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John Fogerty: el gran héroe americano

04/07/2014

John Fogerty

Qué maravillosa forma de comenzar este verano de 2014, pues en apenas diez días algunos tendremos la inmensa suerte de disfrutar de nuevo sobre los escenarios de nuestro país de dos leyendas vivas del rock and roll como The Rolling Stones y John Fogerty, el eterno líder de la Creedence Clearwater Revival (o CCR). Si el concierto del pasado miércoles 25 de junio en el estadio Santiago Bernabéu fue la segunda vez que un servidor rendía pleitesía a sus Satánicas Majestades, su cita con el incombustible Fogerty en Hoyos del Espino (Ávila), en el marco del Festival Músicos en la Naturaleza, tampoco será la primera. Ya estuvo hace ahora cinco años en el improvisado pero precioso Escenario Puerta del Ángel madrileño, en su primera visita a España, y fue uno de los mejores shows que ha presenciado en su vida. Porque su estado de forma, acercándose ya a los 70 años, es simplemente inmejorable, y su legado está a la altura de muy pocos. Como icono, su imagen con una guitarra permanentemente colgada del cuello y sus eternas camisas de cuadros, es una de las más entrañables del rock and roll. Cálido, cercano, ingenioso y accesible con su público, el personaje resulta no menos fascinante. John Fogerty, nacido en Berkeley, California, en 1945, es un americano de los pies a la cabeza. Pero no lo entendáis mal. Difícilmente encontraremos una foto suya tomándose unas cervezas con Ted Nugent o Johnny Ramone; él pertenece más al club de Bruce Springsteen (que le admira tanto que ha llegado a describirle como ‘el Hank Williams de nuestra generación’, nada menos) o Steve Earle. La América que retrata Fogerty es la América de ese pobre diablo nacido en los deprimidos pantanos (bayous) de Luisiana, ese músico decadente que se arrastra tocando por los bares de la irrelevante localidad de Lodi, ese inocente muchacho que sólo sueña con que su entrenador de béisbol le deje salir unos minutos al campo, o esos jóvenes soldados que regresan a su país en una caja de madera.

Quizás algunos sólo recuerden o valoren su carrerón con la CCR, pero su intermitente carrera en solitario, aún con sus altibajos, no sólo no ha empañado su trayectoria, sino que nos ha regalado unos cuantos momentos excepcionales. Es cierto que siempre tendrá mucho más peso su periodo al frente del mítico cuarteto, tanto por calidad y trascendencia como por producción (siete discos de estudio, seis de ellos obras maestras, en apenas cuatro años con la banda, frente a los nueve publicados con su nombre en los 40 años siguientes). Pero quienes ignoren o desdeñen sus años post-Creedence, no dejarán de estar cometiendo un inmenso error. Y yo voy incluso más allá, arriesgándome a recibir algunos palos: la última reunión nostálgica que querría ver en nuestros días sería la de la CCR. Quién la necesita, teniendo a un Fogerty que no ha perdido ni un ápice de sus facultades, y está más activo que nunca. Porque Fogerty ERA la Creedence. Él era el cantante, guitarrista solista, principal compositor (y responsable de todos sus éxitos) y productor de la formación. Además, su hermano Tom (guitarrista rítmico) falleció hace casi 25 años. Y no quiero quitarles ningún mérito, pero Stu Cook (bajista) y Doug ‘Cosmo’ Clifford (batería) eran dos músicos muy competentes, pero para nada irremplazables. Además, tuvieron la desfachatez de perpetrar a mediados de los 90 ese engendro, con el que aún hoy en día malviven, denominado Creedence Clearwater Revisited. No, un servidor prefiere saber que Fogerty está rodeado de excepcionales músicos (como el inmenso batería Kenny Aronoff) ofreciendo un colosal show cada noche. Un espectáculo en el que no se echa a nadie de menos. Eso es con lo que nos encontraremos en su nueva visita a España. Para ir haciéndonos una idea, como es habitual, hemos querido rescatar algunos vídeos en vivo que nos servirán para hacer un repaso a toda su discografía. Un recorrido por una de las carreras musicales más fascinantes del pasado siglo, que por suerte sigue resonando con fuerza en la actualidad.

 1. Creedence Clearwater Revival (1968)

I Put A Spell On You (CREEDENCE CLEARWATER REVIVAL, 1968)

No deja de asombrarme la interminable lista de clásicos inmortales que la CCR nos legó, como decía, en sólo cuatro años y siete discos de estudio. En este sentido, podría considerárseles, y a mí no me parece nada exagerada la comparación, los Beatles norteamericanos. Y todo comenzó con este álbum. Los hermanos Fogerty, Cook y Clifford llevaban tocando juntos como cuarteto desde 1964, primero bajo el nombre de The Blue Velvets y luego como The Golliwogs. Por suerte, decidieron tomar su nombre definitivo poco antes de la grabación de su debut, compuesto por cuatro canciones escritas por John, el tema “Walk On The Water” firmado por ambos hermanos (la única vez que Tom logró aparecer en los créditos de la Creedence) y tres versiones. Del material original destaca “Porterville”, una regrabación de su último single como The Golliwogs en donde ya asomaba el genio compositivo y la lírica comprometida de John. Pero en donde más brillaron fue en los covers, ya que no se limitaban a calcar el material de partida, sino que sabían remozarlos e imprimirles su sonido y personalidad, haciéndolos suyos. Así, convirtieron el “Susie Q” de Dale Hawkins en una maratoniana gozada de más ocho minutos y medio (el single dividía la canción en dos partes, una para cada cara), logrando su primer éxito en listas. Aunque la verdadera joya de este trabajo es la pieza que abre el álbum: “I Put A Spell On You” puede ser una de las canciones con más versiones de la historia, pero ésta es la mejor. A partir del esqueleto del original de Screaming Jay Hawkins, Fogerty cimenta un sinuoso himno diabólico que derrocha sensualidad y nervio. Su prodigiosa garganta saluda por primera vez al mundo y es capaz de sacar verdadero fuego de las seis cuerdas de su guitarra. Una tarjeta de visita inmejorable.

.2. Bayou Country (1969)

Proud Mary (BAYOU COUNTRY, 1969)

1969 sería el gran año de la Creedence, logrando por fin el reconocimiento masivo con tres discos, qué digo, discazos publicados en sólo once meses, y colándose en los dos eventos más importantes que acontecieron aquel verano, el Atlanta Pop Festival y el histórico Woodstock. Con “Bayou Country”, el primer trabajo de esa mágica ‘trilogía’, editado en enero, quedaría completamente claro que John Fogerty se había hecho con las riendas de la banda. Seis de los siete temas del álbum llevaban su firma (el otro era una potente versión guitarrera del “Good Golly Miss Molly” de Little Richard), y además asumió la labor de productor, rol que ya nunca abandonaría, otorgándole a la CCR su sonido definitivo. Cuesta creer que el origen de la banda estuviese en El Cerrito, California, y que sus cuatro miembros fuesen nativos de este estado, pues no sólo abrazan el rock sureño y el swamp rock, sino que acabarían erigiéndose en los mayores exponentes del género. Como queda claro ya desde las primeras notas del espléndido “Born On The Bayou”, que no tardaría en convertirse en uno de sus temas más emblemáticos y con el que acostumbrarían a abrir también sus conciertos. Maravillas más ligeras como “Bootleg” conviven con los larguísimos tour de force de la negroide “Graveyard Train” o la tormenta bluesera de “Keep On Chooglin’”, número que llegaban a alargar en ocasiones hasta los 12 minutos para cerrar todos sus shows. Pero hasta un material tan excelente como éste puede quedar eclipsado al lado de “Proud Mary”, su primer gran éxito y no sólo su canción más famosa (con el permiso de “Have You Ever Seen The Rain?”), sino también una de las piezas imprescindibles del cancionero popular norteamericano del siglo XX. Si sólo hubiese compuesto “Proud Mary”, John Fogerty ya tendría un hueco en la historia, pero por suerte no fue así, pues en realidad ese fue sólo el principio. Aún tendría muchas obras gloriosas que aportarle al mundo.

.3. Green River (1969)

Bad Moon Rising (GREEN RIVER, 1969)

Sólo siete meses después de su segundo álbum, y diez días antes de su actuación en el festival de Woodstock, la Creedence publicaría “Green River”, el disco de su confirmación absoluta. Sus dos singles, tanto “Bad Moon Rising” (con “Lodi” en la cara B) como el tema título (acompañado por “Commotion”), alcanzarían el número 2 en las listas norteamericanas, como ya hiciese “Proud Mary” unos meses antes. Fogerty volvía a aportar ocho de las nueve canciones del LP, que se cerraba con una versión del clásico R&B “The Night Time Is The Right Time”, de Nappy Brown. Y al menos cinco de las composiciones del líder de la banda, los dos singles con sus respectivas caras B, más la hermosísima (y tristísima) balada “Wrote A Song For Everyone”, eran magistrales. Y lo más importante, sonaban 100 por 100 a la banda, que ya lograba un sonido y una personalidad perfectamente reconocible al añadir al swamp rock que ya habían barnizado su anterior trabajo una capa de country que le sentaba de maravilla. Temáticamente, Fogerty no podía ocultar ya su clara tendencia a la melancolía y el pesimismo, aunque nunca al desaliento. A mí me resulta muy difícil tener que elegir entre tres clásicos tan incontestables como “Green River”, “Lodi” o “Bad Moon Rising”, pero me decanto por esta última porque hace falta ser un maldito genio para anunciarnos el Apocalipsis de forma tan siniestra («I hear hurricanes a blowing / I know the end is coming soon / I fear rivers over flowing /I hear the voice of rage and ruin // Hope you got your things together / Hope you are quite prepared to die / Looks like we’re in for nasty weather / One eye is taken for an eye // Well don’t go around tonight / Well it’s bound to take your life / There’s a bad moon on the rise») y conseguir que a todos nos den ganas de bailar y pegar saltos de alegría.

.4. Willy And The Poor Boys (1969)

Fortunate Son (WILLY AND THE POOR BOYS, 1969)

La Creedence editó su cuarto álbum, y su tercero en 1969, sólo 15 meses después de su debut. La banda además no dejaba de ofrecer directos y se metió en los festivales más importantes de aquel año, por lo que asombra aún más, casi asusta, comprobar el estado de gracia en el que se encontraba su líder. Ocho de las diez pistas que incluía el trabajo estaban escritas por el señor Fogerty. Y ahí queda un single tan imbatible como “Down On The Corner” con “Fortunate Son” en la cara B, que alcanzaría el número 3 en las listas norteamericanas. El disco era notablemente menos ‘oscuro’ que su predecesor, como quedaba ya claro desde el arranque con esa “Down On The Corner”, una de sus melodías más deliciosas, que narraba las aventuras de la ficticia banda Willy and The Poorboys del título. Fogerty se consagraba así, tras las maravillosas “Proud Mary” o “Lodi”, como un extraordinario contador de historias. Sin dejar de lado el blues (“Side Of The Road” o la instrumental “Poorboy Shuffle”), el R&B (“Feelin’ Blue”) o el rock and roll clásico (“It Came Out Of The Sky”), el grupo seguía adentrándose sin miedo en el country (“Don’t Look Now (It Ain’t You Or Me)”), o el folk tradicional, con las espléndidas revisiones del “Cotton Fields” de Lead Belly o del clásico popular “The Midnight Special”, que quedaría a partir de entonces asociado ya para siempre a la CCR. La tormenta guitarrera de “Effigy” cerraba con una nota siniestra un LP cuya cima era, sin ninguna duda, “Fortunate Son”, un himno antimilitarista inspirado en la guerra de Vietnam, con el que Fogerty demostraba que podía firmar una canción protesta y también uno de los mejores (y más cañeros) temas de rock del siglo XX.

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5. Cosmo's Factory (1970)

Up Around The Bend (COSMO’S  FACTORY, 1970)

La cinta que The Dude (nunca me ha gustado la traducción de ‘El Nota’) escucha, y tanto le joderá que luego le roben, en una de las escenas más memorables de la memorable “El gran Lebowski”. Su disco más largo (42 minutos y 28 segundos) y ambicioso, con once temas (siete originales de Fogerty y cuatro covers) y una variedad de estilos realmente gozosa. ¿El cénit de su carrera? Es posible. Si la Creedence acostumbraba a abrir sus álbumes a lo grande, en “Cosmo’s Factory” no se quedaba atrás. Pinchar los siete minutos prodigiosos de “Ramble Tamble” viene a ser como cabalgar a lomos de un caballo desbocado, para encontrarse de repente observando el más asombroso y bello de los paisajes (su magistral interludio instrumental)… y regresar de nuevo a casa a toda velocidad. Quienes hemos tenido la inmensa suerte de ver al propio Fogerty interpretar la canción en directo, creo que jamás podremos olvidarlo. Tras este glorioso inicio, John y sus chicos rendían homenaje al rock and roll, rockabilly y R&B de los 50, actualizándolo a la década que acababan de inaugurar, con las versiones del “Before You Accuse Me” de Bo Diddley, el “Ooby Dooby” de Roy Orbison o el “My Baby Left Me” de Arthur Crudup, pero sobre todo con el potentísimo himno autobiográfico “Travelin’ Band”, en el que Fogerty se encargaba incluso de la sección de vientos y con el que lograban su cuarto número 2 en las listas estadounidenses. El resto de material es más de lo mismo: la CCR en su mejor momento. Su regreso a lo grande al rock pantanoso y comprometido con “Run Through The Jungle”, otra pieza de country impecable (“Lookin’ Out My Back Door”), su mastodóntica versión de once minutos del “I Heard It Through The Grapevine” de Marvin Gaye, probablemente la cima de Fogerty como guitarrista (¿y como vocalista?) y con la que inventaban un nuevo género, el swamp soul, y dos excelsas baladas, la encargada de cerrar el álbum, “Long As I Can See The Light” y “Who’ll Stop The Rain”, uno de sus mayores hitos como compositor. Y eso son palabras mayores. Si no he acabado eligiendo esta canción, que podría ser la mejor del álbum, es porque… bueno, aparecerá más adelante. Y porque “Up Around The Bend” es otro de esos singles perfectos que Fogerty sabía facturar como churros en aquella época, con un riff pegadizo e inconfundible y un estribillo irresistible. Y también resulta un puntazo verle interpretando la canción junto a Shane y Tyler, sus dos hijos pequeños (¿o son sus clones?). Con que hayan heredado una décima parte del talento de su padre, nos conformamos.

.6. Pendulum (1970)

Have You Ever Seen The Rain? (PENDULUM, 1970)

Con “Pendulum” la Creedence lograba el hito de haber publicado seis álbumes (y los seis mejores de su meteórica carrera) en menos de tres años. Pero las cosas andaban revueltas en el seno de la CCR. Los celos de Tom Fogerty hacia su hermano menor, que lo hacía absolutamente todo y todo bien, y su descontento porque ninguna de las composiciones que les presentaba a sus compañeros acababa registrada en ningún álbum, empezaba a hacer mella en la convivencia del grupo. Tom se sentía desplazado y ninguneado, más aún teniendo en cuenta que en sus inicios el cuarteto comenzó presentándose como Tom Fogerty & The Blue Velvets. John, lejos de ceder, pareció redoblar la apuesta. “Pendulum” es el único disco de la banda que no presenta ni una sola versión, y sí diez temas firmados por su líder, que además se empeña personalmente en experimentar más que nunca, introduciendo (y encargándose él mismo) vientos, teclados y coros gospel. Lo cierto es que el resultado final acabó resintiéndose, pues aunque hay pistas más que notables, como la inicial y rugiente “Pagan Baby” o la rockanrolera “Molina”, y Fogerty se atreve incluso con el soul (“Chameleon”, “(Wish I Could) Hideaway” o “It’s Just a Thought”) o la psicodelia y el rock progresivo con el desquiciado número final, “Rude Awakening # 2”, el material no mantenía el extraordinario nivel de sus anteriores discos. Y aun así no es un trabajo para nada desdeñable, más aún cuando incluía dos joyas de la talla de “Hey Tonight” (muy en la línea de “Green River”, “Bad Moon Rising” o “Up Around The Bend”) o la brillante “Have You Ever Seen The Rain?”, su tema más emblemático junto a “Proud Mary”. Muchos quisieron ver en la canción su enésimo alegato contra la guerra de Vietnam o un reflejo de la convulsa situación social de la época, pero el propio Fogerty ha reconocido más tarde que está inspirada precisamente en las tensiones con sus compañeros, y en la ya entonces insalvable distancia con su hermano mayor. Al año siguiente de la publicación de “Pendulum”, Tom Fogerty acabaría abandonando definitivamente el barco de la CCR.

.7. Mardi Gras (1972)

Sweet Hitch-Hiker (MARDI GRAS, 1972)

Es bastante triste que la despedida discográfica de la Creedence Clearwater Revival, ya como trío, hubiera de producirse con el peor álbum de su carrera. O el único ‘no muy bueno’. Y es que precisamente tras la marcha de Tom Fogerty, su hermano John cedió a las históricas demandas de sus otros dos compañeros, Stu Cook y Doug Clifford, de tener un mayor protagonismo y peso dentro del grupo. No sólo cedió, sino que acabó imponiéndoles un nuevo acuerdo, por el cual en “Mardi Gras” los tres compartirían por primera vez las tareas de producción, y cada miembro se encargaría de escribir e incluso cantar sus propios temas. Así, el bajista acabó aportando tres canciones (“Take It Like A Friend”, “Sail Away” y “Door To Door”), otras tres el batería (“Need Someone To Hold”, “Tearin’ Up The Country” y “What Are You Gonna Do?”) y cuatro el guitarrista (tres originales y una versión simplemente correcta del “Hello Mary Lou” popularizado en su día por Ricky Nelson). ¿Cómo funcionó el invento? Pues quizá como pretendía Fogerty: Cook y Cosmo se destaparon como dos compositores y cantantes mediocres, y el disco sólo se salvó por sus propios temas. Pero qué temazos: un “Lookin’ For A Reason” que parece un regalo del mismísimo Hank Williams, la conmovedora “Someday Never Comes”, que estaría sin duda entre lo mejor que ha escrito en su vida, y el cierre con “Sweet Hitch-Hiker”, la canción más sólida y rocosa de su discografía (con el permiso de “Travelin’ Band”). Algo así como despedirse poniendo la casa patas arriba y marcharse pegando un sonoro portazo. Porque eso es lo que sucedió: el LP fue un moderado fiasco comercial y un rotundo fracaso de crítica, por lo que Fogerty no tardó en disolver oficialmente la banda. ¿Fue “Mardi Gras” su forma (un tanto radical) de dar una lección a sus compañeros, y de demostrarle al mundo que él y sólo él era el guardián del talento en el seno de la CCR? ¿O no fue más que, yendo incluso un poco más allá, la excusa que andaba buscando para romper el grupo? Es posible que hubiera un poco de ambas cosas. Con los años, Fogerty ha acabado confesando que él siempre tuvo que encargarse absolutamente de todo mientras el resto de la banda, al menos para él, no fueron más que un lastre. Fuera como fuese, había llegado la hora de volar libre.

.8. The Blue Ridge Rangers (1973)

Jambalaya (On The Bayou) (THE BLUE RIDGE RANGERS, 1973)

No deja de resultar un tanto extraño que uno de los mejores autores de su tiempo decidiese publicar, como primer trabajo en solitario… un álbum de versiones. Aunque por otra parte tenía todo el sentido, porque en “The Blue Ridge Rangers” Fogerty rendía tributo a los pioneros del country y la música popular norteamericana del siglo XX, pasando por su figura más emblemática y legendaria, Hank Williams, hasta llegar a algunos de los nombres más prominentes del género en los años 50 y 60. Fuese esa o no su intención, Fogerty demostraba así que él podía (y debía) recoger el testigo y convertirse en un más que digno heredero. Llama también la atención que su nombre no figurase en la portada de las primeras ediciones del álbum, y que además ésta mostrase la silueta a contraluz de cinco músicos, lo que daba la sensación de que estábamos ante el LP de una nueva banda denominada precisamente The Blue Ridge Rangers. Nada más lejos de la verdad, pues el ex˗Creedence debió terminar tan hastiado de sus antiguos compañeros que se encargó él mismo no sólo de la producción y los arreglos del disco, sino de grabar todos y cada uno de los instrumentos (lo que se suele conocer como ‘One-man Band’). Fogerty se mostraba muy competente como batería pero demostraba una especial maestría con el fiddle, el banjo, la steel guitar, bordaba los coros gospel… Algo al alcance de muy pocos. Las tradicionales “Blue Ridge Mountain Blues” o “Workin’ On A Building”, “California Blues” de la leyenda de los años 20 Jimmie Rodgers, el himno cristiano de principios de siglo “Have Thine Own Way, Lord”, el “I Ain’t Never” de Webb Pierce, “Hearts Of Stone” de The Jewels o “Today I Started Loving You Again” de Merle Haggard brillan especialmente en manos de un Fogerty que, como ya hacía en sus años con la Creedence, les imprime su carácter y personalidad. El gran ‘highlight’ del álbum sin embargo fue su versión de “Jambalaya (On The Bayou)” de Hank Williams. Lamento que el vídeo que os adjunto no tenga la mejor calidad, pero aun así sigue siendo una pasada ver al bueno de John haciendo suyo uno de los mayores clásicos del country de todos los tiempos. El disco tuvo una acogida discreta en las listas pero tampoco fue un desastre comercial absoluto, y de todos modos Fogerty daba la sensación de haber grabado el disco no sólo por sí mismo, sino para sí mismo.

.9. John Fogerty (1975)

Rockin’ All Over The World (JOHN FOGERTY, 1975)

Los dos años transcurridos entre “The Blue Ridge Rangers” y su siguiente disco, que habría de ser el primero con material original, estuvieron marcados por su ruptura con Fantasy Records, que había publicado todos sus álbumes con la Creedence y también su primer trabajo en solitario, y el comienzo de una batalla legal que con el tiempo le dejaría seriamente mermado, tanto anímica, artística y económicamente: Fogerty acabaría cediendo todos los derechos sobre el material de la CCR a cambio de su carta de libertad, ‘perdiendo’ inevitablemente millones de dólares. Desde ese momento, el mandamás de Fantasy, Saul Zaentz, se convertiría en su mayor enemigo, mientras que la herida con su hermano Tom se hizo aún más grande, al alinearse éste del lado de la compañía, que sí se mostró más que generosa con el mayor de los Fogerty. Cuando Tom murió en 1990 víctima del virus del SIDA, los dos hermanos habían sido incapaces de reconciliarse. Pero lo que más nos interesa ahora es que John Fogerty lograría publicar en 1975 su álbum homónimo, que musicalmente le hacía regresar a sus años dorados con la Creedence. De nuevo volvía a encargarse de todos los instrumentos, mostrándose en esta ocasión pletórico con la sección de vientos en temas como “Travelin’ High” (un guiño al “Travelin’ Band” de la CCR) o sus versiones de “You Rascal You” de Sam Theard, “Lonely Teardrops” de Jackie Wilson o “Sea Cruise” de Huey ‘Piano’ Smith. “The Wall” o “Flyin’ Away” son también material de primera, pero mi gran debilidad es “Almost Saturday Night”, una de mis canciones favoritas dentro de su repertorio. Pero hay que rendirse a la evidencia: este disco ha pasado a la historia por incluir el incontestable e hiperversionado himno “Rockin’ All Over The World”, su mayor hit en solitario junto con “Centerfield”. Aun así, el LP tuvo unas ventas muy discretas, algo que haría mella en el artista. Pero lo peor estaba por llegar. Su planeada continuación, “Hoodoo”, debería haber visto la luz en 1976. Tras un par de singles desastrosos, su nueva compañía, Asylum, acabaría rechazando el álbum cuando ya se estaban imprimiendo las primeras copias. Fogerty intentó mejorar el resultado final sin conseguirlo y terminó tirando la toalla, reconociendo que estaba demasiado absorbido por su conflicto con Fantasy y no estaba en condiciones de componer, grabar ni tocar en directo. El músico quiso que todos los masters y copias fuesen destruidos, y ahí también falló (el disco circula por ahí, pero yo prefiero hacerle caso e ignorarlo), y tomaría la decisión de apartarse del mundanal ruido. Un retiro voluntario que se prolongaría durante diez años.

.10. Centerfield (1985)

Centerfield (CENTERFIELD, 1985)

El regreso de John Fogerty tras una década en la sombra no pudo haber sido más afortunado. “Centerfield” le aupó al número uno del Billboard estadounidense, es el álbum más vendido de su carrera y eligió a la perfección sus singles: “The Old Man Down The Road”, un tema pura Creedence (esto le causaría, veremos, un serio problema), la alegre “Rock And Roll Girls” y el tema que daba nombre al trabajo no sólo son las tres mejores canciones del disco, sino que también funcionaron muy bien en las listas. La larguísima espera, por tanto, había merecido la pena. Fogerty volvió a ejercer de Juan Palomo, produciendo, componiendo en esta ocasión las nueve canciones del LP (ya no volvería a publicar una versión hasta 2009 con “The Blue Ridge Rangers Rides Again”) y grabando de nuevo todos los instrumentos. Su regreso fue muy satisfactorio a nivel artístico y comercial, pero le acarrearía no pocos quebraderos de cabeza. “Mr. Greed”, el tema más rocoso del álbum, y la burlona “Zanz Kant Danz” (con su línea «Zanz Kant Danz but he’ll steal your money») eran dos ataques frontales y nada disimulados contra Saul Zaentz, lo que provocó la ira de éste. El poderoso productor lograría que el título de esta última fuese cambiado en posteriores ediciones por “Vanz Kant Danz”, pero la cosa no terminó ahí: Fantasy, como propietaria de los derechos al 100 por 100 de la CCR, demandó a Fogerty por plagiar “Run Through The Jungle” en “The Old Man Down The Road”. O sea, por plagiarse a sí mismo. El polémico proceso judicial se resolvió con una rotunda victoria del músico sobre la compañía… que sorprendentemente ignoró que otra canción del disco, la bonita “I Saw It On TV”, prácticamente sampleaba “Who’ll Stop The Rain”. Pero si por algo puede sentirse orgulloso John Fogerty es de ver cómo “Centerfield”, la canción, su particular homenaje al mundo del béisbol, se convirtió en uno de los himnos deportivos más populares de EE.UU., sonando aún hoy en nuestros días en todos los estadios del país.

.11. Eye Of The Zombie (1986)

Change In The Weather (EYE OF THE ZOMBIE, 1986)

Su glorioso regreso tras diez años de silencio animó tanto a Fogerty que no quiso esperar para volver a encerrarse en un estudio de grabación, tratando de recuperar el tiempo perdido. Pero esta vez no lo haría solo: “Eye Of The Zombie” fue su primer disco en solitario grabado con una banda. Y probablemente sus músicos sean los que menos culpa tuvieron, pero se da la circunstancia de que es un completo desastre. Un lamentable borrón en su discografía. Incluso cuando las portadas no son su fuerte, y tiene unas cuantas ciertamente reguleras, la de este LP produce hasta grima (¿Qué demonios es ESO? ¿Un zombi? ¿Un hombre gato? ¿Un hombre gato zombie?). En lugar de dedicarse a hacer lo que tan bien sabe hacer, Fogerty se pierde en una maraña de teclados, sintetizadores y baterías electrónicas, que entierran aún más las virtudes que pudiesen tener estas nueve composiciones que, en cualquier caso, tampoco están entre lo más inspirado de su cancionero. La debacle se consumó cuando en los conciertos de presentación decidió no interpretar ni una sola canción de la Creedence. El tiempo ha acabado poniendo las cosas en su sitio, y de hecho lo que no ha vuelto a hacer es rescatar en sus shows material de este disco después de aquella gira, con la excepción del único tema que se salvaba de la quema: “Change In The Weather”. Fogerty la recuperó 23 años más tarde en “The Blue Ridge Rangers Rides Again”, con un lavado de cara que le sentó estupendamente bien. El desastre fue tan mayúsculo que el artista tuvo que retirarse de nuevo a lamerse las heridas. Y esta vez tardaría más de una década en regresar.

.12. Blue Moon Swamp (1997)

Walking In A Hurricane (BLUE MOON SWAMP, 1997)

La tercera venida de Fogerty, ya la definitiva, se haría esperar durante once años, pero como sucedió con “Centerfield”, su come-back no pudo ser más afortunado. “Blue Moon Swamp”, como quedaba claro por un título que podía haber escogido para la Creedence, fue su regreso a lo grande al swamp rock, rock sureño y con raíces. Pero a pesar de entroncar directamente con sus años más afortunados al frente de la banda, sonaba moderno, actual, fresco y nada forzado. Y lo más importante de todo, inspirado. Si es complicado quedarse con algo del último trabajo que publicó en los 80, en esta ocasión podemos decir que ninguna de las 12 canciones de este trabajo desentona. Además, aunque aquí volviera a ejercer de habilidoso multiinstrumentista, sí supo rodearse de excepcionales y reputados músicos de apoyo, como los bajistas Howie Epstein, Phil Chen, Donald ‘Duck’ Dunn, Bob Glaub o John Clayton, y percusionistas de la talla de Chester Thompson, Vinnie Colaiuta, Chad Smith o Kenny Aronoff, que afortunadamente se ha consagrado como su batería habitual hasta la fecha. Dentro de la buenísima tónica general del trabajo, sobresalen “Hot Rod Heart”, con trazas de convertirse en un himno motero, la preciosa “Joy Of My Life”, dedicada a su esposa Julie, su enésimo homenaje al country con “Blue Moon Nights”, o “Bring It Down To Jelly Roll”, con la que se atreve incluso a ponerse ‘stoniano’. Y ese tema que me dejó atónito un verano sonando en la radio (sí, por raro que ahora nos parezca en España llegaron a pincharlo con frecuencia) y que es lo más cerca que ha estado nunca del rock duro: “Walking Like A Hurricane”. Escuchad, mirad y aprended, jovenzuelos.

.13. Deja Vu All Over Again (2004)

Deja Vu (All Over Again) (DEJA VU ALL OVER AGAIN, 2004)

Que John Fogerty tardase siete años en publicar un nuevo disco de estudio, aunque entre medias viese la luz su primer álbum en directo, no significa que volviese a refugiarse en su caverna. Simplemente, no quiso repetir el fiasco de “Eye Of The Zombie” y esta vez prefirió tomarse las cosas con más calma. La decisión parece acertada, pues “Deja Vu All Over Again” volvía a ser extraordinario, más calmado, o menos rabioso que “Blue Moon Swamp”, en lo musical, pues no en lo lírico. Pocos meses después de su publicación, Fogerty se embarcaría de la mano de su amigo y admirador Bruce Springsteen en la gira “Vote For Change”, en apoyo del entonces candidato demócrata a la presidencia estadounidense John Kerry, o mejor dicho, en contra de la reelección de George W. Bush. Y ese era también el espíritu que transmitía el disco, al menos su tema título, un alegato antimilitarista. Estamos en cualquier caso ante uno de sus trabajos más eclécticos, que toca (y muy bien) diversos géneros: country, por supuesto (“I Will Walk With You” y “Rhubarb Pie”), rockabilly (“Honey Do” o la deliciosa “Sugar-Sugar (In My Life)”), acid rock (“In The Garden”) e incluso coqueteos con la música disco (“Radar”), aunque tampoco faltan los momentos de caña, como la sorprendentemente ‘ramoniana’ “She’s Got Baggage” o la swampy “Wicked Old Witch”. Fogerty puede permitírselo al volver a contar con músicos de excepción, con Aronoff como batería ‘full time’, nuevos fichajes como el ex-Fletwood Mac Billy Burnette e invitados de excepción como el mismísimo Mark Knopfler, que deja su sello inconfundible en “Nobody’s Here Anymore”. Pero es en “Deja Vu (All Over Again)”, la encargada de abrir el disco, en donde vuelve a dar lo mejor de sí mismo. Más de 30 años después de haber levantado la voz contra la guerra de Vietnam, Fogerty tiende un puente hasta nuestros días en este alegato agudo, certero y tristísimo contra la contienda en Irak, evidenciando así que por desgracia las cosas no han cambiado. Aunque en una cosa sí tenemos suerte: el aún sigue siendo ese tozudo, inconformista y rebelde puto genio.

.14. Revival (2007)

Creedence Song (REVIVAL, 2007)

Casi tenemos que frotarnos los ojos para creernos que haya tenido que ser en la sesentena cuando Fogerty se haya mostrado más activo que nunca en toda su carrera, si dejamos de lado sus años con la Creedence. Quizás la llegada de su sexto vástago, esta vez una niña, a comienzos de la década, y el ansiado final de su larguísima disputa con su antiguo sello influyeran para revitalizar su estado de ánimo. Tras la venta de Fantasy Records en 2004, los nuevos dueños no tardaron en devolverle sus derechos sobre el catálogo de la CCR, lo que supuso una inyección de moral y, más aún, económica bestial, y provocó incluso el regreso de Fogerty a la compañía en 2005, ya con Zaentz fuera de la ecuación. Un recopilatorio, un nuevo directo y este “Revival” marcaron su regreso a Fantasy. Y el álbum es todo lo que uno podría esperar con ese título: un regreso a los orígenes (aunque éste ya viniese consumándose en los últimos diez años) pero conjugándolo ahora con la sabiduría que otorga la madurez. Madurez, pero nunca decrepitud, pues Fogerty sigue sonando eternamente joven, con su tono de voz prácticamente intacto, su maestría a las seis cuerdas en el punto álgido, y la rabia y las ganas de tocar los cojones aún a flor de piel. Como en “Long Dark Night” y la agresiva “I Can’t Take It No More”, en donde vuelve a atizar con la mano abierta y sin contemplaciones a Bush y a todos sus compinches. “Summer Of Love” es un homenaje demasiado evidente a una época y un movimiento que, en realidad, a él siempre le resultó un poco ajeno, por lo que suenan más genuinas la bucólica y asimismo nostálgica “Don’t You Wish It Was True”, primer single y apertura del disco, el pesimismo que baña la folkie “Gunslinger”, el country crepuscular de “Broken Down Cowboy” o el swamp blues gimoteante de “Somebody Help Me”. Aunque en donde Fogerty más intenta rendir cuentas con su pasado, sin ningún tipo de disimulo, es en “Creedence Song”. O dicho de otro modo: es su aceptación de que, cuando tienes un legado tan descomunal a tus espaldas, no puedes escapar de él. Pero eso, lejos de ser malo, en su caso y para nosotros es una bendición.

.15. The Blue Ridge Rangers Rides Again (2009)

When Will I Be Loved (THE BLUE RIDGE RANGERS RIDES AGAIN, 2009)

Su siguiente movimiento, sólo dos años después de “Revival”, puede resultar un tanto extraño, y quizás no era lo que sus fans esperaban y le demandaban en ese momento, pero en una época en la que Fogerty parece más conforme y orgulloso que nunca con su pasado, no deja de tener sentido que quisiese publicar una continuación del que fuera su primer álbum en solitario. En esta ocasión, en “The Blue Ridge Rangers Rides Again”, a pesar de que aparece completamente solo en la portada, sí contó con sus músicos habituales como banda de apoyo en el estudio. Con el mismo concepto y planteamiento 36 años después, esta vez no bucea tanto en la prehistoria del country y el folk norteamericano y fija su mirada en clásicos de los años 60 y 70, once canciones (más una feliz revisión de su propia “Change In The Weather” del denostado álbum “Eye Of The Zombie”) seleccionados de una lista que llegó a confeccionar con la ayuda del mismísimo T-Bone Burnett. “Paradise” de John Prine, “Garden Party” de Rick Nelson (con dos invitados de excepción, Don Henley y Timothy B. Schmit de los Eagles), “I Don’t Care” de Buck Owens, “Back Home Again” de John Denver, “Moody River” de Pat Boone, “Heaven’s Just a Sin Away” de The Kendalls… y el bocado más sabroso de tan lujoso menú, el “When Will I Be Loved” de los Everly Brothers, con la colaboración estelar de Bruce Springsteen. A estas alturas, Fogerty no tenía nada que demostrar ni ningún territorio por conquistar, así que se entiende que quisiera pegarse el capricho de grabar un álbum así por puro divertimento. ¿O se trataba, también, de ir cerrando el círculo?

.16. Wrote A Song For Everyone (2013)

Who’ll Stop The Rain [with Bob Seger] (WROTE A SONG FOR EVERYONE, 2013)

El 28 de mayo de 2013, el mismo día en que cumplía 68 años, John Fogerty publicaba “Wrote A Song For Everyone”, creyendo quizá que a tan venerable edad podía permitirse darse a sí mismo un regalo y a la vez obsequiar al mundo con la celebración definitiva de toda su carrera. Doce versiones de algunas de sus mejores o más aclamadas canciones tanto al frente de la Creedence como en solitario, junto a dos composiciones nuevas, grabadas en compañía de una larga lista de estrellas invitadas. Lo mejor del disco es que no estamos ante meros calcos ni versiones devaluadas de las originales, sino que en su mayoría son relecturas con novedosos arreglos, que no dejan de tener en ningún caso cierto atractivo. En cuanto a la lista de nombres, unos son más prestigiosos o conocidos que otros, y mi grado de admiración hacia ellos, uno por uno, oscila entre el ‘un huevo’, ‘bastante’, ‘no está mal’ o ‘qué cojones hace aquí este gilipollas’, pero prefiero reservármelo porque, ¿quién soy yo para juzgar o cuestionar sus amistades? Así, junto a los dos temas nuevos, los correctos “Mystic Highway” y “Train of Fools” que sin embargo pasan un poco desapercibidos entre tal colección de joyas, y una ingeniosa revisión de “Lodi” junto a sus hijos Shane y Tyler Fogerty, nos encontramos con “Fortunate Son” con los Foo Fighters, “Almost Saturday Night” con Keith Urban (que, aquí sí tengo que decirlo porque me gusta demasiado la canción, la amaricona demasiado), la propia “Wrote A Song For Everyone” con Miranda Lambert y Tom Morello, “Bad Moon Rising” con la Zac Brown Band, “Long As I Can See The Light” con My Morning Jacket, “Born On The Bayou” con Kid Rock (vale, coño… ¿en qué estabas pensando, amigo John?), “Someday Never Comes” con Dawes, “Hot Rod Heart” con Brad Paisley, “Have You Ever Seen the Rain?” con Alan Jackson y “Proud Mary” con Jennifer Hudson, Allen Toussaint y la Rebirth Brass Band de Nueva Orleans. Y esa maravilla que es “Who’ll Stop The Rain” (¡ya era hora!), la mejor canción del que probablemente fuese el mejor disco de la Creedence, “Cosmo’s Factory”. Grabada junto al tipo de mayor talento y mejor legado de todo el álbum, si exceptuamos al anfitrión, el gran Bob Seger. Ahora cabe preguntarse: ¿estamos ante la despedida definitiva, al menos discográficamente, de John Fogerty? ¿Ha cerrado, ahora sí, por fin el círculo? Sólo el tiempo tiene la respuesta. Y la conoceremos pronto, porque nuestro ídolo ya no tiene edad para andar esperando once años hasta su próximo disco. Sea como sea, si esta es su última palabra, llega tras un inesperado y muy gratificante periodo de mucha (y muy buena) actividad. Y echando la vista atrás, lo que ha logrado en 45 años de carrera y 16 álbumes de estudio no está al alcance de casi nadie. Ni lo estará nunca. Con una guitarra permanentemente colgada del cuello y sus eternas camisas de cuadros, John Fogerty, el Hank Williams de nuestra generación, siempre será leyenda.

John Fogerty 60's

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2 comentarios leave one →
  1. 04/07/2014 19:38

    No podemos estar mas de acuerdo, buen articulo, saludos.

  2. juan aca permalink
    06/05/2015 23:33

    !! Hola Soy Juan Aka si Sin Duda Todo Un resumen de la RADIOGRAFIA musical de JC- FOGERTY y los años dorados de CCR- Por Otro Lado Unos de Los Mejores Musicos. Americanos Dios Bendiga America

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