Nuestras 25 series de la década
Las estadísticas son demoledoras: en 2010 fueron emitidas 216 series originales en EE.UU., sólo 6 más, por cierto, que en el año anterior; en 2018, y tras años y años de continuo crecimiento, la cifra ascendió hasta las 495 series, un récord absoluto que es posible que veamos superado cuando tengamos los números definitivos de este 2019. Imaginaos si tuviéramos datos a nivel mundial. La conclusión más lógica, o la única posible, es que si ahora se producen más series que nunca es porque se ven más series que nunca. Tantas que no sería descabellado afirmar, con los números en la mano, que esta década, la transcurrida entre 2010 y 2019, quedará para la posteridad como la más importante y trascendental en la historia de la industria seriéfila, al menos en lo que concierne al crecimiento y la evolución del mercado, las audiencias y las formas de consumo. Las series se han convertido en una de las principales, si no la principal, modalidad de ocio en varias franjas de edad en casi todos los rincones del planeta, y parece que de momento seguirá siendo así. Aunque en un mundo tan cambiante como éste sea muy difícil hacer predicciones. ¿Cuánto tiempo llevamos oyendo eso de la “burbuja de las series”, y de cómo inevitablemente habrá de pincharse más pronto que tarde? Pues lo único cierto es que, al igual que sucede con la “burbuja de los superhéroes”, el presunto enfermo, al que tantos parecen querer enterrar ya, de momento parece gozar de una salud de hierro.
No sabemos qué pasará en los próximos diez años, no, pero sí podemos analizar la historia reciente. La década pasada (2000-2009) se saldó globalmente con una goleada de la HBO (“Los Soprano”, “The Wire”, “A dos metros bajo tierra”, “Deadwood”, “Sexo en Nueva York”…) sobre la competencia, pero se cerró ya con sus mayores rivales (AMC, Showtime o FX) rearmándose y decididos a comerle el terreno. Y así fue en el arranque de la presente década, con las fuerzas ya muy igualadas… hasta que llegó Netflix, que a su vez le abrió la puerta a Amazon y compañía, y todo saltó por los aires. De las 216 series producidas en 2010, 113 fueron emitidas en abierto, 74 por cable básico, 25 por cable de pago y sólo 4 por servicios de streaming. 495 series en 2019: 146 en abierto, 144 por cable básico, 45 por cable de pago y 160 por streaming. ¿Y los espectadores? Pues no tardamos en amoldarnos al nuevo panorama, lanzándonos con fervor en los brazos del binge-watching y asumiendo, por fin, que era imposible verlo todo y debíamos ser más selectivos que nunca. En este blog, nacido en 2012, hemos vivido muy de cerca esa transformación, pues las series siempre han sido nuestro ojito derecho, aunque ahora, que es cuando quizás más cosas estamos viendo, sea cuando menos estemos escribiendo sobre ellas. Por eso esta lista es tan especial, y la hemos elaborado siendo lo más honestos y justos que hemos podido. Como sucediera con nuestro top de cine (en realidad, como sucede siempre), ha habido que conciliar internamente distintos gustos y sensibilidades. Pero recordad: 495 series sólo en EE.UU. en 2018. ¿Cuántas se habrán emitido en estos diez años, en todo el planeta? Así que si echáis en falta alguna, pensad que igual es que se nos quedó en el puesto 26… o quizás ni siquiera hemos podido llegar a verla. Muchas de las que no están merecerían haber entrado en este top, sí, pero sentimos que ninguna de las que están merecería haberse quedado fuera. Os presentamos ya, orgullosos, nuestras 25 series favoritas de la década:
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25. BOARDWALK EMPIRE (HBO, 2010-2014), por Jorge Luis García
En el momento de su aparición, “Boardwalk Empire” fue saludada como la heredera más legítima de los grandes hitos de la HBO de la década anterior (las mencionadas “Los Soprano”, “Deadwood”, “The Wire”…), pero a día de hoy me temo que son pocos los que la colocan en esa selecta liga. Y es un tanto injusto, porque la serie de Terence Winter y apadrinada por Martin Scorsese era HBO en su esencia más pura. Es decir, demandaba al espectador cierta paciencia y esfuerzo, pero recompensaba con creces en las distancias largas. A lo largo de cinco temporadas (que aquí seguimos muy de cerca desde nuestros inicios) pintó un vasto fresco dramático de los felices años 20 en Estados Unidos, una época especialmente significativa en la forja de una nación que se sostenía sobre la corrupción generalizada, el ansia de poder y la sangre derramada. Orgullosamente inscrita en el género gansteril más clásico, “Boardwalk Empire” se tomaba su tiempo para explorar los claroscuros morales de su extensa galería de memorables personajes (muchos de ellos reales), desplegar sin prisa enmarañadas tramas que siempre terminaban teniendo un por qué y, cuando menos te lo esperabas, acongojar con un brutal estallido de violencia seca.
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24. CATASTROPHE (Channel 4, 2015-2019), por Sergio Almendros
A veces nos encontramos con títulos con los que desde el primer instante logramos conectar. Eso me sucedió con «Catastrophe», quedando prendado de la pareja protagonista con su primer intercambio de palabras, y desde entonces no pude evitar ir con ellos de la mano a través del desarrollo de la serie, un desarrollo lamentablemente corto que con su final me ha dejado poco menos que pseudohuérfano. Si conectas con «Catastrophe», no tengas duda de que te vas a enamorar de sus protagonistas, interpretados por Sharon Horgan y Rob Delaney, que a la vez son los creadores de la serie. A través de cuatro temporadas de seis episodios, la comedia sobre una pareja accidental que ya ha pasado los 40 se va tornando poco a poco en un drama muy serio sin perder los destellos de humor, un humor de y para adultos, de y para los que ya están un poco de vuelta de determinadas situaciones, de y para los que muchas veces tienen que elegir el mal menor porque ya descubrieron los desengaños de los cuentos de hadas. Más motivos para no perdértela, aquí.
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23. TRUE DETECTIVE (HBO, 2014- ), por Jorge Luis García
Admitamos de entrada que todas las razones para incluir a “True Detective” en este ranking están expuestas en aquella primera temporada, tan única y especial que lo que vino después no pudo sino palidecer en comparación, por no parecerse en nada (la defenestrada segunda temporada) o por parecerse demasiado (la tercera). Pero es que aquella primera entrega supuso todo un punto de inflexión en la ficción televisiva contemporánea. Desde unos títulos de crédito que crearon escuela hasta su (entonces novedosa) apuesta por la unidad estilística total con un único guionista (Nic Pizzolatto) y un único director (Cary Fukunaga), pasando por ese inolvidable dúo de protagonistas y sus disquisiciones por las carreteras de Luisiana que ya son un indiscutible icono del medio, todo en “True Detective” apuntaba a lo excepcional. Y todos avanzamos junto a los detectives Rust Cohle y Marty Hart hacia la oscuridad del gótico sureño a través de un alambicado y malsano relato de nihilismo, religión opresiva y terror cósmico que impregnaba los rincones menos agradables de esa otra América en permanente estado de descomposición. Profundizamos aún más sobre «True Detective» en este enlace.
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22. LA CAZA (BBC, 2013-2016), por Irene B. Trenas
En el Cadillac nos gusta el policial británico. No han sido pocos los que hemos comentado entre compañeros en estos años y, de hecho, algunos de ellos habrían sido más que dignos de entrar en nuestra lista. Desafortunadamente en el maletero no nos cabe todo y «La caza» («The Fall») ha acabado subiendo a nuestro podio particular por sus virtudes y reivindicaciones. La serie de BBC 3 que trajo consigo aquel duelo mítico entre Gillian Anderson y Jamie Dornan (o Stella Gibson y Paul Spector). Un asesino serial representando a la misoginia y una detective hablando en nombre del feminismo. Un producto oscuro y frío como la noche en Belfast con diálogos que han pasado a la posteridad y un discurso que la hace imprescindible en su género. Un juego del ratón y el gato interesantísimo con grandes tintes de thriller psicológico. Si queréis leer más, aquí tenéis nuestros análisis sus tres temporadas.
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21. CHERNOBYL (HBO, 2019), por José Manuel Loscertales
En las antípodas de la pompa y boato con el que otras producciones llegaban a la televisión, «Chernobyl» prometía sobriedad y veracidad histórica concentradas en cinco horas. Pero lo que nos entregó fue una de las mayores experiencias de la década. Combinando sabiamente las esencias de los mejores dramas, de los mejores thrillers, de las películas de espías, de desastres, de terror… «Chernobyl» te sumerge en la desesperación, la resignación y la mentira de una Unión Soviética al borde del precipicio, en el preciso instante en el que una negligencia nuclear hará saltar por los aires toda la miseria de la KGB, el politburó y el partido comunista convirtiendo la vida de millones de personas en un agónico infierno atómico. Una serie que desvela una ilimitada obsesión por esconder la catástrofe, que igualó en tamaño a la contaminación radioactiva que asoló gran parte del continente en abril de 1986. Aún te ofrecemos una pildorita más sobre la serie en este post.
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20. THE YOUNG POPE (HBO, 2016), por Irene B. Trenas
Un buen día, Paolo Sorrentino se preguntó si el Vaticano no sería el lugar de trabajo más extraño del mundo y dio vida a Lenny Belardo, el Papa más joven y menos ortodoxo de la historia. Y él es como para arrodillarse. Una miniserie con el sello de garantía HBO y un reparto en el que brillan Jude Law, Diane Keaton, Silvio Orlando o Javier Cámara. De altares y olor a cera. Con una buena dosis de humor mordaz y unos guiones cargados de cinismo, trascendencia y maravillosa blasfemia, «The Young Pope» realiza una crítica sobre la iglesia como institución y reflexiona sobre la hipocresía de su reinado. Extrañamente conmovedora, consigue que su audiencia llegue a empatizar con unos personajes y unas historias que le son completamente ajenos a todos los niveles. En su día no nos cupo la menor duda de que estábamos ante una obra maestra de pilas bautismales y rock n’ roll. Más razones para convertiros, aquí.
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19. JUSTIFIED (FX, 2010-2015), por Rodrigo Martín
Es muy fácil no haber visto “Justified”. Nunca tuvo las audiencias, ni la popularidad, ni los premios que sí amasaron, sin irnos muy lejos, otras compañeras de su misma cadena. Que lo suyo fuera un cruce de western y noir, dos géneros que no arrastran precisamente a millones de espectadores, tampoco ayudó a situarla mejor en el mapa. Pero con lo que siempre contó, y no es poca cosa, es con el apoyo incondicional de FX, el aplauso unánime de la crítica y el fervor y la fidelidad inquebrantable de sus seguidores, que nunca dejamos de recomendarla a los cuatro vientos, como quedó claro en todas las entradas que le dedicamos en este blog. El protagonista de una serie más molón de la década, sí, hablamos de Raylan Givens, encontró en Boyd Crowder a un antagonista de su nivel, regalándonos durante seis años (soberbios Timothy Olyphant y Walton Goggins) uno de los duelos más estelares que se recuerden, rodeados siempre por una fauna de personajes fascinantes y apoyados temporada tras temporada, capítulo tras capítulo, escena tras escena, en unos guiones maravillosos, que en cada línea honraban la pluma del inmortal Elmore Leonard. “Justified”, además, se fue cuando quiso, y lo hizo con un desenlace memorable.
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18. HIJOS DE LA ANARQUÍA (FX, 2008-2014), por Rodrigo Martín
“Hijos de la Anarquía”, o como nunca nos resistiremos a llamarla, “Sons of Anarchy”, sí puede presumir de ser la serie más vista de FX en toda su historia, y la más popular, de largo, de la cadena, llegando a competir en venta de camisetas, muñecajos y demás merchandising con gigantes de la talla de “Juego de Tronos” o “Breaking Bad”. Quién podría haber vaticinado en sus inicios, cuando nació a la vera de su hermana mayor, la legendaria “The Shield”, que una serie protagonizada por unos moteros macarras y malhechores sería capaz de fabricarse una mitología propia tan sólida, y conseguiría tejer durante siete temporadas, en torno a una legión de personajes inolvidables, uno de los dramas de acción más potentes y salvajes de nuestra era, tanto que al final la etiqueta esa de “tragedia shakesperiana” se le acabó quedando pequeña. Su banda sonora, tremenda, estuvo a la altura de la intensidad que derrochó siempre el show. Ninguna serie, ni siquiera la de los dragones de la HBO, nos rompió tantas veces la mandíbula y el corazón como “Sons of Anarchy”. ¡Maldito Kurt Sutter! Los siete posts, siete, que le dedicamos a la serie, aquí reunidos.
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17. FLEABAG (BBC/Amazon Prime Video, 2016-2019), por Sergio Almendros
Una de las series más, digamos, minoritarias que ha logrado entrar en la lista de nuestras favoritas de la década es «Fleabag», una delicia de comedia que con su segunda y última temporada ha logrado el reconocimiento merecido logrando ser una de las grandes triunfadoras (a la vez que una de las grandes sorpresas) en la última edición de los premios Emmy. Al frente de todo, como creadora y protagonista principal, está Phoebe Waller-Bridge, y sobre ella recae todo lo bueno de la serie. Su personaje, un personaje descarado, cabroncete, con mil problemas casi todos morales y emocionales, y con un sentido del humor de lo más peculiar, es sin duda una de las grandes revelaciones de la última parte de la década, revelándose y aliándose con el espectador ante cada una de sus cuestionables decisiones, buscando su aprobación o desafiando a la esperada crítica. Y es que sus miradas a la cámara, ese recurso que, joder, casi siempre queda resultón, son ya parte de la historia reciente de la televisión.
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16. FARGO (FX, 2014- ), por Jorge Luis García
El temerario reto de trasplantar un clásico del cine negro contemporáneo como “Fargo” a la pantalla pequeña lo superó Noah Hawley con matrícula de honor, vampirizando el espíritu de la obra maestra de los hermanos Coen (y de todo su cine en general) pero escribiendo una nueva letra capaz de mirar de tú a tú a la de su hermana mayor. Tragicomedia insólita y excéntrica, plagada de secuencias brillantes, ocurrentes requiebros argumentales y personajes memorables que probaban una vez más la tan coeniana tesis de que la estupidez humana no tiene límites, “Fargo” era también una delicia visual cuidada al milímetro que convertía los áridos espacios de Minnesota en un personaje más. Ante el aún más temerario reto de dar continuidad a una temporada perfecta, Hawley volvió a armar el mismo rompecabezas con distintas piezas para obtener una imagen similar pero lo suficientemente diferenciada en una segunda tanda que, como mínimo, mantuvo el nivel. Es cierto que en el tercer asalto ya empezaron a verse las costuras a la fórmula, pero Hawley supo dar carpetazo (provisional) antes de permitirse languidecer. Aquí puedes ahondar un poquito más en nuestras impresiones sobre «Fargo».
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15. LA MALDICIÓN DE HILL HOUSE (Netflix, 2018- ), por José Manuel Loscertales
Nuestra serie favorita del año pasado venía a confirmar que, no sólo los peores accidentes ocurren al abrigo de nuestra casa, también nuestros peores miedos toman forma entre esas paredes a las que llamamos hogar. Netflix, de la mano de Mike Flanagan, nos regaló una serie de terror gótico con todas las letras. Con sustos, sí, pero apostando todo a la construcción elaborada de inquietantes atmósferas y personajes con los que el espectador empatizaba profundamente. Cinco hermanos que vieron como sus fantasmas del pasado traumatizaron sus vidas para siempre y a los que una nueva tragedia pondría a prueba la unión de sus lazos afectivos y sus propias vidas. Haciéndonos testigos de la tragedia de esta familia en dos tiempos bien diferenciados (niñez y madurez). Haciendo uso de un montaje que revisitaba ambos momentos de forma intermitente y que acababan fusionándose en un magistral sexto episodio («Dos tormentas») que elevaba la producción hasta ser la gran obra maestra de 2018 en televisión. Si quieres adentrarte aún más en los misterios de «La maldición de Hill House», aquí te dejamos la puerta abierta.
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14. BLACK MIRROR (Channel 4/Netflix, 2011- ), por Sergio Almendros
Llegados a este punto, es importante destacar que además de la calidad de la serie o simplemente de lo que nos haya podido gustar o no, hay determinados títulos que tienen un componente simbólico que les convierte en imprescindibles en todo ranking de la década. Uno de ellos debería ser «Black Mirror», una serie que a través de cortas temporadas de episodios independientes nos azotaba una y otra vez con bien merecidos sopapos de realidad. La crítica al uso que estamos dando a las nuevas tecnologías (tanto creadores como usuarios) y en lo que con ello se está convirtiendo la sociedad es la principal premisa para hurgar en muchas heridas. Como no puede ser de otra forma, la serie ha pecado de cierta irregularidad y, lamentablemente, su llegada a Netflix no le ha sentado nada bien, con una última temporada para olvidar, pero es que todo lo anterior fue tan cojonudamente bueno, transgresor y necesario, que era casi un pecado dejarla fuera de las 25 elegidas. Aquí, las críticas de algunas de sus temporadas.
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13. EL CUENTO DE LA CRIADA (Hulu, 2017- ), por Rodrigo Martín
Somos conscientes de que no sabremos el lugar que acabará ocupando “El cuento de la criada” en la historia de las series hasta que no haya terminado definitivamente, y aún está por ver si eso será después de su cuarta, su séptima o su undécima temporada. Pero aquí y ahora tenemos que juzgarla por lo que nos ha entregado en esta década, y eso han sido tres temporadas a un nivel altísimo (aunque siempre haya quien le ponga pegas) que, le pese a quien le pese, han sacudido los cimientos de la televisión y dejarán huella. Su distopía llega a ser tan cercana y reconocible que asusta… y eso es bueno, pues su mensaje y su denuncia, en los tiempos que corren, se antojan más vigentes y necesarios que nunca. Su factura técnica y artística es apabullante, inigualable, y lejos de ser un simple alarde está siempre al servicio de la narrativa. Y el nivel exhibido por sus actrices, comandadas por Elisabeth Moss, Yvonne Strahovski y Ann Dowd, es de otro planeta. Porque incomoda a muchos, porque despierta sentimientos encontrados, incluso dentro de este mismo blog, y porque requiere tiempo para ser digerida y meditada, “The Handmaid’s Tale” es hoy por hoy imprescindible. Y aquí no nos cansaremos de repetirlo.
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12. DAREDEVIL (Netflix, 2015-2018), por Jorge Luis García
Ahora que el desembarco de Disney/Marvel en el mundo televisivo es inminente, será interesante comprobar si alguno de esos productos ya anunciados a bombo y platillo llegará al nivel que alcanzó “Daredevil” durante sus tres temporadas antes de ser tristemente cancelada. Muy probablemente no será sencillo. De las series que conformaron el universo superheroico de Netflix, más urbano, sucio y a pie de calle que el UCM, la del Hombre sin Miedo fue la única realmente imprescindible, tanto que pudo llegar a seducir a un público tradicionalmente ajeno al género de supertipos uniformados. El “Daredevil” de Netflix, muy inspirado en las historias de Frank Miller, se proponía como un drama de personajes carcomidos por las dudas morales, enmarcado en el género negro y plagado de una acción física y violenta muy alejada de la de la Marvel cinematográfica. Y tan celebrado como sus peleas en plano secuencia fantásticamente coreografiadas era el enfrentamiento más psicológico que físico entre un Charlie Cox que ni siquiera necesitaba el uniforme rojo para molar y un Vincent D’Onofrio genial en su recreación del enorme Kingpin de las viñetas. Todas nuestras incursiones en la Cocina del Infierno, siguiendo este enlace.
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11. HANNIBAL (NBC, 2013-2015), por Irene B. Trenas
Es difícil no caer en las fauces de la ficción de Bryan Fuller, especialmente cuando dicha ficción gira en torno a un personaje tan legendario como Hannibal Lecter y se escoge a Mads Mikkelsen para interpretarlo. «Hannibal» es uno de los thrillers con más magnetismo y más interesantes de la década. A nivel de producción audiovisual no tiene parangón, enfermizamente bella e hipnótica, con lecciones de anatomía y gastronomía en bandeja de plata todas las semanas en nuestras pantallas. Aunque un poco procedimental en sus inicios, la serie llegó a convertirse en un juego psicológico apasionante con el Doctor Lecter al frente, un duelo de intelectos cuando Will Graham hacía su aparición en el acto. Oscura y animal, supo adaptar a las mil maravillas, haciendo una relectura e introduciendo personajes de su propia creación, la misma saga literaria de la que nació un filme tan ambicioso como «El silencio de los corderos». Bon appétit! Más bocados de «Hannibal» aquí.
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10. SHERLOCK (BBC, 2010- ), por José Manuel Loscertales
El genial investigador nacido de las manos de Arthur Conan Doyle ya tenía el record de ser el personaje de ficción más adaptado cuando Stephen Moffat y Mark Gatiss decidieron adaptarlo a los tiempos modernos. Sustituyendo su sempiterna lupa y su pipa por un teléfono móvil e internet, los Sherlock y Watson de la BBC fueron (paradójicamente y en los aspectos más importantes) una de las versiones más cercanas a la idea original que Conan Doyle tenía de los personajes. El inteligente y arrogante detective, junto con el doctor veterano de guerra resolvieron, más que casos, aventuras, en las que Benedict Cumberbatch y Martin Freeman dotaron de una química muy especial a una serie que fue sufriendo la ascendente y merecida fama de sus intérpretes protagonistas. Tras cuatro temporadas y un especial navideño, nadie cerró oficialmente la puerta a una quinta temporada, por lo que seguiremos expectantes a que una luz vuelva a encenderse en el 221B de la calle Baker. Mientras esperamos, puedes leer más cosas sobre «Sherlock» aquí.
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9. TRANSPARENT (Amazon Prime Video, 2014-2019), por Irene B. Trenas
Qué complicado ha sido divagar sobre «Transparent» desde que ciertos hechos relativos a su protagonista lo volaran todo por los aires y qué amargo ha sido despedirse de ella a medias, con todas las rarezas, la deshubicación y lo templado de esa series finale musical. No obstante, el vástago de Jill Solloway ha sido uno de los productos audiovisuales más atrevidos, trascendentales, sensibles, bellos, crudos y conmovedores de la década. Una dramedia con Maura Pffeferman, mujer trans de setenta años, en el centro de toda esta hecatombe. A lo largo de sus cuatro temporadas hemos sido testigos de todas las desventuras de esta disfuncional familia, sus idas y venidas, su pasado, presente y futuro, sus identidades. Hemos sido testigos del clasismo, el elitismo, los prejuicios, el dolor y de todo aquello que a la sociedad no le encaja. Hemos llorado y reído con ella y se nos han roto los esquemas. Porque al final, sobrevivir es transformarse. Más sobre «Transparent» en este enlace.
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8. BOJACK HORSEMAN (Netflix, 2014-2020), por Sergio Almendros
Que la animación dejó de ser un género infantil es algo que superamos hace algunas décadas. Y que por estos lares disfrutamos una barbaridad con ella ya quedó palpable en la lista con nuestras películas favoritas de la década. Así que a nadie le debería de extrañar la presencia de este título en este ranking, y si eres de los que han disfrutado con ella, menos aún. «BoJack Horseman» representa el surrealismo en su forma pero además el más profundo y trágico realismo en su fondo. Que un personaje mitad hombre mitad caballo, antigua estrella de una boba comedia televisiva, atrape en su ocaso personal y profesional dramas reconocibles en cada uno de nosotros no hace sino dar un plus a una serie que durante cinco temporadas (la sexta, emitida en dos tandas en octubre de 2019 y enero de 2020, será la última) nos ha regalado incontables hilarantes y conmovedores momentos, pasando de lo más canalla a lo más melodramático sin perder un ápice de cinismo y mala leche. Más palabras para recomendarte esta serie, aquí.
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7. THE AMERICANS (FX, 2013-2018), por Rodrigo Martín
En este blog encontramos muchísimos motivos para amar a “The Americans”, defenderla con uñas y dientes, y recomendársela a todo aquel que nos quiera hacer caso (o no). Pero, quizás por tenerlo aún tan reciente, la mayor virtud que ahora mismo nos viene a la cabeza es que, además de ser una serie que (casi) siempre exhibió una regularidad y un nivel altísimo, nos acabó regalando uno de los dos o tres mejores finales de la historia de la televisión. Y no es ninguna exageración. Partiendo del retrato íntimo de una pareja de espías rusos (y padres) infiltrados en EE.UU. durante décadas, “The Americans” logró hacer una radiografía de los últimos coletazos de la Guerra Fría más vívida, certera, concienzuda y valiosa que el más sesudo y exhaustivo de los ensayos. Sin perder en ningún momento la tensión, con secuencias (domésticas, de espionaje o de acción desbocada, daba lo mismo) magistralmente filmadas y un plantel de intérpretes (sublimes Keri Russell, Matthew Rhys y Noah Emmerich) haciendo justicia a unos personajes extraordinariamente ricos y humanos. Si aún no hemos conseguido convenceros, quizás sea hora de sacar todo nuestro arsenal con los posts que le dedicamos en su momento.
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6. MAD MEN (AMC, 2007-2015), por José Manuel Loscertales
Ciertamente, con el nacimiento de «Mad Men» se rompió el molde que la dio forma. Nunca antes hubo una serie como ella y, a día de hoy, tampoco la ha habido una vez finalizada. «Mad Men» supuso la primera serie original de AMC, su primer éxito y su estandarte por aquella época. Una máquina del tiempo al siglo pasado, que asfaltó el terreno que luego seguirían series como «Breaking Bad», «The Walking Dead,» y «Better Call Saul». El fiel reflejo de la Norteamérica de los años 60 y su última edad de oro, a través de los ojos del macho alfa de una agencia de publicidad llamado Don Draper. Su pasado, sus matrimonios fracasados y su crisis de identidad serán los instrumentos para diseccionar a una sociedad en plena revolución social y tecnológica. Una convulsa década en la que no hubo nada que él no pudiera vender. Porque Don Draper no vendía productos, vendía felicidad. Más sesudos análisis de «Mad Men», aquí.
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5. BETTER CALL SAUL (AMC, 2015- ), por Jorge Luis García
El mayor desafío al que se enfrenta todo spin-off es el de resistir la comparación con la serie madre. Labrar su propio camino, construir su propia identidad y no caer en la triste imitación para fans nostálgicos. Aunque a estas alturas ya sabemos que nunca alcanzará el aura mítica de “Breaking Bad”, y a falta de un último acto que ya está a la vuelta de la esquina, “Better Call Saul” ha conseguido exactamente todo lo que se había propuesto ser: una serie tan imprescindible como lo fue su predecesora. Conservando gran parte del estilo y la realización asombrosamente perfecta de “Breaking Bad”, estableciendo gozosas conexiones, referencias y guiños a aquella, pero al mismo tiempo desdoblándose y desarrollando una personalidad particular, única e insobornable a partir de Jimmy ‘Slippy’ McGuill -un personaje mucho más volátil e interesante que el Saul Goodman que conocíamos-, rodeado de un plantel de secundarios extraordinariamente escritos e interpretados, Vince Gilligan y Peter Gould demostraron que cuando hay toneladas de talento cualquier idea, por peregrina que parezca, puede ser maravillosa. Más argumentos en defensa de «Better Call Saul» pinchando aquí.
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4. JUEGO DE TRONOS (HBO, 2011-2019), por Sergio Almendros
Y llegamos a la serie más importante de la década y, con ello, a la que más polémicas ha conseguido levantar. Dejando a un lado todo lo referido a calidad, coherencia o verosimilitud en su tramo final, aspectos estos que han propiciado miles y miles de comentarios, de lo que no cabe duda es de que «Juego de Tronos» es la serie más importante de la década, aunque únicamente sea por repercusión. Lo que comenzó como un inapelable tesoro forjado a fuego lento, con sobresalientes destellos de acción y asombrosos giros de guión que resplandecían gracias a ese reposado cocinar, se tornó en las últimas temporadas en una tormenta de acontecimientos con poco espacio para degustar pero de una espectacularidad incuestionable. Esto levantó las iras de buena parte de sus seguidores, esto y la brocha gorda que sustituyó a la fina pincelada en el devenir de algunos personajes. Pero no debemos cegarnos con este cuestionado final y olvidar el delicioso trayecto que vivimos durante ocho años, un recorrido que sin duda quedará para los anales de la televisión como la más grande historia jamás contada en la pequeña pantalla. Y todo lo demás ha sido ya escrito (aunque realmente esté por escribir). Aquí encontraréis un buen número de críticas de sus diferentes temporadas.
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3. TWIN PEAKS: THE RETURN (Showtime, 2017), por Rodrigo Martín
Entre otras muchas cosas, ésta ha sido también la década de los revivals. Y entre todos los regresos que hemos presenciado, más o menos justificados, más o menos demandados, más o menos exitosos, el que más emoción y a la vez miedo despertó por aquí fue sin duda el de “Twin Peaks”. Una serie que nos marcó profundamente a fuego a muchos de nosotros a una edad en la que no estábamos, ni de lejos, preparados aún para ella. No teníamos ni la más remota idea de qué podíamos encontrarnos 26 años después, y en eso no nos equivocábamos, porque lo que David Lynch y Mark Frost nos entregaron fue algo absolutamente inesperado e indescriptible. ¿Cómo se puede revivir la serie que, allá por 1990, se saltó todas las reglas y límites televisivos y lo cambió todo? Pues saltándose, en pleno 2017, todas las reglas y límites televisivos y cambiándolo todo. Así fue para aquellos que entramos en su juego, y no nos lo pusieron fácil, durante las 18 partes que duró la experiencia de “Twin Peaks: The Return”. Más que una serie, fue una irrepetible obra de arte. Podríamos estar años y años comiéndonos la cabeza, debatiendo y escribiendo sobre ella, y nunca terminaríamos de desentrañar todos sus misterios. Aunque por aquí lo intentamos con un buen puñado de posts.
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2. THE LEFTOVERS (HBO, 2014-2017), por Irene B. Trenas
Obra Magna. Así se describió a «The Leftovers» en el Cadillac cuando llegó el momento de la despedida. Y es que la creación de Damon Lindelof y Tom Perrotta nunca ha merecido nada que no sean loas y elogios, por más que su comedida audiencia la limitara a tres años de duración. Pero, ¿no es mejor que lo redondo, redondo quede? Esta serie, querídisima y respetada por todos los que componemos este rincón, dedicó sus episodios al cuestionamiento de todas nuestras creencias y la razón por la que éstas existen. Caminó por la pérdida y lo humano, cuestionó todo nuestro sistema y nos dejó con un puñado de incógnitas de esas que tanto nos mueven a abrazar a un producto. Una cosa está clara, de la garantía que puede llegar a ofrecer HBO y la desaparición repentina del 2% de la población mundial, sólo podría darse a luz a una historia con la embergadura emocional de ésta. Imposible hurgar en las composiciones de Max Richter y no romperse un poco. Televisión mayúscula rozando la altura de las estrellas. Podéis leer más reflexiones sobre «The Leftovers» en este enlace.
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1. BREAKING BAD (AMC, 2008-2013), por José Manuel Loscertales
«Cielo despejado. Vasta planicie. Un par de pantalones caen al suelo y una caravana pasa por encima de ellos«. Con esta línea comenzaba el guión de Vince Gilligan que cambiaría la historia de la televisión. «Breaking Bad», junto con «Twin Peaks», «The Wire», «Los Soprano», «Expediente X» y «Perdidos», significaron (cada una en su época) una revolución en el panorama televisivo. Conquistaron y elevaron, hasta cotas inalcanzables anteriormente, el fondo y la forma a la hora de contar historias en la pequeña pantalla. Rechazada por todos los grandes estudios, superó sus orígenes modestos, recortes en el presupuesto y varias amenazas de cancelación, para acabar demostrando algo tan evidente como complicado de alcanzar: con una gran historia y unos personajes complejos como la vida misma, el Olimpo de la televisión es tuyo. Y «Breaking Bad» lo conquistó. Con un crescendo constante, episodio a episodio, temporada tras temporada. Una asombrosa dicotomía en la que un humilde profesor de química llegó a crear un imperio de la droga. Un pedazo de carbón que, bajo presión, se convirtió en un diamante… azul. Todos nuestros posts sobre «Breaking Bad», aquí.
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Se que aquí os mola el temita de lo independiente, pocos seguidores y series raritas, pero vamos, dejar fuera del ranking a HIMYM… Lengen… espera, espera… dario!
Sí, efectivamente, series independientes, raritas y con pocos seguidores como «Breaking Bad», nuestro número 1, «Juego de Tronos», nuestro número 4, etc, etc. Si nos «acusas» de algo, por favor, hazlo con algo de fundamento…
Por otra parte, te contesto yo como seguidor que fui de «Cómo conocí a vuestra madre» hasta el final. Una serie que me apasionó como pocas y amé con toda mi alma. Sin embargo, ni siquiera la metí en mis votaciones finales porque el final me pareció tan desastroso que me dejó un horrible sabor de boca, y me dolió especialmente por lo que significaba la serie para mí. Y ya he hecho más de lo que debía justificando algo que no necesita ser justificado. Haced el esfuerzo de leeros los primeros párrafos de la introducción para entender por qué algunas series que igual echaís en falta no han entrado.
Gracias por comentar y un saludo.
Me he leído la entrada entera y sigo sin entender que tu elección no se base en lo que digo (CATASTROPHE, LA CAZA, THE YOUNG POPE, JUSTIFIED, FLEABAG, TRANSPARENT… vamos, series de masas)
Me mencionas dos series top como para justificar el resto, hay unas pocas muy buenas y las demás, lo que te digo en mi primer post
Te dejas nimiedades, House of Cards, Stranger Things, Orange is the New Black, Shameless, The Pacific,,,
Si por el fallo de guion, por otro lado final lógico y tu posterior calentón, sacas a esa maravillosa seria del ranking, me pareces un critico parcial y demasiado visceral.
¿Tu final de la serie hubiese sido seguir con la madre comiendo perdices cuando toda ella iba de Ted y Robin? Vamos hombre, que Tracy es solo la escusa para contar la historia.
Y por cierto, si te sientes «acusado» y haces mas de lo que debes al contestar, quizás no deberías escribir en abierto.
Saludos
A ver, por partes…
Es un post comunal, escrito en esta ocasión entre cinco personas. Cada uno ha votado sus 15 favoritas, hemos sumado los puntos, y ha salido lo que ha salido, sintiéndonos TODOS muy representados por el resultado final. Te he contestado yo a título personal porque es como debe hacerse, pero ahora en tu respuesta me estás hablando como si el post fuese sólo una cuestión mía, que no lo es. Es algo mucho más complejo.
Pero sigo a título personal. Me da igual que te guste o no esté listado. A mí me encanta porque hay de todo, series popularísimas y muy obvias y cosas menos populares y menos obvias, pero vamos, cualquiera que tenga una mínima cultura televisiva conocerá la mayoría de títulos. Pero eso es lo de menos, pues hemos elegido, entre las cosas que NOSOTROS hemos visto, las que a NOSOTROS más nos han gustado. Y una serie por ser menos conocida o tener menos seguidores no tiene por qué ser mala, como estás dando a entender con tus palabras “hay unas pocas muy buenas y las demás, lo que te digo en mi primer post”, y lo que decías en tu primer post es que nos molaba “el temita de lo independiente, pocos seguidores y series raritas” (con un tonito ciertamente despectivo). No es el caso, insisto, pero eso no quita que haya series independientes, con pocos seguidores y raritas que sean una jodida maravilla, y si es así en este blog estamos para defenderlas como se merecen. Yo nunca he entendido a la gente que presume de desconocer cosas, y peor aún, que desprecie cosas precisamente por no conocerlas, por no ser muy populares.
Esas otras series que tú mencionas (House of Cards, Stranger Things, Orange is the New Black, Shameless, The Pacific…). Pues algunos de nosotros las hemos visto, otros no, a algunos nos gustan, a otros no, a otros les gustan sus comienzos pero no cómo se fueron desarrollando, a otros puede ser que lo contrario… Yo que sé, creo que la frase de la introducción “Muchas de las que no están merecerían haber entrado en este top, sí, pero sentimos que ninguna de las que están merecería haberse quedado fuera”, es bastante concluyente, ¿no? Un listado de sólo 25 series se queda escaso porque, por suerte, en esta década igual hemos podido ver 50 o 60 series cojonudísimas. Pero no todas podían entrar. A mí ya me dolió mucho tener que descartar algunas series que adoro de mi top 15 personal.
En cuanto a “Cómo conocí a vuestra madre”, no me voy a poner a estas alturas, redios que pereza, a debatir otra vez sobre su final. Ya escribí la misma noche en que vi el capítulo un post larguísimo con mis impresiones. Si tienes algún interés en leerlo, búscalo. Para mí ya es agua pasada. Sólo digo que a mí no me gustó (y creo que no fui el único). Como tampoco me han gustado otros finales y otros sí. ¿Que por ese motivo la saqué de mi top 15 personal? Pues puede ser. Porque 15 series son poquísimas, ya digo que tuve que dejar muchas series que amo fuera, entre ellas “HIMYM”. En mi top 15 entraron series que amo con todo mi alma y que defendería con uñas y dientes hasta el fin del mundo, y “HIMYM”, lo siento, pero para mí se cayó de esa categoría. Y tengo todo el derecho del mundo.
Por otra parte, dices que te parezco “un critico parcial y demasiado visceral”. Faltaría más. Por supuesto que lo soy. No me paga nadie, escribo porque me apetece, cuando me apetece, sobre lo que me apetece y como me apetece. Ni quiero ni tengo la obligación de ser objetivo. Esto es un puto blog. Y sí, soy demasiado visceral porque escribo con el corazón, y como no me paga nadie, no tengo que fingir ni esconder nada. Y mucho menos justificarme. Debatir todo lo que quieras, pero justificarme, en la vida. Ni siquiera mis compañeros de blog tienen por qué compartir mis opiniones ni el tono que pueda emplear en un momento dado, y es por eso que contesté con mi cuenta personal y no la del blog.
Terminas tu comentario con una perla: “si te sientes “acusado” y haces mas de lo que debes al contestar, quizás no deberías escribir en abierto”. A ver, lo de “acusado” lo puse entre comillas para quitarle gravedad, pero ya me da igual. Si escribo en abierto es porque me sale de los cojones, y si contesto o no contesto también será cuando me salga de los cojones. Hay veces en las que no tengo tiempo, o no me apetece contestar algún comentario aunque sea con dos o tres líneas. Y otras veces tengo tiempo y ganas de contestar comentarios, como en este caso, con una parrafada. Y también puedo tomarme mejor o peor los comentarios que por aquí se nos hagan, y actuar en consecuencia como me salga de los cojones. Y nadie va a venir ahora a decirme lo que debo o no debo hacer en mi blog. Pues eso.
Un saludo.
Bueno, esta claro que a ti lo de la critica no te termina de convencer…
Si el no cobrar (dudo que cambiases aunque te pagasen, aunque también dudo que nadie lo hiciese) es tu excusa para hacer y contestar lo que te la traiga al pairo, pues óle tus «cojones».
Yo ni te digo ni te dejo de decir, por mi te puedes meter «tu blog» por donde mas te guste, pero lo mejor es que, al encabezado de cada entrada tuya, pongas: ESTE ES MI BLOG, ESCRIBO LO QUE ME SALE DE LOS COJONES Y LAS CRITICAS SOLO LAS HAGO YO, POR QUE ESTE (para que quede claro) ES MI BLOG.
xD
Hala, a cascarla!
Bien, veo que te ha llevado un rato pero por fin lo has pillado.
Hasta nunqui!
Corroboro cada palabra escrita por Rodrigo.
JorgeCSanz, no puedes hacerte una idea de lo complicado que ha sido el proceso de votación de la lista que hoy publicamos, ni las discusiones (entre compañeros y amigos) que ha generado. Tu comentario (la parte que no ataca a lo personal, claro) no hace ni sombra a todas las argumentaciones que cada uno ha hecho para defender sus títulos. Siendo muy doloroso para todos ver como títulos imprescindibles para cada uno, tenían que ceder su puesto a los de otros. Las votaciones son las votaciones, nos guste o no.
Pero, quitando esas numerosas espinas clavadas, el resultado lo apoyamos todos los redactores porque: «son todas las que están, aunque no estén todas las que son».
Podrás comprobar que en el resto de nuestras lista, el proceso es el mismo.
Un saludo y la vida sigue.
Gracias por la aclaración. Esto es una respuesta, ya se nota a quien le toco el cerebro en el sorteo.
Saludos
Y los modales, también, no te olvides de los modales. Jose tiene muchos mejores modales que yo. Y que tú también, por cierto.
JorgeCSanz, intentaba decirte de una forma sosegada lo equivocado que estabas con tus comentarios y la razón que tenía Rodrigo en su defensa de nuestra entrada. Pero bajo ningún concepto vas a utilizar mi comentario para desacreditar y mucho menos insultar a un compañero.
Jorge, por mi parte, no voy a alimentar más tus comentarios, ni darte excusas para que prosigas con tus descalificaciones.
Te digo más, es una lástima llegar a estas situaciones; pero por mi parte veo bien que se proceda al borrado de los comentarios de JorgeCSanz.
Hasta nunca.
Cierto, estaba equivocado, no os toco el cerebro a ninguno de los dos. Cuando compartes uno es lo que pasa, Veo que no es el único que lleva mal las criticas.
Pero me callo, que es vuestro blog. xD
Seguir disfrutando de vuestro patio de recreo.
Eso haremos. Adiós.
A ver, con tiempo para reflexionar, a mí personalmente me da pena que una entrada a la que hemos dedicado tantísimo tiempo, esfuerzo e ilusión, haya quedado un poquito manchada por una serie de feos comentarios (yo aquí entono el mea culpa) a raíz de la participación inicial de JorgeCSanz. Así que no pretendo ahora enfangar aún más el asunto, pero sí dejar algunas cosas claras:
1) Agradecemos mucho que la gente comente y participe en nuestros posts, y éste en concreto se presta a comentarios del tipo «pues a MÍ me gusta mucho tal serie» o «YO entre MIS favoritas de la década habría metido a esta otra». Lo que ya no mola nada es que alguien, para defender determinada elección personal, menosprecie las elecciones y gustos de los demás. Y menos aún sí además se esgrimen argumentos que no son ni remotamente ciertos.
2) Cuando un redactor a título personal contesta a un comentario (en este caso fui yo) para continuar con el debate, señalando que una apreciación que se nos ha hecho nos parece errónea e injusta, y aún así también se intenta explicar de forma lógica y razonada el por qué de ciertas decisiones personales, y se emplaza al propio texto del post en donde ya aclarábamos de antemano ciertas cuestiones, NO es justo que la respuesta que obtenga sea que si contesta es porque no acepta las críticas y, peor aún, se le diga que no debería escribir en un foro abierto. Un foro además, pues este es el caso, que lleva cuidado siete años, y por el que siempre se ha dejado la piel.
3) Cuando, una vez que la otra persona ya ha entrado en el terreno de lo personal, aún así el redactor se esfuerza en ofrecer punto por punto una pila de argumentos muy claros y razonados para explicar su punto de vista y volver a justificar (cosa que igual no debería hacerse) sus motivaciones y elecciones propias, pero también saca su orgullo y emplea un tono duro para defenderse de un ataque que ya se ha vuelto personal, tampoco es justo que la respuesta que obtenga pase interesadamente por alto toda esa pila de argumentos que cualquiera, poniendo un poquito de su parte, podría haber entendido, y en cambio coja sólo aquello que le interesa y lo enmarañe ya todo en una cuestión sucia y personal. Llegados ya a ese punto, lamentablemente el redactor se bajó a su nivel, cosa que jamás debería haber hecho.
4) No se va a borrar ningún comentario de los que anteriormente se hicieron, que cada cual lea, juzgue y extraiga conclusiones si le apetece, pero a partir de ahora, como hemos hecho otras veces, cualquier comentario que sea despectivo, incluya insultos y cruce la línea de lo personal, será inmediatamente eliminado.
5) Seguimos abogando, siempre lo haremos, por el buen rollo, por el intercambio de impresiones bienintencionado y por la crítica constructiva. Pero sobre todo por el respeto.
Gracias a todos y un saludo.
Creo que una entrada con «lo mejor de….» se presta a ser objeto de críticas «feroces». Yo, personalmente, agradezco la aparición en la lista de series que me son desconocidas, quizá o precisamente por la etiqueta de independiente que llevan y que recomendáis efusivamente. Así vendré a la lista como referente cuando quiera escoger una serie para ver. Os lo agradezco de corazón.