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¿Quedará el rock español a buen recaudo? Sus presuntos guardianes, de la A a la Z

03/10/2018

El panorama musical nacional goza de muy buena salud. Esta es una afirmación que a los descreídos del rock patrio les hará cierta gracia (acompañada por una mueca de excepticismo y condescendencia) pero que los que no entendemos de fronteras para eso de repartir dones y cualidades debemos de aprovechar y disfrutar. Y es que una vez pasada la dictadura de las radiofórmulas y de la correctísima y encorsetadísima forma de hacer música que acabó con cualquier mediana revolución que se hubiera podido producir allá por los años 80-90, el periodo actual de total libertad de elección y búsqueda, sin ataduras a lo que el locutor de turno tenga en nómina hacerte tragar, ha hecho que la amalgama de estilos y posibilidades existente pueda satisfacer todos los paladares, desde el más exigente hasta el del que está a gusto con que sea la moda la que marque su ritmo sonoro.

También es cierto que muchos de los artistas que siguen atrayendo más público y focos son todavía los más veteranos, vacas sagradas que siguen en plena forma, con discursos más o menos actualizados y que en general han sabido adaptarse a los tiempos y han ido convenciendo a buena parte de las nuevas audiencias, logrando en algunas ocasiones un reconocimiento y respeto más unánime que en cualquier momento de sus dilatadas carreras. Se me ocurren como ejemplos de estas trayectorias nombres como los de Enrique Bunbury, Loquillo, Joaquín Sabina, Coque Malla, Los Planetas, Fito o Robe de Extremoduro, artistas que ya podrían estar de vuelta y aprovechando las rentas del enorme éxito logrado desde hace años pero que sin embargo no dejar de crecer, experimentar y arriesgar, cada uno de una forma. A continuación podría esta una generación posterior, con nombres ya totalmente asentados, pero a los que se les intuye y exige aún muchos discos e incluso sus mejores discos, como por ejemplo a Quique González, Iván Ferreiro, Nacho Vegas, Leiva, Amaral, Love of Lesbian o Vetusta Morla. Y aprovecho este último grupo para enlazar con los primeros, ya que actualmente es la banda española que más público arrastra, y con los siguientes, que son los que centrarán el grueso del texto, ya que entre los numerosos logros que han logrado los de Tres Cantos está el ser abanderados de una generación, la mal-llamada ‘generación indie’, siendo bandera de una forma de interpretar el negocio o siendo los primeros en reinterpretar el negocio, logrando llevar a la meta propuestas que años atrás dejaron a la deriva a grupos como 091 o Los Piratas. Y lo que estamos buscando con estas letras son las estrellas que puedan coger en el futuro el testigo de todos los artistas señalados líneas atrás, nombres que actualmente forman parte de esa inmensa nube sonora en ebullición en la que no dejan de entrar propuestas, infinidad de propuestas cada vez más diferentes y que ya no se acotan únicamente dentro del pop con reminiscencias anglosajonas que parecía requisito fundamental para entrar en esa liga de molar pero sin llegar a triunfar (que entonces se deja de molar). De toda esa explosión musical irán cayendo y desapareciendo (como lágrimas en la lluvia) muchos de ellos, perdurando los que puedan sobrevivir a modas y buenos momentos pasajeros; así, en una sandez de listado de la A a la Z, con alguna trampa para salir airoso del caprichoso método enumerativo que me he buscado, ponemos en la palestra a algunos de los aspirantes a ocupar el trono del rock nacional (y pidiendo desde ya perdón por las ausencias y por el afán comparativo en las descripciones, necesario por otra parte para ubicar ligeramente a nombres no muy conocidos).

 

Ángel Stanich

Poderes: en un principio definido como una suerte de cruce entre Quique González y Albert Pla pero cada vez con una personalidad más definida y pulida.
Credenciales: «Metralleta Joe», «Un día épico» o «Escupe fuego».
Opciones de ser 3, 2 o 1: muy moderadas.

 

Belako

Poderes: del postpunk más afilado a experimentar con texturas, ritmos y estructuras, pasando en pocos discos de la rabia a la genialidad.
Credenciales: «Over the edge», «Render me numb» o «Haunted house».
Opciones de ser 3, 2 o 1: casi obligados.

 

Carolina Durante

Poderes: el último gran fenómeno del indie nacional con una sola canción, redefiniendo el concepto de canción del verano.
Credenciales: «Cayetano».
Opciones de ser 3, 2 o 1: por ahora, a años luz.

 

DePedro

Poderes: una voz y unas canciones llenas de sentimiento disco a disco más empapadas de todos los sonidos del mundo.
Credenciales: «Déjalo ir», «Te sigo soñando» o «Diciembre».
Opciones de ser 3, 2 o 1: su estilo cada vez más mestizo puede jugar en su contra.

 

Egon Soda

Poderes: rock maduro y letras con mucho que decir para un grupo lleno de capacidad, inquietud y seguridad en lo que contar.
Credenciales: «Escápula» o «Corre, hijo de puta, corre».
Opciones de ser 3, 2 o 1: sería una gran (pero improbable) noticia.

 

Fuel Fandango

Poderes: nuevas intenciones y colores para los denostados sonidos tanto aflamencados como bailables, reivindicando la libertad del mestizaje.
Credenciales: «Shiny soul», «Salvaje» o «Toda la vida».
Opciones de ser 3, 2 o 1: muchas, pero fuera de los estándares del rock.

 

Ganglios, Los

Poderes: el desenfado infinito en letras, músicas y estilos, aunque ya habrá quien (lamentablemente) se los tome en serio.
Credenciales: «Vivencias propias» o «LOL».
Opciones de ser 3, 2 o 1: muy pocas, aparte de echarnos unas risas.

 

Hinds

Poderes: rock garagero femenino y sin complejos en una maraña de voces y guitarras tan caótica como refrescante.
Credenciales «Bamboo», «The Club» o «New for you».
Opciones de ser 3, 2 o 1: fuera de nuestro país están más cerca que dentro.

 

Izal

Poderes: pop grande y épico heredero (quizás demasiado heredero) de los ya casi «veteranos» Vetusta Morla.
Credenciales: «Qué bien», «Copacabana» o «El baile».
Opciones de ser 3, 2 o 1: ya lo han rozado.

 

Jacobo Serra

Poderes: delicado, elegante y popero (en el mejor sentido), sutil, preciosista e íntimo; con todas las diferencias, algo así como Antonio Vega en medio de ‘la Movida’.
Credenciales: «What I was told», «Icebergs» o «La brecha».
Opciones de ser 3, 2 o 1: merece al menos destacar sobre los nuevos cantautores-poetas.

 

Kitai

Poderes: fuerza a base de riffs potentes, toques electrónicos y una muy particular voz para emparejarse a Muse, antes de que Muse se perdiera.
Credenciales: «Medicina» o «Fuego en la radio».
Opciones de ser 3, 2 o 1: casi no están aún en la parrilla de salida.

 

León Benavente

Poderes: marcando la pauta de la escena independiente desde la madurez con enormes dosis de carácter, inquietud y condiciones.
Credenciales: «Ser brigada», «Gloria» o «Tipo D».
Opciones de ser 3, 2 o 1: si existiera justicia poética, todas.

 

Morgan

Poderes: sofisticación y buen hacer partiendo de las raíces americanas y con la mejor voz femenina del rock en castellano de la actualidad.
Credenciales: «Home», «Sargento de Hierro» o «Another Road (gettin’ ready)».
Opciones de ser 3, 2 o 1: como se decidan por el castellano, ojo con ellos.

 

Niña Coyote Eta Chico Tornado

Poderes: guitarrazos por doquier para una propuesta directa y sin dobleces; indudablemente, los White Stripes vascos.
Credenciales: «Earthquake» o «Lainoa».
Opciones de ser 3, 2 o 1: un estilo demasiado limitado para grandes cotas.

 

Las Odio

Poderes: haciendo de las Hinds casi unas veteranas, pero en español y con mucho sentido del humor y de denuncia.
Credenciales: «Blackout» o «Indiespañol».
Opciones de ser 3, 2 o 1: real y lamentablemente es complicado, pero no por ellas.

 

Pablo und Destruktion

Poderes: el Nick Cave ibérico, un torrente de teatralidad, dramatismo y carisma para una música nada fácil pero fascinante.
Credenciales: «Puro y ligero» o «A veces la vida es hermosa».
Opciones de ser 3, 2 o 1: su propio estilo se lo pone imposible.

 

La Bien Querida

Poderes: la versión más ecléctica del indie y también la más valiente, del pop inofensivo a la electrónica más oscura camino de la rumba.
Credenciales: «7 días juntos», «Dinamita» o «De momento abril».
Opciones de ser 3, 2 o 1: si no de podio, sí de que su nombre traspase las fronteras hipsters.

 

Rufus T. Firefly

Poderes: aunque les pese, los Tame Impala patrios, con todo lo bueno y lo malo que conlleva una referencia tan concreta.
Credenciales: «Nueve», «Magnolia» o «Río Wolf».
Opciones de ser 3, 2 o 1: posibilidades de ser la gran banda de la música alternativa nacional.

 

Sidecars

Poderes: pop-rock suave, con reminiscencias americanas, muy (quizás demasiado) para todos los públicos.
Credenciales: «Tu mejor pesadilla» o «Amasijo de huesos».
Opciones de ser 3, 2 o 1: uno de los favoritos para reventar pabellones.

 

Triángulo de Amor Bizarro

Poderes: garage muy acelerado y sin concesiones para canciones cada vez más importantes y azotantes.
Credenciales: «De la monarquía a la criptocracia», «Barca quemada» o «Nuestro Siglo Fnord».
Opciones de ser 3, 2 o 1: su sitio no es ese.

 

Última Experiencia

Poderes: rock de raíz, sureño, lleno de toques de blues en una banda de sonidos clásicos que se recrea en ellos desde la modestia.
Credenciales: «Vivan las cadenas» o «Ahora me siento mejor».
Opciones de ser 3, 2 o 1: por ahora les queda bien lejos.

 

Viva Suecia

Poderes: su muro de sonido y sus canciones intensas les acercan a ser los nuevos y buenos Planetas.
Credenciales: «Bien por ti», «A dónde ir» o «Casi todo».
Opciones de ser 3, 2 o 1: tienen casi todas las papeletas para llegar muy alto.

 

Marwan

Poderes: la bandera de la nueva ola de cantautores que llegan hermanados con la poesía y aupados por las redes sociales.
Credenciales: «Un día de estos» o «Cómo hacer que vuelvas».
Opciones de ser 3, 2 o 1: donde ya ha llegado era casi impensable.

 

Exquirla

Poderes: la potencia de Toundra y la fuerza del flamenco de El Niño de Elche para un proyecto sobrecogedor y valiente.
Credenciales: «Destruidnos juntos» o «Un hombre».
Opciones de ser 3, 2 o 1: nos conformamos con que la aventura continúe.

 

y

 

Zigarros, Los

Poderes: rock clásico y molón, que bebe sin complejos pero con carácter y actitud de los más grandes y molones clásicos.
Credenciales: «Hablar, hablar, hablar», «Dentro de la ley» o «Dispárame».
Opciones de ser 3, 2 o 1: muchas probabilidades de ser la gran banda del rock patrio.

 

4 comentarios leave one →
  1. Mean Mr Mustard permalink
    06/10/2018 8:47

    Interesante artículo, gracias, aunque un poco decepcionante. La ‘i’ debería ser no de Izal, sino de Ilegales: Ilegales sí que han sido, son y seguirán siendo la esencia del rock en España. Una escucha a su nuevo album, Rebelión, lo demuestra: no hay ningún otro grupo en España que puea sacar un disco como este.

    • Sergio Almendros permalink*
      06/10/2018 13:21

      sí que es cierto que ilegales siguendo más “jóvenes” que alguno de los del artículo , pero esa sería otra historia.
      un saludo y gracias por tu comentario

  2. Javier Vacas permalink
    18/10/2018 11:05

    Muy buen artículo, para mi gusto en la «e» podrían ir también Embusteros, brutal directo. Credenciales: cualquiera de su disco La Verdad

    • Sergio Almendros permalink*
      18/10/2018 11:37

      Gracias por tu comentario y tu apunte. No conozco a esos Embusteros, aunque a priori Egon Soda son mucho Egon Soda. Les daré una escucha. Un saludo

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