historia, gastadores compulsivos de billetes en medio de una borrachera permanente de fama y dinero se convirtió en una humilde y currante banda rockera. Pero las circunstancias mandaban: con su prestigio por los suelos, con su miembro (nunca mejor dicho, perdonen el chiste facilón) más famoso fuera -un Lee abducido con la fiebre ‘nu metal’ con sus infumables Methods of Mayhem-  y disuelta su relación con la multinacional Elektra, la banda se vio obligada a crear su propio sello, contratar a un todoterreno del rock para tocar la batería, el honorable Randy Castillo, y componer nuevas canciones. Estas circunstancias hicieron que pasara injustamente inadvertido una resurreción del grupo en toda regla. Sin las presiones comerciales de antaño, los Crüe volvieron a lo que mejor saben hacer: un puñado de temas directos y enganchones de puro hard rock. No vamos a exagerar, no estamos ante una de sus grandes obras, pero canciones tan frescas como ‘1st Band on the Moon’, ‘She Needs Rock’n’Roll’, ‘Porno Star’, ‘Hollywood Ending’ o esta ‘Hell on High Heels’ que aquí os presentamos bien merecen redescubrir este gran disco.

19-SAINTS OF LOS ANGELES (2008)

…Y a la tercera reunión fue la vencida. Cuando la banda parecía destinada a militar en la planta baja del rock en los albores del siglo XXI, se obró el milagro. El libro autobiográfico ‘The Dirt’, crónica pormenorizada de todos los excesos de la banda que merecería un post por sí solo, fue un éxito tan paulatino como descomunal y la reunión posterior con Lee tras la triste enfermedad y posterior fallecimiento de Castillo, reforzada con el recopilatorio ‘Red, White & Crüe’ y la subsiguiente gira, aupó de nuevo a los Crüe a unos niveles de fama similares a los de su época dorada. Faltaba refrendar esa buena racha en el estudio y a fe que ‘Saints of Los Angeles’ lo consiguió, retornando por fin al listón de sus años ochenta y logrando la cuadratura del circulo: mantener la frescura, crudeza y gancho de la época clásica y actualizando suficientemente su propuesta para que sonara plenamente a siglo XXI. El mejor exponente es el soberbio tema título, una canción pletórica en la que destaca uno de los mejores estribillos de toda su carrera. Al nivel de lo mejor de su repertorio.

20-MF OF THE YEAR (2008)

Si quitáramos la pista de la caracterísitica voz de Neil, seguramente al escuchar ‘MF of the Year’ no descubriríamos que se trata del tema de una banda con casi 30 años de trayectoria a sus espaldas y creeríamos más bien que se trata de un pujante grupo nuevo de ‘modern hard rock’. Y eso es el gran mérito tanto de los Crüe como del grupo de productores comandando por el ex Guns’N’Roses DJ Ashba: conseguir ser plenamente vigentes y relevantes a alturas tan avanzadas de su carrera. Los californianos supieron absorber el espíritu de colaboradores como Josh Todd (Buckcherry) o Jacoby Shaddix (Papa Roach) y, aplicando su intrínseco talento, hacer algo como el tema que nos ocupa: un vibrante híbrido entre su sonido, matices industriales y riffs propios del nu metal en el que todo funciona a la perfección. Muestra palmaria del alto nivel del disco junto a otros triunfos como ‘Face Down in the Dirt’, ‘Down at the Whisky’ o ‘Just Another Psycho’.

Motley Crue logo

(NOTA: Podeís escuchar esta antología tanto en la playlist que aparece bajo estas líneas como en nuestra sección Radio Cadillac)

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