Ghost, los nuevos popes del rock
Llevamos los rockeros veteranos años y años esperando el advenimiento de una banda nueva que vuelva a reinar en las listas de éxitos, que sea capaz de relevar en la cabecera de los festivales a las veteranas formaciones de siempre, que suponga el regreso de las guitarras a lo más alto del ‘mainstream’, que provoque que una nueva hornada de aficionados se sume a nuestro amado género y que, en definitiva, éste no quede convertido para siempre en un reducto de nostálgicos. Hemos ido depositando nuestras esperanzas en un buen montón de prometedores proyectos y la mayoría han sido enterradas ante prematuros finales de trayectoria o por una paulatina merma de calidad que les hacía imposible equipararse a las leyendas que engrandecieron el rock.
Y en esas estábamos, mientras buscábamos a los próximos Led Zeppelin o Guns’n’Roses, cuando de repente surgió Ghost, un grupo sueco enmascarado en ropajes diabólicos más propios del black metal y manteniendo -hasta hace poco- en el anonimato sus identidades , que fue escalando puestos con una rapidez inusitada con una propuesta nada evidente -que mezcla referencias al proto heavy metal y al hard rock más oscuro y primitivo con toques a la música gótica y un evidente ramalazo pop 80’s- hasta convertirse, disco a disco, en una de las grandes referencias de la música actual, con una legión de seguidores pendientes de cualquier movimiento de su líder Papa Emeritus, ahora Cardinal Copia, y sus Nameless Ghouls. Aprovechando su inminente visita a España como teloneros de superlujo de Metallica en sendas citas imprescindibles en Madrid y Barcelona, nos hemos decidido a repasar la trayectoria cargada de grandes éxitos y mejores canciones de la banda que, por fin, nos ha devuelto la fe en la capacidad de mover masas del rock. Alabados sean.
(POSDATA: Al final del post encontraréis -y también en nuestro perfil de Spotify- las canciones -y su orden- que queremos que toquen Ghost a su paso por España en una explosiva playlist)
«OPUS EPONYMOUS» (2010)
No podemos negar que el impulso para llegar a escuchar a Ghost por primera vez provino de su llamativa estética y la publicidad que eso les reportó en el ‘underground’ metalero. Por ello, el primer contacto con los suecos fue tan sorprendente. Allí donde esperábamos encontrar unos aburridos adoradores de Satán en el ámbito heavy/black metal más manido surgió la sorpresa. Sí, allí había un álbum dedicado en su totalidad a Belcebú -o a trilladas figuras adyacentes como la Condesa Bathory- , pero el modo de adornar musicalmente esas siniestras plegarias era muy diferente: una nada evidente excursión en el que cabían los previsibles teclados góticos pero en el que el foco estaba puesto en el proto hard rock y heavy metal de comienzos de los 70, aquel que comenzó con Black Sabbath, se desarrolló con bandas de culto como Pentagram o Saint Vitus y culminó a mediados/finales de la década con los primeros grandes discos de Judas Priest antes de su explosión comercial de los 80. En ese terreno florecían temas «Con Clavi Con Dio» o «Elizabeth», siempre adornadas con un estribillo mucho más melódico y gótico de lo habitual en el estilo y que les daba ese toque genuinamente Ghost, ese que navega constantemente entre la faceta más ‘true’ y retro y la más comercial y directamente ligada al pop. Bajo esas claves nacieron los dos primeros grandes clásicos del grupo: las fantásticas «Ritual» y «Stand by Him». El contrapunto más lúgubre y siniestro lo aportaban «Satan Prayer» y «Death Knell», mientras que los territorios más duros eran visitados al final del trayecto, con esa «Prime Mover» que combina tan bien secos riffs puramente trash con ampulosos teclados y con la instrumental «Genesis», ahora sí, puro heavy metal ochentero. No se trata todavía de una obra definitiva, pero sí un estupendo aviso de que Ghost eran mucho más de lo que sus vestimentas parecían anunciar.
«INFESTISSUMAM» (2013)
Ahora que está concluyendo la segunda década del siglo y vamos haciendo balance, no creo que sea nada aventurado calificar a «Infestissumam» como uno de los discos más importantes en el hard rock de estos últimos diez años. No solo por su indudable calidad, sino por catapultar definitivamente a las grandes lides a uno de los grupos de cabecera de la década. La banda viajó a EE.UU para grabar con uno de los grandes nombres de la producción de los últimos años, Nick Raskulinecz, y parió una obra en la que ensanchó notablemente sus límites, estableció definitivamente su muy personal estilo y ofreció un conjunto de canciones a la altura de ese crecimiento a todos los niveles. Continúa la oscuridad, aunque con matices más originales que en su debut; se acentúa la épica, se queda un poco por el camino su sonido más proto metal 70’s y ganan la partida los omnipresentes teclados -un colchón que navega entre los esperables tintes góticos y sonidos mucho más juguetones, incluso circenses- y una mayor querencia por los desarrollos sencillos y los estribillos contagiosos del hard 80’s. En esta onda más comercial, «Jigolo Har Mehiddo» y «Body and Blood» resplandecen como primeros clásicos del álbum. Pero no están ni mucho menos solos: la macabra «Secular Haze» y «Year Zero» -la que presenta influencias más modernas- brillan sobremanera, mientras que la faceta más épica de la formación es la que acaba brindando frutos aún superiores: «Monstrance Clock» cierra el álbum a lo grande después de que un estribillo ‘bigger than life’ acabe repitiéndose como un mantra tras poner fin a un inicio lento y oscuro, en tanto que «Ghuleh/Zombie Queen» se configura como la gran joya de «Infestissumam»: otro tema que arranca con un precioso fragmento lento que engancha -bellísima melodía de teclado mediante- con otro mucho más animado y festivo y, sí, gozosamente comercial. Buenos complementos como las más metaleras «Per Aspera Ad Inferi» y «Depth of Satan’s Eyes» y la original «Idolatrine» completan un álbum estelar.
«IF YOU HAVE GHOST EP» (2013)
Plenamente integrados en el signo de los tiempos, Ghost han sabido utilizar en su beneficio la creciente importancia de un formato tan poco utilizando en el rock como el EP para ofrecer nuevos aspectos relevantes de su esencia, superando con creces el carácter de ‘golosina’ circunstancial cada publicación que han hecho bajo este concepto y convirtiéndolos en artefactos imprescindibles para cualquier seguidor de la banda. Todo comenzó pocos meses más tarde de la edición de «Infestissumam», cuando el grupo, al ver la creciente aceptación del disco, se vio forzado a meterse en el estudio para proporcionar caras B a los diferentes singles que iban editando. Para ello, tomaron la palabra de uno de sus fans confesos más célebres, el omnipresente Dave Grohl, que acabó produciendo y tocando diversos instrumentos (también hay fuertes rumores que se ha convertido en varios conciertos en uno de los Nameless Ghouls del grupo) en lo que acabaría siendo este EP. En el lanzamiento se incluyeron dos versiones que ya habían entrado en diversas ediciones de «Infestissumam»: el paradigmático ‘cover’ del «I’m a Marionette» de ABBA (cuarteto cuya discografía analizamos ampliamente aquí en su momento), perfecta síntesis del sonido de ambas formaciones, con la oscuridad gótica de Ghost vampirizando de muy buena manera el fantástico tema original, y la mucho más reverencial visión de ese temazo del «Violator» de Depeche Mode (otro grupo al que aquí rendimos tributo) que es «Waiting for the Night», del que se respeta su escalofriante tono solemne y solo se le añaden unas guitarras más rockeras. Otras dos versiones, mucho menos evidentes, fueron grabadas exclusivamente para el EP: el «If you Have Ghosts» de ese oscuro mito del rock’n’ roll que es Roky Erickson, de la que los escandinavos ofrecen una visión muy limpia y comercial, aprovechando el potencial coreable del estribillo original, y un ‘hit’ discotequero sueco como el «Crucified» de Army of Lovers, en el que Papa Emeritus toma dominio de sus estrofas con su tétrica voz, respetando el pegajoso estribillo original. Material de gran nivel, perfectamente homologable al de los discos de estudio, que se completa con una excelente interpretación en vivo de un clásico propio, «Secular Haze».
«MELIORA» (2015)
El éxito de «Infestissumam» no arredró para nada a Ghost. De hecho, «Meliora», el sucesor de ese clásico, me parece incluso mejor. Ese favoritismo se podría justificar tan solo poniendo sobre la mesa dos de los mayores clásicos de la banda, que llegan seguidos y solo separados por la corta instrumental «Spöksonat»: los maravillosos «Cirice» y «He is». Mientras que la primera presenta un atractivo toma y daca entre un riff gordo y metalero, muy Judas Priest, y las melódicas estrofas que canta el ahora denominado Papa Emeritus III, para desembocar en un fantástico estribillo; la segunda es una de la composiciones más ricas en musicalidad del combo, una canción muy épica que comienza calmada, con acústicas y mellotron, se va acelerando poco a poco hasta explotar en otro estribillo 5 estrellas, muy pop, coronándolo todo un fantástico solo de guitarra. Curiosamente, tras confeccionar un disco más atmósferico con todo un emblema del rock como Raskulinecz, Ghost nos dejó ojipláticos al realizar su álbum más guitarrero con todo un pope del pop masivo, su compatriota Klas Ahlund (Robyn, Ke$ha, Britney Spears…). Este ‘regreso’ al hard rock se testimonia desde la épica guitarrera inicial de «Spirit», a la que sigue un clásico como «From the Pinnacle to the Pit», cuyo riff de cierto aire a metal industrial le emparenta en su sonido más moderno a la rabiosamente comercial «Majesty». El capítulo más duro de «Meliora» lo integran «Mummy Dust», con tintes thrash y black, y la fantástica «Absolution», otro hit en potencia, que recuerda poderosamente a Metallica excepto en su contagioso y melódico estribillo. El característico sonido gótico de Ghost tiene su parcela justo antes del final, en una siniestra «Deus in Absentia» que cierra el disco por todo lo alto a ritmo de ópera. Con «Meliora», Ghost definitivamente apartaron cualquier duda, eran ya miembros de la realeza del rock.
«POPESTAR EP» (2016)
Muy pocas veces una golosina para los fans puede llegar a ser tan fructífera. Ghost repitieron a finales de 2016 la operación realizada con «If You Have Ghost» y sacaron un nuevo EP principalmente de versiones llamado «Popestar». Poco esperarían que este tímido lanzamiento acabaría logrando el hito histórico de convertirse en el primero en este formato reducido en encabezar la lista Billboard Rock y permitiendo la conquista definitiva del mercado estadounidense por parte de los suecos. Gran parte de la culpa del fulgurante éxito de «Popestar», producido por el ascendente británico Tom Dalgety (Pixies, Royal Blood, Opeth), la tuvo la única canción propia incluida en el EP, la excelente «Square Hammer». Grabada durante la confección de «Meliora» y no incluida en ese álbum por no ajustarse a su concepto general, está claro que debía ver la luz fuese como fuese tamaño pelotazo, un tema muy directo y marcial, puro hard rock 80’s, tan duro como comercial. Todo un clásico moderno número 1 en listas de EE.UU y candidato a mejor tema de ese año en las votaciones de numerosas revistas. A su lado, lo cierto es que el resto del material de «Popestar» palidece ligeramente. El hecho de versionar temas tan poco evidentes como variados hacía presumir lo mejor, pero la verdad es que los suecos apenas se dedican a ‘rockerizar’ un tanto unas visiones demasiado respetuosas con las originales, pero que en ningún caso las superan. Posiblemente, «Bible», tema del grupo sueco de los 80 Imperiet, sea la que más destaque, por encima de «Nocturnal Me» (Echo and the Bunnymen), que no logra igualar la elegancia abisal de los británicos; del «I Believe» de los electrónicos Simian Mobile Disco y del himno pop de los Eurythmics «Missionary Man». En comparación, «If You Have Ghost» se mostraba más inspirado y estimulante, pero, claro, «Popestar» es el que tiene a «Square Hammer»…
«CEREMONY AND DEVOTION» (2017)
En su afán por seguir los pasos de las más grandes bandas de la historia del rock, Ghost acertó recuperando una tradición prácticamente desaparecida en la actualidad pero que fue vital en los años 70 y 80: el gran álbum en directo que consolidaba la carrera de todo grupo mítico. Respetando los viejos cánones, la formación sueca no se precipitó a la hora de ejecutar este proyecto y eligió uno de los grandes hitos de su trayectoria -la primera gira en loor de multitudes del grupo en EE.UU, producida en 2017- para plasmar su ya muy consolidado directo en un disco oficial. Grabado en San Francisco, el ‘live album’ evidencia el gran crecimiento experimentado por un grupo que no parecía especialmente ducho en vivo en sus primeros tiempos y la excelente colección de canciones que ha ido acumulando en los últimos años. Sin presentar grandes sorpresas en las interpretaciones ni en el repertorio -no se incluye ni una versión, todo lo contenido son grandes clásicos de Ghost- , el álbum comienza a lo grande con «Square Hammer», su más reciente éxito y un clásico especialmente indicado para iniciar las hostilidades. Con un gran equilibrio en número de temas entre «Meliora» e «Infestissumam» y siendo claramente «Opus Eponymous» el gran perjudicado, con solo dos temas; el disco se mantiene en todo momento a buen nivel, pero es en ese espectacular tramo central compuesto por temazos como «Cirice», «Ghuleh/Zombie Queen», «Year Zero» y «He is», amén de un eufórico final con «Monstrance Clock», donde podemos comprender el altísimo estatus que ha alcanzado la formación. No obstante, una excesiva rigidez a la hora de clavar las versiones de estudio en concierto y un carisma ante el publico en crecimiento pero aún mejorable impiden, por ahora, que se puedan medir cara a cara con todos esos colosos que todos conocemos y que fueron construyendo a través de las décadas la escalera hacia el infierno que están ascendido con rapidez Ghost.
«PREQUELLE» (2018)
La inmaculada trayectoria de Ghost hasta el momento pareció irse al carajo en 2017, cuando varios de los hasta ese momento Nameless Ghouls revelaban su salida de la banda, la dictadura que ejercía en su seno Papa Emeritus y ejercieran diversas denuncias económicas contra él. Para añadir más picante el asunto, finalmente fue revelado que Tobias Forge era el nombre real debajo de la máscara del cantante y líder de la formación y se rompía esa atractiva aura misteriosa que envolvía a Ghost desde sus orígenes. Ahora estaban todas las cartas sobre la mesa. El nuevo disco grabado bajo esa etiqueta era un proyecto personal de Forge, que pasó a adoptar la forma de Cardinal Copia y que contaría con músicos específicos para cada canción, en lo que sería la nueva camada de Nameless Ghouls. Muchos predijeron el principio del fin del proyecto ante todas estas circunstancias…y muchos se equivocaron flagrantemente. De nuevo con Tom Dagelty a la producción, Forge ideó y consiguió el álbum perfecto para conseguir la dominación mundial. El fulgurante comienzo con la vibrante «Rats» -un ejercicio de pletórico hard rock metálico claramente deudor de los trabajos ochenteros de Ozzy Osbourne y Dio- y la casi thrash -pero de melódico estribillo- «Faith» hace presumir una profundización en la tendencia hard rockera iniciada en «Meliora». Pero pronto caeremos en la cuenta que en lo que realmente «Prequelle» incide es en ese progresivo acercamiento de la banda a los terrenos pop en su faceta más 80’s. Glorioso ejemplo es «Dance Macabre», desde su salida uno de los grandes clásicos del grupo y una de las canciones más adictivas en los últimos años en cualquier ámbito. Todo un ‘hit’ que no desdeña ni los tintes AOR ni un ritmo prácticamente bailable -no estando demasiado lejos de aquellos pegajosos The Rasmus que triunfaron a principios de siglo- para depararnos un temazo con todas las letras, con uno de esos estribillos más grandes que la vida para no parar de corearlo a viva voz en directo. «Witch Image» tampoco se queda atrás en su ambición melódica y se sitúa curiosamente cerca de los Europe de «The Final Countdown» (el disco). Mientras, otra parte de la obra va muy conectada al exitazo obtenido por su anterior «He is»y repite su fórmula de medio tiempo ultraépico y comercial inundado de teclados en excelentes piezas como «See the Light» -quizás el mayor acercamiento de Ghost al pop actual- y «Pro Memoria», que subyuga en su fascinante ‘crescendo’ final. La preciosa «Life Eternal»,que pone punto y final al trabajo, puede considerarse el mejor intento del grupo en cuestión baladística, mientras que el crecimiento musical de los suecos queda palmatoriamente plasmado en las dos instrumentales del disco, seguramente las mejores de su carrera: «Miasma» podría ser banda sonora de cualquier ‘blockbuster’ 80’s con su épica preñada de sintetizadores y saxo, mientras que «Helvetesfönster» alude a territorios mucho más prog y atmosféricos, como si de un Mike Oldfield rockerizado se tratara, en un viaje fascinante que concluye con la mágica guitarra acústica aportada por ese genio llamado Mikael Akerfeldt (Opeth). En conclusión, la revancha de Forge contra sus críticos no pudo ser más demoledora, «Prequelle» es uno de los grandes clásicos recientes del rock.
Es término es «thrash metal», no «trash», que es «basura», «desperdicios». Que algunos grupos del género lo son, pero no Slayer, Megadeth o los primeros Metallica.
Toda la razón, Iker.
Disculpas por el lapsus y muchas gracias por ayudarnos a que el Cadillac funcione mejor cada día.
Un saludo
Nada, es un error muy común. A mí que soy muy fan de Slayer y Megadeth, me salta a la vista cuando lo veo escrito así. Un grupo desconcertante, Ghost, con esas pintas da la impresión de que hacen una música más heavy que una lluvia de hachas y luego resulta que son de los más «poppie». Hace poco me compré el último disco (por cierto, menuda portada y contraportada, sendas obras de arte). Las letras casi ilegibles en el cd. No les pillo aún el truco, pero al menos se salen de lo convencional. Eso sí, el colmo llamar» nameless ghouls» a los demás integrantes del ¿grupo? y anular sus identidades en escena con esos ropajes y máscaras. Es tenerlos como mercenarios musicales al extremo.