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‘A propósito de Llewyn Davis’: Knockin’ on hell’s door

20/01/2014

A proposito de Llewyn Davis Oscar Isaac

Ya nos recordó Woody Allen en la excelente ‘Midnight in Paris’ que la nostalgia es mala consejera. Pero es una condición innata humana la de mitificar ciertos momentos del pasado de cada uno. Mucho más si se trata de un caso de nostalgia colectiva, ese consenso de una sociedad sobre las virtudes de una determinada época. Un servidor, iluso él, creía que los hermanos Coen podrían haber caído en ello cuando supe que su nueva película iba a estar ambientada en la escena del Greenwich Village neoyorquino del comienzo de los sesenta, ese ‘revival’ folk del que salió catapultado Bob Dylan y que sentó buena parte de las bases del posterior hippismo de finales de esa década. De hecho, no me disgustaba la idea. Pero no, nunca debí dudar de la pareja de hermanos más genial de la Historia del Cine. Bien al contrario, los Coen han optado por explorar la cara B del fenómeno y han colocado una bomba de relojería que devasta la ingeniería de toda esa legendaria escena.

El título deja las cosas claras. ‘A propósito de Llewyn Davis’, el filme más musical de los Coen desde la mucho más jovial ‘Oh Brother!’, da el absoluto protagonismo a Llewyn Davis, un talentoso pero poco afortunado cantautor que ve desmoronarse poco a poco su sueño de ganarse la vida con su música. A través de sus múltiples desventuras, casi siempre acompañado de un gato que ejerce de ingenioso ‘mcguffin’, podemos comprobar que  el constante deambular por casas ajenas para dormir y los viajes en ‘autostop’ tenían bastante poco de románticos y sí mucho de pragmáticos, cómo la política de las discográficas y de los locales (esos míticos cafés encarnados aquí en el Gaslight) era tan depredadora entonces como ahora, que la integridad y el alternativo estilo de vida de los miembros de la escena menguaba de manera proporcional a sus necesidades económicas y vitales. En definitiva, que bajo el lema de ‘Paz, amor y música’ la omnipresente miseria humana encontró un buen escondrijo.

A proposito de Llewyn Davis- Oscar Isaac y Ulises

El filme acusa una primera mitad aparentemente anecdótica, que, sin embargo, va poniendo paulatinamente los sólidos cimientos sobre los que se aposenta. La brillantez de las canciones escogidas por ese mago del sonido americano que es T-Bone Burnett y su sólida interpretación por parte de los actores, sobre todo por un gran Oscar Isaac que parecer ser tan buen cantante como intérprete, engalana el relato de las estrecheces económicas de Llewyn, su constante búsqueda de hospedaje entre sus amistades y su relación con sus compañeros de escena, encarnados, entre otros, por una notable Carey Mulligan (¡vaya carrerón se está haciendo esta chica a costa de ilustres personajes secundarios!) y un más insustancial Justin Timberlake.

a_proposito_de_llewyn_davis oscar_isaac_carey_mulligan_justin_timberlake

Es en su segunda mitad cuando ‘A propósito de Llewyn Davis’ despega definitivamente hasta cotas muy altas. El drama por fin explota, especialmente en un desolador viaje de ida y vuelta a Chicago, en el que ,en poco más de veinte minutos,  asistimos al descreimiento total del protagonista sobre su estilo de vida, al resquebrajamiento de su alta autoestima al comprobar cómo la cobardía y el egoísmo también anidan en su interior, a la trascendental revelación de un doloroso trauma del pasado, a la reconfortante y acostumbrada aparición de un apabullante John Goodman en otro de sus secundarios estelares para los Coen y a una de las escenas más emotivas que haya dado nunca el cine de los hermanos, para la que les basta con utilizar hábilmente una señal de tráfico.

a proposito de-llewyn-davis-john-goodman

El entumecedor frío ya no deja de acompañar tanto a Llewyn como al espectador en una ejemplar y nada acomodaticia recta final, rematada magistralmente con un esclarecedor contraste, que nos sitúa inexorablemente al protagonista en el lado de los ‘malditos’ de una Historia a punto de dar un drástico giro.

Muestra de la cada vez mayor madurez de unos creadores siempre relevantes,  ‘A propósito de Llewyn Davis’ se distancia de la épica y el humanismo de su anterior ‘Valor  de ley’ para entroncar más directamente con el  descreimiento de ‘Un tipo serio’, sin dejar de regalarnos las características inherentes a todo filme dirigido por Joel y Ethan Coen: la gran factura técnica con la excelente fotografía de Bruno Delbonnel al frente, su gusto por los secundarios excéntricos (gran hallazgo el de ese indescriptible matrimonio Gorfein y su predilección por la cocina internacional, gran aportación de  F.Murray Abraham como productor discográfico) y sus piruetas narrativas (aquí desveladas a última hora).

Olvidada, seguramente con demasiada severidad, por la Academia en las nominaciones a los Oscar, ‘A propósito de Llewyn Davis’ no está entre las cumbres de la filmografía ‘coeniana’, pero se inscribe sin problemas dentro del excelente nivel medio de su producción, sin duda uno de los más altos que nos ha dado el cine estadounidense nos ha dado en los últimos treinta años. Notable alto.

8 comentarios leave one →
  1. 22/01/2014 12:40

    Muy buena crítica Alberto. Con esta peli he vuelto a ver la llama de los Coen. Coincido bastante con tus apreciaciones. John Goodman está genial, le da una fuerza y credibilidad al momento, que pocos actores podrían, ya no superarlo, si quiera igualarlo. El uso del frío es como si fuera otro personaje más. Hacia tiempo que no encontrábamos personajes con tantos matices, me ha recordado mucho al universo de Fargo, aunque las historias nada tienen que ver, si la naturaleza humana. Sólo difiero en una cosa, que Midnight in Paris sea excelente, pero bueno, eso ya lo hablamos en su día en la entrada correspondiente con su polémica correspondiente jajaja. Un saludo.

    • Alberto Loriente permalink*
      22/01/2014 12:46

      Hola, Rubia!

      Veo que coincidimos sobre ‘Llewyn Davis’, a mi la verdad es que me sorprendió este tono tan sombrío y me costó un poco adaptarme a ello, pero cuando lo hice pude disfrutar como correspondía de la película. Y John Goodman, en fin, es John Goodman, en mi opinión uno de los 10 mejores secundarios de la Historia del Cine, incluyendo a genios como Walter Huston y demás. En definitiva, amo a Goodman!.
      Y la polémica sobre ‘Midnight in Paris’ no es nueva para mi, ya la mantengo constantemente con mi compañero Jorge, a él le gusto pero tampoco le pareció gran cosa. A mi, que quieres que te diga, me encantó. Pero esa ya es otra historia…

      Un saludo!

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